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¿Buscando un Inca en la Amazonía Peruana?

Discursos de reconstrucción de la
memoria colectiva de parte del gobierno local: A propósito de la imagen de Juan Santos
Atahualpa
Por Víctor Rojas Hervacio1

Resumen
Este artículo aborda la visión de parte de algunos actores sociales sobre la imagen de
Juan Santos Atahualpa en la selva central, encontramos aproximaciones sobre la construcción
de identidades locales en base a un personaje histórico en sociedades de colonos de la
Amazonía Peruana.

1. Introducción
El presente trabajo pretende ser una aproximación a la reconstrucción de los discursos
que adquieren hoy en día los movimientos históricos en la selva central de parte del gobierno
local; para este caso, abordamos el movimiento de Juan Santos Atahualpa y nos ubicamos
geográficamente en las ciudades de La Merced y Santa Ana (Provincia de Chanchamayo,
Región Junín) para describir esta construcción identitaria.

La idea de investigar este tema surge por la inquietud de saber, si algunas


organizaciones sociales que habían adquirido el nombre de Juan Santos tenían presente la
importancia de tal denominación o formaba parte sólo de un cliché local. Para ello, se viajó a
las ciudades antes mencionadas y se logró entrevistar a algunos pobladores, funcionarios
municipales e investigadores de la zona, quienes nos dieron su percepción de cómo se
reconstruyen estos nuevos discursos en la actualidad. Finalmente, lo que encontramos en este
artículo es el discurso de parte de un funcionario del gobierno municipal en cuanto a la
preservación de esa memoria colectiva, a través de un discurso que describimos por la
reconstrucción de “artefactos” como los monumentos o plazas con la imagen de Juan Santos
Atahualpa.

La primera parte del trabajo cuenta con un balance bibliográfico sobre el origen y
desarrollo del movimiento de Juan Santos Atahualpa, luego se aborda el mensaje milenarista

1
Bachiller de Antropología de la UNFV. Actualmente estudiante de la Maestría de Antropología en la
PUCP y Jefe de Practicas de la Facultad de Humanidades de la UNFV. Contacto:
vrojash10@gmail.com

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y simbólico que representó este movimiento en la selva central, posteriormente presentamos
algunos datos recogidos en la observación participante que se efectúo, finalmente las
conclusiones y posibles preguntas para una investigación posterior.

2. Relatos sobre el origen y el movimiento de Juan Santos Atahualpa


A continuación algunos puntos comunes con respecto al origen de Juan Santos
Atahualpa, existe un consenso en cuanto a su procedencia: la sierra sur. Para Guzmán (2008),
Juan Santos Atahuallpa fue un caudillo mestizo nacido en Cuzco, en el año 1710, quien
recibió educación de los jesuitas y aprendió castellano y latín. Por otro lado, Amich refiere
que era del Cusco y da algunas referencias de su apariencia física: “Su estatura era más que
mediana, su color pálido amestizado fornido de miembros el pelo cortado al modo de los
indios de Quito, la barba con algún bozo y su vestido una cushma” (Amich, 1973: 180). De
La Torre (1994) recoge una crónica sobre el testimonio de dos negros fugitivos que informan
a Fray Manuel del Santo y Fray José Cabanes que:

“…viene este indio, que dice ser Inca del Cuzco (llamado Atahualpa) traído por el río
por un curaca simirichi, que se llama Bisabequi; y dice que deja en el Cuzco a tres
hermanos, uno mayor que él y otros dos menores; y que él tendrá poco mas de 30 años;
que su casa se llama Piedra. Su animo, es dice, cobrar la corona que le quito Pizarro y
los demás españoles, matando a su padre (que así se llamaba al Inca) enviando su
cabeza a España” (De la Torre López, 1994:518).

Queda claro que Juan Santos Atahualpa apareció en la selva central procedente de otro
lugar; para la mayoría, del Cuzco pero para otros de Quito, ya que los nombres de los incas
del siglo XVI, Atahuallpa y Huayna Cápac, estaban muy vinculados con Quito, y Juan Santos
usaba ambos nombres. Así, Amich (1975:156) comenta que Juan Santos llevaba el cabello
cortado como los indios de Quito, lo que nos complementa las características físicas del líder
nativo.

Sobre el desarrollo del movimiento2, lo que sí lo caracteriza es que logró unir a grupos
nativos de diversas etnias, “llama a todos los indios amajes, andes, cunibos, sepibos y

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Hay que mencionar que el primer movimiento de revuelta en la zona fue liderada por el cacique
Catalipango Ignacio Torote, que aprovechando una reunión de franciscanos en Sonomoro, atacó
sorpresivamente a los frailes, (Loayza, 1942). Pero el movimiento de Santos Atahualpa fue uno de

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Simirinchis, y los tiene juntos y obedientes a su voz; y todos clamando que no quieren
padres, que no quieren ser cristianos. Los indios, tanto como cristianos infieles hacen
muchos bailes, y están muy contentos con su nuevo rey; y dicen mil cosas contra españoles y
negros”. (Varese, 1973: 190).

