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Tratados internacionales

La reforma del 94 fue importante en 2 sentidos, Cuantitativo por la cantidad de artículos que se reformaron y en
aspecto cualitativo, el de la calidad, de los valores, el del progreso, porque la reforma del 94 muestra claramente
una apertura al sistema que se conoce como el derecho internacional de los derechos humanos. Esta apertura
se ve en el Art. 75 Inc 22 que consistió en darle estatus y reconocimiento expreso a los tratados internacionales
en DDHH dentro de nuestro derecho constitucional. La reforma del 94 no solo establece diferentes tipos de
tratados internacionales sino que reconoce diferentes jerarquías entre ellos y entre ellos la constitución.

*los tratados que tuvieron jerarquía atraves de esta reforma fueron

1. Declaración americana de los derechos y deberes del hombre

2. Declaración universal de derechos humanos

3. convención para la prevención y sanción del genocidio

4. pacto internacional de derechos económicos sociales y culturales

5. pacto internacional de derechos civiles y políticos

6. protocolo facultativo

7. convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial

8. convención americana sobre derechos humanos (pacto de san José de costa rica)

9. convención contra la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer

10. convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes

* Después de la reforma del 94 se agregaron 3 tratados más con jerarquía constitucional

11. convención sobre los derechos del niño

12. convención interamericana sobre desaparición forzada de personas

13. convención sobre la imprescriptibilidad de los crimenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad

COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

Es un órgano autónomo de la organización de los estados americanos OEA, cuyo mandato surge de la carta de
la OEA y de la convención americana sobre derechos humanos y actúa en representación de todos los países
miembros de la OEA, pero no representan específicamente a ningún país en particular. Es una de las dos
entidades del sistema interamericano de protección y promoción de los derechos humanos, con sede en
Washington,EE.UU.

Destacándose entre las funciones principales de la comisión: el promover la observancia y defensa de los
derechos humanos y el servir como órgano consultivo de la organización en la materia derechos humanos. La
comisión, también funciona como un foro, en el cual los estados, ONG Y particulares, expresan su preocupación
sobre cuestiones de derechos humanos. Asimismo, está encargada de vigilar, que los estados observen los
derechos humanos e investiga las presuntas violaciones cometidas en el territorio americano
1-RECONOCIMIENTO EXPLICITO DE JURISDICION Y COMPETENCIA RESPECTO DE LA COMISION

Todo estado parte puede, en el momento del depósito de su instrumento de ratificación o adhesión de esta
convención, o en cualquier momento posterior, declarar que reconoce la competencia de la comisión para recibir
y examinar las comunicaciones en que un estado parte alegue que otro estado parte ha incurrido en violaciones
de los derechos humanos establecidos en esta convención.

Las comunicaciones hechas solo se pueden admitir y examinar si son representadas por un estado parte que
haya hecho tal declaración. Las declaraciones sobre reconocimiento de competencia pueden hacerse para que
esta rija por tiempo indefinido, por un periodo determinado o para casos específicos.

Las declaraciones se depositaran en la secretaria general de la organización de los estados americanos, la que
trasmitirá copia de las mismas a los estados miembros de dicha organización (art.45 CADH)

2-COMPOSICION: La comisión está compuesta por siete miembros, los cuales deberán ser personas de alta
autoridad moral y reconocida versación en materia de derechos humanos (art.34 CADH). Al referirse a esto
expresa, demuestra un interés objetivo en la persona y sus conocimientos. Ello debido a que la comisión
representa a todos los miembros que integran la organización de los estados americanos. Por ello, los miembros
de la comisión serán elegidos a título personal por la asamblea general de la organización, de una lista de
candidatos propuestos por los gobiernos de los estados miembros.

Cada uno de los estados partes, pueden proponer hasta tres candidatos nacionales o de cualquier otro estado
miembro de la organización de los estados americanos. Y a los fines de garantizar la representación de los
países miembros y de evitar presiones por parte de otros estados. Cada país, tiene la obligación de proponer en
su terna, a un candidato, el cual no podrá ser nacional del país proponente.

3-MIEMBROS DE LA COMISION: MODO DE ELECCION Y DURACION EN EL CARGO

Los miembros de la comisión serán elegidos por 4 años y solo podrán ser reelegidos una vez. No pudiendo
formar parte de la comisión, más de dos personas de un mismo estado (art.37 CADH). La única excepción
respecto de la duración en el cargo, sucedió en las primera elección de los miembros de la comisión, puesto que
por cuestiones de prácticas, fue necesario realizar un sorteo, a los fines de elegir tres miembros cuyo mandato
expiro a los dos años de asumidas sus funciones. Habiéndose realizado el mencionado sorteo en la asamblea
general.

4-FUNCIONES Y FACULTADES DE LA COMISION:

La comisión tiene como función principal, el promover la observancia y la defensa de los derechos humanos y en
el ejercicio de su mandato tiene las siguientes funciones y atribuciones (art.40 CADH):

-Estimular la conciencia de los derechos humanos en los pueblos de américa.

-formular recomendaciones, cuando lo estime conveniente a los gobiernos de los estados miembros, con el fin
de que adopten medidas progresivas como así disposiciones apropiadas para fomentar el debido respecto a
esos derechos dentro del marco de las leyes internas y sus preceptos constitucionales.

-preparar los estudios e informes que considere convenientes para el desempeño de sus funciones

-solicitar de los gobernantes de los estados miembros que le proporcionen informes sobre las medidas que
adopten en materia de derechos humanos
-atender las consultas que, por medio de la secretaria general de la organización de los estados americanos, le
formulen los estados miembros en cuestiones relacionadas con los derechos humanos y, dentro de sus
posibilidades, les presentaran el asesoramiento que estos le soliciten.

-actuar respecto de las peticiones y otras comunicaciones en ejercicio de su autoridad de conformidad con lo
dispuesto en los arts. 44 al 51 de esta convención

-rendir un informe anual a la asamblea general de la organización de los estados americanos

-encontrándose facultada la comisión para requerir a los estados parte, que los mismo le proporcionen los
informes por ella solicitados, respecto de la manera en que su derecho interno asegura la aplicación efectiva de
cuales quiera disposiciones de esta convención (art.43).

-receptar los informes y estudios remitidos por los estados, obligación de los mismos conforme el art 42 a fin de
que los estados puedan demostrar la promoción y el desarrollo de los derechos humanos, reconocidos en la
convención , debiendo el estado acreditar, por ante la comisión, si se han adoptado medidas en pos del fomento
y del progreso de los derechos humanos dentro del marco de sus leyes internas y sus preceptos
constitucionales.

-la comisión podrá desestimar una denuncia sin adoptar una decisión escrita, por ejemplo, cuando la denuncia
es retirada por el autor o cuando este indica de alguna otra forma que no desea llevar adelante el asunto.

¿QUIENES PUEDEN RECURRIR ANTE LA COMISION INTERAMERICANA?

Se puede recurrir ante la comisión con peticiones que contengan denuncias o quejas de violación de esta
convención por un estado parte, a través de organizaciones no gubernamentales (ONG), como UNICEF, cruz
roja internacional, etc., organizaciones que trabajan en muchos países del mundo para denunciar las violaciones
de estos derechos y ayudar a las víctimas, como así también el hecho de que los particulares que consideran
que sus derechos humanos y libertades fundamentales han sido violados puedan pedir explicaciones al estado
de que se trate, a condición de que este sea parte en la convención. Ello, conforme lo establecido en el art. 45
de la convención puesto que cualquier persona o grupo de personas, o entidad no gubernamental legalmente
reconocida en uno o más estados miembros de la organización, pueden presentar a la comisión peticiones que
contengan denuncias o quejas de violación de esta convención por un estado parte.

¿COMO RECURRIMOS A LA COMISION?

Una persona, grupo de ellas u ONG puede recurrir mediante una petición o comunicación, la cual deberá cumplir
ciertos requisitos exigidos por el reglamento de la comisión interamericana de derechos humanos. Es por ello
importante el respetar los requisitos enunciados en los arts.28 del reglamento de la comisión, ya que de este
modo, se podrá dar trámite a las peticiones remitidas, para luego se determine, si se han violado los derechos
humanos protegidos por tratados internacionales suscritos por el estado acusado de violación:

Art.28requisitos que deben contener las peticiones dirigidas a la comisión:

-nombre, nacionalidad y firma de la persona o personas denunciantes o, en el caso de que el peticionario sea
una entidad no gubernamental, el nombre y la firma de su representante o representantes legales.

-si el peticionario desea que su identidad sea mantenida en reserva frente al estado

-la dirección para recibir correspondencia de la comisión y en su caso, número de teléfono, facsímil y dirección
de correo electrónico.

-una relación del hecho o situación denunciada, con especificación del lugar y fecha de las violaciones alegadas.
-de ser posible, el nombre de la víctima, así como de cualquier autoridad pública que haya tomado conocimiento
del hecho o situación denunciada.

-la indicación del estado que el peticionario considera responsable, por acción u omisión, de la violación de
alguno de los derechos humanos consagrados en la convención americana sobre derechos humanos y otros
instrumentos aplicables, aunque no se haga una referencia específica al artículo presuntamente violado.

-el cumplimiento con el plazo previsto en el art.32 del presente reglamento

-la indicación de si la denuncia ha sido sometida a otro procedimiento de arreglo internacional conforme al art.33
del presente reglamento.

El formulario debe ser llenado de la manera más completa posible e incluir toda la información disponible con
relación a un hecho en particular que constituya una o más violaciones a los derechos humanos por parte de
estados miembros de la OEA, la redacción de las respuestas debe ser sencilla y directa. En caso de que la
información solicitada no esté a su alcance o no exista, debe señalar “información no disponible” o “no se aplica”,
según corresponda.

Una vez completo, el formulario debe enviarse al secretario ejecutivo de la CIDH por

1-correo, fax, o correo electrónico, que luego se le solicitara al ratificación de la denuncia vía correo adjuntando
su firma.

MODELO DE PETICION O COMUNICACIÓN

SI bien el art.28 del reglamento de la comisión es por si mismo claro, es importante nombrar los requisitos claves

-la petición debe ser presentada dentro del plazo de seis meses a partir de la fecha en que el presunto lesionado
en sus derechos haya sido notificado de la decisión definitiva.

-para que una comunicación sea admisible, la misma no debe ser anónima y debe provenir de una persona que
viva bajo la jurisdicción de un estado que sea parte en la convención.

-la comunicación deberá ser enviada por la persona que afirma que sus derechos establecidos en la convención
han sido violados por ese estado.

Cuando sea evidente que la supuesta víctima no pueda presentar la comunicación, la comisión podrá examinar
una comunicación presentada por otra persona, que deberá demostrar que actúa en nombre de la supuesta
víctima.

MODO Y ORDEN A CUMPLIR CONFORME EL ART.28 DEL REGLAMENTO DE LA COMISION:

1-en primer lugar debemos detallar quien es la persona o grupo de personas u ONG, que presenta la petición,
para ello debemos poner

-nombre de la persona, grupo u ONG (de ser persona jurídica deberá incluir nombre de su abogado o
representante legal)

-correo electrónico

-dirección postal, un elemento descuidado y que es importante ya que la comisión muchas veces devuelve la
comunicación al autor para que facilite más información,

-teléfono-fax
-debe aclarar si desea reservar o no su identidad

-nombre y datos de la persona

-el nombre del estado miembro de la OEA contra el cual se denuncia

-se debe realizar un relato detallado y de la manera más completa posible de los hechos, especificando lugar y
fecha, pruebas disponibles, ej. Expediente informes forenses, nombre de los testigos, aclarar si los testigos
declararon ante tribunales locales, copias de testimonio

-indicar si es necesario preservar la identidad de testigos

-indicar los responsables de los hechos

-deberá indicar de ser posible que DH fueron violados y que artículos de la convención americana o de otros
instrumentos están siendo violados.

-adjuntar fotocopias de los recursos judiciales presentados

.señalar si se hizo imposible iniciar o agotar los gestiones debido a que: no existe legislación interna referido a
esto, no se le permitio el acceso a los recursos judiciales, o haya retraso injustificado

-señalar si hubo investigación judicial, si finalizo o no cuando, si no finalizo por qué, en que caso de finalización
la fecha cuando fue notificado

-aclarar si la integridad física, la salud o la vida de la persona se encuentran en peligro, explicar si ha pedido
ayuda a las autoridades, solicitar de ser necesaria media provisional

-se debe aclarar si el reclamo se presentó ante algún otro organismo internacional

.deberá contener firma y fecha finalizando la petición

-se deberá enviar la comunicación al secretario de la CIDH

FUNCION DE LA COMISION Y EL ACTUAR DE LA MISMA ANTE UNA COMUNICACIÓN

La función principal es promover la observancia y la defensa de los derechos humanos, y en el ejercicio de su


mandato realiza las siguientes actividades:

1-recibe, analiza e investiga peticiones individuales que alegan violaciones de los derechos humanos, según lo
dispuesto en los ats.44 al 51 de la convención

2-observa la vigencia general de los derechos humanos en los estados miembros, y cuando lo considera
conveniente publica informes especiales sobre la situación en un estado particular.

3-realizar visitas in-loco a los países para profundizar la observación general de la situación y/o para investigar
una situación particular, generalmente esas visitas resultan en la preparación de un informe respectivo, que se
publica y es enviado a la asamblea general.

4-estimula la conciencia de los derechos humanos en los países de américa, para ello entre otros, realiza y
publica estudios sobre temas específicos. Así por ejemplo medidas para asegurar mayor independencia del
poder judicial, actividades de grupos irregulares armados, la situación de derechos humanos en los menores, de
las mujeres, de los pueblos indígenas.
5- realiza y participa en conferencias y reuniones de distinto tipo con representantes de gobiernos, académicos,
grupos no gubernamentales, etc.

.Para difundir y analizar temas relacionados con el sistema interamericano de los derechos humanos.

6-hace recomendaciones a los estados miembros de la OEA sobre la adopción de medidas para contribuir a
promover y garantizar los derechos humanos.

7-requieren a los estados que tomen “medidas cautelares” específicas para evitar daños graves e irreparables a
los derechos humanos en casos urgentes, puede también solicitar que la corte interamericana requiera “medidas
provisionales” de los gobiernos en casos urgentes de peligro a personas, aun cuando el caso no haya sido
sometido todavía a la corte.

8-somete casos a la jurisdicción de la corte interamericana y actúa frente a la corte en dichos litigios.

9-solicita “opiniones consultivas” a la corte interamericana sobre aspectos de interpretación de la convención


americana.

ACTUAR DE LA COMISION

Al recibir una petición o comunicación en la que se alegue la violación de cualquiera de los derechos que
consagra esta convención, procederá en

los siguientes términos (art.48): 1-si reconoce la admisibilidad de la petición o comunicación solicitara
informaciones al gobierno del estado al cual pertenezca la autoridad señalada como responsable de la violación
alegada, transcribiendo las partes pertinentes de la petición o comunicación. Dichas informaciones deben ser
enviadas dentro de un plazo razonable, fijado por la comisión al considerar las circunstancias de cada caso.

2- recibidas las informaciones o transcurrido el plazo fijado sin que sean recibidas, verificara si existen o
subsisten los motivos de la petición o comunicación, de no existir o subsistir, mandara archivar el expediente.

3-podra también declarar la inadmisibilidad o la improcedencia de la petición o comunicación, sobre la base de


una información o sobrevivientes a prueba

4-si el expediente no se ha archivado y con el fin de comprobar los hechos, la comisión realizara, con
conocimiento de las partes, un examen del asunto planteado en la petición o comunicación. Si fuere necesario y
conveniente, la comisión, realizara una investigación para cuyo eficaz cumplimiento solicitara, y los estados
interesados le proporcionaran, todas las facilidades necesarias.

5-podra pedir a los estados interesados cualquier información pertinente y recibirá, si asi se le solicita, las
exposiciones verbales o escritas que presenten los interesados.

6- se pondrá a disposición de las partes interesadas, los medios necesarios a los fines de arribar a una solución
amistosa del asunto, fundado en el respeto a los derechos humanos reconocidos en esta convención.

7-la comisión podrá decidir desestimar una denuncia sin adoptar una decisión escrita, cuando la denuncia sea
retirada por el autor o cuando este indica de alguna otra forma que no desea llevar adelante el asunto.

EXAMEN DE LAS DENUNCIAS Una vez que es declarada admisible la comunicación, la comisión le pide al
estado interesado que explique o aclare el fondo de la cuestión y que indique si ha hecho algo para resolverlo. El
estado parte tiene un plazo, el cual será establecido por la comisión, para responder respecto de los hechos. A
continuación el autor de la denuncia tendrá la posibilidad de formular observaciones a la respuesta del estado
(por ello la importancia de la dirección postal), tras lo cual la comisión un dictamen y la envía al estado
interesado y al autor de la denuncia.

Sin embargo en casos graves y urgentes, la comisión, puede realizarse una investigación previo consentimiento
del estado en cuyo territorio se alegue haberse cometido la violación, tan solo con la presentación de una
petición o comunicación, que reúna todos los requisitos formales de admisibilidad.

