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Las Apariciones de Jesus Resucitado y El Calendario Bíblico Qumránico PDF
Las Apariciones de Jesus Resucitado y El Calendario Bíblico Qumránico PDF
EL PROBLEMA
Deseo de Jesús
Es un hecho que Jesús, tras su resurrección, quería que sus discípulos retornasen a
Galilea. Así se desprende de sus palabras: "después de mi resurrección, iré delante de
vosotros a Galilea" (Mc 14, 28; Mt 26, 32) y del encargo del ángel y del mismo Jesús a
las santas mujeres de anunciar a los discípulos que les verá resucitado en Galilea (Mc
16, 7; Mt 28, 7. 10).
Son obvias las razones de esta insistencia de Jesús. Tras los últimos acontecimientos, el
ambiente en Jerusalén era muy tenso. Si los discípulos permanecían en la ciudad, se
condenaban a vivir enclaustrados por miedo a los enemigos de Jesús (Jn 20, 19. 20). Si,
por el contrario, se trasladaban a Galilea, podían reencontrar la paz, tan necesaria,
dedicándose a una actividad saludable (Jn 21, 3 ). Éste sería el lugar ideal para acabar de
desarrollar Jesús su tarea formativa, en un ambiente íntimo y tranquilo, hablando a sus
discípulos sobre el reino (Hch 1, 3). En realidad, ya en su vida pública Jesús había
retrasado más de una vez su viaje desde Galilea a Jerusalén por motivos semejantes (Jn
7, 1. 9) ; ahora, tras el drama del calvario era normal que prefiriera ver a sus discípulos
en la paz de Galilea más que en el ambiente tenso de Jerusalén.
Lo que realmente produce extrañeza es que los discípulos, una vez convencidos de la
resurrección, no obedecieron a las órdenes reiteradas de su maestro y permanecieran en
Jerusalén retrasando ocho días su viaje hacia Galilea (según Jn 20, 26-29). Incluso,
según algunos (Reimarus, Lessing, D. F. Strauss ), esas mismas órdenes son
contradictorias, pues no tiene sentido el citar a unas personas en un lugar -Galilea- y una
JEAN CARMIGNAC
fecha concretos cuando uno sabe que las va a ver pocas horas después y varias veces en
la misma Jerusalén.
Nos encontramos ante un problema. Veamos ahora las diferentes posturas que se han
tomado y se toman ante el mismo.
Intentos de solución
Algunos críticos, con D. F. Strauss, oponen las apariciones de Galilea a las de Jerusalén
como excluyentes las unas de las otras y, ante la dificultad de poder armonizarlas,
concluyen que todas son pura invención de los evangelistas ante ciertos rumores que
corrían de apariciones de Jesús resucitado.
Oponiéndose a los anteriores, F. C. Burkitt afirma que las únicas apariciones posibles
son, histórica y psicológicamente, las de Jerusalén, pues, dice él, no sería natural que
Pedro y el pequeño núcleo de discípulos, tras haber experimentado a Jesús resucitado en
Jerusalén se ausentaron de la ciudad por un espacio de tiempo superior a un día -téngase
en cuenta que para ir a Galilea y volver se necesitaban varios. Últimamente otro
representante de esta opinión, L. Schenke, afirma que si Marcos habla de apariciones en
Galilea lo hace como reacción contra el predominio que iba teniendo la iglesia de
Jerusalén y en apoyo de Galilea, lugar privilegiado de la predicación del Jesús histórico,
destinado a ser, según Marcos, origen de la misión de la Iglesia.
La mayoría de los comentadores no están de acuerdo con esta oposición entre las
apariciones de Jerusalén y las de Galilea, aunque tampoco las consideran todas
auténticas. E. Lohmeyer, por ejemplo, sin pronunciarse sobre la realidad histórica de
ninguna de las dos categorías de apariciones, admite dos tradiciones que reflejan dos
teologías diferentes y provienen de dos comunidades cristianas primitivas.
Solución
Siguiendo este calendario bíblico, Jesús comió en Betania el domingo 12 del primer
mes (Mc 14, 1; Jn 12, 1); celebró la pascua e instituyó la eucaristía el martes 14 al
atardecer (Me 14, 12-16); murió el viernes 17 -14 de nisan, vigilia de la pascua oficial
de los fariseos- (Jn 18, 28; 19, 14); resucitó la madrugada del domingo 19 (Lc 24, 1; Jn
20, 1); se apareció este mismo día a los discípulos de Emmaús (Lc 24, 13) y a los
discípulos sin Tomás (Jn 20, 19-25); se apareció de nuevo a los discípulos, con Tomás,
el domingo 26 (Jn 20, 26-29).
