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LA NOCIÓN ABSTRACTA DE MERCADO

1. Todo hombre--dice smith- vive intercambiando «viene a ser en cierta medida


mercader, y toda sociedad una compañía mercante o comercial»1. Smith
contribuyó eficazmente a implantar la idea abstracta de mercado que se elevó
sobre esta concepción crematístico-utilitaria de la naturaleza humana, aportando
el marco en el que se relacionarían las distintas partes y elementos del sistema
económico.

2. Mecánica de la sociedad propia de la utopía liberal: el mercado constituyó el


terreno de juego en el que competían los átomos individuales y empresariales,
intentando maximizar el placer y los beneficios o, si se quiere, constituyó el baño
de aceite en el que podían desenvolverse sin rozamientos la fuerzas
económicas, arrojando resultados óptimos para el conjunto del sistema.

3. Los dos tipos de intercambio que aristóteles distinguía el intercambio directo de


productos para su utilización inmediata –considerado como natural para
conseguir el aprovisionamiento normal de bienes del que se ocupaba la
economía- y aquel otro intercambio encaminado a acumular beneficios -que se
tomaba como algo artificial que pertenecía al campo de la crematística pasó a
dominar este último hasta el punto de negar la posibilidad del primero.

4. La consideración que hace aristóteles del intercambio directamente utilitario


como' algo natural, sienta ya las bases para concebir el trueque como forma de
intercambio dominante en las sociedades en las que no se había generalizado el
uso del dinero y deja el camino expedito para tomar también como algo natural
la persecución individual de fines utilitarios a través de la acumulación
pecuniaria.

5. Las elaboraciones de los economistas tendentes a aproximar las abstracciones


de la ciencia económica a la realidad de los intercambios se han orientado
fundamentalmente a establecer una tipología de mercados, según se aparten
más o menos del modelo ideal del mercado libre, transparente y perfecto al
aumentar el grado de monopolio, imperfección o heterogeneidad de los
productos, pero se ha mantenido fuera de toda discusión la hipótesis de que la
racionalidad utilitaria del hamo economicus explica por sí misma la realidad de
los intercambios.

6. Como consecuencia de los cambios ideológicos acaecidos en los siglos xvii y


xviii que recoge la obra de smith, la idea de intercambio se redujo a la idea de
mercado y ésta a la de mercado capitalista, hasta el punto de que hoy se habla
indistintamente de «economía capitalista» y de «economía de mercado», lo que
constituye una grave imprecisión.

7. Que acredita la existencia de sociedades humanas en· las que la forma y la


razón del intercambio no sólo difieren radicalmente de las que smith presentaba
corno las únicas propias del hombre inteligente, sino que se sitúan en el extremo
opuesto, mostrando que ese egoísmo primordial atribuido por smith a la
naturaleza humana puede transmutarse en comportamientos bien distintos del
simple empeño individual de acumular riquezas.

8. “george bataille utiliza tempranamente la información recogida en los trabajos


antropológicos citados, para criticar la consideración que la ciencia económica
hace de la idea utilitaria del intercambio como el esquema de comportamiento
universalmente aplicable sobre el que construye su noción abstracta de
mercado. La economía clásica ha imaginado que el intercambio primitivo se
producía bajo la forma de trueque: no tenía, en efecto, ninguna razón para
suponer que un medio de adquisición como el intercambio haya podido tener
como origen, no la necesidad de adquirir que satisface hoy, sino la necesidad
contraria de la destrucción y la pérdida. En oposición a la noción artificial de
trueque, la forma arcaica del intercambio ha sido identificada por mauss bajo el
nombre de pot!atch8 la concepción tradicional de los orígenes de la economía
no ha sido echada por tierra hasta una fecha reciente, lo bastante reciente
incluso para que un gran número de economistas continúe presentando
arbitrariamente el trueque como el antecesor del comercio9 “

9. El mercado, que se concretaba en una determinada lonja o lugar, tenía un


carácter meramente local, mientras que el intercambio en gran escala y a larga
distancia, transcurría normalmente al margen de éste.

10. “señala polanyi «los intercambios y los mercados no sólo estaban separados por
su localización, su status y su personal, sino que diferían también en propósitos
y organización>> • en el mercado en sentido físico no existe necesidad de un
mecanismo de oferta-demanda-precio[ ... ] el mercado en sentido físico no
requiere siquiera la existencia de un precio. No tiene por qué intervenir ningún
tipo de forcejeo sobre los precios, pues las equivalencias pueden establecerse
en base a principios totalmente distintos.”

11. El mercado no funciona como mecanismo fijador de precios y éstos,


determinados en otras instancias, no influyen sobre la cantidad ofrecida y
demandada.

