Está en la página 1de 96

FACULTAD DE PSISCOLOGIA

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGIA


PROYECTO DE INVESTIGACION II

TEMA: CORRELACIÓN ENTRE ANSIEDAD SOCIAL Y RIESGO DE PADECER


TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTICIA EN ESTUDIANTES DE
SECUNDARIA DE UN COLEGIO PRIVADO DE LIMA METROPOLITANA.

AUTOR: CÉSAR AUGUSTO CUADROS FRANCO.


PROFESOR: LUIS OSWALDO PÉREZ FLORES.

NOVENO SEMESTRE
2019-I

1
DEDICATORIA

A la comunidad científica, a mis padres, hermanos


Profesores y compañeros.

2
AGRADECIMIENTO

Agradezco principalmente a la facultad de psicología de la universidad Ricardo


Palma y a sus profesores que me están guiando en este proceso universitario. A
mis padres por permitirme y apoyarme para estudiar algo que es de mi agrado. A
los diversos autores que ayudaron a que este trabajo fuera posible.

3
INDICE:
I. CAPITULO I:
1.1 Fundamentación y enunciado del problema
1.2 Formulación del problema de investigación
1.3 Hipótesis:
1.3.1 Hipótesis Nula
1.3.2 Hipótesis Alternativa
1.3 Objetivos de la investigación
1.3.1 Objetivo general
1.3.2 Objetivos específicos
1.4 Justificación e importancia
1.4.1 Justificación
1.4.2 Importancia
1.5 Conceptos operativos
1.6 Limitaciones

II. MARCO HISTÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN:


1.1 Antecedentes nacionales
1.1.1 Tesis universitarias
1.1.2 Revistas
1.2 Antecedentes Extranjeros

II.2 MARCO CONCEPTUAL:


2.1 Conductas de riesgo en adolescentes:
2.1.1 Concepto
2.1.2 Causas
2.1.3 Consecuencias
2.1.4 Tipos
2.1.4.1 Farmacodependencias
2.1.4.2 Sexualidad precoz
2.1.4.3 Delincuencia y conductas agresivas

4
2.1.4.4 Bajo rendimiento escolar
2.1.4.5 Trastornos de la conducta alimenticia
2.1.5 Factores protectores
2.2 Trastornos de la conducta alimenticia
2.2.1 Definición
2.2.2 Características
2.2.3 Bases
2.2.3.1 Moleculares
2.2.3.4 Psicológicas
2.2.4 Epidemiologia
2.2.5 Tipos
2.2.5.1 Anorexia
2.2.5.2 Bulimia
2.2.5.3 Ortorexia
2.2.5.4 Vigorexia
2.2.5.5 Trastorno por atracón
2.2.5.6 Obesidad
2.2.5.7 Trastorno por evitación/restricción de la ingesta de
alimentos
2.2.6 Variables de los trastornos de la conducta alimenticia
2.2.6.1 Variables individuales
2.2.6.1.1 Ideal estético de delgadez
2.2.6.1.2 Insatisfacción corporal
2.2.6.1.3 Factores de riesgo
2.2.6.1.4 Factores psicosociales
2.2.6.2 Variables familiares
2.2.6.2.1 Relación padres e hijos
2.2.6.2.2 Factores socioculturales
2.2.7 Contexto social
2.2.8 Sintomatología
2.3 Ansiedad:

5
2.3.1 Concepto
2.3.2 Ansiedad patológica
2.3.3 Síntomas
2.3.3.1 Síntomas de la ansiedad Social
2.3.4 Ansiedad Social
2.3.5 Diagnostico
2.3.6 Pronostico

III. METODOLOGÍA
3.1 Nivel de investigación
3.2 Tipo de investigación
3.3 Diseño de la investigación
3.4 Variables
3.5 Población
3.5.1 Muestra

IV. RECOGIDA DE DATOS


4.1 Descripción de la recogida de datos.
4.2 Instrumento:
4.2.1 La Escala de Ansiedad Social para Adolescentes (SAS-A).
4.3.2 Cuestionario Breve para las Conductas Alimentarias de Riesgo.
4.3 Criterios de inclusión.
4.4 Diseño estadístico.

V. RESULTADOS
5.1 Instrumentos de procesamiento de datos:
5.1.1 SPSS
5.2 Presentación de los resultados
5.2.1 Estadísticos descriptivos.
5.2.2 Estadísticos de grupo.
5.2.3 Prueba T para muestras dependientes.

6
5.2.4 Correlación de Pearson.
5.3 Interpretación de los resultados
5.3.1 Análisis de la tabla 1 y 2.
5.3.2 Análisis de la tabla 3 y 4.

VI. DISCUSION:
6.1 La ansiedad social en los adolescentes de segundaria.
6.2 Conductas de riesgo alimenticio en adolescentes de segundaria.
6.3 Relación entre ambas variables.
VII. CONCLUCIONES
VIII. ANEXOS
8.1 Consentimiento informado
8.2 Cronograma de actividades
8.3 Flujo grama
8.4 Escala de Ansiedad Social para Adolescentes.
8.5 Cuestionario breve de conductas de riesgo alimentario para
adolescentes.
IX. BIBLIOGRAFIA

7
PRESENTACION:

Esta investigación tiene la finalidad de conocer el rol de la ansiedad en el desarrollo


de las conductas alimentarias de riesgo, ya que en los últimos años la aparición de
nuevos “modelos de belleza” y la aparición de múltiples dietas junto a un estilo de
vida más “saludable” que muchos jóvenes deciden seguir en un afán de estar al
corriente con las tendencias actuales de belleza además de mejorar su auto
concepto e imagen de sí mismo a través de la imagen corporal. Todos estos sucesos
generan ansiedad en el adolescente, quien al no poder alcanzar los resultados
queridos, no poder estar al corriente con los demás o tener un peso muy elevado
se ve discriminado y se ve en la necesidad constante de mejorar su imagen física,
a través de dietas y rutinas altamente rigorosas que no son adecuadas en esta edad
del desarrollo humano. Cabe resaltar que se utilizara el inventario de Ansiedad de
Beck, el cual es un instrumento rápido y sencillo, que no requiere de mucho nivel
intelectual y cultural, que puede ser aplicado de forma grupal y ha demostrado ser
eficiente en otras investigaciones realizadas con anterioridad. Para medir la
incidencia de las conductas de riesgo alimentario así como la concepción de la
imagen corporal que tienen estos estudiantes se utilizara un Cuestionario Breve de
conductas de riesgo alimentario. Ambos resultados se correlacionaran para ver si
en efecto existe relación entre estas dos variables.

Este proyecto de investigación se desarrolló como parte del curso de Taller de


Investigación I cuyo encargado ha sido el profesor Alberto Córdova Cadillo durante
el semestre 2018-I de la facultad de psicología de la Universidad Ricardo Palma. Al
inicio de este trabajo se describió el entorno demográfico, social y cultural en que
se desarrollara la investigación; que es en el colegio John Smith College del distrito
de Villa María del triunfo, en lima-metropolitana, Perú. Todo el trabajo gira en torno
de que si existe relación entre la ansiedad y la conducta de riesgo alimentario en
jóvenes adolescentes; teniendo en cuenta la edad, el sexo, grado de instrucción,
tipo de familia y la procedencia de cada uno de los evaluados. Las investigaciones
que se han leído y usado como base para esta investigación señalan la importancia

8
entre el ambiente educativo y la ansiedad; los estudiantes de este colegio están
expuestos a un gran número de condiciones adversas comenzando por la ubicación
del centro educativo, que está cerca a lugares del distrito donde se ha observado
delincuencia, venta de drogas, prostitución y pandillaje; factores a los que los
estudiantes se ven expuestos al salir de la escuela. Sin contar que en su mayoría
estos estudiantes provienen de familias con poco nivel adquisitivo, padres sin
educación superior y con problemas de salud tales como anemia y tuberculosis.

9
CAPÍTULO I

1.1 Fundamentación y enunciado del problema:

Lima Metropolitana es el área metropolitana conformada por la gran


conurbación integrada por los centros urbanos de las provincias de Lima y Callao,
y es el área metropolitana más grande, extensa y poblada del Perú. El área urbana
es una de las mayores a nivel latinoamericano, con 9904727 habitantes (2015), lo
que equivale a alrededor del 32% del total nacional.

Hacia el oeste incluye a la ciudad del Callao y hacia el sur-oeste a otras localidades
antaño separadas y que hoy forman parte de la ciudad, como son Magdalena
Vieja, Miraflores, Barranco, Chorrillos o Vitarte y ciertas ciudades satélite como
son Lurín o Ancón. Dicho proceso urbano se evidenció en los años 1980. Estas
localidades y/o ciudades satélites conforman actualmente distritos integrantes de la
gran conurbación Lima-Callao.

Las ciudades de Lima y el Callao, hace años separadas por un Semi-desierto y


conectadas en el siglo XIX por un ferrocarril, se encuentran hoy totalmente unidas,
debiendo señalarse sus límites según las avenidas o mediante carteles para que
éstos no pasen totalmente desapercibidos. Una vista aérea desde el satélite nos
muestra una sola trama urbana donde es prácticamente imposible diferenciar a Lima
del Callao, en realidad separadas sólo administrativamente.

Esta conurbación (fusión urbana) entre Lima y el Callao se evidencia también en la


interacción social y cultural. El mestizaje y encuentro entre limeños y "chalacos"
(habitantes del Callao) es una constante cotidiana.

Sumando las poblaciones de la Provincia de Lima y la Provincia Constitucional del


Callao, provincias sobre las que se asienta el área, alberga según el último censo
del 2005 una población de 8.331.991 habitantes.4 Y según el último Informe del INEI
2015, una población de 9 886 647 habitantes5 que configuran entre un cuarto y un
tercio de la población total del Perú. Esta conurbación es una ciudad eminentemente
costera y se extiende a lo largo de casi ciento treinta kilómetros del litoral peruano,

10
desde el distrito norteño de Ancón en el límite con la Provincia de Huaral, hasta el
distrito sureño de Pucusana en el límite con la Provincia de Cañete.

El distrito de Villa María del Triunfo es uno de los 43 distritos de la provincia de


Lima, ubicada en el Departamento de Lima, en el Perú. Limita al norte con La
Molina, al este con Pachacámac, al sur con Lurín, al oeste con San Juan de
Miraflores y al sur-oeste con el Villa El Salvador.

Antes de la creación del distrito, dos importantes núcleos humanos se habían


formado en parte de lo que es hoy Villa María del Triunfo: Tablada de Lurín y Villa
Poeta José Gálvez Barrenechea.

Posteriormente nace la inquietud de un grupo de personas pertenecientes a la


Sociedad de Obreros del Sagrado Corazón de Jesús de Surquillo, quienes se
encontraban en una situación de vida deplorable, por lo que no dudaron en fundar
la Sociedad El Triunfo de la Restauración, orientada al descubrimiento de terrenos
eriazos para la construcción de viviendas.

Para tal fin, sus integrantes nombran una Comisión de Exploración y se dividen en
dos grupos que parten desde Surquillo el 4 de agosto de 1949, dirigiéndose hacia
el sur. El primero de ellos recorre las haciendas de Higuereta y La Calera; el
segundo hace lo propio por Santiago de Surco hasta Quebrada Honda (kilómetro
20), donde finalmente se instalan.

Después de otras tentativas, el 6 de agosto de 1949 casi la totalidad de las familias


de la Sociedad de Obreros del Sagrado Corazón de Jesús se trasladan en el
Ferrocarril Lima - Lurín hasta Quebrada Honda, para luego proclamar con el
izamiento de banderas la posesión sobre esas tierras, fundando la Asociación de
Viviendas Nueva Esperanza, comprendido dentro de su jurisdicción los "km 20" y
"km 23" de la Carretera Lima-Atocongo.

Sin embargo, como consecuencia de explosivas migraciones, 70 familias de


modesta situación económica procedentes de Piñonate, Mendocita y Matute,
invadieron la zona de Quebrada Honda uniéndose al grupo de pobladores de Nueva
Esperanza que recién se instalaban. Al comprobar que el área resultaba pequeña

11
para albergar a todos, un grupo de asociados decide tomar posesión de una
quebrada contigua, en los "km 16" y "km 19" de la Carretera a Atocongo, porque les
resultaba más amplia y accesible a la ciudad de Lima.

El lugar, propiedad de pastores que habían utilizado los recursos naturales de la


zona desde 1919, fue ocupado por los pobladores en mención, quienes acuerdan
cambiar el nombre de "La Esperanza" por "El Triunfo", adquiriendo personería
jurídica el 1 de octubre de 1956 (folio 15, tomo 04, Registros de Asociaciones de
Lima).

El 8 de agosto de 1960 un grupo de pobladores fue desalojado de la ribera del río


Rímac para construir el puente Santa Rosa en la Av. Tacna. Por intermedio de María
Delgado de Odría fueron reubicados en la antigua zona de tiro del ejército al pie del
cerro Vigía y las lomas aledañas, a los que se unieron familias del barrio de
Surquillo.

Como una muestra de gratitud, los fundadores posteriormente optan por agregar el
nombre de la esposa del Presidente de la República, Manuel A. Odría, María
Delgado de Odría, por el apoyo a la creación del distrito. Por ley 13796, el 28 de
diciembre de 1961, se creó el distrito de Villa María del Triunfo, hoy integrada por 6
zonas definidas: José Carlos Mariátegui, Cercado, Inca Pachacútec, Nueva
Esperanza, Tablada de Lurín y José Gálvez Barrenechea, y una séptima en vías de
consolidación Nuevo Milenio.

Los trastornos alimenticios forman un grupo de trastornos mentales que están


caracterizados por la alteración de la conducta ante la ingesta de alimentos, o la
aparición de comportamientos atípicos para el control del peso. Esta alteración trae
problemas físicos y perjudica el funcionamiento psicológico y social del individuo,
tanto como su interacción como el entorno. En el Perú según cifras del MINSA: “La
tendencia a problemas alimentarios, tiene una alta prevalencia en las áreas
urbanas, llegando al 6.0% en Lima y Callao, donde es más prevalente entre las
mujeres (7.1%) que entre los hombres (4.9%). En esta misma ciudad, las conductas
bulímicas llegan a 1.6% en las mujeres y 0.3% en los hombres, y la Bulimia nervosa

12
y la Anorexia nervosa tienen una prevalencia de 0.7% y 0.2% en mujeres, no
encontrándose casos en hombres.”

Como afirma Juan Carlos Sierra en su artículo “Ansiedad, angustia y estrés: tres
conceptos a diferenciar”: “La ansiedad es una parte de la existencia humana, todas
las personas sienten un grado moderado de la misma, siendo ésta una respuesta
adaptativa. La ansiedad sigue siendo un tema de gran importancia para la
Psicología; su incorporación es tardía, siendo tratado sólo desde 1920,
abordándose desde distintas perspectivas. Según el Diccionario de la Real
Academia Española (vigésima primera edición), el término ansiedad proviene del
latín anxietas, refiriendo un estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo, y
suponiendo una de las sensaciones más frecuentes del ser humano, esta es una
emoción complicada y displacentera que se manifiesta mediante una tensión
emocional acompañada de un correlato somático (Ayuso, 1988; Bulbena, 1986). En
general, el término ansiedad alude a la combinación de distintas manifestaciones
físicas y mentales que no son atribuibles a peligros reales, sino que se manifiestan
ya sea en forma de crisis o bien como un estado persistente y difuso, pudiendo
llegar al pánico; no obstante, pueden estar presentes otras características
neuróticas tales como síntomas obsesivos o histéricos que no dominan el cuadro
clínico. Si bien la ansiedad se destaca por su cercanía al miedo, se diferencia de
éste en que, mientras el miedo es una perturbación cuya presencia se manifiesta
ante estímulos presentes, la ansiedad se relaciona con la anticipación de peligros
futuros, indefinibles e imprevisibles (Marks, 1986).” En el Perú según cifras del
MINSA: “Con la excepción de la fobia social, cuya prevalencia es muy similar en las
áreas urbanas y rurales, los trastornos clínicos en los adolescentes son más
prevalentes en las áreas urbanas, ocupando los primeros lugares el episodio
depresivo (la cual varia de 7.0% en Lima y Callao a 1.1% en Lima rural), los
trastornos de ansiedad generalizada (que va de 5.5% en la sierra urbana a 0.4% en
la sierra rural) y la fobia social (que va de 4.1% en la selva rural a 1.2% en la selva
urbana).”

13
1.2 Formulación del problema de investigación:

¿Existe relación estadísticamente significativa entre ansiedad y el riesgo de padecer


un trastorno de la conducta alimenticia en un colegio privado de Villa María del
Triunfo considerando el grado de instrucción, sexo, edad, procedencia y tipo de
familia a través de “La Escala de Ansiedad Social para adolescentes (SAS-A)” y el
“Cuestionario Breve de conductas Alimentarias de riesgo”?

1.3 Hipótesis de la investigación:

1.3.1 Hipótesis Nula:

No existe correlación estadísticamente significativa entre las variables


de ansiedad social y el riesgo de padecer un trastorno de la conducta
alimenticia en adolescentes de segundaria de un colegio privado de
lima metropolitana.

1.3.2 Hipótesis Alternativa

Existe correlación estadísticamente significativa entre las variables de


ansiedad social y riesgo de padecer un trastorno de la conducta
alimenticia en adolescentes de segundaria de un colegio privado de
lima metropolitana.

1.4 Objetivos de la investigación:

1.4.1 Objetivo general:

Conocer si existe relación estadísticamente significativa entre


ansiedad social y el riesgo de padecer un trastorno de la conducta
alimenticia de los alumnos de secundaria de un colegio público de Villa
maría del triunfo.