Si se llega a una solución amistosa con arreglo a las disposiciones del inc. F del art.48, la comisión redactara un
informe el cual será trasmitido al peticionario y a los estados partes en esta convención y comunicado después,
para su publicación. El informe deberá contener una breve exposición de los hechos y de la solución lograda. De
no llegarse a una solución y dentro del plazo que fije la comisión, esta redactará un informe en el que se
expondrán los hechos y sus conclusiones. También se agregaran al informe las exposiciones verbales o escritas
que hayan hecho los interesados. El informe será trasmitido a los estados interesados, quienes no estarán
facultados para publicarlo, al trasmitir el informe, la comisión puede formular las proposiciones y
recomendaciones que juzgue adecuadas (art, 50 CADH)

Si el asunto no ha sido solucionado luego de tres meses, a partir de la remisión del informe a los estados
interesados o si el asunto no ha sido solucionado o sometido a la decisión de la corte, la comisión o el estado
interesado, la comisión podrá emitir, por mayoría absoluta de votos de sus miembros, su opinión y conclusiones
sobre la cuestión sometida a su consideración. La opinión o consideración vertida por la comisión, deberá ser
interpretada por los tribunales nacional, con el mayor esfuerzo, a los fines de cumplir con las recomendaciones
de la comisión interamericana de derechos humanos fallo “Loayza Tamayo”.

La comisión hará las recomendaciones pertinentes y fijara un plazo dentro del cual el estado debe tomar
medidas que le competan para remediar la situación examinada. Transcurrido el periodo fijado la comisión
decidirá, por la mayoría absoluta de votos de sus miembros, si el estado ha tomado o no medidas adecuadas y
si publica o no su informe.

CORTE INTERAMERICANA DE JUSTICIA

La corte interamericana de derechos humanos es una institución judicial autónoma del sistema interamericano
de derechos humanos. Su objetivo es la aplicación e interpretación de la convención americana sobre derechos
humanos. La misma es un tribunal establecido por la mencionada convención, con el propósito primordial de
resolver los casos que se le sometan de supuestas violaciones de aquellos derechos humanos protegidos por
ella.

La corte se compondrá de 7 jueces, nacionales de los estados miembros de la organización, elegidos a título
personal entre juristas de la más alta autoridad moral, de reconocida competencia en materia de derechos
humanos, que reúnan las condiciones requeridas para el ejercicio de las más elevadas funciones judiciales
conforme a la ley del país del cual sean nacionales o del estado que los proponga como candidatos. No
pudiendo haber dos jueces de la misma nacionalidad (ART. 53CADH)

Los mismos serán elegidos, en votación secreta y por mayoría absoluta de votos de los estados partes en la
convención, en la asamblea general de la organización, de una lista de candidatos propuestos por esos mismos
estados

El mecanismo de elección de los jueces es similar al de la comisión, puesto que cada uno de los estados partes
puede proponer hasta tres candidatos, nacionales del estado que los propone o de cualquier otro estado
miembro de la organización de los estados americanos, pero de la lista propuesta, deberá de haber un nacional
de un estado distinto del proponente (art. 53 CADH).
Los jueces de la corte serán elegidos para un periodo de seis años y solo podrán ser reelegidos una vez. Si un
juez no pudiere finalizar su periodo, el mismo será reemplazado por otro, cuyo mandato expirara al completarse
el periodo del juez subrogado.

Los jueces permanecerán en funciones hasta el término de su mandato. Sin embargo, seguirán conociendo de
los casos a que ya se hubieran abocado y que se encuentren en estado de sentencia, a cuyos efectos no serán
sustituidos por los nuevos jueces elegidos (art.54 CADH).

Si uno de los jueces, es nacional de alguno de los estados partes en el caso sometido a la corte, el mismo
conservara su derecho a conocer en el caso. Pudiendo otro estado parte en el caso designar a una persona de
su elección para que integre la corte en calidad de juez ad hoc. No pudiendo haber dos jueces de la misma
nacionalidad. Si de entre los jueces llamados a conocer del caso ninguno fuere de la nacionalidad de los estados
partes, cada uno de estos podrá designar un juez ad hoc. Debiendo el juez ad hoc, reunir la más alta autoridad
moral, de reconocida competencia en materia de derechos humanos (art.52 CADH).

¿QUIENES PUEDEN RECURRIR ANTE LA CORTE?

El art. 62 de la CADH, establece que solamente pueden recurrir ante la corte:

1-los estados partes

2-la comisión

No pudiendo recurrir por ante la corte el individuo en forma directa, puesto que no está facultado para llevar un
caso ante el tribunal. No obstante ello, cualquier persona o grupo de personas, o entidad no gubernamental
legalmente reconocida en uno o más estados miembros de la OEA, pueden presentar a la comisión peticiones
que contengan denuncias o quejas de violación de la convención por un estado parte, conforme lo establecido
en el art.45 CADH.

RECONOCIMIENTO DE COMPETENCIA RESPECTO DE LA CORTE

Este es sin duda uno de los puntos más discutidos de la convención americana de derechos humanos, puesto
que en su art.62 establece:

.todo estado parte pude, en el momento del depósito de su instrumento de ratificación o adhesión de esta
convención, o en cualquier momento posterior, declarar que reconoce como obligatoria de pleno derecho y sin
convención especial, la competencia de la corte sobre todos los casos relativos a la interpretación o aplicación
de esta convención

-la declaración puede ser hecha incondicionalmente, o bajo condición de reciprocidad, por un plazo determinado
o para casos específicos.

-la corte tiene competencia para conocer de cualquier caso relativo a la interpretación y aplicación de las
disposiciones de esta convención que le sea sometido, siempre que los estados partes en el caso hayan
reconocido o reconozcan dicha competencia, otra por declaración especial, como se indica en los incisos
anteriores, otra por convención especial.

VIOLACION DE LA CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

Cuando la corte decida que hubo violación de un derecho o libertad protegidos en esta convención, la misma
dispondrá que se garantice al lesionado el efectivo goce de su derecho. Disponiendo, si fuere procedente, que
se reparen las consecuencias de la medida o situación que ha configurado la vulneración de esos derechos y el
pago de una justa indemnización a la parte lesionada.
Así mismo, ante situaciones excepcionales la corte, de acuerdo con el art. 63.2 de la convención americana
sobre derechos humanos, está facultada para tomar las medidas provisionales que considere pertinentes “en
casos de extrema gravedad y urgencia, y cuando se haga necesario evitar daños irreparables a las personas,
estas medidas pueden tomarse en asuntos que estén en conocimiento de la corte o no, ante una petición por
parte de la comisión.

El motivo de las medidas provisionales, radica en que por lo general transcurren 12 meses, ante de que una
comunicación sea declarada admisible o inadmisible y la resolución del caso puede requerir uno o dos años más
(dependiendo del grado de cooperación de los estados partes y de los autores de las denuncias.

Es debido al prolongado periodo de tiempo que transcurre, que las personas que denuncian ser víctimas de
violaciones de los derechos humanos pueden necesitar protección antes de que la corte adopte su dictamen
final. Por ello, la corte puede dictar medidas provisionales para proteger elderecho a la vida y la integridad
personal de los testigos citados (ej.: casos caballero delgado y santana contra Colombia y cesti hurtado contra el
Perú, entre otros)

FUNCION CONTENCIOSA

La función contenciosa de la corte se ejerce en la resolución de casos en los que se alegue que uno de los
estados partes ha violado al convención.

De acuerdo con el art.66 de la CADH, la corte puede conocer en los casos que sean presentados por un estado
parte o por la comisión interamericana de derechos humanos.

El fallo de la corte será motivado y consensuado. Siendo que si el fallo no expresare en todo o en parte la
opinión unánime de los jueces, cualquiera de estos tendrá derechos a que se agregue al fallo su opinión
disidente o individual. Si bien la corte funciona por medio de consenso, sus distintos miembros pueden agregar
opiniones individuales a los dictámenes de la corte (art.66).

El fallo emitido por la corte es definitivo e inapelable. En caso de desacuerdo sobre el sentido o alcance del fallo,
la corte lo interpretara a solicitud de cualquiera de las partes, siempre que dicha solicitud se presente dentro de
los noventa días a partir de la fecha de la notificación del fallo (art.67 CADH).

La competencia contenciosa de la corte es obligatoria para todos aquellos estados partes que han hecho una
declaración en ese sentido, comprometiéndose los estados a cumplir la decisión de la corte en todos los casos
en que sean partes, aquel fallo que disponga una indemnización compensatoria, se podrá ejecutar en el
respectivo país por el procedimiento interno vigente para la ejecución de sentencias contra el estado.

La competencia de la corte, es obligatoria en aquellos estados partes que han hecho una declaración en este
sentido, actualmente son argentina, Bolivia, Colombia, costa rica, chile, ecuador, el salvador, Guatemala, Haití,
honduras, Nicaragua, panamá , Paraguay, Perú, Suriname, trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela han hecho
esta declaración. Los otros estados partes pueden también aceptar la competencia contenciosa para un caso
específico.

RESULTADOS

Como consecuencia de las decisiones de la corte respecto de algunas denuncias presentadas, varios países han
modificado su legislación. En otros casos, se ha puesto en libertad a los presos y se ha indemnizado a las
víctimas de violaciones de derechos humanos

REPARACIONES DE LA CORTE;
La corte dicta una sentencia, en la cual establece la remuneración o la reparación del daño provocado. Tal
reparación condena al estado a hacer algo a la persona perjudica por dicho daño.

a. Restitución del derecho que ha sido violado


b. Sustitutivos- en esta es imposible reponer el derecho violado
1. Indemnizatorios: es un daño emergente con un lucro secante puede ser por un daño moral o
psicológico o también puede ser por un daño material
2. Simbólicas: apunta a un hecho que se presente un daño sufrido. Puede ser través de una disculpa
pública, es decir el estado tiene que pedir disculpas en algún medio de comunicación publica a la persona que
sufrió el daño. O puede ser la disculpa atraves de homenajes como puede ser por un monumento en su nombre
o una escuela, entre otros
3. Deber: otra vez no se puede producir ese daño a otra persona, por el derecho daño que sufrio esa
persona el estado tiene que reformar su carta magna porque el derecho interno contradijo lo establecido en la
convencion americana de ddhh.
c. Materias: se refiere a los tratamiento psicológicos, concursos de ddhh.

OPINIONES CONSULTIVAS

A los fines de brindar una asistencia técnica para la promoción de los derechos económicos, sociales y culturales
y para la protección de los derechos de grupos sociales vulnerables, por ejemplo los derechos de las minorías y
de los pueblos autóctonos. Los estados miembros y los órganos de la OEA, en lo que les compete, pueden
consultar a la corte acerca de la interpretación de la convención o de otros tratados en lo relativo a la protección
de los derechos humanos en los estados americanos .La competencia consultiva también faculta a la corte a
emitir, a solicitud de un estado, opiniones acerca de la compatibilidad entre cualesquiera de sus leyes internas y
la convención u otros tratados sobre derechos humanos. Asimismo, podrán consultarla, en los que les compete,
los órganos enumerados en el capítulo X de la carta de la organización de los estados americanos, reformada
por el protocolo de buenos aires (ART. 64 de CADH).

Jurisprudencia

Caratula y fecha: GIROLDI HORACIO DAVID Y OTROS. ABRIL 7/1995

Tribunal que dictó la sentencia: CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN (TRIBUNAL ORAL EN LO
CRIMINAL N°6 DE LA CAPITAL FEDERAL)

HECHOS: se refiriere que en la etapa de casación el imputado quiero apelar. Pero le niegan su pedio. Entonces
se basa en la violación de las garantías de debido proceso y defensa de juicio (art 18 CN). La controversia es
que en la convención americana que establece que se vea afectada tiene que haber agotado todas las
instancias locales. Entonces recurre a este tribunal superior.

2. NORMATIVA:

°. Artículo 459, inciso 2° del Código de Procedimiento en


Materia Penal, en cuanto limita la posibilidad de recurrir en casación de la sentencia del tribunal oral en lo
criminal,

que impone una pena inferior a los 3 años de prisión

°. 8 inc. 2° dispone que toda persona inculpada de un delito tiene derecho a recurrir ante un fallo ante un juez o
tribunal superior

3. DOCTRINA DEL FALLO: decidió poner por encima poner la de d internacional que la del interno y se declaró
inconstitucional el art 549 inc. 2 código de procedimiento penal La Cámara Nacional de Casación Penal resolvió,
con fecha 22 de setiembre de 1993, rechazar el planteo de

Inconstitucionalidad del artículo 459, inciso 2° del Código Procesal Penal de la Nación y declaró inadmisible el
recurso

de casación que fuera concedido por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 6. La corte suprema otorgo de guía para
la interpretación de los preceptos convencionales a la opinión de la comisión americana desarrollaron un
infórmame wen el quie fijaron las pautas para reglamentar el plazo razonable de detención

CARATULA Y FECHA: BRAMAJO, HERNÁN J. SEPTIEMBRE 12/1996. BUENOS AIRES

*TRIBUNAL QUE DICTO LA SENTENCIA: CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

1.-HECHOS : Hernán Bramajo, fue detenido el 1º de julio de 1992. El fiscal acusó al procesado por delito de
homicidio calificado en concurso material con el robo doblemente agravado por haber sido cometido en armas,
en poblado y en bando y requirió la pena de reclusión perpetua con la reclusión por tiempo indeterminado.

El Tribunal anterior, concedió la excarcelación por aplicación del art. 1º de la ley 24.390, al cumplir los tres (3)
años de detención en prisión preventiva; concedió la excarcelación bajo garantía real debido a la gravedad de
los delitos atribuidos al procesado, la pena solicitada por el fiscal y la circunstancia de que se registra una
condena.

El representante del Ministerio Público cuestionó la validez del art. 1º de la ley 24.390 debido a que se hallaría
en colisión con lo dispuesto por el art. 7º, inc. 5º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; aduce,
también, que bajo el pretexto de reglamentar un tratado internacional, la ley 24.390 lo ha desvirtuado.

2.-NORMATIVA: En primera instancia se utilizó el art. 1º de la ley 24.390 que establece: “La prisión preventiva no
podrá ser superior a dos años.La Corte Suprema de Justicia de la Nación, basó su fundamentación en las
siguientes normas:

* Art. 7º, inc. 5º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos: “Toda persona detenida o retenida
debe ser llevada, sin demora, ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones
judiciales y tendrá derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de
que continúe el proceso. Su libertad podrá estar condicionada a garantías que aseguren su comparecencia en el
juicio.”

* Art. 319 del Código Procesal Penal de la Nación: “Podrá denegarse la exención de prisión o excarcelación,
respetándose el principio de inocencia y el artículo 2 de este Código, cuando la objetiva y provisional valoración
de las características del hecho, la posibilidad de la declaración de reincidencia, las condiciones personales del
imputado o si éste hubiere gozado de excarcelaciones anteriores, hicieran presumir, fundadamente, que el
mismo intentará eludir la acción de la justicia o entorpecer las investigaciones.”

* Art. 380 del Código de Procedimiento en Materia Penal: “Si el imputado confesare circunstanciada y
llanamente su culpabilidad, podrá omitirse la recepción de la prueba tendiente a acreditarla, siempre que
estuviere de acuerdo el Juez, el Fiscal y el defensor.”

3.- DOCTRINA DEL FALLO: La Corte Suprema de Justicia de la Nación, afirma que si bien la ley 24.390 fija
plazos para la procedencia de la libertad caucionada, de ello no se deriva que vulnere lo establecido por el art.
7º, inc. 5º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos puesto que la Comisión no prohíbe que cada
Estado Parte establezca plazos de duración de la detención del juzgamiento, lo que no admite es la aplicación
de aquéllos en forma automática sin valorar otras circunstancias. Sostiene que la ley 24.390 no ha derogado las
normas que rigen el instituto de la excarcelación, razón por la cual las disposiciones de aquélla deben ser
interpretadas a la luz de las normas respectivas del Código de Procedimiento en Materia Penal y del Código
Procesal Penal.

Este Tribunal, considera que la validez del art. 1º de la ley 24.390 se halla supeditada a la circunstancia de que
los plazos fijados en aquella norma no resulten de aplicación automática por el mero transcurso de los plazos
fijados, sino que han de ser valorados en relación a las pautas establecidas en el art. 380 del Código de
Procedimiento en Materia Penal y en el art. 319 del Código Procesal Penal.

Dicha Corte, sostiene que cuando un precepto, basado en la libertad de uno de sus textos conduzca a resultados
concretos que no armonicen con los principios axiológicos enunciados en otro de rango superior y produzca
consecuencias desvaliosas, resulta necesario dar preeminencia al espíritu de la ley, al conjunto armonioso del
ordenamiento jurídico y a los preceptos fundamentales del derecho en el grado y jerarquía en que éstos son
valorados por el ordenamiento normativo.

