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Publicación de interés para aquellas personas

que de una u otra forma estén vinculadas con


el tema de la discapacidad y para el público en BUSCAR
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general.

SECCIONES Estrategias educativo-terapéuticas


Noticias Breves El lenguaje en el autismo
Notas Centrales El autismo desarrolla conductas peculiares en lo que hace al área del
Agenda Nacional lenguaje. Siguiendo a algunos autores destacados, se describen las diversas
formas y las características del discurso autístico, resaltando la necesidad del
Agenda Internacional diagnóstico diferencial como herramienta que posibilite plantear estrategias
Novedades Editoriales de intervención terapéutica y educativas apropiadas.
Red de Discapacidad
El concepto de autismo, desde la descripción realizada
Deportes por Leo Kanner en 1943, ha ido evolucionando hasta
Artes y Espectaculos ser incluido en la clasificación de trastornos del
desarrollo, TGD, en el DSMIV, y de esta manera se
Turismo crea una categoría para distanciarse de la
Staff “esquizofrenia infantil” o “psicosis infantil”.El autismo
es un trastorno del desarrollo que presenta conductas muy peculiares en el
Contáctenos área de la comunicación, en el de las relaciones y en la flexibilidad del
pensamiento.Esta alteración de las conductas, o retraso en la aparición de
Portada de la edición alguna de ellas, se evidencia antes de los 3 años.Los trastornos de la
comunicación forman parte del núcleo central del autismo, y con ello las
impresa alteraciones en el lenguaje son muy significativas. Podemos decir que el nivel
de dominio del lenguaje oral de los autistas es muy variable, puede darse
tanto ausencia de lenguaje, como un lenguaje sofisticado, trastornos como la
ecolalia, o incongruencias pragmáticas.Leo Kanner, al describir el cuadro de
autismo, señaló como una de sus características el mutismo o lenguaje sin
intención comunicativa. En la adquisición del lenguaje en el autismo, según
las investigaciones de varios autores (Riviére, Koegel y Koegel, entre otros)
se puede distinguir 3 niveles:• Niños autistas que no desarrollan ningún tipo
de lenguaje oral.• Niños que adquieren lenguaje con retraso, tanto en la
comprensión como en la expresión.• Niños cuyo lenguaje presenta anomalías
tales como ecolalia, trastornos pragmáticos, alteraciones de la prosodia o del
uso idiosincrásico de determinadas palabras.Podemos decir entonces que lo
que caracteriza el lenguaje en el autista, lo que brinda su especificidad, son
las características generales que adquiere respecto al resto del desarrollo
cognitivo y social, y la disarmonía entre distintos componentes.Es decir, el
contraste entre forma y contenido y la especificidad de los componentes
fonológicos, semánticos, sintácticos y pragmáticos del lenguaje oral,
conforman el llamado “discurso autista”.Si comparamos en estos niños el
lenguaje con su desarrollo cognitivo, podemos decir que las alteraciones en
el lenguaje tienen una estrecha relación con el nivel cognitivo alcanzado y
dichas alteraciones tienden a disminuir proporcionalmente a la gravedad del
cuadro.Es frecuente encontrar en niños autistas de entre 2 y 4 años una
jerga a veces muy elaborada, en lugar de lenguaje; en ocasiones puede
parecer que el niño imitara el lenguaje del adulto, pero está desprovisto de
significado (contenido semántico), asimismo puede intercalar alguna palabra
o frase muy sofisticada, pero que está fuera de contexto.Otra característica
es la ecolalia inmediata o retardada. La primera puede ser fisiológica durante
un cierto período, pero si perdura, puede dar lugar a una sospecha de
autismo.También es característica la ausencia de interlocutor durante largos
discursos que pueden acompañar los juegos infantiles. En estos casos,
aparece un discurso vacío de contenido, con una entonación cuidada,
pueden aparecer entremezclados anuncios televisivos y frases hechas.Es
frecuente en niños autistas la falta de gesticulación o expresión facial al
hablar.Un fenómeno lingüístico característico es el uso del “tú” o el “él” para
sustituir el “yo”, lo que podría considerarse como una forma de ecolalia. Es
posible que este fenómeno esté derivado de la alteración en el aspecto
cognitivo social, propio del autismo.Además de la expresión, suele estar
afectada la comprensión, por lo cual es usual la sospecha de una sordera.Al
categorizar los trastornos del lenguaje en el niño autista, Rapin define
síndromes de déficit lingüístico que no difieren esencialmente de los
descritos en el niño no autista, para lo cual elabora una tabla, en la que
enumera dichos trastornos del lenguaje. Trastornos del lenguaje en niños
autistas1) Agnosia auditiva verbal:Fue descrita por Rapin en 1977. En estos
niños existe una incapacidad para decodificar el lenguaje recibido por vía
auditiva. En los niños autistas con este nivel de afectación no se observan
