Benjamin consideraba que la sensibilidad humana, asi como el modo de percibir las cosas por parte de
una sociedad, cambia de acuerdo con las amplias transformaciones del contexto histórico en general y el
modo en el que se produce la vida material.
La sensibilidad de las sociedades industriles en el siglo xx se configuro por los cambios de la tecnología y
la tecnocracia que se desarrollaba por los modelos industriales de producción
Benjamin se apoya en 4 ideales o premisas en elmomento de desplegar su critica hacia la violencia, y las
desarrolla por medio de cuatro intuiciones.
Los ensayos de Benjamin sobre estética y política ponen de manifiesto su aguda sensación de amenaza
frente al implacable avance del fascismo. Con extraordinaria lucidez Benjamin percibió que los nazis
“elevaron la sublimación del deseo en la contemplación estética a nuevas cimas, convirtiendo la
autodestrucción de la humanidad en una grandiosa y grotesca exhibición estética.”
La preocupación del autor se basaba en el fortalecimiento y la potenciación del uso del arte como
manipulador por los nuevos medios técnicos.
En Teorías del fascismo alemán Benjamin analizó la forma en que la intelectualidad de derecha en la
Alemania de la República de Weimar (1919-1933) llegó a ver la Primera Guerra Mundial como el punto
culminante de toda la tradición del idealismo alemán, exaltando a la vez la leyenda de la “puñalada por
la espalda” (según la cual Alemania no había sido derrotada por sus enemigos externos sino por los que
vivían en su seno: comunistas y judíos principalmente), así como la idea de la “rendición heroica” del
pueblo germano. Bejamin observa también en ese estudio que la revuelta contra la racionalidad
burocrática no tomó en la Alemania de la época el rumbo de un rechazo a la técnica, sino más bien de
una especie de culto por la técnica, en particular vinculada a la guerra.6 Dicho en otras palabras,
Benjamin entendió que la modernización técnica e industrial no necesariamente implicaba un
movimiento paralelo de “ilustración” en los campos político, social y cultural, y que el nacionalsocialismo
expresaba esa unión del irracionalismo político con la voluntad de crear un mundo en que la técnica
sirviese para potenciar las fortalezas de un pueblo conquistador en movimiento: “El fascismo busca la
salvación dando a las masas no sus derechos sino la oportunidad de expresarse…El resultado lógico del
fascismo es la introducción de la estética en la vida política…Todos los esfuerzos de estetizar la política
culminan en la guerra.
La tarea de una crítica de la violencia puede circunscribirse a la descripción de la relación de ésta
respecto al derecho y a la justicia. Es que, en lo que concierne a la violencia en su sentido más conciso,
sólo se llega a una razón efectiva, siempre y cuando se inscriba dentro de un contexto ético. Y la esfera
de este contexto está indicada por los conceptos de derecho y de justicia. En lo que se refiere al
primero, no cabe duda de que constituye el medio y el fin de todo orden de derecho. Es más, en
principio, la violencia sólo puede encontrarse en el dominio de los medios y no en el de los fines. Estas
afirmaciones nos conducen a más y a diferentes perspectivas que las que aparentemente podría
pensarse. Porque de ser la violencia un medio, un criterio crítico de ella podría parecernos fácilmente
dado. Bastaría considerar si la violencia, en casos precisos, sirve a fines justos o injustos
En lo que convierne a la violencia en su sentido mas efectivo y conciso solo se llega a una razo efectiva
desde que se llegue a un concepto ético.
La violencia solo se puede encontrar en los medios y no en los fines.
La violencia es conecibida como un recurso natural, es una materia prima que obra de forma efectiva
excepto cuando se use en sentido injusto.
El darwinismo moderno acepta la violencia como un medio natural para que los cuerpos puedan llegar a
fines naturalmente, en sentido de supervivencia. Esto se da en el marco del derecho natural.
Benjamin propone una critica de la violencia que sea la exposición de su concepto de un modo no
instrumental.
