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PREGUNTAS TRAMPA EN LAS ENTREVISTAS DE TRABAJO

la misión de buscar y encontrar trabajo puede ser uno de los grandes retos que
han de afrontar tanto los desempleados como aquellas personas que quieran optar
a un ascenso.

Eso significa, entre otras cosas, que los procesos de selección han de afinar sus
métodos para identificar esas características que, si bien podrían permanecer
ocultas durante un tiempo, serían un motivo para descartar a alguien.

Los técnicos de selección de personal y de recursos humanos lo saben, y por eso


en los últimos años han empezado a hacer uso de las preguntas trampa. Saberlas
identificar y ser conscientes del peso que tienen en una entrevista de trabajo
puede ayudar a que comuniquemos nuestra candidatura del mejor modo posible,
sin caer en errores fruto de las dudas y los nervios del momento.

¿Para qué sirven las preguntas trampa?


El objetivo que hay detrás del uso de estas preguntas es explorar los posibles
motivos por los que una candidatura puede no ser interesante aunque formalmente
el currículum vitae sea adecuado para el puesto vacante. En otras palabras, se
intenta que sea el propio candidato o candidata quien, de manera indirecta y sin
darse cuenta, dé motivos por los que no encaja con lo que se está buscando, en
vez de preguntarle directamente por estas cuestiones.

Las preguntas trampa pueden servir además para aligerar la bolsa de candidatos
antes de ponerlos a prueba mediante métodos de evaluación que llevan más
tiempo y esfuerzo que la toma de contacto inicial. De algún modo, forman parte del
filtro básico que tiene lugar en todos los procesos de selección, aunque no sirvan
para recolectar datos simples y objetivos sino discursos que no encajan con la
filosofía de la empresa o con el perfil ideal.

8 preguntas trampa muy utilizadas en las entrevistas


Pero, ¿cuáles son las preguntas trampa más utilizadas en las entrevistas
laborales? Y, tanto o más importante: ¿cómo podemos responder adecuadamente
para convencer al equipo de selección de personal?

1. ¿Cuál fue el mayor error que cometiste en tu anterior trabajo?

Los encargados de llevar a cabo la selección de personal son conscientes de que


ningún trabajador es perfecto, y que lo más probable es que tu vida laboral esté
lleno de fallos más o menos grandes y notorios. Sin embargo, les interesa saber
cuál es tu visión sobre el tema.

Cómo gestionarla
Lo mejor es saber admitir la responsabilidad en el error del que se hable, sin
desviar el demasiado tema de la conversación hacia los errores cometidos por
otros y que pudieron desencadenar tu propio error.

2. ¿Por qué dejaste tu empleo anterior?

Esta pregunta trampa sirve, en primer lugar, para tener información sobre tus
trabajos anteriores y tus motivaciones al trabajar en ellos. Sin embargo, también
tiene un lado oculto para ponernos a prueba: nos deja en una situación en la que
podemos mentir sobre lo que ocurrió, o bien para hablar mal de la empresa en la
que trabajábamos.

Cómo gestionarla

No hay una única manera de contestar bien a esta pregunta, y la mejor opción
dependerá de cada caso, pero sí es necesario tener muy en cuenta que hablar mal
de empleadores anteriores puede ser motivo para no pasar la selección. Si
realmente dejamos ese trabajo porque las condiciones o el trato personal no eran
buenos, esto se debería comunicar de la manera más parca y neutral posible, sin
mostrar revanchismo en las explicaciones dadas.

3. ¿Por qué quieres cambiar de empresa?

Esta pregunta sirve para explorar tus motivaciones y evaluar tu grado de


compromiso con las empresas. Al responderla, indirectamente vas a estar
comunicando qué cosas son las que no quieres en tu nuevo trabajo.

Cómo gestionarla

La mejor manera de prepararte esta pregunta es, simplemente, informarte antes


sobre las características de la empresa y las competencias, funciones y
responsabilidades asociadas al puesto de trabajo al que aspiras.

