Está en la página 1de 14

ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA:

UN CAMBIO NECESARIO, ALGUNAS ALTERNATIVAS POSIBLES

Comunicación Libre en el Tercer Encuentro La universidad como objeto de investigación,


Dpto. de Sociología, Universidad Nacional de La Plata, octubre de 2002.

Publicado en Educere, Revista Venezolana de Educación, Vol. 6 Nº 20. Universidad de Los Andes, Mérida, enero-febrero-marzo de 2003,
409-420. Disponible también en Internet en:
http://www.saber.ula.ve/db/ssaber/Edocs/pubelectronicas/educere/vol6num20/articulo7.pdf

Dra. Paula Carlino


CONICET - UNSAM1
paulacarlino@yahoo.com

Resumen extenso
El objetivo de este trabajo es plantear los cambios institucionales y curriculares necesarios para hacer frente a
la reiterada queja de los profesores sobre las dificultades de lectura y escritura de los universitarios. En una primera par-
te, analizo que no se trata de diseñar soluciones remediales sino de entender qué es lo que está en juego cuando se lee
y se escribe en la educación superior.
Existen dos creencias generalizadas que llevan a responsabilizar al nivel educativo previo por los problemas
constatados en los universitarios. Estos presupuestos también justifican la tendencia de nuestras universidades a no
hacerse cargo de cómo comprenden y producen los escritos sus alumnos. Se parte de la falsa suposición de que inter-
pretar y elaborar textos es una habilidad básica y general, que necesita haberse aprendido en niveles educativos ante-
riores, con independencia de todo contenido disciplinar. También, se piensa que la escritura es sólo un medio de registro
o comunicación del saber, desconociendo así el potencial epistémico de la composición escrita.
Sin embargo, tales suposiciones son cuestionadas por los estudios en alfabetización académica. Éstos señalan
que la lectura y escritura no son técnicas aislables y autónomas de una disciplina sino prácticas discursivas propias de
cada campo del conocimiento. Los desafíos que plantea el lenguaje escrito en la universidad no son similares a los de
otros niveles educativos, ya que forman parte de una particular cultura académica. Por ello, exigen continuar aprendien-
do y enseñando a leer y a escribir. Además, existen investigaciones que señalan las condiciones en que producir un
texto sirve simultáneamente para elaborar las ideas en él desplegadas. En contraposición, las universidades argentinas
tienden a no ofrecer el contexto necesario en el cual los alumnos puedan escribir para aprender. Si nuestras casas de
altos estudios promovieran la redacción académica como una herramienta para desarrollar el conocimiento (y no sólo
para evaluarlo), aprovecharían el poder cognitivo de la escritura.
Es decir, los problemas para analizar y elaborar textos académicos no pueden ser considerados sólo como
incompetencias (de los alumnos o de los niveles educativos previos) sino que han de ser reconocidos como intrínsecos
a los estudios universitarios. Para comenzar a abordar estos obstáculos, es preciso reanalizar qué estamos omitiendo
enseñar en nuestra formación superior. Las alternativas para enfrentarlos deben plantearse en una nueva agenda políti-
ca y curricular.
En la segunda parte de mi trabajo, presento los resultados de una investigación sobre 90 universidades anglo-
parlantes, que han llevado a cabo reformas institucionales logrando implementar diversos sistemas para afrontar retos
similares. Además de talleres introductorios, estas instituciones han creado programas que entrelazan la enseñanza de
la alfabetización académica con las diversas asignaturas ofrecidas por sus departamentos; reseñaré el sistema de Tuto-
res de Escritura, el de Compañeros de Escritura en las Materias y el de Materias de Escritura Intensiva. El valor de estos
modelos no es el de ser simples alternativas probadas para ocuparse de la cultura escrita en el nivel superior sino el de
aportar una perspectiva, no divulgada entre nosotros, que nos permite iluminar con otras premisas lo que estamos acos-
tumbrados a dejar de ver.

1
Investigadora de la Carrera del CONICET en el Instituto de Lingüística de la Universidad de Buenos Aires, dentro del
equipo de la Prof. Elvira Arnoux. Profesora Titular de Teorías del Aprendizaje de la Universidad Nacional de San Martín.

-1-
Alfabetización académica: un cambio necesario, algunas alternativas posibles Dra. Paula Carlino

ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA:
UN CAMBIO NECESARIO, ALGUNAS ALTERNATIVAS POSIBLES

Comunicación Libre en el Tercer Encuentro La universidad como objeto de investigación,


Dpto. de Sociología, Universidad Nacional de La Plata, octubre de 2002
Publicado en Educere, Revista Venezolana de Educación, Vol. 6 Nº 20. Universidad de Los Andes, Mérida, enero-febrero-marzo de 2003, 409-420. Disponi-
ble también en Internet en: http://www.saber.ula.ve/db/ssaber/Edocs/pubelectronicas/educere/vol6num20/articulo7.pdf

Dra. Paula Carlino


CONICET - UNSAM
La mayoría de los cambios sobre el lugar de la escritura en
[la Universidad de] Cornell se relacionan con la tenaz
convicción de que aprender a escribir no significa sim-
plemente estudiar gramática y centrarse en la forma sino
desarrollar las ideas e indagar a través de la escritura.
(Gottschalk, 1997, p. 22)

¿Alfabetización académica? ¿Un proceso 90 universidades australianas, canadienses y


tan básico en la educación superior? ¿Acaso una norteamericanas, en las que -contrariamente a
necesidad remedial de paliar lo que no han nuestras instituciones- se han implementado
hecho los niveles escolares previos? ¿De nuevo diversos sistemas para alfabetizar académica-
alguien que propone un taller de lectura y escri- mente a sus estudiantes. Al final, concluyo de-
tura para los ingresantes? Con el fin de aquietar lineando los cambios institucionales y curricu-
a la audiencia, aclararé en primer lugar que en lares que precisaría nuestra educación superior
mi exposición no asumo los presupuestos de para hacerse cargo de transmitir la cultura escri-
estas previsibles preguntas sino que los cuestio- ta intrínseca a las carreras que enseña.
no.
Para ello, reseño las investigaciones so-
¿QUÉ SE ENTIENDE POR ALFABETIZACIÓN
bre alfabetización académica señalando su po-
ACADÉMICA?
der explicativo para dar cuenta de las dificulta-
des al leer y escribir, constatadas en los estu- Los interrogantes que abren mi exposi-
diantes del nivel superior. Examino el potencial ción, adjudicados al auditorio, emergen de un
epistémico de la escritura, desaprovechado por conjunto de suposiciones que pondré en tela de
nuestras casas de altos estudios, que no ofrecen juicio a lo largo de este trabajo. En el siguiente
el contexto necesario en el que los alumnos cuadro, resumo la controversia que deseo plan-
puedan escribir para aprender. Sintetizo luego tear:
los resultados del relevamiento que hice sobre

Alfabetización académica
• Habilidad elemental v • Ingreso en una nueva cultura escrita
• Adquisición espontánea e • Aprendizaje que requiere ser promovido por acciones institucio-
r nales
• Programa compensatorio s • Responsabilidad de hacer lugar en el curriculum a las prácticas
u discursivas con las que cada disciplina elabora el conocimiento
s
• Asunto de especialistas • Compromiso de toda la comunidad universitaria