1.3.2 Objetivos específicos:

Comparar la relación que existe entre ansiedad y el riesgo de padecer


un trastorno de la conducta alimenticia en estudiantes de secundaria

14
de un colegio público de Villa maría del triunfo a través de La Escala
de Ansiedad Social para Adolescentes (SAS-A) considerando el sexo.

Conocer si existe relación entre la subescala de Miedo al rechazo de


la Escala de Ansiedad Social para Adolescentes (SAS-A) y riesgo de
padecer un trastorno de la conducta alimenticia.

Conocer si existe relación entre la subescala de Evaluacion negativa


de la Escala de Ansiedad Social para Adolescentes (SAS-A) y riesgo
de padecer un trastorno de la conducta alimenticia.

Conocer si existe relación entre la subescala de Ansiedad ante


Situaciones Nuevas de la Escala de Ansiedad Social para
Adolescentes (SAS-A) y riesgo de padecer un trastorno de la conducta
alimenticia.

15
1.4 Justificación e importancia:

Esta investigación se realizaría ya que la educación pública en el Perú es una de


las más deficientes en américa latina, la diferencia que existe en la calidad de
enseñanza entre los colegios públicos y privados es altamente evidente. En este
contexto se puede observar las limitaciones que presentan los estudiantes de
secundaria en las escuelas públicas, ya que en muchos casos estos no reciben
ayuda ni orientación psicológica, quedando expuesto a un sinfín de conductas de
riesgo; además, resaltar que muchas veces los profesores de estos colegios no
tienen una figura de autoridad y mucho menos llevan una relación armoniosa e
interesada por sus estudiantes.

La mayoría de alumnos que asisten a estas escuelas son de estratos económicos


de medios a bajos; proviniendo en muchos casos de familias disfuncionales y de
padres con un grado de instrucción básica o limitada. Así, los adolescentes, en
muchas ocasiones, se dejan llevar por modas o tendencias que pueden resultar
riesgosas para su salud. Los medios de comunicación y entretenimiento juegan un
rol importante, ya que muestran modelos del “cuerpo ideal”, además de dietas y
regímenes para la obtención de estos. En muchos casos la obsesión y ansiedad
causado por este fenómeno, lleva a los adolescentes a presentar conductas de
riesgo alimenticio, dejando de comer algunos productos esenciales para su
desarrollo o haciendo rutinas extremas de ejercicio. Por lo que resulta necesario el
estudio de este fenómeno ya que puede aportar información importante para la
prevención de este.

Esta investigación es importante ya que aportara información necesaria para la


prevención de la conducta de riesgo alimenticio, además de ser un indicador que
puede servir a otros profesionales o estudiantes para la realización de
investigaciones posteriores. Además de ser un indicador de la situación actual de
este fenómeno.

16
1.5 Conceptos Operativos:

Alumno: Los alumnos son aquellos que aprenden de otras personas. Desde el
punto de vista etimológico, «alumno» es una palabra que viene del latín «alumnus»,
sustantivo derivado del verbo «alere», que significa ‘alimentar’ o ‘alimentarse’ y
también ‘sostener’, ‘mantener’, ‘promover’, ‘incrementar’, ‘fortalecer’. Se dice de
cualquier persona respecto del que la educó y crio desde su niñez, aunque uno
puede ser alumno de otra persona más joven. De hecho, al alumno se le puede
generalizar como estudiante o también como aprendiz. También es alumno aquel o
aquella que es discípulo respecto de su maestro, de la materia que aprende o de la
escuela, colegio o universidad donde estudia. El estudiante es un alumno.

Educación pública: Se denomina Educación Pública al sistema nacional educativo


de cada país, que está gestionado por la administración pública y sostenida con los
impuestos. Por lo general, comprende la planificación, supervisión o ejecución
directa de planes de estudio y educación escolarizada de diversos niveles
académicos siendo preeminente la realización de los niveles que la norma jurídica
considere obligatorios, consistiendo por lo general en la Educación Primaria, no
obstante, ello no excluye a niveles preescolares o superiores que no se consideren
obligatorios.

El objetivo de la educación pública es la accesibilidad de toda la población a la


educación, y generar niveles de instrucción deseables para la obtención de una
ventaja competitiva.

Regularmente la educación pública queda a cargo del gobierno, quien llega a


proporcionar la planta física y docente, y hasta materiales didácticos, para la
realización de los estudios y por tal motivo generalmente existen entidades de la
administración pública, relacionados con el sistema educativo tales como los
Departamentos o Ministerios de Educación. Estos están encargados de organizar y
controlar los servicios educativos de cada país.

La educación pública se ofrece a los niños del público en general por el gobierno,
ya sea nacional, regional o local, siempre por una institución de gobierno civil, y

17
pagado, en todo o en parte, por los impuestos. El término se aplica generalmente a
la educación básica, la Educación Primaria y secundaria o bien a todo el sistema
comprendido entre kindergarten y el último curso de la Educación Secundaria.
También se aplica a la educación post-secundaria, educación superior, o las
universidades, colegios, escuelas técnicas que reciben ayudas públicas.

Ansiedad: La ansiedad es una parte de la existencia humana, todas las personas


sienten un grado moderado de la misma, siendo ésta una respuesta adaptativa. La
ansiedad sigue siendo un tema de gran importancia para la Psicología; su
incorporación es tardía, siendo tratado sólo desde 1920, abordándose desde
distintas perspectivas. Según el Diccionario de la Real Academia Española
(vigésima primera edición), el término ansiedad proviene del latín anxietas,
refiriendo un estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo, y suponiendo una
de las sensaciones más frecuentes del ser humano, esta es una emoción
complicada y displacentera que se manifiesta mediante una tensión emocional
acompañada de un correlato somático (Ayuso, 1988; Bulbena, 1986). En general,
el término ansiedad alude a la combinación de distintas manifestaciones físicas y
mentales que no son atribuibles a peligros reales, sino que se manifiestan ya sea
en forma de crisis o bien como un estado persistente y difuso, pudiendo llegar al
pánico; no obstante, pueden estar presentes otras características neuróticas tales
como síntomas obsesivos o histéricos que no dominan el cuadro clínico. Si bien la
ansiedad se destaca por su cercanía al miedo, se diferencia de éste en que,
mientras el miedo es una perturbación cuya presencia se manifiesta ante estímulos
presentes, la ansiedad se relaciona con la anticipación de peligros futuros,
indefinibles e imprevisibles (Marks, 1986).

Conductas de riesgo alimenticio: el término “conductas alimentarias de riesgo”


engloba a un conjunto de comportamientos alterados de la ingesta de alimentos que
no satisfacen los criterios diagnósticos para ser considerados trastornos de la
conducta alimentaria .Los atracones y las dietas restrictivas, el uso de laxantes,
enemas, diuréticos o anorexígenos, la actividad física excesiva y el vómito auto
inducido son ejemplos de car. Aunque no se sabe si se trata de condiciones

18
subclínicas, síntomas o factores de riesgo para estos trastornos no obstante que se
presentan con menor frecuencia, intensidad y duraciónbien establecido, con la
excepción del trastorno por atracón, donde no hay conductas purgativas, todas
estas acciones que tienen como propósito perder peso corporal son dañinas para la
salud y se asocian, al igual, a trastornos afectivos y de ansiedad (Stice, Ng y Shaw,
2010; Solmi, Hatch, Hotopf, Treasure y Micali, 2014).

Trastornos alimenticios: Los trastornos de la conducta alimentaria se definen como


alteraciones específicas y severas en la ingesta de los alimentos, observadas en
personas que presentan patrones distorsionados en el acto de comer y que se
caracterizan, bien sea por comer en exceso o por dejar de hacerlo; lo anterior en
respuesta a un impulso psíquico y no por una necesidad metabólica o biológica.
Este grupo de enfermedades es complejo y engloba a una serie de entidades
patológicas que, aunque comparten ciertos atributos, varían enormemente en
cuanto a sus expresiones físicas, psicológicas y conductuales. A pesar del gran
despliegue de recursos utilizados en las últimas décadas para su comprensión, el
origen preciso de estas alteraciones aún no ha podido ser dilucidado. Los dos tipos
principales de trastornos de la conducta alimentaria son: anorexia y bulimia
nerviosas. Otra categoría la constituyen los "trastornos de la conducta alimentaria
no especificados (TANE)" que codifican los trastornos que no cumplen los criterios
para uno específico. Entre estos trastornos no especificados, se encuentra el
trastorno por atracón (TA), catalogado como una nueva categoría que deberá ser
sometida a cuidadosas revisiones. Los trastornos de la conducta alimentaria son
más frecuentes en las mujeres y, generalmente, se inician durante la adolescencia
o la juventud temprana, aunque existen reportes de casos donde aparecen en la
infancia o en la vida adulta. Estas enfermedades, que están caracterizadas por su
cronicidad así como por la aparición frecuente de recaídas, provocan a su vez
alteraciones en el funcionamiento psicosocial de los individuos, ya que, además de
poseer un efecto devastador en los pacientes y en sus familias, se asocian a un alto
riesgo de conductas suicidas. Además, frecuentemente se presentan en asociación
con otros trastornos siquiátricos como son: depresión, ansiedad, trastorno obsesivo-
compulsivo y abuso de sustancias, lo que determina un marcado deterioro en el

19
funcionamiento social. Estas enfermedades pueden poner en riesgo la vida de los
que las padecen.

1.6. Limitaciones:

 Voluntad del Escolar: Los escolares pueden haber tenido una jornada escolar
ardua por lo que al realizar la prueba lo harán de manera desganada, por ello
se buscara llegar a una hora adecuada para los escolares.
 Sinceridad de respuestas: Existe cierto tipo de recelo departe de escolares
para contar la situación emocional actual, por lo que puede haber cierto tipo
de barreras al realizar las pruebas por temor a la crítica.
 Diferencia de edades: En los años escolares que se realizaran las pruebas
cabe la posibilidad que se encuentren adolescentes repitentes o de traslado,
por lo que no habrá mucho control sobre la diferencia de edades ampliando
el campo de estudio por edades.
 Tipos de familia: Existen múltiples tipos de familia, monoparental, nuclear,
extensa, entre otras lo cual no es factor determinante si es o no familia
disfuncional, pero en caso lo sea, no sería igual tipificar un tipo de familia
disfuncional entre familias.
 Falta de dinero.
 Permisos requeridos para realizar el estudio en el colegio elegido.
 Posible poca disposición o interés de parte de los participantes de la muestra
para realizar el estudio.
 Disponibilidad de tiempo.

20
CAPITULO II

II. Marco Histórico de la investigación:

La siguiente investigación, se realizó revisando diversas fuentes y trabajos previos


que pueden ayudar al análisis y posterior comparación de los resultados
encontrados en este trabajo. Se estudiaron tesis y revistas publicadas de manera
virtual, tanto de estudios nacionales como extranjeros, a continuación se mencionan
los más destacables.

1.1. Antecedentes nacionales:

En primer lugar Carlos Esteban Borregos Rosas de la Universidad Cesar Vallejo


hizo una investigación en el 2015 sobre: “Factores de riesgo e indicadores clínicos
asociados a los trastornos de la conducta alimentaria” la cual consistió en
correlacionar los factores de riesgo y los indicadores clínicos asociados a los
trastornos de la conducta alimentaria en la población de mujeres de la Universidad
César Vallejo de Trujillo, constituida por un total de 355 estudiantes entre los 16 y
los 20 años. Los instrumentos utilizados fueron el Cuestionario de Factores de
Riesgo de los Trastornos del Comportamiento Alimenticio elaborado para la
presente investigación y el Inventario de Desórdenes Alimenticios (EDI-2) de Garner
(1998). La investigación dio como resultado una correlación estadística
altamente significativa y otra significativa, entre los factores de riesgo
(psicológicos, familiares y socio culturales) con cada uno de los indicadores clínicos
asociados a los trastornos del comportamiento alimenticio (Obsesión por la
delgadez, bulimia, insatisfacción corporal, ineficacia, perfeccionismo, entre otras).
Tomado de: http://revistas.ucv.edu.pe/index.php/R_PSI/article/view/328

Liz Janina Chunga Silva de la universidad Nacional Mayor de San Marcos, realizo
una investigación en el año 2016 sobre: “Trastornos de la conducta alimentaria y
alexitimia en adolescentes femeninas escolares”. Donde La investigación de tipo no
experimental consistió en correlacionar los trastornos de la conducta alimentaria y
la alexitimia en una muestra de 300 adolescentes femeninas escolares de la ciudad
de Trujillo. Los instrumentos utilizados fueron el Inventario de Trastornos de la

21
Conducta Alimentaria (EDI – 2) y la Escala de Alexitimia de Toronto (TAS – 20). La
investigación dio como resultado una correlación positiva entre las escalas de los
trastornos de la conducta alimentaria y la alexitimia, evidenciándose una relación
altamente significativa para diez de las once escalas que mide el inventario con
alexitimia y significativa para ascetismo y alexitimia. Tomado de:
http://revistas.ucv.edu.pe/index.php/R_PSI/article/view/665

Lorena Aliaga Meza de la universidad Cayetano Heredia, realizo una investigación


en el año 2010 sobre: “Sintomatología de los trastornos de la conducta alimentaria
en adolescentes de un colegio del distrito de Independencia, Lima, Perú.” Donde
tiene como objetivo Describir la sintomatología de los trastornos de la conducta
alimentaria en una población adolescente de 13a 17 años de un colegio del distrito
de Independencia (Lima, Perú). Métodos: Se planificó aplicar el cuestionarioEDI-2
(Eating Disorders Inventory–2) a una muestra de 200 adolescentes. Sin embargo,
luego del proceso de selección y llenado de encuestas, sólo se lograron incluir a 39
individuos. Resultados: De los 39 participantes, 24(62%) fueron mujeres y 15 (38%)
varones. La edad promedio fue de 14,6 años (DE= 1,23). El 17,9% tuvo puntajes
elevados para la subescala de obsesión por la delgadez, el 17,9% para bulimia y el
28,2% para insatisfacción corporal. Los puntajes de la subescala de obsesión por la
delgadez fueron significativamente mayores en mujeres que en hombres (p=0,041).
El resto de subescalas tuvieron valores similares en ambos sexos. Conclusiones:
Los puntajes obtenidos para obsesión por la delgadez, bulimia e insatisfacción
corporal fueron mayores a los descritos por otros autores. No se encontraron
diferencias significativas entre géneros, excepto en la subescala de obsesión por la
delgadez. Tomado de: http://www.redalyc.org/html/3720/372036930004/

Patricia Martínez publico Revista de Psicología de la PUCP. Vol. XXI, 2 del 2003 un
artículo llamado: “Estudio epidemiológico de los trastornos alimentarios y factores
asociados en Lima Metropolitana” que consistió en analizar la prevalencia de los
trastornos alimentarios en la población de mujeres adolescentes escolares de Lima
Metropolitana y los factores asociados a dichos trastornos. Asimismo, se buscó
determinar la población en riesgo de desarrollar alguno de estos trastornos. Se

22
evaluó un total de 2141 adolescentes entre los 13 y los 19 años, de 3° a 5° de
secundaria, seleccionadas mediante un muestreo probabilístico bietápico por
conglomerados y estratificado según régimen de gestión del colegio (público o
privado), y se les aplicó el Inventario de Conductas Alimentarias (ICA) de Zusman
(2000). Los resultados mostraron un 16.4% de casos con uno o más trastornos
alimentarios y un 15.1% de la población en situación de riesgo. Palabras clave:
epidemiología, trastornos alimentarios, factores de riesgo, factores asociados,
adolescentes. Tomado de: file:///C:/Users/user/Downloads/Dialnet-
EstudioEpidemiologicoDeLosTrastornosAlimentariosYF-994002%20(1).pdf

Ricardo Benel Huerta publica un artículo en la Red de revistas científicas de América


latina y el caribe, España y Portugal; en el año 2012 titulado: “Insatisfacción corporal
en estudiantes de medicina de la Universidad Peruana Cayetano Heredia medida
con el Body Shape Questionnaire.” Donde se tenía por objetivo medir el porcentaje
de insatisfacción corporal en estudiantes universitarias, así como su relación con
otros factores como la edad, actividad física e índice de masa corporal. Materiales
y métodos: Se hizo un estudio transversal descriptivo donde participaron 124
estudiantes universitarias de la escuela de Medicina de edades entre 19 y 27 años.
Los instrumentos de evaluación utilizados fueron el cuestionario sobre insatisfacción
corporal (BSQ), el cuestionario de actividad física (IPAQ), y el Índice de Masa
Corporal (IMC).Un 60.4% de las universitarias presentó valores compatibles con
insatisfacción corporal, además a medida que aumenta el IMC fue mayor la
insatisfacción corporal en las jóvenes universitarias. Por otro lado, considerando
que los resultados no fueron estadísticamente significativos, no podemos concluir
asociación entre la insatisfacción corporal y la edad, así como con el nivel de
actividad física. El porcentaje de insatisfacción corporal en mujeres es similar al
hallado en otros estudios. Además se encontró asociación positiva y significativa al
asociar el IMC e insatisfacción corporal. El elevado porcentaje de insatisfacción
corporal impone el desarrollo de estrategias de prevención en grupos más

23
vulnerables al desarrollo de trastornos asociados. Tomado de:
http://www.redalyc.org/html/3720/372036941003/

