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Tener el hábito de practicar con regularidad provoca que al llegar a la vejez el deterioro
del sistema nervioso sea menos grave.
Por lo que, mientras desarrollas una nueva habilidad musical, al mismo tiempo realizas
ejercicios de movilidad que fortalecerán tus huesos y serás menos propenso a sufrir de
enfermedades como artritis o artrosis.
3. Aumenta tu coordinación
Resulta muy gratificante darse cuenta de haber logrado la destreza de coordinar tus
movimientos para que el instrumento suene con una armonía perfecta después de
practicar por un determinado tiempo.
Superar este reto te motiva a conseguir cualquier objetivo que te plantees si tienes el
enfoque correcto.
En su máxima expresión es lo que conocemos como oído absoluto, una habilidad que
solo pocos poseen. Sin embargo, ir aprendiendo a educar el oído resulta beneficioso al
experimentar una mayor capacidad auditiva.
5. Incita a desarrollar la creatividad
La música brinda esa oportunidad de expresarse libremente. Es así que la variación de
unos acordes o partituras a la estructura puede generar un ritmo totalmente diferente.
Tener ese mar de posibilidades se transmite también a la vida diaria, pues una persona
con conocimientos musicales tiende a buscar más de una solución a una problemática,
activando así su creatividad y agilidad mental.
Debido a que sirve como un regulador de las emociones, los efectos son verdaderamente
sorprendentes. ¡Imagínate lo bien que se siente sacar tu lado artístico al tocar un
instrumento musical!
7. Un puente de socialización
El siguiente paso después de decidirse a aprender a tocar un instrumento probablemente
sea inscribirse a clases en una escuela especializada para desarrollar tu talento.
La ocasión para crear vínculos con compañeros y maestros puede ser una grata
experiencia. Existen largas amistades que surgieron del gusto musical.