Afirma, que en caso de obtener la libertad, el acusado, intentará burlar la acción de la justicia, razón por la cual
debe revocarse la resolución impugnada, puesto que la interpretación efectuada por el a quo del art. 1º de la ley
24.390 es incompatible con la jurisprudencia elaborada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y
la establecida por esta Corte; así, rechaza la inconstitucionalidad del art. 1º de la ley 24.390 y se revoca la
resolución impugnada; haciéndose saber y volviendo al Tribunal de Origen para que se dicte un nuevo fallo con
arreglo a derecho.

Caso mevopal. 1. Hechos del caso.

Mevopal S. A. es una empresa constructora (persona jurídica o ficta). Esta empresa, tenía tres (3) contrato de
locación de obras suscriptas con el Instituto Provincial de la Vivienda en la Provincia de Buenos Aires. Dicha
provincia, incumplió estos contratos; y por incumplimiento de éstos, la empresa perdió su capital, y subsiste
como persona jurídica pero sin trabajo. El problema de dicho caso radica en que, si la Comisión está habilitada
para conocer la petición presentada por Mevopal Sociedad Anónima. Con anterioridad, la empresa interpuso una
demanda contencioso-administrativa ante la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Buenos Aires. Dicha
Corte, consideró que hubo culpa concurrente, y sólo resarció los gastos improductivos producidos a Mevopal en
las tres (3) obras. Luego la Corte Suprema de Justicia de la Nación, al intervenir, redujo a dos (2) obras el
reconocimiento de los gastos improductivos. Momento en el cual, la peticionaria ejerció sucesivamente el recurso
extraordinario y de queja, siendo éste último rechazado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
2. Normas jurídicas.

· Art. 1, inc. 2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos: “Para los efectos de esta Convención,
persona es todo ser humano.”

· Art. 44 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos: “Cualquier persona o grupo de personas, o
entidad no gubernamental legalmente reconocida en uno o más Estados miembros de la Organización, puede
presentar a la Comisión peticiones que contengan denuncias o quejas de violación de esta Convención por un
Estado parte.”

· Art. 45 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos: “1) Todo Estado parte puede, en el
momento de depósito de su instrumento de ratificación o adhesión de esta Convención, o en cualquier momento
posterior, declarar que reconocer la competencia de la Comisión para recibir y examinar las comunicaciones en
que un Estado parte alegue que otro Estado parte ha incurrido en violaciones de los derechos humanos
establecidos en esta Convención.

2) Las comunicaciones hechas en virtud del presente artículo sólo se pueden admitir y examinar si son
presentadas por un Estado parte que haya hecho una declaración por la cual reconozca la referida competencia
de la Comisión. La Comisión no admitirá ninguna comunicación contra un Estado parte que no haya hecho tal
declaración.

3) Las declaraciones sobre reconocimiento de competencia pueden hacerse para que ésta rija por tiempo
indefinido, por un período determinado o para casos específicos.

4) Las declaraciones se depositarán en la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos, la


que transmitirá copia de las mismas a los Estados miembros de dicha Organización.”

· Art. 47 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos: “La Comisión declarará inadmisible toda
petición o comunicación presentada de acuerdo con los artículos 44 ó 45 cuando:

a) Falte alguno de los requisitos indicados en el artículo 46;

b) No exponga hechos que caractericen una violación de los derechos garantizados por esta
Convención;

c) Resulte de la exposición del propio peticionario o del Estado manifestante infundada la petición o
comunicación o sea evidente su total improcedencia, y

d) Sea sustancialmente la reproducción de petición o comunicación anterior ya examinada por la


Comisión u otro organismo internacional.”

· Art. 1 del Reglamento de la Comisión Americana sobre Derechos Humanos: “1) El presente Reglamento
tiene por objeto regular la organización y procedimiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

2) La Corte podrá dictar otros reglamentos que sean necesarios para el cumplimiento de sus funciones.

3) A falta de disposición en este Reglamento o en caso de duda sobre su interpretación, la Corte decidirá.”

· Art. 26 del Reglamento de la Comisión Americana sobre Derechos Humanos: “1) Los Estados partes en un
caso tienen el deber de cooperar para que sean debidamente cumplidas todas aquellas notificaciones,
comunicaciones o citaciones dirigidas a personas que se encuentren bajo su jurisdicción, así como el de facilitar
la ejecución de órdenes de comparecencia de personas residentes en su territorio o que se encuentren en el
mismo.
2) La misma regla es aplicable respecto de toda diligencia que la Corte decida practicar u ordenar en el territorio
del Estado parte en el caso.

3) Cuando la ejecución de cualquier de las diligencias a que se refieren los numerales precedentes requiera de
la cooperación de cualquier otro Estado, la Presidencia se dirigirá al Estado respectivo para solicitar las
facilidades necesarias.”

· Art. 32, inc. a) del Reglamento de la Comisión Americana sobre Derechos Humanos: “1. La Corte hará
público: a) Sus sentencias, resoluciones, opiniones y otras decisiones, incluyendo los votos concurrentes o
disidentes, cuando cumplan los requisitos señalados en el artículo 65.2 del presente Reglamento…”

3. Doctrina.

La Comisión consideró esta petición inadmisible por ser evidente su total improcedencia de acuerdo con lo
establecido en el art. 47 en concordancia con el art. 1.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
ya que las personas jurídicas no están protegidas por dicha Convención; estas persona son ficciones jurídicas
sin existencia real en el orden material; y como dice el art. 1.2 de la Convención, “persona es todo ser humano

Caso verbitsky 1. Hechos del caso.

Verbitsky, de profesión periodista, comienza su demanda por una publicación en el diario Página /12, titulada
“Cicatrices de dos guerras”, en la cual Verbitsky, llama al señor Augusto Belluscio “asqueroso”; el problema
radica en que el señor Verbitsky denuncia al Estado argentino por la violación del art. 8 (imparcialidad e
independencia de los jueces), el art. 13 (libertad de pensamiento y expresión) y el art. 24 (igualdad ante la ley).

2. Normas jurídicas.

• Art. 2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos: “Si el ejercicio de los derechos y libertades
mencionados en el artículo 1 no estuviere ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los
Estados Partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las
disposiciones de esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer
efectivos tales derechos y libertades.”

• Art. 48, inc. 1, ap. f) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos: “1. La Comisión, al recibir una
petición o comunicación en la que se alegue la violación de cualquiera de los derechos que consagra esta
Convención, procederá en los siguientes términos… f) Se pondrá a disposición de las partes interesadas, a fin
de llegar a una solución amistosa del asunto fundada en el respeto a los derechos humanos reconocidos en esta
Convención.”

• Art. 49 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos: “Si se ha llegado a una solución amistosa
con arreglo a las disposiciones del inciso 1.f del artículo 48 la Comisión redactará un informe que será
transmitido al peticionario y a los Estados Partes en esta Convención y comunicado después, para su
publicación, al Secretario General de la Organización de los Estados Americanos. Este informe contendrá una
breve exposición de los hechos y de la solución lograda. Si cualquiera de las partes en el caso lo solicitan, se les
suministrará la más amplia información posible.”

• Ley 23.984
• Art. 48, inc. b) del Reglamento de la Comisión Americana sobre Derechos Humanos: “1. Los peritos podrán
ser recusados cuando incurran en alguna de las siguientes causales… b) Ser o haber sido representante de
alguna presunta víctima en el procedimiento a nivel interno o ante el sistema interamericano de promoción y
protección de los derechos humanos por los hechos del caso en conocimiento de la Corte…”

3. Doctrina.

La Convención Interamericana de Derechos Humanos, resuelve expresa su reconocimiento tanto al gobierno


argentino por derogar el artículo 244 del Código Penal dando cumplimiento con el artículo 2 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos; también al señor Verbitsky, por facilitar el proceso de solución amistosa en
su aceptación de los términos de la sentencia de la Cámara Nacional de Casación Penal.

La Comisión expone que en el caso que una ley resulte incompatible con la Convención, el Estado, está obligado
(según el artículo 2) a adoptar las medidas necesarias para hacer efectivos los derechos y libertades
garantizados por la Convención.

Expuso su satisfacción por la culminación del proceso de solución amistosa y reconoció que el mismo ha
concluido a entera satisfacción de las partes y de la Comisión, habiéndose dado cumplimiento a los artículo 48,
inc. 1, ap. f) y 49 de la Convención, y al art. 48 del Reglamento.

DEBIDO PROCESO.

Artículo 8. Garantías Judiciales ( CONVENCION AMERICANA DDHH)

1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez
o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de
cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de
orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.

2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca
legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes
garantías mínimas:

a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no comprende o no habla
el idioma del juzgado o tribunal;

b) comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada;

c) concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa;

d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y de
comunicarse libre y privadamente con su defensor;

e) derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado, remunerado o no según la
legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare defensor dentro del plazo
establecido por la ley;

f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la comparecencia,


como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos;

g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y


h) derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.

3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza.

4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos.

5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de la justicia.

Artículo 25. Protección Judicial (CONVENCION INTERMERICANA DDHH)

1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o
tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la
Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en
ejercicio de sus funciones oficiales.

2. Los Estados Partes se comprometen:

a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado decidirá sobre los derechos
de toda persona que interponga tal recurso;

b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y

c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda decisión en que se haya estimado
procedente el recurso.

Artículo 18.- Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho
del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho
de la causa. Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo; ni arrestado sino en virtud de orden escrita de
autoridad competente. Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos. El domicilio es
inviolable, como también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y una ley determinará en qué
casos y con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación. Quedan abolidos para siempre la
pena de muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los azotes. Las cárceles de la Nación serán
sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto
de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla exija, hará responsable al juez que la autorice.
CN

PLAZO RAZONABLE:

El plazo razonable es un concepto extraído de la Convención Americana de Derechos Humanos, señalado en los
artículos 7 “Derecho a la Libertad Personal8 “Garantías Judiciales y 25 “Protección Judicial siendo parte del
componente de los derecho al debido proceso y acceso a la administración de justicia, definido no estrictamente
como un lapso de tiempo establecido para la toma de decisiones judiciales, sino como una valoración racional
sobre la agilidad, eficiencia y efectividad con que puede contar la decisión en la garantía de los derechos de los
sujetos. el plazo razonable debe tenerse en cuenta los siguientes elementos:

1. Complejidad del asunto: Ha indicado la Corte Interamericana de Derechos Humanos que cuando ha
de determinarse si el plazo en el cual se surtió la investigación, detención, juzgamiento y decisión fue razonable
a la luz de la complejidad del caso que se esta evaluando, sin embargo es necesario deslindar entre la actividad
ejercida con reflexión y cautela justificables, y la desempeñada con excesiva parsimonia, exasperante lentitud,
exceso ritual. En atención a lo anterior, ha de evaluarse en atención a la protección que emerge
internacionalmente que el juzgamiento de una conducta así como la determinación plausible de soluciones a los
debates planteados se resuelvan en un periodo prudencial que este adecuado a su complejidad.
2. Actividad procesal del interesado: Es necesario e importante que el interesado de las resultas del
proceso realice actuaciones tenientes a la búsqueda de resultados prontos. En este sentido se señala la
necesidad de que las actividades del interesado hayan sido propicias para que el proceso haya sido ágil, pues
resulta que en determinados casos ante la inactividad del peticionario se amplíen los términos de juzgamiento y
resolución de procesos. En este sentido ha indicado la Comisión Interamericana en el caso de peticiones
individuales que este elemento solo puede ser controvertido a través de la demostración por parte del Estado de
las actividades realizadas o no por los peticionarios para impedir la decisión procesa
3. Conducta de las autoridades judiciales: Al respecto se ha señalado preponderante que en la
valoración del plazo razonable como elementos de protección en el derecho al debido proceso de los sujetos
dela Convención Americana de Derechos Humanos se tenga en cuenta la conducta que ha realizado las
autoridades encargadas de los procesos para evitar la inactividad y cumplir con sus deberes por encima de las
cautelas justificables y las dificultades propias del caso, siempre que no se hayan producido dilaciones excesivas
e injustificadas en las etapas del proceso.
4.
GARANTIAS GENERICAS
1-La garantía del juez natural: El art.18 expresa que “ningún habitante de la nación puede ser Juzgado por
comisiones especiales o sacado de los
jueces designados por la ley antes del hecho de la causa”, esta garantía importa que la persona debe ser
juzgado por un órgano judicial establecido
por la ley y que revista la característica de permanencia, dotado de la competencia y jurisdicción necesaria con
anterioridad al hecho que motiva el
juzgamiento. Por su parte, esta garantía tiene por objeto asegurar la máxima imparcialidad en el juzgamiento,
evitando que el tribunal sea creado o
elegido por una autoridad, su correcta interpretación implica:
a-la imposibilidad de crear comisiones especiales, b)la imposibilidad de juzgamiento por parte de tribunales
creados con posterioridad al hecho
objeto del proceso. C) indica además, que es competente para juzgar el juez designado por la ley, competente al
momento de la comisión del
hecho, limitando asi la aplicación retroactiva del cambio de competencia de los jueces, aunque estos formen
parte de un órgano permanente pero
que no tenían atribuciones para juzgar el hecho al momento de que este sucediera.
2-La inviolabilidad de la defensa en juicio: el art.18 de la CN estable que es inviolable la defensa en juicio de la
persona y de los derechos “este
derecho comprende la posibilidad de intervenir en el proceso y de llevar a cabo todas las actividades necesarias
para poner en evidencia la falta de
fundamento de la pretensión estatal, es decir que asegura que la persona puede no solo participar en el proceso
sino también hacer lo que crea
necesario para el correcto ejercicio de su defensa.
Así habrá de posibilitarse a la persona la facultad de ser oído, de controlar la prueba de cargo que puede
utilizarse en la sentencia, de probar los
hechos que hagan a su versión de lo acontecido y de valorar la prueba producida, exponiendo las razones de
hecho y de derecho que considere
oportunas. La noción del derecho a ser oído adquiere particular importancia. Toda vez que este importa la
posibilidad de expresarse libremente
sobre cada uno de los extremos que forman parte del proceso, como asi también la de agregar todo lo que
considere necesario para desvirtuar la
imputación en su contra. Por su parte y en lo que respecta a su aplicación, tal derecho no podrá hacerse efectivo
si no existe una clara, precisa y
circunstanciada descripción de los puntos que forman parte de la acusación, con una clara mención de las
circunstancias de tiempo, modo y lugar
que evite todo tipo de imprecisión o vaguedad, dado que como es sabido, nadie puede defenderse de lo que no
conoce, y la falta de un
conocimiento acabado de cada extremo de la acusación, impide el correcto ejercicio del derecho de defensa