Claudia Unikel Santoncini de la universidad Metropolitana de México en el año 2017


publica su investigación: “Conductas alimentarias de riesgo y factores de riesgo
asociados: desarrollo y validación de instrumentos de medición”. Donde explica que
en México, los tca se consideran en la actualidad un problema público de salud
mental, principalmente en la población adolescente y joven. El trabajo realizado con
instituciones de salud, educativas y medios de comunicación ha sido importante
para la difusión de la información y la capacitación de personal especializado para
identificar casos en riesgo y clínicos, así como para proporcionar los tratamientos
necesarios. Es indiscutible que la cobertura de los servicios de salud en esta materia
sigue siendo insuficiente, sobre todo en las localidades alejadas de las ciudades
más importantes, pero también en muchos centros urbanos. No obstante, hay una
gran diferencia entre las condiciones que se observaban hasta hace algunos años
en el país y las actuales (Unikel y Bojorquez, 2007). Si bien en los primeros años de
investigación sobre los tca se consideraba que eran un problema sólo de mujeres
jóvenes de clase alta y casi exclusivo de los países altamente desarrollados
(Brumberg, 2000), Datos epidemiológicos 14 esto se ha puesto en duda ante el gran
número de casos que se han presentado y los grandes porcentajes de car
reportados en diversas partes del mundo (Gordon, 2001). Es probable que la
exclusividad atribuida al nivel socioeconómico se haya debido a un subregistro
provocado por la dificultad del acceso a servicios de atención psiquiátrica de las
capas más pobres de la población. Los reportes elaborados en países desarrollados
muestran frecuencias similares en distintos niveles sociales (Gard y Freeman,
1996). Los datos encontrados en México señalan que aunque la frecuencia de car
fue mayor en el nivel socioeconómico alto, en los niveles más bajos también se
encontraron dichas conductas (Palma-Coca, Hernández-Serrato, Villalobos-
Hernández, Unikel-Santoncini, Olaiz-Fernández y Bojorquez-Chapela, 2011). Las
Encuestas Nacionales de Salud y Nutrición (Ensanut) de 2006 y 2012 muestran la
presencia de car tanto en las zonas rurales como en las urbanas y las
metropolitanas (Barriguete et al., 2009). Tomado de:

24
http://www.casadelibrosabiertos.uam.mx/contenido/contenido/Libroelectronico/Con
ductas_alimentarias.pdf

Rodrigo César León Hernández de la Universidad Nacional Autónoma de México


publica en el 2008 un artículo llamado: “Conductas alimentarias de riesgo y
habilidades sociales en una muestra de adolescentes mexicanas” donde tuvo como
objetivo determinar si existe relación entre las variables: habilidades sociales y
conductas alimentarias anómalas (seguimiento de dieta restringida y preocupación
por el peso y la comida) en mujeres adolescentes mexicanas. Se trabajó con una
muestra de N = 700 mujeres de cinco distintas secundarias públicas mixtas con
=12.81 de edad y DE = 0.73. Los datos se recopilaron mediante dos instrumentos:
el Cuestionario de Alimentación y Salud, y la Escala Pluridimensional de Conducta
Asertiva adaptada a población mexicana. Entre los resultados de mayor relevancia
se encontró una correlación significativa entre las variables: habilidades sociales y
conductas alimentarias anómalas (dieta r = 0.148, p< 0.01 y preocupación por el
peso y la comida r = 0.081, p< 0.05). Aunque la correlación fue baja resultó ser
positiva, esto se puede interpretar como una tendencia en la siguiente dirección:
<<A mayor problemática en habilidades sociales, mayor seguimiento de dieta
restringida y mayor preocupación por el peso y la comida>>. En un segundo análisis
en el cual se compararon grupos extremos (nivel alto y nivel bajo de habilidades
sociales), se encontraron resultados que confirman la relación entre estas variables.
El valor de las medias indica que en el grupo con nivel bajo de habilidades sociales
se reportó una mayor problemática durante el seguimiento de una dieta restringida
[t (306) = –1 .329, p = .002], comparado con el grupo de nivel alto de habilidades.
Una de las aportaciones más interesantes fue el hecho de que entre las
adolescentes mexicanas, a semejanza de mujeres que habitan en países de primer
mundo como EU, Francia y España, se encontró una relación entre niveles bajos de
habilidades sociales y el seguimiento de una dieta restringida. Este fenómeno
incrementa el riesgo de padecer un TCA y pone de manifiesto el efecto de la presión
social con referencia a la cultura de la delgadez en países como México, que es una
sociedad en vías de desarrollo. Tomado de:

25
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-
33252008000600004

26
II.2 Marco conceptual:

2.1. Conductas de riesgo en adolescentes:


2.1.1 Concepto:
La adolescencia es una etapa de cambios que se produce entre la niñez y
juventud. Está marcada por un cambio en las expectativas, en relación no
solamente con las funciones sexuales y reproductivas, sino también con
el status social. En esta etapa se dan con mayor intensidad conductas de
riesgo que son aquellas acciones realizadas por el individuo o comunidad,
que pueden llevar a consecuencias nocivas. El objetivo de la revisión es
describir diferentes criterios de las conductas de riesgo en adolescentes tanto
en Cuba como en el mundo, así como realizar un acercamiento en las
comunidades cerradas. Para la búsqueda bibliográfica se revisaron libros de
texto y revistas biomédicas nacionales e internacionales, así como
protocolos, guías y programas existentes en Cuba y en otros países sobre la
atención integral a los adolescentes. En la actualidad existe diversidad de
criterios al abordar las conductas de riesgo de los adolescentes. Esto ha
hecho difícil el abordaje integral de la salud de los adolescentes. En las
comunidades cerradas no se ha estudiado a fondo las conductas de riesgo
de los adolescentes con un enfoque social. El desconocimiento sobre estos
temas constituye una de las causas fundamentales que conllevan a
conductas de riesgos en los adolescentes, por lo que debe ser estudiado e
implementarse políticas y programas de prevención para disminuir estos
comportamientos y sus consecuencias.
2.2.2 Causas
Según María Teresa Valenzuela Mujica (2013): Las condiciones y
circunstancias que influyen en las conductas de los adolescentes y que
afectan la salud, constan de una serie de factores determinantes que pueden
identificarse en cuatro niveles ecológicos: individual (personalidad, carácter),
interpersonal (los modelos, familia), comunitario y de políticas públicas. La
salud y bienestar del adolescente se ven influidas en gran medida por las
oportunidades y calidad de experiencias que tiene en el ambiente familiar

27
donde se desarrolla, jugando ésta un rol esencial. En varias sociedades del
mundo se observa variación en las características de la familia en cuanto a
conformación e institucionalización. La mayoría son biparentales, sin
embargo un número creciente de hogares son uniparentales, de autoridad
femenina, producto de separaciones, embarazo precoz o convivencia a corto
plazo, los cuales dejan a la mujer y sus hijos en condiciones desfavorables y
se constituye en un elemento de vulnerabilidad para futuras conductas de
riesgo de los hijos.
La familia cumple varias funciones importantes en el desarrollo de sus
miembros, modela sentimientos, ofrece patrones de conductas, pautas y
normas de convivencia, un adecuado vínculo y funcionamiento familiar con
disponibilidad de tiempo de los padres hacia los hijos, comunicación, rituales
familiares, cohesión, adaptabilidad y actividades en conjunto se han descrito
como factores que disminuyen significativamente las conductas de riesgo o
predisponentes en el adolescente.
El proceso de socialización familiar se reconoce como uno de los factores
determinantes en la génesis y mantenimiento de las conductas de riesgo, al
constituirse en la base del desarrollo de las características individuales del
adolescente tales como su personalidad, auto concepto, valores y
habilidades de comunicación entre otros. La falta de internalización de
normas y resolución dialogada de conflictos en las relaciones interpersonales
familiares, dificulta la adaptación efectiva y aumenta la probabilidad de
conductas autodestructivas y de riesgo en el adolescente. Tomado de:
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1132-
12962013000100011
2.1.3 Consecuencias:
Dependiendo de la conducta de riesgo, los resultados pueden variar, pero
generalmente causan un daño nocivo al desarrollo del adolescente. Ya que
pueden causar desde daño físico que conlleve secuelas cruciales para su
desarrollo o traumas generados por situaciones conflictivas.
2.1.4 Tipos

28
2.1.4.1 Farmacodependencias:
Las sustancias químicas psicoactivas forman parte de la cultura
humana desde sus orígenes. El alcohol y el tabaco, las drogas legales
en Occidente, se han visto complementadas en la segunda mitad del
siglo XX por un sostenido aumento en el uso de sustancias ilegales,
que fueron utilizadas fuera de Europa y Estados Unidos, tales como
los derivados del opio en el lejano Oriente, la marihuana en el norte de
África, y la hoja de coca en los países andinos de Sudamérica. Su uso
cada vez mayor entre los adolescentes se transformó en motivo de
preocupación y luego de alarma pública en los últimos años, en la
medida que su uso ha llegado a ser tan frecuente, en algunos casos,
como el de las sustancias legales entre los adultos. Los adolescentes,
por su parte, están muy conscientes del doble estándar con que los
adultos manejan a éste tema, al prohibirles las sustancias químicas
que los adultos no usan, pero utilizar ellos mismos las “drogas legales”,
sea alcohol, sea tabaco, sean sustancias psicoactivas prescritas
muchas veces por los médicos. El consumo de droga, especialmente
si se hace en forma frecuente o excesiva en cantidad, es una típica
conducta de riesgo, en el sentido de que lleva a consecuencias
riesgosas para la salud. Por otra parte, el enfoque de riesgo se aplica
aquí en todos sus términos. Como veremos, por una parte hay una
concentración de conductas de riesgo entre los usuarios de droga, y
la relación con varios de los factores antecedentes antes señalados es
muy clara y ha sido cada vez más documentada empíricamente.
2.2.4.2 Sexualidad precoz
Las consecuencias de la actividad temprana son múltiples y negativas,
especialmente entre adolescentes de bajos recursos, cuyo destino
queda de alguna manera marcado cuando se embarazan. Uno de los
problemas metodológicos permanentes en este respecto, ha sido el
separar las consecuencias de la precocidad en la conducta sexual y
en el embarazo, de las determinantes dadas por el bajo nivel

29
educacional y la pobreza, que de por si son otros determinantes
importantes del riesgo en esta situación. En este sentido, los estudios
muestran que el riesgo en este plano tiene los mismos factores
determinantes que las otras conductas que hemos estado revisando
en este libro. En todo caso, ha sido posible determinar las
consecuencias de la precocidad en sí. Es que la conducta sexual
temprana aumenta de diversos modos el riesgo de consecuencias
para la salud en la adolescente. Mientras más tempranamente la joven
comienza su vida sexual, es más probable que sigan consecuencias
negativas. Quienes se inician sexualmente en forma precoz tienen
más relaciones sexuales y más parejas que quienes comienzan su
vida sexual posteriormente. Las consecuencias más nocivas para la
salud son las enfermedades de transmisión sexual, con sus efectos
colaterales tales como infertilidad, cáncer cervical, embarazos
ectópicos e infecciones que se transmiten al recién nacido. Los
estudios que muestran el presente aumento de infecciones por
clamidia y por herpes, enfermedades que pueden afectar tanto la
futura mortalidad como al niño por nacer, señalan que el riesgo del
coito temprano es cada vez mayor. La consecuencia por supuesto más
seria también hoy en día es el SIDA, complicación que ha estado en
aumento en esta década nivel mundial. Las consecuencias más
directas del embarazo temprano se ligan con la crianza de hijos. El
nacimiento de un hijo impacta tanto a la madre como al niño, primero,
y luego al padre, sus familias y sus comunidades. Las madres de
menos de 15 años son las que sufren de efectos más deletéreos para
la salud, con mayor número de complicaciones obstétricas y mayor
mortalidad. Aún más, hasta los l8 años aumenta el riesgo de toxemia
y anemia del embarazo, así como de partos complicados y
prolongados. Los hijos están a su vez en mayor riesgo de
prematuridad y de peso bajo al nacer. En los años siguientes al
nacimiento del hijo, las madres adolescentes sufren de desventajas

30
serias: menores logros educacionales, matrimonios menos estables
con mayor tasa de separaciones posteriores, o, cuando no hay
matrimonio, riesgo de futuros nuevos embarazos no deseados,
trabajos de menor calidad, menores ingresos, y muchas veces,
situaciones de desempleo crónico con dependencia absoluta de los
sistemas de seguridad social”. En cuanto a las consecuencias
negativas del aborto, existe mayor tendencia a presentar abortos
espontáneos a continuación, así como a tener una tendencia a
reacciones depresivas posteriores, a veces en el largo plazo. La
decisión de entregar el niño para adopción es otro tema complejo
sobre el que recién últimamente se están desarrollando estudios
serios. Los adolescentes representan una mínima cantidad de casos
de SIDA (Tabla 8.2). Dependiendo de la evolución del número total de
casos de enfermedad, es posible que éste haya aumentado. Sin
embargo, las estadísticas publicadas por la OPS, muestran que esta
enfermedad se concentra entre adolescentes mayores varones y los
grupos de niveles socioeconómicos bajos. Del total de 1.237 casos
acumulados en las Américas hasta diciembre de 1990 en
adolescentes de 10 a 19 años, los países que tenían mayor
prevalencia de SIDA adolescente fueron Estados Unidos (472), Brasil
(402), México (166), República Dominicana (48), Honduras (43) y Haití
(41). Chile tenía en esa estadística solo 6 casos, o sea el medio por
ciento (0.5%) de los casos existentes en todo el continente. En cuanto
al modo de transmisión, la mayoría de los casos se producía en
situaciones en las que existía una combinación de uso de drogas y
relaciones sexuales. Sin embargo, entre adolescentes jóvenes
predomina la vía sanguínea, producto de transfusiones de sangre y
hemoderivados.
2.2.4.3 Delincuencia y conductas agresivas
La mayoría de los niños en un momento u otro “se portan mal”,
haciendo cosas que son destructivas para ellos mismos o para

31
quienes les rodean. Si estas conductas se repiten, y en especial a
edades tempranas, pueden recibir el diagnóstico de problemas
conductuales. Si estas conductas llevan más adelante a problemas de
tipo legal, algunos de éstos adolescentes podrán pasar a ser
denominados jóvenes delincuentes. Un porcentaje alto de los
adolescentes estudiados por nosotros tienen esta tendencia. Muchos
de ellos pueden ser identificados bastante tempranamente en la vida.
Los niños agresivos y maldadosos en la educación básica pueden
llegar a presentar conductas delincuentes cuando adolescentes o
adultos. No todos sin embargo, persisten en estas conductas: la
mayoría posteriormente se socializa en forma adecuada. Hoy hay
bastante consenso acerca de los antecedentes de las conductas
delincuentes. Aquellos niños que vienen de familias que no les dan el
necesario apoyo social y emocional que les permita resistir las
presiones de grupos de iguales negativos son los más vulnerables.
Las familias con historias de criminalidad, enfermedad mental o
alcoholismo, producen niños que están en riesgo alto para presentar
conductas delincuentes. El tema de la conducta de pares es aquí muy
central, llevando muchas veces a la formación de pandillas
antisociales. La delincuencia sigue también muchas veces al fracaso
escolar, y se correlaciona altamente con falta de capacidades
académicas y a pocas destrezas sociales.
2.2.4.4 Bajo rendimiento escolar
Los problemas en la adaptación a la escuela son a la vez factores
involucrados en muchas de las conductas de riesgo que hemos
revisado hasta ahora. El bajo rendimiento escolar es un predictor
importante del consumo de sustancias químicas, de la delincuencia y
del sexo precoz. Por otra parte, el mal rendimiento y la deserción
escolares constituyen un comportamiento de riesgo en sí, que lleva a
sus propias consecuencias. El fracaso escolar, más que un evento
específico, es un proceso. Un adolescente que inicia su consumo de

32
sustancias químicas, o que tiene su primera relación sexual, o que
quebranta la ley por primera vez lo hace en un momento específico y
en un lugar dado. Generalmente estas decisiones son voluntarias y
producto de una decisión personal, por más presión social externa que
pueda existir. El bajo rendimiento resulta más bien de un proceso que
involucra un conjunto de fuerzas que muchas veces están fuera del
control del niño. La calidad del sistema escolar es uno de los aspectos
centrales entre estas fuerzas, tal como lo son las actitudes de los
profesores y de los compañeros de clase. Desde este ángulo, esta
conducta es una de las menos dependientes de factores individuales
y de las más ligadas a factores y procesos sociales y del medio que
rodea al adolescente. Niños provenientes de medios desaventajados
pueden descollar en un buen sistema escolar, mientras que existen
escuelas tan deficientes que hacen prácticamente imposible que un
niño se destaque. Otra diferencia de esta conducta con las anteriores,
es su medición: existe en la mayoría de los casos y ya desde antiguo
un sistema de cuantificación rutinaria del avance del niño en la
escuela, sea en términos de informes de notas como de promoción de
un curso al siguiente. Desde ese punto de vista, los promedios de nota,
o la edad modal en cada clase son estimadores relativamente fáciles
de obtener en términos de avance o problemas escolares.
2.2.4.5 Trastornos de la conducta alimenticia: Los trastornos de la
conducta alimentaria se definen como alteraciones específicas y
severas en la ingesta de los alimentos, observadas en personas que
presentan patrones distorsionados en el acto de comer y que se
caracterizan, bien sea por comer en exceso o por dejar de hacerlo; lo
anterior en respuesta a un impulso psíquico y no por una necesidad
metabólica o biológica. Este grupo de enfermedades es complejo y
engloba a una serie de entidades patológicas que, aunque comparten
ciertos atributos, varían enormemente en cuanto a sus expresiones
físicas, psicológicas y conductuales. A pesar del gran despliegue de

33
recursos utilizados en las últimas décadas para su comprensión, el
origen preciso de estas alteraciones aún no ha podido ser dilucidado.
Los dos tipos principales de trastornos de la conducta alimentaria son:
anorexia y bulimia nerviosas. Otra categoría la constituyen los
"trastornos de la conducta alimentaria no especificados (TANE)" que
codifican los trastornos que no cumplen los criterios para uno
específico. Entre estos trastornos no especificados, se encuentra el
trastorno por atracón (TA), catalogado como una nueva categoría que
deberá ser sometida a cuidadosas revisiones. Los trastornos de la
conducta alimentaria son más frecuentes en las mujeres y,
generalmente, se inician durante la adolescencia o la juventud
temprana, aunque existen reportes de casos donde aparecen en la
infancia o en la vida adulta. Estas enfermedades, que están
caracterizadas por su cronicidad así como por la aparición frecuente
de recaídas, provocan a su vez alteraciones en el funcionamiento
psicosocial de los individuos, ya que, además de poseer un efecto
devastador en los pacientes y en sus familias, se asocian a un alto
riesgo de conductas suicidas. Además, frecuentemente se presentan
en asociación con otros trastornos siquiátricos como son: depresión,
ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo y abuso de sustancias, lo
que determina un marcado deterioro en el funcionamiento social. Estas
enfermedades pueden poner en riesgo la vida de los que las padecen.