-2-
son, 2000). Existen distintas culturas en torno
Los segundos términos de este contra-
de lo escrito y la cultura académica es una ellas.
punto sintetizan la postura que quiero compar-
Se trata de una cultura especialmente compleja,
tir con ustedes en esta ponencia y pasaré enton-
que suele permanecer implícita en las aulas
ces a fundamentarlos.
universitarias (Woodward-Kron, 1999). No obs-
El concepto de alfabetización académica
tante, es posible comprobar diferencias signifi-
se viene desarrollando desde hace una década.
cativas entre las tareas de lectura y escritura
Señala el conjunto de nociones y estrategias
demandadas en el nivel universitario respecto
necesarias para participar en la cultura discursi-
del secundario (Barker, 2000; Vardi, 2000). Por
va de las disciplinas así como en las actividades
ejemplo, la universidad suele esperar que los
de producción y análisis de textos requeridas
alumnos encuentren información por sí mis-
para aprender en la universidad. Apunta, de
mos, en tanto que los docentes de la enseñanza
esta manera, a las prácticas de lenguaje y pen-
media tienden a exigir sólo lo que ha sido
samiento propias del ámbito académico. Desig-
transmitido por ellos. El nivel superior requiere
na también el proceso por el cual se llega a per-
que los estudiantes analicen y apliquen el co-
tenecer a una comunidad científica y/o
nocimiento impartido, mientras que la secun-
profesional (Radloff y de la Harpe, 2000),
daria espera que sea reproducido. En la univer-
precisamente en virtud de haberse apropiado
sidad se proponen distintas perspectivas acerca
de sus formas de razonamiento instituidas a
de un mismo fenómeno; por el contrario, la
través de ciertas convenciones del discurso. En
escuela media enseña que el saber es verdadero
la bibliografía, suelen aparecer otros términos
o falso. Para la universidad, el conocimiento
sinónimos: alfabetización terciaria o alfabetización
tiene autores e historia; en cambio, los niveles
superior2.
educativos previos lo presentan de forma anó-
Ahora bien, la fuerza del concepto de
nima y atemporal. Estas diferencias en la natu-
alfabetización académica radica en que pone de raleza atribuida al saber y en los usos que se
manifiesto que los modos de leer y escribir -de exigen de éste configuran culturas particulares
buscar, adquirir, elaborar y comunicar conoci- que se traslucen en métodos y prototipos de
miento- no son iguales en todos los ámbitos. pensar y escribir.
Advierte contra la tendencia a considerar que la El problema con la cultura académica es
alfabetización es una habilidad básica, que se que tampoco es homogénea. La especialización
logra de una vez y para siempre. Cuestiona la de cada campo de estudios ha llevado a que los
idea de que aprender a producir e interpretar esquemas de pensamiento, que adquieren for-
lenguaje escrito es un asunto concluido al in- ma a través de lo escrito, sean distintos de un
gresar en la educación superior. Objeta que la dominio a otro. Además, los profesores no so-
adquisición de la lectura y escritura se comple- mos plenamente conscientes de que nuestras
ten en algún momento. Por el contrario: la di- disciplinas están compuestas de ciertos usos del
versidad de temas, clases de textos, propósitos, lenguaje, que involucran determinados modos
destinatarios, reflexión implicada y contextos de comprensión y organización de los fenóme-
en los que se lee y escribe plantean siempre a nos estudiados. Este hecho, que mantiene im-
quien se inicia en ellos nuevos desafíos y exigen plícito lo que ha de ser aprendido, convierte en
continuar aprendiendo a leer y a escribir. más difícil todavía su apropiación por parte de
De hecho, es necesario comenzar a los alumnos (Bode, 2001).
hablar en plural: de las alfabetizaciones (Steven-

2
UNA QUEJA FALAZ QUE OCULTA LA CULTURA
El término “alfabetización” es la traducción directa de
ESCRITA PROPIA DE LA UNIVERSIDAD
“literacy”, aunque conviene tener presente que el vocablo
inglés hace referencia a un conjunto de prácticas letradas Las investigaciones sobre alfabetización
más amplias que las que denota el correspondiente espa- académica sirven para explicar, de una forma
ñol. Por literacy se entiende la cultura organizada en tor-
novedosa, la constatación de muchos profesores
no de lo escrito, en cualquier nivel.

-1-
Alfabetización académica: un cambio necesario, algunas alternativas posibles Dra. Paula Carlino

universitarios acerca de que los estudiantes no lidad de recibir orientación y apoyos contingen-
saben leer y escribir adecuadamente. Se trata de tes, aportados por quien domina estas prácticas
una queja que suele responsabilizar a la educa- y participa de su cultura disciplinar (Beasley y
ción secundaria por lo que no aprendieron a Knowles, 1995; Carlino, 2002 c y 2002 e;
hacer los alumnos que llegan a los estudios su- Cartwritght y Noone, 2000; Chanock, 2000; de
periores. Se dice que el nivel medio o un curso la Harpe et al., 2000; Spinks, 2000; Russell,
de ingreso universitario deberían haber garanti- 1997).
zado los conocimientos necesarios para trabajar
con los textos de las asignaturas, para obtener,
EL POTENCIAL COGNITIVO DE LA ESCRITURA
analizar, interpretar, elaborar y transmitir in-
formación3. Existe otra fuente de confusión, que
En realidad, la corriente de estudios lleva a sostener la misma falsa creencia de que
sobre alfabetización superior permite cuestionar redactar es un saber que debió haberse apren-
esta creencia advirtiendo que contiene una dido antes de ingresar a los estudios superiores.
premisa oculta pero falsa. La queja parte de la Se trata de la representación extendida acerca
idea de que la alfabetización es un estado y no de que la escritura es sólo un canal para expre-
un proceso (un conocimiento que se tiene o no sar lo que se piensa y transmitir conocimiento
se tiene, en vez de un saber en desarrollo). Se la (Alvarado, 2000). De acuerdo con esta idea,
considera una adquisición elemental aplicable a para producir cualquier texto basta con estar
cualquier contexto. También se piensa que el alfabetizado y tener algo para decir. Sin embar-
lenguaje académico es una forma externa, no go, múltiples investigaciones -en antropología,
involucrada en el contenido del que trata. En didáctica, historia y psicología- han mostrado lo
palabras de Russell (1990), se cree que la com- contrario (por ejemplo, Cassany, 1997; Goody,
prensión y producción de los textos universita- 1996; Olson, 1998; Ong, 1987). La escritura
rios son procesos básicos, alberga un potencial epistémico, es decir, no
resulta sólo un medio de registro o comunica-
“habilidades generalizables, aprendidas (o no ción sino que puede devenir un instrumento
aprendidas) fuera de una matriz disciplinaria -en
la escuela secundaria o al comienzo de la uni-
para desarrollar, revisar y transformar el propio
versidad- y no relacionadas de modo específico saber.
con cada disciplina” (p. 53). A pesar de lo anterior, el poder cogniti-
vo de la composición no llega a actualizarse en
Esta suposición de que la lectura y la todos los casos: escribir no es un procedimiento
escritura son técnicas separadas e independien- que incida de forma automática sobre el apren-
tes del aprendizaje de cada disciplina es puesta dizaje. Para hacerlo, el que redacta precisa estar
en duda por numerosas investigaciones. Ellas enmarcado en un contexto que lo lleve a coor-
señalan, por el contrario, que las exigencias dis- dinar sus nociones previas con ciertas exigen-
cursivas en la universidad son indisociables de cias retóricas. Según Flower (1979), Scardama-
cada campo de estudios. También comprueban lia y Bereiter (1985) y Sommers (1980), la clave
que se aprenden en ocasión de enfrentar las de la potencialidad epistémica del proceso de
tareas de producción y consulta de textos pro- composición reside en escribir logrando poner
pias de cada materia, de acuerdo con la posibi- en relación el conocimiento del tema sobre el
que se redacta con el conocimiento de las coor-
denadas situacionales que condicionan la re-
3
Los profesores de la enseñanza media también adjudi- dacción (destinatario y propósito de escritura).
can las dificultades para leer y escribir de sus alumnos a
las (malas) experiencias de años anteriores. Lo mismo
La transformación del conocimiento de partida
ocurre con los docentes de la educación básica, quienes ocurre sólo cuando el que escribe tiene en
responsabilizan al ciclo previo y, finalmente, a las fami- cuenta las necesidades informativas de su po-
lias. ¿No será que cada nivel plantea exigencias propias y tencial lector y desarrolla un proceso dialéctico
que deberíamos aprender a enseñar cómo afrontarlas?

