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PNF EN
AGROALIMENTACION
Este Blog, se ha creado con la finalidad de brindarle a todos los estudiantes del Programa Nacional de
Formacion en Agroalimentacion, la mayor cantidad de informacion bibliografica, actualizada y en
diferentes temas, que le permitan aprovechar plenamente durante su estudio independiente, el material
aqui presentado para el logro de sus metas como futuro Ingeniero.

Estimados seguidores, toda la informacion aqui presentada, en forma de referencia bibliografica o como material de consulta, ha sido
facilitada por profesionales expertos en agroalimentacion y profesores que dictan catedra en las diferentes unidades curriculares del PNF en
Agroalimentacion de los Institutos y Colegios Universitarios donde se administra el programa.

Grupo de Trabajo

Ana Bata(IUT APURE)Coordinadora; Ana Cecilia Santiago,(IU BARLOVENTO) Secretaria Ejecutiva. El resto de los miembros son Francisco
Javier Velasco(INSTITUTO AGRARIO LATINOAMERICANO); Norberto Fernández(IUT TACHIRA); Ámbar Jaimes(IUT BARINAS); Aquiles
Amares( IUT TUCUPITA); Clemirde Franco(IUT CUMANA); Silia Rojas(IUT PORTUGUESA). Administracion del Blog y Colaborador: Prof.:
Jose Segnini Jefe del Departamento de Investigacion y Postgrado del Instituto Universitario de Barlovento
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miércoles, 21 de abril de 2010 Nuestra visitas

Soberania Agroalimentaria: Arma estrategica de la Revolucion


Bolivariana.

Soberania Agroalimentaria: Arma Estrategica de la Revolucion Bolivariana.


MSc. Albano A. Zambrano Q.
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Instituto Universitario de Barlovento
I. Introducción

Es innegable la importancia de la producción agrícola para la soberanía real de cualquier


país o sociedad ya que constituye el satisfactor por excelencia de la principal necesidad
humana: la alimentación; no obstante, dado el grado de diversificación de las actividades
económicas y el surgimiento de distintas ocupaciones necesarias para el desarrollo de las casino Contador encuestas
sociedades, en los tiempos actuales sólo una minoría de las personas se dedican a la
producción agroalimentaria, quedando una gran cantidad de seres humanos dependiendo de Archivo del blog
los mercados para poder saciar su necesidad alimentaria.
▼ 2010 (11)
► mayo (2)
En razón a esto cada día es más imperioso el desarrollo de procedimientos y técnicas
efectivas, eficaces y eficientes que permitan acercar los productos agroalimentarios desde ▼ abril (9)
las unidades de producción, regularmente en el medio rural, hasta las unidades de consumo La Investigación Acción
en los espacios urbanos, bajo las exigentes condiciones de que se haga en las cantidades Participante como una
necesarias, el lugar solicitado, al momento oportuno, el precio adecuado y según la calidad Alte...
requerida por los consumidores actuales, pero sin poner en peligro las posibilidades de los Bases Agroecologicas para
consumidores del futuro. diseñar e implementar un...
Tipos de Proyectos
Bajo las anteriores premisas se plantea la articulación de los distintos eslabones de la Sociotecnologicos
denominada cadena agroalimentaria, es decir, las funciones de producción, procesamiento,
intercambio y consumo, en aras de aportar científica y tecnológicamente a la solución de un Soberania Agroalimentaria:
problema de expresión sistémica a lo largo de la referida cadena, para satisfacer así las Arma estrategica de la ...
necesidades del pueblo en materia de seguridad y soberanía alimentaria, concebidas como Agroecología: principios y
la garantía de producción y abastecimiento alimenticio partiendo de las capacidades, estrategias para diseña...
potencialidades socio productivas y patrón de consumo autóctono, como refuerzos a la
Agricultura Organica en el
autodeterminación política, social, económica y cultural de los y las venezolanos.
Tropico y Subtropico