2.1.5 Factores protectores: Entre los factores protectores encontrados por


múltiples estudios empíricos, encontramos:
 Una relación emocional estable por lo menos con un padre u otro
adulto significativo.
 Redes sociales existentes tanto dentro como fuera de la familia:
parientes, vecinos, profesores, religiosos, pares.
 Clima educativo abierto, positivo, orientador, con normas y valores
claros. Modelos sociales que valoren el enfrentamiento positivo de los

34
problemas, representados por los padres, hermanos, profesores o
amigos; Balance adecuado entre responsabilidades sociales y
expectativas de logro (por ejemplo, en el cuidado de parientes
enfermos, de rendimiento escolar);
 Competencias cognitivas (nivel intelectual promedio, destrezas de
comunicación, empatía, capacidades de planificación realista)
 Características temperamentales que favorezcan el enfrentamiento
efectivo (flexibilidad, orientación optimista a los problemas, capacidad
de reflexionar y controlar los impulsos, capacidades verbales
adecuadas para comunicarse)
 Experiencias de auto/eficacia, con locus de control interno, confianza
en sí mismo, y auto concepto positivo
 Actitud proactiva frente a situaciones estresantes; Experiencia de
sentido y significado de la propia vida (fe, religión, ideología,
coherencia valórica)

35
2.2 Trastornos de la conducta alimenticia

2.2.1 Definición
Los trastornos de la conducta alimentaria se definen como alteraciones
específicas y severas en la ingesta de los alimentos, observadas en personas
que presentan patrones distorsionados en el acto de comer y que se
caracterizan, bien sea por comer en exceso o por dejar de hacerlo; lo anterior
en respuesta a un impulso psíquico y no por una necesidad metabólica o
biológica. Este grupo de enfermedades es complejo y engloba a una serie de
entidades patológicas que, aunque comparten ciertos atributos, varían
enormemente en cuanto a sus expresiones físicas, psicológicas y
conductuales. A pesar del gran despliegue de recursos utilizados en las
últimas décadas para su comprensión, el origen preciso de estas alteraciones
aún no ha podido ser dilucidado. Los dos tipos principales de trastornos de la
conducta alimentaria son: anorexia y bulimia nerviosas.
2.2.2 Características
Las personas con problemas de alimentación invierten gran cantidad de
tiempo pensando en la comida, alimentos, peso e imagen corporal: pueden
contar y recontar las calorías de sus comidas, pesarse varias veces al día y
exigirse dietas muy estrictas, aun cuando no necesiten perder peso. Con
frecuencia se sienten gordos aunque su peso sea normal o anormalmente
bajo, o se sienten incómodos después de ingerir una comida normal o ligera.
En general, clasifican los alimentos en buenos o malos y se juzgan a sí
mismos según hayan controlado lo que han comido. Están convencidos de
que los demás también les juzgan según su control sobre la comida, por lo
que suelen ponerse ansiosos si hay gente a su alrededor cuando están
comiendo.
2.2.3 Bases:

2.2.3.1 Moleculares:

El hipotálamo, es la región que mayor importancia tiene en el


control de la ingesta de alimentos. Las sustancias que modulan

36
la actividad hipotalámica también se expresan en las regiones
cerebrales involucradas con la recompensa, motivación,
aprendizaje, emoción y estrés. El consumo de alimentos está
impulsado por sus propiedades gratificantes, hecho que se ha
vinculado al aumento de la actividad dopaminérgica en los
circuitos cerebrales de recompensa. Los sistemas de
recompensa dopaminérgicos y opioides son críticos para la
supervivencia, pues condicionan impulsos amorosos,
reproductivos y de ingesta alimentaria. Todo lo anterior está
determinado por la acción de la dopamina en el
núcleo accumbens y en el lóbulo frontal. Esta misma acción
regula los efectos de los mecanismos de recompensa "no
naturales" como los relacionados con el alcohol, las drogas y de
ciertas conductas compulsivas como el sexo, el juego y las
alteraciones en la alimentación. Hallazgos recientes han sido
consistentes con un modelo de deficiencia en la recompensa,
en el cual las concentraciones disminuidas de dopamina en el
cerebro predicen la sobrealimentación.

Se ha demostrado el involucramiento del sistema


dopaminérgico en los pacientes con anorexia, observándose
reducción de los metabolitos de la dopamina en el líquido
cefalorraquídeo en individuos con dicha enfermedad, alteración
que persiste aún después de la recuperación. Por otro lado, se
ha demostrado que la actividad del sistema dopaminérgico está
aumentada en la anorexia nerviosa. Otro estudio reciente
concluyó que pacientes a los que se les administraba un
agonista de la dopamina presentaron ingesta compulsiva de
alimentos y ganancia ponderal.

La literatura de la genética de la anorexia se limita a unos pocos


estudios de ligamiento y un número algo mayor de estudios de
asociación de genes candidato, los cuales se han centrado en

37
los genes que influyen en la alimentación, en el apetito y en el
estado de ánimo. Por ejemplo, Bergen y col. demostraron la
asociación de múltiples polimorfismos del gen del receptor 2 de
la dopamina, con la anorexia nerviosa. Asimismo, Nisoli y col
señalaron en 2007, que el polimorfismo del gen del receptor 2
de la dopamina no está simplemente relacionado con el peso
corporal, sino que podría ser un marcador de una condición
genética-psicológica en personas con alto riesgo de desarrollar
un comportamiento patológico en el comer.

2.2.3.4 Psicológicas

Los cambios favorables o desfavorables en el miembro de la


familia identificado como "enfermo" ejercen efectos sobre la
salud psicológica y física de toda la familia. Las relaciones que
los padres (específicamente las madres) mantienen con sus
hijas, durante la infancia y la adolescencia son cruciales para el
posterior desarrollo psicológico y social de estos trastornos.
Desde hace tiempo se ha demostrado que existe una
correlación causal entre las diferentes actitudes parentales, las
diversas estructuras de funcionamiento familiar y el desarrollo
de psicopatologías en la edad adulta como la depresión, la
neurosis y los trastornos de la conducta alimentaria.

Se ha demostrado que cierto tipo de organización familiar


fomenta la aparición y mantenimiento de los trastornos de la
conducta alimentaria. Los miembros de este tipo de familias
están atrapados en patrones de interacción familiar, en los
cuales los síntomas de la hijo(a) con el trastorno desempeñan
un papel y desvían la atención del problema real, y es así como
la enfermedad mantiene en cierta forma el pobre equilibrio
familiar. Esta familia "psicosomática" se caracteriza por una

38
estructura de elevada implicación interpersonal,
sobreprotectora, rígida y evitadora de conflictos.

Asimismo, se ha determinado que la mayor influencia sobre el


cambio en las conductas de modificación del peso en las
adolescentes, proviene principalmente de las madres y de las
amigas, y no de los padres ni de los medios de
comunicación. La enfermedad asociada a la comida es
compartida entre madres e hijas, pero no entre madres e hijos.
El comer como respuesta a emociones negativas se asocia
también más entre madres e hijas. Las madres más jóvenes
comparten más actitudes hacia el cuerpo con sus hijas,
mientras que las madres de más edad, comparten más
conductas restrictivas con sus hijas. La conducta alimentaria de
los hijos parece ser más independiente y puede estar
determinada por factores distintos a los de las hijas. Por esta
razón, se ha dado énfasis a la relación madre-hija. Por ejemplo,
se ha observado que las madres de niñas con anorexia
purgativa tienen una mayor incidencia de obesidad que las
madres de niñas con anorexia restrictiva, por lo que se sugiere
que existe una asociación entre la obesidad y la conducta
alimentaria de la madre y de la hija.

Las madres de niñas con un trastorno de la conducta


alimentaria tienen puntuaciones más altas en escalas que
miden síntomas bulímicos, atracones más frecuentes, mayor
depresión, una tendencia a sobrealimentar a sus hijas y una
peor relación con sus propias madres, que aquellas madres que
tienen hijas sin trastorno de la conducta alimentaria.

39
2.2.4 Epidemiologia:
Los trastornos de la conducta alimentaria son más frecuentes en las mujeres
y, generalmente, se inician durante la adolescencia o pubertad, aunque
existen reportes de casos donde aparecen en la infancia o en la vida
adulta. Estas enfermedades, que están caracterizadas por su gravedad así
como por la aparición frecuente de recaídas, provocan a su vez alteraciones
en el funcionamiento psicosocial de los individuos, ya que, además de poseer
un efecto devastador en los pacientes y en sus familias, se asocian a un alto
riesgo de conductas suicidas. Además, frecuentemente se presentan en
asociación con otros trastornos psiquiátricos y conductas de riesgo como
son: depresión, ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo y abuso de
sustancias, lo que determina un marcado deterioro en el funcionamiento
social. Estas enfermedades pueden poner en riesgo la vida de los que las
padecen.
El incremento en el número de casos de alteraciones de la conducta
alimentaria ha hecho que estos padecimientos constituyan uno de los
problemas psiquiátricos de mayor prevalencia en el mundo de hoy, con el
consecuente impacto a la salud pública, tanto por los aspectos médicos y
psicológicos, como por los altos costos que el manejo de las mismas
requiere. Un análisis reciente determinó que la prevalencia de los trastornos
de la conducta alimentaria es mayor en los países occidentales que en los
orientales, pero que en ambos tipos de culturas se ha incrementado de
manera constante en los últimos años. Ahora bien, a pesar de que la
incidencia de estas enfermedades aparentemente ha ido en aumento en las
últimas décadas, habría que considerar que no se ha podido determinar si
esto constituye un fenómeno real, o se trata sólo de que algunos cambios
socioculturales observados en los últimos años, facilitan el diagnóstico de
estas enfermedades. Desde el inicio de los años setenta se dio un proceso
de divulgación sobre los trastornos de la alimentación, a través de los
distintos medios de comunicación. Esto motivó que en la actualidad un
porcentaje elevado de adolescentes y sus familiares tengan conocimiento

40
sobre la existencia de estas alteraciones. Además, se ha enfatizado que las
conductas anormales de estos individuos constituyen una enfermedad, por lo
que se ha recomendado brindarles todo tipo de apoyos, así como evitar
actitudes de reprobación e intolerancia ante los síntomas.

2.2.5 Tipos
2.2.5.1 Anorexia nerviosa:
En la anorexia nerviosa, el deseo de ser delgado y el miedo a
engordar se manifiestan en una serie de síntomas que incluyen
la reducción propositiva en la ingesta de alimento, lo que
conduce a grandes pérdidas de peso. La anorexia nerviosa se
asemeja de muchas maneras a otros estados de inanición. Los
hallazgos consistentes a este respecto incluyen cambios en los
niveles de sodio, pérdida de potasio y un funcionamiento
anormal de la tiroides. La baja producción de células
sanguíneas se encuentra asociada generalmente a cambios en
el grosor de la médula ósea; la leucopenia aumenta la
susceptibilidad a las infecciones y la anemia puede provocar
fatiga y pérdidas cognoscitivas. También puede acompañarse
de trastornos fisiológicos, como constipación, bradicardia, piel
seca y fría, alteraciones endocrinológicas leves y cambios
neurovegetativos en forma de agotamiento simpático. Además,
las pacientes con anorexia nerviosa se encuentran en riesgo de
desarrollar osteoporosis (Sokol y Gray, 1998). Se ha detectado,
además, falta parcial o total de conciencia sobre la enfermedad,
alteración o distorsión de la imagen corporal (sobrevaloración
del tejido y/o peso corporal), hiperactividad (ejercicio excesivo),
trastornos en el sueño, grandes expectativas de logros y un
negativismo agresivo hacia los intentos de tratamiento.

41
Asimismo, falla o confusión en el reconocimiento del hambre y
el apetito (conciencia interoceptiva), sentido de ineficacia con
sensación de actuar sólo en respuesta a las demandas de otros,
ante lo cual la manipulación de la alimentación proporciona un
sentido de logro (Battegay, Glatzel, Conductas alimentarias de
riesgo y factores de riesgo asociados... 23 Poldinger y
Rauchfleisch, 1989; Bruch, 1973; Papalia y Wendkos Olds,
1993). Por otra parte, la amenorrea, que aparece en dos tercios
de los casos en la fase temprana, es considerada un síntoma
eventual y según algunos puede también faltar (Bruch, 1970).
Sin embargo ésta ha sido eliminada como criterio diagnóstico
de anorexia nerviosa en el DSM V (apa, 2013). La habilidad
para mantenerse con una dieta de “semihambruna” permite
distinguir dos tipos de anorexia: restrictiva y compulsivo-
purgativa. La primera se caracteriza por la capacidad de
adhesión a limitaciones calóricas excesivas, que desembocan
consecuentemente en una gran pérdida de peso. En la anorexia
nerviosa de tipo compulsivo-purgativa no siempre existe la
capacidad de mantenerse bajo la restricción calórica. Estas
personas alternan las dietas de semihambruna que no pueden
mantener con episodios de atracones, seguidos
frecuentemente de vómito auto inducido. Se estima que
aproximadamente 50% de las personas con un diagnóstico de
anorexia nerviosa muestran síntomas de atracones de manera
compulsiva y el uso de algún método compensatorio: vómito,
laxantes, diuréticos (Casper, Eckert, Halmi, Goldberg y Davis,
1980).
2.2.5.2 Bulimia
La Bulimia comparte con la anorexia muchos de los síntomas,
específicamente el miedo a la obesidad y los intentos de perder
peso. El dsm-5 (2013) la describe como episodios recurrentes

42
de atracones acompañados de conductas compensatorias
inapropiadas para no ganar peso corporal: vómito auto
inducido, uso de laxantes, diuréticos y otros medicamentos,
ayuno o ejercicio excesivo. Estas conductas se presentan en
promedio una vez a la semana durante tres meses. La persona
tiene una preocupación excesiva por el peso y la imagen
corporal. Existe una desorganización profunda sobre el patrón
alimentario, aunque el peso corporal tiende a ser normal. La
sensación de pérdida de control sobre la ingestión (no poder
dejar de comer voluntariamente) puede acompañarse de
depresión y pensamientos autodestructivos, especialmente
después de los episodios de compulsión y purga. Estos
episodios ocurren de manera impredecible, pero generalmente
son precipitados por eventos estresantes. Los atracones
pueden tener una duración de unos cuantos minutos a algunas
horas y se realizan en privado. Los episodios de atracones son
variables en cuanto a la cantidad y tipo de alimentos que se
ingieren. Esta es una conceptualización subjetiva, ya que varía
de individuo a individuo y es una conducta socialmente
aceptada en determinadas situaciones (Schlundt y Johnson,
1990). La violación de los estándares marcados por cada
persona es lo que promueve la conducta compensatoria para
contrarrestar los efectos de los atracones. Esta conducta
reduce el temor a engordar y propicia en el individuo la vigilancia
en su alimentación (restricción). El peso normal en las personas
con bulimia nerviosa exacerba la distorsión de la imagen
corporal y la insatisfacción con el propio cuerpo. Las
“anomalías” de la imagen corporal producen insatisfacción con
el cuerpo en cuanto a peso, forma y tamaño. En su fase crítica,
este cuadro suele acompañarse de uno o más de los siguientes
trastornos físicos: hipertrofia de las glándulas salivales, erosión

43
del esmalte de los dientes, perforación de esófago y estómago,
dependencia de laxantes, alteración en el contenido corporal de
albúmina y minerales, gingivitis, anemia, amenorrea,
bradicardia, disminución de las hormonas tiroideas, bajas
concentraciones de hormona folículo estimulante (hfe) y
hormona luteinizante (hl), estreñimiento, deshidratación,
cefalea y arritmias cardiacas (Battegay et al., 1989; Mitchell,
Pomeroy y Colon, 1990).
2.2.5.3 Ortorexia
Esta nueva alteración, fue definida por primera vez por el
médico estadounidense Steve Bratman en un libro publicado en
el año 2000 que lleva por título “Health Food Junkies”. El autor
citado ya había acuñado el término en 1996. Este proviene del
griego (ortho, justo, recto, y orexia, apetencia) y vendría a
significar “apetito justo o correcto”. Pero en realidad se entiende
por ortorexia la obsesión por la comida sana, hasta un nivel que
cabe considerar patológico. (R. Muñoz y A. Martínez.
Trastornos de la Conducta Alimentaria 5; 2007). Bratman fue
médico generalista y miembro del movimiento de alimentos
naturales de EEUU durante 25 años. Era un fervoroso seguidor
del poder de la dieta para curarlo todo o casi todo y alcanzar así
la salud. En la década de los 70 fue cocinero y agricultor
orgánico en una gran comunidad en Nueva York. Esta
comunidad, estaba formada por gente de diferentes campos
dietéticos, que poseían un conjunto de teorías contradictorias
sobre lo que era “una buena alimentación”. En medio de todo
este caos, Bratman acabó por componer su propia dieta
consistente, únicamente, en vegetales recién recogidos del
huerto, que masticaba al menos 50 veces antes de tragarlos. Al
igual que muchos otros ortoréxicos, sus restricciones dietéticas
se fueron volviendo cada vez más inflexibles. Animaba a los

44
demás, a seguir su ejemplo y a castigarse cuando probaban
una pequeña porción de algún alimento, que él consideraba
prohibido. Necesitó varios años para lograr desprenderse de
estos hábitos. En la actualidad es un profesional de las
medicinas alternativas, que hace campaña, en contra de lo que
considera una dedicación excesiva a las dietas estrictas, que
pueden impedir que el cuerpo, se beneficie de una nutrición
básica. Según Bratman, la mayor parte de estas dietas, si se
siguen rigurosamente, pueden conducir a la ortorexia que,
como muchos de los trastornos alimentarios, guarda mayor
relación con el control psicológico, que con determinados
alimentos. Aunque la ortorexia no ha sido reconocida
oficialmente en los manuales terapéuticos de trastornos
mentales, los escasos estudios en torno a ella sí parecen
confirmar que detrás de la obsesión por un menú
escrupulosamente limpio subyace con frecuencia un trastorno
psíquico. La preocupación patológica por la comida sana lleva
a consumir exclusivamente alimentos procedentes de la
agricultura ecológica, es decir, que estén libres de componentes
transgénicos, sustancias artificiales, pesticidas o herbicidas,
además de aquellas sustancias que hayan sufrido alguna clase
de “condena o superstición”. Esta práctica puede conducir
muchas veces a que se supriman la carne, la grasa y algunos
grupos de alimentos que, en ocasiones, no se reemplazan
correctamente por otros que puedan aportarle los mismos
complementos nutricionales.

