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Liderazgo

El sentido de Steve

El sentido de Steve

Cuando la visión del fundador y ex CEO de Apple se distanció del resto de la empresa,
ocurrió lo inesperado: Steve Jobs fue despedido de su propia compañía. Era la clara
muestra de que ya no tenía la capacidad de convocar a su equipo en pos de sus ideas.

Hoy nadie puede desconocer el éxito y el liderazgo a nivel mundial que ejerció el ahora fallecido Steve Jobs
(1955-2011), el cerebro de iMac, iPod, MaOS X, iPhone, iPad y Apple Tv. Sin embargo, no todo fue dulce para
el fundador de, la que hoy, es la segunda compañía más grande del mundo.
Cuesta imaginar que este hombre, que pasó de recoger botellas de Coca Cola a convertirse en
multimillonario antes de los 30 años, fuera en un momento despedido de su propia firma: Apple.
Durante su adolescencia, Steve Jobs, quien sentía una gran atracción por la tecnología y las consolas de
juegos, trabajó part time en la empresa Atari. Tiempo después, al cabo de su primer semestre en Reed
College, decidió que ir a la universidad no era una inversión razonable, ni de tiempo ni del dinero de sus
padres adoptivos, quienes con tanto esfuerzo habían ahorrado para cumplir con la promesa hecha a su
madre biológica. Con el peso de haberlos defraudado, decidió permanecer un tiempo más en el campus,
estudiando sólo algunos cursos que lograron captar su interés.
Reed College, era reconocido en el país por la calidad de sus cátedras y profesores de diseño gráfico,
particularmente en el área de la tipografía. Rápidamente Jobs, se fascinó por la infinidad de tipos de letras,
combinaciones, colores y proporciones. Sin embargo, nunca anticipó la aplicación práctica que tendrían esos
conceptos en la industria tecnológica mundial.
Años más tarde, en el garaje de su padre junto a su amigo Steve Wozniak, creó el primer computador
personal (PC) Macintosh. La combinación de piezas de Atari, novedosos conceptos gráficos y un sistema
operativo mucho más amistoso que el de sus competidores, hicieron del Mac una innovación sin precedentes.
Con sólo 20 años y un pedido de 500 computadores, Steve Jobs fundó Apple.
Al poco andar, la empresa cosechaba sólo éxitos. Contaba con más de 4 mil empleados y una valoración
estimada de 2 mil millones de dólares. Sólo cinco años más tarde, en 1980, Apple se abrió a la bolsa (IPO) y
Jobs, se convirtió en el millonario más joven de Estados Unidos, con un capital personal de 217,5 millones de
dólares.

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Pero inesperadamente, las condiciones cambiaron. La empresa vivió una serie de fracasos con sus productos
Apple III y Lisa, lo que desembocó en una caída considerable de las ventas y del valor de la compañía.
La visión del fundador y CEO de Apple, comenzó a distanciarse de la del presidente de la firma. La
incertidumbre hizo que la tensión aumentara a niveles que la empresa no era capaz de tolerar. Entonces,
ocurrió lo inesperado: el directorio decidió despedir a Steve Jobs.
¿Cómo es posible que el fundador de la compañía, su cerebro y ejecutor, fuera despedido? ¿Cómo se puede
explicar que prescindieran del genio de Apple, un hombre que claramente tuvo visión, capacidad e ingenio?
¿Qué pasó con su capacidad de liderazgo?.
Al igual que muchos “líderes”, Jobs no supo leer el ambiente ni enfrentar la adversidad de la manera
adecuada. Seguramente se sintió con más poder del que realmente ostentaba y la regla confirmó que el todo
(empresa), es mayor que las partes (individuos).
Tal como vimos en la clase, el liderazgo se ejerce en escenarios de incertidumbre y, por lo mismo, el líder
debe saber navegar en estos derroteros de tensión que alteran la razón y lógica de las personas. Jobs no
supo transmitir a su equipo que los problemas que enfrentaban con sus nuevos productos Lisa y Apple III,
eran superables. Sólo había que convocar a la unidad para encontrar en todos la solución.
Al dejar de ver las señales de su entorno, se encerró en sí mismo y sus empleados dejaron de confiar en él y
en su visión. Allí faltó verbalizar el nuevo desafío y el marco del nuevo contexto. Por lo tanto, Jobs salió de su
empresa incluso antes de ser despedido: cuando perdió la capacidad de gestionar el sentido de Apple, se
extravió el líder.
No se dio cuenta que en incertidumbre navegamos sobre corrientes inciertas y estamos expuestos
permanentemente a crisis que, súbitamente, pueden azotar a la embarcación. Aunque el derrotero haya sido
el correcto, la primera solución que se vendrá a la mente es tirar al capitán por la borda.