Otro elemento de significativa importancia en los tiempos actuales para lograr el óptimo Comites InterInstitucionales
de los diferentes PNF...
abastecimiento agroalimentario, lo constituye la sustentabilidad y sostenibilidad del sistema
de producción, que permita que el productor primario se mantenga en sus actividades, que el Descripcion del PNF en
medio ambiente requerido y utilizado se conserve o sea poco afectado negativamente, lo que Agroalimentacion
es una garantía para la producción y suministro agroalimentario, con base no sólo en las Decreto de la Creacion de la
utilidades y/o ganancias que obtengan los productores e intermediarios, sino más bien que Mision Alma Mater
satisfaga las necesidades alimenticias en términos nutricionales de las generaciones
presentes sin comprometer o arriesgar las del futuro.
Seguidores
En resumen, la producción agroalimentaria con sentido ecológico constituye hoy por hoy el
Followers (18)
elemento clave para garantizar el funcionamiento de las ciudades con sus empresas,
instituciones y familias, pues en la medida en que los ciudadanos tengan asegurado el
suministro de alimentos, podrán dedicarse a la realización de otras actividades propias del
mundo actual. Así mismo, esta garantía será válida en la medida en que los productores
obtengan beneficios razonables de su actividad, que les permita mejorar y mantener su nivel
de vida, a la vez de guardar el necesario equilibrio en su interacción con el medio ambiente
que le rodea y genera las condiciones productivas.

II. Contexto sociohistórico de lo agroalimentario:

• La agricultura y las necesidades sociales-individuales Follow

En tanto ente biológico y social, el ser humano confronta cotidianamente una serie de
Contacto:
requerimientos de vida que se constituyen en necesidades para su desempeño y desarrollo, josesegnini1@gmail.com
que al conformarse en limitantes u obstáculos para sus propósitos implican problemas
ineludibles a superar. Una de estas necesidades supremas la representa precisamente el
problema alimentario, cuyos orígenes datan desde la génesis misma de la humanidad,
aunque expresado de diferentes modos según el estadio de desarrollo y/o evolución
histórico-social, su estructura política, económica y cultural, en correspondencia con el
avance de la ciencia y la tecnología a que los individuos y grupos sociales tengan acceso.

En tanto elemento estructural de las necesidades humanas, en lo individual y colectivo, el


problema alimentario sigue teniendo vigencia y se profundiza aún más en los albores del
siglo XXI, cuando aspectos colaterales derivados del modelo capitalista mundial y su
consecuente explosión demográfica, utilización excesiva y depredadora del medio ambiente,
entre otros, generan la mercantilización de la alimentación, el desbalance entre la relación
oferta-demanda en función a la capacidad de pago de los consumidores, así como el
desgaste y deterioro del medio ambiente, debido a la aplicación de tecnologías agroquímicas
artificiales en procura de maximizar la producción-beneficio y minimizar los costes de los
dueños de los medios de producción, bajo los criterios de la lógica capitalista que
evidentemente orienta la concepción del llamado agronegocio.

Al respecto es oportuno acotar que según estimaciones de la Organización de las Naciones


Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en ingles), “hoy la gran
mayoría de la humanidad se alimenta con 150 especies cultivadas; 30 cultivos proporcionan
el 95% de nuestra energía alimentaria; de ellas sólo 12 especies de plantas proporcionan
más del 70% de la alimentación humana, y apenas cuatro: el arroz, el maíz, el trigo y la
patata, abastecen más del 50% de la alimentación humana” (FAO, 2005), lo que evidencia el
rol de la actividad agrícola como generadora de los productos que satisfacen la principal
necesidad de la humanidad, razón por la cual actualmente se hace referencia al término
agroalimentación para abarcar de manera integrada tanto al satisfactor como a la necesidad
misma, en un binomio inseparable y de obvia consideración simultánea al intentar abordarlos
en la búsqueda de las soluciones que reclama la sociedad a las instituciones responsables
de producir conocimiento y desarrollo del talento humano.
De tal manera que garantizar la seguridad alimentaria de un país constituye un verdadero
problema no sólo de rango económico y social, sino de máxima preocupación política para
los Estados, cuyos gobiernos tienen la obligación de garantizar la soberanía nacional
combatiendo la vulnerabilidad del suministro de alimentos y asegurando a sus ciudadanos la
disponibilidad de los mismos. Necesario es entonces considerar lo acordado en la Cumbre
Mundial sobre la Alimentación, celebrada en Roma, Italia, el 13 de noviembre de 1996,
respecto a que…“existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo
momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para
satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de
llevar una vida activa y sana.” (FAO, 1996)