-4-
Alfabetización académica: un cambio necesario, algunas alternativas posibles Dra. Paula Carlino

entre el conocimiento previo y las exigencias resultados del estudio indican que, más allá de
retóricas para producir un texto adecuado (para algunos talleres de escritura introductorios (en-
un desarrollo, véase Carlino, 2002 c). tre otros, Arnoux et al., 2002) y de ciertas mate-
Las investigaciones también constatan rias vinculadas con la educación (por ejemplo,
que gran parte de los estudiantes escriben te- Carlino, 2001 y 2002 e; Libedinsky, 1998; Ma-
niendo presente sólo el tema sobre el que re- rucco, 2001; Muñoz, 2001, Steiman y Melone,
dactan, sin considerar lo que precisarían su lec- 2000; Vázquez y Novo, 1999; Vélez de Olmos y
tores (Flower, 1979; Sommers, 1980). De Rinaudo, 1996), son escasas las cátedras que
hecho, no suelen tener verdaderos lectores, asumen la necesidad de alfabetizar académica-
porque no se dedican a publicar y porque en las mente y, cuando lo hacen, no suelen contar
aulas redactan sólo para ser evaluados. Por ello, con el apoyo de sus instituciones sino que ope-
se ha señalado que las experiencias de escritura ran a título individual. Enseñar a escribir con
en la universidad deben cambiar, ofreciendo conciencia retórica no es considerado parte del
lectores que devuelvan a los alumnos el efecto contenido de sus programas. Aprender a usar la
que sus textos producen (Sommers, 1982). Se escritura como un método para explorar ideas
advierte que es necesario introducir en el pro- no parece tener lugar en el curriculum de las
ceso de escritura el punto de vista del destinata- carreras. La falsa creencia de que escribimos
rio, de modo que se ayude a los estudiantes a para expresar lo que ya hemos pensado lleva
volver a pensar los contenidos acerca de los que también a justificar que la universidad no se
están escribiendo (Leahy, 1994). ocupe de cómo se producen los textos en sus
Por el contrario, los docentes y gestores aulas, suponiendo -equivocadamente- que es
universitarios locales tienden a desconocer que posible ayudar a conocer y a desarrollar el pen-
escribir es una herramienta capaz de incidir so- samiento en ausencia de la escritura.
bre el conocimiento. Por ello, raramente se
ocupan de promoverla entre los alumnos y de
ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA EN
crear el contexto redaccional necesario para que
UNIVERSIDADES ANGLOSAJONAS
el desarrollo cognitivo a través de la composi-
ción pueda tener lugar. Las instituciones de A diferencia de la educación superior
educación superior argentinas desaprovechan el argentina, en la que no existe un compromiso
poder epistémico de la escritura. Utilizan la es- institucional para ocuparse de los modos de
critura en situaciones de evaluación de lo ya lectura y escritura de los estudiantes, gran parte
aprendido pero no retroalimentan lo escrito de las universidades australianas, canadienses y
para seguir aprendiendo. Esto es lo que surge norteamericanas sitúan la alfabetización aca-
de una indagación exploratoria que llevé a ca- démica en el corazón de la formación que
bo, a través de encuestas a estudiantes, análisis imparten. A continuación reseñaré los
de programas de cátedras, y relevamiento de resultados de una investigación que llevé a cabo
trabajos presentados en congresos de educa- sobre una decena de universidades australianas,
ción, y simposios de lectura y escritura4. Los 20 canadienses y 60 norteamericanas (para un
desarrollo de estos estudios, véase Carlino,
4
He analizado las comunicaciones presentadas en a) las 2002 a, 2002 b, 2002 d, y en prensa).
actas del II Congreso Internacional de Educación Debates
y utopías, organizado por el Instituto de Investigaciones ción de la Universidad Nacional de Luján en junio de
en Ciencias de la Educación, Facultad de Filosofía y Le- 2001, d) el Simposio de Inauguración de la Subsede de la
tras, Universidad de Buenos Aires, en julio de 2000, b) el Cátedra UNESCO Lectura, escritura y democracia, organi-
II Coloquio sobre Lectura y Escritura organizado por la Cá- zado por la Facultad de Educación, Universidad Nacio-
tedra UNESCO y el Instituto de Lingüística de la Uni- nal de Entre Ríos, Paraná, noviembre de 2001 y e) el
versidad de Buenos Aires, Salón del Senado de la Na- Seminario Internacional de Inauguración Subsede Cáte-
ción, Buenos Aires, noviembre 2000, c) las I Jornadas dra UNESCO Lectura y escritura: nuevos desafíos, Facultad
sobre La lectura y la escritura como prácticas académicas uni- de Educación, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza,
versitarias, organizadas por el Departamento de Educa- abril de 2002.

-5-
Alfabetización académica: un cambio necesario, algunas alternativas posibles Dra. Paula Carlino

En el caso de las australianas, me centraré en nicos altamente entrenados pero sub-educados


mostrar la importancia otorgada a la alfabetiza- en el sentido amplio del término”. (Aulich Re-
port, 1990, en Candy, 1995, p. ii).
ción académica a través de algunos documentos
institucionales, en tanto que para la educación A partir de la detección de necesidades
superior canadiense y norteamericana, explicaré como éstas, y de políticas gubernamentales sos-
el funcionamiento de diversos programas que tenidas, muchas casas de altos estudios comen-
materializan una concepción similar. zaron a encarar reformas curriculares y conco-
mitantes programas para el desarrollo profesio-
Leer, escribir y aprender a aprender en la edu- nal de sus docentes. Una muestra son los “Li-
cación superior australiana neamientos sobre alfabetización”, aprobados en
1997 por el Consejo Académico de la universi-
En Australia, desde hace algo más de
dad estatal de Western Australia, en la ciudad de
una década, las entidades gubernamentales li-
Perth, fundada en 1911. Este documento esta-
gadas a la educación superior y a la capacitación
blece los canales para promover la enseñanza de
para el trabajo vienen insistiendo en la necesi-
la lectura, la escritura y las estrategias de estudio
dad de que la universidad prepare para el futu-
de los alumnos dentro del ámbito superior (Re-
ro de los estudiantes. Esta política ha llevado a
solución 236/97, Western Australia University
indagar la cultura de un conjunto de profesio-
Academic Council). En uno de sus apartados,
nes y a incluir en diversas carreras la enseñanza
declara:
de ciertos quehaceres necesarios para participar
en las comunidades laborales. Las “habilidades “La cultura escrita es de suma importancia para
de comunicación” (oral y escrita) han sido con- todos los estudiantes, por lo cual su enseñanza
sideradas fundamentales (Bode, 2001; Soon- no debe ser considerada una actividad mera-
mente remedial” (La negrita en el original).
tiens et al., 2002).
También se ha reconocido que el desa-
Ocuparse de la lectura y escritura aca-
rrollo de las nuevas tecnologías de la informa-
démicas no es considerado sólo una cuestión de
ción y comunicación trae aparejado una acele-
los especialistas sino que atañe a toda la comu-
ración en la naturaleza cambiante del conoci-
nidad universitaria. En el apartado sobre “Res-
miento. Las NTIC maximizan las posibilidades
ponsabilidades”, se afirma que la universidad
individuales de acceder y transmitir los saberes
en su conjunto y sus integrantes de forma indi-
producidos socialmente. Por ello, se han ido
vidual deben comprometerse con la alfabetiza-
impulsando cambios institucionales para acoger
ción superior de los alumnos:
en el curriculum de las universidades acciones
que capaciten para el estudio y permitan seguir “La responsabilidad para lograr altos estándares
aprendiendo más allá de finalizada una carrera de alfabetización es compartida por muchos
(Guthrie et al., 2001). grupos e individuos dentro de la comunidad
universitaria: [...] la universidad [...], los comités
Asimismo, estos cambios están orienta- de enseñanza y aprendizaje [...], las facultades
dos por las falencias detectadas en un estudio [...], los departamentos [...], los coordinadores
del “Comité del Senado para la educación, el de cursos [...], los profesores [...], los servicios de
empleo y la capacitación”, según constan en el apoyo [...], la unidad de investigación institu-
apartado sobre Prioridades de Reforma en la cional [...], los estudiantes.”
Educación Superior:
Para cada uno de los estamentos ante-
“Australia está produciendo graduados que, con riores, la resolución indica responsabilidades
frecuencia, [...] no son pensadores críticos, ana- específicas. Por ejemplo, en lo que atañe al
líticos y reflexivos, que no están suficientemente cuerpo docente, manifiesta:
sintonizados con la necesidad de seguir apren-
diendo toda la vida y que no son buenos comu- “Los profesores deben facilitar la alfabetización
nicadores. En breve, estamos produciendo téc- terciaria a través de indicar estándares apropia-

