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El secreto del éxito es no parar de formarse y de aprender cosas nuevas.

Una persona que no se conforma, que tiene ganas de aprender y superarse… Y que
busca mejorar y crecer cada día.

Los genios se forman!

«Si amas la vida, economiza el tiempo, porque de tiempo se compone la vida.»


Benjamín Franklin.

Ley de Pareto: Es aquella que dice que, en toda actividad tendremos un 80% de la
acción que nos traerá el 20% de los resultados y viceversa.

Quién decide aprender algo, pone a prueba a su perseverancia y constancia.

El arte del entranamiento mental.

No hay límite para el conocimiento, siempre y cuando esté preparado y quiera que el
pocier narural de su mente lo impulse hacia nuevas esferas de la realidad
intelectual.

La relajación ayuda también al músico en su aprendizaje.

Existe una relación entre relajación, concentración y aprendizaje.

Someterse a 10 o 15 minutos de relajación antes de una clase, se responde mejor al


aprendizaje.

Hay mayor y mejor concentración y se aprende con mayor rapidez.

Con la práctica habitual de meditación se obtienen unos resultados de aprendizaje


significativamente mejores.

Por tanto, un estado de RELAJACIÓN implica:

RELAJACIÓN MENTAL: Mente sin flujo de pensamientos que nos distraigan

RELAJACIÓN FÍSICA: Tensión muscular mínima

CONCENTRACIÓN PLENA: Consciencia centrada en un solo pensamiento o acción.

Podemos decir, por tanto, que la relajación física y mental suelen ir ligadas.

Cuando se da una, se da la otra.

Cuando nos encontramos en un estado de relajación y conciencia plena, la


concentración viene de la mano.

Para conseguir este estado de relajación, que favorecerá la concentración durante


el estudio y durante las actuaciones o exámenes, se deben practicar técnicas de
relajación de forma asidua.

Cuanto más se practiquen, más fácil será para el músico alcanzar este estado de
relajación plena en menos tiempo.

Con un estado de relajación controlada conseguimos una serie de efectos mentales y


físicos:
Se reducen las reacciones del sistema vegetativo.

Regula la respiración.

Se dilatan los vasos sanguíneos, favoreciendo la circulación y el funcionamiento de


nuestro sistema motor.

La frecuencia cardíaca disminuye, favoreciendo la sensación de tranquilidad.

Conseguimos centrarnos en una sola acción o pensamiento.

Ganamos en sensación de control.

La mente debe centrarse en cada postura en la relajación y el equilibrio entre los


grupos de músculos.

la clave para la coordinación además de la relajación, es una colaboración entre


movilidad y resistencia.

Cuando se distribuye por todo el cuerpo la resistencia, ésta permite la liberación


de la energía: La columna vertebral se alarga, los nudos en la espalda y los
hombros se ablandan, y la respiración fluye más fácilmente.

Tu sonido gana en fuerza y riqueza, tu ritmo se volverá estable, y tus frases serán
más coherentes.

Llamemos a la cadena de acontecimiento presión, resistencia, conexión y liberación.

Para facilitar la liberación del sonido, energía, movimiento, emoción o


pensamiento, debes centrarte en la resistencia y la conexión, no en la liberación,
que puede cuidar de sí misma.

Se deben coordinar respiración y movimiento.

Trabaja la concentración plena en cada postura.

Se trabaja la respiración por zonas

La clave para el rendimiento educativo es:

Rápida asimilación y comprensión.

Habilidad para recordarlo y reproducirlo todo en la memoria en su momento.

Saber escuchar lo que se oye, asimilar los conceptos que se escuchan


en ese momento y Asimismo, recordar 1o que se escuchó.

Alli es donde entra en juego el entramiento mental.

Asimilar la información con rapidez para poder mantener el nivel de atención.

Consclidar el interes, la atención y la concentración.

Acrecentar la capacidad de análisis, estudio y memoria.

Ir de lo simple a lo complejo.

Tómar el momento de estudio como un pequeño retiro.


Concéntrate en las pequeñas cosas.

Piensa en los detalles de cada ejercicio u obra que estés practicando.

No pienses en el sonido resultante, piensa en sus detalles: los movimientos que


realizas, la relajación de cada músculo, la articulación, la dinámica, el timbre...
ve saltando de un detalle a otro y poco a poco piensa
con más perspectiva hasta llegar a concentrarte en el sonido conjunto.

Ejercita la concentración en las situaciones cotidianas.

Intenta mantener ese tipo de concentración con cualquier actividad.

Utiliza técnicas de relajación. La concentración implica serenidad y relajación.

A su vez, las técnicas de relajación requieren de concentración, con lo cual,


practicar este tipo de técnica ayudará a que te mantengas más concentrado.