En consecuencia, dadas las condiciones de crecimiento demográfico, la profunda de la


diversificación de las actividades del mundo contemporáneo, la globalización económica y el
avance del capitalismo hacia su fase superior imperialista, la única forma de asegurar
soberanamente la disponibilidad nutritiva y sana de los alimentos, la constituye la propia
producción nacional de los elementos que constituyen la dieta básica en correspondencia
con la cultura gastronómica de los pueblos, sustentada en los gustos y preferencias
autóctonas vinculadas a las potencialidades geográficas y medioambientales.

• La agricultura como actividad sociopolítica

Históricamente las conquistas de tierras como elementos de riqueza para las naciones, y de
los terratenientes en particular, en función a disponer de tierras de labranza y cría,
constituyeron el fundamento de soporte sustancial para los modelos esclavo-feudalista, cuya
extensión con fines de acumulación de poder y riqueza constituyen también un elemento
clave para el sistema de explotación y dominación capitalista, para el cual el rol de
producción alimenticia representa una actividad económica más concebida como el
agronegocio, altamente rentable dada la connotación de satisfactor de una necesidad vital.

No obstante, al ser asumido desde una perspectiva humanista, y por ende absolutamente
contraria a la lógica del capital, el problema agroalimentario se constituye en un asunto de
Estado en tanto y cuanto afecta directamente a la seguridad y soberanía nacionales, a los
cuales debe darse soluciones reales en términos de sustentabilidad y sostenibilidad como
elementos neurálgicos del desarrollo endógeno y la autodeterminación política, económica,
social y cultural de los pueblos, fundamentados en la soberanía científica y tecnológica. En
este contexto tanto para el sector agrícola como para el ambiental se han diseñado políticas
de Estado, se crean instituciones y leyes contra el latifundio, se norman los procesos de
producción, transformación, distribución y consumo de manera inocua y sana, además de
fomentar la producción y apoyar al pequeño productor con el propósito de lograr la soberanía
alimentaría y tecnológica, hechos que desde 1999 marcan hitos sin precedentes en la política
del Estado venezolano, pero que aún en la actualidad implican significativas distancias por
recorrer.

Es oportuno destacar que la política agraria del Gobierno Bolivariano no sólo combate al
latifundio e incorpora campesinos sin tierras a la producción, sino que ha permitido elevar en
aproximadamente un 25% la producción nacional de los siete más importantes rubros
alimenticios, como el arroz, el maíz, la caraota, el frijol, carne de cerdo y pollo, huevos de
gallina y caña de azúcar, lo que constituyen modestos pero firmes resultados de una política
de vocación social orientada fundamentalmente al fortalecimiento de la soberanía alimentaria
del país, la democratización de la tierra y la justicia social, cuya meta esencial es la
transformación del campo y el rompimiento de la injusta estructura de la propiedad, tenencia
y uso de la tierra, vigente en Venezuela desde la época de la colonia, con el rescate de
aproximadamente 4 millones de hectáreas sustraídas al latifundio que han sido entregadas a
los pequeños productores organizados, que han permitido de este modo incorporar a la
producción más de 120 mil familias campesinas (INTI, 2008), que se encontraban
marginadas del proceso productivo hasta la llegada de la Revolución Bolivariana.