esfuerzos para comunicarse mediante medios no verbales como dibujos o
gestos, y esto plantea una diferencia con el niño puramente disfásico. Estos
niños utilizan al adulto como un objeto. Es típico que tome la mano de su
madre o sustituto, para dirigirla hacia el objeto requerido, sin mediar una
Registrese a nuestro mirada u otra manifestación para comunicarse. Los autistas con esta
newsletter alteración lingüística son los más severamente afectados, y generalmente el
cuadro está acompañado de retraso mental.2) Síndrome fonológico-
sintáctico:Se expresa por una pobreza semántica y gramatical, acompañada
de una vocalización deficiente, lo cual condiciona un lenguaje poco
inteligible, sobre todo para los adultos no familiarizados con su forma de
hablar. Si bien la comprensión está más o menos alterada, el trastorno se
manifiesta especialmente como un déficit expresivo.Es el trastorno específico
del lenguaje más habitual, tanto entre autistas como los que no lo son, y, a
veces en casos leves, suele confundirse con un retraso simple del
lenguaje.3) Síndrome léxico-sintáctico:En estos casos, está afectada
principalmente la capacidad para evocar la palabra adecuada al concepto o a
la idea. Debido a que se añaden dificultades pragmáticas, es difícil establecer
los límites entre este trastorno y el síndrome semántico-pragmático o el
fonológico-sintáctico.4) Mutismo selectivo:Este trastorno se presenta en
niños que si bien tienen capacidad para hablar normalmente, en
determinadas situaciones tales como en el colegio o ante personas
desconocidas, no utilizan prácticamente ningún lenguaje. Algunos aspectos
de niños que presentan mutismo selectivo son similares a los hallados en
autistas de funcionamiento elevado o con Síndrome de Asperger, por lo que
se considera posible una relación entre estos trastornos. 5) Trastornos de la
prosodia:La prosodia se refiere a los aspectos vinculados a la entonación y al
ritmo que se aplica al lenguaje. Es frecuente observar problemas de este tipo
en niños autistas de funcionamiento alto y en Síndrome de Asperger. Estos
trastornos se suman a otros problemas lingüísticos.En ocasiones, el tono de
voz que utiliza el niño puede producir una sensación de pedantería; en otros
casos, se expresa con una entonación excesivamente aguda, o con formas
de voz muy peculiar, como un lenguaje extravagante.La alteración prosódica
puede considerarse un criterio diagnóstico, al considerar las disfunciones del
lenguaje.6) Síndrome semántico-pragmático:Es el síndrome más estudiado
en niños autistas, su importancia se debe a que no se trata sólo de un déficit
lingüístico sino que es una manifestación lingüística del cuadro autista en su
aspecto social o comunicativo.Rapin y Allen describieron en 1983 el llamado
síndrome semántico-pragmático, pero más tarde, Bishop y Rosembloom
(1987) propusieron modificar la denominación por trastorno semántico-
pragmático, por considerar que más que un síndrome específico, se trata de
un problema muy ligado al autismo.Los aspectos pragmáticos del lenguaje se
sustentan en las habilidades lingüísticas, pero también dependen de las
habilidades cognitivo-sociales del individuo. Es por eso que Bishop consideró
la idea de que los trastornos específicos del lenguaje y trastornos autísticos
no son excluyentes. Los niños con recursos comunicativos relativamente
buenos, pero con falta de habilidades sociales se aproximarían al Síndrome
de Asperger; los niños con relativamente buena relación social pero con
mayor trastorno del lenguaje estarían ubicados en el trastorno semántico-
pragmático y por último, los niños con alteración en los dos sentidos, social y
lingüístico, constituirían los autistas clásicos.Lo más interesante de este
modelo será reconocer que lo que predomina son las formas intermedias,
ubicadas en cualquier punto de este continuo.Algunos estudios recientes de
Gagnon (1997) indicarían que no se puede establecer una clara
diferenciación sintomática entre autistas de funcionamiento alto y niños con
diagnóstico de síndrome semántico-pragmático.Los aspectos pragmáticos del
lenguaje que pueden estar alterados en los trastornos autistas, son:Turno de
la palabra. En una conversación debe haber una reciprocidad, una
alternancia entre quienes hablan, mientras uno habla el otro debe poder
predecir cuándo va a tener su turno para hablar, tanto por la estructura
sintáctica de la frase como por la entonación de su interlocutor.En niños con
trastornos específicos del lenguaje, estas cualidades interpretativas pueden
estar afectadas y condicionar así una conversación.Se ha observado que los
niños autistas tienen dificultad en pasar sucesivamente del rol de “el que
habla” a “el que escucha”, tienden a tener indefinidamente el rol de
hablador; también se ha observado en estos niños dificultad en utilizar el
contacto visual como clave para identificar su turno.Inicios de conversación.
Se debe considerar que para iniciar una conversación o cambiar de tema en
