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NARCISISMO: TEORÍA Y CLÍNICA

Narcisismo en la obra de Heinz Kohut


Hugo Lerner

ALGUNOS DATOS BIOGRAFICOS

Heinz Kohut nació en Viena en al año 1913 murió en Chicago en 1981. Ya


egresado de la facultad de medicina y habiéndo tenido una experiencia analítica con
A. Eichorn, emigró a Chicago donde se especializó en neurología. Algunos biógrafos
recuerdan que en el servicio de neurología solían llamarlo “Mr. Ciencia”. Ya en su
nueva ciudad adoptiva continuó su análisis con Ruth Eissler, se va alejando de la
neurología y comienza a formarse en psiquiatría y psicoanálisis en el Instituto de
Psicoanálisis de Chicago en 1944. Luego de egresar dictó por muchos años el
seminario de teoría freudiana que muchos de sus alumnos recodaban sus
enseñanzas por sus conocimientos y la rigurosidad en la comprensión de los textos
freudianos. Institucionalmente ocupó el cargo de Presidente de la Asociación
Psicoanalítica Norteamericana (1964-65), y la vicepresidencia de la Asociación
Psicoanalítica Internacional (1965-73) también fué vicepresidente de los Archivos S.
Freud (1971-81).
El año 1966 podemos considerarlo como una bisagra en su pensamiento y en sus
inquietudes teóricas, que comienzan a orientarse claramente hacia la problemática
narcisista. En un congreso Panamericano de Psicoanálisis, presenta en Buenos
Aires un trabajo donde planteó por primera vez un concepto que llegaría a ocupar
un lugar central en su obra, si el narcisismo se transforma en formas maduras
darán como resultado: la empatía, la sabiduría, el humor y la aceptación de la
finitud de la vida. Aquel que quiera consultar este artículo lo encontrará publicado
en Psicoanálisis de las Américas (Paidós, 1968).
Durante esa época también publicó: “Formas y transformaciones del narcisismo” y
“Reflexiones sobre la furia narcisista”, clásicos trabajos para todos aquellos
interesados en el estudio de la Psicología Psicoanalítica del Self, teoría que siendo el
su primer investigador cuenta en la actualidad con muchos seguidores en todo el
mundo psicoanalítico.
GENERALIDADES