PROCESOS ESPCIALES DEL DERECHO INTERNO ACCION DE AMPARO


Como primera aproximación es aquella que tutela el pleno goce de los derechos y garantías reconocidos por la
constitución nacional, un tratado
internacional o una ley, con excepción del derecho a la libertad física o ambulatoria, específicamente protegida
por la acción de habeas corpus y el
derecho de toda persona a tomar conocimiento de datos a ella referidos, amparado por el habeas data.
Posee una larga trayectoria que determina su alcance y contenido, destacándose que hasta el año 1957 en
nuestro país no se reconocía al amparo
como medio o forma de protección de los derechos fundamentales, toda vez que los jueces se negaban a
reconocer la existencia de una vía
procesal de tal característica que no estaba expresamente prevista por la ley, basando sus conclusiones que los
derechos y libertades encontraban
un remedio especifico procesal que evitaba su cercenamiento.
1-1-EVOLUCION JURISPRUDENCIAL
El amparo adoleció de una etapa de negación como garantía de la defensa de los derechos constitucionales,
siendo finalmente consecuencia de
una creación jurisprudencial de la corte suprema de justicia, la que le otorgo status jurídico sin que existiese en
ese momento una ley que lo
estatuyera o consagrara. Aquella etapa de negación transcurrió desde la instalación de la corte en 1863 hasta su
reconocimiento pretoriano en
diciembre de 1957 en el famoso leading case “Siri Ángel S.”
Podemos reseñar que en dicho caso, Ángel Siri se encontraba a cargo del diario de la ciudad de mercedes, el
que había sido clausurado desde
enero del año 1956 con una custodia en el lugar donde funcionaba. En este marco, el Sr. Siri formulo una
petición judicial invocando que la clausura
del periódico vulneraba la libertad de imprenta y de trabajo que aseguran los arts.14, 17 y 18 de la constitución
nacional, amén de haber sido
dispuesta sin orden de autoridad competente y expresión de la causa que motivara dicha restricción.
La sentencia de primera y segunda instancia rechazo el planteo formulado por el Sr. Siri, por lo que ocurrió ante
la corte suprema de justicia de la
nación, por vía del recurso extraordinario. En esa instancia, el tribunal supremo, corroboro que aun persistía la
clausura del diario y en esta
oportunidad el criterio fue distinto a lo que venía sosteniendo con anterioridad. De acuerdo a las constancias de
la causa, determino que no pudo
comprobarse la autoridad que había ordenado la clausura y con qué motivo, para luego aclarar, apartándose del
criterio procurador, que en este
caso no se trataba de un recurso de habeas corpus, sino de una acción fundada en las libertades
constitucionalmente consagradas asentando que “
basta esta comprobación inmediata (restricción de las libertades de imprenta y trabajo sin orden de autoridad
competente y sin expresión de causa
legal), para que la garantía constitucional invocada sea restablecida por los jueces en su integridad, sin que
pueda alegarse en contrario la
inexistencia de una ley que la reglamente: las garantías individuales existen y protegen a los individuos por el
solo hecho de estar consagradas por
la constitución e independientemente de las leyes reglamentarias..” precisando más tarde que “ los preceptos
constitucionales, tanto como la
experiencia institucional del país, reclaman de consuno el goce y ejercicio pleno de las garantías individuales,
para la efectiva vigencia del estado de
derecho, e impone a los jueces el deber de asegurarlas…”
El fallo dictado en el caso Siri, provoco un cambio sustancial en la jurisprudencia relacionada con la protección
de los derechos constitucionales,
dado que se terminó por reconocer la vía del amparo aun en ausencia de una ley expresa que lo consagrara,
abriendo las puertas a un nuevo límite,
distinto del habeas corpus.
El precedente sentado en el fallo comentado obtuvo innumerables proyecciones, toda vez que la corte reconoció
que el amparo era una garantía
implícita cuya receptación era impuesta por una correcta interpretación de la constitución.
Tiempo más tarde, precisamente el 5 de octubre de 1958, la corte suprema (con integración distinta a la que le
toco fallar en el caso Siri, no solo
ratifico la postura anterior sino que amplio las fronteras de la acción de amparo en fallo “kot, Samuel S.R.L”
En esta oportunidad, la firma Samuel Kot S.R.L, mantenía un conflicto con su personal, el cual desencadeno la
ocupación de la fábrica por parte de
los obreros. Estos se mantenían en la misma permitiendo a los patrones entrar al establecimiento y sacar objetos
dejando constancia escrita,
también le impedían la entrada al personal de administración y a los capataces, logrando con ello que desde la
puesta de manifiesto en primera y
segunda instancia motivo la interposición de un recurso extraordinario, con fundamento en el cercenamiento de
las garantías a la libertad de
trabajo-art.14- a la propiedad art 17 y la libre actividad art.19, consagradas por la constitución nacional.
En este caso la corte expreso que “siempre que aparezca en modo claro u manifiesto, la ilegitimidad de una
restricción cualquiera a alguno de los
derechos esenciales de las personas así como el daño grave e irreparable que se causaría remitiendo el examen
de la cuestión a los procedimientos
ordinarios, administrativos o judiciales, corresponderá que los jueces restablezcan de inmediato el derecho
restringido por la rápida vía del recurso
de amparo”
Así constato que la ocupación era manifiesta e indudablemente ilegitima, y que ello constituía un agravio y su
carácter irreparable eran
manifiestos.
Otro aspecto a destacar, se advierte al entender la corte que el art.33 de la constitución nacional, derechos no
enumerados, operaba como
sustento normativo de la acción de amparo, garantía tacita o implícita que protege los diversos aspectos de la
libertad individual”.
Por ultimo no podemos dejar de hacer mención, a los argumentos expuestos por la corte en relación a la falta de
distinción, según el ataque
provenga de un particular o de una autoridad pública, sentando su admisibilidad para ambos casos, y refiriendo
expresamente que “si bien en el
precedente citado (fallo Siri) la restricción ilegitima provenía de la autoridad pública y no de actos de particulares,
tal distinción no es esencial a los
fines de la protección constitucional, no es el origen de la restricción ilegitima a cualquiera de los derechos
fundamentales de la persona humana,
sino estos derechos en sí mismos, a fin que sean salvaguardados.
En resumidas cuentas la corte extendió el ámbito de aplicación de la acción de amparo al entenderlo procedente
contra actos de los particulares, le
otorgo base constitucional y dejo en claro la necesidad de que el acto lesivo sea manifiestamente ilegitimo amén
de que el intento de subsanación
del derecho por la vía ordinaria causara un daño grave e irreparable.
EVOLUCION LEGISLATIVA:
LA LEY 16.986
El periodo 1958-1966 es decir desde el fallo “kot” hasta la sanción de la ley 16.986, fue cubierto por una inmensa
vertiente de acciones de amparo,
que paulatinamente moldearía sus aspectos fundamentales.
En el año 1966 se legisla expresamente el amparo mediante la ley 16.986, que como corolario de haber sido
dictada por el gobierno de facto,
otorgo una interpretación restrictiva del contenido de este instituto, apartándose de ciertos aspectos que la
jurisprudencia nacional había
reconocido a la acción de amparo y cercenando así su aplicación en varios aspectos. Dicha ley contaba con 20
artículos, pero podía advertirse ya
desde su primer clausula las limitaciones que esta ley imponía a la acción de amparo en cuanto a su
procedencia frente a los ataques de
particulares. En forma textual, dicho artículo establecía que “la autoridad pública que, en forma actual o
inminente, lesione, restrinja, altere o
amenace con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, los derechos o garantías explícita o implícitamente
reconocidos por la CN, con excepción de la
libertad individual tutelada por el habeas corpus.
Tal como puede apreciarse, pese al gran paso realizado por el fallo KOT, la norma citada receptaba el amparo
únicamente contra actos de
autoridad pública, aunque no obstante ello, el extremo más restrictivo estaba representado en el art.2 de dicha
ley, que establecía que “la acción
de amparo no será admisible cuando a) existan recursos o remedios judiciales o administrativos que permitan,
obtener la protección del derecho o
garantía constitucional de que se trate. B) el acto impugnado emanara de un órgano del poder judicial o haya
sido adoptado por expresa aplicación
de la ley 16.970 c) la intervención judicial comprometiera directa o indirectamente la regularidad, continuidad y
eficacia de la prestación de un
servicio público, o el desenvolvimiento de actividades esenciales del estado d) la determinación de la eventual
invalidez del acto al requerirse una
inconstitucionalidad de leyes, decretos, y ordenanzas e) la demanda no hubiese sido presentada dentro de los
15 días hábiles a partir de la fecha en
que el acto fue ejecutado o debido producirse.
Los puntos transcriptos hablan por si mismos del poco tinte garantista otorgado al amparo por la ley 16.986,
aunque luego volveremos sobre estos
aspectos en su confrontación con la redacción del nuevo art.43 de la carta magna.
Sin perjuicio ello, no debe restarse importancia a esta ley en relación a la regulación legal que adquiría el amparo
a nivel nacional
LEY 7166:
En el ámbito provincial, en el año 1965 se sanciona dicha ley , la misma contaba con 27 artículos y pese a ser un
poco más extensa, poco enriqueció
al instituto.
En su artículo primero restringía también la acción de amparo frente a actos privados, condicionando su
procedencia en el artículo segundo a la
existencia de “otros procedimientos ordinarios administrativos o judiciales, que permitan obtener el mismo efecto.
Agregando en el artículo
tercero que “ la acción que por esta ley se reglamenta no procederá A) si el acto impugnado emana de un órgano
del poder judicial B) si se tratare
de restricción a la libertad individual en que corresponda la interposición del recurso de habeas corpus, reglado
en el código de procedimiento
penal.
LA REFORMA CONSTITUCIONAL DEL AÑO 1994
La discusión en cuanto al real alcance de la acción de amparo ha quedado zanjada con la reforma constitucional
del año 1994 donde se elevó a
rango constitucional a la acción de amparo efectuándose profundas modificaciones a los límites impuestos por la
legislación anterior. Así el actual
redacción del art.43 de la CN establece que:
“toda persona puede imponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que no exista otro remedio judicial
más idóneo, contra todo acto u
omisión de autoridades públicas o de particulares. Que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o
amenace, con arbitrariedad o
ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta constitución, un tratado o una ley. En el caso, el
juez podrá declarar la
inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u omisión lesiva.
Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación, y en lo relativo a los derechos que
protegen el ambiente, a la
competencia, al usuario y al consumidor, así como a los derechos de incidencia colectiva en general, el afectado,
el defensor del pueblo y las
asociaciones que propendan esos fines”.
La primera reflexión que merece la disposición constitucional transcripta marca que el amparo es un instituto
autónomo e independiente de toda
reglamentación para su ejecución, pero pasemos a desentrañar su contenido en la manera que este fuera
establecido.
Así podemos advertir la acción de amparo:
1-dada las condiciones para su procedencia podrá ser interpuesta por TODA PERSONA, es decir tanto físicas
como jurídicas.
2-se trata de una acción EXPEDITA Y RAPIDA. No encuentra obstáculos formales para su interposición sino que
además ha de promulgarse la
celeridad en su trámite y resolución
3-ha de proceder siempre que no exista OTRO MEDIO JUDICIAL MAS IDONEO
4-contra TODO ACTO U OMISION DE AUTORIDADES PÚBLICAS O DE PARTICULARES
5-es viable ante la ACTUALIDAD O INMINENCIA de la afección del derecho, la acción procederá frente a un
acto u omisión ya realizada (amparo
clásico) o también frente a la posibilidad de su concreción, entendiéndose como tal aquella que puede acaecer
en cualquier momento.
6- el acto desencadénate debe consistir en una LESION, una RESTRICCION, una ALTERACION o una
AMENAZA al derecho invocado. Por lesión
debemos entender a la provocación de un daño o perjuicio al hecho en cuestión, restricción es el cercenamiento
del goce de un derecho, alteración
implica una modificación o un cambio en la naturaleza o sustancia, la amenaza es la posibilidad de un daño
futuro e inmediato.
7- la acción atacante debe manifestarse con
ARBITRARIEDAD O ILEGALIDAD MANIFIESTA, el carácter ilegitimo señala que el acto debe carecer de
fundamento es decir ser equivoco o irracional, o contrario a la ley. Así mismo tales características deben ser
patentes, manifiestas, ausentes de
incertidumbre en cuanto a su producción.
8-el derecho vulnerado debe estar reconocido por la CN, un tratado internacional o una ley, ampliándose el
marco de protección que preveía la ley
16.986, por supuesto que esta interpretación se hace extensiva a los derechos amparados por decretos y otras
reglamentaciones.
La ley nacional 16.986 y la ley 7166, en cuanto a su vigencia debido a las contradicciones confrontadas con el
nuevo art.43 de la CN, ante la
jerarquización constitucional del amparo, en cuanto a las leyes cuando revistan un contenido similar al art 43,
carecen de sentido y los que sean
contradictorios son tachados como inconstitucional, careciendo de aplicación alguna.
El segundo párrafo del art.43 propugna la figura de amparo colectivo, previendo su interposición en los caso de
discriminación, medio ambiente,
derechos de los usuarios o consumidor, como los derechos de incidencia colectiva o intereses difusos, también
llamados derechos públicos
subjetivos.
El derecho de acceso a la jurisdicción es la base y motivo sustancial del amparo, por lo que es a la luz de una
amplia interpretación de aquel
derecho que debe instrumentarse, sin que este requiera una legislación complementaria, por lo que su contenido
y eficacia a de madurar a través
de un correcto desarrollo jurisprudencial.
ACCION DE HABEAS CORPUS
Se trata de un instrumento legal con claras características procesales (garantía formal) que tiene por objeto
tutelar la libertad personal, corporal,
fisca o ambulatoria.
El bien protegido por el habeas corpus es la libertad ambulatoria que permite a las personas circular libremente,
en otros términos, el derecho de
locomoción, reconocido por el art.14 de la CN, es claro que esta libertad es el basamento indispensable de las
restantes, dado que sin ella es
imposible su ejercicio. Con respecto a su naturaleza coincidimos con aquella parte de la doctrina que pregona
que se trata de una acción, toda vez
que su ejercicio es una expresión del derecho a la jurisdicción y no de un acto procesal dentro del marco de una
causa en trámite.
ANTECEDENTES
Originalmente, esta acción tuvo como finalidad principal tutelar la libertad personal, la libertad ambulatoria y de
desplazamiento únicamente contra todo arresto o detención ilegal. Luego su aplicación fue adquiriendo un
marco mucho más amplio de actuación, llegando a cuestionar las
condiciones de detención de una persona privada de su libertad, pese a la legitimidad de la medida de encierro.
Encontramos un primer esbozo en el reglamento de la junta conservadora, del 22 de octubre de 1811 que rezaba
que el poder ejecutivo no podrá
tener arrestado a ningún individuo por más de 48 horas, dentro de cuyo término deberá remitirlo a un juez
competente, la infracción al artículo se
considerara como un atentado contra la libertad de los ciudadanos y cualquiera en este caso podrá elevar su
queja a la junta conservadora.
Sin embargo pese a una lenta evolución legislativa, finalmente adquirió una connotación mayor la constitución de
1949, en la parte final del art. 29
donde se advertía que todo habitante podrá interponer por si o por intermedio de sus parientes y amigos, recurso
de habeas corpus ante la
autoridad judicial competente, para que se investiguen la causa y el procedimiento de cualquier restricción o
amenaza a la libertad de su persona.
El tribunal hará comparecer al recurrente y comprobada en forma sumaria la violación, hará cesar de inmediato
la restricción o amenaza.
Posteriormente la constitución de 1853 expresamente consagro el derecho a la libertad y a la protección de la
libertad, a través del preámbulo, al
consignar la frase “asegurar la libertad” como uno de los objetivos constitucionales y en el art.18 (compendio de
garantías personales) al consagrar
la protección de las personas contra detenciones ilegales.
Esta norma (art.18 de la C.N), al prohibir los arrestos sin orden escrita de autoridad competente, es la que otorgo
fundamento a la reglamentación
legislativa del habeas corpus materializada en el art.20 de la ley 48 de 1863, en cual prescribía que cuando un
individuo se halle detenido o preso
por una autoridad nacional o a disposición de una autoridad nacional, o cuando una autoridad provincial haya
puesto preso a un miembro del
congreso, o a cualquier otro individuo que obre en comisión del gobierno nacional, la corte suprema o los jueces
de sección podrán, a instancia del
preso o de sus parientes o amigos investigar sobre el origen de la prisión y en caso de que esta haya sido
ordenada por autoridad o persona que no
está facultada por ley, mandaran poner al preso inmediatamente en libertad.
LA LEY 23.098
El ámbito de aplicación del habeas corpus adquiere mayor connotación al sancionarse dicha ley conocida como
ley De la rua, sancionada
28/9/1984, mediante la cual además de tutelar la legitimidad de la restricción de la libertad va a proteger toda
limitación o amenaza a la libertad
ambulatoria o de desplazamiento.
Esta ley cuenta con 29 artículos y entre otras cuestiones determina su ámbito de aplicación art.1, los órganos
encargados de aplicarla art.2, las
condiciones de su procedencia (art.3), quienes pueden interponerla (art.5), cuál será el trámite de su
procedimiento (art.8 y siguientes) como así
también los recursos que podrán interponerse a la decisión adoptada (art.19 y siguientes), y las reglas de su
aplicación (art.25 y siguientes).
En el art. 3 de dicha ley, dado que este marca las pautas de operatividad del habeas corpus señalando que
corresponderá el procedimiento de
habeas corpus señalando que denuncie un acto u omisión de autoridad pública que implique: 1- limitación o
amenaza actual de la libertad
ambulatoria sin orden escrita de autoridad competente 2-agravacion ilegitima de la forma y condiciones en que
se cumple la privación de la
libertad sin perjuicio de las facultades propias del juez del proceso si lo hubiere”.
Este articulo modifico en parte el régimen instaurado por la ley 16.986 de amparo, puesto que si bien el inciso
primero del art. 3 de la ley 23.098
habilito la acción de habeas corpus contra toda limitación o amenaza actual de la libertad ambulatoria
coincidiendo con lo normado por el art.1 de
la ley 16.986 en su inciso segundo amplio su aplicación para aquellos en que el derecho tutelado no es la
libertad sino el derecho a un trato digno
en prisión consagrado por el art.18 in fine de la constitución nacional.
No resulta sobreabundante recordar que la acción de amparo protege todos los derechos constitucionales,
explícitos o implícitamente
reconocidos en la constitución, un tratado o una ley, con excepción de la libertad ambulatoria y las condiciones
de la detención de una persona.
Tal distinción ha motivado con razón a entender a la acción de habeas corpus como subtipo de amparo
especializado.
En cuanto a la legitimación activa de la acción de habeas corpus, esta debe reputarse como amplia,
circunstancia que es señalada por el art.5 de la
ley 23.098 al prescribir que la denuncia de habeas corpus podrá ser interpuesta por la persona que afirme
encontrarse en las condiciones previstas
por los arts. 3 y 4 o por cualquier otra en su favor.
TIPOS DE HABEAS CORPUS
-Clásico o reparador: protege a la persona contra todo arresto o detención ilegal, se da cuando ya se ha
producido la privación la libertad y tiende a
comprobar su legitimidad (autoridad competente) la ilegalidad a comprobar es:
1-la legitimación o razonabilidad de la medida.
2-que la orden no emana de autoridad pública o competente.
Se discutía acerca de si también procede contra actos de los particulares. Aunque debemos tener en claro que
debe desestimarse ello (ej., si la
detención proviene del director de una escuela) pues para esas situaciones existen disposiciones jurídicas
específicas, como la privación ilegítima
de la libertad.
-Preventivo: receptado entonces por el art.3 de la ley 23.098, es aquel que procede contra toda acción y omisión
de autoridad pública que
constituya una amenaza actual a la libertad ambulatoria sin orden de autoridad competente.
-Correctivo: intenta corregir el agravamiento de las condiciones de una detención que ha sido legítimamente
ordenada.
El art.18 establece que una serie de condiciones a cumplir para la detención de las personas en el ámbito
carcelario de la nación como así también
la finalidad de la misma, al hacer referencia que esta será solo para seguridad y no para castigo.
El objeto de este es evitar el agravamiento de las condiciones de detención, para que el detenido no sea
sometido a un trato o pena inhumano o
degradante. Sobre el punto debe tenerse presente que trata del principio de humanidad que consagra esta
disposición y que se ve complementada
por el art.5 de la convención americana de derechos humanos, especialmente en el inc. 2 al señalar que toda
persona privada de libertad será
tratada con el respeto debido a la dignidad humana inherente al ser humano.
-Restringido: procede contra todo acto u omisión de autoridad pública que sin privar de la libertad, genere un
hostigamiento p alteración de la
misma. Ej. hostigamiento policial, seguimiento, molestia, etc.)
-Desaparición forzada de personas: que tiene por objeto tutelar a las personas frente a una posible desaparición
forzada de su persona. Este tipo
de habeas corpus habilita por lo tanto además, a interponer el habeas corpus a los efectos que la autoridad de
cuenta de las personas
desaparecidas.