la misma, se requiere de habilidades cognitivo-sociales, es decir, se trata de
saber identificar en qué momento la atención del interlocutor está dispuesta
en actitud receptiva. Es necesario utilizar claves no verbales que indiquen al
interlocutor un inicio de la conversación, estos indicadores pueden ser un
contacto ocular, una entonación significativa o un marcador verbal.También
es necesario que los inicios sean contextualmente adecuados. Estas
habilidades en los niños autistas están alteradas, es decir que ellos tienen
dificultad en los inicios y cambios de conversación; dentro de esta alteración
pragmática se puede incluir su tendencia a reiterar la misma pregunta,
independientemente de la respuesta.Lenguaje figurado. El lenguaje figurado
o formas lingüísticas figuradas, que se utilizan en el lenguaje corriente, se
refiere a: metáforas, dobles sentidos, significados implícitos y formas de
cortesía. El niño autista presenta serias dificultades para comprender un
lenguaje figurado, con estas características, ya que para ello se requiere una
interpretación más allá de las palabras, es decir, una interpretación no de lo
que se dice, sino de lo que se quiere decir.También en este caso están
involucradas habilidades lingüísticas y habilidades sociales.En los niños
pequeños, la ausencia de lenguaje, las alteraciones en la comprensión y
expresión del mismo, puede llevar a la confusión entre un caso de agnosia
auditiva verbal y un caso de autismo no verbal.En estos casos, la ausencia
de lenguaje, las dificultades en la comprensión traen como consecuencia
alteraciones en la atención y en sus vínculos sociales, aspectos que se
observan tanto en niños autistas no verbales como en el caso de otras
alteraciones del lenguaje.Para lograr un diagnóstico diferencial, será cuestión
de analizar, además de las conductas del lenguaje antes señaladas, otros
aspectos, como por ejemplo la actitud comunicativa que el niño desarrolla
con su interlocutor, o los intentos no verbales para comunicarse y para
compartir con el adulto una actitud o algo de interés.También es importante
tener en cuenta la expresión de la mirada, el intento de averiguar la
intención del otro, su expresión facial o la expresión de sus emociones y
deseos. El gesto protoimperativo, es decir, el gesto de señalar algo para
pedir algo, a veces presente en niños autistas, siempre aparece en niños con
disfasia; en cambio, el gesto protodeclarativo tendiente a compartir con otro
algo de interés o emociones (por ej. “mirá”) está ausente en niños
autistas.Sin lugar a dudas, para realizar un diagnóstico diferencial que
permita plantear una estrategia de tratamiento adecuada será necesario
observar al niño en su evolución.El debate se ha planteado también entre lo
que algunos autores han denominado trastorno pragmático del lenguaje
(descrito anteriormente) y el caso de niños autistas. Ya que los elementos
lingüísticos son comunes a ambos, será necesario entonces observar la
presencia o ausencia de otros síntomas que sí definen al autismo, como lo
son las alteraciones en la conducta y en las relaciones sociales.Otro aspecto
a considerar en el diagnóstico diferencial es el juego simbólico, que es
fundamental en el desarrollo subjetivo. Pero lo tanto, en el autismo como en
casos de disfasia o en niños con desarrollo cognitivo pobre, se señala su
ausencia o empobrecimiento.En el autismo habitualmente el juego simbólico
es reemplazado por conductas repetitivas o manipulaciones funcionales.En la
disfasia receptiva, donde el trastorno aparece en la comprensión, también
aparecen alteraciones en la conducta de relación ya que el sujeto no
comprende lo que se le dice y tiene dificultad para hacerse entender; como
consecuencia, aparecen tendencia al aislamiento, falta de atención en
relación al lenguaje de los otros, hay déficit de atención,
hiperactividad.Algunos casos graves de disfasia están vinculados a un retraso
mental. Para finalizarEste trabajo pretende considerar, en forma descriptiva,
las alteraciones del lenguaje en el autismo y otros trastornos del desarrollo,
desde la perspectiva de algunos autores, y subrayar la importancia de un
diagnóstico diferencial que permita plantear una adecuada intervención
educativa y/o terapéutica.Quizá pensar un diagnóstico diferencial sea el
aspecto más complejo, dado que lo que predomina en la clínica son las
formas intermedias, pero debemos tener en cuenta que a la hora de realizar
un diagnóstico será fundamental observar la conducta del niño en su
contexto y en su evolución. Dora Samperio* * Dora Samperio es Psicóloga,
integrante del equipo interdisciplinario de una Escuela de Educación
Especial.E-mail: edicionesgruni2@ sinectis.com.ar Bibliografía consultada:-
“El lenguaje en los trastornos autistas”, de Joseph Artigas, Rev. de
Neurología, 1999.- Niños con trastornos pragmáticos del lenguaje y de la
comunicación, Mac Monfort y A. Juárez, 2004.- El tratamiento del autismo.
Nuevas perspectivas, Ángel Riviere.