Teniendo presentes estos dos días festivos, miércoles 22 y domingo 26, nos será fácil
seguir los acontecimientos que tuvieron lugar la semana de la resurrección. Jesús sabía
que sus discípulos sólo disponían de tres días (domingo 19, lunes 20, martes 21) para
llegar a Galilea antes del miércoles 22, octava de la pascua. El espacio a recorrer entre
Jerusalén y Galilea era de unos 100 kilómetros. En tres días podían hacerlo bien; pero
no en menos, teniendo en cuenta que formaban parte del grupo algunas mujeres. Debían
partir, pues, en seguida y así lo encargó Jesús en las dos apariciones a las santas mujeres
del domingo por la mañana (Mc 16, 7 = Mt 28, 7; Mt 28, 10) : los amigos de Jesús, sin
otra prueba que el testimonio de las mujeres, debían partir en seguida hacia Galilea en
donde su fe sería robustecida por el trato íntimo y prolongado del Resucitado. Pero este
proyecto de Jesús fracasó, bien porque las mujeres no se atrevieron a transmitir el
encargo (Mc 16, 8), bien porque los discípulos reaccionaron con escepticismo (Lc 24,
38-41).
Jesús se vio obligado a cambiar sus planes apareciéndose a Pedro (Lc 24, 34; 1 Co 15,
5), a los discípulos en Emaús (Lc 24, 35) y a los apóstoles sin Tomás (Lc 24, 36-43; Jn
20, 19-25). Estas apariciones provocaron, por fin, la fe definitiva del grupo. Pero ya se
les había hecho tarde para salir el domingo y si lo hacían el lunes no tenían tiempo de
llegar a Galilea antes del día festivo, miércoles 22. Igualmente el margen de tiempo
entre el 22 y el descanso del sábado 25 les era insuficiente. El domingo 26 era también
día de reposo. En consecuencia, la marcha se retrasó 8 días, desde el domingo 19 hasta
el lunes 27. Durante esta semana, Jesús se apareció lo menos posible a sus discípulos.
Tras la manifestación a los apóstoles, a excepción de Tomás, en el cenáculo el domingo
19 por la tarde, Jesús se mantuvo alejado del grupo hasta el domingo 26 en que se
volvió a presentar a los apóstoles, esta vez con Tomás, con el fin de convencer a éste
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antes de la partida hacia Galilea (Jn 20, 26-29). Podemos concluir que las
manifestaciones en Jerusalén tuvieron sobre todo un carácter apologético de cara a los
discípulos mientras que las de Galilea fueron educativas de la fe y con miras a la
misión. En estas últimas, Jesús acabó de completar la formación espiritual de los
discípulos llevando con ellos un género de vida semejante al de su "vida pública" (cfr.
1Co 16, 6-7; Mt 28, 16-20; Lc 24, 4449; Jn 21, 1-23).
Confirmación
Pruebas
Según la Torah (cfr. Ex 12, 16. 18) la fiesta de la pascua dura solo 7 días; en nuestro
caso, el último día sería el martes 21 y no el miércoles 22. Por lo tanto, entre el
descanso del 21 y el del 25 quedarían días suficientes para regresar de Jerusalén a
Galilea. Esta es la objeción fundamental. Pero estudiando más a fondo el calendario de
Qumran veremos que no tiene fuerza esa objeción, aparentemente decisiva, contra la
hipótesis propuesta. Hagámoslo.
sus casas mientras en Lv 23, 36.39 y Nm 29, 35-38 figuran 8 día s de fiesta. Así, pues,
siempre en su opinión, 1 Re hablaría de 7 días que unidos al sábado harían los 8 días del
Lv y Nm.
2) Lo mismo afirma otro escritor caraíta del siglo XII, Judah ben Eliahu Hadas¡,
en una obra en hebreo.
3) Las dos noticias son paralelas: a) los dos aluden a Noé para justificar un calendario
de 30 días al mes; b) citan ambos 1 Re 8, 66 para justificar el cálculo diferente de la
duración en la fiesta de las tiendas; c) tras hablar de los sadûqiyyah, lo hacen de los
magâ(r)-iyyah; d) Hadasi depende de un escrito árabe, pues a pesar de escribir en
hebreo utiliza los nombres árabes de las sectas antes mencionadas. Esto no quiere decir
que se inspire en Qirgisáni ya que parece que ambos tienen una fuente común - los dos
remiten a ella- a la que son completamente fieles, David al-Mugammis, escritor (sin
duda caraíta) del año 900.
