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Simón Bolívar como reformador social

Nuestro Libertador recibió a lo largo de su juventud una formación liberal,


basada en las doctrinas e ideologías de los pensadores de aquel momento, por lo
cual se convirtió en un hombre que consintió la política de la libertad y de la
justicia social. Con sus conocimientos y sus ideas renovadoras buscó la
transformación positiva de la patria, dejando atrás el sistema impositivo, arcaico e
injusto de la época colonial.

Para construir una república soberana e independiente, Bolívar tuvo que


establecer las bases de una nueva nación, basándose en los principios de la
igualdad, la justicia, la libertad, la fraternidad y la soberanía, contemplados
principalmente en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de
la Revolución Francesa. Para ello, el Libertador se dio a la tarea de romper con los
preámbulos absolutistas y coloniales de la discriminación, la desigualdad, la
opresión y la tiranía, con el objetivo de crear la gran nación americana donde la
prioridad del Estado es el ciudadano.

A continuación, se presentan los diferentes ámbitos y aspectos que contempló


Simón Bolívar para llevar a cabo un cambio o transformación social a favor de la
justicia, la libertad y el pueblo.

Bolívar y el apoyo al igualitarismo: su posición ante el pueblo esclavo e


indígena

El sistema colonial establecía desde sus inicios una profunda discriminación


política y civil entre los distintos sectores sociales del continente: había privilegios
para los blancos e injustas limitaciones en sus derechos para los indígenas y las
distintas mezclas raciales. En consecuencia, Bolívar estaba convencido de que la
nueva república independiente debía ser una nación justa, en la que existiera
igualdad jurídica, política, económica y social para todas las clases y razas de la
sociedad. Por ello, el Libertador siempre se mostró como una persona defensora
del igualitarismo o igualdad, especialmente para aquellos sectores discriminados
en la época colonial.

No podía existir la República sin la igualdad, y la ley debía consagrar la igualdad


total como norma suprema que inspirara la universalidad del orden jurídico. Sin
igualdad perecían las garantías y eran ilusorios los derechos.

Bolívar pensaba en una igualdad política y social identificada como efectiva,


producida por la ley, es decir donde no existieran privilegios, pues en los Estados,
la constitución y la ley deben hacer a todos los ciudadanos iguales.
Las primeras manifestaciones de Bolívar a favor de la igualdad se evidencian
luego de que en Haití, a cambio del apoyo a la causa independentista, el
presidente haitiano Alejandro Petión le pidiese al Libertador abolir la esclavitud en
el territorio venezolano. Por ello, y mediante un decreto-ley, Bolívar establece en
Carúpano el 2 de junio de 1816 la liberación de los esclavos, siempre y cuando
estos se unan a la lucha republicana; porque de lo contrario permanecerían
sujetos a la servidumbre. Posteriormente, el Libertador se dirige a Ocumare de la
Costa, donde proclama la suspensión de la guerra a muerte, al mismo tiempo que
ratifica y confirma la abolición de la esclavitud emitiendo un segundo decreto
respecto al tema.

Posteriormente, en el año de 1819, durante la instalación del Congreso de


Angostura, el Libertador pronuncia su más célebre discurso, en el cual ratifica su
firme opinión sobre la importancia de la igualdad de todos los ciudadanos,
señalando que los hombres nacen y permanecen libres e iguales de derechos, al
mismo tiempo que implora al congreso a confirmar la liberación absoluta de los
esclavos.

Años después, y luego de que la acción militar independentista de Antonio José


de Sucre conllevara a la liberación del Perú, nuestro Libertador se encargó de
redactar la primera constitución de la naciente república de Bolivia, en la cual
consagra una vez más la igualdad ante la ley, junto con la libertad civil, la
propiedad y la seguridad, como privilegios garantizados.

