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Deuda Externa

Durante los finales del Siglo XIX e inicios del XX, uno de los principales problemas que
aquejaba al Ecuador, era el pago de la deuda externa y la construcción del ferrocarril que
había sido propuesto por el presidente Gabriel García Moreno. En 1888, Flores Jijón buscó
formas para solucionar la deuda externa y créditos para la construcción del ferrocarril. Alfaro,
en 1886 establece un decreto mediante el cual ordena la suspensión del pago de la deuda hasta
que se obtenga un arreglo equitativo y honroso con los acreedores. El objetivo de esta
suspensión era conseguir recursos en los mercados internacionales para poder construir el
ferrocarril; así la deuda se transformaría en bonos.
En 1931, los pagos de la deuda externa se suspenden debido a protestas ciudadanas a causa de
la reducción de rentas del Estado por los pagos de la deuda. Durante el gobierno de Neptalí
Bonifaz se pretendió entregar a las Galápagos como parte de pago de la deuda.
En 1958, cuando comenzaron a presentarse dificultades económicas el país se vio obligado a
acercarse al Fondo Monetario Internacional, en busca de un crédito contingente. “El último
de esta serie en julio de 1972, pocos días antes de que se iniciaran las exportaciones de
petróleo. Solo diez años después, cuando el país estaba atrapado en una nueva crisis externa,
en 1982, se retomó al FMI.” (Acosta, A., pág.109). En la medida en que se agudizaba la crisis
económica con la consiguiente inestabilidad política, el Ecuador recurrió otra vez al apoyo
financiero del FMI, contratando nuevos créditos, y el país tuvo de aceptar las
recomendaciones fondomonetaristas y adecuarlas a su política económica.

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