12. Las doctrinas escolásticas duraron hasta los tiempos de adam smith». Fue
entonces cuando pudo surgir la idea antes expuesta de incluir con generalidad
los intercambios bajo una noción abstracta de mercado, movido por finalidades
exclusivamente crematísticas, y pudiendo Marx, en sus grundrisse, presentar a
Smith como el «Lutero de la economía política>>

13. “citada, Walter Neale aclara que los científicos que han escrito este libro
participan, en principio, de la concepción que considera que los mercados
autorregulados son la excepción y no la regla e incluso que sólo aparecen en los
siglos xix y xx. Además, conciben los mercados creadores de precios como un
producto histórico excepcional y creen que durante buena parte de su trayectoria
histórica el hombre ha vivido con mercados de precios fijos y quizá con sistemas
económicos que se pueden comprender mejor en términos de instituciones de
reciprocidad y redistribución cuyas características esenciales han de definirse al
margen de la teoría económica ortodoxa y con ayuda de otras disciplinas más
familiarizadas con instituciones ajenas al mercado15 .”

14. Cabe preguntarse si lo que ha sido una excepción en el pasado va camino de


convertirse en una norma en el futuro. Dudar que tal cosa ocurra por las razones
que exponemos a continuación. El mundo ha evolucionado de tal manera que la
fijación de los precios y de las cantidades intercambiadas transcurre por caminos
cada vez más alejados de los automatismos del juego de la oferta y la demanda
en un marco que se aproxime mínimamente a esa idea de mercado más o
menos libre, transparente y perfecto. No sólo porque en el bloque de países hoy
llamados socialistas los intercambios se hayan separado manifiestamente de
ese marco, sino porque en los mismos países capitalistas se han observado
cambios institucionales y de comportamiento que agrandan el bache existente
entre la realidad de los intercambios y la noción abstracta de mercado

15. A medida que se fue corrigiendo y adaptando teóricamente la noción de


mercado, revisando algunos de sus presupuestos más irreales introduciéndole
grados crecientes de imperfección, opacidad y monopolio, e incluso,
consideraciones institucionales y otras que se salen del campo de do
económico», se fueron disolviendo los automatismos que le dieron su fuerza
originaria.

16. las nuevas elaboraciones llegan por lo común a situaciones globales de


indeterminación que, en el contexto moral en el que transcurren los
intercambios, se saldan normalmente en favor de aquellos que tienen más poder
(económico, político, militar, ... ) haciendo que los condicionantes sociales
jerárquicos, que la idea abstracta de mercado pretendía desterrar del campo de
«lo económico», se reintroduzcan de nuevo en él.

17. A la vez que se acrecienta el déficit neto de materias primas del mundo industrial
a cubrir con cargo a las reservas limitadas contenidas en los países del llamado
<<tercer mundo,, las cantidades y precios de estos productos dependerán cada
vez más de los factores político-militares que respaldan su apropiación sobre
bases coercitivas en el seno de los dos grandes bloques de poder en que se
encuentra dividido el mundo y del volumen de reservas existente.

18. Tal contexto evoluciona hacia situaciones en las que los precios y las cantidades
intercambiadas no vienen determinadas por el mercado, sino que se le imponen
a éste desde fuera sin que pueda reaccionar contra unas «interferencias» que se
hacen crónicas, quedando relegado el papel de éste a propagar los intercambios
sobre las bases de partida impuestas.

19. El contexto moral en el que transcurren normalmente las negociaciones de los


precios en los marcos burocráticos indicados, hace que las «interferencias>> se
salden corrientemente en beneficio de aquellos grupos que tienen un mayor
poder negociador que transciende a las «fuerzas del mercado». Si a todo esto
añadimos que en el bloque de países llamados socialistas, los precios se fijan
por lo general al margen del mercado, podemos concluir que la evolución de los
acontecimientos ha ido recortando la vigencia práctica de esa noción de
mercado fijador de precios y cantidades más o menos libre, transparente o
perfecto.

20. Esto en cuanto a las tendencias que en el actual modelo de sociedad recortan la
vigencia de la noción abstracta de mercado como reguladora automática de
precios y de cantidades intercambiadas.

21. ¿puede darse un cambio social que invierta estas tendencias haciendo que
renazca la vigencia en las sociedades futuras de esa noción de mercado propia
de la utopía liberal?

22. La realización de la utopía liberal en el campo de lo económico" no ayudaría a


solucionar estos problemas. No es que esa noción abstracta de mercado no se
haya realizado en la práctica, sino que mientras permanezca vigente el marco
ideológico en que se concibió, el mercado por muy <<libre, transparente y
perfecto» que sea llevará a resultados contradictorios con lo que sería una
buena gestión de recursos desde el ángulo, se traducirán en un comportamiento
global depredador, cualquiera que sea el marco institucional sobre el que se
proyecten.

23. Aunque -se intenten <<corregir» situaciones límite y se «implementen'' controles


burocráticos sobre los precios que <<guíen>> al mercado con la pretensión de
mejorar la gestión de recursos desde ópticas ajenas al mismo, tales
intervenciones no pueden ofrecer más que soluciones extremas y parcelarias.

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