REGULACION CONSTITUCIONAL ACTUAL


La regulación constitucional de la acción de habeas corpus encuentra su fuente en la ley 23.098, comprendido
no solo una protección a la libertad,
sino también el cumplimiento de las condiciones mínimas de la privación de la libertad de una persona,
agregando a diferencia de la citada ley, la
posibilidad de su interposición en los casos de desaparición forzada de las personas.
El art.43 de la constitución nacional sanciona que cuando el derecho lesiona, restringido, alterado o amenazado
fuera la libertad física, o en caso de
agravamiento ilegitimo en la forma o condiciones de detención, o en el desaparición forzada de personas, la
accion de habeas corpus podrá ser
interpuesta por el afectado o durante la vigencia del estado de sitio.
En términos generales, la manda constitucional:
A-Promueve el carácter jurídico de acción al habeas corpus.
b-contempla el habeas corpus reparador, preventivo, restringido, correctivo y el de desaparición forzada de
personas.
c-le otorga una legitimación activa amplia, toda vez que este puede ser interpuesto por el afectado o cualquiera
en su favor.
d- marca el carácter de celeridad. Con que debe resolverse su interposición.
LA ACCION DE HABEAS DATA
El concepto de esta clase de habeas, proveniente del latín que significa tomar, traer, exhibir, que debe
complementarse con el término data de
datos.
Generalmente, se entiende que esta acción, tiene por objeto tutelar el derecho a la intimidad en relación a los
datos que sobre una persona hayan
colectado registro o bancos de datos públicos o privados destinados a proveer una información de este tipo.
No obstante ello, debemos tener presente que el derecho a la intimidad abarca mucho más que únicamente los
datos de una persona, elemento
que deber ser sopesado en la interpretación de la acción.
El art.43 de la constitución nacional contiene esta vía procesal que algunos clasifican como “amparo informativo”
o “amparo informático”. Esta
norma prevé que “toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento de los datos a ella
referidos y de su finalidad, que consten
en registros o bancos de datos públicos, o los privados destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o
discriminación, para exigir la
supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de aquellos. No podrá efectuarse el secreto de las
fuentes de información periodística”.
En cuanto al punto enseña Sagúes que “el habeas data pretende dar una respuesta transaccional a los derechos
constitucionales de registrantes y
registrados, y atiende a cuestiones de fondo (los derechos de cada uno de aquellos), y de forma ( el tipo de
procedimiento para asegurar tales
derechos), con relación a lo primero, el habeas data tiene cinco fines principales:
A-acceder al registro de datos
B- actualizar los datos atrasados (si una persona que aparece como procesada, ha sido sobreseída)
c-corregir información inexacta
D-asegurar la confidencialidad de cierta información legalmente colectada, pero que no debería trascender a
terceros (por ej. Balances
presentados por una corporación ante un organismo fiscal, pero que no tendrían que suministrarse a empresas
rivales
E-cancelar datos que hacen a la llamada información sensible (ideas religiosas, políticas o gremiales,
comportamiento sexual, etc.) potencialmente
discriminatoria o que vulnera la privacidad del registrado

LIBERTAD DE EXPRESION

Artículo 13. Libertad de Pensamiento y de Expresión

1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad
de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea
oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.

2. El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede estar sujeto a previa censura sino a
responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar:

a) el respeto a los derechos o a la reputación de los demás, o

b) la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas.

3. No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles
oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados
en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la
circulación de ideas y opiniones.

4. Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con el exclusivo objeto de
regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido
en el inciso 2.
5. Estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o
religioso que constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona
o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma u origen nacional.

ESTADOS DE EXCEPCION

Artículo 27. Suspensión de Garantías

1. En caso de guerra, de peligro público o de otra emergencia que amenace la independencia o seguridad del
Estado parte, éste podrá adoptar disposiciones que, en la medida y por el tiempo estrictamente limitados a las
exigencias de la situación, suspendan las obligaciones contraídas en virtud de esta Convención, siempre que
tales disposiciones no sean incompatibles con las demás obligaciones que les impone el derecho internacional y
no entrañen discriminación alguna fundada en motivos de raza, color, sexo, idioma, religión u origen social.

2. La disposición precedente no autoriza la suspensión de los derechos determinados en los siguientes


artículos: 3 (Derecho al Reconocimiento de la Personalidad Jurídica); 4 (Derecho a la Vida); 5 (Derecho a la
Integridad Personal); 6 (Prohibición de la Esclavitud y Servidumbre); 9 (Principio de Legalidad y de
Retroactividad); 12 (Libertad de Conciencia y de Religión); 17 (Protección a la Familia); 18 (Derecho al Nombre);
19 (Derechos del Niño); 20 (Derecho a la Nacionalidad), y 23 (Derechos Políticos), ni de las garantías judiciales
indispensables para la protección de tales derechos.

3. Todo Estado parte que haga uso del derecho de suspensión deberá informar inmediatamente a los demás
Estados Partes en la presente Convención, por conducto del Secretario General de la Organización de los
Estados Americanos, de las disposiciones cuya aplicación haya suspendido, de los motivos que hayan suscitado
la suspensión y de la fecha en que haya dado por terminada tal suspensión

DERECHOS POLITICOS

Artículo 23. Derechos Políticos

1. Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades:

a) de participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente
elegidos;

b) de votar y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por
voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores, y

c) de tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su país.

2. La ley puede reglamentar el ejercicio de los derechos y oportunidades a que se refiere el inciso anterior,
exclusivamente por razones de edad, nacionalidad, residencia, idioma, instrucción, capacidad civil o mental, o
condena, por juez competente, en proceso penal.

DERECHOS ECONOMICOS SOCIALES Y CULTURALES

Artículo 26. Desarrollo Progresivo

Los Estados Partes se comprometen a adoptar providencias, tanto a nivel interno como mediante la cooperación
internacional, especialmente económica y técnica, para lograr progresivamente la plena efectividad de los
derechos que se derivan de las normas económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura, contenidas en
la Carta de la Organización de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires, en la
medida de los recursos disponibles, por vía legislativa u otros medios apropiados.

Jurisprudencia

Caso Bayarri vs. Argentina.(debido proceso)

Hechos probados

El señor Juan Carlos Bayarri fue detenido sin orden- judicial previa alrededor de las 10 horas del 18 de
noviembre de 1991 por varios elementos de la División Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal Argentina,
quienes, armados y vestidos de civiles, lo interceptaron en la localidad Villa Domínico, en el partido de
Avellaneda, provincia de Buenos Aires, y lo introdujeron, maniatado y con los ojos vendados, en uno de los
automóviles que conducían, trasladándolo a un centro de detención clandestino. La detención de la presunta
víctima tuvo lugar en el marco del sumario iniciado por la comisión de secuestros extorsivos reiterados en la
causa No. 4227, caratulada “Macri, Mauricio. Privación Ilegal de la Libertad”, tramitada por el Juzgado Nacional
de Primera Instancia en lo Criminal de Instrucción No. 25 de la Capital de la República Argentina. En su
declaración ante esta Corte, el señor Juan Carlos Bayarri confirmó las circunstancias, el lugar y tiempo de su
detención y agregó que al momento de su detención se encontraba con su padre.

El 19 de noviembre de 1991, el Jefe de la División de- Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal Argentina
puso al señor Bayarri a disposición del Juzgado de Instrucción No. 25, y que el Secretario de dicho Juzgado
ordenó mantener su detención. En este acto el señor Bayarri no fue llevado personalmente al Juzgado, por lo
que no satisface la obligación dispuesta en el artículo 7.5 de la Convención de ser llevado ante un “juez u otro
funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales”.

El señor Bayarri fue sometido a una detención ilegal en- condiciones de incomunicación, durante la cual agentes
de la Policía Federal argentina deliberadamente le infligieron golpes en el tórax, cara y oído derecho, así como
descargas eléctricas con el objeto de amenazarlo y coaccionarlo para obtener una confesión respecto de ciertos
hechos ilícitos.

Durante tres jornadas consecutivas y mientras se encontraba- detenido en el centro clandestino conocido como
“el Olimpo”, Juan Carlos Bayarri fue “salvajemente golpeado en diversas partes del cuerpo, luego de ello
torturado con la aplicación del suplicio conocido como la ‘picana eléctrica’, así como con un método de tormento
denominado ‘submarino seco’, el que consiste en la colocación de una bolsa plástica en la cabeza para impedirle
respirar a la víctima, mientras simultáneamente fuese golpeado reiteradamente en [sus] oídos”.

El 11 de mayo de 2005 el Juzgado Nacional de Instrucción No.- 13, que llevó la causa No. 66.138 por apremios
ilegales y privación ilegítima de la libertad en perjuicio de la presunta víctima, dictó auto de prisión preventiva en
contra de nueve funcionarios de la Policía Federal Argentina, dando por acreditado, con el grado de
convencimiento requerido en esa etapa del proceso penal, que la detención del señor Bayarri ocurrió el 18 de
noviembre de 1991 en el Partido de Avellaneda sin previa orden escrita de juez competente.

El 25 de julio de 2005 la Sala VII de la Cámara Nacional de- Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó
la decisión del Juzgado de Instrucción anteriormente referida y determinó que “Juan Carlos Bayarri y su padre
fueron privados efectivamente de modo ilegítimo de la facultad de desplazarse libremente, lo que se comprueba
con la circunstancia de que sus aprehensiones fueron ocultadas, no se dio intervención en su caso al juez del
lugar y sólo el primero de ellos resultó colocado a disposición del Juez interviniente en el sumario respectivo, en
la data posterior”.

Derechos demandados

Artículos 5 (Derecho a la Integridad Personal), 7 (Derecho a la Libertad Personal), 8 (Garantías Judiciales) y 25


(Protección Judicial) de la Convención Americana, en relación con la obligación general de respetar los derechos
humanos establecida en el artículo 1.1 de la Convención antes mencionada.

Excepciones preliminares / Competencia

El Estado Argentino considera que ha obrado en el presente proceso un cambio sustancial en el objeto de la
demanda, siendo que los principales agravios alegados en la misma han sido debidamente resueltos en sede
interna del Estado. Señala que lo que se pretende es determinar en sede internacional las reparaciones que
corresponderían al señor Bayarri sin que se hayan agotado los mecanismos establecidos en la jurisdicción
interna para tal fin. La Corte consideró que tales alegatos resultaban extemporáneos por cuanto fueron
presentados con posterioridad al Informe de Admisibilidad emitido por la Comisión.

Fundamentos.

Artículo 7 (Derecho a la Libertad Personal) en relación con el Artículo 1.1 (Obligación de respetar los Derechos)
de la Convención Americana).

Sobre la legalidad de la detención del señor Juan Carlos Bayarri

El artículo 7.5 de la Convención dispone, en su parte inicial,- que la detención de una persona debe ser sometida
sin demora a revisión judicial. La Corte ha determinado que el control judicial sin demora es una medida
tendiente a evitar la arbitrariedad o ilegalidad de las detenciones, tomando en cuenta que en un Estado de
Derecho corresponde al juzgador garantizar los derechos del detenido, autorizar la adopción de medidas
cautelares o de coerción, cuando sea estrictamente necesario, y procurar, en general, que se trate al inculpado
de manera consecuente con la presunción de inocencia.

(…) La Corte ha reiterado que el juez debe oír personalmente- al detenido y valorar todas las explicaciones que
éste le proporcione, para decidir si procede la liberación o el mantenimiento de la privación de libertad. Lo
contrario equivaldría a despojar de toda efectividad el control judicial dispuesto en el artículo 7.5 de la
Convención.

Para que constituya un- verdadero mecanismo de control frente a detenciones ilegales o arbitrarias, la revisión
judicial debe realizarse sin demora y en forma tal que garantice el cumplimiento de la ley y el goce efectivo de los
derechos del detenido, tomando en cuenta la especial vulnerabilidad de aquél. Como ya se dijo, el juez es
garante de los derechos de toda persona bajo custodia del Estado, por lo que le corresponde la tarea de prevenir
o hacer cesar las detenciones ilegales o arbitrarias y garantizar un trato conforme el principio de presunción de
inocencia.

En el caso sub judice, el acto mediante el cual el juez de la causa recibió personalmente por primera vez a Juan
Carlos Bayarri (supra párr. 66), quien rindió en ese momento declaración indagatoria inculpándose de la
comisión de varios hechos delictivos, no abarcó oportunamente aquellos aspectos que pudieran sustentar o no la
legalidad de su detención para poder ejercer el control de la misma. Tampoco se dispuso un examen médico
para determinar las causas del estado de salud de la presunta víctima, no obstante que presentaba signos de
traumatismo severo (infra párr. 90). Asimismo, el Tribunal observa que luego de tomar su declaración
indagatoria, el juez ordenó el traslado de Juan Carlos Bayarri a un centro penitenciario, sin decretar su prisión
preventiva como lo establece el Código de Procedimientos en Material Penal (supra párrs. 55, 56 y 64). No fue
sino tres meses después, el 20 de febrero de 1992, que ésta fue ordenada de forma definitiva. Todo lo anterior
evidencia que la intervención judicial no resultó un medio efectivo para controlar la legalidad de las actuaciones
llevadas a cabo por los funcionarios policiales encargados de la detención y custodia de Juan Carlos Bayarri y
reestablecer sus derechos.

Por todo lo expuesto, la Corte encuentra que el señor Bayarri- no fue presentado sin demora ante un juez
competente con posterioridad a su detención y que éste no ejerció un efectivo control judicial de la detención
practicada, vulnerándose así el artículo 7.1, 7.2 y 7.5 de la Convención.

Sobre el derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable

El artículo 7.5 de la Convención Americana garantiza el- derecho de toda persona detenida en prisión preventiva
a ser juzgada dentro de un plazo razonable o ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso.
Este derecho impone límites temporales a la duración de la prisión preventiva, y, en consecuencia, a las
facultades del Estado para proteger los fines del proceso mediante este tipo de medida cautelar. Cuando el plazo
de la prisión preventiva sobrepasa lo razonable, el Estado podrá limitar la libertad del imputado con otras
medidas menos lesivas que aseguren su comparencia al juicio, distintas a la privación de su libertad mediante
encarcelamiento. Este derecho impone, a su vez, una obligación judicial de tramitar con mayor diligencia y
prontitud aquellos procesos penales en los cuales el imputado se encuentre privado de su libertad. La tarea de
este Tribunal es examinar si la prisión preventiva a que fue sometido Juan Carlos Bayarri excedió los límites de
lo razonable.

En el presente caso las autoridades judiciales impusieron- al señor Bayarri una medida cautelar de prisión
preventiva, ordenada mediante resolución de 20 de diciembre de 1991 y confirmada en apelación el 20 de
febrero de 1992. Esta medida se prolongó hasta el 1 de junio de 2004 cuando fue ordenada su libertad “al
absolver[lo] libremente de culpa y de cargo”. En total, el señor Bayarri permaneció aproximadamente 13 años en
prisión preventiva.