Sin embargo aún queda mucho por hacer. Necesario es elevar el nivel de conciencia al
pueblo y fundamentalmente a las generaciones de relevo, para asimilar la importancia que en
la conservación de la libertad de los hombres y mujeres del futuro, implica la posibilidad de
ser soberanos agroalimentariamente hablando. Es decir, en cuanto y tanto se logre la
independencia de los mercados foráneos y del capital internacional para alimentar de manera
sana y segura a la población del país, se podrá hablar de la independencia político-social del
mismo y de la autodeterminación de los pueblos para crear su sistema de organización.

• Dimensión socioeconómica de la actividad agrícola

Evidentemente que durante los últimos lustros la globalización financiera y corporativa ha


marcado la pauta y se ha apoderado de la totalidad de las relaciones comerciales
internacionales, dado que el mercado global que se estructura entre empresas
transnacionales, define el rumbo de una acumulación que desarrolla una relación colonial en
la explotación de los recursos, redundando todo ello en un estímulo masivo de las
importaciones de bienes de consumo y las exportaciones de materias primas con miras "al
crecimiento hacia afuera", como rasgo característico del desarrolló exógeno.

En tal sentido, las políticas neoliberales han generado transformaciones en los sistemas de
producción y modificaciones importantes en la estructura social del agro latinoamericano y
caribeño, de forma tal que los agricultores capitalistas modernizados se han beneficiado,
pues tienen acceso a los recursos financieros, tierras, tecnologías y organización, necesarias
para asumir el cambio en los sistemas de producción y las posibilidades de acceso a estos
nuevos mercados, que dada la globalización del capital, constituyen alianzas internacionales,
apátridas y sin el más elemental sentido de pertenecía e identificación con los problemas de
sus compatriotas y congéneres.

Del mismo modo y en contraposición al enriquecimiento de una burguesía rural, los


campesinos han sido los principales perjudicados debido a que disponen de medios de baja
calidad, dificultades de acceso al crédito y al seguro, escasez de tierras apropiadas, carencia
de tecnologías adaptadas a su situación así como de información sobre los mercados, planes
y programas y los altos costos de transacción agudizada con el pago de fletes y otros
servicios, además que la obligada especialización de rubros por regiones, basada en una
conveniente zonificación de cultivos, arruina la agricultura familiar campesina y conduce a la
erosión de los suelos, lo que en definitiva ha profundizado el abismo social que separa a la
agricultura campesina de la agricultura empresarial.

En este mismo orden de ideas, se encuentra el hecho que la agroindustria se abastece de


insumos importados a bajos precios lo que ocasiona una competencia desigual con la
producción nacional, con presión a la baja de los precios internos y con todo lo que de ello se
genera: quiebras, desempleo, dependencia, sometimiento, subordinación, crecimiento del
capital financiero, entre otros, dado que los productores agrícolas capitalistas de los países
dominantes reciben subsidios agrícolas mayores en promedio a los de los productores en
América Latina y el Caribe, mientras que a esta región se le imponen precios deteriorados y
la eliminación de subsidios estatales, políticas que indudablemente deprimen a los
agricultores nacionales y fortalece la sustitución de de la producción interna por más
importaciones, desestimulando y haciendo decrecer significativamente la producción
nacional.

Finalmente el monopolio del capital financiero y especulativo con la elevación de las tasas de
interés que afectan la tasa de ganancia del capital industrial y agrícola, disminuyen la
inversión productiva y afianza el dominio del capital financiero, hecho que regularmente
deriva en la quiebra de la pequeña y la mediana industria nacional y en consecuencia de la
producción orientada al mercado interno, lo que deprime aún más el empleo y los salarios
internos, en virtud de que la producción agrícola así concebida está dirigida al mercado
mundial y no al nacional, por lo que nuestros pueblos se ven obligados a satisfacer sus
necesidades alimentarias importando productos a precios muy altos y aumentando su
dependencia con respecto a los grandes centros del poder económico internacional.