2.2.5.4 Vigorexia
Se trata de una Adicción al Ejercicio, una de las nuevas
adicciones gran incidencia, como la adicción a Internet o a las
compras. Algunos autores piensan que ni se debería hablar de

45
Vigorexia (Remor, 2005). Se trata de un de Trastorno Obsesivo
Compulsivo, con pensamientos constantes acerca de la
necesidad de ejercitarse y cuya compulsión es la propia de
actividad física. Es un trastorno de la conducta alimentaria. Se
trata de un trastorno de tipo cognitivo, en que el sujeto percibe
incorrectamente su propia imagen (Dismorfia Muscular). Los
que la sufren son personas que hacen mucho ejercicio físico,
con el objetivo declarado de alcanzar una determinada masa
muscular mayor que la que poseen. La cantidad de tiempo que
dedican al ejercicio (hacerlo o pensar en hacerlo) entorpece su
adaptación social, laboral, académica e incluso familiar y de
pareja. (De la Serna, 2004). Los afectados presentan una
alteración de la imagen corporal, por lo que se creen más
débiles y delgados de lo que son (Baile, 2005, Pope, 1993). La
mayoría son hombres de edades entre los 18 y los 25 años. Con
una frecuencia mayor que en la población general, aparecen
otras conductas desadaptativas, como una alimentación
inadecuada o consumo de fármacos peligrosos para la salud.

2.2.5.5 Trastorno por atracón: El trastorno por atracón se caracteriza


por episodios de ingesta compulsiva de forma recurrente. Tiene
muchas similitudes con la bulimia nerviosa. La diferencia principal es
que la persona que sufre un trastorno por atracón no realiza conductas
compensatorias (vómito autoinducido, abuso de laxantes y / o
diuréticos, ayunos, ejercicio físico en exceso, etc ...). También es
habitual que la persona que tiene este trastorno presente síntomas
depresivos. Una de las consecuencias más habituales del trastorno
por atracón es sufrir sobrepeso u obesidad, con los riesgos que ello
conlleva para la salud: diabetes, hipertensión, colesterol, etc.

46
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el trastorno por
atracón es dos veces más frecuente que la bulimia en países como
EE.UU., Brasil, Colombia, México, Bélgica, Italia, Países Bajos, Irlanda
del Norte, Portugal, Rumania, España y nueva Zelanda.

Criterios para diagnosticar Trastorno por Atracón


 Presencia de atracones recurrentes. Un atracón se caracteriza por:
 Ingesta de alimento en un corto espacio de tiempo (por ejemplo, en
un período de 2 horas) en una cantidad muy superior a la que la
mayoría de las personas ingerirían en un período de tiempo similar
y en las mismas circunstancias
 Sensación de pérdida de control sobre la ingesta del alimento (por
ejemplo, sensación de no poder parar de comer o no poder
controlar el tipo o la cantidad de comida que se está ingiriendo)
 Los atracones tienen lugar al menos una vez a la semana durante
un periodo de 3 meses.
 NO existen conductas compensatorias.
 Este último criterio es el que marca la mayor diferencia entre el
Trastorno por atracón y la Bulimia

2.2.5.6 Obesidad: Actualmente se conocen y se transmiten el gran


número de complicaciones físicas y problemas de salud asociados a
la obesidad, y estas consecuencias físicas son el principal motivo por
el que niños, adolescentes y adultos obesos buscan tratamiento. Sin
embargo, deben considerarse las consecuencias psicológicas y
sociales que sufren o pueden llegar a sufrir las personas obesas o con
sobrepeso. Estas repercusiones psicosociales son en parte producto
de la difusión del ideal estético de delgadez que impera en las
sociedades occidentales, al que se le otorgan todo tipo de atributos
positivos.

47
La difusión de este ideal estético, asociado a belleza y éxito, favorece
la aparición de actitudes y comportamientos “anti-obesidad” que
incrementan las posibilidades de discriminación y marginación de las
personas con sobrepeso u obesidad, aumentando el riesgo de sufrir
problemas psicológicos y sociales.

De todos los problemas psicológicos que pueden aparecer, la


insatisfacción corporal (el malestar con el propio físico) es el
mencionado con más frecuencia por las personas obesas o con
sobrepeso. Una imagen corporal negativa puede desencadenar
problemas psicológicos como depresión, baja autoestima, ansiedad
social o dificultades en las relaciones interpersonales. Todas ellas son
características asociadas a la presencia de conductas alimentarias de
riesgo e incluso a la aparición de un trastorno de la conducta
alimentaria.

2.2.5.7 Trastorno por la evitación/restricción de la ingesta de


alimentos: Las personas con este trastorno comen muy poco y/o evitan
el consumo de ciertos alimentos. Es posible que coman tan poco que
lleguen a perder un porcentaje considerable del peso inicial. Es posible
que los niños que sufren el trastorno no se desarrollen según lo
previsto. Las deficiencias nutricionales son frecuentes y pueden llegar
a ser potencialmente mortales. Debido a sus problemas con la comida,
estas personas tienen dificultad para participar en actividades sociales
normales, como comer con otras personas y mantener relaciones con
los demás.

El trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos


comienza generalmente durante la infancia y puede parecerse
inicialmente al modo de comer caprichoso que es frecuente a esas
edades. Por ejemplo, los niños pueden negarse a comer ciertos

48
alimentos o alimentos de un determinado color, consistencia u olor.
Sin embargo, el modo de comer caprichoso normalmente concierne a
unos pocos alimentos y los niños que son malos comedores, a
diferencia de las personas con este trastorno, tienen un apetito normal,
ingieren suficiente comida en general y crecen y se desarrollan
normalmente.

49
2.2.6 Variables de los trastornos de la conducta alimenticia
2.2.6.1 Variables individuales
Uno de los factores de riesgo individuales más importantes es la edad.
La adolescencia se considera una etapa de vulnerabilidad para estas
enfermedades debido a que los y las jóvenes se enfrentan a cambios
relacionados con la transición de la infancia a la vida adulta, en la que
se incrementan las responsabilidades, pero en algunos casos sin
contar aún con la madurez suficiente para enfrentarlas (Garfinkel y
Garner, 1982). Esta etapa del desarrollo registra el mayor número de
apariciones de casos de trastornos de la conducta alimenticia en
comparación con otras (Striegel-Moore y Bulik, 2007).
2.2.6.1.1 Ideal estético de delgadez:
El grado en que alguien valora las imágenes socialmente
estructuradas que definen la belleza y que involucran conductas
relacionadas con dicho estereotipo para alcanzarlo (Thompson
y Stice, 2001). La interiorización del ideal estético de la
delgadez promueve la insatisfacción corporal, las dietas
restrictivas y el afecto negativo; al mismo tiempo, puede
predecir el diagnóstico de bulimia nerviosa (Stice, 2001). En las
culturas donde existe abundancia de alimentos, donde se
rechaza la obesidad y se idealiza la delgadez, las mujeres
tienen más riesgo de desarrollar un trastorno de la conducta
alimenticia. Esta situación explica la relación 10 a 1 en la
prevalencia de estos cuadros en mujeres y hombres (Polivy y
Herman, 2002).
2.2.6.1.2 Insatisfacción corporal:
Es entendida como la diferencia entre el ideal corporal de
tamaño y/o la forma que tiene una persona y su tamaño y/o la
forma corporal real. Esta diferencia se vuelve un precursor para
el desarrollo de estas enfermedades mientras más intensa sea
la inconformidad que genere en el individuo, que intentará

50
perder peso o cambiar su cuerpo para alcanzar el ideal (Polivy
y Herman, 2002). Stice también describe la insatisfacción
corporal como un factor de riesgo en su modelo etiológico de
dos vías para la bulimia. Explica que la presión por estar
delgado y la interiorización del ideal estético de la delgadez
generan insatisfacción corporal en la medida que la persona se
percibe lejana del ideal de belleza e intenta alcanzarlo. Esto
origina en los individuos un estado de ánimo negativo y el inicio
de una dieta restrictiva (Stice, 2001).
2.2.6.1.3 Factores de riesgo:
El abuso sexual infantil es considerado como un factor de riesgo
para la patología mental en general. Sus efectos pueden ser
psicológicos, físicos, somáticos y sociales, por lo que
difícilmente se le puede considerar un factor específico para
estos trastornos; sin embargo, en un modelo multifacético de
dramatización, el abuso sexual adquiere relevancia, que tiene
una alta comorbilidad psiquiátrica (Lev-Wiesel, 2008). Las tasas
de abuso sexual entre pacientes diagnosticados con alguno de
estos cuadros son significativamente mayores que entre los
grupos de control (34% versus 20%). Entre los casos de bulimia
nerviosa se encuentran las tasas más altas de violación, acoso
y abuso sexual después de los 17 años (Jacoby et al., 2004).
Se ha reportado que el riesgo de desarrollar alguno de estos
cuadros aumenta tres veces cuando se ha vivido abuso sexual
infantil (Murray y Waller, 2002) y que entre 10% y 30% de las
personas con estas enfermedades lo han sufrido (Connors y
Morse, 1993). También se ha reportado que existe 50% de
probabilidad de abuso sexual infantil en personas con síntomas
purgativos (Ackard, Neumark-Sztainer, Hannan, French y Story,
2001) y que 28% de las jóvenes que reportan abuso sexual
infantil presentan car, preocupación por engordar, atracones

51
con sensación de falta de control y conductas restrictivas
(Unikel, Ramos y Juárez, 2011). La práctica crónica de dietas
aumenta el riesgo de atracón y el comienzo de bulimia nerviosa;
ambas condiciones, se han asociado con depresión mayor y
afecto negativo. Se cree que la privación de calorías aumenta
la probabilidad de que los sujetos tengan un atracón para
compensar el déficit calórico, sobre todo en las personas que
han estado privadas de alimento hasta por 14 horas (Stice,
2001). Los cambios traumáticos en la vida, como la pérdida de
seres queridos, el rompimiento de una relación importante, el
divorcio de los padres o un cambio de residencia se han
considerado como estresores.
2.2.6.1.4 Factores psicosociales:
La baja autoestima o el bajo auto concepto han sido factores
centrales en diferentes teorías etiológicas de los estos
trastornos. Varios estudios transversales han encontrado que
los sujetos con anorexia tienen menor autoestima y un auto
concepto negativo en comparación con los grupos de control.
Por otra parte, en estudios de tipo longitudinal se ha reportado
que la baja autoestima en mujeres aumenta hasta en ocho
veces el riesgo de tener un trastorno de la conducta alimenticia
(Jacoby et al., 2004). Respecto a la personalidad, se ha descrito
que ésta se encuentra influida por las características propias de
la enfermedad y por el estado de desnutrición; algunos autores
presentan la obsesión, la ansiedad social y la dependencia
excesiva como características pre mórbidas. Se postula
también que muchos de los casos se inician cuando los sujetos
son muy jóvenes y aún no han completado el desarrollo de la
personalidad (Garfinkel y Garner, 1982). El perfeccionismo y los
rasgos dependientes son dos características comunes en la
personalidad de mujeres con an, quienes, por lo general, hasta

52
antes de presentar el trastorno, han sido buenas estudiantes y
sus logros se deben a su gran dedicación y esfuerzo. Aunque
hay variaciones, 87% de las pacientes con anorexia se
describen como de “muy buen comportamiento”, 61% como
perfeccionistas y 61% como competitivas (Garfinkel y Garner,
1982). También se ha reportado que el perfeccionismo es un
predictor de la patología bulímica (Killen, 1994).

2.2.6.2 Variables Externas


2.2.6.2.1 Relaciones familiares
De acuerdo con Garfinkel y Garner (1982), existe poca
tolerancia de las madres de pacientes con anorexia a los
intentos de sus hijos por separarse y ser autónomos en la
adolescencia; además, premian la obediencia de sus deseos y
son sobreprotectoras. Señalan también que Bruch y Selvini-
Palazzoli coinciden en postular que las mujeres con esta
enfermedad sienten que no viven sus propias vidas, que su
cuerpo no les pertenece y lo perciben como un objeto de sus
madres. Polivy y Herman (2002) describen la interacción en las
familias de pacientes con trastornos de la conducta alimenticia
como intrusiva y hostil, negando las necesidades emocionales
de los pacientes. Esta dinámica no sólo propicia el desarrollo de
estos cuadros, sino que influye en su perpetuación. Agregan
también que el ambiente familiar es crítico y represivo, y
contribuye a que los problemas de identidad y control, sean
resueltos por el individuo a través de sus intentos por alcanzar
la delgadez. En muchos estudios, los sujetos con anorexia y
bulimia describen aspectos de sus familias, tales como la
interacción, la cohesión, la comunicación, las expresiones de
afecto, como más conflictivos, patológicos o disfuncionales en
comparación con los grupos de control ( Jacoby et al., 2004).

53
Por otro lado, las investigaciones de Fairburn y colaboradores
indican que las altas expectativas parentales y los comentarios
críticos acerca del peso y la figura provenientes de la familia son
predictores específicos de bulimia, cuando se compara con
grupos de pacientes psiquiátricos ( Jacoby et al., 2004). Los
comentarios críticos y la percepción de las madres que
describen a sus hijas como personas que deberían perder más
peso y como personas menos atractivas, pueden ser
antecedentes a la aparición de trastornos de la conducta
alimenticia. En tanto, los comentarios de los padres y pares que
sobreestiman la delgadez y que reconocen el autocontrol y la
disciplina para lograr la pérdida de peso, tienen un efecto
directo en estos trastornos (Polivy y Herman, 2002).
2.2.6.2.2 Factores socioculturales:
Los trastornos de la conducta alimenticia se han considerado
como síndromes supeditados a la cultura, debido entre otras
razones a que son más frecuentes en las culturas
occidentalizadas. En los grupos que pertenecen a las culturas
donde la influencia de los estereotipos occidentales de belleza
no es tan grande son pocos los casos de estos trastornos
(Crago, Shislak y Estes, 1996). Garfinkel y Garner (1982b)
afirman que la presión por alcanzar o conservar la delgadez y
un contexto en el que son muy altas las expectativas de éxito,
son factores determinantes para la aparición de anorexia. Por
otra parte, proponen que en las sociedades donde la comida no
es abundante ni está disponible para todos, comer en exceso y
la obesidad son condiciones muy valoradas, mientras que en
las sociedades donde los alimentos sí son abundantes es
posible desarrollar una conciencia por la delgadez y darse el
lujo de hacer dietas restrictivas.
2.2.7 Contexto social

54
En la sociedad actual y globalizada el ideal de la belleza diseminado
en los diferentes contextos sociales, económicos y culturales a través
de los medios de comunicación imponen y valorizan la figura de la
"delgadez del cuerpo" para hombres y mujeres adolescentes y por otra
parte estigmatizan la obesidad. Paradójicamente, los medios de
comunicación muestran mensajes de que ser delgado es hermoso,
incentivan el uso de estrategias para alcanzar el nivel de belleza
establecido, y por otro lado, bombardean a los/las niños/ niñas y
adolescentes con imágenes de alimentos atractivos y deseables, pero
insalubres. En este contexto, desde muy temprano, niños y niñas que
aún están en proceso de formación de la imagen corporal, reciben
informaciones opuestas de los medios de comunicación que pueden
configurarse en condiciones muy desfavorables en el proceso de
formación de la imagen corporal, del comportamiento alimentario y de
la salud de los adolescentes.

El estudio desarrollado por Schooler y Trinh registró, entre las niñas,


que el perfil de uso de la televisión (ver programas de televisión de 28
horas por semana) fue el predictor más fuerte de insatisfacción con la
imagen corporal, en concreto, en el grupo de niñas que a menudo y de
forma indiscriminada veían los programas de televisión. En la otra
investigación, Becker y cols. Identificaron que sólo las redes sociales
de exposición a los medios se asociaron con indicativos de trastornos
de la conducta alimentaria. En los Estados Unidos, las niñas que
trataban de parecerse a las mujeres que se encontraban en los medios
de comunicación y los niños y niñas que estuvieron expuestos a las
revistas sobre pérdida de peso, presentaron mayor riesgo de atracón
y uso de estrategias extremas para controlar el peso. Fueron
identificados en China hallazgos consistentes con los encontrados en
los países occidentales.

