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EN BÚSQUEDA DEL PARAÍSO1

Eran los últimos días del mes de abril de 2,005, cuando Buenaventura Sáenz
(Ventura) se encontraba revisando sus cuentas bancarias. El dinero distribuido en
sus cuentas monetarias y de ahorro, ya solo cubrirían los gastos del mes de mayo.
Había llegado el momento que desde hacía cinco meses y medio, había
planificado para culminar el camino de la búsqueda de una empresa que quisiera
contratar sus servicios. Su plan había sido emplearse en calidad de dependencia y
a pesar de múltiples contactos, no había logrado el fin perseguido.

Ventura tenía ante sí un problema: ¿qué hacer? Había contactado amigos, que a
su vez le habían presentado ejecutivos y empresarios de grandes y medianas
compañías, que necesitaban personal para cubrir puestos ejecutivos, para los que
él estaba capacitado. Por su cuenta, había revisado los listados de empleos de
varias empresas nacionales y transnacionales, de las cuales algunas le habían
respondido que le interesaba su experiencia, pero todo se había quedado en “tu
experiencia es muy completa y consideramos que nos ayudarás en la empresa. Te
contactaremos al terminar nuestro proceso de evaluación”.

Las múltiples oportunidades, que en un principio se habían considerado con una


alta probabilidad de éxito, no se habían dado y las urgencias de cubrir los puestos
ejecutivos faltantes, más parecían no ser ni importantes, ni urgentes, sino que
eran procesos que tomaban tiempo, en una forma indefinida sin especificar fechas
concretas, pero con necesidades reales. Ventura se preguntaba sin responderse
por supuesto, ¿Cuál será el mejor camino a tomar en estas indefiniciones?,
¿tomar una decisión firme y concreta que defina el futuro por la vía emprendedora
o continuar en la búsqueda y armarse de paciencia y esperar que las cosas se
dieran cuando tuvieran que darse?
Antecedentes:

Ventura era casado, con un hogar estable, dos hijos de 9 y 10 años, su esposa era
una ejecutiva con una trayectoria de mucha estabilidad y ascenso en una de las
compañías más importantes del país, por lo tanto dos ingresos altos en la familia.

Ventura contaba con formación en instituciones de excelencia académica, pues a


finales de los años 90´s concluyó estudios de maestría en administración de
negocios en una escuela de alto nivel en Latino América; contaba con estudios de
maestría en tecnología de alimentos en Estados Unidos, obtenido por medio de
una beca de estudios, y con estudios de pre grado en Veterinaria, en la
universidad nacional, en donde fue alumno destacado, lo que le permitió iniciar
1
Este caso ha sido escrito por el Doctor Neftalí Alejandro Villanueva, bajo la supervisión de Mélida De León,
pretende servir como base de discusión en clase, para los cursos de gestión y desarrollo de recursos humanos,
antes que demostrar el manejo correcto o incorrecto de una situación administrativa. (primer borrador)

Guatemala, mayo de 2005


desde muy joven en la vida académica y posteriormente involucrarse en lo que su
formación le permitió.

Como todo profesional de la nueva economía, el español era su lengua nativa,


hablaba muy bien el inglés, por que había tenido la oportunidad de estudiar en
Estados Unidos en dos ocasiones; manejaba un nivel intermedio de alemán y
portugués. En su desempeño laboral, había trabajado para compañías
transnacionales, con trayectoria ascendente, pues estuvo durante tres años en
una Farmacéutica en el área de mercadeo y ventas; cinco años en una empresa
norteamericana desempeñando dos posiciones. Una de investigación y desarrollo
que le llevó a mucha autorrealización, y, la segunda, como responsable del área
de mercadeo y ventas en la región centro americana.

Sin embargo, esta trayectoria, que de hecho Ventura la consideraba exitosa, a su


criterio también le traía dificultades, porque algunas de las explicaciones que
recibía en los procesos de aplicación eran la sobre calificación. Además, acerca
de su formación, consideraba que todavía existían tabúes, porque normalmente
las empresas encajonan a las personas en función de su formación, llevando esto
también a una falta de visión multidisciplinaria y de trabajo en equipo.

Por la trayectoria que tenía, Ventura a sus 46 años de edad, consideraba que la
escala salarial también era un factor que tenía peso en sus procesos de
búsqueda, porque en su último empleo con una compañía centroamericana
devengaba un promedio de US$4,000.00 más algunas prestaciones adicionales,
en una posición que incluía coordinar actividades en países de Centro y
Latinoamérica. El salario, consideraba que era un factor que en ocasiones se
convertía en un obstáculo, porque la escala salarial de las organizaciones
medianas por ejemplo, no contemplaban en su estructura niveles como éstos, al
menos en un inicio, porque según antigüedad, las personas podían alcanzar estos
niveles.

