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El problema de la objetividad

y la epistemología feminista

Por: Karen Natalia Cruz Andrade

Universidad autónoma de México México CDMX, Junio 4, 2019

Filosofía- SUAyED
Teoría del Conocimiento
Karen Natalia Cruz Andrade
Teoría del Conocimiento- SUAyED

El problema de la objetividad y la epistemología feminista.


La propuesta de Donna Haraway

Introducción

En este ensayo consideraré de la epistemología a la luz del problema epistemológico de la


objetividad. Para mostrar que este debate ha sido central en las propuestas de la epistemología
feminista, particularmente en la propuesta teórico-política de Donna Haraway. Procederé de la
siguiente manera: en primer lugar planetaré unos puntos clave acerca de la epistemología y sus
nociones con el objetivo de clarificarlos para el debate posterior; posteriormente abordaré a
grandes rasgos la propuesta de la epistemología feminista y por último, abordaré la propuesta de
Donna Haraway, inscrita en este debate.

Epistemología: Nociones Básicas.

La definición etimológica de epistemología proviene del verbo griego eistamai , que quiere decir
saber, aprender, entender, conocer, y también del logos que significa razonamiento, tratado,
palabra, tema, cuestión y materia1. Entonces podríamos afirmar que la epistemología es una teoría
del conocimiento que estudia lo que se puede conocer y cómo, además de los métodos por los
que las creencias son legitimadas como conocimiento verdadero.

Es realmente complejo este entramado de objetos de estudio, que indican que para que el
conocimiento pueda generarse existen al menos tres elementos indispensables: El sujeto
cognoscente, el objeto de conocimiento y el proceso de conocimiento. Y entre ellos una infinidad
de relaciones y problemáticas derivadas. Una de esas problemáticas es la objetividad.

La objetividad juega un papel fundamental en el conocimiento; particularmente en el


conocimiento validado por la ciencia, más no es exclusivo de ella. ¿Qué es la objetividad?, para
responder a esa pregunta es necesario retomar el problema de la percepción.

Suele pensarse cotidianamente que la percepción es la forma primera y más directa de


obtener conocimiento sobre el mundo, sin embargo, para la filosofía nunca ha estado del todo
claro que no haya intermediarios entre quien percibe y el objeto percibido; en otras palabras para
algunas escuelas filosóficas, la percepción de los objetos físicos nunca será directa. De esta

1
Pabón (2004)

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“intermediación” surge un problema fundamental: ¿Cómo saber que lo que percibimos es,
verdaderamente, la realidad?2

Una forma en la que la ciencia resolvió este cuestionamiento es con la objetividad.

La objetividad, a veces definida como una propiedad del sujeto, a veces una característica
del método de conocimiento y en otras, una cualidad en ambas; es la garante de un conocimiento
“no meramente subjetivo”3.

El método científico exige la presencia de la objetividad como uno de sus elementos


necesarios de validez y veracidad. Las personas que crean conocimiento asumen que usar el
método científico asegura que sus valores personales y culturales no intervienen4 ni afectan en un
sentido relevante el modo en el que hacen ciencia.

Pero la pregunta sigue en el aire, ¿qué es la objetividad? Los filósofos y filósofas aún no
se ponen de acuerdo. 5

Existe una relación entre verdad, conocimiento, objetividad y percepción; y con la


exclusiva finalidad de evitar divagaciones y de demarcar el tema de éste ensayo, tomaré como
referencia estos llanos conceptos:

-Verdad es el pensamiento que se corresponde con la realidad.

-Conocimiento es el producto de la relación entre sujeto-objeto-proceso de conocimiento, que


básicamente cumple con tres condiciones: Es una creencia verdadera, un sujeto la cree y el sujeto
tiene razones justificadas para creerla6.

- Percepción es la capacidad de recibir las propiedades de los objetos por un sujeto por, medio de
los sentidos7.

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Lluis Blasco, Joshep (2003)
3
La oposición entre lo subjetivo y lo objetivo también es un tema de estudio de la epistemología, por lo
que ahondar en ello sería complejo. Para fines prácticos de este ensayo, nos referiremos a lo subjetivo
como aquel conocimiento que procede fundamentalmente de la percepción individual del sujeto
cognoscente. Éste conocimiento no puede tomarse indiscutiblemente como verdadero, pues se prima la
percepción, además de que no recurre a pruebas de validez o veracidad.
4
Entre el sujeto cognoscente y el objeto de conocimiento.
5
Como en casi todo.
6
Estas tres condiciones necesarias y suficientes fueron propuestas inicialmente por Platón; sin embargo
ha sufrido múltiples variaciones a lo largo del tiempo y cada filósofo ha adecuado su propia versión de
ella. También ha recibido una serie de argumentaciones que afirman la falsedad de que estas tres
condiciones sean suficientes para el conocimiento, la primera de ellas realizada por Edmund Gettier.
7
Las filósofas feministas, particularmente las epistemólogas( Keller, Haraway), dirán que la percepción no
sólo está mediada por los sentidos, sino que estos a su vez, están determinados por los pensamientos y
sentimientos de quien percibe.