Se trata pues de un neoliberalismo agrario, que actúa apoyado por organismos


internacionales, creados y fomentados por la dominación imperial, como es el caso de la
organización Mundial del Comercio (OMC), que indefectiblemente cuenta con gobiernos
nacionales cómplices y títeres del imperio financiero. Dicho neoliberalismo a través de las
grandes empresas transnacionales impulsa una estructura basada en el abastecimiento de
semillas, plaguicidas, fertilizantes, solo utilizable para ese tipo de cultivo, o si es el caso,
provee los animales de crianza, los alimentos concentrados y los fármacos veterinarios; todo
esto viene acompañado de un conjunto de normas y reglamentos de carácter técnico que
obligan al productor en el tipo de construcciones que debe hacer, la infraestructura de
almacenaje que debe utilizar, los predios que debe cultivar con prioridad, etc. Mientras tanto,
el productor asume los costos de asistencia técnica, servicios veterinarios, agua, electricidad
y otros. Finalmente la gran empresa evalúa la calidad del producto fija los precios y adquiere
la producción, bajo condiciones establecidas por la gran corporación.

Venezuela no escapa a esta situación, ya que históricamente ha sido un país dependiente


del sistema capitalista mundial, con una economía rentista y monoproductora. De esta forma,
el latifundio, los problemas de tenencia de la tierra, la destrucción de las formas autóctonas
de producción y la aplicación de tecnologías no adecuadas entre otros, ha conducido a un
decrecimiento del sector agrícola al punto de que en la actualidad alrededor del 80% de los
alimentos que consume la población es importado, profundizando la dependencia y
subordinación ante las grandes economías mundiales, lo cual atenta contra la soberanía y
seguridad alimentaría y la salud del pueblo venezolano.

La crisis alimentaría actual acentuada por las políticas neoliberales mundiales ha puesto en
evidencia la realidad de la inseguridad y dependencia alimentarias de nuestros pueblos y en
particular de Venezuela. El desarrollo de la agricultura en Venezuela a lo largo del siglo
pasado estuvo orientado por los procesos y esquemas que ya hemos descrito, añadiéndose
a ello el hecho de, que a pesar de contar con todos los recursos, Venezuela es un importador
neto de alimentos. La estructura de nuestro agro está dominada por la gran agroindustria y
en ella persiste el latifundio. Nuestros profesionales del agro mayormente se forman y
trabajan desconectados de la realidad social y tienen como referencia paradigmas de
conocimiento que responden a la racionalidad del capitalismo y a la pretensión de dominar a
la naturaleza, acudiéndose para ello a la destrucción de la Pacha Mama mediante el uso
indiscriminado, pero rentable en el corto plazo, de los recursos hídricos, edafológicos y
culturales.

III. La producción agroalimentaria como estrategia de soberanía bolivariana

Como consecuencia lógica de lo antes referido, no se trata sólo de garantizar la


disponibilidad de alimentos en términos cuantitativos para el corto y mediano plazos,
atendiendo a coyunturas económicas. Es menester dar respuestas estructurales en lo
cualitativo-nutricional y en correspondencia con la necesidad de preservar el medioambiente
para las generaciones futuras, lo que implica una transformación profunda de la concepción
agroalimentaria para la producción de alimentos sanos, accesibles a todos los consumidores
y con el mínimo impacto nocivo sobre el ecosistema y la biodiversidad, es decir, asumiendo
un enfoque agroecológico, integral e integrador que respete y fomente el necesario equilibrio
naturaleza-sociedad.

Es necesario construir la transferencia entre el ciudadano-consumidor, el productor, el


trabajador rural que transforma la producción y los trabajadores que distribuyen los
productos. Edificar confianza y transparencia, ida y vuelta en la cadena alimentaria. También
es esencial garantizar seguridad en la calidad y en la sanidad de los productos. La calidad y
la sanidad pueden objetivarse institucionalizando medidas discutidas y acordadas con los
productores, trabajadores rurales y consumidores legitimando las referencias consensuadas
y aceptadas como son: los certificados de conformidad, las denominaciones de origen,
certificaciones sanitarias por organismos debidamente autorizados y las patentes agrícolas
reconocidas, entre otros.