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TERAPIA DE LENGUAJE EN PERÚ

El presente blog que tiene como objetivo presentar, un espacio de intercambio de comentarios,
sugerencias, consultas y respuestas a interrogantes y dudas sobre los problemas de audicion ,voz,
habla , lenguaje y motricidad oral en el niño, mediante los cuales se puedan organizar criterios de
prevención, evaluacion, diagnóstico y tratamiento que permitan realizar un trabajo
interdisciplinario en aras del infante con algun problema o discapacidad

viernes, diciembre 04, 2009

EJERCICIOS MOTORES PARA ESTIMULAR EL LENGUAJE VERBAL


Muchas veces nos preguntamos ¿por qué mi hijo que ya tiene en terapia tantos meses y sigue
pronunciando mal?, esto se debe a que muchas veces el tono muscular disminuido o aumentado
contribuye a el mal funcionamiento de las estructuras anatomicas que permiten la adecuada
pronunciacion, por ello paso a detallar algunos ejercicios que nos ayudaran a mejorar este aspecto
muscular:

Ejercicios Musculares:
Cuando el niño presente un retraso evidente en la emisión de los fonemas se puede aplicar las
siguientes sugerencias, es conveniente realizar estos ejercicios sentándolo al niño frente a un
espejo.

Para labios
· Desviar la comisura de los labios lo mas fuerte posible hacia la izquierda y luego hacia la derecha.
· Estirar los labios hacia delante como para hacer la mueca del beso.
· Ejecutar los movimientos anteriormente indicados, con los labios juntos, entreabiertos y
abiertos.
· Desviar , lateralmente , todo lo posible la mandíbula manteniendo los labios juntos
· Abrir y cerrar los labios cada vez mas de prisa, manteniendo los dientes juntos.
· Oprimir los labios uno con otro, fuertemente.
· Bajar el labio inferior, apretando bien los dientes
· Morder el labio superior y finalmente , morderse los dos al mismo tiempo
· Hacer una mueca lateral a pesar de que el dedo índice de la profesora le oponga resistencia.
· Colocar los labios como para producir fonemas, empleando láminas de los diferentes puntos de
articulación de cada fonema.
Para las mejillas
· Inflar las mejillas, simultáneamente
· Inflar las mejillas, alternadamente, pasando por la posición de reposo; realizarlo,
alternativamente en 4 tiempos de 5 repetiicones.
· Inflarlas, alternativamente, sin pasar por la posición de reposo, en dos tiempos.
· Entrar las mejillas entre las mandíbulas
· Inflar las mejillas, a pesar de la oposición de los dedos de la profesora.

Para agilizar la lengua


· Sacar la lengua y levantarla lo mas alto posible y luego, bajarla al máximo.
· Mover, lateralmente , la punta de la lengua, al lado izquierdo y al derecho
· Repetir los movimientos anteriores en dos , tres y cuatro tiempos
· Hacer describir una circunferencia fuera de la boca con la punta de la lengua, primero en forma
lenta y luego continuar en forma mas rápida
· Colocar la punta de la lengua en distintos puntos del paladar y volverla a su posición natural.
(ayudar a tomar conciencia de los distintos puntos del paladar, tocándoselo con un implemento
adecuado como hisopo o dedal)
· En el interior de la boca, llevar la lengua en todas las direcciones
· Hacer pasar la lengua entre los dientes y entre los labios de izquierda a derecha
· Manteniendo la punta de la lengua apoyada detrás de los incisivos inferiores, sacar la parte
media de la lengua lo más posible.
· Emitir los fonemas /n/, /d/, /t/, /r/, /l/, /s/, /ch/ y pídele que observe que al emitirlos no cierra
sus labios, sino que coloca la punta de la lengua en el paladar.
· Hacer emitir los fonemas: /k/, /g/, /j/ y pedirle que observe que al producirlos no cierra los labios
ni usa la punta de la lengua. Se le puede explicar que estos sonidos se producen atrás de la lengua
· Sacar y meter la lengua alternativamente , al principio con lentitud y después con mayor rapidez
· Abrir la boca y sacar la lengua y adherirla a su parte media contra los incisivos y luego contra los
inferiores
· Tocar la cara inferior de las mejillas alternativamente, con la punta de la lengua.
Para soplar (Estimula los músculos periorales y de las mejillas)
· Soplar todo tipo de juguetes o instrumentos musicales y solicitarle que sostenga el aire el
máximo de tiempo.
· Hacer burbujas.
· Inflar globos.
· Jugar con trocitos de algodón, el niño debe soplar para sostenerlo en el aire.
· Pedirle que sople una pelota de tecnopor u otros objetos pequeños en una superficie plana para
que la pelota corra.
· Soplar velas, alejándolos gradualmente, para graduar la fuerza del soplo se le pide que sople lo
suficiente para mover la llama sin apagarla
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AUTISMO

¿Qué es el autismo infantil?