Además, los estudios muestran una asociación entre un mayor efecto


de los medios de comunicación con la insatisfacción corporal y el ideal

55
de desarrollo del tono muscular entre los varones adolescentes, sin
embargo, los resultados son contradictorios, lo que indica que las
relaciones interpersonales entre ellos son más importantes en la
determinación de estas condiciones que los medios de comunicación.

2.2.8 Sintomatología
Revisando el DSM-IV encontramos entre los síntomas comunes de los
trastornos de la conducta alimenticia encontramos:
 Reducción drástica de las cantidades de comida que normalmente
suelen consumirse.
 Pérdida de peso abrupta.
 Debido a la perdida de nutrientes se observa perdida del cabello,
sequedad de la piel y uñas quebradizas.
 Si la falta de alimentación es severa, es probable que la persona
afectada sufra desmayos frecuentes. Quienes padecen trastornos
alimenticios suelen experimentar una sensación de debilidad corporal
constante, que en la mayoría de los casos viene acompañada por
escalofríos.
 La insuficiencia de alimentación afecta a todo el organismo y el
aparato reproductor no es la excepción. Y es que la carencia de
nutrientes esenciales altera la producción de hormonas y hace que los
períodos menstruales sean muy irregulares.
 El ritmo cardíaco fluctúa; aumenta y disminuye la velocidad de un
momento para otro. Esta irregularidad cardíaca es grave, ya que
puede resultar en un fallo cardíaco letal.
 La baja presión arterial es uno de los síntomas de trastornos
alimenticios y no solo puede causar mareos y desmayos, sino también
complicaciones que pueden poner en riesgo la vida.

56
2.4 Ansiedad:
2.4.1 Concepto
Para definir la ansiedad, se ha revisado distintas fuentes por lo que se ha
decidido que para efectos de este trabajo la más útil es la de Marks (1986);
el cual propone que la ansiedad es una parte de la existencia humana y todas
las personas sienten un grado moderado de la misma, siendo ésta una
respuesta adaptativa. La ansiedad sigue siendo un tema de gran importancia
para la Psicología; su incorporación es tardía, siendo tratado sólo desde
1920, abordándose desde distintas perspectivas. Según el Diccionario de la
Real Academia Española (vigésima primera edición), el término ansiedad
proviene del latín anxietas, refiriendo un estado de agitación, inquietud o
zozobra del ánimo, y suponiendo una de las sensaciones más frecuentes del
ser humano, esta es una emoción complicada y displacentera que se
manifiesta mediante una tensión emocional acompañada de un correlato
somático (Ayuso, 1988; Bulbena, 1986). En general, el término ansiedad
alude a la combinación de distintas manifestaciones físicas y mentales que
no son atribuibles a peligros reales, sino que se manifiestan ya sea en forma
de crisis o bien como un estado persistente y difuso, pudiendo llegar al
pánico; no obstante, pueden estar presentes otras características neuróticas
tales como síntomas obsesivos o histéricos que no dominan el cuadro clínico.
Si bien la ansiedad se destaca por su cercanía al miedo, se diferencia de éste
en que, mientras el miedo es una perturbación cuya presencia se manifiesta
ante estímulos presentes, la ansiedad se relaciona con la anticipación de
peligros futuros, indefinibles e imprevisibles.

2.4.2 Ansiedad patológica


La ansiedad patológica se caracteriza por la respuesta desproporcionada que
se da a los acontecimientos, no se acepta y aparece siempre en situaciones
que no son adecuadas ni presentan peligro alguno. Se presenta con una
intensidad que confunde al individuo, lo hace dudar y sentirse amenazado
produciéndole un sufrimiento intenso. El problema grave surge cuando las
emociones ocurren en situaciones en las que ni la lucha o huida son los

57
comportamientos adecuados. En esos momentos los pensamientos están
acelerado, los músculos se tensan, se acelera la respiración, las partes
distales se quedan frías y encogidas, aparece una intensa sudoración, las
náuseas, o incluso, los vómitos hacen acto de presencia. Es el miedo al
miedo. No hay miedo a nada real, a ningún problema real, incendio,
accidente, o robo, es la mente que se imagina que puede ocurrir cualquier
desastre y convence al individuo que así lo es.

2.4.3 Ansiedad Social


Es un tipo común de trastorno de ansiedad. Quienes lo padecen suelen tener
síntomas de ansiedad o miedo en ciertas o todas las situaciones sociales,
como cuando conocen a personas nuevas, salen en citas, tienen una
entrevista de trabajo, participan en clase o tienen que hablar con un
vendedor. Incluso, hacer cosas simples y cotidianas frente a otros, como
comer o beber delante de los demás o usar un baño público, les puede causar
ansiedad o temor. En general tienen miedo de ser humilladas, juzgadas y
rechazadas.
En ciertas ocasiones el miedo que sientan las personas que padecen estos
trastornos suelen tener síntomas tan fuertes que piensan que controlarlo está
más allá de su capacidad. Como resultado, el miedo le genera dificultades
para ir al trabajo, asistir a la escuela o hacer cosas cotidianas. Las personas
con trastorno de ansiedad social pueden preocuparse por éstas y otras cosas
por semanas antes de que ocurran. A veces, terminan no yéndose a lugares
o eventos donde creen que podrían tener que hacer algo que les avergüence.

Algunas personas con ansiedad social no tienen ansiedad en los contextos


sociales, sino que más bien tienen ansiedad de rendimiento. Es decir, sienten
síntomas físicos en situaciones como dar un discurso en auditorio, participar
en actividades deportivas grupales, bailar o tocar un instrumento musical en
el escenario.

58
En las personas tímidas en exceso, el trastorno de ansiedad social suele
manifestarse durante su juventud. Este trastorno es más habitual de lo que
se cree. Sin tratamiento, este trastorno puede llegar a durar muchos años o
toda la vida y puede dificultar que una persona alcance su máximo potencial.

2.4.4 Síntomas
Palpitaciones, Dolores en el pecho, Náusea o problemas estomacales,
Mareos o vértigos, Sofocos o escalofríos, Hormigueo o entumecimiento, Falta
de aire o una sensación de asfixia, Estremecimiento o temblores, Sensación
de irrealidad, Terror, Sensación de falta de control o estarse volviendo loco,
Temor a morir, Transpiración, Taquicardia. Estos síntomas que son comunes
a todo tipo de ansiedad y pueden variar en intensidad según sea el tipo de
ansiedad patológica: no es lo mismo un trastorno obsesivo compulsivo que
un ataque de pánico, ni un problema de agorafobia ni un problema de
claustrofobia u otros que se nos puedan presentar. La ansiedad patológica
no se suele presentar clara, no se sabe de dónde viene ni cuál es su origen,
y entonces asusta al que la padece; si no se consigue controlarla o llegar a
relajarse, en esos momentos, existe la posibilidad de que el problema avance
de forma progresiva hasta volverse muy difícil de controlar.
2.4.4.1. Síntomas Ansiedad Social:
Según la American Academy of Family Physicians, los síntomas
de la ansiedad social son:
Los síntomas internos (emocionales) incluyen:
 Temor a sentirse avergonzados, a ser juzgados o
rechazados.
 Sentir que todos los están mirando.
 Creer que la ansiedad es un signo de debilidad.
 Creer que son estúpidos y que otras personas son más
inteligentes y más seguras que ellos.
Los síntomas externos (físicos) incluyen:
 Aislamiento, evitar el contacto social.

59
 Sonrojarse.
 Sudar.
 Náuseas o vómitos.
 Temblor o agitación.
 Problemas para hablar o hacer contacto visual.
 Aumento de la frecuencia cardíaca.

2.4.5 Diagnostico:
Los criterios de DSM IV-TR para el trastorno de ansiedad generalizado
incluyen:
 Presencia de excesiva ansiedad acerca de acontecimientos o
actividades que se producen en casi todos los días durante al menos
6 meses.
 Perder el control sobre la intensidad de la preocupación.
 Al menos tres de los síntomas incluyendo inquieto o jumpiness, fatiga,
falta de concentración, irritabilidad, problemas de tensión y reposo del
músculo.
 Interferencia significativa de los síntomas con la social y de trabajo
relacionados con el funcionamiento o conduce al sufrimiento
significativo.
 Ningún otro trastorno de estado de ánimo o problema psiquiátrico.

60
CAPITULO III

III. METODOLOGÍA

3.1 Nivel de investigación

Según Grajales G. en su trabajo “Tipos de investigación” del año 2003 llega


a identificar los distintos niveles de investigación: “La investigación histórica
trata de la experiencia pasada, describe lo que era y representa una
búsqueda crítica de la verdad que sustenta los acontecimientos pasados. El
investigador depende de fuentes primarias y secundarias las cuales proveen
la información y a las cuáles el investigador deberá examinar
cuidadosamente con el fin de determinar su confiabilidad por medio de una
crítica interna y externa. En el primer caso verifica la autenticidad de un
documento o vestigio y en el segundo, determina el significado y la validez
de los datos que contiene el documento que se considera auténtico. La
investigación descriptiva, según se mencionó, trabaja sobre realidades de
hecho y su característica fundamental es la de presentar una interpretación
correcta. Esta puede incluir los siguientes tipos de estudios: Encuestas,
Casos, Exploratorios, Causales, De Desarrollo, Predictivos, De Conjuntos,
De Correlación. La investigación experimental consiste en la manipulación de
una (o más) variable experimental no comprobada, en condiciones
rigurosamente controladas, con el fin de describir de qué modo o por qué
causa se produce una situación o acontecimiento particular. El experimento
provocado por el investigador, le permite introducir determinadas variables
de estudio manipuladas por él, para controlar el aumento o disminución de
esas variables y su efecto en las conductas observadas.”
De acuerdo a la naturaleza de la investigación, reúne las características de
un estudio descriptivo; ya que solo se limita a describir y ofrecer datos
relevantes para ampliar los conocimientos acerca de la ansiedad y las

61
conductas de riesgo alimentaria en una población de estudiantes de
secundaria.

3.2 Tipo de investigación

La siguiente investigación se limitará a observar la relación entre las variables


de ansiedad y el riesgo de padecer un trastorno de la conducta alimenticia en
la misma población, por lo que esta investigación es de tipo descriptiva
correlacional.

3.3 Diseño de la investigación

Marisela Dzul Escamilla en su trabajo “Aplicación Básica de los métodos


Científicos” explica lo siguiente: “La investigación no experimental es aquella
que se realiza sin manipular deliberadamente variables. Se basa
fundamentalmente en la observación de fenómenos tal y como se dan en su
contexto natural para después analizarlos. Se basa en categorías, conceptos,
variables, sucesos, comunidades o contextos que ya ocurrieron o se dieron
sin la intervención directa del investigador. Es por esto que también se le
conoce como investigación «ex post facto» (hechos y variables que ya
ocurrieron), al observar variables y relaciones entre estas en su contexto.
Dato Importante: En estos tipos de investigación no hay condiciones ni
estímulos a los cuales se expongan los sujetos del estudio. Los sujetos son
observados en su ambiente natural y dependiendo en que se va a centrar la
investigación, existen diferentes tipos de diseños en las que se puede basar
el investigador.” Por lo que la siguiente investigación es no experimental y
tiene dos variables: Ansiedad y conductas de riesgo alimentario; por lo que
es un investigación no experimental de diseño bi variable.

62
3.4 Variables

3.4.1 Dependiente: Ansiedad, riesgo de padecer un trastorno de la


conducta alimenticia.
3.4.2 Independientes: Sexo.
3.4.3 Control: Tiempo de administración del test, grado de
implicación de los estudiantes.

3.5 Población

La población está constituida por los estudiantes del colegio John Smith
College del distrito de villa maría del triunfo, el cual en el área de secundaria
tiene aproximadamente alrededor de 120 estudiantes. Estos estudiantes, en
su mayoría, pertenecen a familias de clase media baja y clase media; viven
en una zona en la cual hay problemas de delincuencia, pandillaje y abuso de
sustancias.

3.5.1 Muestra

Del total de alumnos del colegio John Smith College, se seleccionaran


30 estudiantes de forma no aleatoria entre los grados de 4to y 5to de
secundaria de los cuales 17 eran mujeres y 13 eran varones.

63
CAPITULO IV

IV. RECOGIDA DE DATOS:

4.1 Descripción de la recogida de datos:

En un primer momento el día 8 de mayo del 2019 se repartió el


consentimiento informado a los estudiantes de 4to y 5to de segundaria del
colegio John Smith college para que se los entreguen a sus padres y los
firmen en caso estén de acuerdo con las condiciones presentadas para que
participen de la investigación e informe de los alcances de la investigación,
porque se estaba realizando y la importancia que era la sinceridad al
momento de contestar las preguntas.
En el consentimiento informado están indicados los alcances de la
investigación así como el hecho de que el nombre de sus hijos se mantendrá
anónimo en todo momento y los resultados se les serán entregados al
terminar la investigación.
Posteriormente, se seleccionó a los alumnos que trajeron el consentimiento
informado firmado y se les suministro la Escala de Ansiedad Social para
Adolescentes (SAS-A) y el cuestionario breve de conductas alimentarias de
riesgo en una aula del pabellón de segundaria. El proceso demoro alrededor
de media hora.
.

4.2 Instrumentos:

4.2.1 La escala de Ansiedad Social para Adolescentes (SAS-A):

Es un instrumento muy usado para evaluar los niveles de ansiedad social de


los adolescentes en cuanto a su capacidad para enfrentar situaciones
conflictivas tales como manejar una discusión, hacer exigir sus derechos o

64
situaciones públicas como lo son exponer en un salón de clases o en un
auditorio; así mismo ayuda a medir el miedo a ser juzgado y criticado por lo
demás así como la inseguridad ante nuevas situaciones sociales.

La Escala de Ansiedad Social para Adolescentes consta de 22 preguntas: 18


describen afirmaciones sobre uno mismo y 4 son de relleno, no aportando
por tanto éstas ningún punto al resultado final (que puede en consecuencia
oscilar entre 18 y 90). Cada pregunta se responde escogiendo un valor en
una escala de 5 posibilidades que contestan a si la afirmación "es cierta" para
quien contesta, obteniéndose un valor que oscila entre 1 ("nunca es cierta")
y 5 ("siempre es cierta").

La Escala de Ansiedad Social para Adolescentes consta de 3 subescalas


(que aquí etiquetaremos con sus siglas inglesas por coherencia con la
publicación original): el miedo a la evaluación negativa (FNE, 8 preguntas),
la evitación y ansiedad social en nuevas situaciones (SAD-N, 6 preguntas) y
la evitación y ansiedad social experimentada en general (SAD-G, 4
preguntas).

Estando disponibles los resultado obtenidos al validar la Escala de Ansiedad


Social para Adolescentes tanto entre adolescentes de los EEUU como de
España, los autores presentan las siguientes puntuaciones medias para
interpretar los resultados obtenidos al completar el cuestionario (entre
paréntesis se muestra la desviación estándar):

FNE SAD-N SAD-G Total

Rango 8 a 40 6 a 30 4 a 20 18 a 90

España

Chicos 19,35 (6,64) 14,48 (4,56) 7,76 (2,92) 41,61 (12,41)

Chicas 21,63 (7,05) 15,29 (4,96) 7,98 (3,22) 44,91 (13,32)

Global 20,44 (6,93) 14,87 (4,77) 7,86 (3,07) 43,17 (12,95)

65
FNE SAD-N SAD-G Total

EEUU

Chicos 15,75 (5,8) 14,65 (4,2) 6,65 (2,4) 37,07 (10,7)

Chicas 17,52 (6,8) 15,86 (4,9) 7,08 (3,0) 40,46 (12,7)

Global 16,81 (6,4) 15,37 (4,7) 6,91 (2,8) 39,09 (12,0)

4.2.1.1 Validez: Presenta validez con la Escala de Ansiedad de


Hamilton, revisada; de .51; .58 para el estado y .47 para
el rasgo de la subescalas del Inventario de Ansiedad
Rango-Estado.

4.2.1.2 Confiabilidad: La Escala de ansiedad de Ansiedad Social


Para Adolescentes (SAS-A) presenta un alpha de
cronbach de .92 a .94 en adultos y .75 en test-retest en
una semana de intervalo. Presenta resultados similares
en adolescentes de 14 a 18 años.

4.2.2 Cuestionario breve de conductas alimentarias de riesgo:

Consta de 11 preguntas sobre preocupación por engordar, práctica de


atracones, sensación de falta de control al comer y conductas alimentarias
de tipo restrictivo (dietas, ayunos, ejercicio y uso de pastillas para bajar de
peso) y purgativo (vómito auto inducido, uso de laxantes y de diuréticos), en
los tres meses previos a la aplicación del instrumento. La versión original
contaba con tres opciones de respuesta; sin embargo, se agregó una opción
más para incrementar la variabilidad en las respuestas de los sujetos: nunca
o casi nunca, algunas veces, frecuentemente (dos veces en una semana) o
muy frecuentemente (más de dos veces en una semana), y la mayor
66
puntuación en el cuestionario corresponde a mayor cantidad de anomalías
en la conducta alimentaria

4.3 Criterios de Inclusión:

Del total de la muestra de 90 alumnos, solo se incluirán en el estudio aquellos


que tengan las pruebas correctamente contestadas, no dejando preguntas
en blanco ni borrones. Los participantes que serán incluidos luego de aplicar
la prueba; serán aquellos que obtengan un puntaje de 16 a 63 (moderado a
grave) en la Escala de Ansiedad Social para Adolescentes; a estos se les
proporcionara Cuestionario Breve de Conductas Alimentarias de Riesgo.