El estado de flow: No es otra cosa que la sensación de estar completamente aislado


y sumergido en un actividad.

Esta sensación está fuertemente unida a una concentración plena. Algunas personas
hablan incluso de la sensacion que el tiempo pase más lento.

Para llegar a este estado, la concentración juega un papel muy importante, es la


fusión completa entre físico y mente, el pensamiento no da vueltas ni se dirige a
otro foco, se mantiene concentrado en la acción que se realiza.

Se puede transforar la productividad intelectuai de jóvenes y adultos.

Cualquiera puede hacerlo, no importa su edad.

Las mayores aspiraciones del instrumentista, es lograr una seguridad que les
garantice tocar frente al público exactamente igual a como lo habían planeado.

Pero se debe aceptár que cada momento es nuevo y por lo tanto distinto, que cada
oportunidad es diferente y abre nuevas posibilidades,esto hará que nuestras
ejecuciones y la música en general se enriquezcan de manera sorprendente.

La historia y evolución del ser humano es la historia de sus cambios.

Pero para transmitir un cambio, aún cuando estemos convencidos de ello, es


imprescindible estar dispuestos a cambiar, y, sobre todo, hacerlo en la práctica.

La mayor parte de los métodos se concentran en los movimientos mecánicos, o en el


entrenamiento del control físico/auditivo. En todas sus variantes.

En menor grado se abordan en profundidad los problemas musicales, como si ésto


pudiera confiarse a otras áreas del conocimiento teórico y no al instrumental. En
una dicotomía un poco absurda.

Y en otro grado, se aborda el tema central de la ejecución y de la interpretación,


que es el individuo en sí, quien es el que mantiene viva la música, con su toque y
sello particular.

Tocar un instrumento además de ser una acción física requiere que las manos del
músico, la cabeza y el corazón trabajen juntos en una perfecta combinación.
Poseemos la Tendencia de crear compartimientos en diferentes aspectos de
nuestras vidas.

En una caja ponemos las cosas que consideramos físicas: el cuerpo, el movimiento,
la postura, la tensión o la relajación.

En otra caja va lo que consideramos psicológico: los estados de ánimo, las


emociones, los sentimientos, las opiniones y las suposiciones.

Y en una tercera caja metemos todo lo que nos parece metafísico: símbolos,
metáforas y conceptos que trascienden en nuestra existencia día a día.

El entrenamiento o ejercitación mental es una forma de practicar cualquier


actividad que conlleve la conjunción de físico y mente a través de la imaginación.

Practicar mentalmente no es otra cosa que recrear con el pensamiento los


movimientos y el resultado de estos.

Los movimientos se aprenden generalmente a base de repeticiones.

Con la ejercitación mental, podemos complementar este aprendizaje con el


pensamiento de diferentes maneras:

Mediante la observación: Por ejemplo, cuando el alumno observa a su profesor e


intenta repetir los movimientos que éste realiza.

Mediante la imaginación gráfico-espacial: Se trata de hacerse una imagen mental de,


por ejemplo, la distancia entre una tecla y otra del piano, o la distancia de las
notas en la tastiera del violin, o traste de la guitarra, o llaves de la faluta o
instrumento de viento.

Mediante la imaginación de realizar un movimiento: No imaginar sólo de forma


óptica, sino realizar el movimiento con el pensamiento.

Está probado científicamente que cuando imaginamos que realizamos un movimiento se


ponen en activo los músculos implicados, y a esto se le denomina efecto Carpenter.

La práctica mental es un complemento de la práctica normal.

Se necesita el conocimiento previo de cómo se ejecutan los movimientos y cómo


sonará la música.

Imaginar que uno toca no es más que recordar los movimientos previamente observados
o practicados.

La memoria es una capacidad que se puede mejorar no sólo mediante la


repetición de la información, sino aprendiendo determinadas estrategias que nos
ayuden a optimizar el rendimiento.

Se puede definir la memoria como la capacidad para almacenar, retener y


recordar información que posteriormente podemos recuperar y utilizar.

La memoria es un complicado sistema de procesamiento de la información que opera a


través de procesos de almacenamiento, codificación, construcción, reconstrucción y
recuperación de la información.

La memoria para los intérpretes es una habilidad que mas se utiliza durante la
actuación ya que se debe de mantener el control y el equilibrio de sus recursos
mentales.
Se trata de una técnica que se aprende mediante un entrenamiento intensivo.

Tan importante para un músico es la memoria que le permite retener obras completas
como la memoria táctil que le ayuda a realizar digitaciones sin apenas tener que
pensar en ellas, cuanto más complicado es un pasaje más se debe de recurrir a este
tipo de memoria.

Es una agilidad que permite automatizar los movimientos necesarios y reproducir con
la precisión y velocidad requerida.