Una de las alteraciones más graves del desarrollo, la conducta y la comunicación en la
primera infancia es la que se conoce con el nombre de "autismo infantil precoz". Son
muchas las personas que desconocen las características de esta "enfermedad" o, peor
aún, están mal informadas sobre ellas. Lo primero que hay que hacer para ayudar de
algún modo a las personas autistas es conocer qué es el autismo, en qué consiste esa
perturbación que presentan algunos (bastantes) niños y adultos y que constituye un serio
problema personal, familiar y social que requiere la ayuda y la colaboración de todos.

¿Qué es el autismo?
La pregunta es difícil de contestar porque nadie lo sabe del todo. Es decir: no conocemos
aún las verdaderas causas de esta "enfermedad", que afecta aproximadamente a 4 ó 5
niños por cada 10.000 nacidos y es cuatro veces más frecuente en varones que en niñas.
Lo que sí conocemos son los "síntomas" de la alteración, sus manifestaciones visibles
"desde fuera". Vamos a referirnos a ellas.
Estas manifestaciones o síntomas comienzan siempre antes de los tres años de edad y,
en ocasiones, desde el nacimiento, aunque en el primer año suelen ser poco claras,
haciendo difícil el diagnóstico de autismo en esta época de la vida. Hay algunos niños en
que el autismo se manifiesta después de un período de desarrollo aparentemente normal.
En cualquier caso, los primeros síntomas del autismo suelen ser "insidiosos" y poco claros
y es frecuente que provoquen, en los padres y familiares de los afectados, un vago
sentimiento de intranquilidad y temor más que una actitud eficaz de búsqueda de ayuda
profesional.
Muchas veces, lo primero que se observa es una gran pasividad en el niño, que tiende a
permanecer ajeno al medio, absorto, poco sensible a las personas y a las cosas que hay a
su alrededor. En otras ocasiones, el niño se muestra, por el contrario, muy excitable y llora
casi constantemente sin ninguna razón aparente. Frecuentemente, el primer temor que
tienen los padres es el de que el niño pueda ser sordo, debido a su falta de interés por las
personas y el lenguaje. Pero la "sordera aparente" se acompaña de otros síntomas:
muchas veces, las acciones del niño se limitan cada vez más, convirtiéndose en
"estereotipias", que son movimientos "extraños" y repetidos con las manos, los ojos, la
cabeza o todo el cuerpo (por ejemplo, balanceándose una y otra vez). Al mismo tiempo,
las conductas más "positivas" (sus juegos, imitaciones, gestos comunicativos) no llegan a
desarrollarse o se pierden progresivamente. Casi siempre, estos primeros "síntomas" se
acompañan de otras alteraciones muy perturbadoras para las personas que rodean al niño
autista, como los problemas persistentes de alimentación, falta de sueño, excitabilidad
difícilmente controlable, miedo anormal a personas y sitios extraños, tendencia a no mirar
a las personas y a evitar o permanecer indiferente a sus abrazos y mimos, etc.
Es frecuente que, desde muy pronto, el niño autista muestre una gran resistencia a los
cambios de ambientes y rutinas habituales, reaccionando a ellos con fuertes rabietas y
tratando de evitar cualquier clase de cambios. Es como si pretendiera mantener el medio
siempre constante. Este síntoma es el más característico, junto con el aislamiento, la
evitación de las personas o indiferencia hacia ellas. Muchas veces se describe al niño
como "encerrado en una campana de cristal", una especie de muralla invisible que le
separa de las personas. La "comunicación intencionada", activa y espontánea, que suele
desarrollar el niño normal desde los 8-9 meses, a través de sus gestos y vocalizaciones
prelingüísticas, se ve muy perturbada o limitada en los niños autistas. La falta de sonrisa
social, mirada a las personas, gestos y vocalizaciones comunicativas, la falta de "apego",
en una palabra, es la característica más evidente de su conducta.
Estas dificultades se manifiestan, con más claridad aún, a partir del año y medio o los dos
años, edad en que los niños normales hacen progresos muy rápidos en la adquisición del
lenguaje. Algunos niños autistas tienen un desarrollo normal, que llega, incluso, a la
adquisición de un lenguaje funciona] y "correcto", que luego se perderá o alterará
seriamente con el desarrollo de la enfermedad. En otros muchos, el momento del lenguaje
marca ya claramente el paso de las preocupaciones más inconcretas de la etapa anterior -
por parte de los padres- a un temor más definido, que suele llevarles a buscar el consejo y
la ayuda de los especialistas. Con frecuencia ocurre que, en esta edad de desarrollo del
lenguaje, el niño se muestra aún más claramente aislado, excitado, encerrado en
estereotipias o conductas rituales, falto de juego, incomunicado y no desarrolla el lenguaje
o bien adquiere un lenguaje muy perturbado. En ocasiones llega a decir palabras
repetitivas y sin sentido, en otras permanece "mudo", en algunas adquiere con
extraordinaria lentitud un lenguaje más funcional. Además no parece interesarse por el
lenguaje de los demás y, muy frecuentemente, no comprende más que órdenes muy
simples o rutinas muy repetidas. A veces, no parece comprender nada. Es importante
recordar que las alteraciones y deficiencias del lenguaje se dan, de un modo o de otro, en
todos los niños autistas. Es decir, constituyen uno de los criterios para diagnosticar la
enfermedad.
El período que se extiende entre los 18 meses y los 4 ó 5 años es extraordinariamente
importante para el niño normal: en él desarrolla su lenguaje, se integra activamente en el
ámbito social de la familia y la escuela, asegura sus recursos efectivos y emocionales,
