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ANÉCDOTA 1: EL CABALLO EN EL POZO

Un campesino, que luchaba con muchas dificultades, poseía algunos


caballos para que lo ayudasen en los trabajos de su pequeña
hacienda. Un día, su capataz le trajo la noticia de que uno de los
caballos había caído en un viejo pozo abandonado. El pozo era muy
profundo y sería extremadamente difícil sacar el caballo de allí.
El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente, y evaluó
la situación, asegurándose que el animal no se había lastimado.
Pero, por la dificultad y el alto precio para sacarlo del fondo del
pozo, creyó que no valía la pena invertir en la operación de rescate.
Tomó entonces la difícil decisión de decirle al capataz que
sacrificase el animal tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo, allí mismo.
Y así se hizo. Comenzaron a lanzar tierra dentro del pozo de forma de cubrir al caballo. Pero, a medida
que la tierra caía en el animal este la sacudía y se iba acumulando en el fondo, posibilitando al caballo
para ir subiendo. Los hombres se dieron cuenta que el caballo no se dejaba enterrar, sino al contrario,
estaba subiendo hasta que finalmente consiguió salir.
Si estás “allá abajo”, sintiéndote poco valorado, y otros lanzan tierra sobre ti, recuerda el caballo de
esta historia. Sacude la tierra y sube sobre ella.

ANÉCDOTA 5: TODOS TENEMOS GRIETAS

Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que


colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los
hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la
otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo
camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero
cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde
luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros,
pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada.
Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su
propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía
hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole:
“Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la
mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir”.
El aguador, apesadumbrado, le dijo compasivamente:
“Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.”
Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchas flores hermosas a lo largo del camino, pero de todos modos
se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.
El aguador le dijo entonces
Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que
siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.

Coplas cortas para niños


El respeto es primordial
en la vida del ser humano
porque respetando encontraremos
un mundo más humano.

Un elefante se balanceaba
sobre la tela de una araña
como veía que resistía
fue a llamar a otro elefante.

Sos mi solcito
sos mi calma
yo te quiero
con toda el alma.

Cuando dieron la noticiaa


de que ya no me querías
hasta el perro de la casa
me miraba y se reía.

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