Lo cierto es que tenemos noticias muy uniformes sobre esta secta de los sadûqiyyah por
medio de estos tres autores caraítas de los siglos X a XII. Los tres afirman que dicha
secta no contaba el sábado en el cómputo de los 7 días de la fiesta de pascua ni entre los
8 días previstos para la de las tiendas. Indican los textos en que se apoyaban los
sadûqiyyah para su interpretación y precisan así que la fiesta de las tiendas acababa el
23 del séptimo mes (no el 22) y por consiguiente la de pascua -que duraba un día
menos- lo hacía el 22 (no el 21) del primer mes, según el cómputo de esta secta.
Ahora bien, vamos a ver que, cuando estos autores nos hablan de los sadúqíyyah, se
están refiriendo en realidad a los miembros de la comunidad de Qumran aun sin
nombrarlos. Esto se evidencia por las siguientes razones:
e) los sadùqiyyah prohibían el divorcio a pesar de que Dt 24, 1-4 lo admite. Esta
prohibición parece bastante característica de dicha secta en el período anterior al
cristianismo ya que el narrador caraíta Qirqisâni la subraya oponiéndola incluso a la
norma de los caraítas que admitía el divorcio. Pues bien, también el documento
qumránico de Damasco prohíbe el divorcio.
g) Los escritores caraítas precisan que este calendario de los sadûqiyyah se basaba en la
historia de Noé. En Gn 7, 11 se habla del día 17 del segundo mes como principio del
diluvio; en 8, 3-4 se dice que "tras ciento cincuenta días las aguas habían bajado y en el
mes séptimo el día diecisiete del mes varó el arca sobre los montes de Ararat" (5 meses
de 30 días = 150 días). Los manuscritos de Qumran hasta ahora publicados no comentan
este pasaje, pero el libro de los Jubileos subraya esta equivalencia entre 5 meses y 150
días.
De todo lo anterior podemos concluir que los miembros de Qumran, que se llamaban a
sí mismos "hijos de Sadòq", coinciden con los llamados sedûquim (en ebrero) y
sadûqiyyah (en árabe) por los tres autores caraítas mencionados. Y, dada la coincidencia
de dichos autores al hablar sobre las particularidades del calendario qumrano-sadoquita,
debemos creerles cuando dicen: 1) que entre los sadûqiyyah, nuestros qumranitas, el
sábado no era computado entre los 7 días durante los cuales no se podía comer más que
ázimos; y 2) que la fiesta que concluía esta semana de los ázimos caía siempre el 22 del
primer mes (es decir, un miércoles según el calendario de qumran).
Confirmación
Esto es una confirmación de que, de acuerdo con los documentos caraítas, los
sadûqiyyah y nuestros qumranitas son las mismas personas.
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Conclusiones
De la explicación dada al problema que nos ocupa podemos concluir varias cosas, a
saber:
4
1) Las tesis de A. Jaubert quedan confirmadas por esta nueva aplicación.
4) Los descubrimientos de Qumran nos ayudan a comprender mejor otro detalle de los
evangelios. Una vez más, la oposición aparente entre Juan y los sinópticos queda
resuelta en una mejor comprensión de ambos.
Notas:
1
En New Testaraent Studies, 4 (1957) 58-61
2
Caraítas: miembros de una secta judía contrarios a las tradiciones de los rabinos; no
quisieron admitir la obra de éstos en el Talmud y se quedaron sólo con el texto de la
biblia (N. del T.).
3
Genizah: literalmente significa, en hebreo, escondite, archivo. En sentido amplio,
designa un lugar donde los judíos guardan libros bíblicos profanados o con varias
erratas en una misma página; libros deuterocanónicos o apócrifos; libros considerados
heréticos por los rabinos; documentos civiles con alguna irregularidad; objetos y
escritos que han estado en contacto con la biblia o que contienen el nombre de Dios (N.
del T.).
4
A. Jaubert compone una cronología de la pasión, basándose en la existencia de dos
calendarios en tiempos de Cristo: uno bíblico-tradicional, y otro fariseo-helenístico (N.
del T.).