-6-
Alfabetización académica: un cambio necesario, algunas alternativas posibles Dra. Paula Carlino

dos y modelar [mostrar en uso] las habilidades 2000). Asimismo, el Departamento de Desarro-
de comunicación y el discurso de las disciplinas. llo del Aprendizaje de la Universidad de Wo-
Asimismo, tendrán que proveer una adecuada
retroalimentación a las producciones de los es-
llongong, a 60 km de Sydney, creó un programa
tudiantes para ayudarles a mejorar sus habilida- de apoyo a los profesores de cada asignatura, en
des de lectura y escritura o superar sus caren- el que se les ayuda a rediseñar sus currículos
cias.” para integrar actividades de alfabetización aca-
démica y estrategias de aprendizaje, denomina-
Finalmente, en el apartado sobre “Prin- do Desarrollo integrado del lenguaje, la alfabetiza-
cipios orientadores”, se establece la necesidad
ción académica y el aprendizaje (Skillen et al.,
de formar recursos humanos para desarrollar
1998). Este programa se basa en el principio de
esta política:
que la educación superior exige desarrollar mo-
“Se reconoce que los profesores de cada disci- dalidades de estudio y dominio de lo escrito,
plina pueden no tener la experiencia para ense- nuevas y extrañas para el estudiante promedio
ñar a leer y a escribir en la universidad, o no es- que ingresa en la universidad (Skillen y Maho-
tar al corriente de las investigaciones en alfabe- ny, 1997).
tización terciaria, que son relevantes para favo-
En un sentido afín, las universidades y
recer las habilidades correspondientes. Por ello,
deberá proveérseles recursos adecuados para el facultades han reconocido explícitamente en
desarrollo profesional, que permitan implemen- sus estatutos que cada disciplina constituye una
tar esta política.” particular cultura escrita, con prácticas de in-
terpretación y producción textual característi-
Otro ejemplo es el de la Universidad cas, y que es función de los estudios superiores
Edith Cowan, de Perth, que, con apoyo del ayudar a los alumnos a ingresar en estas comu-
Consejo de Investigaciones Australianas, des- nidades discursivas. Así lo establece, por ejem-
arrolló a comienzos de los ‘90, un conjunto de plo, la Universidad Tecnológica de Victoria, en
investigaciones que culminaron con la imple- Melbourne, la cual estatuye la necesidad de que
mentación de un “Programa para el mejora- cada materia se ocupe de la alfabetización aca-
miento del aprendizaje de los alumnos”. Este démica de sus estudiantes. Y exige que la ense-
programa se ocupó de la capacitación volunta- ñanza de estas competencias para el estudio y la
ria de profesores de distintas facultades para comunicación
que adaptaran y llevaran a cabo en sus materias
actividades de enseñanza de estrategias de estu- “debe estar contextualizada y versar sobre el
dio, entendidas como modos de lectura y escri- contenido específico que los estudiantes tienen
que aprender” (Comité sobre Lenguaje y Alfa-
tura efectivos. Se partió de la idea de que el ob-
betización de la VUT, en Murphy y Stewart,
jetivo de cada asignatura no consiste en promo- 1999).
ver la acumulación del conocimiento sino su
comprensión y elaboración crítica, y que los En resumen, la mayoría de las universi-
profesores no pueden desligarse de que esto dades públicas del país oceánico han creado
efectivamente ocurra (Bailey y Vardi, 1999; Centros de Aprendizaje y Enseñanza, que inda-
Chalmers y Fuller, 1996). gan las necesidades educativas de su población
Una muestra similar es el Programa de de alumnos y docentes, y que desarrollan pro-
“Buenas prácticas de enseñanza y aprendizaje” gramas de orientación a profesores para mejo-
de la Universidad Tecnológica de Curtin, tam- rar la educación que imparten. Estas institucio-
bién en Perth, que ha favorecido la colabora- nes consideran que cualquier asignatura, ade-
ción entre distintos departamentos y especialis- más de enseñar los conceptos disciplinares es-
tas en pedagogía del Grupo de Enseñanza del pecíficos, debe contemplar acciones tendientes
Aprendizaje de la universidad, para “ayudar a a desarrollar “habilidades de comunicación” en
los alumnos a desarrollar estrategias de apren- los alumnos y promover “actitudes y estrategias
dizaje auto-dirigidas” (Radloff y de la Harpe, para que deseen y puedan continuar apren-

-7-
Alfabetización académica: un cambio necesario, algunas alternativas posibles Dra. Paula Carlino