El obstáculo era evidente cuando le consultaban su historial, diciendo la verdad en


todo momento. Para algunas personas, en su marco de referencia no cabía la
posibilidad que si su trayectoria era ésta, que aceptara menos. Esto consideraba
que le dificultaba bastante.

A este último empleo Ventura había llegado como producto de una propuesta, y
después de varias reuniones. Recuerda muy bien la llamada de Ernesto hijo, en
donde escuchó el siguiente comentario: “¡Hola Ventura!, ¿por cuánto te vienes
como nuestro Director de Proyecto de la Línea de Nutrición para Obesos en las
Américas? Te ofrecemos los mismos beneficios extras que te dan los
norteamericanos”. Ventura le respondió a Ernesto, que él ya conocía su nivel de
ingresos y las posibilidades de crecimiento salarial y profesional, que mejor le
ofreciera el nivel de salario que estaría dispuesto a pagar. Ernesto le dijo que para
poderlo incentivar, le ofrecía un 40% más del salario anual que devengaba en ese
momento y que le mantenía todas las otras prestaciones, incluso el bono de

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resultados obtenidos. Lo único que no le ofrecía era un viaje anual, que en la otra
compañía tenía, basado en logro de metas.

Ventura le pidió tiempo para analizarlo, pues debía involucrar a su esposa y


posteriormente a su actual jefe, dado que iba a terminar una carrera que había
sido exitosa y planes de mediano y largo plazo, donde él era pieza clave, a lo que
le pidió dos días para responder.

Ventura ya no pudo concentrarse esa tarde en sus quehaceres rutinarios de la


empresa. Analizaba la oportunidad de ser el director de un proyecto grande en un
área geográfica mucho mayor que la que manejaba (cuatro países), con
posibilidad de conocer otros dos mercados que no conocía: Venezuela y Chile. La
experiencia era muy tentadora por el reto que implicaba y además comercializaría
productos franceses, que eran los que distribuía FISA para la línea de Nutrición de
Obesos.

Esa noche, Ventura y su esposa analizaron lo que el cambio significaba: dejar una
empresa de nivel mundial, estable y con posibilidades de ascenso a otros puestos,
pero, en el largo plazo. En esta empresa llevaba 5 años. La nueva empresa era de
regular tamaño, sólida por sus más de 30 años en el mercado, con retos más
grandes, por la cobertura geográfica que tenía y un salario muy atractivo, el cual
sería alcanzado con los norteamericanos, pero en muchísimos años más de
trabajo. Ventura convenció a su esposa de que oportunidades como esta no
llegaba todos los días y que a pesar de la diferencia de tamaño de ambas
empresas, había averiguado con algunos amigos acerca de la solvencia
económica de Fellini y su trayectoria en el mercado, la cual en parte era conocida
por Ventura, cuando comercializó algunos de sus productos hacía dos décadas.
La incertidumbre llegaría al día siguiente, cuando hablará de la situación
presentada a su jefe.

Después de la noche de insomnio, a media tarde logró hablar con su jefe. Pablo
se sorprendió de la oferta y pensó que era de un competidor directo de la
transnacional. Ventura le contó de FISA y la cobertura geográfica de sus
operaciones. Incluso había planes de expansión a otros países, en el mediano
plazo: Argentina y Ecuador. Pablo le pidió una transferencia de puesto
programada para su sucesor, la cual duraría entre tres y cuatro semanas.
Comunicaría a los jefes de la región Centro América y el Caribe, así como a los
norteamericanos de esta situación. Pablo se alegró de la oportunidad para
Ventura, pero lamentaba que los planes que tenían fueran a sufrir por el cambio,
pues Ventura tenía dos especialidades, que no tenían los demás miembros del
equipo de ventas y mercadeo: la maestría en Tecnología de Alimentos y la
maestría en Administración de Negocios.

“Así fue como decidí por el cambio”, -afirmó Ventura-. Sin embargo, aún con retos
profesionales muy altos por conocimiento de nuevos mercados, también en un
inicio le resultó difícil lidiar con estilos de gestión de empresas familiares, en donde

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lo que dice el dueño es lo que se hace, por mucha libertad que aparentemente te
darán para actuar.

Su cambio fue favorable por razones económicas, por crecimiento personal y


profesional, sin embargo, después de unos meses de estar en esta compañía,
Ventura ya había visualizado este momento, pues la estructura de la empresa aún
se manejaba en forma centralizada, con dos corrientes de mando muy diferentes y
con un enfoque, que muchas veces era por sentimiento del dueño, el cual
necesariamente no era compartido por su hijo, pero que tenía que implementarse.
La empresa tenía un alto margen en sus productos de la línea de venta sin receta,
pero no podía subsidiar la diversificación, de lo cual Ventura estaba consciente y
apoyaba.