Por ello es necesario practicar con el máximo perfeccionamiento cada movimiento


desde el principio que se tiene contacto con una obra, no repitiendo sin control.

El músico debe saber adaptarse a todo tipo de condiciones que se le pueden


presentar debido a su actividad profesional y superar los retos que puedan surgir y
superarlos con una seguridad auditiva y táctil que se consigue mediante la memoria,
ya sea táctil, auditiva o cognitiva.

Existen dos memorias, una a largo plazo que guarda los recuerdos de situaciones
pasadas y otra a corto plazo o memoria inmediata.

Hay factores internos que determinan la memoria como son la experiencia, la


salud y la motivación.

Hay factores externos como la naturaleza de la información, de las necesidades,


habilidades y motivos que influyen en la memorización de un cierto material,
tiempo, atención, etc.

Una memoria que funciona bien y a largo plazo no es sino el resultado de un


aprendizaje que se ha hecho de forma correcta, consciente y sobre todo constante.

Libertad interpretativa e interiorización de la obra musical.

Un músico con grandes dotes memorísticas interpretará muy bien una pieza, pero la
cualidad de su interpretación no se deberá en ningún caso a su memoria, sino a su
capacidad musical.

La memoria es una cualidad del buen músico pero no la garantía de ser un gran
músico.

La verdadera comprensión de la partitura es uno de los elementos del buen


intérprete es su preparación para analizar el texto.

No olvidemos que estamos hablando de música escrita no de música de tradición oral


o auditiva, aunque necesariamente debamos referirnos a menudo a la tradición
interpretativa.

En cualquier caso, la memoria es una necesidad indiscutible en el estudio de


cualquier instrumento.

La motivación que el alumno tenga sobre el aprendizaje de una obra facilitará


el desarrollo de la memoria.

La motivación puede ser intrínseca cuando nace del interés por la tarea en sí misma
y extrínseca cuando se basa en los reforzadores externos: aprobación del profesor,
aplausos del público,....

Cuando es más importante la motivación extrínseca el intérprete se vuelve más


vulnerable y su motivación se debilita por eso es muy importante desarrollar el
reforzamiento interno.

El proceso de memorización de un fragmento musical consta de cuatro etapas:

impresión, percepción, comprensión y retención. El proceso es muy similar al de la


fotografía.

La impresión equivale a la imagen.

La percepción a la toma de la imagen.

La comprensión es el revelado.

La retención es el archivo de la foto.

Finalmente podemos resumir el mecanismo de la memoria de la siguiente forma:

Observación, Concentración, Comparación, Asociación.

La memoria musical tiene cuatro grados definidos:

Memoria retentiva: Cualidad que tienen todos los seres vivos de recordar la
impresión recibida.

Memoria reproductiva: Las impresiones pueden no ser sólo sensaciones físicas sino
ideas e imágenes que se pueden reproducir a voluntad por lo que se requiere un
nivel superior de inteligencia.

Memoria constructiva: Lo percibido se utiliza como material de construcción para


nuevas manifestaciones mentales y sensoriales.

Memoria creadora: Lo percibido y retenido se reelabora y transforma en la mente.


Esta memoria deja recuerdos que forman la intuición y las obras artísticas más
significativas del hombre evolucionado.

Musicalmente se practican tres métodos de memorización:

Mecánico: Mediante repeticiones una parte de la obra pasa a la memoria


subconsciente y motora.

Artificial: Mediante asociaciones de ideas se consigue acceder a lo que se ha


estudiado, asociando las notas a números o a posturas.

Racional: Analiza, clasifica y relaciona lo que se desea memorizar con lo que ya se


sabe, de esta forma es el método más seguro de memorizar a largo plazo.

La práctica musical desarrolla y exige hasta siete tipos de memoria:

Muscular y táctil.

Auditiva interna y externa.

Visual.

Nominal.

Rítmica.
Analítica.

Emocional.

Para poder desarrollarlas es necesario un proceso de individualización, ya que no


se pueden perfeccionar a la vez.

Por último unas reflexiones para ejercitar la memoria:

Memorizar todas las obras, una parte de los estudios y de la técnica.

No es aconsejable repetir una obra importante muchas veces, después de haberla


aprendido.

No es suficiente tenerla en dedos también se deben desarrollar las facultades


mental-musicales.

Una vez terminado el proceso de memorización de una obra, se debe comenzar el


trabajo de perfeccionamiento.

En lo que a memoria se refiere es necesario repetir lo aprendido durante algunas


semanas, diariamente, varias veces hasta dominarlo en dos aspectos:

Seguridad técnica y mental.

Se debe de tocar en público, incluso en una pequeña reunión


familiar.

Para dominar una obra en todos sus aspectos y para tener seguridad, se debe
ejercitar el comienzo de la ejecución desde cualquier punto de ella.