diendo por su cuenta toda la vida”. Las conci- universitarios también ocupa la atención de sus
ben parte de la alfabetización académica, es de- instituciones y es destino de importantes recur-
cir, intrínsecas a la función social de la univer- sos. Existe igual conciencia acerca de que la es-
sidad de facilitar el ingreso en las comunidades critura es central en la formación universitaria,
científicas y/o profesionales. entendiendo que no se aprende a escribir en el
Tres son las razones por las que la re- vacío sino a partir del campo de problemas in-
presentación más generalizada acerca de la en- herentes a una determinada disciplina. Escribir,
señanza de la alfabetización académica sostiene leer y pensar aparecen entrelazados, determi-
integrarla en cada asignatura. En primer lugar, nando la comprensión que los alumnos puedan
porque existe una relación muchas veces indi- lograr sobre lo que estudian:
sociable entre pensamiento y lenguaje escrito.
Por ejemplo, “Suponer que alguien que no sabe escribir pue-
de pensar con claridad es una ilusión: la palabra
“tomar notas de textos o escribir apuntes de cla- escrita es la herramienta básica del pensamien-
se no son procesos separables del aprendizaje de to. Aquellos que no puedan usarla competen-
una asignatura, que puedan ser enseñadas por temente estarán en desventaja no sólo para co-
expertos ajenos a la misma, ya que tomar notas municar sus ideas a otros sino para definir, des-
adecuadamente depende de la comprensión de arrollar y entender esas ideas para sí mismos”.
aquello sobre lo que se toma nota, es decir, de (Writing at Yale, en Thurn, 1999, p. 38).
la materia.” (Biggs, en Chalmers y Fuller, 1996).
En la misma línea, se subraya la insepa-
En segundo lugar, porque ciertas estra- rabilidad entre comprensión, producción de
tegias de estudio, que involucran la lectura y la textos y conocimiento:
escritura, son dependientes del contexto y no
“Lectura, escritura y pensamiento conforman
logran ser transferidas si se aprenden por fuera
juntos los procesos de discurso intelectual. Se
del abordaje de ciertos contenidos específicos. llega a ser un buen escritor, un pensador crítico
Por último, es necesario que cada docente se y un lector con discernimiento trabajando sobre
haga cargo de enseñar las prácticas discursivas estas tres actividades integradamente”. (Brown
propias de su dominio, si quiere ayudar a sus University Writing Program, en Thurn, 1999,
p. 2).
alumnos a ingresar en su cultura, es decir, en
sus modos de pensamiento y géneros textuales
A partir de esta conciencia sobre la cen-
instituidos.
tralidad de la escritura en los procesos de cono-
Este punto de vista, de integrar la ense-
cimiento, las instituciones canadienses y nor-
ñanza de la lectura, escritura y procedimientos
teamericanas se ocupan de la alfabetización
de estudio en el dictado de las asignaturas, no
académica de los alumnos. La mayoría de las
ha existido desde siempre sino que, para im-
universidades objeto de mi análisis sostienen
plementarse, ha demandado cambios institu-
Programas de Escritura que alinean sus prácti-
cionales en los que se ha debido revisar los ob-
cas con el ideario del movimiento Writing Across
jetivos de la formación de graduados, asegurar
the Curriculum (Escribir a Través del Curricu-
modificaciones curriculares y disponer los me-
lum). La necesidad de integrar en el dictado de
dios necesarios para la capacitación y el desarro-
cada materia actividades de composición se pre-
llo profesional de los profesores. Y esto no ha
senta con dos vertientes: a) escribir para apren-
ocurrido sin dar batallas (Percy y Skillen, 2000;
der los contenidos de una materia y b) escribir
Skillen y Mahony, 1997).
para apropiarse de las convenciones discursivas
de la misma. La vertiente a) parte de la premisa
Escribir a través del curriculum en universida- de que los estudiantes sólo asimilan lo enseña-
des canadienses y norteamericanas do en la medida en que se involucran activa-
En los dos países más septentrionales de mente en los temas de cada asignatura; por tan-
América, el desarrollo de la escritura de los to, escribir sobre estos temas es una forma de

-8-
Alfabetización académica: un cambio necesario, algunas alternativas posibles Dra. Paula Carlino

adueñarse del contenido disciplinar. La pro- so, algunas universidades ofrecen opciones a los
ducción de textos es considerada, así, una acti- estudiantes.
vidad privilegiada de comprometerse con lo es- Una de las formas más difundidas de
tudiado para hacerlo propio5. La vertiente b) satisfacer el requisito son los cursos específicos
señala que escribir permite internalizar los pa- de Composición, que se ofrecen al inicio de los
trones comunicacionales de cada disciplina, estudios, semejantes a nuestros talleres de escri-
constitutivos de sus formas de pensamiento. tura. Sin embargo, la mayoría de las universi-
Los Programas de Escritura investigados dades van más allá de estas asignaturas intro-
asumen la idea expresada por Bogel y Hjorshoj ductorias porque entienden que es preciso en-
(1984, p. 12) de que “una disciplina es un espa- señar a redactar y a analizar textos dentro del
cio discursivo y retórico, tanto como concep- contexto en donde se requiere escribirlos e in-
tual”. Esta noción lleva a fundamentar la ubi- terpretarlos:
cuidad de la enseñanza de la escritura, como
una tesis central de este movimiento. Se apunta Ningún curso de primer año puede preparar a
los estudiantes para escribir [y leer] en el cuarto
a transformar las actitudes más generalizadas, año, en el nivel de complejidad requerida.
que reiteradamente han tendido a depositar la (Gottschalk, 1997, p. 41).
instrucción redaccional en cursos iniciales a
cargo de docentes que no son miembros de las Por ello, casi todas han creado Centros
comunidades disciplinares a las que los alum- de Escritura con un cuerpo de “tutores de es-
nos aspiran a ingresar: critura” (estudiantes de grado y/o posgrado,
capacitados y supervisados). Estos tutores reci-
un programa de escritura debe trabajar para, ben las consultas de los alumnos, quienes se
con y en beneficio de las disciplinas, el sitio en
el que el lenguaje habita; no puede estar aislado acercan al Centro con los borradores de sus
administrativamente. (Gottschalk, 1997, p. 23). trabajos para las distintas materias, a fin de re-
cibir comentarios y orientaciones sobre cómo
La casi totalidad de las universidades desarrollarlos y mejorarlos (Harper, Talley, y
investigadas presentan lo que ellas llaman un Thurn, 1999). Además, los Centros de Escritu-
“requerimiento de escritura”, es decir, la exi- ra ofrecen materiales bibliográficos, guías breves
gencia de que todos sus egresados hayan cum- que abordan problemas puntuales de escritura y
plimentado ciertas materias relacionadas con la sostienen sitios de Internet, en los que pueden
composición (Moghtader et al., 2001). Con in- obtenerse recursos para profesores y alumnos y,
dependencia de la carrera que sigan, pues, los en algunos casos, solicitar tutorías a través del
estudiantes suelen tener un curriculum nuclear correo electrónico. Estos mismos centros reali-
que incluye la enseñanza de la escritura acadé- zan en muchos casos acciones de capacitación
mica. Ahora bien, la manera de saldar este re- dirigidas al cuerpo de profesores de la universi-
quisito varía de una universidad a otra e, inclu- dad.
En tercer lugar, algunas universidades
han implementado un sistema de “compañeros
5 de escritura en las materias” con el mismo per-
La idea de que escribir dentro del contexto de una asig-
natura cualquiera revierte en un mayor compromiso del fil y tareas que los tutores, pero que funciona
estudiante para con esa materia ha sido confirmada por dentro de las clases de las distintas materias que
los resultados de una encuesta evaluativa realizada en los solicitan. Los compañeros de escritura son
Harvard acerca de la percepción de los alumnos sobre sus un equivalente a nuestros ayudantes de cátedra,
experiencias educativas en la universidad. Para los estu-
pero cuyo rol es discutir los borradores de los
diantes, la cantidad de escritura llevada a cabo en una
materia, junto al apoyo del docente para realizarla, es el escritos de los alumnos, para guiarlos en el per-
factor que más incide en su involucramiento, medido en feccionamiento de sus producciones (Leahy,
términos del tiempo dedicado a la materia, del desafío 1999 y 2000). También se reúnen con el profe-
intelectual que les representa y del monto de interés que sor de la materia para contribuir a que las con-
suscita (Light, 2001).