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- Objetividad es la condición necesaria para que en la construcción de conocimiento de


un sujeto, no interfiera de manera relevante su percepción sino que primen las cualidades
reales del objeto. Es decir, conocer el objeto en sí mismo, con independencia de la propia
manera de pensar o de sentir que pueda tener cualquier sujeto que lo conoce.

El problema de la objetividad radica en cómo conseguir que las percepciones del sujeto
no interfieran de manera relevante con el conocimiento verdadero de los objetos.

Esbozo de la epistemología feminista.

Cuando surge la epistemología feminista8 plantea en principio un aspecto particular que


interfiere con ésta objetividad planteada desde la epistemología clásica:

El género influye en las concepciones del conocimiento, en la persona que conoce y en las
prácticas de investigar, preguntar y justificar.9

Esto significa que la realidad de los objetos es percibida intrínsecamente diferenciada por
hombres y mujeres. Entonces, ¿cómo replantear la objetividad desde ahí?

Muchas epistemólogas feministas han abordado de diferentes maneras ésta cuestión. Por
ejemplo, Helen Longino ha señalado que los intereses sociales y políticos, además de los
prejuicios personales, tienen un impacto importante en la producción de conocimiento científico
ya que, pueden afectar las prioridades de la investigación científica: ¿Qué preguntas son
importantes para ciertos temas?, ¿cuál debe ser el marco teórico o de explicación para realizar un
estudio o qué métodos deben ser utilizados?, ¿cuáles son los datos que son considerados válidos
e inválidos?, ¿cómo se interpretan o se comparan los datos en los estudios y entre ellos?, ¿cómo
se llega a las conclusiones que se deriva de este análisis de datos y cómo se determinan las
recomendaciones para que se hagan las futuras investigaciones?, etc.10

Estas preguntas planteadas por Longino, descolocan la supuesta objetividad de las


ciencias, a la luz de la diferencia de géneros. Esta luz se arroja directamente sobre un supuesto
previo: la universalidad.

8
Los estudios de epistemología feminista se iniciaron de manera sistemática a fines de los setenta y han
producido gran cantidad y variedad de investigaciones donde participan filósofas y científicas feministas
tanto en las áreas naturales y sociales, como en las humanidades. Graft, Norma, Palacios, Fátima y
Everardo, Maribel (2010)
9
Posteriormente se abordarán aspectos sobre la historia de la incorporación y participación de las
mujeres, de su situación actual, así como los efectos que su ausencia y presencia han tenido en la
ciencia, la tecnología y la filosofía. Graft, Norma, Palacios, Fátima y Everardo, Maribel (2010)
10
. Graft, Norma, Palacios, Fátima y Everardo, Maribel (2010)

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La ciencia fue definida como libre de prejuicios, simplificándola como un quehacer


objetivo. Sin embargo, su objetividad era una representación de aquello que suponían como
universal y que no recae en los simples individuos exclusivamente; sino que es el resultado de
consensos alcanzados en comunidades científicas que trabajan dentro de un contexto cultural.

Aunado a esto, dichas comunidades científicas (y filosóficas), han estado


tradicionalmente conformadas por hombres, principalmente de clases privilegiadas11. Esto tiene
un profundo impacto en cómo se ha desarrollado la práctica y el entendimiento de lo que es
universal y objetivo.

Dice Donald Davidson: “El pensamiento es necesariamente parte de un mundo público


común” , con esto Davidson intenta decir que aunque los sujetos y sus percepciones, son muchas,
12

la naturaleza es una. Cada persona tiene su propia posición en el mundo y por ello su propia
perspectiva; sin embargo, subyace a ésta perspectiva una realidad pública y común conocida por
todos.