Fue Kohut quien nos alertó acerca del prejuicio existente en el mundo psicoanalítico
sobre el tinte peyorativo que suele teñir la noción de narcisismo en comparación con
el amor objetal, ya que el primero, para algunos psicoanalistas representaría:"...la
más primitiva y la menos adaptativa de esas dos formas de distribución de la
libido...", como afirmó en 1968 en “Formas y transformaciones del narcisismo”.
Según Kohut ésta posición empobrece la práctica clínica, ya que los analistas
intentan reemplazar el narcisismo por el amor objetal, cuando a decir de él"...se
descuida la meta más adecuada, esto es un narcisismo transformado, es decir, una
distribución de la libido narcisista y la integración de las estructuras psicológicas
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primitivas en la personalidad madura...". (“Formas y transformaciones del
Narcisismo”)
A Kohut no sólo le interesa el estudio del narcicismo cuando está en equilibrio, sino
también, cuando hay perturbaciones del mismo, cuando se rompe el equilibrio.
Partiendo del concepto de narcisismo primario, considera dos caminos en los que se
diferenciará: el Self grandioso y la Imago parental idealizada. También, y como
transformaciones del narcicismo propone, como dijimos antes: la creatividad del
hombre, su capacidad de empatía, su capacidad para aceptar su propia finitud, su
sentido del humor y su sabiduría.
Sostiene que el narcisismo tiene su línea evolutiva independiente
evolucionando de las formas más primitivas hasta las más maduras. En éste
trayecto, si bien los factores innatos son importantes, él va a poner más atención en
la interacción específica del niño con su medio, interacción ésta que promoverá o
impedirá la cohesión del self y la formación de estructuras psíquicas idealizadas.
Es importante destacar que Kohut plantea dos línea evolutivas separadas : la
narcisista y la instintivo-objetal, y que ambas se relacionan con la actitud que los
padres tengan con el niño.
En relación a esto último, nos advierte que : "...Así como a veces los padres se
relacionan con el niño en una empática fusión narcisista y viven la organización
psíquica infantil como parte de la propia, en otras ocasiones lo tratan como si el niño
fuera un centro independiente con iniciativa propia, es decir, lo invisten con libido
objetal..." (Reflexiónes sobre el narcisismo y la furia narcisista).
La concepción de una línea evolutiva independiente para el narcisismo cuyo
desarrollo permite la adquisición de aspectos adaptativos, maduros y culturalmente
valiosos nos permite observar la actitud positiva que Kohut tiene para el narcisismo.
Entonces al narcisismo lo concibe como:"...una serie integral e independiente de
funciones psíquicas antes que un producto de la regresión..."( Reflexiónes sobre el
narcisismo y la furia narcisista).
El papel que Kohut a desempeñado para la conceptualización del narcisismo es de
fundamental importancia en el psicoanálisis actual:"...cuando Ornstein compara la
hipocresía victoriana ante la sexualidad con la actitud que se encuentra hoy ante el
narcisismo, nos hace pensar que tal vez Kohut ha hecho por éste lo que Freud hizo
por aquella.
Tal vez una de las contribuciones más revolucionarias de Kohut al estudio del
narcicismo es haberle quitado su carácter de "resistencia", atribuyéndole una fuerza
positiva rescatable. Esta interpretación del hecho narcisista permite favorecer su
manifestación en lugar de combatirla, favoreciendo de este modo el despliegue de
estructuras arcaicas tales como el self grandioso y la imago parental idealizada,
cuyo análisis es imprescindible para un funcionamiento cohesivo del self"
(Hoffmann, 1982,).

NARCISISMO Y ESTRUCTURACION DEL SELF

Anteriormente puntualizamos algunos de los conceptos sobre narcisismo con que


Kohut comienza a elaborar sus teorías. No obstante y en función de la claridad,
podemos afirmar que al narcisismo lo define, siguiendo a Hartmann como catexias
del self.
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Para Kohut el self, a diferencia de estructuras como el yo, el ello y el superyo
que son abstracciones relativamente alejadas de la experiencia, es algo cercano
a la experiencia directa y de bajo nivel de abstracción. Si bien está en el
aparato mental, no es una instancia sino una estructura dentro del aparato,
porque está catectizada instintualmente y tiene continuidad temporal.
Puede haber representaciones del self en cada instancia, ya sea en el yo, el ello o el
superyó, y todas estas representaciones son el self. Todas estas consideraciones lo
llevan a Kohut a afirmar que: "Por lo tanto el self, análogamente a lo que sucede con
las representaciones de objeto, es un contenido del aparato mental sin ser por ello uno
de sus constituyentes, es decir no es una instancia del aparato mental" (Análisis del
Self).
Hasta aquí podemos observar una primera definición del self. Algunos años después
realiza algunas reconceptualizaciones, que lo llevan a afirmar que el self es el centro
del universo psicológico del individuo, definiendo a este último como "self en sentido
amplio".
Por lo tanto tenemos dos definiciones de self que se complementan, la primera es el
"self en sentido estricto" que se refiere a representaciones, estructuras, catexias,
etc.; y la segunda como ya vimos el "self en sentido amplio".
No obstante Kohut nos alerta acerca de la dificultad para definir al self, así como,
dicho concepto está cercano a la experiencia: "...Mis investigaciones contienen cientos
de páginas sobre la psicología del sí-mismo, a pesar de lo cual jamás asignan signi-
ficado inflexible al término sí-mismo, jamás explican cómo debe definirse su esencia.
Pero admito este hecho sin contrición ni verguenza. El sí-mismo, sea que se lo conciba
dentro del marco de la psicología del sí-mismo en el sentido estrecho, como una
estructura específica en el aparato mental o, dentro del marco de la psicología del sí-
mismo en el sentido amplio del término, como el centro del universo psicológico del
individuo es, como toda realidad -realidad psíquica (los datos sobre el mundo que
percibimos a través de nuestros sentidos) o realidad psicológica (los datos sobre el
mundo percibido mediante la introspección y la empatía)- incognoscible en su esencia.
No podemos, mediante la introspección y la empatía, penetrar en el sí-mismo per se;
solo son accesibles sus manifestaciones psicológicas introspectiva o empáticamente
percibidas. La exigencia de una definición exacta de la naturaleza del sí-mismo no
tiene en cuenta el hecho de que "el sí-mismo" no es un concepto de una ciencia
abstracta, sino una generalización derivada de datos empíricos,..."; "...por último,
podemos distinguir diversos tipos de sí-mismos y explicar sus rasgos distintivos sobre
la base del predominio de uno u otro de sus elementos constitutivos. Podemos hacer
todo eso, pero aun así seguimos sin conocer la esencia del sí-mismo como algo distinto
de sus manifestaciones..." (La restauración del si-mismo).