-9-
Alfabetización académica: un cambio necesario, algunas alternativas posibles Dra. Paula Carlino

signas de escritura, los criterios de evaluación y estudia el mejor modo de responderlas con ob-
las observaciones o correcciones del docente se servaciones. En fin, se reflexiona sobre los dis-
vuelvan lo más informativas posibles y sirvan al tintos niveles textuales y momentos del proceso
aprendizaje en mayor medida de lo que lo redaccional, sobre la enseñanza y el aprendizaje,
hacen de forma usual. sobre los puentes que pueden tenderse entre lo
Por último, las “materias de escritura que los universitarios traen y la cultura escrita
intensiva” son la adaptación de diversas asigna- inherente a un campo del conocimiento.
turas ya existentes para las cuales escribir es
constitutivo de sus respectivas disciplinas. Estas
CAMBIOS INSTITUCIONALES Y CURRICULARES
materias han incluido un componente de ense-
NECESARIOS
ñanza de la producción escrita, junto al dictado
de los contenidos conceptuales específicos, y Las universidades australianas, cana-
han modificado sus programas para hacer lugar dienses y norteamericanas se ocupan de cómo
en sus curricula al trabajo directamente relacio- sus alumnos interpretan y producen textos aca-
nado con el escribir. démicos. La tendencia a despreocuparse o a
En los estatutos de las universidades preocuparse por cómo lo hacían ha sido cues-
que cuentan con materias de escritura intensi- tionada y reconvertida en un compromiso insti-
va, se especifican los créditos adicionales que tucional. Los estatutos, los recursos y las prácti-
estas materias otorgan por contener este com- cas efectivas hablan del lugar que han hecho en
ponente de escritura, se pauta el mínimo de sus curricula a la alfabetización académica. Este
trabajos escritos que deben realizar los alumnos cambio ha sido alentado por la constatación de
y las condiciones en que han de llevarse a cabo que
(tiempos que permitan la revisión sustantiva de a) lectura y escritura son necesarias para apren-
los borradores). También, para considerar una der a pensar críticamente dentro de los
materia (por ejemplo, Biología Molecular o Fi- marcos conceptuales de cada disciplina,
losofía I) como de “escritura intensiva” se exige b) ingresar en la cultura escrita de cualquier
dedicar parte de las clases a la enseñanza especí- dominio de conocimiento exige dominar sus
fica de la escritura (a través de tutorías ofrecidas prácticas discursivas características,
por el docente, análisis grupal, comentario de c) producir e interpretar textos especializados,
pares, etc.) y se solicita que los programas expli- según los modos académicos, implica capa-
citen los modos de evaluarla, se pauta el máxi- cidades aún en formación no alcanzables es-
mo semanal de páginas del material bibliográfi- pontáneamente.
co dado para leer -a fin de dejar tiempo al escri- La transformación llevada a cabo también se
bir-, el tope en la cantidad de alumnos que asis- basa en la necesidad de tener en cuenta los re-
ten a una comisión, etc. Asimismo, para que querimientos comunicativos de los futuros pro-
una materia pueda ser acreditada como “de es- fesionales y de formar graduados que puedan
critura intensiva”, cumplimentando estos requi- seguir aprendiendo por su cuenta una vez fina-
sitos, los docentes a cargo reciben formación y lizados sus estudios.
asesoramiento por parte del staff de los Centros Ahora bien, ¿qué pasaría si nuestras ins-
de Escritura (Gilliland, 1997; Hilgers et al., tituciones comenzaran a debatir estas ideas y
1995). Esta capacitación se centra, especialmen- algunos docentes se acercaran a estos mismos
te, en las prácticas de evaluación a través de la puntos de partida? Ciertas cátedras podrían
escritura que llevan a cabo las cátedras: se redi- emprender, a título individual, acciones aisla-
señan las consignas de escritura dadas, para vol- das, como de hecho ya ocurre con unas pocas
verlas más fértiles; se hacen manifiestos los materias, según lo atestiguan las presentaciones
criterios de evaluación y se dan por escrito a los realizadas en las I Jornadas sobre La lectura y la
alumnos en forma anticipada; se analizan escritura como prácticas académicas universitarias,
muestras de producciones de los alumnos y se organizadas por el Departamento de Educación

-10-
Alfabetización académica: un cambio necesario, algunas alternativas posibles Dra. Paula Carlino

de la Universidad Nacional de Luján, en junio bién es cierto que trabajarían en interacción


de 2001 (Benvegnú et al., 2001). con los alumnos y docentes de todos los depar-
No obstante, para intentar generalizar tamentos o cátedras, promoviendo y siendo
estas experiencias, los claustros que gobiernan impulsados a la vez por la reflexión conjunta
las instituciones deberían considerar la enver- entre especialistas disciplinares y expertos en
gadura del problema y legislar de forma con- lectura, escritura y aprendizaje. Por último, he
comitante. Se precisan estatutos y programas pensado que los ayudantes de primera podrían
defendidos institucionalmente para sostener la integrarse a este programa y reconvertir sus ac-
alfabetización académica a lo largo y ancho de tuales funciones dando lugar a un nuevo rol
la universidad. Es necesario un marco explícito vinculado con la cultura escrita de cada campo
que fundamente, oriente, estimule y reconozca de estudios.
a las cátedras que decidan intentar el desafío. Y
se requiere, al menos, una mínima estructura
CONCLUSIONES
que posibilite llevar a la práctica el ideario des-
arrollado en este trabajo. En este trabajo he querido mostrar có-
Los cuatro modelos implementados por mo los estudios sobre alfabetización académica
las universidades indagadas no se contraponen permiten echar luz a uno de los problemas más
sino que pueden coexistir dentro de una misma recurrentes en nuestra educación superior: las
institución y complementarse. Tal vez en nues- dificultades de los universitarios para interpre-
tras casas de estudio estemos lejos de poder ins- tar y producir textos académicos en el contexto
titucionalizar las “materias de escritura intensi- de las diversas materias. También he presenta-
va”, tal como son planteadas por las universi- do los esfuerzos de otros países para hacerse
dades anglosajonas, ya que ello, entre otras co- cargo de enfrentar estas dificultades. He indi-
sas, exigiría ampliar la carga horaria de los do- cado que sus experiencias no son propuestas
centes implicados, a menos de que algunos de- remediales sino que parten de la reconceptuali-
seen probar su funcionamiento de forma expe- zación acerca de lo que está en juego cuando se
rimental. En cambio, no vislumbro tan remota lee y se escribe en la universidad. Admiten que
la posibilidad de instituir un programa de “tu- no se trata de que sus alumnos llegan mal for-
tores de escritura” y tampoco de instrumentar mados a los estudios de grado sino que éstos
otro programa de “compañeros de escritura en plantean desafíos discursivos propios y que es
las materias”. En ambos casos, los encargados responsabilidad institucional disponer los me-
de discutir los trabajos escritos de los alumnos y dios para ayudar a afrontarlos.
de ofrecerles retroalimentación serían estudian- Ahora bien, ¿pueden nuestras universi-
tes, con la debida preparación, supervisión y dades seguir ajenas a esta problemática? ¿Con-
reconocimiento institucional (por ejemplo, con tinuarán las quejas de lo mal que leen y escri-
nombramiento de ayudantes de segunda o con ben los estudiantes? ¿Persistirá la idea de que
un número de créditos otorgados al permane- deberían ya poder realizarlo solos? ¿Se seguirá
cer en esta tarea durante cierto tiempo). Estos culpando por lo que no ocurre a niveles ante-
programas requerirían escaso financiamiento, si riores del sistema educativo? ¿Se mantendrá la
se lo compara con la utilidad del servicio que creencia de que leer y escribir conciernen sólo a
podrían brindar a toda la comunidad universi- los especialistas, por ejemplo, dentro de un ta-
taria. Realmente, como señalan Casper y Leahy ller inicial contemplado en algunas institucio-
(1998), no se trataría sólo de un “servicio” sino nes?
de un emprendimiento colectivo e interdisci- Este trabajo aporta algunas razones y
plinario. Porque, si bien los tutores y los com- varios modelos para intentar un cambio de
pañeros de escritura recibirían su formación rumbo pero es su intención que no sólo mis
como tales dentro de un Centro de Escritura colegas, los docentes, abreven en ellas. Desearía
-creado en función de estos programas-, tam- que el problema de la lectura y escritura en la