La- prisión preventiva no debe prolongarse cuando no subsistan las razones que motivaron la adopción de la
medida cautelar. El Tribunal ha observado que son las autoridades nacionales las encargadas de valorar la
pertinencia o no del mantenimiento de las medidas cautelares que emiten conforme a su propio ordenamiento. Al
realizar esta tarea, las autoridades nacionales deben ofrecer los fundamentos suficientes que permitan conocer
los motivos por los cuales se mantiene la restricción de la libertad, la cual, para que sea compatible con el
artículo 7.3 de la Convención Americana, debe estar fundada en la necesidad de asegurar que el detenido no
impedirá el desarrollo eficiente de las investigaciones ni eludirá la acción de la justicia. Las características
personales del supuesto autor y la gravedad del delito que se le imputa no son, por sí mismos, justificación
suficiente de la prisión preventiva. No obstante lo anterior, aun cuando medien razones para mantener a una
persona en prisión preventiva, el artículo 7.5 garantiza que aquella sea liberada si el período de la detención ha
excedido el límite de lo razonable. En este caso, el Tribunal entiende que la Ley No. 24.390 establecía el límite
temporal máximo de tres años luego del cual no puede continuar privándose de la libertad al imputado (supra
párr. 72). Resulta claro que la detención del señor Bayarri no podía exceder dicho plazo.

La Corte considera que la duración de la prisión- preventiva impuesta al señor Bayarri no sólo sobrepasó el límite
máximo legal establecido, sino fue a todas luces excesiva. Este Tribunal no encuentra razonable que la presunta
víctima haya permanecido 13 años privado de la libertad en espera de una decisión judicial definitiva en su caso,
la cual finalmente lo absolvió de los cargos imputados.
El Tribunal resalta- que, además, el juez no tiene que esperar hasta el momento de dictar sentencia absolutoria
para que una persona detenida recupere su libertad, sino debe valorar periódicamente si las causas, necesidad y
proporcionalidad de la medida se mantienen, y si el plazo de la detención ha sobrepasado los límites que
imponen la ley y la razón. En cualquier momento en que aparezca que la prisión preventiva no satisface estas
condiciones, deberá decretarse la libertad sin perjuicio de que el proceso respectivo continúe.

Tomando en cuenta lo- anterior, la Corte considera que el Estado violó el derecho del señor Bayarri a ser juzgado
dentro de un plazo razonable o a ser puesto en libertad, de conformidad con el artículo 7.5, 7.2 y 7.1 de la
Convención Americana.

Artículo 5 (Derecho a la Integridad Personal) en relación con el artículo 1.1. (Obligación de respetar los
Derechos) de la Convención Americana.

Sobre la configuración de los actos de tortura

La- tortura y las penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes están estrictamente prohibidos por el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos. La prohibición absoluta de la tortura, tanto física como psicológica,
pertenece hoy día al dominio del jus cogens internacional. La Corte ha entendido que se está frente a un acto
constitutivo de tortura cuando el maltrato sea:

a) intencional;

b) cause severos sufrimientos físicos o mentales, y

c) se cometa con cualquier fin o propósito, entre ellos, la investigación de delitos.

La Corte Interamericana considera suficiente acoger la- conclusión a la que llegaron los tribunales argentinos y,
sin perjuicio de la responsabilidad penal que debe dirimirse en el ámbito interno, estima que Juan Carlos Bayarri
fue sometido a tortura. El maltrato aplicado en su contra por agentes estatales fue producto de una acción
deliberada llevada a cabo con la finalidad de arrancarle una confesión incriminatoria (supra párr. 85). La
gravedad de las lesiones constatadas en este caso permite a esta Corte concluir que Juan Carlos Bayarri fue
sometido a maltrato físico que le produjo intenso sufrimiento. Los golpes aplicados a la víctima causaron una
perforación de la membrana timpánica. Fue establecido en el ámbito interno que se aplicó tortura en forma
reiterada durante tres días y que fue amenazado por sus captores con causar daño a su padre, con quien tenía
una relación estrecha y cuyo paradero le era desconocido. Esto causó a la víctima severos sufrimientos morales.
El Tribunal considera que todo lo anterior constituye una violación del derecho a la integridad personal
consagrado en el artículo 5.1 y 5.2 de la Convención Americana, en perjuicio de Juan Carlos Bayarri.

Sobre el deber de investigar los actos de tortura

La Corte ha señalado que de conformidad- con el artículo 1.1 de la Convención Americana, la obligación de
garantizar los derechos reconocidos en los artículos 5.1 y 5.2 de la Convención Americana implica el deber del
Estado de investigar posibles actos de tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes. Esta obligación
de investigar se ve reforzada por lo dispuesto en los artículos 1, 6 y 8 de la CIPST, de la que Argentina es Estado
Parte (supra párr. 23), que obligan al Estado a “tomar[…] medidas efectivas para prevenir y sancionar la tortura
en el ámbito de su jurisdicción”, así como a “prevenir y sancionar […] otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes”. Además, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 8 de esta Convención,

Cuando exista denuncia o razón fundada para creer que se ha cometido un acto de tortura en el ámbito de su
jurisdicción, los Estados partes garantizarán que sus respectivas autoridades procederán de oficio y de
inmediato a realizar una investigación sobre el caso y a iniciar, cuando corresponda, el respectivo proceso penal.

A pesar de- que al momento de rendir su declaración indagatoria la víctima presentaba lesiones en el rostro y
oído, apreciables a simple vista, el Juez de Instrucción No. 25 no dejó constancia de ello en aquella actuación.
Tampoco existe constancia en el expediente de que el Juez de Instrucción haya tomado nota de las diligencias
médicas practicadas al señor Bayarri y, en consecuencia, ordenado de manera inmediata y ex officio la práctica
de un examen médico integral y el inicio de una investigación para determinar el origen de las lesiones
evidenciadas, tal como lo contempla la legislación argentina. Por el contrario, está probado que por orden
expresa de dicho juzgador, la revisión practicada por el doctor Primitivo Burgo, del Cuerpo Médico Forense, el 28
de noviembre de 1991, se limitó a la evaluación de lesiones en los oídos. El médico Primitivo Burgo declaró que
la víctima le manifestó que se le había aplicado corriente eléctrica, y que había sufrido otros maltratos. Cuando
consultó telefónicamente al Juzgado de Instrucción sobre el alcance del examen que había de practicar, el
médico Burgo fue informado que debía circunscribirse a evaluar las lesiones de los oídos.

A la luz de lo anterior, este Tribunal debe- reiterar que aun cuando la aplicación de tortura o tratos crueles,
inhumanos o degradantes no haya sido denunciada ante las autoridades competentes, en todo caso en que
existan indicios de su ocurrencia el Estado deberá iniciar de oficio y de inmediato una investigación imparcial,
independiente y minuciosa que permita determinar la naturaleza y el origen de las lesiones advertidas, identificar
a los responsables e iniciar su procesamiento. Es indispensable que el Estado actúe con diligencia para evitar
las prácticas de tortura, tomando en cuenta, por otra parte, que la víctima suele abstenerse, por temor, de
denunciar los hechos. A las autoridades judiciales corresponde el deber de garantizar los derechos del detenido,
lo que implica la obtención y el aseguramiento de toda prueba que pueda acreditar los actos de tortura. El
Estado debe garantizar la independencia del personal médico y de salud encargado de examinar y prestar
asistencia a los detenidos de manera que puedan practicar libremente las evaluaciones médicas necesarias,
respetando las normas establecidas en la práctica de su profesión.

En el presente caso, la Corte observa que las- autoridades estatales no actuaron con arreglo a esas previsiones.
Los funcionarios judiciales encargados de la instrucción de la causa no ordenaron de oficio el inicio de una
investigación minuciosa que garantizara la pronta obtención y preservación de pruebas que permitieran
establecer lo que había sucedido a Juan Carlos Bayarri. Por el contrario, obstaculizaron la obtención de aquéllas
(supra párrs. 90 y 91). La legislación argentina prevé claramente los deberes del juez de la causa a este
respecto (supra párr. 90). En consecuencia, y tomando en consideración la admisión de los hechos formulada
por el Estado, la Corte Interamericana concluye que el Estado no investigó con la debida diligencia la tortura a la
que fue sometido el señor Juan Carlos Bayarri, en violación del derecho a la integridad personal consagrado en
el artículo 5.1 y 5.2 de la Convención Americana, en conexión con el artículo 1.1 de la misma. Asimismo, en
aplicación del principio iura novit curia, la Corte encuentra que el Estado es responsable de la violación de los
artículos 1, 6 y 8 de la CIPST.

Artículo 8 (Garantías Judiciales) y 25 (Protección Judicial) en relación con el Artículo 1.1 (Obligación de respetar
los Derechos) de la Convención Americana
Sobre el derecho a ser oído y a que se resuelva el proceso dentro de un plazo razonable

La Corte ha establecido que “el- plazo razonable al que se refiere el artículo 8.1 de la Convención se debe
apreciar en relación con la duración total del procedimiento penal que se desarrolla en contra de cierto imputado,
hasta que se dicta sentencia definitiva” y que, en esta materia, el plazo comienza cuando se presenta el primer
acto de procedimiento dirigido en contra de determinada persona como probable responsable de cierto delito.

Como lo determinó el Tribunal- (supra párr. 59), la detención del señor Bayarri tuvo lugar el 18 de noviembre de
1991. Asimismo, del expediente se desprende que el 20 de diciembre de ese año el Juzgado de Instrucción No.
25 dictó auto de prisión preventiva en su contra (supra párr. 71) y que la sentencia de primera instancia que
condenó al señor Bayarri a reclusión perpetua fue dictada el 6 de agosto de 2001, es decir, aproximadamente
diez años después. El recurso de apelación interpuesto por la presunta víctima fue resuelto mediante sentencia
de 1 de junio de 2004 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, que lo
absolvió y ordenó su libertad. El Tribunal observa que este proceso judicial duró aproximadamente trece años,
período durante el cual el señor Bayarri estuvo sometido a prisión preventiva (supra párr. 71).

En casos anteriores, al- analizar la razonabilidad de un plazo procesal la Corte ha valorado los siguientes
elementos: a) complejidad del asunto, b) actividad procesal del interesado y c) conducta de las autoridades
judiciales. No obstante, el Tribunal considera que existe un retardo notorio en el proceso referido carente de
explicación razonada. En consecuencia, no es necesario realizar el análisis de los criterios mencionados.
Tomando en cuenta, asimismo, el reconocimiento de hechos formulado (supra párrs. 29 y 30), la Corte estima
que respecto de la causa penal en estudio el Estado violó el artículo 8.1 de la Convención Americana en perjuicio
del señor Juan Carlos Bayarri.

Sobre las restricciones a la libertad personal y el principio de presunción de inocencia

Este Tribunal ha establecido que, al ser la prisión- preventiva una medida cautelar y no punitiva, existe una
“[o]bligación estatal de no restringir la libertad del detenido más allá de los límites estrictamente necesarios para
asegurar que aquél no impedirá el desarrollo del procedimiento ni eludirá la acción de la justicia”. Proceder de
otro modo equivaldría a anticipar la pena, lo cual contraviene principios generales del derecho ampliamente
reconocidos, entre ellos, el principio de presunción de inocencia. Efectivamente, en ocasiones anteriores, el
Tribunal ha estimado que al privar de la libertad, en forma innecesaria o desproporcionada, a personas cuya
responsabilidad criminal no ha sido establecida, el Estado incurre en una violación del derecho de toda persona
a que se le presuma inocente, reconocido en el artículo 8.2 de la Convención Americana. A igual conclusión se
debe llegar si el Estado mantiene a una persona privada de su libertad preventivamente más allá de los límites
temporales que impone el derecho consagrado en el artículo 7.5 de la Convención Americana (supra párr. 70).

Ya quedó establecido- que la víctima permaneció en prisión preventiva aproximadamente trece años y que dicho
período excedió el plazo máximo previsto por la legislación interna (supra párr. 77). La Corte también consideró
que durante ese tiempo el señor Bayarri estuvo sujeto a un proceso penal en el cual se violaron diversas
garantías judiciales (supra párrs. 107 y 108). Tomando en cuenta todo lo anterior, el Tribunal estima que la
prolongada duración de la prisión preventiva de Juan Carlos Bayarri en el transcurso de un proceso penal
violatorio de la Convención Americana convirtió aquella en una medida punitiva y no cautelar, lo cual
desnaturaliza dicha medida. El Tribunal estima que el Estado violó el derecho del señor Bayarri a ser presumido
inocente y que, en consecuencia, es responsable por la violación del artículo 8.2 de la Convención Americana en
perjuicio del señor Juan Carlos Bayarri.

Sobre la causa 66.118 caratulada “Bayarri Juan Carlos. Apremios ilegales, y los derechos de acceso a la justicia,
a ser oido y a que se resuelva dentro de un plazo razonable, así como el derecho a la efectividad de los recursos
El 19 de noviembre de 1991 el señor- Juan José Bayarri denunció la detención ilegal de su hijo, Juan Carlos
Bayarri (supra párr. 59). El 23 de diciembre de ese mismo año el abogado defensor de la víctima presentó una
denuncia por los apremios cometidos en su contra. Ambas causas se acumularon en la número 66.138/96.
Dentro de esta causa, el Juzgado de Instrucción No. 13 dictó auto de sobreseimiento provisional a favor de los
acusados en dos oportunidades. Estas decisiones fueron revocadas casi en su totalidad por la Sala VII de la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal al considerar que el examen
de los hechos denunciados por Juan Carlos Bayarri requería la práctica de otras diligencias probatorias.

Este Tribunal constata que han transcurrido- aproximadamente diecisiete años y la causa penal sigue
tramitándose en el fuero interno. El Estado aceptó la existencia de demora, que se había prolongado hasta el 1
de junio de 2004, y alegó que a partir de esa fecha el retraso se explica por la complejidad del caso y por la
oposición de los representantes del señor Bayarri a que los imputados sean procesados conforme al Código
Procesal Penal vigente. Si bien el Tribunal reconoce que a partir del año 2006 el Estado ha orientado, con
relativa celeridad, diversas actuaciones judiciales, particularmente las concernientes a la resolución del conflicto
de aplicación de la legislación procesal penal, el período de aproximadamente quince años que demoró la
investigación es excesivo. Lo mismo se puede decir de los diecisiete años que han transcurrido sin que exista
sentencia definitiva. Esto contraviene el derecho de las presuntas víctimas y sus familiares a conocer, dentro de
un plazo razonable, la verdad de lo sucedido, lo cual supone diligencia y eficacia en las actuaciones del Estado.
En consecuencia, el Tribunal considera que no es necesario analizar los criterios establecidos para valorar la
razonabilidad de los plazos procesales (supra párr. 107).

Por otra parte, esta demora ha- generado otras consecuencias, además de la vulneración del plazo razonable,
tal como una evidente denegación de justicia. En primer lugar, el hecho de que la instrucción del sumario se
prolongara por quince años incidió en el proceso penal seguido en contra de Juan Carlos Bayarri, quien no pudo
obtener el oportuno esclarecimiento de la tortura que le fue infligida. En segundo lugar, el transcurso de más de
16 años desde la interposición de las denuncias y el inicio de la investigación puede frustrar la continuidad del
proceso penal en curso. Está demostrado que el 10 de agosto de 2007 el Juez de Instrucción No. 41 declaró
extinguida por prescripción la acción penal respecto de dos identificados en esta causa como presuntos
responsables de las violaciones de derechos humanos cometidas en perjuicio de la víctima. Asimismo, consta en
el expediente que el 1 de marzo de 2008 los acusados se opusieron a la elevación a juicio e interpusieron la
excepción de la prescripción de la acción penal. La Corte no tiene información sobre la resolución de este punto
hasta la fecha de emisión de la presente Sentencia.

La denegación del acceso a la- justicia se relaciona con la efectividad de los recursos, en el sentido del artículo
25 de la Convención Americana, ya que no es posible afirmar que un proceso penal en el cual el esclarecimiento
de los hechos y la determinación de la responsabilidad penal imputada se hace imposible por una demora
injustificada en el mismo, pueda ser considerado como un recurso judicial efectivo. El derecho a la tutela judicial
efectiva exige a los jueces que dirijan el proceso en forma que eviten dilaciones y entorpecimientos indebidos
que conduzcan a la impunidad, frustrando así la debida protección judicial de los derechos humanos.-

La Corte considera que con motivo de la falta de una resolución pronta y definitiva de la denuncia penal
presentada en este caso por hechos de tortura y privación ilegal de la libertad se afectó el derecho de la víctima
a la debida protección judicial. Este derecho comprende no sólo el acceso del ofendido a los procesos penales
en condición de querellante, sino el derecho a obtener un pronunciamiento definitivo mediante mecanismos
efectivos de justicia. Asimismo, tomando en cuenta tanto el notorio retardo en la investigación y en el proceso
referido, sin que exista explicación razonada, como el reconocimiento de hechos formulado por el Estado, la
Corte estima que Argentina violó los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana en perjuicio del señor Juan
Carlos Bayarri.
Puntos Resolutivos

En el presente caso, la Corte Interamericana de Derechos Humanos concluyó lo siguiente:

1. El Estado violó el derecho a la libertad personal reconocido en el artículo 7.1, 7.2 y 7.5 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio del señor Juan
Carlos Bayarri, de conformidad con los párrafos 61, 68 y 77 de la presente Sentencia.

2. El Estado violó el derecho a la integridad personal reconocido en el artículo 5.1 y 5.2 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio del señor Juan
Carlos Bayarri, de conformidad con los párrafos 87 y 94 de la presente Sentencia.