Desarrollo del self

Descriptas ya algunas nociones acerca del self, debemos abordar como se constituye
y se desarrolla el mismo.
En principio cabe la pregunta acerca del momento en que se constituye el self.
Para Kohut y Wolf, como nos recuerdan en su artículo “Los trastornos del self y su
tratamiento”: "Resulta difícil determinar la edad en la que el bebé o el niño pequeño
adquieren un self. Para empezar, cabe suponer que, en términos estrictos, el recién
nacido todavía carece de un self.
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Llega al mundo fisiológicamente preadaptado para un ambiente físico específico -la
presencia de oxigeno, de alimentos, de cierta gama de temperaturas - fuera del cual no
puede sobrevivir. Del mismo modo, la supervivencia psicológica requiere un medio
psicológico específico, esto es, la presencia de objetos del self capaces de dar
respuestas empáticas. Es en la matriz de un medio particular de objetos de self
donde, mediante un proceso específico de estructuración psicológica llamada
internalización transmutadora, cristaliza el self nuclear del niño" (Kohut y Wolff,
1978, pag. 339). En esta última cita se hace mención a algunos conceptos centrales
en la psicología psicoanalítica del self como son los objetos del self y la empatía.

Objetos del self

Como anteriormente habíamos señalado Kohut, siguiendo a Hartmann, definía al


narcisismo como cargas del self, pero también debemos considerar que amplió la
concepción de narcisismo cuando afirmó que no lo va a definir por el objetivo de la
carga instintiva ( o sea que cargue al sujeto o a objetos) sino por la cualidad de la
carga.
Así es como afirma que: "El niño pequeño, por ejemplo, inviste otras personas con
catexias narcisistas y por lo tanto las experimenta en forma narcisista, es decir como
objetos del self" (Análisis del Self).
Por lo tanto objeto del self es algo que es parte de sí mismo, algo que ha sido
cargado con catexias narcisistas.
Kohut describió dos tipos de objetos del self:
a) aquellos que dan respuesta al niño confirmando su sentido innato de vigor,
grandeza y perfección. Este objeto "reflejante" es el que Kohut ubicará más
adelante relacionado con las ambiciones;
b) aquellos objetos a los cuales el niño mira y con los que fusionándose le brindan
una imagen de calma, infalibilidad y omnipotencia. a este objeto lo llama Imago
parental idealizada y lo ubica relacionado con los ideales.