-11-
Alfabetización académica: un cambio necesario, algunas alternativas posibles Dra. Paula Carlino

universidad dejara de ser adjudicado a los (Eds.), Teaching Prose. A Guide for Writing Instructors.
alumnos y pasara a convertirse en tema de ocu- N.Y.: Norton. 1-19.
pación institucional. Desearía que mi escrito CANDY, PH. (1995) “Developing lifelong learners
through undergraduate education”. En L. Summers
sirviera también a los estamentos que deciden
(Ed.) A Focus on Learning, pp. ii-viii. Actas de la cuarta
el curriculum de las carreras y a las autoridades conferencia anual del Foro de Enseñanza y Aprendi-
que gestionan los recursos. Desearía que todos zaje, febrero de 1995, Perth, Australia.
volviéramos a pensar los modos en que la uni- CARLINO, P. (2001) “Hacerse cargo de la lectura y la escri-
versidad se reponsabiliza por fomentar la cultu- tura en la enseñanza universitaria de las ciencias so-
ra escrita específica de sus carreras, o se desen- ciales y humanas”. Ponencia presentada en las Jorna-
tiende de que ello ocurra. das sobre La lectura y la escritura como prácticas académi-
cas universitarias, Universidad Nacional de Luján, ju-
nio de 2001. Disponible en Internet en:
http://www.unlu.edu.ar/~redecom/
REFERENCIAS
CARLINO, P. (2002 a) “Enseñar a escribir en la universi-
ALVARADO, M. (2000) “La escritura en la Universidad: dad. Cómo lo hacen en Estados Unidos y por qué”.
repetir o transformar”. Ciencias Sociales, Publicación Revista Iberoamericana de Educación, versión digital,
de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, nº 43, agosto. Disponible en Internet en:
pp. 1-3. http://www.campus-
ARNOUX, E., DI STEFANO, M. Y PEREIRA, C. (2002) La oei.org/revista/deloslectores/279carlino.pdf
lectura y la escritura en la universidad. Buenos Aires, CARLINO, P. (2002 b) “Enseñar a escribir en todas las
Eudeba. materias: cómo hacerlo en la universidad”. Ponencia
BAILEY, J. Y VARDI, I. (1999) “Iterative feedback: impacts invitada en el Panel Enseñanza de la Escritura, Semina-
on student writing”. Ponencia presentada en la Con- rio Internacional de Inauguración de la Subsede Cá-
ferencia Internacional Anual de la Sociedad de Aus- tedra UNESCO, Instituto de Lectura y Escritura, Fac.
tralasia para la Investigación y Desarrollo de la Edu- de Educación, Univ. Nac. de Cuyo, Mendoza, abril
cación Superior, Melbourne, julio de 1999. de 2002. Disponible en Internet en:
BARKER, G. (2000) “First year students’ perception of http://www.educ.ar/educar/superior/biblioteca_digi
writing difficulties in science”. Ponencia presentada tal/
en la Forth Pacific Rim, First Year in Higher Educa- CARLINO, P. (2002 c) “Enseñar a planificar y a revisar los
tion Conference 2000: “Creating Futures for a New textos académicos: Haciendo lugar en el curriculum a
Millennium”, Queensland University of Technology, la función epistémica de la escritura”. Comunicación
Brisbane, 5-7 julio de 2000. Libre en las IX Jornadas de Investigación, Facultad de
BEASLEY, C. Y KNOWLES, S. (1995) “Postgraduate writing Psicología, Universidad de Buenos Aires, agosto de
instruction: General versus discipline-specific”. En K. 2002.
Chanock y L. Burley (eds.) Integrating the Teaching of CARLINO, P. (2002 d) “Leer, escribir y aprender en la
Academic Discourse into Courses in the Disciplines, pp. universidad: cómo lo hacen en Australia y por qué”.
298-317. Melbourne: La Trobe University, 21-22 de Investigaciones en Psicología, Revista del Instituto de In-
noviembre de 1994. vestigaciones de la Facultad de Psicología de la Uni-
BENVEGNÚ, M. A., GALABURRI, M. L., PASQUALE, R. Y versidad de Buenos Aires, Año 7, Vol 2.
DORRONZORO, M. I. (2001) “La lectura y escritura CARLINO, P. (2002 e) “¿Quién debe ocuparse de enseñar
como prácticas de la comunidad académica”. Ponen- a leer y a escribir en la universidad? Tutorías, simula-
cia presentada en las I Jornadas sobre La lectura y la cros de examen y síntesis de clases en las humanida-
escritura como prácticas académicas universitarias, organi- des. Lectura y Vida. Revista latinoamericana de lectura,
zadas por el Departamento de Educación de la Uni- año 23, Nº 1, marzo.
versidad Nacional de Luján, Buenos Aires, junio de CARLINO, P. (en prensa) “Escribir a través del curricu-
2001. Disponible en Internet en: lum: tres modelos para hacerlo en la universidad”.
www.unlu.edu.ar/~redecom/ Lectura y vida. Revista latinoamericana de lectura. Traba-
BODE, J. (2001) “Helping Students to Improve Their jo enviado en febrero y aceptado para publicar en
Writing Skills”. En D. Canyon, S. McGinty y D. agosto de 2002.
Dixon (eds.) Tertiary Teaching: Flexible Teaching and CARTWRITGHT, P. Y NOONE, L. (2000) “TULIP (Tertiary
Learning Across the Disciplines. Craftsmen Products Pty. Literacy Integration Program): A project that focuses
Ltd, Sydney. on the literacy development of tertiary students”. Po-
BOGEL, F. Y HJORTSHOJ, K. (1984) “Composition Theory nencia presentada en la Forth Pacific Rim, First Year
and the Curriculum”. En F. Bogel y K. Gottschalk in Higher Education Conference 2000: “Creating Fu-

-12-
Alfabetización académica: un cambio necesario, algunas alternativas posibles Dra. Paula Carlino