Los pueblos que hoy por hoy se resisten al dominio transnacional agroindustrial, luchan por
otros estilos de vida que tengan a la defensa de la naturaleza y la cultura como máxima
prioridad, ámbito de acción sociopolítica en el cual se inscribe la agroecología en tanto
propuesta de una producción ecológica, que defiende la economía y la identidad campesina
ante el avasallante mercado mundial capitalista y se combina con el derecho a la soberanía
alimentaria y a una alimentación sana, nutritiva, suficiente y libre de contaminación por el uso
de agrotóxicos y otras sustancias nocivas, enfrentándose a las propuestas, decisiones e
iniciativas de las grandes corporaciones globalizadas, que imponen la alimentación industrial
basada en un consumo altamente estandarizado, con las mismas propiedades gustativas en
cualquier parte del planeta, en una vulneración de la seguridad en la calidad alimenticia.

• Agroecología: satisfacción de las necesidades en armonía con el ambiente


La agroecología integra el estudio de los agroecosistemas considerados como el resultado
de un proceso de interacción permanente entre lo social y lo natural con una forma de
producir alimentos que está en sintonía con los procesos ecológicos, coopera con la
naturaleza y no actúa contra ella, utiliza tecnologías apropiadas y prácticas protectoras del
ecosistema, y se nutre de saberes ancestrales, populares y colectivos, enraizados en
comunidades y pueblos indígenas, lo cual tiene plena vigencia y pertinencia en el marco de
los cambios sociales, económicos y políticos iniciados en Venezuela a partir del año 1999,
plasmados tanto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, como en el
Plan de Desarrollo Económico de la Nación 2000-2007 y el Plan Socialista 2007-2013, que
orientan el impulso del desarrollo endógeno sustentable en el tránsito hacia el socialismo y
establece la promoción de la agricultura sustentable como estrategia del desarrollo rural
integral que garantiza la soberanía y la seguridad alimentaria de la nación.

Los verdaderos agricultores que son los campesinos tratan a la naturaleza con el mayor
respeto, trabajan con los dones que la naturaleza nos ofrece a condición de conservarlos y
preservarlos para las futuras generaciones; no puede haber propiedad privada o cualquier
otro tipo de apropiación sobre lo que pertenece a todos como bien público. Los auténticos
campesinos, son unos economistas domésticos, saben evaluar los factores de producción
cuando son abundantes y renovables y utilizan con austeridad aquellos elementos que son
escasos y no renovables.

La agricultura campesina y por ende la agroecología, descansa en la práctica solidaria, un


ejercicio indispensable para que las comunidades, las regiones y los pueblos puedan
construir su seguridad alimentaria y al mismo tiempo proporcionar al Estado una base sólida
para que, a través de políticas coherentes pueda proteger la agricultura y garantizar la
soberanía alimentaria.

Por último, debe tenerse en cuenta la importancia de pensar en términos de tiempos largos y
con dimensiones universales, pensar la agricultura campesina las labores de faenas rurales
en dimensiones: social, económica y ecológica; principios y dimensiones nos dan una
concepción integral y universal del campesinado, el sujeto inicial, de confrontación con el
capitalismo globalizado que pone en peligro nuestra soberanía alimentaria y la salud
colectiva de los pueblos. Sería redundante referir la importancia de los centros universitarios
en estas tareas de sembrar “ciencia con conciencia”.