adquiere conceptos y progresa en sus habilidades de pensamiento, memoria, etc. Sin
embargo, ésta suele ser la etapa más difícil y alterada de los niños autistas. Es frecuente
que, a las deficiencias de su lenguaje, capacidad de emplear símbolos, comunicación y
acción, se añadan nuevos problemas de conducta o se acentúen los que existían
previamente. Pueden aumentar las "estereotipias", dificultades de alimentación y sueño,
rabietas y resistencias a los cambios, muestras de excitación y ansiedad inexplicables. El
niño puede permanecer largas horas ajeno a las personas y a otros estímulos del medio,
realizando unas mismas acciones repetitivas, sin juego ni conductas de exploración.
Además puede mostrar claras dificultades para aprender a través de la imitación y de la
observación de la conducta de los demás.
Resulta difícil explicar con palabras la Rimportancia y amplitud de las alteraciones de los
niños autistas en esta etapa. El lector puede imaginar a un niño encerrado en sí mismo,
indiferente a los demás, ajeno a los estímulos, repitiendo una y otra vez unas mismas
acciones sin sentido aparente. Pueden aparecer "autoagresiones". Es decir, conductas
consistentes en golpearse a sí mismo. A veces, algunos niños autistas permanecen
durante horas mirándose las manos, o balanceándose, poniendo los dedos o manos en
posiciones extrañas. También podemos observar extrañas respuestas a los estímulos del
medio: niños que parecen sordos pero se extasian con ligeros ruiditos o con música, o que
hacen girar objetos y se estimulan con cosas sin significado, ignorando a las personas,
evitando su contacto, ajenos a sus palabras y expresiones emocionales... en realidad el
niño parece estar "solo", aunque los demás estén con él, y su dificultad para usar y
comprender gestos y lenguaje acentúan esta impresión. Al observador ajeno le
desconciertan, generalmente, estas alteraciones en un niño que, por otra parte, suele
tener una apariencia sana y normal y, frecuentemente, una expresión inteligente.
Cuando el niño autista tiene esta edad (entre 2 y 5 años) es cuando la familia suele
encontrar alguna ayuda profesional, después de muchas consultas a diversos
especialistas. Se considera generalmente que el diagnóstico precoz es un factor
importante para ayudar eficazmente a los niños autistas, sin embargo es raro que los
cuadros de autismo sean diagnosticados antes de los 18 meses.
¿Cuál es la evolución posterior del autismo?
En general, la escolarización adecuada del niño, las sesiones individuales de tratamiento y
la ayuda psicológica y médica contribuyen a que la evolución sea positiva (aunque,
generalmente, lenta) entre los 5 años y la adolescencia. Suele disminuir la excitación del
niño y sus rabietas, estereotipias y autoagresiones (en caso de darse). Adquiere algunas o
muchas habilidades intelectuales y de autonomía y lenguaje, en algunos casos. Se hacen
menores sus dificultades de comunicación. Pero esta evolución es muy variable de unos
niños a otros, como son muy variables los niveles de capacidad intelectual, lenguaje,
autonomía de los niños autistas y la gravedad y, frecuencia de sus alteraciones de
conducta. En los extremos hay un número limitado de niños con una evolución muy
positiva o que no desarrollan apenas sus capacidades. En líneas generales, lo que ocurre
es que la persona que padece autismo mantiene su alteración, aún cuando los síntomas
puedan atenuarse.
La adolescencia se acompaña de una acentuación de la evolución positiva en unos casos
y de la aparición de nuevas dificultades en otros. Debemos tener en cuenta que éste es un
período relativamente frágil en el desarrollo de todas las personas. También lo es en los
autistas. Puede aumentar de nuevo su excitación, su ansiedad y las alteraciones de
conducta. A veces, reaparecen autoagresiones, rituales y estereotipias o se presentan
crisis epilépticas. Pero en muchos casos, se acentúa la evolución favorable.
¿Y el autista adulto?
En la mayor parte de los casos sigue Erequiriendo asistencia y ayuda profesional. Muy
raras veces llega a desarrollar un trabajo independiente y productivo. Más infrecuente aún
es que llegue a vivir con independencia. En la mayoría de los casos, los autistas adultos
necesitan ser atendidos de forma muy continuada para garantizar su bienestar psicológico,
protegidos en sus actividades laborales, ayudados por personas cercanas y profesionales.
En general, los autistas adultos requieren ambientes poco complejos, ordenados y fáciles
de comprender.
El autismo fué definido por primera vez en 1943, por un psiquiatra austríaco llamado Leo
Kanner. Desde entonces se han realizado muchas investigaciones buscando la causa de
esta alteración. Ya hemos señalado que estas causas aún no se conocen. Sin embargo,
los estudios realizados permiten llegar a algunas conclusiones que contradicen opiniones
mantenidas durante varios años. Por ejemplo, la mayoría de los investigadores están de
acuerdo en que el autismo no es una alteración de origen psicológico o familiar, sino
biológico. Se han investigado y encontrado alteraciones neurofisiológicas,
neuroanatómicas, bioquímicas, inmunológicas de diversas clases. Los resultados actuales
no son definitivos pero sí prometedores. Algún día se conocerán mejor las causas del
autismo y ésto quizá lleve a una terapia más eficaz. Pero actualmente, aunque
desconozcamos sus causas principales, ya podemos ayudar a las personas con autismo y
a sus familias.
Con este objetivo de ayuda se creó en 1976 la Asociación de Padres de Niños Autistas
(APNA) de España y se desarrollaron los servicios que esta Institución presta.