La verdadera victoria de la sublevación de Santos consiste en haber provocado para el


Perú virreinal no incluir toda la amplia zona de la Selva Central como lugar de conquista. Así
Varese indica que: “… por casi un siglo, la reconquista de los campa [asháninkas], piro
[yines], amuesha [yaneshas], mochobo y parte de los cunibo [konibos] será una empresa
prácticamente imposible” (op.cit, 1973: 190).

Toda la Selva Central está definitivamente perdida para la colonización de parte de los
españoles; la rebelión de Santos ha dado a los indios montañeses una unidad antes
desconocida y ha despertado en ellos un antiguo sabor de libertad e independencia. Una de las
características que unió a estas etnias fue el común denominador: el sufrimiento que pasaban
estas comunidades tanto por el cobro de impuestos y la expansión de las misiones. Pero no
solo unió a nativos si no que incluyó también a muchos andinos migrantes en situación de
forasteros ya que este lugar fue una zona de “frontera” 3, por eso en un momento se sindicó a
Juan Santos como prófugo de la justicia por asesinato. Así lo anota Francisco Loayza, quien
se basa en la declaración de seis testigos parciales (cinco españoles y un indígena), tomada
luego de tres años de iniciada la rebelión. Nadie antes había hablado del supuesto crimen de
Juan Santos Atahualpa:

“La información acerca del delito de Juan Santos suena en estos términos: el testigo
José Bermúdez declara que cierto indio llamado Juan Cosco le había dicho que Juan
Santos era fugitivo del Cuzco donde había matado a un sacerdote de la compañía”
(Loayza en Varese, 1973:178).

Pero parece más que nada un argumento utilizado por los franciscanos para convertir al
caudillo, que se rebela de los maltratos de los que son victimas los indígenas, en un simple
delincuente.

las revueltas indígenas que no pudo ser derrotada y aglutinó a diversas etnias de la selva central
(Mayor detalle en Zarzar, 1989)

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Espacio donde huían de las mitas y de otras atrocidades cometidos por los colonos españoles.

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3. Mensaje milenarista y simbólico del movimiento de Juan Santos Atahualpa

Para Alonso Zarzar (1989), este movimiento se generó en base a la convivencia de dos
discursos del credo de Juan Santos: el milenarismo joaquinista y la utopía andina que ansiaba
la reconstrucción del Tahuantinsuyu. Conforme pasaron los años, la mayor presencia de la
heterodoxia cristiana iría cediendo paso a un discurso fundamentalmente nativista y
antioccidental. La ideología del caudillo había atravesado tres etapas: a. mesianismo cristiano
y milenarista (1742), b. síntesis entre el milenarismo cristiano y la visión andina (1747) y c.
Inca utópico, encarnación del Inkarrí (1752).

Con respecto del pensamiento joaquinista, Enrique de la Torre (1994) destierra tal
influencia y la atribuye más bien a ciertas similitudes en cuanto al pensamiento joaquinista y
la cosmovisión indígena. Por otro lado, diferencia la idea de milenarismo al del mesianismo,
que había sido asumido por muchos como sinónimos y motivó a Flores Galindo (1988) a
pensar en la búsqueda de un Inca tomando la figura de Juan Gabriel Condorcanqui, que no
obedecía a la idea de restituir un nuevo Inca, sino de restituir el orden antiguo, más bien
cercano a ellos y accesible.

Ahora bien, el discurso de Juan Santos Atahualpa que ha sido recogido desde una
perspectiva, creemos nosotros, simbólica es el de un milenarismo, y para que exista este
último deben darse tres situaciones: una crisis, una desintegración social producto de esta
crisis y un sistema mítico-ideológico, aspectos que sirvieron para dar una idea milenarista en
el movimiento nativo4.