Constitución del self

Para Kohut la constitución del self se irá desarrollando paulatinamente a través de


un proceso que él denominó Internalización transmutadora. Este proceso muestra
las fases sucesivas de la relación del niño con sus objetos del self, cómo se va
separando de los mismos y qué destinos tendrán las cargas con que habían sido
catectizados esos objetos.
Básicamente la internalización transmutadora presenta tres etapas que se
suceden:
a) el niño tiene que haber hecho la experiencia de satisfacción de la necesidad
correspondiente a la fase del desarrollo: la especular con el objeto reflejante y la
idealizadora con el objeto parental idealizado.
b) necesariamente se tiene que producir una frustración tolerable con ese objeto,
entonces el niño considera la retracción de la carga.
c) esta frustración debe ocurrir en un momento apropiado a la fase del desarrollo
por la cual pasa el niño.
Como se pude entender este proceso?
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Hoffmann, en la “Psicología psicoanalítica del self” lo describe de la siguiente
manera: "... si un chico necesita que su padre sea alguien infalible, omnipotente,
calmo, con quien se puede fusionar y experimentar su calma como un sostén para sus
ansiedades, y en cuya fuerza todopoderosa puede confiar para remediar su propia
impotencia, en un momento dado lo frustra (es decir no responde como el chico espera)
se produce el retiro de la carga. Si esto sucede a los 5 ó 6 años, es decir luego de
innumerables experiencias anteriores satisfactorias, dentro de la declinación del
Edipo y una frustración de un momento tolerable, se cumplen los tres requisitos
enunciados y el chico abandona ese aspecto parcial del objeto del self, lo internaliza y
construye con esas representaciones y esas mismas cargas un trozo de su estructura
interna, que será el residuo despersonalizado de un aspecto parcial de la relación
narcisista con un objeto del self".
Este proceso de internalización transmutativa por lo tanto lleva a la formación
de estructuras que producirán reconocimiento, protección, confort,
aprobación, estimulación, valoración, confianza, etc., todos estos aspectos que
antes los cumplían los objetos del self.
Como consecuencia de este proceso, Kohut afirma que en el segundo año de vida se
establece el núcleo del self (sí-mismo nuclear) que, como concluye en “La
restauración del si-mismo”: "constituye la base de nuestra sensación de ser un centro
independiente de iniciativa y percepción, integrado con nuestras ambiciones e ideales
más básicos y con nuestra experiencia de que el cuerpo y la mente constituyen una
unidad en el espacio y un continuo en el tiempo". Todo lo recién citado va a formar el
sector central de la personalidad.
La psicología psicoanalítica del self ante el fracaso del narcisismo del bebé
describe tres variantes, una son las elecciones de objeto; otra la formación del
self grandioso que se hace depositario de la omnipotencia primitiva y por
último la formación de la imago parental idealizada que también recibe los
residuos del narcisismo primitivo.
El self grandioso se interrelaciona con su objeto reflejante, y este último
conforma (de manera especular) el sentido innato de vigor, grandeza y perfección del
self, que lo busca a través de conductas exhibicionistas y de búsqueda de
aprobación. Para Kohut esta interrelación se da especialmente con la madre o mejor
dicho, con el objeto del self maternal.
El bebé también se interrelaciona con la Imago Parental idealizada que le dará
la imagen de calma, infalibilidad y omnipotencia con la cual fusionarse y calmar así
sus ansiedades.
La primera interrelación, o sea entre el self grandioso y su objeto reflejante,
constituye el Polo de las ambiciones y la segunda interrelación forma el Polo
de los ideales. A todo esto Kohut lo llama la Estructura Bipolar del Self Normal.
Entre estos polos se crean tensiones, denominadas "arco de tensiones". En este arco
de tensión se darán los distintos talentos y habilidades de un individuo, que estarán
constituidos por la tensión que se crea entre el polo de las ambiciones y el polo de
los ideales.
Kohut define el arco de tensión, en “La restauración del si-mismo”, como: "la
corriente constante de actividad psicológica concreta que se establece entre los dos
polos del sí-mismo, es decir, las actividades básicas de una persona a las que se ve
"impulsada" por sus ambiciones y "guiada" por sus ideales"
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Cuando la estructuración del self se produce sin graves alteraciones, o sea cuando
no han habido graves fallas en las distintas etapas del proceso de internalización
transmutativa, las características del self normal serán su cohesión, vitalidad y
funcionamiento armónico.
La patología altera estas características, y por lo tanto de un self cohesivo
puede haber variaciones hasta llegar a su fragmentación; de ser vital, tener
distintos grados de debilitamiento y de un funcionar armónico padecer de
diferentes grados de desorganización hasta llegar al caos.
Las fallas en la constitución del self bipolar normal se pueden dar en cualquiera de
las etapas del proceso de internalización transmutadora.**

