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BIOLOGÍA Y CICLO MENSTRUAL

El ciclo menstrual está regulado por fluctuaciones en los niveles de las hormonas
sexuales, lo cual produce ciertos cambios en los ovarios y el útero (Buffet et al., 1998).
Los ciclos hormonales están regulados por el eje HPG y a través del circuito de
retroalimentación negativa. Es importante señalar que los seres humanos son casi únicos
entre todas las especies en cuanto al ciclo menstrual. Sólo unas cuantas especies de simios
y monos también tienen estos ciclos. Todas las demás especies de mamíferos (por
ejemplo, caballos y perros) tienen ciclos estruales. Existen varias diferencias entre los
ciclos estruales y los ciclos menstruales.

Primero, en los animales que tienen ciclos estruales no hay menstruación; no existe
ningún sangrado o sólo un pequeño manchado de sangre (como en los perros), que no es
una verdadera menstruación. En segundo lugar, el momento de la ovulación que ocurre
en relación con el sangrado (en caso de existir éste) es diferente en los dos ciclos. Para
los animales que presentan ciclo estrual, la ovulación sucede cuando el animal está en
“celo” o estro, que es también el momento de un ligero manchado. Sin embargo, en el
ciclo menstrual, la ovulación ocurre aproximadamente a la mitad de los periodos
menstruales. Una tercera diferencia es que las hembras en los animales con ciclos
estruales participan en comportamiento sexual únicamente cuando están en celo; es decir,
durante la fase estrual del ciclo. Las hembras con ciclos menstruales pueden realizar
actividad sexual durante todo el ciclo.

Fases del ciclo menstrual


El ciclo menstrual tiene cuatro fases, cada una de las cuales se caracteriza por un conjunto
de cambios hormonales, ováricos y uterinos. Debido a que la menstruación es la fase más
sencilla de identificar, es tentador llamarla primera fase; no obstante, en un sentido
biológico, en realidad es la última (aunque al numerar los días del ciclo menstrual, el día
1 se cuenta como el primer día de la menstruación porque es el día más identificable del
ciclo).
Las hormonas y lo que sucede en los ovarios
La primera fase del ciclo menstrual se denomina fase folicular (en ocasiones se le llama
fase proliferativa o fase preovulatoria). Al comienzo de esta fase, la pituitaria segrega
niveles relativamente elevados de FSH (hormona foliculoestimulante). Como lo implica
el nombre de esta hormona, su función es estimular los folículos en los ovarios. Al
principio de la fase folicular, indica a un folículo (ocasionalmente más de uno) en los
ovarios que comience a llevar a un óvulo a la etapa final de madurez. Al mismo tiempo,
el folículo segrega estrógeno.

La segunda fase del ciclo es la ovulación, que es la fase durante la cual el folículo se
rompe liberando el óvulo maduro. Para este momento, el estrógeno se ha elevado a un
nivel alto, lo cual inhibe la producción de FSH, de modo que esta hormona regresa a un
nivel bajo. Los altos niveles de estrógeno también estimulan al hipotálamo para que
produzca GnRH, que causa que la pituitaria comience la producción de LH (hormona
luteinizante). Un aumento de LH causa la ovulación.

La tercera fase del ciclo se denomina fase luteínica (también llamada en ocasiones fase
secretora o fasepostovulatoria). Después de soltar un óvulo, el folículo, bajo la
estimulación de la LH, se convierte en una masa glandular de células llamada cuerpo
amarillo o cuerpo lúteo (de aquí el nombre de fase luteínica y hormona luteinizante). El
cuerpo amarillo fabrica la progesterona; por tanto, los niveles de progesterona se elevan
durante la fase luteinica. Sin embargo, los altos niveles de progesterona también inhiben
la secreción pituitaria de LH y, a medida que la LH disminuye, el cuerpo amarillo
degenera. De este modo, el producto del cuerpo amarillo conduce a su final destrucción.
Junto con esta degeneración ocurre una brusca disminución en los niveles de estrógeno y
progesterona al final de la fase luteínica. El descenso de los niveles de estrógeno estimula
a la pituitaria a comenzar la producción de FSH y todo el ciclo comienza de nuevo.