tures for a New Millennium”, Queensland University LEAHY, R. (2000) “When your students use the writing
of Technology, Brisbane, 5-7 julio de 2000. center, what do they get out of it?” Word Works nº
CASPER, D. Y LEAHY, R. (1998) “Return of the 105, octubre.
WACRATS”. Word Works, nº 95, diciembre. LIBEDINSKY, M. (1998) “Evaluación del aprendizaje en la
CASSANY, D. (1997) “Idees per aprendre escrivint”. Arti- universidad”. Ponencia presentada en el IX Encontro
cles de Didàctica de la Llengua i de la Literatura nº 13, Nacional de Didática e Prática do Ensino. Universidad
julio. 91-100. de San Pablo, mayo de 1998.
CHALMERS, D. Y FULLER, R. (1996) Teaching for Learning LIGHT, R. J. (2001) Making the Most of College: Students
at University. London: Kogan Page. Speak Their Minds. Harvard University Press.
CHANOCK, K. (2000) “Evaluating one-to-one support for MARUCCO, M. (2001) “La enseñanza de la lectura y la
academic literacy: From intuition to documentation”. escritura en el aula universitaria”. Ponencia
En Lens on Literacy. Actas de la Australian Council for presentada en las I Jornadas sobre La lectura y la
Adult Literacy Conference, 21-23 setiembre. Perth, escritura como prácticas académicas universitarias,
Western Australia, ACAL. organizadas por el Departamento de Educación de la
DE LA HARPE, B. RADLOFF, A., GIDDY, J., ZADNIK, M. Y Universidad Nacional de Luján, Buenos Aires, junio
YUKICH, J. (2000) “Developing a practical resource to de 2001. Disponible en Internet en:
enhance student’s academic writing skills”. En A. www.unlu.edu.ar/~redecom/
Herrmann y M. M. Kulski (Eds.), Flexible Future in MOGHTADER, M, COTCH, A. y HAGUE, K. (2001) “The
Tertiary Teaching. Actas de la novena conferencia First-Year Composition Requirement Revisited: A
anual del Foro de Enseñanza y Aprendizaje, febrero Survey”. College Composition and Communication Vol.
de 2000, Perth, Australia. 52 Nº 3, febrero, pp. 455-462.
FLOWER, L. (1979) “Writer-Based Prose: A Cognitive MUÑOZ, C. (2001) “Una experiencia en torno a la
Basis for Problems in Writing”. College English, 41, se- enseñanza de la lectura y escritura como modos del
tiembre, 19-37. trabajo intelectual en la universidad”. Ponencia
GILLILAND, M. (1997) “Essay Response Consultation, presentada en las I Jornadas sobre La lectura y la
Responding to Student Papers: Instructors Consult escritura como prácticas académicas universitarias,
with Tutors”. Trabajo presentado en la Conference on organizadas por el Departamento de Educación de la
College Composition and Communication, National Universidad Nacional de Luján, Buenos Aires, junio
Council of Teachers of English, Phoenix. de 2001. Disponible en Internet en:
www.unlu.edu.ar/~redecom/
GOODY, J. (1996) Cultura escrita en sociedades tradicionales.
MURPHY, H. Y STEWART, B. (1999) “The integration of a
Barcelona, Gedisa. Edición original en inglés de
language and learning program into a business law
1968.
subject”. Ponencia presentada en la Conferencia
GOTTSCHALK, K. (1997) “Putting -and Keeping- the Cor-
Internacional Anual de la Sociedad de Australasia
nell Writing Program in Its Place: Writing in the Dis-
para la Investigación y Desarrollo de la Educación
ciplines”. Language and Learning Across the Disciplines Superior, Melbourne, julio de 1999.
2.1, abril, pp. 22-45.
OLSON, D. (1998) El mundo sobre el papel. El impacto de la
GUTHRIE, R., MCGOWAN, J. Y DE LA HARPE, B. (2001)
escritura y la lectura en la estructura del conocimiento.
“Professional skills? - ‘When the going gets tough, the
Barcelona, Gedisa. Edición original en inglés de
tough have a meeting’”. En A. Herrmann y M. Kulski
1994.
(Eds.), Expanding Horizons in Teaching and Learning.
Actas de la conferencia anual del Foro de Enseñanza ONG, W. (1987) Oralidad y escritura, tecnologías de la pala-
y Aprendizaje, febrero de 2001, Perth, Australia. bra. México, Fondo de Cultura Económica. Edición
original en inglés de 1982.
HARPER, M., TALLEY, L. y THURN, D. (1999) Report on the
Princeton University Writing Center. Mimeo, Princeton PERCY, A. Y SKILLEN, J. (2000) “A systemic approach to
Writing Program, Princeton, N.J. working with academic staff: Addressing the
confusion at the source”. National Language and
HILGERS, T., BAYER, A., STITT-BERGH, M. Y TANIGUCHI,
Academic Skills Conference “Sources of Confusion”,
M. (1995) “Doing More Than «Thinning Out the
La Trobe University, Boondora. 27-28 de noviembre
Herd»: Perceived Writing-Intensive Classes”. Research
de 2000.
in the Teaching of English, Vol. 29, Nº 1, febrero. 59-
RADLOFF, A. Y DE LA HARPE, B. (2000) “Helping students
87.
develop their writing skills - a resource for lecturers”.
LEAHY, R. (1994) “What makes the Writing Center in-
En Flexible Learning for a Flexible Society, Actas del
teresting?”. Word Works Nº 67, marzo. ASET Higher Education Research and Development
LEAHY, R. (1999) “Four aspects of conducting successful in South Asia Conference. Toowoomba,
writing assignments”. Word Works nº 100, noviembre. Queensland, julio de 2000.

-13-
Alfabetización académica: un cambio necesario, algunas alternativas posibles Dra. Paula Carlino

RUSSELL, D. (1990) “Writing Across the Curriculum in VARDI, I. (2000) “What lecturers’ want: an investigation
Historical Perspective: Toward a Social Interpreta- of lecturers’ expectations in first year essay writing
tion”. College English, 52, enero, pp. 52-73. tasks”. Ponencia presentada en la Forth Pacific Rim,
RUSSELL, D. (1997) “Writing and Genre in Higher Edu- First Year in Higher Education Conference 2000:
cation and Workplaces: A Review of Studies That “Creating Futures for a New Millennium”, Queen-
Use Cultural-Historical Activity Theory”. Mind, Cul- sland University of Technology, Brisbane, 5-7 julio de
ture, and Activity, 4(4), pp. 224-237. 2000.
SCARDAMALIA, M. y BEREITER, C. (1985) “Development VÁZQUEZ, A. Y NOVO, M. (1999) Producción de textos y
of dialectical processes in composition”. En D. Ol- comunicación del conocimiento. Río Cuarto, Departa-
son, N. Torrance y A. Hildyard, Literacy, Language and mento de Imprenta y Publicaciones de la Universidad
Learning. Cambridge: C.U.P. Nacional de Río Cuarto.
SKILLEN, J. Y MAHONY, M. (1997) “Learning and Literacy VÉLEZ DE OLMOS, G. Y RINAUDO, C. (1996) “La lectura
Development in Higher Education: An Issue of en la universidad: experiencias de aprendizaje coope-
Institutional Change”. Actas de la Conferencia de rativo”. Comunicación libre en el I Congreso Inter-
1997 de la Asociación Australiana para la nacional de Educación Educación, Crisis y Utopías, or-
Investigación Educativa, Brisbane, Australia. ganizado por el Instituto de Ciencias de la Educa-
ción, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de
SKILLEN, J., MERTEN, M., TRIVETT, N. Y PERCY, A. (1998)
Buenos Aires, julio de 1996.
“The IDEALL approach to Learning Development: a
model for fostering improved literacy and learning WOODWARD-KRON, R. (1999) “Learning the discourse of
outcomes for students”. Actas de la Conferencia de a discipline: the nature of the apprenticeship”. Po-
1998 de la Asociación Australiana para la Investiga- nencia presentada en la Conferencia Internacional
ción Educativa. Anual de la Sociedad de Australasia para la Investiga-
ción y Desarrollo de la Educación Superior, Mel-
SOMMERS, N. (1980) “Revision Strategies of Student
bourne, julio de 1999.
Writers and Experienced Adult Writers”. College
Composition and Communication, Vol. 31, diciembre,
378-388.
SOMMERS, N. (1982) “Responding to Student Writing”.
College Composition and Communication, Vol. 33, Nº 2,
mayo, 148-156.
SOONTIENS, W., DE LA HARPE, B. Y BRIGUGLIO, C.
(2002) “Assessing professional skill development at a
third year level”. Actas de la 11ª Conferencia Anual
del Teaching Learning Forum, 5-6 de febrero de 2000.
Perth: Edith Cowan University.
SPINKS, S. (2000) “The task of academic writing and the
first year experience: the importance of marker to
student communication”. Ponencia presentada en la
Forth Pacific Rim, First Year in Higher Education
Conference 2000: “Creating Futures for a New Mil-
lennium”, Queensland University of Technology,
Brisbane, 5-7 julio de 2000.
STEIMAN, J. Y MELONE, C. (2000) Algunos recursos didácti-
cos para el trabajo con textos en la educación superior. Fi-
cha de cátedra: Didáctica IV, Facultad de Ciencias
Sociales, Universidad Nacional de Lomas de Zamora.
STEVENSON, M. (2000) “Putting ‘literacy’ into ‘tertiary
literacy’: The importance of situating the concept of
tertiary literacy in the discourse of literacy”. En Lens
on Literacy. Actas de la Australian Council for Adult
Literacy Conference, 21-23 setiembre. Perth, Western
Australia, ACAL.
THURN, D. (1999) A Comparative Report on Writing Pro-
grams. Mimeo, Princeton Writing Program, Prince-
ton, N.J.

-14-

También podría gustarte