Hay que resaltar el estudio de los puntos de la obra que sean más importantes

El violinista que sea profesor, es necesario que juegue un papel de psicopedagogo


en las clases, para poder sacar el mayor rendimiento del alumno.

El conocimiento de uno mismo, en un plano físico y psicológico, ayuda a mejorar el


rendimiento musical del intérprete, cuidando asimismo, la atención y la
concentración.

El cuerpo es un instrumento más con el que contamos en nuestro desarrollo


profesional.

Tocar un instrumento es una actividad física, además de la psíquica.

Así pues, es muy importante cuidar y entender nuestro cuerpo para conseguir un
desarrollo pleno y sano en nuestra carrera musical.

Ver la actividad de tocar/cantar como una actividad deportiva nos puede ayudar
mucho en este camino de comprender y cuidar nuestro físico.

Utilizando el deporte como prisma podemos extrapolar muchas técnicas y métodos que
nos servirán para la práctica musical.

Tanto el deporte como la práctica musical combinan el uso del cuerpo y la mente en
una misma actividad.

La conjunción de físico y siquis se trabaja a fondo y es fundamental para obtener


buenos resultados.
Ambos profesionales deben trabajar aspectos tan importantes como la concentración o
la coordinación.

Los dos precisan de una buena forma física.

Los dos necesitan practicar-entrenar diariamente.

Los dos se entrenan en realizar movimientos técnicamente precisos y muy estudiados.

Calentar antes de tocar. Esta práctica está cadavez más extendida entre músicos,
realizar el correspondiente calentamiento antes de tocar, para practicar con mayor
comodidad.

También estirar al terminar de tocar es bueno para relajar el cuerpo


de la actividad física realizada.

Mantenernos en forma. Cualquier deportista sabe que trabajar con un entrenamiento


específico no es suficiente.

Los deportistas trabajan todo su cuerpo. Por ejemplo, un futbolista no sólo


ejercita sus piernas, también ejercita su torso y brazos mediante ejercicios en el
gimnasio.

Mantenernos en buena forma física y practicar deporte nos dará una gran ventaja.

Higiene postural. Cualquier actividad física requiere tener en cuenta la postura en


que se realiza.

Los músicos debemos tomar conciencia de nuestra colocación: espalda recta, hombros
relajados, caderas a la misma altura...

Concienciación. Llevar a cabo una preparación mental diaria y meticulosa.

Así mismo, los músicos también debemos prepararnos mentalmente para


enfrentarnos a conciertos y audiciones.

Planificación del entrenamiento-práctica.

El músico debe planificar su entrenamiento, para buscar un mejor rendimiento y


poder llegar en mejor forma física y mental al receital oconcierto.

En términos de música, practicamos con nuestros instrumento con la intención


de sentirnos físicamente cómodos con él.

La separación de lo físico, lo psicológico y lo metafísico.

Es imposible como humano hacer algo que no implique una dimensión psicológica
y metafísica.

Las emociones asociadas son variadas e intensas, contiene conexiones difusas y no


difusas, refleja la entrelazada e inseparable coexistencia de lo físico, lo
psicológico y lo metafísico o, por decirlo de otra manera, en donde se equilibran
cuerpo, mente y alma, y emoción.

Tu trabajo como músico no sólo se basa en que físicamente estés cómodo con tu
instrumento, sino de juntar todas tus capacidades en un todo equilibrado, en el que
las partes de tu cuerpo estén interconectadas, cuerpo y mente estén
interconectados, músico e instrumento estén interconectados y músico y música sean
uno.

Coordinación: un circuito de conexiones complejas:

La técnica instrumental no es sólo un tema de agilidad de los dedos. Cuando tocas,


por ejemplo, un trino, usas dos dedos de tu mano izquierda pero realmente estás
usando ambas manos, ambos brazos, ambos hombros, y tu cabeza, cuello, espalda y
piernas al mismo tiempo. Si no le dices a tu espalda y piernas que soporten tu
cuerpo en pie, lo compensarás de manera inconsciente tensando tus hombros y cuello,
afectando de esta manera a tu mano y dedos.

Si no le dices a tu brazo derecho que pase el arco suavemente y de manera continua,


tu mano izquierda perderá su propia estabilidad.

El principio es universal: cada parte de tu cuerpo juega un papel en cada uno de


tus gestos, y es imposible usar una parte de tu cuerpo de manera totalmente
aislada.

Tanto haciendo música como en tu vida diaria, necesitas sentir, activar y nutrir
las conexiones que existen de manera natural entre todas las partes de tu cuerpo.

Mezclando movilidad y resistencia:

Aunque sería lo lógico, la clave para la coordinación no es la relajación, sino una


colaboración entre movilidad y resistencia.