La cuarta y última fase del ciclo es la menstruación. En un sentido fisiológico, la


menstruación es la eliminación del recubrimiento interno del útero (el endometrio), que
entonces sale por el cuello del útero y la vagina. Durante esta fase, los niveles de estrógeno
y progesterona son bajos y se elevan los niveles de FSH. La menstruación es detonada
por una disminución brusca en los niveles de estrógeno y progesterona al final de la fase
luteínica.

Qué sucede en el útero


Esto nos lleva a los cambios que han estado ocurriendo en el útero mientras que los
ovarios y el sistema endocrino atravesaban por las cuatro fases que acabamos de describir.
Durante la primera fase, la folicular, los niveles elevados de estrógeno estimulan al
endometrio (la capa interna) del útero para que crezca, engrose y forme glándulas que
finalmente segregarán sustancias para nutrir al embrión; es decir, el endometrio prolifera
(de aquí el nombre alternativo de esta primera fase, proliferativa). Durante la fase
luteínica, la progesterona excretada por el cuerpo amarillo estimula las glándulas del
endometrio para que empiecen a segregar sustancias nutricias (de aquí el nombre de fase
secretora). Si el óvulo se fertiliza y la oportunidad es apropiada, aproximadamente seis
días después dela ovulación, el óvulo fertilizado llega al útero que está bien preparado
para acogerlo y nutrirlo.

El cuerpo amarillo continuará produciendo estrógeno y progesterona durante cerca de 10


a 12 días. Si no ha ocurrido el embarazo, la producción de hormonas disminuye
bruscamente al final de este periodo. Por tanto, no puede conservarse el recubrimiento
uterino y se desecha, lo cual da por resultado la menstruación. Inmediatamente después,
comienza a formarse un nuevo recubrimiento en la siguiente fase proliferativa. El flujo
menstrual en sí es una combinación de sangre (del endometrio), células degeneradas y
mucosidad del cuello del útero y la vagina. Normalmente, la secreción de un periodo
menstrual completo es aproximadamente de 2 onzas (4 cucharadas). Lo más común es
que el líquido se absorba con toallas sanitarias, que se utilizan de manera externa, o
tampones, usados dentro de la vagina.

La investigación biológica reciente acerca del ciclo menstrual ha conducido a hallazgos


que contradicen algunas de las creencias anteriores (Buffet et al., 1998). Primero, resulta
ser que los ovarios, en lugar del hipotálamo y la pituitaria, son los que regulan el ciclo.
La mayoría de las etapas de maduración del folículo y el óvulo ocurren en el ovario bajo
su control, independientes de la FSH y la LH, que participan únicamente en la última
etapa de maduración. Los niveles de FSH y LH están bajo el control del estrógeno y la
progesterona, que son segregados por los ovarios. En el capítulo 5 analizamos la hormona
inhibina, que es producida por los testículos y que regula los niveles de FSH. De igual
manera, los ovarios segregan inhibina, que en la mujer también suprime la secreción de
FSH en un circuito de retroalimentación negativa.

El síndrome de shock tóxico, abreviado en ocasiones como SST, es producido por la


bacteria estafilococo áureo. En 1980 se hizo un descubrimiento perturbador: que el SST
se asociaba con el uso de tampones. Se le asoció en particular con la marca de tampones
Rely, el cual a partir de ese momento se retiró del mercado. El uso de tampones parece
alentar un crecimiento anormal de estas bacterias. Los síntomas del síndrome de shock
tóxico incluyen fiebre alta (38.8°C), acompañada de vómito o diarrea; cualquier mujer
que experimente estos síntomas durante la menstruación debería discontinuar de
inmediato el uso de tampones y consultar a su médico. El síndrome de shock toxico
conduce a la muerte en aproximadamente 10 por ciento de los casos. En la actualidad se
recomienda que las mujeres cambien los tampones con frecuencia, cuando menos cada
seis a ocho horas durante el periodo menstrual (aunque la efectividad de esta
recomendación está a debate), que no utilicen tampones de manera continua durante el
periodo menstrual y que reduzcan el uso de tampones superabsorbentes.

El número de casos de SST descendió de 319 en 1983 a 75 en 1987 en una importante


victoria de salud pública, de modo que ahora la enfermedad es poco común (Golub, 1992).
El éxito ha sido resultado de la educación publica, al igual que de un cambio en las
sustancias químicas utilizadas para la fabricación de tampones.