SEGUIR ACA
En principio se debe comprender que la relación del individuo con los objetos del
self no termina con la maduración. También los adultos necesitan verse reflejados y
tener objetos idealizados, pero todo esto forma parte de la relación objetal madura
con sus objetos. No obstante debemos tener en cuenta que las primeras experiencias
con los objetos del self son fundamentales en relación al modo en que se
experimentará al self en los diferentes períodos de la vida, al respecto Kohut nos
dice en “Reflexiones sobre el narcisismo y la furia narcisista”: "...así como las
experiencias instintivo-objetales del período edípico se convierten en el prototipo de
nuestras relaciones instintivo-objetales posteriores y constituyen la base de nuestras
debilidades y fortalezas específicas en esta área, del mismo modo, las experiencias
durante el período de formación del self se convierten en el prototipo de las formas
específicas de nuestra vulnerabilidad y seguridad posteriores en el campo narcisista,
de los altibajos de la autoestima, de nuestra mayor o menor necesidad de alabanzas,
de la fusión con figuras idealizadas y de otras formas de sustentación narcisista, así
como de la mayor o menor cohesión de nuestro self durante los períodos de transición,
sea en el que lleva a la latencia, en la temprana o tardía adolescencia, en la madurez
o en la vejez".

Kohut Y Wolff en “Los trastornos del self y su tratamiento” explican claramente la


dinámica del self con sus objetos: "La fortaleza de estos tres principales
constituyentes del self***, la elección de sus contenidos específicos, la naturaleza de su
relación -por ejemplo, cuál de ellos terminará por predominar- y su progreso hacia la
madurez y la realización potencial a través de acciones creativas, están menos
sometidos a la influencia de aquellas respuestas de los objetos del self nuclear de

**
Fallas aisladas en cualquiera de las etapas del proceso de internalización
transmutadora no producen patología. Tiene que haber reiteración de fallas de parte de
los objetos del self, y esto sucederá, como afirma Kohut, cuando los padres padecen
fallas en la propia estructura de su self. Por lo tanto va a depender si los objetos
fallan en forma reiterada, que se den o no cuadros patológicos. También se debe
considerar cual de los objetos del self es el que ha fallado, la falla de cada uno de los
objetos del self que intervienen, a través de su interrelación con el niño, en la
constitución del self normal, producirá cuadros clínicos con características propias.
El cuadro clínico variará de acuerdo a la frecuencia y magnitud del fallo del objeto del self
y también al momento evolutivo en que se produzca.
***
Los autores se refieren al Polo de las ambiciones, al Polo de los ideales y al
arco de tensión existente entre ambos Polos.
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esos objetos. En otras palabras, lo que influye sobre el carácter del self del niño no es
tanto lo que los padres hacen sino lo que son. Si los padres no tienen conflictos con
sus propias necesidades de brillar y triunfar en la medida en que es posible
gratificarlas en términos realistas, si, en otras palabras, la autoconfianza de los
padres es firme, entonces el orgulloso exhibicionismo del self incipiente del niño
encontrará una respuesta de aceptación. Por duros que sean los golpes a los que la
grandiosidad del niño está expuesta frente a las realidades de la vida, la sonrisa
orgullosa de los padres mantiene vivo un resto de la omnipotencia original, que se
conservará como núcleo de la autoconfianza y la seguridad interna con respecto a la
propia valía que sustentan a la personalidad sana durante toda la vida. Y lo mismo
puede decirse con respecto a nuestros ideales. Por grande que sea nuestra desilusión
a medida que descubrimos las debilidades y limitaciones de los objetos del self
idealizados de nuestra vida temprana, su autoconfianza cuando nos sostenían, su
seguridad cuando nos permitían fusionar nuestro self ansioso con su tranquilidad, a
través de sus voces serenas o de nuestro estrecho contacto con sus cuerpos relajados
cuando nos tenían en sus brazos, permanecerá como el núcleo de la fortaleza de
nuestros principales ideales y la serenidad que experimentamos a medida que
vivimos nuestra existencia orientada por nuestras metas internas".