Por ejemplo, muchos músicos practican y actúan sentados con la espalda apoyada
relajadamente en el respaldo de la silla.

Para liberar malas tensiones en el cuello, los hombros y los brazos, sin embargo,
necesitas incrementar de manera correcta la tensión en tu espalda y piernas; tiene
que ser adecuada en cantidad, calidad, posición y coordinación.

https://blogaprendizajeviolin.blogspot.com/

https://www.violinwiki.org/wiki/36_Melodious_and_Easy_Studies,_Op._84_(Dancla,_Char
les)

http://www.violinlab.com/Members/Resources/list.php

MEMORIZAR MUSICA:

La música es poderosa. Cuando una persona escucha música todo su cerebro se


ilumina.

Según un estudio realizado en la Escuela de Medicina de Stanford:

De todas las artes, la música es la que es capaz de modificar la consciencia de


manera más radical. Según un estudio realizado en la Escuela de Medicina de
Stanford.

Para los músicos, estudiar y tocar de memoria debe formar parte de su técnica.

Memorizar partituras, tienes tan sencillo como respirar.


La gran importancia que tiene la memoria en el mundo de la música, me ha
llevado a realizar una serie de reflexiones sobre este tema.

Un solista, un músico de cámara, un director, un músico de orquesta,... todos ellos


deben tener una memoria desarrollada para poder interpretar una obra.

“una composición no retenida mentalmente no está del todo asimilada”.

Un músico de cámara, en ocasiones, debe memorizar fragmentos para poder


comunicarse visualmente con los demás miembros de la formación.

Un músico de orquesta, debe memorizar fragmentos donde debe estar centrado en el


director, aunque se toque con partituras, éstas no están hechas teniendo en cuenta
cuando se debe pasar la página.

La memoria, como el resto de las cualidades musicales, se debe desarrollar.

Las ventajas de la interpretación de memoria suponen una mayor capacidad de


concentración que proporciona el estar libre de supeditación visual, el mayor grado
de asimilación de la obra que exige por parte del intérprete e incluso el mayor
grado de atracción que ejerce sobre el auditorio.

Conviene iniciar al estudiante lo antes posible en esta práctica y concienciarles


de que la práctica musical de memoria puede ser más exitosa de cara al público.

La memoria es una capacidad que se puede mejorar no sólo mediante la


repetición de la información, sino aprendiendo determinadas estrategias que nos
ayuden a optimizar el rendimiento, cada uno de nosotros puede potenciar sus propios
recursos.

La memoria para los intérpretes es una de las habilidades que necesitan mantener el
control y el equilibrio de sus recursos mentales durante la actuación. Se trata de
una técnica que se aprende mediante un entrenamiento intensivo.

Tan importante para un músico es la memoria que le permite retener obras


completas como la memoria táctil que le ayuda a realizar digitaciones sin apenas
tener que pensar en ellas, por eso se recurre a este tipo de memoria.

Es una agilidad que permite automatizar los movimientos necesarios y reproducir con
la precisión y velocidad requerida.

Por ello es necesario practicar con el máximo perfeccionamiento cada movimiento


desde el principio que se tiene contacto con una obra, no repitiendo sin control.

Aprender a fortalecer la memoria consciente es la clave para memorizar la música, y


así, convertirse en un gran artista.

Se deben memorizar más y mejor los detalles.

Tradicionalmente para memorizar la música se toca una pieza varias veces hasta
convertir su interpretación en un automatismo (Por lo general es lo que sucede en
los ensayos orquestales).

Los músicos que practican esta forma de memorización, rara vez tratan de poner la
música en su mente consciente, ya que este tipo de método registra la música en
nuestro subconsciente, es decir, en nuestra parte artística y
expresiva del cerebro.
La adquisición y el estudio de la memorización de la partitura musical.

En el proceso de aprendizaje musical entran en juego diferentes mecanismos cog


nitivos que implican una serie de funciones perceptivas en las que intervienen
distintos tipos de memoria (Persellin, 1992), cuyo desarrollo durante la práctica
instrumental es fundamental en la adquisición de la interpretación musical de
memoria (Hallam, 1997).

Existen diversas metodologías sobre cómo abordar el estudio de las diferentes


memorias en los estudios musicales.

El desarrollo de la memorización comenzará por la realización de diferentes


ejercicios sobre la memoria visual, auditiva y kinestésica, memoria analítica.

Memoria visual y su estudio:

El inicio del aprendizaje de una partitura musical comienza por el contacto visual,
de modo que el ejecutante relaciona lo que ve en la partitura con su aplicación al
instrumento y sus respectivas posiciones.

Posteriormente, se centra en descifrar la simbología musical de acuerdo con las


indicaciones escritas en la partitura musical (Dubost, 1991).