3. El Estado violó los derechos reconocidos en los artículos 8.1, 8.2 y 8.2.g) de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio del señor Juan Carlos Bayarri, de
conformidad con los párrafos 107, 109 y 111 de la presente Sentencia.

4. El Estado violó los derechos reconocidos en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio del señor Juan Carlos Bayarri, de
conformidad con el párrafo 117 de la presente Sentencia.

5. El Estado incumplió su obligación de investigar con la debida diligencia la tortura a la que fue sometido el
señor Juan Carlos Bayarri, según lo estipulado en los artículos 1, 6 y 8 de la Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura, de conformidad con el párrafo 94 de la presente Sentencia.

Reparaciones

El Estado debe pagar al señor Juan Carlos Bayarri las- cantidades fijadas en los párrafos 141, 142, 151, 155,
159, 170 y 194 de la presente Sentencia, por concepto de indemnización por daño material e inmaterial, y el
reintegro de costas y gastos, dentro del plazo de un año, contado a partir de la notificación del presente Fallo, en
los términos de los párrafos 195 a 199 del mismo.

El Estado debe brindar gratuitamente, de- forma inmediata y por el tiempo que sea necesario, el tratamiento
médico requerido por el señor Juan Carlos Bayarri, en los términos del párrafo 143 de la presente Sentencia.

El Estado debe concluir el procedimiento penal- iniciado por los hechos que generaron las violaciones del
presente caso y resolverlo en los términos que la ley prevea, conforme a los párrafos 175 y 176 de la presente
Sentencia. El Estado debe publicar en el Diario Oficial- y en otros dos diarios de amplia circulación nacional, por
una sola vez, los capítulos I, VII, VIII y IX de la presente Sentencia, sin las notas al pie de página
correspondientes, y la parte resolutiva de la misma, en el plazo de seis meses, contado a partir de la notificación
del presente Fallo, en los términos del párrafo 179 del mismo.

El Estado debe asegurar la eliminación- inmediata del nombre del señor Juan Carlos Bayarri de todos los
registros públicos con los que aparezca con antecedentes penales en los términos del párrafo 180 de la misma.

El Estado debe incorporar, en la medida en que- no lo haya hecho, a los miembros de las fuerzas de seguridad,
de los órganos de investigación y de la administración de justicia en las actividades de difusión y formación sobre
la prevención de la tortura y los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, en los términos del párrafo
182 de la presente Sentencia

Caso bolacio vs argentina (debido proceso)

Walter David Bulacio (1974 – Buenos Aires, 26 de abril de 1991) fue un joven argentino, cuya muerte a manos
de agentes de la Policía Federal Argentina se convirtió en un caso emblemático contra la brutalidad policial,
llegando a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Bulacio se encontraba entre la concurrencia del recital que la banda de rock Patricio Rey y sus Redonditos de
Ricota ofrecía el 19 de abril de ese año en el Estadio Obras Sanitarias de Buenos Aires. Una razzia del personal
de la Seccional 35ª, a la sazón a cargo del comisario Miguel Angel Espósito, lo detuvo a efectos de averiguación
de antecedentes. Aunque la Ley de Patronato de Menores prohíbe la detención de menores sin intervención del
juez competente, Bulacio fue retenido en la comisaría; saldría de allí a la mañana siguiente, rumbo al Hospital
Pirovano. Le fue diagnosticado traumatismo craneano, y dijo al médico que lo atendió haber sido golpeado por la
policía. Murió cinco días más tarde, tras haber sido trasladado a otro nosocomio; la autopsia encontró huellas
inequívocas de golpe con objetos contundentes en miembros, torso y cabeza.

La causa penal en Argentina

La causa penal atravesó varios juzgados, tanto de Menores como de fuero penal, hasta ser unificada por orden
de la Cámara de Apelaciones. Espósito fue procesado por privación ilegal de la libertad, abuso de autoridad e
incumplimiento de los deberes de funcionario público. En marzo de 1992 fue enviado a prisión preventiva por el
primero de estos cargos, una decisión luego revocada por el tribunal de alzada, que justificó su actuación
afirmando que la suya era "una práctica policial habitualmente vigente", aunque inconstitucional. Espósito fue
sobreseído y su prisión revocada; tras la elevación de la querella, finalmente la Corte Suprema revocó el
sobreseimiento y el 5 de abril de 1994 trasladó el expediente a otro juzgado. La causa atravesaría otras
dificultades; desde 1996 se encontró en manos del Juzgado de Sentencia "W", que dictó la prisión preventiva de
Espósito, al que se concedió sin embargo la excarcelación. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos
ordenó al Estado argentino proseguir la investigación. El 22 de noviembre de 2002 la causa se cerró por
prescripción del delito, tras once años de juicio sin resolución alguna. En diciembre de 2004 la Corte Suprema
dictaminó la reapertura del caso, pero las investigaciones no avanzaron.

La CIDH lleva el caso a la CorteIDH

Ante la falta de cumplimiento por parte del Estado argentino de aspectos significativos de sus recomendaciones,
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos presentó la demanda de este caso ante la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, con sede en San José de Costa Rica, el 24 de enero de 2001. El informe
de la CIDh indica: "El 24 de enero de 2001, la CIDH sometió el caso Walter David Bulacio a la Corte
Interamericana pues el mismo involucra, inter alia, la vulneración de derechos a la libertad e integridad personal,
a la vida, a las garantías judiciales, a la protección judicial, y los derechos de los niños, consagrados en los
artículos 4, 5, 7, 8, 25 y 19 de la Convención Americana, por actos y omisiones de la República Argentina. Dicha
demanda se refiere a los hechos acaecidos el 19 de abril de 1991, cuando Walter David Bulacio fue detenido por
la Policía Federal argentina en el marco de un operativo policial cuando pretendía asistir a un concierto de
música rock y, producto de las condiciones de detención y las torturas recibidas en el mismo cuerpo policial,
falleció el 26 de abril siguiente"

El 3 de marzo de 2003, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, los representantes de Walter Bulacio
y de sus familiares y el Estado de la República Argentina presentaron a la Corte Interamericana de Derechos
Humanos un acuerdo de solución amistosa y solicitaron a la Corte su pronunciamiento en la materia. La cláusula
primera del referido acuerdo establece que a través de un acuerdo celebrado con fecha 26 de febrero de 2003
se “ha puesto fin a la controversia”. El 6 de marzo de 2003 la Corte escuchó en audiencia pública una
interpretación del acuerdo de solución amistosa suscrito por las partes y emitió una Resolución, en la cual
resolvió continuar la audiencia pública del caso en lo que se refiere a las reparaciones.

Sentencia de la Corte Interamericana

El 18 de septiembre de 2003, la Corte emitió Sentencia sobre el fondo y las reparaciones en el presente caso, en
la cual, por unanimidad decidió admitir el reconocimiento de responsabilidad internacional efectuado por el
Estado y aprobar el acuerdo.

Además, la Corte Interamericana ordenó que:

- el Estado debe proseguir y concluir la investigación del conjunto de los hechos de este caso y sancionar a los
responsables de los mismos; que los familiares de la víctima deberán tener pleno acceso y capacidad de actuar,
en todas las etapas e instancias de dichas investigaciones, de conformidad con la ley interna y las normas de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos; y que los resultados de las investigaciones deberán ser
públicamente divulgados

- el Estado debe garantizar que no se repitan hechos como los del presente caso, adoptando las medidas
legislativas y de cualquier otra índole que sean necesarias para adecuar el ordenamiento jurídico interno a las
normas internacionales de derechos humanos, y darles plena efectividad,

- el Estado debe pagar la cantidad total de US$124.000,00 o su equivalente en moneda argentina, por concepto
de indemnización del daño material, US$210.000,00 o su equivalente en moneda argentina, por concepto de
indemnización del daño inmaterial y US$40.000,00 o su equivalente en moneda argentina, por concepto de
costas y gastos, en un plazo de seis meses contado a partir de la notificación de la sentencia y deberá pagar
mora si hay retraso

Caso cantos vs argentina

Hechos probados.

El 4 de julio de 1986, el señor José María Cantos demandó a la Provincia de Santiago del Estero y al Estado
Argentino ante la Corte Suprema de Justicia a fin de que se ejecute el convenio suscrito en 1982 con el señor
Carlos Alberto Jensen Viano. El año 1986 el Juzgado Federal de la Provincia de Santiago del Estero emitió nota
sobre la competencia y forma de procedimiento a seguir para tramitar la demanda presentada por señor Cantos
ante la Corte Suprema de Justicia y esta última dio traslado a los codemandados.
Luego de un proceso judicial cuya tramitación se prolongó por más de diez años, la Corte Suprema de Justicia
dictó sentencia definitiva el 3 de septiembre de 1996, declarando inoponible a la provincia demandada el
convenio suscrito en 1982 y aplicó la prescripción por la naturaleza extracontractual de la obligación alegada.
Asimismo, se le impuso al señor Cantos el pago de aproximadamente 140.000.000,00 pesos (ciento cuarenta
millones de pesos, equivalentes al mismo monto en dólares de los Estados Unidos de América) por concepto de
tasa de justicia, multa por falta de pago de la misma, honorarios de los abogados y de los peritos intervinientes e
intereses correspondientes. Finalmente, como consecuencia de la falta de pago de la referida suma de dinero, el
señor Cantos recibió una “inhibición general” para llevar acabo su actividad económica y se trabaron embargos
sobre sus bienes.

Derechos demandados.

Artículos 8 (Derecho al plazo razonable del proceso), 25 (Derecho de acceso a la justicia) y 21 (Derecho a la
propiedad privada) de la Convención Americana, todos ellos con relación a la obligación de dicho Estado de
respetar y garantizar los derechos violados, de acuerdo al artículo 1.1 de la Convención.

Excepciones preliminares / Competencia.

Aplicabilidad de la Convención a las personas jurídicas.El Estado Argentino estima que la Convención Americana
no es aplicable a las personas jurídicas, como es el caso de las empresas del señor José María Cantos, pues
éstas carecen de derechos humanos. La Corte considera que tal interpretación conduce a resultados
irrazonables pues implica quitar la protección de la Convención a un conjunto importante de derechos humanos.
En tal sentido, señala que si bien la figura de las personas jurídicas no ha sido reconocida expresamente por la
Convención Americana, esto no restringe la posibilidad que, bajo determinados supuestos, el individuo pueda
acudir al Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos para hacer valer sus derechos
fundamentales, aún cuando los mismos estén cubiertos por una figura o ficción jurídica creada por el mismo
sistema del Derecho.

Términos en que el Estado aceptó la competencia de la Corte.La segunda excepción preliminar se funda en los
términos en que Argentina aceptó la competencia de la Corte. En efecto, el Estado sostiene que la Corte carece
de competencia para conocer el presente caso porque los hechos del mismo se produjeron con anterioridad al 5
de septiembre de 1984, fecha en que el Estado de Argentina se hizo parte de la Convención. Esta excepción es
admitida parcialmente por la Corte, luego de verificar que algunos hechos del caso ocurrieron antes del 5 de
septiembre de 1984; con lo cual, no era competente ratione temporis para conocer los hechos relacionados con
la presunta violación del artículo 21 de la Convención Americana.

Fundamentos.

Artículos 8.1 y 25 de la Convención (Derecho de acceso a la justicia).

La Corte estima que para satisfacer el derecho de acceso a la justicia no basta que en el respectivo proceso se
produzca una decisión judicial definitiva. También se requiere que quienes participan en el proceso puedan
hacerlo sin el temor de verse obligados a pagar sumas desproporcionadas o excesivas a causa de haber
recurrido a los tribunales. Esta situación se agrava en la medida que para forzar el pago, las autoridades
procedan a embargar los bienes del deudor o a quitarle la posibilidad de ejercer el comercio.

En consecuencia, se violaron los artículos 8 y 25 de la Convención al habérsele impuesto al señor Cantos –como
consecuencia del proceso seguido ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación– el pago de un monto global
de aproximadamente 140.000.000,00 pesos (ciento cuarenta millones de pesos, equivalentes al mismo monto en
dólares de los Estados Unidos de América), por concepto de tasa de justicia, multa por falta de pago de la
misma, honorarios de los abogados y de los peritos intervinientes e intereses correspondientes.

Puntos Resolutivos.

Se declara que el Estado argentino violó, en perjuicio del señor José María Cantos, el derecho de acceso a la
justicia consagrado en los artículos 8.1 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, con relación
a la obligación de dicho Estado de respetar y garantizar los derechos violados, de acuerdo al artículo 1.1 de la
Convención.

Reparaciones.

1. Se ordena que el Estado argentino se abstenga de cobrar al señor José María Cantos la tasa de justicia y la
multa por falta de pago oportuno de la misma.

2. Asimismo se dispone que el Estado debe fijar un monto razonable de honorarios en el caso seguido por el
señor Cantos ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina; y asumir el pago de los honorarios y
costas correspondientes a todos los peritos y abogados del Estado y de la Provincia de Santiago del Estero.

3. De otro lado, se deben levantar los embargos, la inhibición general y demás medidas que hayan sido
decretadas sobre los bienes y las actividades comerciales del señor José María Cantos para garantizar el pago
de la tasa de justicia y de los honorarios regulados.

5. Finalmente, se dispone que el Estado pague a los representantes de la víctima la cantidad total de
US$15.000,00 (quince mil dólares de los Estados Unidos de América) por concepto de gastos causados en el
proceso internacional ante el sistema interamericano de protección de los derechos humanos.

Caso forneron vs argentina

El 16 de junio de 2000 nació M, hija de Diana Elizabeth Enríquez y del señor Fornerón. Al día siguiente la señora
Enríquez entregó a su hija en guarda provisoria con fines de adopción al matrimonio B-Z, en presencia del
Defensor de Pobres y Menores Suplente de la ciudad de Victoria, quien dejó constancia de ello en un acta
formal.

Fornerón no tuvo conocimiento del embarazo, sino hasta avanzado el mismo y, una vez enterado de ello,
preguntó varias veces a la señora Enríquez si él era el padre, lo cual fue negado por la madre en toda ocasión.
Tras el nacimiento de M, y ante las dudas sobre el paradero de la niña y sobre su paternidad, Fornerón acudió
ante la Defensoría de Pobres y Menores, manifestando que deseaba, si correspondía, hacerse cargo de la niña.
Por su parte, la señora Enríquez manifestó ante la Defensoría que Fornerón no era el padre de la niña. Un mes
después del nacimiento de M, Fornerón reconoció legalmente a su hija.

El 11 de julio de 2000, la Fiscalía solicitó al juez de instrucción la adopción de medidas previas ante la
incertidumbre sobre el destino de la niña y las contradicciones en que había incurrido la madre, señalando que
no se podía descartar que se hubiera cometido un delito correspondiente a la supresión y a la suposición del
estado civil y de la identidad. Si bien el fiscal y el juez a cargo de la investigación establecieron la existencia de
indicios de que M habría sido entregada por su madre a cambio de dinero, el juez de instrucción ordenó en dos
oportunidades el archivo de la investigación penal, dado que a su criterio los hechos relativos a la alegada venta
de la niña no encuadraban en ninguna figura penal. Finalmente, la Cámara en lo Criminal de Gualeguay confirmó
el archivo de la causa.

Por otra parte, el 1° de agosto de 2000 el matrimonio B-Z solicitó la guarda judicial de M. En el procedimiento
judicial sobre la guarda, Fornerón fue llamado a comparecer ante el juez, manifestó en todo momento su
oposición a la guarda y requirió que la niña le fuera entregada. Asimismo, se practicó una prueba de ADN que
confirmó su paternidad. Posteriormente, el juez ordenó la práctica de una pericia psicológica, la cual concluyó
que “el traspaso de [la] familia a la que reconoce […] a otra a la que desconoce” sería sumamente dañino
psicológicamente para la niña.

El 17 de mayo de 2001, el juez de primera instancia otorgó la guarda judicial de la niña al matrimonio B-Z e
indicó que se podría instrumentar en un futuro un régimen de visitas para que el padre pudiera mantener
contacto con la niña. Recurrió la sentencia, y esta fue revocada en apelación dos años después de la
interposición del recurso, tras la práctica de medidas probatorias que habían sido omitidas en primera instancia.

El matrimonio B-Z interpuso un recurso de inaplicabilidad de la ley contra esta decisión. El 20 de noviembre de
2003, el Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos declaró procedente el recurso, revocó la decisión de la
cámara y, en consecuencia, confirmó la sentencia de primera instancia. El Superior Tribunal provincial consideró,
primordialmente, el tiempo transcurrido, e indicó que la demora en el trámite del proceso de guarda judicial
incidió en la decisión de confirmar la guarda, en consideración del interés superior de M, quien había vivido
desde su nacimiento y por más de tres años con el matrimonio B-Z. Finalmente, el 23 de diciembre de 2005 se
otorgó la adopción simple de M al matrimonio B-Z.