Duración y tiempos del ciclo


¿Que tanto dura un ciclo menstrual normal? En general desde 20 hasta 36 días se
considera dentro del rango normal. El promedio es aproximadamente de 28 días, pero de
alguna manera se ha dado más importancia a este número de la que merece. Existe una
enorme variación de una mujer a otra en la duración promedio del ciclo y para cada mujer
existe considerable variación en duración de un ciclo a otro.

¿Cuáles son los tiempos de las diversas fases del ciclo? En un ciclo perfectamente regular
de 28 días, la menstruación comienza en el día 1 y continúa hasta aproximadamente el
día 4 o 5. La fase folicular se extiende de aproximadamente el día 5 a cerca del día 13. La
ovulación ocurre en el día 14 y la fase luteinica abarca del día 15 al final del ciclo, el día
28 ¿Pero qué sucede si el ciclo no es de esos ciclos perfectos de 28 días? En los ciclos
menores o mayores a 28 días, el principio es que la duración de la fase luteínica es
relativamente constante. Es decir, el tiempo de la ovulación a la menstruación siempre es
de 14 días, más o menos uno o dos días. La fase folicular es la que tiene una duración
variable. Así, por ejemplo, si una mujer tiene un ciclo de 44 días, ovula aproximadamente
en el día 30. Si tiene un ciclo de 22 días, ovula cerca del día 8.
Algunas mujeres informan que en realidad pueden sentir cuando ovulan, un fenómeno
que se denomina
Mettelschmerz (“dolor en medio”). La sensación se describe como un cólico en uno o
ambos lados de la parte inferior del abdomen, lo cual a veces se confunde con apendicitis.
También es cierto que la ovulación no ocurre en cada ciclo menstrual. Es decir, la
menstruación puede ocurrir sin ovulación. Cuando esto sucede se dice que la mujer tiene
un ciclo anovulatorio. Tales ciclos ocurren una o dos veces al año en las mujeres en su
segunda y tercera décadas de vida y son bastante comunes entre las niñas durante la
pubertad y entre las mujeres que están en la menopausia.

Otros cambios cíclicos


Es necesario mencionar otros dos procesos fisiológicos que fluctúan con el ciclo
menstrual: el ciclo del moco cervical y el ciclo de la temperatura corporal basal. El cuello
del útero contiene glándulas que segregan mucosidad a lo largo del ciclo menstrual. Una
función del moco es proteger la entrada del cuello del útero, ayudando a mantener fuera
a las bacterias. Estas glándulas responden a los cambios en los niveles de estrógeno
durante el ciclo. A medida que aumenta el estrógeno al inicio de un nuevo ciclo, el moco
es alcalino, espeso y viscoso. Cuando comienza la producción de LH, justo antes de la
ovulación, el moco cervical cambia notablemente. Se vuelve más alcalino, delgado y
acuoso. Por ende, el ambiente para el paso del esperma es más acogedor justo en el
momento de la ovulación. Después de esta, el moco regresa a su estado anterior viscoso
y menos alcalino. Si se toma una muestra del moco justo antes de la ovulación y se deja
secar, la mucosidad adquiere un patrón con forma de helecho. Después de la ovulación,
durante la fase luteínica, no se presentará el patrón con forma de helecho. Por tanto, la
“prueba del helecho” es un método para detectar la ovulación.