La percepción visual es tan importante que permite al ejecutante anticipar la


lectura de las notas que aún no se han ejecutado con el instrumento, siendo
necesario retener los pasajes musicales durante unos segundos, procedimiento que
propicia una ejecución fluida y sin interrupciones (Mishra, 2004).

Así, la fluidez y rapidez de la lectura dependen de la capacidad visual que el


ejecutante trabaja durante su práctica (Wurtz, Mueri y Wiesendanger, 2009).

El ejecutante que tiene una mayor fluidez en la lectura puede interpretar


de una manera más libre y automática los pasajes musicales.

Así mismo, relaciona de una forma más rápida y precisa, dichos pasajes con cambios
de tempo y tonalidades dentro de la obra (Lehmann; Ericsson, 1997).

Además, el estudio de lectura a primera vista es una competencia que favorece la


adquisición de la memorización para centrarse en desarrollar la musicalidad que
requiere cada obra (Cuartero y Payri, 2010).

La memoria visual es usada con mayor frecuencia durante el proceso de memorización


de las obras musicales; y otras veces se recurre a la práctica de memorización
sobre el instrumento.

Memoria auditiva y su estudio:

Según Gordon (1997), la capacidad auditiva varía en cada ejecutante y se manifiesta


básicamente de dos formas:

Forma externa: Por medio del sonido físico del instrumento, por el que el músico
reconoce los sonidos que le son familiares.

Forma interna: El músico es capaz de imaginar los sonidos y darles un significado


dentro del contexto musical.

Para trabajar la memoria auditiva, Ohsawa (2009) propone como ejercicio previo
solfear repetidas veces las líneas melódicas que componen la obra, es decir, cantar
las frases que la componen para retener los pasajes musicales.

Por su parte, Lo (2010) señala que es importante escuchar una amplia variedad de
obras para el instrumento del ejecutante, ya que el oído se agudiza progresivamente
al distinguir cada estilo, compositor y época musical, procedimiento que servirá al
estudiante para tomar conciencia de la sonoridad particular de cada obra y le
servirá para buscar su sonido.

A este respecto, McPherson (2011) va un paso más allá y sugiere que se escuche la
obra antes de interpretarla, ya que esta actividad sirve para reconocer patrones
melódico-armónicos que posteriormente se aplican con mayor facilidad en el estudio
de la partitura, al mismo tiempo que les sirve para memorizarla.

Memoria kinestésica y su estudio:

La memoria kinestésica es la que se refiere a los aspectos mecánicos, es decir, los


movimientos corporales específicos que deben realizar los ejecutantes de acuerdo
con su instrumento y que se centran básicamente, en la digitación (Eguilaz, 2009).

Este tipo de memoria se desarrolla de acuerdo a la rigurosidad que se mantiene


durante el estudio y el contenido de los ejercicios que realiza el estudiante a
través de la práctica de escalas (diatónicas, cromáticas, pentatónicas, etc.) en
diferentes ritmos y articulaciones, así como el estudio de métodos específicos
(Bresin y Battel, 2010).

También se puede desarrollar este tipo de memoria mediante la práctica del tap, es
decir, digitar y percutir la obra fuera del instrumento sobre una base sólida
(Mishra, 2004).

En este sentido, Granda, Barbero y Rodríguez (2004) destacan que es importante


potenciar y desarrollar el aspecto kinestésico en los intérpretes de instrumentos,
puesto que se obtiene un mayor control y conciencia de sus acciones motrices,
disminuyendo la tensión muscular y obteniendo una mayor fluidez en la
interpretación musical, circunstancia que además, favorece una mayor seguridad en
la interpretación de memoria, (Palmer, 2006; Parkes, 2010).

Memoria analítica y su estudio:

La memoria analítica surge del análisis de los elementos básicos que conforman las
estructuras musicales.

Es a partir del análisis musical, cuando se adquiere un entendimiento global de la


obra que se interpreta (Aiello,2003; Ginsborg, 2004).

Además, este procedimiento será iniciado por el profesor quien deberá, de un modo
progresivo, enseñar alalumno a analizar los diferentes aspectos que debe considerar
en el estudio de la partitura como por ejemplo, esquematizar la melodía, separar la
obra por secciones, identificar intervalos, motivos, células rítmicas, secuencias
tonales y armónicas, para de este modo tener una visión más concreta de la
partitura y facilitar su memorización (Bernardi, etal, 2009; Graff y Schubert,
2007).
En el aprendizaje instrumental se deben de desarrollar distintos tipos de memoria
que permitan al ejecutante interpretar obras musicales en un concierto o recital
sin la presencia de la partitura.

Las estrategias de memorización más usuales son la memoria visual, audi-


tiva y kinestésica (Ginsborg, 2004).

