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Beneficios de aprender a tocar un instrumento musical

Independientemente de la edad, aprender a manejar un instrumento musical puede


estimular el cerebro de gran manera: incrementa la materia gris, mejora las conexiones
entre las áreas más distanciadas del cerebro y mejora la memoria verbal, el
razonamiento espacial y las habilidades de alfabetización.

¿Por qué es bueno aprender a tocar un instrumento musical?

La relación que existe entre el manejo de un instrumento musical y una mejor


adaptación del sistema nervioso es algo que se ha estudiado desde hace años.

Estas investigaciones coinciden en que, además del enriquecimiento cultural que


conlleva esta actividad, se consiguen los beneficios que a continuación enumeramos:

1. Mejora las capacidades cognitivas


El tocar un instrumento musical nos ayuda a optimizar los procesos cognitivos, los
cuales son los encargados de la ejecución de la comprensión, atención, pensamiento y
memorización.

Tener el hábito de practicar con regularidad provoca que al llegar a la vejez el deterioro
del sistema nervioso sea menos grave.

2. Ejercita el sistema psicomotriz


Sea cual sea el instrumento de tu predilección, el uso de las articulaciones de tus dedos
y manos son las herramientas necesarias para crear las más agradables melodías.

Por lo que, mientras desarrollas una nueva habilidad musical, al mismo tiempo realizas
ejercicios de movilidad que fortalecerán tus huesos y serás menos propenso a sufrir de
enfermedades como artritis o artrosis.

3. Aumenta tu coordinación
Resulta muy gratificante darse cuenta de haber logrado la destreza de coordinar tus
movimientos para que el instrumento suene con una armonía perfecta después de
practicar por un determinado tiempo.

Superar este reto te motiva a conseguir cualquier objetivo que te plantees si tienes el
enfoque correcto.

4. Agudiza la capacidad auditiva


Dado a la gran variedad de tonos que un instrumento puede producir, quien se dedica a
tocarlo va adquiriendo nociones para diferenciarlos.

En su máxima expresión es lo que conocemos como oído absoluto, una habilidad que
solo pocos poseen. Sin embargo, ir aprendiendo a educar el oído resulta beneficioso al
experimentar una mayor capacidad auditiva.
5. Incita a desarrollar la creatividad
La música brinda esa oportunidad de expresarse libremente. Es así que la variación de
unos acordes o partituras a la estructura puede generar un ritmo totalmente diferente.

Tener ese mar de posibilidades se transmite también a la vida diaria, pues una persona
con conocimientos musicales tiende a buscar más de una solución a una problemática,
activando así su creatividad y agilidad mental.

6. Mejora el estado de ánimo


Dicen que la música es medicina para el alma, y está científicamente comprobado que
con ella se puede combatir padecimientos como la ansiedad o la depresión, tal como la
afirma un artículo de la revista Muy Interesante al aligerar el estrés.

Debido a que sirve como un regulador de las emociones, los efectos son verdaderamente
sorprendentes. ¡Imagínate lo bien que se siente sacar tu lado artístico al tocar un
instrumento musical!

7. Un puente de socialización
El siguiente paso después de decidirse a aprender a tocar un instrumento probablemente
sea inscribirse a clases en una escuela especializada para desarrollar tu talento.

La ocasión para crear vínculos con compañeros y maestros puede ser una grata
experiencia. Existen largas amistades que surgieron del gusto musical.

8. Fomenta la adaptación a cambios


Como mencionamos anteriormente, en la música se le da mucho valor a la creatividad,
por lo que cada día se va reinventando y dando lugar a nuevas tendencias.

Esto ocasiona la disposición a adaptarse a los cambios que vayan surgiendo,


desarrollando así la plasticidad del cerebro a la aceptación de factores que rompen con
lo establecido, incluso en otros campos de la vida en aquella persona que toca un
instrumento con mayor facilidad.

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