Éste es uno de los puntos clave de la crítica feminista a la objetividad, pues el feminismo
ha mostrado cómo es que las grandes teorías que proclaman la universalidad, son en realidad
parciales y se basan en normas masculinas que no representan inclusivamente a toda la
humanidad. Lo que parece ser universal, frecuentemente se basa sólo en una pequeña porción de
la población.13

A pesar de tanta claridad por parte de las epistemólogas feministas sobre los problemas
que presenta la objetividad, aún no han acordado lo que significa para ellas.

El marxismo humanista, las teorías construccionistas, las teorías del punto de vista 14, la
objetividad fuerte15, entre otras, son teorías propuestas o retomadas por la epistemología feminista

11
Hombres libres, blancos, educados, adinerados, propietarios, heterosexuales, etc.Haraway, Donna J.
(1995).
12
Davidson, Donald (2003)
13
Además, se ha hecho una crítica sobre cómo este supuesto de universalidad que sustenta a la
objetividad, es en realidad un medio patriarcal de control, ponderando el desapego emocional y la
suposición de que hay un mundo social que puede ser observado de manera externa a la conciencia de
las personas.
14
Las teorías del Punto de Vista Feminista sostienen que el mundo se representa desde una perspectiva
particular situada socialmente, que se basa en una posición epistémica privilegiada. Cuestiona las
suposiciones fundamentales de método científico, sus colorarios de objetividad y neutralidad, así como
sus implicaciones; pone en duda la utilidad de algunas mediciones cuantitativas y cuestiona los métodos
que ponen distancia entre quien conoce y lo que se conoce. Graft, Norma, Palacios, Fátima y Everardo,
Maribel (Coord.). (2010).
15
Harding ha llamado “objetividad fuerte” a aquella en la que todas las fuentes de error o prejuicio tato
cultural como técnico, sean tomadas en cuenta. Propone que en lugar de desechar la objetividad como
una meta, porque da lugar a proyectos y usos racistas, imperialistas, burgueses, homofóbicos, etc. , es
necesario sustituir esa objetividad “débil”, por una objetividad “fuerte” y feminista. Graft, Norma,
Palacios, Fátima y Everardo, Maribel (Coord.). (2010).

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para intentar dar respuesta a ésta discusión. Sin embargo, una de las críticas más fuertes y más
estructuradas a la objetividad tradicional ha sido la de Donna Haraway.

La propuesta epistemológica de los conocimientos situados.

Haraway considera que la labor de las feministas no puede limitarse a mostrar las
contingencias históricas o los modos de construcción para todo; sino que deben empeñarse en
construir una mejor descripción del mundo. Es decir, dejar de seguir una ciencia del sucesor16
en donde se construya sobre lo ya dicho y lo ya planteado, suponiendo que se está creando nuevo
conocimiento, cuando no es más que una reiteración de las mismas estructuras y conocimientos.
Hay que crear tecnologías semióticas propias17

Desde esa lógica, Donna propone que la objetividad, no es posible si no es mediante los
conocimientos situados.

Afirma que la universalidad, el supuesto de universalidad objetiva de las ciencias es “una


mirada que míticamente inscribe todos los cuerpos marcados, que fabrica la categoría no marcada
que reclama el poder de ver y no ser vista, de representar y evitar la representación.” Por ello
solamente la perspectiva parcial, la que no intenta totalizar, ni dar cuenta de lo universal, solo esa
visión puede ser objetiva.

Haraway acentúa que nuestra percepción del mundo, nuestros ojos18 son sistemas que
construyen traducciones y maneras específicas de ver el mundo. No existen pues, visiones
universales y pasivas (como supuestamente lo sería la ciencia) no mediadas, sino posibilidades
de ver, altamente específicas, cada una de ellas con una manera parcial, activa y detallada. De las
cuales, las visiones más privilegiadas 19 son las de la periferia.

La propuesta de los conocimientos situados, encarnados, no es una distancia alienadora


y patriarcal, sino, probablemente lo que da respuesta a la búsqueda de una objetividad feminista.
Una que se contraponga a la objetividad irresponsable; puesto que, es incapaz de dar cuenta de sí
misma, de declarar conocimiento que no puede situar y del que reniega la interferencia de los
sujetos que lo construyen.20

Fácilmente puede confundirse con el relativismo conceptual, más la propia Haraway


afirma que “el relativismo es el perfecto espejo gemelo de la totalización en las ideologías de la

16
Keller, Evelyn. (1991)
17
Haraway, Donna J. (1995).
18
Metáfora utilizada por Haraway para hablar de la percepción sensorial y la el “sujeto cognoscente”.
19
E irónicamente más subyugadas socialmente.
20
Haraway, Donna J. (1995).