De igual manera, las estrategias analíticas son de gran importancia para la


memorización de la obra musical, ya que se adquiere una comprensión
global de la música (Chaffin e Imreh, 1997).

Dada la importancia que tiene el desarrollo de la memoria musical en intérpretes,


se presentan a lo largo de este texto los distintos tipos de memoria y su
implicación en la educación musical desde el inicio de los estudios formales de un
instrumento, puesto que el alumno debe adoptar una consciencia memorística en la
práctica habitual desde su etapa temprana del aprendizaje instrumental (Bernal,
2009a).

Así mismo, se requiere que el alumno realice un estudio constante y reflexivo, de


modo que desarrolle estrategias de aprendizaje que sirvan para mejorar su práctica
instrumental (Galicia, 2007).

En este sentido, es importante combinar distintas modalidades de práctica musical


como la física (sobre el instrumento), la práctica mental que implica solo la
audición de la obra y finalmente la práctica mental sin ninguna otra interferencia,
puesto que de esta forma se desarrollan las habilidades visuales, auditivas y
kinestésicas, que dan como resultado una mayor calidad en la ejecución instrumental
de memoria (Cuartero y Payri,2010).

la aplicación de distintas estrategias de estudio bien definidas y estructuradas


durante la práctica del instrumento, determinan un mejor desenvolvimiento en la
ejecución instrumental, permitiendo que se desarrolle en mayor medida la
interpretación de memoria (McPherson,2005).

Además las estrategias de estudio incluyen distintas modalidades sensoriales


(visual, auditiva, kinestésica), añadiendo a éstas el análisis de la obra
que interpretan, de modo que se obtiene una ejecución de memoria fluida y sin
interrupciones (Mishra, 2007).

Método de sombras:

La práctica consiste en interpretar y memorizar una pieza sin tener el violín en


nuestras manos.

Es importante repetir por lo menos cuatro veces esta técnica con la partitura a la
vista y cuatro veces sin la partitura.

Debemos comenzar por aprender a la perfección una sola fila o linea de la melodía
seleccionada.

Una vez lograda, continúe con el resto de la melodía utilizando el mismo principio.

Este tipo de método desarrolla la memoria consciente y le da mayor


solidez al aprendizaje dando como resultado una interpretación mas confiable.
Para memorizar la música de forma más eficiente, debemos realizar esta práctica por
la noche.

Algunas investigaciones señalan que el cerebro ensaya automáticamente toda la


noche lo que hizo justo antes de irse a dormir.

Los practicantes de este método pueden complementarlo pronunciando en voz alta las
posiciones de las que vienen y a las que van.

Esto fomenta el desarrollo de una mayor capacidad de memoria fotográfica, y a su


vez, le da un mejor sentido a donde la mano izquierda debe ser enviada utilizando
la memoria consciente, haciéndola registrar las posiciones correctas del brazo y de
la mano.

A través de este proceso, la memoria activa se vuelve cada vez más fuerte, como un
músculo ejercitado, lo que permite memorizar conscientemente con mayor rapidez.

La práctica del violín mediante el método de sombras requiere mucha concentración y


trabajo ya que el violinista no puede ocultarse detrás del instrumento.

Debe basarse únicamente en el poder del cerebro para reconstruir la pieza.

Los brazos y las manos no se mueven inconscientemente, el violinista sabe en todo


momento en que lugar de la pieza se encuentran.

La técnica de las sombras ayuda a incrementar la con anza en nosotros mismos y a su


vez, construye y mejora considerablemente la capacidad de interpretación.

Algunas guías y consejos:

Leer la partitura con detenimiento: Lo primero que debemos hacer, si se trata de


una partitura nueva, es leerla con los ojos, sin tocar.

Intentamos imaginar la música en nuestra cabeza, reconocemos el tipo de pieza que


es, autor, tonalidad, compás... etc.

Analizar la partitura: A la hora de memorizar, las estructuras son muy importantes.

Debemos tener muy claro desde el principio las partes que forman la pieza que vamos
a tocar y el orden que siguen.

Podemos ayudarnos con lápices de colores. Para memorizar, todos los sentidos
cuentan, y cuantos más sentidos entren en juego, más fácilmente recordaremos
la música.

Es por eso que la vista puede ayudarnos tanto como el oído.

Fragmentar cada parte de la pieza: Una vez analizada, podemos dividir cada parte en
frases. Cantar puede ayudarnos a reconocerlas.

Apártate del atril desde el principio: Si conoces la pieza que quieres memorizar,
deja la partitura a un lado y toca sin ella.

Comprobarás que no tienes tan mala memoria como parece.

Los límites están en la cabeza. Quizás falte una estructura que recordar, o
reforzar algunos puntos que no se han memorizado con la práctica, pero te llevará
menos tiempo del que piensas.
Si no se ha tocado nunca la pieza, también es importante que desde el principio se
tome la iniciativa de despegarse del atril.

