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Shackleton - Victor Ferrazzano
Shackleton - Victor Ferrazzano
Un ejemplo de liderazgo
Sir Ernest Henry Shackleton, el explorador a quien tanto le gustaban los mares y los hielos del sur se hizo
famoso por su expedición con el "Endurance", donde, pese al siniestro que sufrió y a las duras condiciones
soportadas durante los dos años en que permaneció varado con su barco entre los hielos antárticos, no perdió
absolutamente a ninguno de sus hombres.
Algunas curiosidades...
El anuncio que publicó Shackleton para buscar gente para el viaje fue este:
"Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Mucho frío.
No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito"
"Para conductor científico, denme ustedes a Scott; para viajar veloz y eficientemente, Amundsen;
pero cuando uno se encuentra en una situación desesperada, cuando parece que no hay salvación,
conviene arrodillarse y pedir a Dios que le envíe a Shackleton".
Sir Ernest Henry Shackleton, nacido en Kilkea House, Irlanda en febrero de 1874. Su padre había sido
granjero y tras fracasar en una cosecha decidió estudiar medicina en Dublin. En 1884 siendo ya médico, se
trasladó a Londres. donde intentó que su hijo estudiara medicina, pero el joven, con 16 años de edad, se fue a
Liverpool y se embarcó en una fragata, para viajar al Perú por la ruta del Cabo de Hornos. Estuvo navegando
durante cinco años en las rutas de Oriente y América. En 1896 ya era primer oficial y dos años después, a los
24 años de edad, obtuvo el título de "Master" (capitán).
Sir Ernst Shackleton pertenecía a ese puñado de hombres que con el nacimiento del siglo pretendían explorar
en profundidad el continente blanco. En 1901 había participado de la expedición de Robert Falcon Scott a
bordo del "Discovery" y, en 1909, protagonizó un fracasado intento de ser el primero en alcanzar el Polo Sur:
a 97 millas de la meta tuvo que emprender el regreso, enfermo y casi sin alimentos. El Polo sería conquistado
por el noruego Roald Amundsen a fines de 1911. Casi un mes después, Scott llegó también el Polo. Exhausto
y sin comida, en el camino de regreso murió congelado junto a sus tres compañeros.
Con la Imperial Trans-Antarctic Expedition de 1914-17, Shackleton pretendía cruzar el continente por un
territorio desconocido, desde el Mar de Weddell al de Ross. El proyecto consistía en que el grupo de
expedicionarios fuera dejado por el Endurance en algún punto de la costa, sobre el Mar de Weddell, mientras
que otro barco, el Aurora, les aguardaría sobre el Mar de Ross, tras ir dejando provisiones en buena parte de la
ruta que Shackleton y seis hombres vendrían recorriendo con trineos tirados por perros a lo largo de 2.800
kilómetros. Esa empresa jamás se concretaría.
El Endurance, de 43 metros de eslora y 350 toneladas, estaba aparejado de bergantín, con motor a vapor que
le permitía hacer entre 9 y 10 nudos. El casco era de roble y otras maderas duras. Fue construido en Noruega,
habiendo sido diseñado para navegar en zonas de hielos por la fortaleza de su estructura pero sus formas no
estaban optimizadas para zafar en caso de ser atrapado por el hielo.
Shackleton había partido de Plymouth el 8 de agosto de 1914 con el Endurance, para hacer escala en Buenos
Aires, donde tras reaprovisionarse, parte para las Georgias del Sur el 26 de octubre
El 5 de diciembre abandona las Georgias para dirigirse al mar de Weddell en donde predominaban extremas
condiciones de hielo
El 6 de diciembre el ENDURANCE comienza a encontrar vestigios de hielo, que serian señales de lo que
vendría.
El 18 de enero de 1914, el Endurance queda atrapado entre los hielos del mar de Weddell y se queda en esa
posición durante 10 meses, inmovilizado. El barco se halla aferrado por grandes témpanos que le rodean y
aprietan
A fines del invierno de 1915, el Endurance permanece atrapado en una situación comprometida.