IV. Marco jurídico agroalimentario de la Revolución Bolivariana

Imposible concebir un proceso revolucionario integral sin la conformación de un marco


jurídico regulatorio en los diferentes aspectos de la vida nacional. En el caso concreto de lo
agroalimentario en su nueva concepción social y en su ámbito ecologista, tiene sólidos
fundamentos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
fundamentalmente en su artículo 305, reforzada además por varias leyes, entre las cuales
figuran:

• Ley de Tierras y Desarrollo Rural,


• Ley de Pesca,
• Ley Orgánica del Ambiente,
• Leyes de Financiamiento Agrícola
• Ley de Asociaciones y Cooperativas.
• Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Alimentaria,
• Ley de Salud Agrícola Integral,
• Ley de crédito para el sector agrario, Ley del Banco Agrícola y la
• Ley de Beneficios y facilidades de pago para las Deudas Agrícolas y Rubros Estratégicos
para la Seguridad y Soberanía Alimentaria.

Asimismo el tema de la seguridad y soberanía alimentaria está en sintonía con un conjunto


de políticas, planes y programas que viene desarrollando el gobierno nacional, destacando el
Plan nacional de Desarrollo Económico y Social 2007-2013, Primer Plan Socialista, en cuya
Línea IV: Modelo Productivo Socialista se hace referencia :

“En lo referente a la producción de alimentos, la base de la garantía de la seguridad


alimentaria será el desarrollo rural integral cuyo alcance trasciende la actividad productiva
agrícola, uno de cuyos componentes es la producción de alimentos. No se restringe a lo
alimentario, Vegetal, Animal, forestal y Pesquero

Necesario es hacer referencia además a los revolucionarios programas como “Todas las
manos a la siembra”, actualmente convertido en línea de trabajo de la educación venezolana
en todos los niveles; la Misión “Vuelvan Caras” y posteriormente la Misión “Ché Guevara”, así
como con las orientaciones que en materia de desarrollo social y organización del Poder
Popular se inscriben en nuestras políticas públicas actuales.

Bibliografía

Asamblea Nacional. (1999). Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Caracas,


Venezuela.

Castellanos, María E. (2001). Políticas y Estrategias para el Desarrollo de la Educación


Superior en Venezuela. Caracas, Venezuela. Ministerio de Educación, Cultura y Deportes. 67
p.

Instituto Universitario de Barlovento. (2001). Proyecto de Diseño Curricular de la carrera


Tecnología de Producción Agroalimentaria. Higuerote, Venezuela. 135 p.

Lanz R., Carlos. (2004). El Desarrollo Endógeno y la Misión “Vuelvan Caras”. Ministerio de
Educación Superior. Caracas, Venezuela. 49 p.

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior. (2009). Diseño curricular del
Programa Nacional de Formación en Agroalimentación. Caracas, Venezuela.

FAO. (1996). Cumbre para la tierra. [Online] (Consulta: 20 de febrero de 2010). Disponible
en: http://www.un.org/spanish/conferences/cumbre&5.htm

FAO. (2004). El estado de los mercados de productos básicos agrícolas (soco) 2004...
Online] (Consulta: 20 de febrero de 2010). Disponible en:
http://www.fao.org/docrep/007/y5419s/y5419s03.htm

FAO. (2008). Estadísticas del PESA. [Online] (Consulta: 20 de febrero de 2010). Disponible
en: http://www.fao.org/countries/es/

UNESCO. (1998). Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI: Visión y
Acción, y Marco de acción prioritaria para el cambio y el desarrollo de la Educación Superior.
[Online] (Consulta: 20 de febrero de 2010). Disponible en:
http://www.education.unesco.org/educprog/wche/presentation.htm

Publicado por Grupo de Trabajo en 18:18


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5 comentarios:

mariedu 20 de mayo de 2016, 8:13

interesante ...
Responder

jose jimenez 30 de octubre de 2016, 16:12

la intt

Responder
jose jimenez 30 de octubre de 2016, 16:13

es divertido

Responder

jose jimenez 30 de octubre de 2016, 16:13

es divertido

Responder

Luis Paez 24 de abril de 2017, 8:03


Interesante..

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