LA CLÍNICA EN LA PSICOLOGÍA PSICOANALÍTICA DEL SELF


Introducción
Cómo dijimos antes Kohut fue el primero en eliminar el prejuicio peyorativo que
existía en el mundo psicoanalítico en relación al concepto de narcisismo, al no
considerarlo sólo relacionado a la patología, a lo resistencial. Podemos considerar
que ha sido un precursor en señalar la existencia de un narcisismo trófico o
poiético (que alimenta), que forma estructura. Tampoco lo concibió como secundario
al amor objetal, secundario en el sentido que se debería tratar de combatir al
narcisismo para llegar al amor objetal. Según Kohut esto último empobrecía a la
clínica, de acuerdo a los observables clínicos que él iba recogiendo de la población
de pacientes que lo consultaban.
Entonces Kohut empezó a trabajar sobre el narcisismo y llegar a conclusiones
novedosas a partir de observables clínicos. Estos cuadros clínicos son los que él,
después de agruparlos de acuerdo a características determinadas, llamó Trastornos
Narcisistas de la Personalidad, que se convertirían en un conjunto de conceptos
nucleares en la obra de Kohut.
Kohut señalo que el sujeto actual está más asociado a lo que el llamo el “hombre
trágico” que al “hombre culpable”. Culpable, es el sujeto del Edipo, el que
estructura al Superyó con culpa, victima del conflicto. Trágico, es el sujeto de la
contemporaneidad, el que sufre de vacío, lo que van a encontrar en la literatura
psicoanalítica descrito como el sujeto victima del deficit.
En la próxima clase veremos que Green planteó que ya no estamos en la época de
Edipo sino en la época de Hamlet, que la problemática pasa por el ser y el no ser. A
esto se refiere Kohut cuando describe al sujeto trágico, el del vacío.
Hasta ahora lo que venimos desplegando, entonces, se refiere a la constitución y
desarrollo del self normal. En este punto debemos interiorizarnos en los procesos
que sobrevienen cuando no se dan las condiciones normales, vale decir, que nos
dedicaremos a estudiar la clínica y la psicopatología del self.
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Las fallas en la constitución del self bipolar normal se pueden dar en cualquiera
de las etapas que hemos señalado cuando hablamos del proceso de internalización
transmutadora.
Ahora bien, como ya dijimos antes, fallas aisladas en cualquiera de las etapas del
proceso de internalización transmutadora no producen patología. Tiene que haber
reiteración de fallas de parte de los objetos del self, y esto sucederá, como afirma
Kohut, cuando los padres padecen fallas en la propia estructura de su self. Por lo
tanto va a depender si los objetos fallan en forma reiterada, que se den o no cuadros
patológicos. También se debe considerar cual de los objetos del self es el que ha
fallado, la falla de cada uno de los objetos del self que intervienen, a través de su
interrelación con el niño, en la constitución del self, producirá cuadros clínicos con
características propias.
El cuadro clínico variará de acuerdo a la frecuencia y magnitud del fallo del objeto del
self y también al momento evolutivo en que se produzca.
Repitamos: las características del self normal son su cohesión, vitalidad y
funcionamiento armónico.
La patología altera estas características, y por lo tanto de un self cohesivo
puede haber variaciones hasta llegar a su fragmentación; de ser vital, tener
distintos grados de debilitamiento y de un funcionar armónico padecer de
diferentes grados de desorganización hasta llegar al caos.
Kohut describe dos mecanismos a los cuales el aparato psíquico recurre ante fallas
en el desarrollo del self, que son las estructuras defensivas y las estructuras
compensatorias. Ambas estructuras tienen por finalidad cubrir el defecto
estructural del self.
Las estructuras defensivas sólo cubren el defecto del self y las compensatorias, por
compensación, atenúan las consecuencias del defecto.
Con respecto a las estructuras compensatorias se puede pensar por ejemplo, que si
se ha producido un defecto en el polo de las Ambiciones- Exhibiciones, porque fallo
la función reflejante del objeto del self, se va a producir una compensación en el polo
de los ideales y en ese caso el sujeto intenta compensar las deficiencias de la
autoestima persiguiendo objetivos que se vinculan a ideales.
La psicología psicoanalítica del self ha hecho una clasificación de los cuadros
psicopatológicos que se relacionan con las ideas que ha desarrollado acerca del self,
y a esto nos vamos a dedicar en el punto siguiente.

