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Universidad Central del Ecuador

Formación Social Latinoamericana II


Semana 10
Nombre: Indira Haro Ruiz Curso: Política 4
Texto a reseñar: Knight, Alan 2005. “Comparación entre las dinámicas internas de las revoluciones
mexicana y boliviana” en Revolución, Democracia y Populismo en América Latina, Knight, Alan. Centro de
Estudios Bicentenario (CIP).
Competencias del autor: ha realizado excepcionales análisis de la historia latinoamericana sobre
historiografía, revolución social, Estado y sociedad, populismo y neopopulismo, deuda, las relaciones con
Inglaterra y Estados Unidos, entre otros. Su libro Revolución, democracia y populismo en América Latina
(2005), es una recopilación representativa de los mismos. Siendo México su “país historiográfico”, su
materia analítica ha sido todavía más diversa; ningún tema fundamental parece haber sido dejado de lado.
(Gracida, E., 2020). 

Desarrollo de la tesis: “Comparación entre las dinámicas internas de las revoluciones mexicana y
boliviana”.
El objetivo del autor es identificar las semejanzas y diferencias existentes de dos revoluciones que tuvieron
lugar en Latinoamérica: la Revolución Mexicana y Revolución Boliviana; para lograr esta comparación el
autor expone las causas que originaron cada revolución, los rumbos que tomaron cada una y finalmente
concluye con las diferencias que tuvieron lugar en 1964.
Comparaciones estructurales: México y Bolivia durante el Siglo XX experimentaron grandes revoluciones
de carácter social. Estas revoluciones fueron exitosas ya que provocaron grandes transformaciones en sus
respectivas sociedades sin que el resultado de estas haya sido el socialismo, el autor menciona que dichas
revoluciones son de carácter nacionalista y burgués. Las semejanzas entre estos dos países va más allá de
que estos dos pertenecieron al corazón del Imperio Español en América. Las principales similitudes radica
en la poca estabilidad política que caracteriza a ambos países; la economía monetaria presentó un deterioro a
raíz del deterioro de la minería; las invasiones extranjeras se hicieron presentes, incluso por parte de países
vecinos que se quedaron con territorios de la periferia. México y Bolivia iniciaron el Siglo XX bajo el
mando de gobiernos oligárquicos, cuyo carácter era autoritario y controlaban al campesinado, y eran
fuertemente dependientes de una economía agroexportadora en la que predominaba la minería.
Frente a estas similitudes también se presentan marcadas diferencias, una de las diferencias más
significativas radica en la correlación étnica, ya que México era una nación mestiza en su gran mayoría;
mientras que en Bolivia más de la mitad de la población es indígena; por tanto, Bolivia en términos étnicos
se encontraba más polarizada. En segundo lugar, tanto la economía colonial como la nacional de México
habían alcanzado un mayor grado de actividad e integración de mercado que la de Bolivia. En tercer lugar,
el autor expone la integración “cultural” mexicana era mayor a la boliviana. La integración cultural reflejaba
las tendencias económicas y en parte se derivaba de la proselitización de la Iglesia Católica. Las nociones
bolivianas de integridad carecían del estridente anticlericalismo de su contrapartida mexicana: la Iglesia no
tenía tanta importancia.
Knight menciona que la estructura social de los antiguos regímenes bolivianos y mexicanos puede ser
analizado a través de los términos de una oligarquía política económica, un campesinado mayoritariamente
masivo; una clase trabajadora urbano industrial mucho más pequeña y una naciente clase media. En el caso
de los dos países expuestos la Revolución ocurrió cuando un movimiento político de carácter reformista de
clase media urbana, desafía al régimen oligárquico y a través de movilizaciones llega a alianzas de facto con
grupos campesinos y de clase trabajadora. Es necesario destacar que en ambos países la gran mayoría de la
población pertenecía al sector campesino, en Bolivia el campesinado era de origen indígena; mientras que en
México el sector campesino era mayoritariamente mestizo.

El Porfiriato actuó como agente de la oligarquía terrateniente, ya que imponía sus propias cargas fiscales,
políticas y militares, lo que causó indignación en comunidades serranas. Estas tensiones agrarias de la
revolución tendían a enfrentar a los habitantes de los pueblos en contra de las haciendas expansionistas. Los
recursos económicos de la clase terrateniente, apoyados por el poder del estado porfiriano, mantenían al
campesinado bajo control. En el caso de Bolivia, la confrontación de los pobladores contra las haciendas
expansionistas había provocado protestas y rebeliones en épocas pasadas. En Cochabamba las haciendas
eran más atrasadas y mantenían tintes feudales; estas haciendas dependían del trabajo de campesinos
“internos” amarrados. El campesinado boliviano o los colonos se caracterizaban pobres y dependientes,
estaban sujetos a una explotación más coercitiva y con características de servidumbre.

Al realizar una comparación entre las clases trabajadoras bolivianas y mexicanas, el autor explica que ambas
son una minoría. Dado el mayor desarrollo económico de México, la clase trabajadora era numerosa y más
diversificada; sin embargo, desempeñaron un papel menos preponderante y autónomo en la revolución
armada que sus pares bolivianos. El campesinado mexicano pareció estar más dispuesto hacia la acción
revolucionaria que sus pares de clase trabajadora.
En Bolivia grandes grupos de clase trabajadora adoptaron estrategias moderadas, “economísticas” y
reformistas, así el MNR sacó provecho de estas situaciones y su estrategia consistió en “dividir para reinar”.
En la revolución boliviana, los mineros desempeñaron un papel fundamental ya que formaron parte activa de
los partidos políticas, pudieron sufragar en las elecciones lograron formar sindicatos y establecen acuerdos
con aquellos políticos que les simpatizaban.

El autor aborda el tema de la solidaridad de los mineros bolivianos que era promovida por la forma de
organización del trabajo y por una peculiar cosmología y cosmovisión. Las minas bolivianas dependen del
trabajo exclusivo del indígena que era reclutado de la población campesina andina, Las comunidades
mineras reproducían prácticas indio campesinas en ambientes duros y aislados. En el caso mexicano, las
minas dependían de trabajadores asalariados libres, principalmente migrantes en busca de ingreso y sustento.

Principales conceptos utilizados: campesinado, revolución mexicana, revolución boliviana, Estado


Oligárquico, mestizos, indígenas, Porfiriato, Oligarquía terrateniente, hacienda expansionista.

Bibliografía:
Gracida, E. (2020). Consultado el 14 de enero de 2020, en
http://www.economia.unam.mx/publicaciones/nueva/econunam/29/07entrevista.pdf
Knight, Alan 2005. “Comparación entre las dinámicas internas de las revoluciones mexicana y
boliviana” en Revolución, Democracia y Populismo en América Latina, Knight, Alan. Centro de Estudios
Bicentenario (CIP).

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