Pero este milenarismo no era la búsqueda de un nuevo inca si no el anhelo de un nuevo


orden, como el de Pachacuti, el gran transformador que combina pensamientos andinos con
pensamientos cristianos de las edades. ¿Cómo se relaciona éste pensamiento milenarista y

4
Mayor detalle en Sara Mateos Fernández-Maquieira. “Juan Santos Atahualpa: un movimiento
milenarista en la selva” 1992. En Amazonía Peruana (Lima) 22 pp. 47-60

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simbólico con la memoria colectiva en la actualidad? Pues proponemos que esta memoria es
un proceso (individual o colectivo) que asociado a imágenes, producen al interior de la mente
del ser humano la reconstrucción de identidades de acuerdo con el mensaje que quiera dejarse
o implantarse; por tanto, al momento de abordar acontecimientos del pasado, es necesario
distinguir a la memoria de la historia. “Así, mientras la memoria colectiva narra al grupo
visto desde adentro y es una forma de pensamiento continuo que se construye en el grupo, la
historia lo hace desde afuera y deviene en formas de pensar artificiales y esquematizadas”
(Mendoza, 2004:7).

4. ¿Cómo se ha reconstruido ese mensaje de Juan Santos Atahualpa en la actualidad?

Describiremos las conversaciones y análisis de las imágenes que han sido construidas
en torno a la figura de Juan Santos Atahualpa, en algunos lugares de la selva central, que nos
permiten responder a esta inquietud. Al inicio nuestro recorrido consistió en identificar las
organizaciones sociales que tuvieran el nombre de Juan Santos, en ese recorrido nuestra
hipótesis de investigación giraba en torno a las formas en que las organizaciones habían
adquirido el nombre del líder nativo y de qué manera en la actualidad podían reconfigurar ese
ideal de movimiento libertario; un primer acercamiento a la población nos mostró que más
que identificar a algunas organizaciones sociales lo que hubo fue una identificación a cierto
líder nativo que así se le llamaba “…que lucho contra los españoles como Tupac Amaru
(sic)” (Entrevista mujer de 50 años).

En la Municipalidad de La Merced conversamos con el funcionario de la Sub-Gerencia


de Turismo, quien nos manifestó: “…más que tener organizaciones sociales que realicen una
gran labor dirigencial y que se llamen Juan Santos, lo que hay de parte de la Municipalidad,
es que cada 24 de septiembre realizamos como parte del aniversario un recuento de los
principales personajes de la zona y es así como se recuerda el gesto de Juan Santos como un
acto de rebeldía frente al poder español” (Entrevista Sr. Luis Pomachagua, noviembre de
2008).

Lo que nos demuestran estas palabras más que nada es que el discurso que se tiene de
parte de un funcionario de la Municipalidad (quien tuvo una participación muy activa en la
preparación de las festividades por el aniversario de la ciudad en los años 2007, 2008) está
relacionado a preservar la memoria histórica del personaje, la reconstrucción de esa memoria
se puede ver reflejada en una serie de propuestas de obras de infraestructuras. Así, también

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indicaron que existen unas piezas que han sido rescatadas y están evaluando la posibilidad de
tener un museo llamado Juan Santos Atahualpa. También nos informaron que existen algunos
parques con ese nombre (como el de Villa Perené), y en la Plaza de Santa Ana, así como en la
distante Plaza de Atalaya en Ucayali. Esta primera entrevista nos mostró la inclinación actual
del discurso sobre la memoria de Juan Santos, para complementar dicha percepción visitamos
a una investigadora del CAAAP en La Merced, quien confirmo la idea, pues nos dijo:

“… entender al movimiento de Juan Santos como milenarista guarda para mí ciertas


reservas, más bien yo lo vería como una forma en la cual, él que era un cacique lidera
una revuelta por la urgencia de tener un poder que iba perdiendo (en alusión a las
leyes dadas por la corona para que tributen los nativos), pero no cabe duda que fue un
líder intercultural” (Conversación con Beatriz Fabián, noviembre de 2008).

Es ahí donde surgió la propuesta de describir de qué manera el gobierno local


reconstruye este discurso y recuerda, por la memoria colectiva, este hecho histórico en la
actualidad, por ello visitamos las imágenes que existen sobre Juan Santos en estos lugares. En
principio tenemos a Juan Santos Atahualpa de Santa Ana situado en la Plaza Principal; como
se puede apreciar en su mano derecha tiene una especie de lanza y flechas, en la izquierda un
libro, está de pie sobre un gran pez, viste con cushma y tiene un sombrero que lo identifica
como ashaninka. Esto nos muestra la dualidad que tenía el caudillo de manejar el pensamiento
occidental por estudiar en colegio de caciques y por otro lado identificarse con la
problemática de los indígenas.

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Foto 01. Juan Santos Atahualpa en la Plaza de Santa Ana.

En cuanto al uso del libro recogemos un testimonio de Varese, sobre cierta visita del
padre Santiago Vásquez a San Tadeo y Sonomoro, donde recoge estas líneas “… es cristiano,
reza todos los días, lee la doctrina de un libro y predica a los indios como lo hacen los
padres…” (Varese, 2006:106) Así, este relato puede darnos una idea del porque se representó
esta imagen con el libro, que quizá puede ser una Biblia. En un lado de la imagen existe una
placa donde se aprecia el nombre de Juan Mauricio, en alusión a Juan Santos, lo que
demuestra esa facilidad de darles tan diversos nombres como orígenes tuvo el personaje.