Lee una frase y trabájala sin partitura.

Intenta ligarla con la siguiente y así.

Fíjate en lo que sientes: Como ya hemos dicho, a la hora de memorizar, cuanto más
sentidos entren en juego mejor.

Para memorizar se debe estar pendiente de sentir el contacto de los dedos con el
instrumento, los labios con la boquilla, la manera en que los músculos se mueven
para realizar cada movimiento, las respiraciones...

Si piensas en todo ello, el sentido del tacto se sumará al oído y la vista a la


hora de memorizar la pieza, y te hará el trabajo más fácil.

Imagina una historia ligada a la música que tocas: Formar una historia con
principio nudo y desenlace te hará memorizar mejor la música.

Es una técnica también para relajarte mientras tocas, para hacer que tu mente
trabaje de manera diferente y cree nuevas conexiones ligadas a la pieza que tocas.

Utiliza palabras: Esta técnica es muy curiosa, se trata de poner letra a


la música. Es sorprendente lo eficaz que esto puede ser.

Transcribe la partitura o fragmentos de ella: Un buen método para memorizarla,


aunque quizás aburrido o costoso, es transcribir toda la partitura a mano en un
pentagrama.

Practicar la concentración: Hacer un repaso mental de la partitura antes de entrar


al escenario.

Trabajar la concentración, Intentando cantar internamente la parte que crees que


sigue o engánchate con cualquier otro fragmento que tengas claro.

Para eso, previamente debes señalarte en la partitura momentos clave o puntos en


los que sepas engancharte fácilmente.

Utiliza el estudio mental.

Ventajas de tocar de memoria:

Puedes centrarte mejor en la interpretación.

Tocas de manera más libre una vez que dominas la partitura.

Das una impresión de mayor compromiso al público.

Obligas a tu mente a estar más despierta mientras estudias, lo cual hace que
trabajes la concentración y el hace que el tiempo de estudio sea más efectivo.

La memoria motora:

Para que los movimientos puedan repetirse siempre de la misma manera es necesario
que los tengamos memorizados.

Al tocar una pieza musical se realizan una serie de movimientos.


Cuando pensamos en ello, nos vienen a la mente sensaciones muy diferentes.

El conjunto de todas esas sensaciones es la percepción general de movimiento.

Cuando imaginamos que realizamos determinados movimientos, estamos apelando a esta


memoria.

La representación mental del movimiento:

Para comenzar a practicar mentalmente debemos ir de lo fácil a lo más complejo.

Lo primero será imaginar en tempo lento y centrarnos en los movimientos de una sola
mano.

Una vez asumido este paso, se debe añadir la representación simultánea de las dos
manos.

En el caso de los instrumentos de viento o el canto, se debe incluir en la


imaginación la respiración y los movimientos de boca y lengua.

Para practicar mentalmente con éxito no es necesario imaginar todos los aspectos
motores con exactitud.

Será suficiente con centrarse en una parte de ellos, según lo que queramos
estudiar.

Se trata de separar la representación mental en planos.

Un primer plano pueden ser los músculos de la cara en un pasaje complejo para
instrumentistas de viento, dejando en segundo plano las manos.

El tempo en el que imaginamos el pasaje que estamos practicando es también


determinante.

Al principio necesitaremos imaginar en tempo lento.

Pero este tempo debe aumentar poco a poco.

Lo que es posible imaginar, es posible tocar.

A la representación mental de los movimientos también debemos unir la


representación del sonido e imaginar con exactitud cuál es el resultado sonoro que
esperamos: matiz, color, articulación, afinación, ritmo...etc.

¿Para qué nos sirve el entrenamiento mental?

Mejora la efectividad del estudio práctico y la concentración.

El resultado es un ahorro de tiempo en el estudio.

Se aprende a practicar de manera más cuidadosa.

Se acelera el aprendizaje de movimientos.

Mejora la coordinación.

Para mejorar pasajes muy concretos.


Mejora la memoria.

Para tener más claras las ideas musicales y el sonido deseado.

Aumenta la seguridad en lo que tocamos.

Para comprender mejor la estructura y estética de una pieza.

No se realizan movimientos repetitivos innecesarios.

Podemos estudiar en cualquier momento, sin necesidad de tener con nosotros el


instrumento, o en momentos en los que no podemos tocar.

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Los violinistas frecuentemente hablan sobre la importancia de los movimientos


libres en el brazo del arco. Sin embargo, es difícil mover el brazo del arco
libremente, Se debe desarrollar la forma en que los dedos de la mano del arco
interactúan con el arco. Estas habilidades se desarrollan con el tiempo, a través
de la repetición y la práctica ...

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