La teoría jurídica naturaliza a la violenia como algo dado, algo natutal siempre y cuando esta sea el
medio para un fin, sin embargo existe violencia fuera del derecho positivo o natural y he ahí la
incogninta en cuanto a si este tipo de violencia es igual de natural al individuo, asi esta no este
enmanicada a un fin positivo o justo.
Ya sea en el iusnaturalismo o en el positivsmo todo aparato político descansa en la violencia, pero esta
afecta al mismo cuerpo de derecho ya que todo tipo de violencia que oficie de medio para fines
naturales que no sean jurídicos amenaza la estructua del derecho en el orden jurídico – político.
Benjamin propone romper la lógica jurídica y despojar la creencia en que los fines justos se pueden
alcanzar por medios legitimos, y los medios legitimos se pueden alcanzar a través de fines justos. El
orden jurídico monopoliza la violencia porque no defiende el fin del derecho sino al derecho en si,
convirtiéndose asi de cierta forma en un legitimador de violencia.
Para benjamín el oden jurídico se plantea como necesidad y como destino en el sentido de que la vida
en comunidad depende de la distinción en cuanto a que el derecho protege en su poder, el cual consiste
en que hay un solo destino y en que lo amenazante y existente forman parte inquebrantable de su
orden.
Esto quiere decir que la violencia siempre debe estar remitida al derecho. En este sentido, el esfuerzo de
Carl Schmitt puede defenirse como el intento de encontrar el vinculo necesario entre violencia y
derecho, en cuanto a que el derecho aun en situaciones limitantes absorbe la violencia y la subordina en
tanto a que la concibe como un medio.
La violencia inmediata para benjamín en las manifestacones míticas resulta igual a la violencia
instauradora de derecho, esta violencia instauradora obtiene la misma problemática que la violencia
belica pues se ha caracterizado en condición de medio. Esta conexión arroja una luz sobre el destino que
se halla a la base de la violencia jurídica en todos y cada uno de los casos. La función de la violencia en la
instauración del derecho es doble:
Instauradora de poder
La instauración de derecho es alguna instauración de poder y por ende es una manufestacion inmediata
de violencia.
el corazón de la racionalidad moderna, en el centro del derecho positivo, se reproduce la lógica del mito
arcaico. La creencia de que la cultura secular moderna ha dejado atrás definitivamente los vestigios del
pasado es sólo una ilusión de la filosofía de la historia del progreso. Es lo que medio siglo más tarde
René Girard llamará el retorno de lo sagrado bajo la forma de una crisis sacrificial (1972/1995).
El estado de naturaleza según Hobbes puede ser leído como al teoría social de la violencia, en la cual no
se puede establecer ningún tipo de diferenciación entre si la violencia es legitima, si es natural o si es
violencia negativa ya que no esta oficiada para un fin positivo o de derecho. Los dispositivos simbólicos
marcados por ideologías jerárquicas no sirven ya que no pueden distinguir de forma definitica la
violencia criminal y el castigo jurídico. Puesto que la subjetividad individual oficia de fuente.
Agamben analiza la relación entre violencia y derecho, este se reapropia de la polémica entre Schmitt y
benjamín sobre esta cuestión mostrándola de una forma diferente.
El elemento central es la violencia sin logos, que ocurre cuando se pasa por encima de un derecho
pretendiento implentar uno nuevo, el estado de excepción.
La violencia pura permanece en la medialidad sin relación a ningún fin, esta no conserva ni instaura un
nuevo derecho, el calificativo de pura significa el abandono de la lógica jurídica de los fines y los medios,
que justifica la inclusión de la violencia como instauradora o conservadora del derecho, practidada como
un medio para un fin. Esta permanece pura desde que se desconecte de un medio jurídico.
El mito jurídico considera a la violencia como un hecho natural y acepta que ésta sea apropiada como
medio para un fin, relegando la discusión a si los fines son justos o injustos:
con el tiempo, toda violencia mantenedora del derecho indirectamente debilita a la violencia
instauradora del derecho, la cual está representada en ella, mediante la opresión de las violencias que a
ella son, precisamente, hostiles.