Foto 02. Placa recordatoria de Juan Santos Atahualpa en la Plaza de Santa Ana.

Como apreciamos, la construcción del líder nativo se hace tomando como referencia,
patrones de nativos Ashaninka y es más, la placa recordatoria confirma tal supuesto, y ¿dónde
quedaron los otros grupos nativos?, quizás el gobierno de turno por esas fechas era de
procedencia ashaninka. Otro lugar donde se puede visualizar la imagen de Juan Santos
Atahualpa está ubicado en la parte alta de Villa Perené, en la zona conocida como Segunda
Meseta.

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Foto 03. Estatua de Juan Santos Atahualpa en la Plaza del mismo nombre en Villa Perene.

Tiene como motivo central una pileta en cuyo centro se encuentra la estatua del caudillo
navegando sobre una típica balsa de la selva, todo hecho en fierro fundido. En esta estatua se
puede apreciar al líder nativo de una manera más osada ya que no está en una posición
conciliadora sino agresiva, los rasgos de su rostro y la posición de ir hacia delante con su
balsa nos demuestra una de las facetas en el movimiento de Juan Santos que incluía la toma
de algunas misiones. Un comentario adicional tiene que ver con la indumentaria con la que se
le presenta, en esta imagen no tiene atuendo nativo mas bien parece la imagen de un Inca.

Finalmente presentamos esta imagen de Juan Santos Atahualpa en la Plaza de Atalaya,


donde se le aprecia con una manta que le cubre el cuerpo, en el lado derecho sostiene un arco
y flecha en señal de su levantamiento y en el pecho un crucifico, en su cabeza se puede ver
una corona y está rodeado de nativos teniendo él una postura protectora. Siguiendo a Varese
“… en el pecho lleva un crucifico de plata y no tiene nada contra los sacerdotes ni la ley de
Cristo…” (Varese, 2006:107).

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Foto 04. Monumento de Juan Santos Atahualpa en la Plaza de Armas de Atalaya.

5. Conclusiones

Tras esta primera mirada podemos problematizar sobre las formas en que las diversas
instituciones municipales han construido esta memoria colectiva en torno a la figura de Juan
Santos Atahualpa, transmiten por un lado, una carga de diferenciación étnica (el caso de la
imagen con atuendo ashaninka) y por otro, un sincretismo entre lo salvaje y cristiano. Así,
tenemos la forma en que la población ha asimilado estos discursos, primero está la mirada de
parte de la población nativa –que para este trabajo no ha sido consultada- y segundo la
población colona o migrante.

Este discurso de reconstrucción del movimiento de Juan Santos Atahualpa, ¿ha sido
elaborado por las instituciones municipales como una estrategia frente al turismo? o ¿el
querer dejar sentada una forma de memoria colectiva en la comunidad para fortalecer su
identidad local?

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6. Bibliografía

Castro Arenas, Mario,


1973, La Rebelión de Juan Santos, Lima, Editorial Milla Bartres.

De la Torre López, Arturo,


1994, “Guerra y religión en Juan Santos Atahualpa” En El reino de Granada y el Nuevo
Mundo, Vol. III, pp: 517-531.

Flores Galindo, Alberto,


1988, “Buscando un Inca: la utopia andina”, Lima, Horizonte.

Guzmán Palomino, Luis,


Juan Santos Atahuallpa Apu Inca: El movimiento anticolonial de 1742 en la selva
central del Perú, en http://miguel.guzman.free.fr/Runapacha/juansantos.htm

Mateos Fernández-Maquieira, Beatriz,


1992, “Juan Santos Atahualpa: un movimiento milenarista en la selva”, En Amazonía
Peruana (Lima) 22 pp. 47-60

Mendoza García, Jorge,


2004, La Memoria Colectiva: reflexiones teórico-metodológicas,En Revista Psicología
Iberoamericana, Vol.12 N° 1, pp.:5-12.

Varese, Stefáno,
1973, La Sal de los Cerros. Notas etnográficas e históricas sobre los Campa de la Selva
del Perú, Universidad Peruana de Ciencias y Tecnología, Lima.

2006, La Sal de los Cerros. Resistencia y utopia en la Amazonía Peruana. Fondo


Editorial del Congreso, Lima.

Zarzar, Alonso,
1989, "Apo Cápac Huayna, Jesús Sacramentado": Mito, utopía y milenarismo en el
pensamiento de Juan Santos Atahualpa, Lima, CAAAP.

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