La temperatura corporal basal de una mujer, tomada con un termómetro, también fluctúa
con las fases del ciclo menstrual. La temperatura es baja durante la fase folicular y
desciende abruptamente el día de la ovulación; al día siguiente se eleva de manera notable,
generalmente en 0.005556°C o más, y después continúa en ese nivel más alto durante el
resto del ciclo. La progesterona eleva la temperatura corporal, de modo que la temperatura
más alta durante la fase luteínica se debe al aumento en la producción de progesterona
durante ese tiempo (Baker et al., 2002). Como dice el refrán: “donde hay progesterona,
hay calor”. Este cambio en la temperatura corporal basal es importante cuando una pareja
utiliza el método del ritmo para el control natal y cuando una mujer está intentando
determinar el momento de la ovulación para poder embarazarse.
Problemas menstruales
El problema menstrual más común es la dismenorrea (menstruación dolorosa). Casi
todas las mujeres experimentan cuando menos algún tipo de incomodidad menstrual en
diversos momentos de su vida, pero la frecuencia y gravedad de la incomodidad varían
considerablemente de una mujer a otra. Los dolores causados por cólicos en la región
pélvica son el síntoma más común; otros síntomas incluyen cefaleas, dolor de espalda,
náusea y una sensación de presión e inflamación en el área pélvica.
La dismenorrea es producida por las prostaglandinas, sustancias similares a hormonas
producidas por diversos tejidos del cuerpo que incluyen al recubrimiento del útero
(Deligeoroglou, 2000). Las prostaglandinas suelen causar que el musculo liso se contraiga
y pueden afectar el tamaño de los vasos sanguíneos. Las mujeres con dolor menstrual
intenso generalmente tienen niveles elevados de prostaglandinas. Los niveles altos
provocan contracciones uterinas intensas, que a su vez restringen parte de la provisión de
sangre oxigenada que llega al útero. Las prostaglandinas también pueden producir una
mayor sensibilidad en las terminaciones nerviosas. La combinación de contracciones
uterinas, falta de oxígeno y aumento en sensibilidad nerviosa produce los cólicos
menstruales.
Existen remedios caseros para la menstruación dolorosa y estos pueden ser útiles para
algunas mujeres. La aspirina parece ser el analgésico mejor y más económico, y puede
ayudar a aliviar el dolor menstrual. Un remedio un tanto más provocativo que sugirieron,
entre otros, Masters y Johnson, es la masturbación.

Esto tiene lógica desde una perspectiva fisiológica dado que parte de la incomodidad de
la menstruación —la presión e inflamación— es resultado del edema pélvico (una
congestión de líquidos en la región pélvica). Durante la excitación sexual y el orgasmo,
la congestión pélvica aumenta. Después del orgasmo, la congestión se disipa. Por ende,
el orgasmo, ya sea producido por la masturbación o por otro medio, debería ayudar a
aliviar el edema pélvico que provoca la incomodidad menstrual. ¡Y es mucho más
divertido que tomar medicinas! El ácido mefenámico (una sustancia que inhibe las
prostaglandinas) es un fármaco poderoso y efectivo que se utiliza en el tratamiento del
dolor menstrual.

Este medicamento se vende bajo nombres de marca como Naprosyn y Anaprox. Cerca
del 80 al 85 por ciento de las mujeres que lo toman informan alivio significativo del dolor
menstrual y de síntomas como náusea, vómito, mareo y debilidad (Golub, 1992). Es
interesante señalar que la aspirina también inhibe las prostaglandinas. Los cambios en la
dieta y el ejercicio aeróbico también pueden ser útiles (Golub, 1992; Hatcher et al., 1998).
Se debería evitar la cafeína y, para algunas mujeres, una dieta elevada en hidratos de
carbono y baja en proteínas es útil. Un problema menstrual que puede confundirse con la
dismenorrea es la endometriosis. Como se señaló antes, el endometrio es el
recubrimiento del útero; crece durante el periodo menstrual y se desecha con la
menstruación. La endometriosis ocurre cuando el endometrio crece en otro lugar que no
es el útero: por ejemplo, los ovarios, trompas de Falopio, recto, vejiga, vagina, vulva,
cuello del útero o glándulas linfáticas.

Los síntomas varían dependiendo de la localización del crecimiento, pero lo más común
son menstruaciones dolorosas que duran un periodo inusualmente largo. La endometriosis
es un problema bastante grave y debe tratarse con un médico; si no se trata, puede
conducir a la esterilidad. En general se utilizan hormonas para su tratamiento, pero si el
problema es grave se puede requerir de cirugía. La cirugía láser es una opción. Otro
problema menstrual es la amenorrea, o sea la ausencia de menstruación. Se denomina
amenorrea primaria si una joven aún no ha menstruado para aproximadamente la edad
de 18 años. Se llama amenorrea secundaria si ha tenido cuando menos una menstruación.
La amenorrea ha recibido atención considerable de los médicos debido a que, aunque es
un problema poco común, es síntoma de infertilidad. Algunas de las causas de la
amenorrea incluyen embarazo, defectos congénitos del sistema reproductivo,
desequilibrio hormonal, quistes o tumores, enfermedad, estrés y factores emocionales
relacionados con la pubertad.

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