4. ¿Por qué has estado tanto tiempo sin trabajar?

Esta pregunta trampa sirve para explorar los motivos por los que ha habido un
parón en tu vida laboral, si la ha habido. De este modo puede saberse si
simplemente has tenido mala suerte o si eres una persona poco proactiva, algo
que se plasmaría en tu manera de buscar un empleo y también en el modo en el
que trabajas una vez empleado.

Además, hay que tener en cuenta que esta pregunta puede aparecer aunque este
paréntesis temporal sin trabajo no haya ocurrido en los últimos meses sino tiempo
atrás.

Cómo gestionarla
Si durante ese tiempo que aparece en blanco en tu currículum has estado
haciendo otras cosas que no has dejado escrito por no considerarlo importante o
no estar relacionado con el sector en el que trabaja la empresa, debes
comunicarlo. Aunque se trate de proyectos personales, trabajos no remunerados o
aficiones que exigen mucha implicación, servirán para reflejar que eres una
persona más activa de lo que se refleja en tu CV.

5. ¿Prefieres el trabajo individual o el trabajo en equipo?

Es una pregunta bastante clara, pero también tiene reservada una cara
oculta. Dependiendo de cómo respondas, puede parecer que siempre estás
dependiendo de los demás para trabajar, o bien que no te gusta tener que
relacionarte con la gente.

Cómo gestionarla

Debes tener en cuenta que aunque cada vez existan perfiles más especializados,
la mayoría de las organizaciones prefieren que todo el mundo tenga unas
competencias básicas que les permitan trabajar en equipo, ya que de este modo
se responde de manera más rápida y eficaz a cambios y novedades en el
mercado.

6. ¿Qué puedes aportar a esta organización?

Esta pregunta es un medio por el cual puedes hablar sobre las competencias que
crees que se requieren en el puesto de trabajo y sobre tu visión sobre el modo en
el que tus capacidades encajan con estas. Pero lo más importante aquí no es lo
que dices, sino cómo lo dices: cuál es tu manera de "venderte" y hablar
positivamente de ti, y de qué manera eres capaz de argumentar algo partiendo de
conceptos abstractos.

Cómo gestionarla

Aquí debes hablar sobre esas fortalezas personales que no has incluido en tu CV,
así como sobre aquellas que sí aparezcan por escrito y creas que están
relacionadas con lo que se pide. Es importante que no intentes forzar tu discurso
para hacer que competencias muy específicas o poco relacionadas con el puesto
parezcan muy relevantes, ya que eso da la imagen de que tienes poco que ofrecer
e intentas justificar tu candidatura de cualquier manera.

7. ¿Cuáles son tus defectos o puntos débiles?

Esta pregunta sirve para ponerte a prueba en una situación generadora de tensión
y nerviosismo, pero también sirve para ver en qué medida eres capaz de identificar
esas competencias en las que cojeas y qué soluciones puedes aportar para que
esto no sea un problema importante.

Cómo gestionarla
Es importante que vayas a la entrevista habiendo pensado qué medidas eres
capaz de implementar en las próximas semanas o meses para trabajar esos
puntos débiles. De ese modo no tendrás que improvisar, algo que haría que tu
nerviosismo ante esta pregunta aumente.

8. ¿Cuál es, según tú, el sueldo apropiado por este trabajo?

La pregunta de "¿cuánto crees que deberías cobrar?" es un clásico y uno de los


momentos más peliagudos de la entrevista. Se puede cometer un error tanto si se
responde una cantidad demasiado baja como si es demasiado alta.

Cómo gestionarla

No hay un modo correcto de responder a esta pregunta trampa, y todo depende,


en parte, de la suerte. Sin embargo, una manera de evitar ponerse en una
situación comprometida es pedir primero que se te hable sobre las cantidades que
se están barajando y que se pueda negociar a partir de ahí. También puedes
investigar por tu cuenta los días previos a la entrevista para saber,
aproximadamente, cuánto se cobra y a partir de ese dato decidir dónde está tu
caché.

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