RECUERDA

· El autismo es una alteración severa del desarrollo y la comunicación que aparece antes
de los 30 meses.
· Se dá en 4 niños por cada 10.000 y es cuatro veces más frecuente en varones que en
niñas.
· Se desconocen sus causas, aunque la mayoría de los investigadores están de acuerdo
en que estas son de origen biológico.
· Hay cuatro características fundamentales que presentan todas las personas que padecen
autismo:
1. La alteración aparece precozmente.
2. Tienen severas dificultades de comunicación y relación.
3. Su lenguaje presenta alteraciones y deficiencias.
4. Realizan acciones "ritualizadas"; se resisten a los cambios en el medio.
· La inteligencia de las personas con autismo puede ser muy variable, oscilando desde la
normalidad a una deficiencia profunda con características especiales.
· Todos los autistas se caracterizan por un desarrollo disarmónico en las distintas áreas de
funcionamiento psicológico.
· El autismo puede manifestarse desde el comienzo de la vida o después de una evolución
normal en el periodo de 0 a 30 meses.
Los síntomas más frecuentes son:
Del nacimiento a los 18 meses:
· Alteraciones del lenguaje o falta de este.
· Excitación, ansiedad difícilmente controlable.
· Resistencia a distintas clases de cambios.
Movimientos repetitivos (estereotipias) con las manos, cabeza, cuerpo... etc.
· Escaso desarrollo de respuestas de autonomía en el vestido, control de esfínteres... etc.
· Frecuentemente se presentan autoagresiones.
· Falta de imitación, simbolización y juego.
Dificultades de relación
Despúes de los 4-5 años.
· Dificultad o imposibilidad de manejar símbolos.
· Persistencia de alteraciones del lenguaje.
· Tendencia al aislamiento y dificultades importantes de relación.
A pesar de las graves dificultades de comunicación y conducta que tienen las personas
con autismo, tenemos recursos para ayudarlos, a ellos y a sus familias. El primero de
estos recursos es la educación. Como cualquier niño, el niño autista puede y debe ser
educado. Para ser eficaz, su educación tiene que ser, casi siempre, muy personalizado y
realizada por personas con un alto grado de especialización y profesionalidad y, desde
luego, de comprensión y de entrega. Es necesario, además, que los educadores de los
niños autistas posean un conocimiento profundo de técnicas y procedimientos capaces de
desarrollar y ayudar a los niños. El objetivo de los educadores es el mismo que tienen las
personas que educan a otros niños: hacerles más felices, más humanos, más capaces,
más independientes, más comunicativos. Pero, en el caso de los niños autistas, estos
objetivos sólo pueden lograrse, en muchos casos, cuando el niño es atendido de forma
muy exclusiva y eficiente por el educador. Por eso, en los colegios de los niños autistas
sólo hay tres o cuatro alumnos por profesor. Esto encarece mucho la educación (más, si
tenemos en cuenta las necesidades de psicoterapia individualizada, tratamiento del
lenguaje, psicomotricidad, etc.) pero es la única manera de lograr el desarrollo de muchos
de los niños autistas. Hay niños, en realidad, que sólo aprenden cuando hay un profesional
dedicado exclusivamente a ellos. Otros, en cambio, pueden llegar a integrarse en colegios
normales y beneficiarse de esta experiencia. La mayoría necesita, durante mucho tiempo,
una educación cuidadosamente programada, en un ambiente estable, familiar y con muy
pocos niños.
Otra necesidad fundamental es la que tienen las familias de recibir orientación, formación y
ayuda. Debido a las alteraciones de los niños autistas, sus familiares están sometidos a
serias situaciones de tensión y es fácil que desarrollen sentimientos de frustración e
impotencia si no reciben la ayuda profesional adecuada. La orientación, asesoramiento y
formación de las familias son también necesarias para que el niño se desarrolle realmente,