Paralelamente, el 15 de noviembre de 2001 Fornerón promovió un juicio de derecho de visitas. Dos años y
medio después, el juez de primera instancia de Victoria se declaró competente. Fornerón, entre otras
actuaciones, solicitó una audiencia y en varias ocasiones requirió se acelerara el proceso y se dictara una
sentencia. El 21 de octubre de 2005 se llevó a cabo el único encuentro entre Fornerón y su hija, por 45 minutos.
En mayo de 2011 se celebró una audiencia ante la Sala Civil y Comercial del Superior Tribunal de Justicia de
Entre Ríos, en la que se escuchó a la niña, así como a Fornerón y al matrimonio B-Z. Las partes acordaron,
entre otros, establecer un régimen de visitas de común acuerdo y en forma progresiva

SE DECIDIÓ: por unanimidad, que el Estado de Argentina ES internacionalmente responsable por la violación de
los derechos a la protección y a las garantías judiciales, a la protección a la familia, y por el incumplimiento de su
obligación de adoptar disposiciones de derecho interno, en perjuicio de Leonardo Aníbal Javier Fornerón y de su
hija M, así como DE los derechos del niño en perjuicio de esta última.

Previo a analizar los procesos mencionados, corresponde valorar las acciones del Estado para alcanzar una
solución amistosa en el presente caso y aquellas destinadas a lograr el establecimiento de vínculos entre el
señor Fornerón y su hija, las cuales incluyeron a diversas autoridades. Asimismo, el Tribunal toma nota de lo
informado por el Estado sobre pronunciamientos de diversas autoridades nacionales respecto del presente caso.
Entre otros, el entonces Ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación sostuvo que el
presente “se trata de un caso paradigmáticamente grave, con una reprochable conducta de funcionarios
judiciales quien[es] en vez de proteger y reparar la violación de los derechos de una niña y su progenitor, optaron
por dilatar el proceso y fabricar un contexto fáctico irreversible que luego les sirvió de fundamento para su
decisión”.
Igualmente, el actual Ministro de Justicia y Derechos Humanos suscribió la postura de su antecesor y señaló:
“los procesos judiciales que llevó adelante la provincia de Entre Ríos no garantizaron las normas constitucionales
y los tratados internacionales con jerarquía constitucional que otorgan derechos y garantías tanto al padre como
a la niña”.

Esta Corte ha examinado las alegadas violaciones a los derechos a las garantías judiciales, a la protección
judicial, a la protección a la familia y a los derechos del niño a la luz del corpus juris internacional de protección
de los niños y niñas, el cual debe servir para definir el contenido y los alcances de las obligaciones
internacionales asumidas por el Estado. Asimismo, recuerda los criterios establecidos en su jurisprudencia y,
entre otras consideraciones, afirma que el disfrute mutuo de la convivencia entre padres e hijos constituye un
elemento fundamental en la vida de familia. En este sentido, el niño debe permanecer en su núcleo familiar,
salvo que existan razones determinantes, en función del interés superior de aquEl, para optar por separarlo de
su familia. En todo caso, la separación

debe ser excepcional y, preferentemente, temporal.

La determinación del interés superior del niño, en casos de cuidado y custodia de menores de edad, se debe
hacer a partir de la evaluación de los comportamientos parentales específicos y su impacto negativo en el
bienestar y desarrollo del niño según el caso, los daños o riesgos reales, probados y no especulativos o
imaginarios, en el bienestar del niño. Por tanto, no pueden ser admisibles las especulaciones, presunciones,
estereotipos o consideraciones generalizadas sobre características personales de los padres o preferencias
culturales respecto de ciertos conceptos tradicionales de la familia.

En vista de la importancia de los intereses en cuestión, los procedimientos administrativos y judiciales que
conciernen la protección de los derechos humanos de personas menores de edad, particularmente aquellos
procesos judiciales relacionados con la adopción, la guarda y la custodia de niños y niñas que se encuentran en
su primera infancia, deben ser manejados con una diligencia y celeridad excepcionales por parte de las
autoridades.

El mero transcurso del tiempo en casos de custodia de menores de edad puede constituir un factor que favorece
la creación de lazos con la familia tenedora o acogedora. Por ende, la mayor dilación en los procedimientos,
independientemente de cualquier decisión sobre la determinación de sus derechos, podía determinar el carácter
irreversible o irremediable de la situación de hecho y volver perjudicial para los intereses de los niños y, en su
caso, de los padres biológicos, cualquier decisión al respecto.

De acuerdo con lo alegado por la Comisión Interamericana y por las representantes, corresponde analizar si los
procedimientos internos de guarda judicial y de régimen de visitas cumplieron con el requisito de plazo razonable
de conformidad con el art. 8.1 de la Convención. El derecho de acceso a la justicia debe asegurar la
determinación de los derechos de la persona en un tiempo razonable, y la falta de razonabilidad en el plazo
constituye, en principio, por sí misma, una violación de las garantías judiciales. Corresponde analizar los
siguientes elementos para determinar la razonabilidad del plazo: a) complejidad del asunto; b) actividad procesal
del interesado; c) conducta de las autoridades judiciales, y d) afectación generada en la situación jurídica de la
persona involucrada en el proceso. Diversas autoridades internas, como la Secretaría de la Niñez, Adolescencia
y Familia y dos Ministros de Justicia y Derechos Humanos de la Nación se refirieron, entre otros aspectos, a la
dilación en que incurrieron las autoridades judiciales de la Provincia de Entre Ríos. Incluso, dos jueces del
Superior Tribunal de Entre Ríos que intervinieron en el proceso de guarda se pronunciaron sobre la dilación del
proceso. Por lo tanto, esta Corte llega a la conclusión de que la duración total de los procedimientos de guarda
judicial y de régimen de visitas, de más de tres y diez años, respectivamente, sobrepasaron excesivamente un
plazo que pudiera considerarse razonable en los procedimientos analizados relativos a la guarda de la niña y al
régimen de visitas con su padre.
Asimismo, debe examinarse si en el proceso de guarda que antecedió a la decisión de otorgar la adopción
simple de la niña al matrimonio adoptante, las autoridades judiciales internas actuaron con la debida diligencia
que correspondía, teniendo en cuenta la situación particular del caso, así como la obligación de proceder con
especial diligencia y celeridad en los procedimientos que involucran menores de edad. A este respecto, se llega
a la conclusión de que el proceso de guarda no fue llevado adelante con la debida diligencia debido a: a) la
inobservancia de requisitos legales; b) omisiones probatorias; c) utilización de estereotipos, y d) uso del retraso
judicial como fundamento de la decisión. Entre otras consideraciones, corresponde destacar que la observancia
de las disposiciones legales y la diligencia en los procedimientos judiciales son elementos fundamentales para
proteger el interés superior del niño. Por otra parte, no puede invocarse el interés superior del niño para legitimar
la inobservancia de requisitos legales, la demora o errores en los procedimientos judiciales.

Adicionalmente, se ha violado el derecho a un recurso efectivo, dado que los recursos judiciales interpuestos por
Fornerón no cumplieron con dar una respuesta efectiva e idónea para proteger su derecho y el de su hija M a la
protección de la familia. Además, en cuanto a este último derecho, entre otros argumentos, se llega a la
conclusión de que el Estado no observó el requisito de legalidad de la restricción al derecho de protección de la
familia ni el requisito de excepcionalidad de la separación de padres e hijos, al no tener en cuenta el juez que
otorgó la guarda judicial y posterior adopción la voluntad de Fornerón de cuidar y no continuar separado de su
hija, ni determinó la existencia de algunas de las circunstancias excepcionales establecidas en la Convención
sobre los Derechos del Niño que hubieran permitido, excepcionalmente, la separación del padre de su hija.

El derecho del niño a crecer con su familia de origen es de fundamental importancia y resulta uno de los
estándares normativos más relevantes derivados de los arts. 17 y 19 de la Convención, así como de los arts. 8,
9, 18 y 21 de la Convención sobre los Derechos del Niño. De allí que el derecho a la familia de todo niño y niña
es, principalmente, a su familia biológica, la cual incluye a los familiares más cercanos, la que debe brindar la
protección al niño y, a su vez, debe ser objeto primordial de medidas de protección por parte del Estado. En
consecuencia, a falta de uno de los padres, las autoridades judiciales se encuentran en la obligación de buscar
al padre o madre u otros familiares biológicos.

Finalmente, esta Corte llega a la conclusión de que Argentina no cumplió con su obligación de adoptar
disposiciones de derecho interno al no tipificar la “venta” de un niño o niña. De la lectura conjunta del art. 19 de
la Convención y 35 de la Convención sobre los Derechos del Niño, surge que esta última norma precisa y
determina el contenido de algunas de las “medidas de protección” aludidas en el art. 19 de la Convención, entre
otras, la obligación de adoptar todas las medidas de carácter nacional necesarias para impedir la “venta” de
niños cualquiera sea su fin o forma. La sanción penal es una de las vías idóneas para proteger determinados
bienes jurídicos, y la entrega de un niño o niña a cambio de remuneración o de cualquier otra retribución afecta
claramente bienes jurídicos fundamentales tales como su libertad, su integridad personal y su dignidad,
resultando uno de los ataques más graves contra un niño o niña, respecto de los cuales los adultos aprovechan
su condición de vulnerabilidad. Al momento de los hechos, el Estado no impedía penalmente la entrega de un
niño o niña a cambio de dinero. La “venta” de un niño o niña no estaba impedida o prohibida penalmente sino
que se sancionaban otros supuestos de hecho, como por ejemplo, el ocultamiento o supresión de la filiación.
Dicha prohibición no satisface lo establecido por el art. 35 de la Convención sobre los Derechos del Niño de
adoptar todas las medidas necesarias para impedir la “venta” de niños cualquiera sea su forma o fin. La
obligación de adoptar todas las medidas para impedir toda “venta”, incluyendo su prohibición penal, se
encontraba vigente desde el momento en que Argentina ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño en
1990.
Con base en lo anterior, se llega a la conclusión de que:

1. El Estado es responsable por la violación de los derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial
consagrados en los arts 8.1 y 25.1 de la Convención, en relación con los arts 1.1 y 17.1 de la misma, en perjuicio
de Fornerón y de su hija M, así como en relación con el art. 19 del mismo instrumento en perjuicio de esta última.

2. El Estado es responsable por la violación del derecho a la protección a la familia reconocido en el art. 17.1 de
la Convención, en relación con los arts. 1.1, 8.1 y 25.1 de la misma, en perjuicio de Fornerón y de su hija M, así
como en relación con el art. 19 del mismo instrumento en perjuicio de esta última.

3. El Estado incumplió su obligación de adoptar disposiciones de derecho interno, establecida en el art. 2 de la


Convención, en relación con los arts. 19, 8.1, 25.1 y 1.1 de la misma, en perjuicio de la niña M y de Fornerón.

En consecuencia, se dispone que esta sentencia constituye una forma de reparación y, adicionalmente, se
ordena como medidas de reparación que el Estado: a) establezca de manera inmediata un procedimiento
orientado a la efectiva vinculación entre Fornerón y su hija M; b) verifique la conformidad a derecho de la
conducta de determinados funcionarios que intervinieron en los distintos procesos internos y, en su caso,
establezca las responsabilidades que correspondan; c) adopte las medidas que sean necesarias para tipificar la
venta de niños y niñas; d) implemente un programa o curso obligatorio dirigido a operadores judiciales de la
Provincia de Entre Ríos vinculados a la administración de justicia respecto de niños y niñas que contemple, entre
otros, los estándares internacionales en derechos humanos, particularmente, en materia de los derechos de los
niños y niñas y su interés superior y el principio de no discriminación; e) publique, en el plazo de seis meses,
contado a partir de la notificación de este fallo, el resumen oficial de la presente sentencia elaborado por la
Corte, por una sola vez, tanto en el Boletín Oficial del Estado como en el Boletín Oficial de la Provincia de Entre
Ríos, y f) pague determinadas cantidades por concepto de indemnización por daño material e inmaterial y por el
reintegro de costas y gastos, así como por el reintegro al Fondo de Asistencia Legal de Víctimas.

Esta Corte Interamericana de Derechos Humanos supervisará el cumplimiento íntegro de la sentencia y dará por
concluido el presente caso una vez que el Estado haya dado cabal cumplimiento a lo dispuesto en la misma

Caso kimel vs argentina (libertad de pensamiento y expresión)

Hechos probados.

El señor Eduardo Gabriel Kimel es un conocido periodista, escritor e investigador histórico”, quien habría
publicado varios libros relacionados con la historia política argentina, entre ellos “La masacre de San Patricio”, en
el que expuso el resultado de su investigación sobre el asesinato de cinco religiosos. El libro criticó la actuación
de las autoridades encargadas de la investigación de los homicidios, entre ellas un juez.

El 28 de octubre de 1991 el Juez mencionado por el señor Kimel promovió una querella criminal en su contra por
el delito de calumnia, señalando que si bien la imputación deshonrosa hecha a un Magistrado con motivo u
ocasión del ejercicio de sus funciones constituiría desacato en los términos del artículo]244 del Código de Fondo,
hoy derogado, la específica imputación de un delito de acción pública configura siempre calumnia.

Luego de concluido el proceso penal, el señor Kimel fue condenado por la Sala IV de la Cámara de Apelaciones
a un año de prisión y multa de veinte mil pesos por el delito de calumnia.

Derechos demandados.
Artículos 8 (Garantías judiciales), 13 (Libertad de pensamiento y de expresión), 9 ( Principio de Legalidad) 1.1.
Obligación de respetar los derechos) y 2 (Deber de adoptar disposiciones de derecho interno)

Fundamentos.

Artículo 8 (Garantías judiciales).La Corte estima que la duración del proceso penal instaurado en contra del
señor Kimel excedió los límites de lo razonable. Del mismo modo, el Tribunal considera, conforme a su
jurisprudencia que el Estado no justificó esa duración tan prolongada. En consecuencia, declara que el Estado
violó el artículo 8.1 de la Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio del
señor Kimel.

Artículo 13 (Libertad de pensamiento y de expresión) y artículo 9 ( Principio de Legalidad) en relación con los
artículos 1.1. Obligación de respetar los derechos) y 2 (Deber de adoptar disposiciones de derecho interno.

La Corte considera que la crítica realizada por el señor Kimel estaba relacionada con temas de notorio interés
público, se refería a un juez en relación con el desempeño de su cargo y se concretó en opiniones que no
entrañaban la imputación de delitos.

La Corte observa que el señor Kimel realizó una reconstrucción de la investigación judicial de la masacre y, a
partir de ello, emitió un juicio de valor crítico sobre el desempeño del Poder Judicial durante la última dictadura
militar en Argentina. Considera, que el señor Kimel no utilizó un lenguaje desmedido y su opinión fue construida
teniendo en cuenta los hechos verificados por el propio periodista.

Las opiniones vertidas por el señor Kimel no pueden considerarse ni verdaderas ni falsas. Como tal, la opinión
no puede ser objeto de sanción, más aún cuando se trata de un juicio de valor sobre un acto oficial de un
funcionario público en el desempeño de su cargo.

La Corte concluye que la afectación a la libertad de expresión del señor Kimel fue manifiestamente
desproporcionada, por excesiva, en relación con la alegada afectación del derecho a la honra.

El Tribunal considera que el Estado violó el derecho a la libertad de expresión consagrado en el artículo 13.1 y
13.2 de la Convención Americana, en relación con la obligación general contemplada en el artículo 1.1 de la
misma, en perjuicio del señor Kimel.

Puntos Resolutivos.

La Corte acepta el reconocimiento de responsabilidad internacional efectuado por el Estado, y manifiesta que
existió violación del derecho a la libertad de expresión, consagrado en el artículo 13.1 y 13.2 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en relación con las obligaciones generales establecidas en los artículos
1.1 y 2 de dicho tratado, en perjuicio del señor Kimel.
Asimismo, señala que existió violación al derecho a ser oído dentro de un plazo razonable, consagrado en el
artículo 8.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

El Estado violó el principio de legalidad consagrado en el artículo 9 de laConvención Americana sobre Derechos
Humanos.

Reparaciones.

1. La sentencia constituye per se una forma de reparación

2. El Estado debe realizar los pagos de las cantidades establecidas en la presente sentencia por concepto de
daño material, inmaterial y reintegro de costas y gastos dentro del plazo de un año a partir de la notificación de la
sentencia.

3. El Estado debe dejar sin efecto la condena penal impuesta al señor Kimel y todas las consecuencias que de
ella se deriven, en el plazo de seis meses a partir de la notificación de la sentencia.

4. El Estado debe eliminar inmediatamente el nombre del señor Kimel de los registros públicos en los que
aparezca con antecedentes penales relacionados con el presente caso.

5. El Estado debe realizar las publicaciones a las que hace referencia la sentencia, en el plazo de seis meses a
partir de la notificación de la misma.

6. El Estado debe realizar un acto público de reconocimiento de su responsabilidad, dentro del plazo de seis
meses a partir de la notificación de la sentencia.

7. El Estado debe adecuar en un plazo razonable su derecho interno a laConvención Americana sobre Derechos
Humanos, de tal forma que las imprecisiones reconocidas por el Estado se corrijan para satisfacer los
requerimientos de seguridad jurídica y, consecuentemente, no afecten el ejercicio del derecho a la libertad de
expresión.

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