Aquellos participantes que obtengan una puntuación de 15 puntos o menos


en el Inventario de Ansiedad de Beck, serán excluidos de la investigación así
como aquellos que obtengan puntajes bajos en el Cuestionario Breve de
conductas alimentarias.

4.4 Diseño Estadístico:

Hipótesis de trabajo: Existe relación entre los niveles de ansiedad y el riesgo


de padecer un trastorno de la conducta alimenticia en los estudiantes de
Secundaria del colegio John Smith College del distrito de Villa María del
Triunfo.

67
CAPITULO V
V. RESULTADOS
5.1 Instrumentos de procesamiento de datos:

5.1.1 SPSS:

SPSS es un software de estadística informática comúnmente


utilizado en las ciencias sociales y aplicadas, además de las
compañías de investigación de mercado. Su nombre original
correspondía al acrónimo de Statistical Package for the Social
Sciences (SPSS), que reflejaba la orientación a su público
objetivo (ciencias sociales), aunque este software es también
muy usado en otros campos como el marketing.
Es uno de los softwares estadísticos más reconocidos teniendo
en cuenta su capacidad para trabajar con grandes bases de
datos y una sencilla interfaz para la mayoría de los procesos.
En la versión 12 de SPSS se podían realizar análisis con dos
millones de registros y 250.000 variables. El software consiste
en una plataforma de base y plataforma de anexos que vienen
actualizándose constantemente con nuevos procedimientos
estadísticos.

5.2 Presentación de los resultados


5.2.1 Estadísticos Descriptivos (Tabla 1):

Descriptivos
Estadístic Desv.
Sexo o Error
Ansiedad Social masculin Media 39,38 3,054
General o Límite inferior 32,73

68
95% de intervalo de Límite 46,04
confianza para la superior
media
Media recortada al 5% 39,59
Mediana 40,00
Varianza 121,256
Desv. Desviación 11,012
Mínimo 18
Máximo 57
Rango 39
Rango intercuartil 16
Asimetría -,111 ,616
Curtosis -,186 1,191
femenino Media 51,82 2,429
95% de intervalo de Límite inferior 46,67
confianza para la Límite 56,97
media superior
Media recortada al 5% 52,53
Mediana 53,00
Varianza 100,279
Desv. Desviación 10,014
Mínimo 26
Máximo 65
Rango 39
Rango intercuartil 13
Asimetría -1,019 ,550
Curtosis 1,434 1,063
Evaluación Negativa masculin Media 9,46 1,259
o 95% de intervalo de Límite inferior 6,72
confianza para la Límite 12,20
media superior
Media recortada al 5% 9,51
Mediana 9,00
Varianza 20,603
Desv. Desviación 4,539
Mínimo 1
Máximo 17
Rango 16
Rango intercuartil 8

69
Asimetría -,096 ,616
Curtosis -,600 1,191
femenino Media 15,06 1,116
95% de intervalo de Límite inferior 12,69
confianza para la Límite 17,43
media superior
Media recortada al 5% 15,18
Mediana 16,00
Varianza 21,184
Desv. Desviación 4,603
Mínimo 6
Máximo 22
Rango 16
Rango intercuartil 7
Asimetría -,640 ,550
Curtosis -,316 1,063
Miedo al Rechazo masculin Media 13,31 1,162
o 95% de intervalo de Límite inferior 10,78
confianza para la Límite 15,84
media superior
Media recortada al 5% 13,23
Mediana 13,00
Varianza 17,564
Desv. Desviación 4,191
Mínimo 5
Máximo 23
Rango 18
Rango intercuartil 5
Asimetría ,467 ,616
Curtosis 2,336 1,191
femenino Media 17,82 ,990
95% de intervalo de Límite inferior 15,73
confianza para la Límite 19,92
media superior
Media recortada al 5% 18,03
Mediana 19,00
Varianza 16,654
Desv. Desviación 4,081
Mínimo 9

70
Máximo 23
Rango 14
Rango intercuartil 6
Asimetría -,819 ,550
Curtosis -,159 1,063
Ansiedad ante masculin Media 16,62 1,147
Situaciones Nuevas o 95% de intervalo de Límite inferior 14,12
confianza para la Límite 19,11
media superior
Media recortada al 5% 16,63
Mediana 17,00
Varianza 17,090
Desv. Desviación 4,134
Mínimo 11
Máximo 22
Rango 11
Rango intercuartil 8
Asimetría -,211 ,616
Curtosis -1,794 1,191
femenino Media 18,94 1,059
95% de intervalo de Límite inferior 16,70
confianza para la Límite 21,19
media superior
Media recortada al 5% 18,99
Mediana 20,00
Varianza 19,059
Desv. Desviación 4,366
Mínimo 11
Máximo 26
Rango 15
Rango intercuartil 5
Asimetría -,680 ,550
Curtosis -,133 1,063
Riesgo de padecer masculin Media 15,62 1,206
trastornos de la o 95% de intervalo de Límite inferior 12,99
conducta alimentaria confianza para la Límite 18,24
media superior
Media recortada al 5% 15,41
Mediana 14,00

71
Varianza 18,923
Desv. Desviación 4,350
Mínimo 11
Máximo 24
Rango 13
Rango intercuartil 8
Asimetría ,868 ,616
Curtosis -,641 1,191
femenino Media 25,47 1,065
95% de intervalo de Límite inferior 21,21
confianza para la Límite 25,73
media superior
Media recortada al 5% 23,63
Mediana 24,00
Varianza 19,265
Desv. Desviación 4,389
Mínimo 14
Máximo 30
Rango 16
Rango intercuartil 6
Asimetría -,837 ,550
Curtosis ,381 1,063

5.2.2 Estadísticos de grupo (Tabla 2):


Estadísticas de grupo
Desv. Desv. Error
Sexo N Media Desviación promedio
Ansiedad Social masculin 13 39,38 11,012 3,054
General o
femenino 17 51,82 10,014 2,429
Evaluación Negativa masculin 13 13,78 4,539 1,259
o
femenino 17 19 4,603 1,116
Miedo al Rechazo masculin 13 13,31 4,191 1,162
o
femenino 17 17,82 4,081 ,990
Ansiedad ante masculin 13 9,46 4,134 1,147
situaciones nuevas o

72
femenino 17 15,06 4,366 1,059
Riesgo de padecer masculin 13 15,62 4,350 1,206
trastornos de la o
conducta alimentaria femenino 17 23,47 4,389 1,065

5.2.3 Prueba T para muestras independientes (Tabla 3):

Prueba de muestras independientes


Prueba prueba t para la igualdad de medias
de
Levene
de
igualda
d de
varianz
as
F Si T gl Sig. Difer Difer 95% de
g. (bilat encia encia intervalo
eral) de de de
medi error confianza
as están de la
dar diferencia
Inf Sup
eri erior
or
Ansie Se ,2 ,6 - 28 ,003 - 3,85 - -
dad asu 0 5 3, 12,4 1 20, 4,55
Social men 5 4 23 39 32 0
Gener varia 0 8
al. nzas
igual
es
No - 24, ,004 - 3,90 - -
se 3, 59 12,4 2 20, 4,39
asu 18 9 39 48 6
men 8 2
varia

73
nzas
igual
es
Evalu Se ,0 ,8 - 28 ,003 - 1,68 - -
ación asu 2 8 3, 5,59 6 9,0 2,14
Negati men 3 2 32 7 50 4
va varia 0
nzas
igual
es
No - 26, ,003 - 1,68 - -
se 3, 16 5,59 3 9,0 2,14
asu 32 0 7 55 0
men 7
varia
nzas
igual
es
Miedo Se ,1 ,6 - 28 ,006 - 1,52 - -
al asu 9 6 2, 4,51 1 7,6 1,40
Recha men 6 1 96 6 32 0
zo varia 9
nzas
igual
es
No - 25, ,007 - 1,52 - -
se 2, 61 4,51 7 7,6 1,37
asu 95 2 6 56 5
men 8
varia
nzas
igual
es
Ansie Se ,1 ,6 - 28 ,150 - 1,57 - ,895
dad asu 9 6 1, 2,32 2 5,5
ante men 6 2 47 6 47
Situac varia 9
iones nzas
Nueva igual
s es

74
No - 26, ,148 - 1,56 - ,878
se 1, 65 2,32 1 5,5
asu 49 5 6 30
men 0
varia
nzas
igual
es
Riesg Se ,1 ,7 - 28 ,000 - 1,61 - -
o de asu 0 5 4, 7,85 1 11, 4,55
padec men 0 4 87 5 15 5
er la varia 6 5
trasto nzas
rnos igual
de es
condu No - 26, ,000 - 1,60 - -
cta se 4, 09 7,85 9 11, 4,54
alime asu 88 5 5 16 8
ntaria men 2 2
varia
nzas
igual
es

5.2.4 Correlación de Pearson (Tabla 4):


Correlaciones
Riesgo de
padecer
trastornos
de la
Resultado Evaluació conducta
s n Miedo al Situacione alimentari
Generales Negativa Rechazo s Nuevas a
Ansiedad Correlació 1 ,865 ** ,909 ** ,738 ** ,904**
Social n de
General Pearson
Sig. ,000 ,000 ,000 ,000
(bilateral)

75
Suma de 4199,367 1602,767 1475,73 1120,867 1842,133
cuadrados 3
y
productos
vectoriales
Covarianz 144,806 55,268 50,887 38,651 63,522
a
N 30 30 30 30 30
Evaluación Correlació ,865** 1 ,742** ,379* ,805**
Negativa n de
Pearson
Sig. ,000 ,000 ,039 ,000
(bilateral)
Suma de 1602,767 816,967 531,533 254,267 723,733
cuadrados
y
productos
vectoriales
Covarianz 55,268 28,171 18,329 8,768 24,956
a
N 30 30 30 30 30
Miedo al Correlació ,909** ,742** 1 ,539** ,817**
Rechazo n de
Pearson
Sig. ,000 ,000 ,002 ,000
(bilateral)
Suma de 1475,733 531,533 627,467 316,733 644,267
cuadrados
y
productos
vectoriales
Covarianz 50,887 18,329 21,637 10,922 22,216
a
N 30 30 30 30 30
Ansiedad Correlació ,738** ,379* ,539** 1 ,643**
ante n de
Situacione Pearson
s Nuevas Sig. ,000 ,039 ,002 ,000
(bilateral)

76
Suma de 1120,867 254,267 316,733 549,867 474,133
cuadrados
y
productos
vectoriales
Covarianz 38,651 8,768 10,922 18,961 16,349
a
N 30 30 30 30 30
Riesgo de Correlació ,904 ** ,805 ** ,817** ,643** 1
padecer n de
trastornos Pearson
de la Sig. ,000 ,000 ,000 ,000
conducta (bilateral)
alimentaria Suma de 1842,133 723,733 644,267 474,133 989,867
cuadrados
y
productos
vectoriales
Covarianz 63,522 24,956 22,216 16,349 34,133
a
N 30 30 30 30 30
**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral).
*. La correlación es significativa en el nivel 0,05 (bilateral).

5.3 Interpretación de los resultados:

5.3.1 Interpretación de la tabla 1 y 2:


Según los datos obtenidos en la tabla 1 y 2 de estadísticos
descriptivos obtenidos por el SPSS podemos interpretar lo
siguiente:
 En cuanto a los resultados obtenidos por La Escala de
Ansiedad Social para Adolescentes (SAS-A): Las
mujeres presentan un nivel más alto de ansiedad social
con una media de 51,82 (nivel alto de ansiedad social)

77
que los hombres quienes obtuvieron una media de 39,38
(nivel moderado de ansiedad social).
 En cuanto a los resultados obtenidos por La escala de
Ansiedad Social para Adolescentes (SAS-A): La
ansiedad social en los adolescentes evaluados se debe
más al miedo a la evaluación negativa de las demás
personas, debido a que los hombres tanto como las
mujeres obtuvieron puntajes más altos en esta
subescala con una media de 13,78 y 19.96
respectivamente.
 En cuanto a los resultados obtenidos por La escala de
Ansiedad Social para Adolescentes (SAS-A): La
ansiedad social en los adolescentes evaluados se debe
en menor medida a la ansiedad ante situaciones nuevas.
Debido a que tanto hombres como mujeres obtuvieron
los puntajes más bajos en esta subescala con una media
de 9.60 y 10.13 respectivamente.
 En cuanto a los resultados obtenidos por el Cuestionario
Breve de conductas de riesgo alimenticio: Las mujeres
de esta evaluación presentan mayor riesgo de padecer
trastornos de la conducta alimentaria ya que obtuvieron
puntajes más altos con una media de 25,47 (nivel alto de
riesgo de padecer trastornos de la conductas alimenticia)
que los varones quienes obtuvieron 15,62 (nivel
moderado de riesgo de padecer trastornos de la
conducta alimenticia).

5.3.2 Interpretación de la tabla 4:


Según los datos obtenidos por el SPSS en la tabla 4 de
correlaciones podemos interpretar lo siguiente:

78
 Existe correlación estadísticamente significativa entre los
niveles de Ansiedad Social obtenidos por La Escala de
Ansiedad Social para Adolescentes (SAS-A) y el riesgo
de padecer trastornos de la conducta alimentaria
obtenido por el Cuestionario breve de conductas
alimentarias de riesgo ya que se encontró una
significación bilateral de 0.00 < a 0.05 por lo que se
rechaza la hipótesis nula.
 Existe correlación estadísticamente significativa entre las
subescalas de La Escala de Ansiedad Social para
Adolescentes (SAS-A).
 Existe correlación estadísticamente significativa entre la
subescala de Evaluación negativa de La Escala de
Ansiedad Social para Adolescentes (SAS-A) y el riesgo
de padecer trastornos de la conducta alimentaria
obtenido por el Cuestionario breve de conductas
alimentarias de riesgo con un nivel de significación de
0.00.
 Existe correlación estadísticamente significativa entre la
subescala de Miedo al rechazo de La Escala de
Ansiedad Social para Adolescentes (SAS-A) y el riesgo
de padecer trastornos de la conducta alimentaria
obtenido por el Cuestionario breve de conductas
alimentarias de riesgo con un nivel de significación de
0.01.
 Existe correlación estadísticamente significativa entre la
subescala de Ansiedad ante situaciones nuevas de La
Escala de Ansiedad Social para Adolescentes (SAS-A) y
el riesgo de padecer trastornos de la conducta
alimentaria obtenido por el Cuestionario breve de

79
conductas alimentarias de riesgo con un nivel de
significación de 0.03

80
CAPITULO VI
VI. DISCUSION:
Esta investigación tuve como propósito identificar si existía relación entre las
variables de Ansiedad Social y el riesgo de padecer un trastorno de la
conducta alimentaria. Sobre todo, se pretendió examinar si estos niveles eran
iguales en hombres tanto como en mujeres así como cuál sería el motivo más
recurrente para el desencadenamiento de estas dificultades. Se tomaron en
consideración como factores importantes en el desarrollo de estos problemas
las tres subescalas de La Escala de Ansiedad Social para Adolescentes
(SAS-A) las cuales son: Temor a ser juzgado o miedo a la evaluación
negativa, el miedo al rechazo y la Ansiedad ante situaciones nuevas. A
continuación se discutirán y comparan los resultados obtenidos por esta
investigación con otras investigaciones tanto nacionales como
internacionales.

6.1 La ansiedad social en los adolescentes de segundaria.


Como resultado general de la investigación se obtuvo que los
estudiantes evaluados presentaban un nivel moderado a alto de
ansiedad social y que el factor más asociado a esta es el miedo a la
evaluación negativa. Esta ansiedad supone un problema para su vida
cotidiana y para su desarrollo ya que como afirma Simona Basile
(2015): “Los problemas de ansiedad son una de las alteraciones más
prevalentes en la población general y específicamente en la población
infantil y adolescente. Aunque se trate de una respuesta con posibles
funciones adaptativas cuando se torna excesiva pude llegar a ser una
enorme fuente de malestar que interfiere gravemente el
funcionamiento cotidiano de una persona” .El miedo a la evaluación
negativa es el miedo a ser juzgado por los demás, el miedo a ser
criticado o puesto en ridículo de alguna forma por la forma de vestir,
hablar, apariencia, etc.; en la actualidad con la aparición de las redes
sociales , se ha creado una nueva forma de “valorizar“ a las personas

81
según el aspecto mostrado en sus fotos y/o sus opiniones mostradas
en sus comentarios. Está expectativa acerca de siempre estar siendo
evaluado o juzgado por los demás está generando ansiedad en los
adolescentes ya que se sienten presionados a cumplir ciertas
características para ser aceptado por los demás.

6.2 Riesgo de padecer un trastorno de la conducta alimenticia en


adolescentes de segundaria.

Como resultado de la investigación los estudiantes evaluados


obtuvieron puntajes entre moderados y altos de riesgo de padecer
trastornos de la conducta alimenticia. Las mujeres obtuvieron puntajes
mayores al de los hombres lo que demuestra que esta población se
encuentra en mayor riesgo de contraer este tipo de trastornos como
afirma Roberto Baztarrica (2012): “Los TCA, en general, el 90% son
mujeres y el 10% hombres. En anorexia nerviosa (AN) los hombres
tienen una menor prevalencia, de un 7,5. En la bulimia nerviosa (BN)
la prevalencia en hombres es mayor, pero sigue siendo muchísimo
menor que en mujeres. En los trastornos de la alimentación no
especificados (TCANE), que es el síndrome a día de hoy más
frecuente, concretamente el trastorno por atracón, las cifras se van
asemejando: un 2 por ciento en los hombres y 3,5 por ciento en las
mujeres. Un dato curioso: respecto a la edad, en pacientes
prepuberales los hombres son un poco más elevados que en etapas
posteriores del desarrollo. Y a partir de la pubertad van disminuyendo
los casos de varones.”