ya que una de las características de los niños autistas es su dificultad para "generalizar los
aprendizajes" escolares a las situaciones extraescolares.
Por eso, es necesario que se mantenga una "consistencia" entre las pautas familiares y las
escolares. Las experiencias de "escuelas de padres", asesoramiento familiar, formación de
las familias en los procedimientos para tratar y educar a los niños autistas, son tan
necesarias como los propios centros educativos.
Naturalmente, los niños autistas requieren asistencia psicológica y médica. Su aislamiento,
alteraciones de conducta, dificultades especiales y de alimentación y sueño, problemas de
comunicación y lenguaje, perturbaciones de atención y deficiencias de aprendizaje,
imitación, juego, relación, etc. exigen una supervisión frecuente y la orientación de
psicólogos y médicos. Podemos decir que los procedimientos psicológicos y médicos
deben estar coordinados e integrados con los educativos para conseguir objetivos
eficaces. Todo ello exige la formación de profesionales especializados en autismo,
capaces de comprender y tratar las importantes alteraciones que presentan las personas
con autismo.
En muchos casos, la supervisión y el tratamiento tienen que ser mantenidos durante toda
la vida del autista. Este hecho plantea la necesidad de crear centros adecuados para los
adultos autistas, ambientes ajustados a sus necesidades. Esta es una de las necesidades
mas urgentes que tenemos actualmente: la de poder completar la labor educativa y
terapeútica con centros de adultos en que estos puedan sentirse lo mejor posible, ejercer
la autonomía alcanzada, realizar actividades que llenen su vida de sentido y permitan
subdesarrollo emocional. Algunos autistas se desarrollan hasta el punto de poder
integrarse prácticamente en el complejo mundo de las personas "normales", pero otros
muchos tienen que ser asistidos, ayudados, orientados durante toda la vida. Para las
familias de muchos es una grave preocupación el pensar en el futuro, en el momento en
que los padres falten, en la actual carencia de centros adecuados para atender a las
necesidades del autista adulto.
La educación, el asesoramiento familiar, la atención psicológica y médica, la creación de
centros e instituciones que puedan atender a los adultos son las necesidades a corto plazo
de los autistas. El recurso principal de ayuda a largo plazo es la investigación. La
esperanza de curación del autismo depende de los esfuerzos y avances de los
investigadores en la búsqueda de causas y procedimientos terapeúticos. Hasta ahora, el
autismo ha sido "reacio" a mostrar sus secretos y es aún muy desconocido en sus
mecanismos íntimos, pero esto no debe llevar a pesimismo o a abandonar los esfuerzos
de investigación. Sus resultados pueden ser a largo plazo pero tienen una importancia
fundamental.
Finalmente, la última necesidad esencial de Flas personas autistas es la de ser
comprendidas y aceptadas. Es decir, es preciso desarrollar una mayor sensibilidad social
hacia sus problemas y necesidades. Cada uno de nosotros puede contribuir a ello con sus
recursos intelectuales, emocionales y materiales. Muchos de los problemas de las
personas con autismo se resolverán cuando todos nos convenzamos de que el autismo no
es ajeno a nosotros y exige la colaboración de todos los que puedan sentirse integrados
en la empresa de incorporarse a los demás a un mundo significativo y humano.

RECUERDA

Entre las necesidades más importantes de las personas autistas y sus familias están las
siguientes:
1. Educación adecuada e individualizada.
2. Orientación, formación y ayuda a las familias.
3. Asistencia psicológica y médica.
4. Creación de centros para adultos autistas.
5. Investigación de las causas y tratamiento del autismo.
Conciencia social de la problemática de las personas autistas y sus familias.

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