Determinado día, al cabo de un año, Ernesto le dijo: “Ventura: lamento que te


saquemos de esa empresa, pero las utilidades no son satisfactorias para Junta
Directiva. No se llega a la tasa de corte especificada. Por tu experiencia y calidad
profesional, te colocarás fácilmente en cualquier empresa de tu industria. Para
compensarte por tus resultados, te daremos todas tus prestaciones y doblaremos
el bono de objetivos alcanzados, pues la situación es por mercado y no tenemos
control de él”.

Ventura agradeció la bonificación y le respondió a Ernesto: “cuando acepté este


reto y su remuneración, también acepté el riesgo del mismo. Así es la vida, pero
hay cosas internas de FISA que deben mejorarse. ¿Me permitirías que lo
comentáramos, para beneficio de las diferentes operaciones y sus respectivas
rentabilidades? Ernesto aceptó y coincidió con Ventura. Incluso dijo que tenía
planes a corto plazo para mejorar los Recurso Humanos, la comunicación y la
logística de apoyo administrativo a las ventas. Ventura dijo que haría un reporte de
cada subsidiaria y de la experiencia chilena. Ernesto dijo que no era necesario,
solo que hablara lo más significativo de Chile y que hablaría con el gerente de
país. Cuando Ventura preguntó de las dos líneas de diversificación, Ernesto
respondió que serían comercializadas en la medida que dejaran utilidades. No se
apoyarían con ningún tipo de recurso, que eso tendría que ser empujado por el
proveedor y que cada gerente de país tendría que velar por sus utilidades
generales, en las cuales las líneas diversificadas podrían sumar dólares, si sus
estrategias y tácticas funcionaban. Ya Costa Rica, como casa matriz, no daría
subsidio a ninguna operación, ni apoyo de mercadeo. Sus viajes y los del personal
de informática serían sufragados por cada país.

Ventura se despidió de Ernesto, don Ernesto y de todo el personal. Incluso usó el


vehículo corporativo para poder llevarse a casa, todas sus cosas personales.
Antes de partir, envió correos a todas las subsidiarias, despidiéndose. La noticia
cayó como bomba en todos los países y las reacciones fueron de desaliento en
muchos compañeros. La mayoría lamentaba la situación y preguntaban cosas del
futuro de la empresa. Ventura no podía profundizar en lo que había platicado con
Ernesto, pero le dio aliento a los que en un día más, serían sus ex compañeros.

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Ventura llegó a su casa. La esposa no creía lo sucedido pero Ventura la calmó
diciéndole que la jugosa bonificación que había recibido por los catorce meses
trabajados era casi igual a la que le habían dado los norteamericanos en cinco
años. Con ello podrían invertir para el futuro, amortizar una buena parte de las dos
deudas de largo plazo que tenían y destinar una porción del dinero para los gastos
de casa durante cinco meses, en lo que se colocaba nuevamente.

Es aquí en donde empezó de nuevo el recorrido de Ventura, pues se entrevistó


con altos ejecutivos de varias empresas. La mayoría de ellas daban perspectivas
de planes futuros y posible contratación, pero había que esperar. Aplicó a varios
puestos en transnacionales y las reacciones fueron que les interesaba el currículo
vitae. Ventura vio que las fiestas de fin de año harían más larga la espera, pero no
le preocupó porque estaba en los planes. En enero, incluso tuvo entrevistas con
varios ejecutivos de cuatro empresas, realizó pruebas psicométricas y fichas de
información de tres. Ventura veía que sí iba a emplearse y en menos tiempo del
que creía, pues en las cuatro empresas le habían dicho que sus calificaciones
eran de alto nivel, muy apropiadas para ellos y los proyectos que tenían y que ya
lo veían como compañero. Incluso una de las transnacionales, lo llevó a cuatro
entrevistas a Brasil. Esta última era la que más expectativa despertaba en
Ventura, pues todos los gastos se habían incluido: Era otra transnacional
norteamericana, con presencia mundial.

Después de su visita a Brasil, ya corría un mes y los ejecutivos responsables del


mercado latino americano no definían su posición. Las otras tres empresas
regionales, pero ubicadas en Costa Rica, tampoco definían la contratación. Incluso
una de ellas, ya había contactado a Ventura ocho meses antes y Ventura les
había respondido que no podía asesorarlos, pues Fellini Internacional absorbía su
tiempo, totalmente.

Ventura se preguntaba: ¿habrá algo en el mercado, que no deja que se tomen las
decisiones “urgentes”?, ¿será cuestión de sobre calificación, escala salarial,
entorno político, temores de amenaza en algunos ejecutivos, etc.? Ventura no
tenía la respuesta y no lograba encontrarla. De lo que sí estaba seguro, era que
tenía dinero para los gastos de solo medio mes más y tenía que tomar una
decisión: ¿desinvertir sus ahorros para seguir esperando o tomar otra decisión?, al
mismo tiempo se preguntaba en el tipo de opciones que pudieran ser las mejores
para su vida futura.

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