Esto explicaría el riesgo moderado a padecer conductas de riesgo


alimenticio en varones ya que la población evaluada se encuentra
entre los 14 y 16 años, donde los valores se encuentran altos por el
paso de la pubertad.

82
6.3 Relación entre ambas variables:

Los resultados obtenidos por el coeficiente correlación de Pearson nos


indican que existe una correlación estadísticamente significativa entre
las variables de Ansiedad Social y Riesgo de padecer un trastorno de
la conducta alimentaria. Es decir demuestra que mientras más alta sea
la ansiedad social mayor será el riesgo de padecer un trastorno de
este tipo. El factor más relacionado al desarrollo de este problema es
el miedo a la evaluación negativa y el miedo al rechazo lo que se
contrasta con las investigaciones de Miguel Luna (2002) quien afirma:
“Sin embargo, también es cierto que una afectividad negativa podría
predisponer a padecer un trastorno de la alimentación. Algunos
autores (Schawalberg et al., 1992) han comprobado que en la mayoría
en la mayoría de personas con bulimia o con el trastorno de sobre
ingesta compulsiva la ansiedad aparece antes del trastorno. Por lo que
postulan que podría ser un factor de inicio. Fundamentalmente hablan
de dos trastornos de ansiedad, el trastorno de ansiedad generalizada
y la fobia social.”

83
CAPITULO VII
VII. CONCLUCIONES

 Existe correlación estadísticamente significativa entre las variables de


ansiedad social y riesgo de padecer un trastorno de la conducta
alimenticia en adolescentes de segundaria de un colegio privado de lima
metropolitana.
 Los hombres y mujeres que presentan niveles altos de ansiedad social
están en mayor riesgo de padecer un trastorno de la conducta alimenticia
cuando son adolescentes en etapa escolar.
 Son las mujeres las que presenten niveles más altos de ansiedad social
y mayor riesgo de padecer un trastorno de la conducta alimenticia cuando
son adolescentes en etapa escolar.
 Si bien los hombres presentan niveles más bajos de ansiedad social y
menor riesgo de padecer un trastorno de la conducta alimenticia, en los
últimos años estos casos cada vez se están haciendo más comunes.
 Los niveles altos de ansiedad social y el riesgo de padecer un trastorno
de la conducta alimenticia está relacionado con el factor del miedo a la
evaluación negativa en adolescentes en etapa escolar.
 Los niveles altos de ansiedad social y el riesgo de padecer un trastorno
de la conducta alimenticia no se encuentra relacionado con el factor de la
ansiedad provocada por las nuevas situaciones.

84
CAPITULO VIII

VIII. ANEXOS

8.1 Consentimiento informado:

Sr/Sra. .………………………………………………………………., mayor de


edad, de ….... años de edad, manifiesto que he sido informado/a sobre el
estudio, Ansiedad y conductas de riesgo alimentario en estudiantes de
secundaria dirigido por el estudiante César Augusto Cuadros Franco, de la
Facultad de Psicología de la Universidad Ricardo palma.

1. He recibido suficiente información sobre el estudio.


2. He podido hacer todas las preguntas que he creído conveniente
sobre el estudio y se me han respondido satisfactoriamente.
3. Comprendo que mi participación es voluntaria.
4. Comprendo que puedo retirarme del estudio y revocar este
consentimiento:
a. Cuando quiera
b. Sin tener que dar explicaciones y sin que tenga ninguna
consecuencia de ningún tipo.
He sido también informado/a de que mis datos personales serán protegidos
y sometidos a las garantías dispuestas en la ley 15/1999 de 13 de
diciembre y que mis datos nunca serán transmitidos a terceras personas o
instituciones.
Tomando ello en consideración, OTORGO mi CONSENTIMIENTO a
participar en este estudio, para cubrir los objetivos especificados.
Firma del participante: Firma del investigador:

Nombre y fecha: Nombre y fecha

85
8.2 Cronograma de actividades:

Semana Actividad Inicio Termino Presupuesto


1 Corrección del 20/3/2019 27/3/2019 S./100
Planteamiento del
problema
2 Corrección de los 28/3/2019 31/3/2019 S/ 50
Objetivos
3 Corrección de la 31/3/2019 06/3/2019 S/ 50
Justificación e
importancia
4 Corrección de los 06/4/2019 13/4/2019 S/ 100
Conceptos
operativos
5 Delimitación de 13/4/2019 20/4/2019 S/ 50
Limitaciones
6 Corrección del 20/4/2019 27/4/2019 S/ 100
Marco Teórico
7 Corrección de la 27/4/2019 4/5/20109 S/ 50
Metodología
8 Procesamiento de 4/5/2019 11/5/2019 S/ 200
datos
9 y 10 Análisis de los Datos 11/6/2019 25/6/2019 S/ 200
11 Conclusiones 25/6/2019 2/7/2019 S/ 100
12 Elaboración del 2/7/2019 9/7/2019 S/ 100
informe final
Total: S/ 1120

El dinero del presupuesto engloba, los costos de transporte, almuerzos,


calzado, impresiones y pagos extra a un estadista que ayude con el
procesamiento de los datos y el análisis de los mismos,

86
8.3 Flujo grama de actividades:
Actividad Seman Seman Seman Seman Seman Seman Seman Seman
a1 a2 a3 a4 a5 a6 a7 a8
1. Entrega 31/04/2 X X X X X X
de los 019
permisos
solicitados
al director
del
colegio.
2. Entrega X 3/05/20 X X X X X X
de los 19
consentimi
entos
informado
s a los
alumnos,
para que
sean
llenados
por los
padres.
3. X 7/05/20 14/05/2 X X X X X
Aplicación 19 019
del
Inventario
de
ansiedad
de Beck
4. X X 14/05/2 21/05/2 X X X X
Aplicación 019 019
del
cuestionar
io breve

87
de
conductas
alimentari
as de
riesgo.
5. X X X 21/05/2 28/05/2 X X X
Procesami 019 019
ento de los
datos
obtenidos
6. Análisis X X X X 28/05/2 5/06/20 X X
de los 019 19
resultados
7. X X X X X 5/06/20 X X
Conclusio 19
nes del
estudio
8. X X X X X X 12/06/2 19/06/2
Elaboració 019 019
n del
informe
final.

88
8.4 Escala de Ansiedad Social Para Adolescentes (SAS-A)

89
8.5 Cuestionario breve de conductas de riesgo alimentaria

90
CAPITULO IX
BIBLIOGRAFIA

1. Analía Paredes C. (2015); Ansiedad, depresión y trastorno de la imagen


corporal en pacientes que consultan en la Unidad de Obesidad del Hospital
de Clínicas; Mem. Inst. Investig. Cienc. Salud. 2015; 13(3):64-74; Tomado
de: http://scielo.iics.una.py/pdf/iics/v13n3/v13n3a32.pdf
2. Basile S. y Martorell J. (2015); Preocupaciones excesivas en la adolescencia:
descripción, evaluación y tratamiento de un caso de ansiedad generalizada;
Compilatorio Clínica y Salud Vol. 26 pág. 121-129; tomado de:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1130527415000183
3. Behar R. (2010); Funcionamiento psicosocial en los trastornos de la conducta
alimentaria: Ansiedad social, alexitimia y falta de asertividad; Rev. Mexicana
de trastornos alimenticios vol.1 no.2 Tlalnepantla jul. /dic. 2010;
Departamento de psiquiatría Universidad de Valparaíso; Tomado de:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-
15232010000200001
4. Behar R. Trastornos de la alimentación y personalidad anormal. En:
Riquelme R, Oksenberg A, editores. Trastornos de personalidad. Hacia una
mirada integral. Santiago de Chile: Sociedad Chilena de Salud Mental, 2003;
331-48.
5. Behar R. y Manzo R. (2006); Trastornos de la conducta alimentaria y
asertividad; Revista médica de chile v.134 n.3 Santiago; tomado de:
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0034-
98872006000300007&script=sci_arttext
6. Behar R., Barahona M. y Casanova D. (2007); Trastorno depresivo, ansiedad
social y su prevalencia en trastornos de la conducta alimentaria; Revista
Chilena de Neuropsiquiatría paginas 211-220; Tomado de:
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0717-
92272007000300005&script=sci_arttext&tlng=e

91
7. Casillas M., Castrejón C. y Barcadi M. (2006); A mayor IMC mayor grado de
insatisfacción de la imagen corporal; Revista Biomédica; Tomado de:
https://www.medigraphic.com/pdfs/revbio/bio-2006/bio064b.pdf
8. Coudevylle, G. R., Gernigon, C. y Martin, K. A. (2011). Autoestima, auto
confianza, ansiedad e incapacidad. Revista Psicologica del deporte y el
ejercicio, 12, 670-675.

9. De los Santos Sánchez A. (2010); “Avances En Medicina Del Adolescente:


Trastornos De La Conducta Alimentaria En El Siglo Xxi” Barbudo Médico
Psiquiatra Centro: Unidad de Salud Mental Infanto-juvenil “Virgen Macarena”
Sevilla Ponencia presentada en la Mesa Redonda. Tomado de:
https://www.spaoyex.es/sites/default/files/pdf/Voxpaed17.1pags19-27.pdf
10. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders: DSM-IV-TR. (2000).
Washington, DC: American Psychiatric Association.
11. Documento Técnico: Situación de Salud de los Adolescentes y Jóvenes en
el Perú. 2017 / -1a ed.- Ministerio de Salud - Lima: Ministerio de Salud, 2017.
Tomado de: http://bvs.minsa.gob.pe/local/MINSA/4143.pdf
12. Dr Ananya Mandal, MD (2012) Diagnostico de la ansiedad; News medical life
sciences. Tomado de: https://www.news-medical.net/health/Diagnosis-of-
Anxiety-(Spanish).aspx
13. Gallego, M. J., Botella, C., Quero, S., Baños, R. M. y García-Palacios, A.
(2007). Propiedades psicométricas de la escala de miedo a la evaluación
negativa versión breve (BFNE) en muestra clínica. Revista de Psicopatología
y Psicología Clínica, 12, 163-176.
14. García López L., Piqueras J., Díaz Castela M. y Cándido I. (2008); Trastorno
De Ansiedad Social En La Infancia Y Adolescencia: Estado Actual, Avances
Recientes Y Líneas Futuras; Behavioral Psychology / Psicología Conductual,
Vol. 16, Nº 3, 2008, pp. 501-533; tomado de:
https://www.researchgate.net/profile/Candido_Ingles/publication/229433234
_Social_anxiety_disorder_in_childhood_and_adolescents_Current_trends_a
dvances_and_future_directions/links/0deec520b4f38f1f85000000.pdf

92
15. García-López, L. J. (2007); Un modelo de consenso sobre el papel y la
definición de los subtipos en el trastorno de ansiedad social; Mesa redonda
presentada en el V Congreso Mundial de Terapia Cognitiva y Conductual.
EABCT: Barcelona, España.
16. Gempeler Rueda J. (2006); Trastornos de la alimentación en hombres: cuatro
subtipos clínicos; Revista Colombiana de psiquiatría, vol. XXXV; tomado de:
http://www.scielo.org.co/pdf/rcp/v35n3/v35n3a05.pdf
17. Gueda J., Ornelas M. y Rodríguez J. (2012); Invariancia Factorial de la Escala
de Ansiedad Asociada a la Imagen Corporal en Estudiantes Universitarios de
Educación Física y Ciencias de la Salud; Formación Universitaria Vol. 5(6),
39-50; Tomado de: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0718-
50062012000600005&script=sci_arttext
18. Inglés, C. J., Méndez, F. X. e Hidalgo, M. D. (2001); Dificultades
interpersonales en la Adolescencia: ¿Factor de riesgo de fobia social?;
Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 6, 91-104; Tomado de:
http://www.aepcp.net/arc/02.2001(2).Ingles-Mendez-Hidalgo.pdf
19. Irurtia Muñiz M. (2019); Ansiedad y fobia social en adolescentes: cuando los
trastornos se esconden; Universidad de Valladolid; tomado de:
https://www.infobae.com/america/tendencias-america/2019/04/11/ansiedad-
y-fobia-social-en-adolescentes-cuando-los-trastornos-se-esconden/

20. Lobo A, Campos R. Factores etiopatogénicos. En: Trastornos de ansiedad


en atención primaria. Madrid: Editorial EMISA; 1997. p.41-76. Tomado de:
http://www.guiasalud.es/egpc/ansiedad/resumida/apartado02/definicion01.ht
ml
21. López-Ibor JJ, Valdés M, editores. DMS-IV-TR-AP. Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales. Texto revisado. Atención Primaria.
Barcelona: Masson; 2004.
22. Lorenzana, R. (2018). El adolescente y sus conductas de riesgo; Tomado de:
file:///C:/Users/user/Downloads/ElAdolescenteysusConductasdeRiesgo.pdf
23. Luna M. (2002); Ansiedad y trastornos de la alimentación; Revista Clínica de
la ansiedad y depresión Barcelona; tomado de:

93
https://clinicadeansiedad.com/problemas/ansiedad-y-otros/ansiedad-y-
trastornos-de-alimentacion/
24. Martínez M., Delgado B y Redondo J. (2014); Prevalencia de la conducta
agresiva, conducta pro social y ansiedad social en una muestra de
adolescentes españoles: un estudio comparativo; Infancia y aprendizaje Vol.
38; https://doi.org/10.1174/021037008786140968
25. Mejía de Beldejenna L. (2015); Caracterización de pubertad precoz en
pacientes femeninas de tres instituciones de Cali. Colombia; Rev. Med. 2015;
37:331–8.

26. Méndez P. (2008); Los trastornos de la conducta alimentaria; Clínica de


Obesidad y Trastornos de la Conducta Alimentaria, Departamento de
Endocrinología y Metabolismo, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y
Nutrición Salvador Zubirán, México, D.F., México. Tomado de:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-
11462008000600014
27. Mercader E., Neipp N., Gómez P. y Vargas F. (2018); Ansiedad, autoestima
e imagen corporal en niñas con diagnóstico de pubertad precoz; Revista
Colombiana de Psiquiatría Vol. 47 pág. 229-246; tomado de:
http://www.scielo.org.co/pdf/rcp/v47n4/0034-7450-rcp-47-04-00229.pdf

28. Molina J., Chorot P., Valiente R. y Sandín B. (2014); Miedo a la evaluación
negativa, autoestima y presión psicológica: efectos sobre el rendimiento
deportivo en adolescentes; Facultad de Psicología, Universidad Nacional de
Educación a Distancia, Madrid (España); tomado de:
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1578-
84232014000300007
29. Portela de Santana ML (2012); trastornos alimentarios en la adolescencia;
una revisión; Departamento de Psicología Clínica y de la Salud de la Facultad
de Psicología. Universidad Autónoma de Barcelona. España. Tomado de:
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-
16112012000200008

94
30. Raich Rosa M. (2011); Una perspectiva desde la psicología de la salud de la
imagen corporal; Avances en Psicología Latinoamericana, [S.l.], v. 22, n. 1,
p. 15-27, feb. 2011. ISSN 2145-4515. Tomado de:
https://revistas.urosario.edu.co/index.php/apl/article/viewFile/1261/1144
31. Raviolo, A., Ramírez, P., López, E. A. y Aguilar, A. (2010); Concepciones
sobre el Conocimiento y los Modelos Científicos: Un Estudio Preliminar;
Formación Univ., ISSN: 0718-5006; Tomado de:
https://scielo.conicyt.cl/pdf/formuniv/v3n5/art05.pdf

32. Rodríguez J (2007); Vigorexia: Adicción, Obsesión O Dismorfia; Un Intento


De Aproximación; Molina Universidad Autónoma de Madrid, España.
Tomado de: http://www.redalyc.org/pdf/839/83970205.pdf
33. Rosario Muñoz Sánchez (2007) Ortorexia Y Vigorexia: ¿Nuevos Trastornos
De La Conducta Alimentaria?; Tomado de:
http://www.tcasevilla.com/archivos/ortorexia_y_vigorexia.pdf
34. Salazar Mora Z. (2008); Adolescencia e imagen corporal en la época de la
delgadez; Universidad de Costa Rica; tomado de:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4796189

35. Sierra J. (2003) Ansiedad, angustia y estrés: tres conceptos a diferenciar;


revista: malestar y subjetividades. Tomado de:
http://www.redalyc.org/html/271/27130102/
36. Toro J, Vilardell E y Martinez R. (1987); Anorexia nerviosa. Barcelona,
España.

37. Unikel Santoncini C. (2017); Conductas Alimentarias De Riesgo Y Factores


De Riesgo Asociados: Desarrollo Y Validación De Instrumentos De Medición;
Universidad Autónoma Metropolitana; México. Tomado de:
http://www.casadelibrosabiertos.uam.mx/contenido/contenido/Libroelectroni
co/Conductas_alimentarias.pdf
38. Valenzuela Mujica M. (2013); Prevención de conductas de riesgo en el
Adolescente: Rol de familia; Unidad de Adolescencia, División de Pediatría,
Facultad de Medicina. Pontificia Universidad Católica de Chile. Tomado de:

95
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1132-
12962013000100011
39. Zagalaz, M.L.; Romero, S., y Contreras, O.R (2010); La anorexia nerviosa
como distorsión de la imagen corporal. Programa de prevención desde la
educación física escolar en la provincia de Jaén; OEI-Revista Iberoamericana
de Educación (ISSN: 1681-5653); tomado de:
https://rieoei.org/deloslectores/343Zagalaz.pdf
40. Zubeidat I., Fernández Parra A., Sierra J. y Salinas J. (2008); Evaluación de
factores asociados a la ansiedad social; Vol. 31, No. 3, mayo-junio 2008 189
Artículo original Salud Mental 2008; 31:189-196; tomado de:
https://www.medigraphic.com/pdfs/salmen/sam-2008/sam083d.pdf

96

También podría gustarte