Agamben señala que, sin nombrar al estado de excepción, Benjamin menciona un concepto
eminentemente schmittiano: la decisión (2003/2004, p. 105). La indicación de Agamben parece correcta,
ya que Benjamin se refiere a la decisión “local” como a una categoría metafísica que es puesta en
práctica en los intersticios del derecho, y que la remite a las zonas de anomia en las que actúa la policía
sin ningún tipo de ropaje jurídico, aunque con el pretexto de conservar el derecho. (Estado de
desorganización social o aislamiento del individuo como consecuencia de la falta o la incongruencia de
las normas sociales.)
Que el estado de excepción se haya convertido en la regla implica que los intentos por incluir la
exterioridad de una violencia sin ley por fuera del cuerpo del derecho se revelan como una ficción legal
que libera una praxis violenta sin ningún tipo de ropaje jurídico. Lo que se halla en el centro del orden
jurídico es un dispositivo artificial que pretende determinar que existe un aspecto interno de la praxis
violenta que la vincula inextricablemente con el cuerpo del derecho.
La crítica que inaugura Benjamin expone la naturaleza ficticia de ese mecanismo y muestra que la
violencia desplegada por el estado se basa en la pretensión mítica de vincular su praxis violenta con la
ley. Se trata de una pura práctica sin razón que perdura en nuestras democracias contemporáneas bajo
el disfraz de una instancia que simula preservar la continuidad del régimen legal.
La violencia cuando no es desarralloado por los mecanismos comunes sugiere una amenaza no por sus
fines sino por simplemente esta por fuera del derecho.
Por ejemplo:
En el ejercicio de la huelga el estado teme que la violencia se legitimice. La huelga demuestra que la
violencia puede implantar o modificar condiciones de derecho.
La violencia es contradictoria.
El automóvil es la guerra.
Los instrumentos técnicos no tienen un provecho adecuado o exhaustivo, su justificación esta forzada, y
se justifican renunciando a una interaccion armonica, en la guerra estas innovación demuestran que la
realidad social no tiene la madurez de emplear la técnica como órgano
En los conflictos se ha demostrado que existen elementos que sugieren el culto a la guerra. La guerra
trasciende toda economía derivada de la razón, en su racionalidad hay algo inhumano, inconmensurable
algo que sugiere un proceso volcánico, una erupción elemental. Una tremenda ola de vida orientada por
una fuerza profunda necesaria y unitaria que actua en los campos de batalla.
Las guerras ya no son dirigidas, son administradas. La posguerra alemana debio corregir lo anterior. La
anterior fue una protesta con lo que procedio ante la primera guerra y lo que unscribio ante el fracaso
anterior. Se evito el elemento racional de la guerra y la posguerra se permeo de vapores por la
venganza.
Al inicio de la guerra, e n tanto el idealismo era administrado por instru mentos estatales o
gubernamentales, la tropa constituía esencialmente un objeto de requisición. Su heroísmo fue haci
éndose progresivam ente más tenebroso, fatal y metálico, y la esfera desde la cual la gloria y lo ideal aú
n se le insinuaban, se alejaba y tomaba paulatinamente más nebulosa
Alguien que solo ha vivido en la guerra y solo ha aprendido a disfrutar de esta obtiene una vsion
sesgada, es un tipo de milintate extraido de la libertad, es un testigo que sobrevivio.
Pero cuando alguno de ellos intenta enfrentarse con las cosas tal como son, la tran sformación
encubierta del concepto de heroísmo se hace meri dia na. Las virtudes de dureza, reserva e inflexibilidad
que tanto festejan, más Que al soldado, descri ben las características del curtid o luchador de clases. lo
qu e aquí realment e se insinúa tras la máscara del que inicia.lmente fuera voluntario de la Guerra
Mundial y luego merce nano de la posg uerra, es, efectiva mente, el co ncienzudo combatiente de clases
fascista.
Para los autores que apoyan las movilización y la ideología de la posguerra nación es una clase
dominante que se sostiene sobre sus mismo pilares, que no debe cuentas a nadie y aun menos a si
misma,