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“Las leyes de Manu” es la designación Inglesa aplicada comúnmente al "Manava Dharma-sastra",

un métrico compendio Sánscrito de las antiguas leyes y costumbres sagradas mantenidas en la


más alta reverencia por los adherentes ortodoxos del Brahmanismo. Los propios Brahmanes
atribuían a la obra origen divino y una remota antigüedad. Su supuesto autor es Manu, el mítico
sobreviviente del Diluvio y padre de la raza humana, el maestro primitivo de los ritos y leyes
sagrados, que disfruta ahora en los cielos de la dignidad de una omnisciente deidad. Los versos de
apertura de la obra relatan cómo en tiempos antiguos se acercaron reverentemente a Manu diez
grandes sabios y le pidieron que les manifestara las sagradas leyes de las castas y cómo él
graciosamente accedió a su requerimiento haciendo que el erudito sabio Bhrigu, a quien él había
enseñado cuidadosamente enseñado los institutos métricos de la ley sagrada, les entregara esta
instrucción preciosa. La obra por lo tanto pretende ser el dictado de Manu a través Bhrigu; y como
Manu mismo las había aprendido del auto-existente Brahma, su autoría se pretende divina. Esta
pía creencia Brahmánica con relación al origen divino de las “Leyes de Manu” no es naturalmente
compartida por los especialistas en estudios Orientales del mundo occidental. Aún la bastante
remota fecha asignada a la obra por Sir Willam Jones, 1200-500 A.C., ha sido generalmente
abandonada. El peso de la autoridad en el presente se inclina por la opinión de que el trabajo, en
su forma métrica actual, data probablemente del primer o segundo siglo de la era Cristiana,
aunque podría ser un siglo o dos más viejo. A la mayoría de sus contenidos, sin embargo, se le
podría dar con seguridad una mucha mayor antigüedad. Los estudiosos están ahora bastante de
acuerdo en que la obra es una reformulación en verso de una “Dharma-sutra”, que no existe más,
y que podría haber existido tan tempranamente como en 500 A.C.

Los sutras eran manuales compuestos por los maestros de las escuelas Védicas para guía de sus
alumnos. Ellos resumían en aforismos, mas o menos metódicamente arreglados, la enormemente
complicada masa de reglas, leyes, costumbres, ritos, que el Brahmán estudiante tenía que saber
de memoria. Cada escuela Védica de importancia tenía sus apropiados sutras, entre los cuales
estaban los "Grihya-sutras", que tenían que ver con las ceremonias domésticas, y los "Dharma-
sutras", que trataban de las leyes y costumbres sagradas. Un considerable número de estos han
sido preservados, y forman parte de la literatura sagrada Brahmanica. En el curso del tiempo,
algunas de los más antiguos y populares "Dharma-sutras" fueron ampliados en sus alcances y
llevados a una forma métrica constituyendo los así llamados “Dharna-sastras”. De estos el más
antiguo y el más famoso es las “Leyes de Manu”, el "Manava Dharma-sastra", llamado así según
piensan los estudiosos, debido a que esta basado en el "Dharma-sutra" de la antigua escuela
Manava. La asociación del sutra original con el nombre Manava parece haber sugerido el mito de
que Manu fue su autor, y este mito, incorporado en el métrico "Dharma-sastra", probablemente
tuvo la utilidad de asegurar al nuevo trabajo aceptación universal como un libro de revelación
divina.

Las “leyes de Manu” consiten en 2648 versos, divididos en doce capítulos. En el primer capitulo es
relatada la creación del mundo mediante una serie de emanaciones de una deidad auto existente,
el origen mítico del libro mismo, y la gran ventaja espiritual a ganar mediante el estudio devoto de
sus contenidos. Los capítulos dos a seis inclusive relatan el modo de vida y la regulación de la
conducta apropiada a los miembros de las tres castas superiores, que han sido iniciados in la
religión Brahmánica mediante la ceremonia de remoción de los pecados conocida como la
investidura con la cuerda sagrada. Primero es descripto el período de estudiante, un tiempo de
disciplina ascética dedicada al estudio de los Vedas bajo un maestro Brahmán. Luego son recitadas
las principales obligaciones del dueño de casa, su elección de una esposa, casamiento, el
mantenimiento del fuego sagrado, sacrificios a los dioses, fiestas para sus familiares que partieron,
ejercicio de la hospitalidad. También las numerosas restricciones, regulando su conducta diaria,
son discutidas en detalle especialmente en lo relativo a su ropa, comida, relaciones conyugales, y
limpieza ceremonial. Después de esto viene la descripción del tipo de vida exigida a aquellos que
eligen pasar sus años de declinación como ermitaños y ascéticos. El séptimo capítulo da cuenta de
la dignidad divina y de las diversas obligaciones y responsabilidades de los reyes, ofreciendo en
conjunto un alto ideal del oficio real. El capítulo octavo trata del procedimiento en los pleitos
civiles y criminales y del castigo apropiado que deberán enfrentar las diferentes clases de
criminales. Los siguientes dos capítulos hacen conocer las costumbres y leyes que gobiernan el
divorcio, la herencia, los derechos de propiedad, las ocupaciones legales de cada casta. El capítulo
once se ocupa principalmente de los varios tipos de penitencia a que deben someterse aquellos
que quieren liberarse de las malignas consecuencias de sus malas acciones. El último capítulo
expone la doctrina del karma, involucrando renacimiento en la escala ascendente y descendente,
de acuerdo a los méritos o deméritos de la vida presente. Los versos de cierre están dedicados al
esquema panteísta de salvación que conduce a la absorción en la todo-envolvente deidad
impersonal.

Las “Leyes de Manu” ofrecen, por lo tanto, una interesante fotografía ideal de la vida doméstica,
social y religiosa en la India bajo la influencia de los antiguos Brahmanes. El cuadro tiene sus
oscuridades. La dignidad de la casta Brahmánica fue grandemente exagerada, mientras de la casta
Sudra fue tan despreciada como para ser excluida bajo pena de muerte de la participación de la
religión Brahmánica. Los castigos por crímenes y delitos menores eran más livianos cuando se
aplicaban a infractores de la casta Brahmànica, y aumentaban en severidad para los culpables que
era miembros de las castas de los guerreros, granjeros y siervos respectivamente. La mayoría de
las formas de industria y práctica de la medicina eran despreciadas y estaban prohibidas para los
Brahmanes y los guerreros. Se sostiene que la mente de la mujer es voluble, sensual, e incapaz de
una apropiada auto-dirección. Por lo tanto se establecía que la mujer debía ser mantenida en una
estricta sujeción hasta el fin de sus vidas. No les era permitido aprender ninguno de los textos
Védicos, y su participación en los ritos religiosos era limitada a unos pocos actos insignificantes. Se
atribuían penitencias que implicaban culpa a las transgresiones no intencionales de la ley, y había
una irremediable confusión de deberes de conciencia con costumbres tradicionales y restricciones
en gran parte supersticiosas y absurdas, Sin embargo, pese a esto, las enseñanzas éticas de las
“Leyes de Manu” son muy importantes, y abarcan casi todas las formas de obligaciones morales
reconocidas en la religión Cristiana

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