En cuanto a la población indígena, Bolívar siempre vio en ellos a los primeros y


verdaderos pobladores de América, por lo cual también se dedicó a defenderlos de
los maltratos e injurias de los españoles y aristócratas. A raíz de ello, el 20 de
marzo de 1820, desde Cúcuta, dicta un decreto para restablecer los derechos a
este grupo de la población, obligando al gobierno a protegerlos y garantizarles su
educación para incorporarlos al proceso productivo nacional.

Cabe resaltar, que es memorable la defensa que desarrolló Bolívar a favor de la


población negra esclava, siendo él un blanco mantuano, lo cual se le atribuye a la
influencia que pudo haber ejercido sobre él su nana la Negra Hipólita (quien lo
llegó a amamantar de recién nacido).

Bolívar y la institución del Poder Moral

En 1819, durante su destacado Discurso de Angostura, Bolívar plantea la


división de los poderes públicos en su forma básica (ejecutivo, legislativo y
judicial), pero agregándole un cuarto poder: el moral. Este innovador sector, se
encargaría de representar al pueblo, principalmente de promover su educación, de
instituir las buenas costumbres, la moral republicana y el espíritu público. El
Libertador proponía que dicho Poder Moral se encargara de la instrucción
nacional, de purificar lo corrompido en la sociedad, de sembrar el amor a la patria,
entre otras cosas. Él creía en un poder público que se encargara de las dos
grandes necesidades de la patria: moral y luces.

El Poder Moral reforzaría y ampliaría los tres anteriores, teniendo como principal
meta la moralidad del pueblo. Este ingenioso organismo ideado por el Libertador,
consistiría en un tribunal compuesto por dos cámaras (una encargada de vigilar la
moral pública, y la otra de dirigir la educación de los niños). Bolívar se basó en el
Areópago ateniense de la Grecia clásica para idear este poder, fusionando con él
las atribuciones morales y judiciales dentro de un mismo ente.

Con este poder se buscó formar a una sociedad de amplios valores para así
conseguir el desarrollo de la sociedad venezolana. Este organismo, no
dependiente del gobierno central, tendría como objetivo construir a un pueblo
educado y bien formado en la moral, para así ser definitivamente libres, no solo
políticamente, sino también con respecto a nuestras riquezas y en el desarrollo
productivo.

Bolívar y la Opinión pública

La opinión pública es la tendencia o preferencia, real o estimulada, de una


sociedad o de un individuo hacia hechos sociales que le reporten interés. Por ello
nuestro Libertador, como estadista que era, comprendía la importancia de esta
expresión colectiva para un gobernante. Una de las más comunes y destacadas
instituciones de la opinión pública es la prensa, manifestada a través del libre
ejercicio del periodismo. Bolívar siempre fue un defensor de esta práctica, ya que
en un gobierno justo, demócrata y libre la libertad de expresión popular debía ser
una constante en el sistema republicano.

El Libertador mostró siempre mucha preocupación por saber que quería y que
sentía el pueblo, y por ello él apoyó de gran forma a la imprenta y a la opinión
pública, ya que a través de estos medios se reafirma la libertad de la ciudadanía.
Bolívar comprendía que a través de la libre expresión, el gobierno escucharía y
atendería las necesidades y exigencias de sus ciudadanos. Además, la prensa
podía ser utilizada como medio moralizador y movilizador de masas populares y
militares a favor de la libertad y de la independencia del yugo realista. Por ello,
Bolívar se destacó como promotor y fundador de numerosos periódicos y gacetas,
tales como el famoso “Correo del Orinoco”.

Bolívar, en muchos ocasiones fue considerado como un maestro del periodismo,


ya que imprimía todos los artículos, escritos y noticias que fueran de relevancia
para el país, ya fueran redactados en la nación o escritos por los destacados
pensadores europeos, norteamericanos y hasta latinoamericanos. Esta representó
una de sus grandes artillerías para la libertad de pensamiento y para la formación
popular.

Las gacetas (como se le denominaban a los periódicos de la época),


representaban para Bolívar no solo la acción de transmitir noticias, si no que
también las veía como herramientas para dar información e instrucción a los
ciudadanos, con el objetivo de cumplir las funciones del Poder Moral, así como
también de buscar el cumplimiento de la más importante obligación del estado:
educar e instruir a su pueblo.