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objetividad. Ambas niegan las apuestas en la localización en la encarnación y en la perspectiva


parcial […]. Prometen al mismo tiempo y en su totalidad, la visión desde todas las posiciones y
desde ningún lugar”21, volviéndose así igualmente irresponsables.

Los conocimientos situados, como ya lo mencione antes, hacen notar la visión


privilegiada de las periferias, más no intentan romantizarlas; sino que, como conocimientos que
han sido subyugados, también están abiertos al análisis crítico, a su deconstrucción e
interpretación para nuevos (y mejores) modos de investigación y de construcción de
conocimiento.

Ese es el reto de la epistemología feminista, abordar los conocimientos situados, como un


“yo” . Que sea capaz de responder de sí y por sí, pero no de manera aislada, pues todo “yo” está
22

siempre en construcción. Una construcción imperfecta e inacabada que o dota de la capacidad de


unirse a otro, de ver junto a “otro” pero sin pretender ser él.

Los conocimientos situados apelan también a la objetividad como un fenómeno no


particular, sino colectivo. En donde se pueda construir conocimiento desde diversos lugares,
dando cuenta de ellos y sin colonizar ninguno, sin apropiarse del “yo” de otro, que es lo que ha
intentado hacer históricamente la objetividad universal de las ciencias.

La apuesta de los conocimientos situados como una objetividad feminista, es generar


científicos y filósofos que busquen la posición del sujeto, más no la identidad. Un conocimiento
que parta desde la objetividad, es decir, una conexión parcial.

Porque como lo señala Donna Haraway: “No hay manera de “estar” simultáneamente en
todas, o totalmente en algunas de las posiciones privilegiadas (subyugadas) estructuradas por el
género, la raza, la nación y la clase. […].Ocupar un lugar es, por lo tanto, la práctica clave que da
base al conocimiento organizado. […].Ocupar un lugar implica responsabilidad en nuestras
prácticas.”23

Los conocimientos situados entonces, revelan que al ocupar un lugar, si bien nos toda de
identidad, y esta a su vez de una percepción sensorial, ideológica, cultural e histórica particular
y, me atrevo a decir, única, no limitan en lo absoluto la capacidad de crear conocimiento. Pero no
podemos apelar al conocimiento universal, absoluto y totalizante, que no es, pero pretende ser el
conocimiento científico tradicional; pues este no es tampoco ni absoluto, ni totalizante ni
universal, sino un ejercicio patriarcal y de dominación de los hombres de ciencia de hacer valer
su conocimiento como único válido y verdadero.

21
Haraway, Donna J. (1995).
22
Una posición específica de percepción en el mundo, desde un lugar y una historia particulares.
23
Haraway, Donna J. (1995)

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Entonces, la propuesta es crear conocimiento, no parcial, sino situado. Un conocimiento


responsable, que dé cuenta de quién lo construye, lo valida, lo investiga y lo analiza, y desde
donde. Es nombrar lo que interfiere entre el sujeto y el objeto que se pretende conocer.

Si la objetividad es una garante para el conocimiento de la verdad, entonces invisibilizar


las múltiples condiciones en las que el conocimiento sucede de acuerdo a cada sujeto y a cada
lugar, nos aleja más y más de la verdad.

Las epistemólogas feministas no niegan la verdad, asumen que existe una, más no una
verdad masculinista, sino una verdad que surge de la totalidad de muchas y múltiples
parcialidades que individual y conjuntamente, dan cuenta de ella, visibilizando, nombrando,
señalando, cuestionando y deconstruyendo las formas únicas y específicas de acceder a un objeto
desde un lugar específico… desde un conocimiento situado.

Referencias

Haraway, Donna J. (1995). Ciencia, Cyborgs y Mujeres, La reinvención de la naturaleza.


Valencia, España. Ediciones Cátedra.

Stepanenko, Pedro. Selección de lecturas, Teoría del Conocimiento. CDMX, México. Facultad
de Filosofía y Letras.

Keller, Evelyn. (1991). Reflexiones sobre género y ciencia. Valencia, España. Adicions Alfons el
Magnenim.

Lluis Blasco, Josep. (2003), Teoría del Conocimiento. Valencia, España. Universidad de
Valencia.

Graft, Norma, Palacios, Fátima y Everardo, Maribel (Coord.). (2010). Investigación


Feminista, Epistemología, Metodología y Representaciones Sociales. CDMX, México.
UNAM- Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades
(CEIICH).

Davidson, Donald. (2003). Subjetivo, Intersubjetivo, Objetivo. Madrid, España.


CÀTEDRA.

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