. En el interior todas las cosas volaron por los aires y lo que era un sólido barco con maderos de roble de
hasta 75 centímetros de espesor, se iría convirtiendo a partir gradual e inexorablemente en astillas, para ser
devoradas por el mar.
Para combatir el tedio y
conservar la función de
líder, era vital
la administración de
tareas claras y definidas
El proyecto de Shackleton de
salir de aquel infierno helado
tras la pérdida del Endurance,
solo podía haber sido ima-
ginado por alguien como él
que, además de conocer como
pocos la Antártida, tenía una
confianza inquebrantable en sí
mismo: al fracasar en un pri-
mer intento por avanzar cami-
nando hacia el Norte, propuso
abordar un témpano lo sufi-
cientemente sólido que, al de-
rivar llevado por la corriente y
el viento, los dejara a tiro de
piedra de isla Paulet, distante
346 millas. Ahí les sería posi-
ble alcanzar el refugio con
alimentos y combustible deja-
do en 1904 por la corbeta Uru-
guay. Desde Paulet, planeaba
continuar hasta la Tierra de
Graham con la esperanza de
encontrar una flota de caza-
dores de ballenas que pudiesen
sacarlos de ese atolladero.
Hurley trepado en el penol de la verga del trinquete para obtener una vista panorámica
Dos marineros, que fueron enviados a buscar alimentos al Endurance, se toparon con aquellas latas de
negativos. El agua ya había cubierto la caseta del timón hasta un metro de altura, pero igual deciden
sumergirse en el agua helada hasta la cintura. Querían darle a Hurley una sorpresa con aquel preciado
obsequio. Y por supuesto que lo lograron. Hurley era ciertamente un personaje conflictivo. Excelente
fotógrafo y muy habilidoso (llegó a construir una cocina portátil y una bomba de achique con restos de chapas
y siempre estaba dispuesto para las tareas más arduas y difíciles), tenía también dotes de líder. "Respondía
mejor a las alabanzas y a menudo necesitaba que se le elogiase y se le hiciera sentir importante. Shackleton
intuyó esa necesidad y temió que si no la alimentaba, Hurley podría sentirse menoscabado y posiblemente
fomentaría el descontento entre los demás", así que lo incorporó al reducido grupo de sus asesores porque "no
quería contrariarlo". Demostraba ser un gran conductor de hombres y profundo conocedor del alma humana.
El rescate del resto de sus hombres en Isla Elefante no fue menos penoso. Con el ballenero "Southern Sky",
Shackleton llegó a 60 millas de la isla, pero el hielo los rechazó. Un nuevo intento se realizó con el pesquero
"Instituto de Pesca Nº 1" del Uruguay pero el hielo volvió a negarles el paso. Shackleton se trasladó a Punta
Arenas, donde residentes ingleses y chilenos donaron 1.500 libras esterlinas para alquilar la goleta "Emma".
En proximidad de la isla Elefante, el motor auxiliar quedó fuera de servicio y como era muy riesgoso seguir
solo a vela decidieron abandonar la búsqueda. Por fin, Shackleton obtuvo la asistencia del remolcador de mar
de bandera chilena "Yelcho", que, al mando del capitán Luis Pardo, lo llevó hasta la Isla Elefante. Arribaron
el 30 de agosto de 1916, 105 días después de haber zarpado con el pequeño bote de 6 metros. Uno de los
hombres, al ver la silueta del viejo vapor, izó su chaquetilla a modo de señal sobre un mástil, pero la roldana
se le atascó y quedó a media asta. Shackleton la vio y se le hizo un nudo en la garganta pensando que alguno
de sus hombres habría muerto. Pero no, aquellos héroes de la Antártida estaban ahí esperándolo, cansados,
con hambre, sucios, pero inmensamente felices. No había muerto nadie. Estaban todos a salvo