Bolívar como promotor de la justicia y de la seguridad social

La justicia es un principio que tiene su origen en el derecho romano, el cual


concibió a ésta como la aceptación de una constante y permanente voluntad de
reconocer y respetar en cada ciudadano su derecho. Ante ello, el Libertador
siempre buscó implantar este fundamento en su lucha por la independencia
americana, ya que a través de aquella se lograría mantener la libertad y la
igualdad. Bolívar defendía la idea de que solamente bajo la justicia podría existir y
conservarse la República.

Él siempre manifestó un gran amor por la justicia, virtud que siempre representó
en el ámbito político y en el personal. A lo largo de su gran carrera militar y política
fue defensor de ideas donde la ley amparara de forma igual y justa a todos los
ciudadanos. Para la formación del nuevo estado grancolombiano, imploró el
establecimiento de la justicia como base de la nación y del sistema republicano, ya
que siempre soñó con una gran patria independiente y soberana basada en los
grandes principios y preámbulos de los derechos del hombre y del ciudadano.

Por otra parte, la seguridad social se entiende como la garantía y protección que
la sociedad concede a cada uno de sus miembros para la conservación de su
persona, derechos y propiedades. Basándose también en la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano, Simón Bolívar busca garantizar al pueblo
americano la seguridad, permitiendo así la felicidad y bienestar de los ciudadanos.

El Libertador buscó la creación de una verdadera República libre y justa, donde


el pueblo fuera la gran meta y prioridad del gobierno, en donde a la población se le
garantizase la igualdad y la seguridad social, respetando así los derechos de los
ciudadanos, permitiéndoles el aprovechamiento de los servicios educativos o de
salud que el estado les provea.

En su memorable proyecto constitucional de Angostura, Bolívar promovió la


formación de un nuevo Estado donde todos los ciudadanos tuvieran alternativas
en la vida social, empleando la ley como base para corregir por medio de la
justicia las desigualdades físicas que nos da la naturaleza. Esta república que
defendía Bolívar, buscaba la defensa de todos los derechos de la ciudadanía, a
través de las garantías constitucionales de la libertad, la igualdad, la seguridad y la
prosperidad; todo ello en una nación donde el Estado vele y responda por su
pueblo.

Bolívar y la legitimidad de la propiedad

La propiedad es el derecho de cada ciudadano a gozar y disponer libremente de


sus bienes y del fruto de su talento, industria y trabajo. Los fundamentos de la
propiedad son la equidad moral y la justicia; si estos faltaran, la propiedad sería
producto de la usurpación y la violencia. Por ello, el Estado siempre debe
garantizar y proteger la propiedad legítima.

El Libertador Simón Bolívar siempre se mostró como un defensor del derecho de


propiedad; oponiéndose a la que fuere ilegítima o legítima pero inmoral e injusta.
Para él, la propiedad era uno de los derechos del hombre, por lo cual basó en
parte su lucha independentista a traspasar las tierras a sus verdaderos dueños:
los americanos.

Jamás Bolívar obró arbitrariamente sobre las áreas del derecho de propiedad; ni
siquiera en los años en que hubo de imponer todo el peso de la autoridad; pues él,
en todo momento vio en este derecho una de las bases inamovibles de la justicia
social. Por ello, en uno de sus proyectos propuso que nadie podía ser privado de
su propiedad sin su consentimiento, a menos de que la necesidad pública o la
utilidad general lo exigieran, situación para la cual se negociaría una justa
indemnización.

Todo esta actividad llevada a cabo por el Libertador representa un gran cambio
en los consentimientos políticos y sociales de la América de esa época, por lo cual
podemos considerar a Bolívar como un gran reformador en el área social, ya que
promovió algo ausente en aquella colonia que buscaba su independencia: los
principios de la libertad, la justicia, la fraternidad, la igualdad y la seguridad.

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