A la vuelta de la manzana
Devastado en lo personal, el retiro de Jobs significaba además un verdadero fracaso público. Navegó durante
varios meses sin rumbo fijo, pensando en más de una oportunidad en autoexiliarse de Silicon Valley. Sólo así
podría refugiarse de la tormenta y fortalecer la conexión con su propósito: poner la tecnología al servicio de
las personas, de la manera más simple, funcional y amigable.
Posiblemente, muchos en su lugar habrían cerrado ese capítulo en sus vidas, pero como lo dijo el mismo
Jobs en uno de sus discursos más famosos: “el curso de los acontecimientos no alteraron mi amor por lo que
hacía”. Así es que decidió volver a empezar.

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Discurso de Steve Jobs en Stanford

Vea este video en la versión online del curso.


Con muchas menos certezas, pero con un fuerte sentido de propósito renovado, Jobs inició una nueva etapa.
Su primer paso fue crear la compañía de computadores NeXT. Poco tiempo después acordó comprarle a
George Lucas el estudio de animaciones Pixar por $10 millones de dólares.
El resultado, una vez más, llegó más rápido de lo esperado. Con su primera película “Toy Story”, se
convirtieron en la primera empresa en crear un film totalmente animado por computador, con el cual lograron
una rentabilidad extraordinaria. El éxito se consolidó con "cintas" como Monsters y Cars. En 2006, Jobs
vendió la empresa a Disney por nada menos que US$ 7,5 mil millones.
Durante ese mismo año, Apple pasaba por uno de los peores momentos de su historia. Microsoft se estaba
literalmente devorando el mercado de los PC tras lanzar Windows 95. Fue entonces cuando Gil Amelio, CEO
(Chief Executive Officer) de Apple, decidió comprar NeXT para utilizarlo como sistema operativo de Mac.
Por esas vueltas del destino, Steve Jobs pasó a ser nuevamente asesor y más tarde CEO de la empresa. De
vuelta en casa, nuevamente logró encaminar a su empresa a lo que siempre quiso: hacer amigable a la
tecnología. El éxito de Ipod e Iphone y la creación de una nueva "necesidad" como las tablets Ipad, así lo
demuestran.
Jobs se retiró de su cargo de CEO de Apple en agosto de 2011, un mes y medio antes de su muerte, dejando
como sucesor a Tim Cook y una serie de interrogantes acerca del futuro de la empresa, valorada entonces en
US$ 350 mil millones.
En vida, Jobs apostó siempre al cambio, a la innovación. Gustaba de formar equipos diversos para el diseño
de sus productos, en los que incluía a músicos, poetas, artistas, zoólogos e historiadores. Tras su vuelta a la
cima de Apple cosechó grandes éxitos y pocos fracasos gracias a su visión, plasmada en palabras como las
que le dijo en una oportunidad al ex presidente de Pepsi para convencerlo de trabajar en Apple: ¿Quieres
pasar el resto de tu vida vendiendo agua azucarada o quieres una oportunidad de cambiar el mundo?
Este caso de Liderazgo nos abre algunas interrogantes básicas: ¿Cuál es mi propósito? ¿Estoy transmitiendo
mi propósito a las personas con quienes trabajo? ¿Estoy dispuesto a asumir los costos que implica movilizar
a personas para generar un cambio? ¿Estoy dispuesto a cambiar yo mismo y renunciar a aquellos hábitos,
actitudes y valores que me inmovilizan?

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