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LOS ANTECEDENTES
La empresa Gutiérrez e Hijos S.A. fabricante de bocadillos veleños, tiene mas de sesenta años de
exitoso funcionamiento en el mercado. Sus ventas han tenido crecimientos porcentuales en los
últimos cercanos al 23% promedio y sus márgenes de utilidad sobrepasan las expectativas mas
optimistas de sus propietarios y directivos.
Es una empresa familiar dirigida por don Antonio Gutiérrez Abadía y Abadía, hombre
experimentado en el delicioso arte de fabricar dulces de todos los sabores y aromas, quien ha
estado al frente de su empresa durante los últimos 25 años, teniendo a sus dos hijos, Teresa y
Dioseciano de Dios al frente de las áreas de producción ella y de mercadeo, finanzas y ventas él.
Con ayuda de un estudiante de contaduría.
Los sistemas financieros y contables de la empresa no responden a las tendencias mas modernas
de la contabilidad administrativa, ni su información se encuentra sistematizada, pero sus políticas
de administración de personal son bastante precarias y calcadas todas bajo el esquema de
liderazgo autocrático de don Antonio como le dicen sus amigos y sus enemigos quien maneja con
mano férrea los destinos de su próspera empresa estilo que sus hijos se esfuerzan en copiar.
El ambiente de trabajo es excelente, es muy alta la moral del personal, no hay sindicato y es
bastante buena la calidad de los productos. No se tienen manuales de funciones (los hijos del
dueño dicen que son innecesarios), ni programas establecidos de seguridad industrial.
UN VIAJE PROMETEDOR
Como resultado del viaje de don Antonio recibio una interesante oferta de asociación, con una
interesante inversión de capital (en yens) de la empresa Sweet de Kwait, para inyectarle
dinamismo a su fábrica, modernizar la tecnología, diversificar y exportar el producto y tecnificar la
administración propuesta que el ha aceptado.
Don Antonio decide entregar el cargo de gerente al hijo del Alcalde del pueblo, Nicolás del Rio y
Armendaris joven egresado de Administración de Empresas de la Universidad, con poca
experiencia de trabajo, pero con una prometedora carrera política que don Antonio su compadre y
padrino quiere apoyar.
Don Antonio no alcanza a dar muchas instrucciones a Nicolás, pero si le advierte de la importancia
de mantener la empresa bajo control, superando en lo posible los volúmenes de ventas y las
consiguientes utilidades ya conseguidas y especialmente de preparar la empresa para los cambios
requeridos. Don Antonio estará ausente tres meses y no alcanza a trasmitir la información de los
futuros cambios a sus dos hijos.
LOS INCIDENTES
Nicolás es un jovén simpático, con una excelente preparación académica algo tímido e inseguro,
firme creyente de la administración participativa y el diálogo y asume el cargo con entusiasmo.
En su primer día de trabajo reune el personal de la fábrica un posco antes de iniciar labores y se
dirige a ellos: Quiero en primer lugar ponerme a sus órdenes y manifestarles que ocupar el puesto
de Don Antonio durante estos meses va a ser dificil reto, pero creo que con la ayuda de todos
ustedes podremos salir adelante. Me gustaría disponer de estos primeros días para conocerlos
personalmente, por lo que he pedido a mi secretaria que disponga de dos horas cada mañana para
citas con cada uno de ustedes, para conocernos mejor y escuchar opiniones y sugerencias.
Debemos seguir trabajando con entusiasmo como si don Antonio estuviera con nosotros. Gracias a
todos.
El personal estaba sin duda desconcertado. Juan Avilez, uno de los operarios más antiguos,
comentó en voz suficientemente alta como para ser escuchado. Que verraquera, ahora tenemos
un político demagogo que quiere ganar indulgencias como con camándula ajena. Seguro esas
citas en su oficina son para conseguir votos. La risotada de sus compañeros impidió escuchar la
tímida respuesta que Nicolás dio a esta no solicitada opinión y la reunión se disolvió antes de
poder aclarar nada.
Durante los siguientes días Nicolás se extraño de que nadie habia atendido su amable invitación y
decidió visitar a Dioseciano.
Pues mas o menos, tenemos problemas otra vez con la línea de empaque, pues los cajones de
madera que recibimos están dañados y no sabemos que hacer, le dijo Nicolás reemplazándolos
por polietileno y listo.
Esta loco? como se ve que no tiene ni idea del negocio de bocadillos, le argumento Dioseciano
dejándolo solo en la oficina.
Esa misma tarde tuvo tambien un desacuerdo con Teresa, muchacha temperamental y de recio
estilo, al sugerirle que organizara un equipo de football para participar en el torneo deportivo de la
Alcaldía. Equipo de que???. Aquí estamos para trabajar, no para hacer goles. El comentario sobre
el equipo trascendio a la planta y al día siguiente en cartelera alguien habia hecho la caricatura de
Nicolás con vestido de arbitro coordinando un partido entre bocadillos y dulces de coco.
Nicolás se reunió entonces con los hijos de don Antonio, muy preocupado porque en esa corta
semana de trabajo, ya su imagen con el personal estaba cuestionada, se seguían presentando
problemas con el transporte del producto y algunos de los habituales clientes, al enterarse de que
don Antonio estaba de viaje habían decidido comprar los bocadillos a la fabrica “Dulzura
afrodisiaca S.A.”con el consiguiente perjuicio para la empresa. En esta reunión Nicolás invitó a los
dos hermanos a que le dieran ideaas, opiniones y sugerencias orientadas al montaje gradual de
políticas de desarrollo de personal, en especial bienestar social y capacitación organizada del
personal, con miras a preparar la gente para las anunciadas nuevas tecnologías que según decia
una última carta de don Antonio quien estaba entrenandose en Kuwait, se basaban en la
robotización de la planta, pero no solo encontro en ellos preguntas, muchas ironias y poca
colaboración.
Nicolás uso sus mejores conocimientos para tratar de cambiar sus rutinas de trabajo y le acusaron
de débil, inseguro y poco firme.
Decidió entonces reunir de nuevo al personal para motivarlos hacia la presentación bastante
general de los cambios que se avecinaban. En esa reunión, se oyeron ideas como Pasar de tres a
solo dos turnos, y poner cafeteras en la planta, propuesta por una de las aseadoras, mezclarle a
los bocadillos anticonseptivos para contribuir al problema de exploción demográfica, brillante
sugerencia de la novia de Dioseciano, buscarse otro gerente mejor (esta despertó mucha simpatía
entre la gente) y otras de corte similar que hicieron de la reunión un rotundo fracaso.
A los once días de trabajo, la producción estaba por debajo de la capacidad de planta, los rumores
eran continuos el malestar de la gente creciente y la preocupación de Nicolás permanente. Las
ventas se temían que fueran a verse afectadas.
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