Trastornos secundarios y primarios del self

Los trastornos secundarios del self son aquellas reacciones que algunos sujetos,
teniendo un self bien constituido, padecen en determinadas circunstancias vitales.
Un self bien estructurado tolera bien los cambios que en la autoestima producen
tanto los éxitos como los fracasos, con sus correspondientes emociones (alegrías o
desesperanzas).
Kohut también coloca dentro de estos trastornos secundarios las reacciones ante un
padecimiento físico y también las incapacidades que acompañan a una neurosis
estructural.
Los trastornos primarios del self abarcan varios cuadros clínicos que tienen
relación con la severidad y naturaleza del daño que ha sufrido el self. Por ejemplo, si
el self ha sufrido daños permanentes y prolongados, mostrará diversos grados de
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fragmentación, de debilitamiento y desorganización dando lugar a la emergencia de
todos los síntomas que corresponden a una psicosis. Estos son los cuadros en que
la interacción con los objetos del self ha sido crónicamente deficiente,
fundamentalmente en sus respuestas especulares.
También dentro de los trastornos primarios del self se ubican los estados
fronterizos, que del mismo modo padecen de fragmentación, debilitamiento y
desorganización del self en forma permanente y prolongada, pero a diferencia de las
psicosis, las manifestaciones clínicas que corresponden a los déficit de
estructuración del self se encubren con múltiples defensas.
Con respecto a los trastornos primarios del self que recién hemos descrito no nos
extenderemos más, para así poder centrarnos en el estudio de aquellos trastornos
primarios que de alguna manera han significado el nacimiento y el desarrollo de la
psicología psicoanalítica del self, los que se han llamado:
Trastornos narcisistas de la personalidad
Los pacientes que entran dentro de este grupo diagnóstico padecen de gran
vulnerabilidad narcisista, son personas que tienen dificultades para tolerar los
fracasos, las postergaciones y las dificultades corrientes. Son muy susceptibles y el
problema mayor reside en la dificultad que tienen para regular la autoestima.
Los trastornos psicopatológicos de estos pacientes se pueden agrupar en cuatro
esferas:
a) sexual: falta de interés; fantasías perversas; fantasías más que actividades;
actos perversos; actuaciones eróticas; etc.
b) social: inhibiciones laborales; incapacidad de formar o mantener vínculos
significativos; actividades delictivas; actuaciones; conductas llamativas; etc.
c) psicosomática: preocupaciones hipocondríacas acerca del cuerpo y la mente;
trastornos neurovegetativos; modificaciones circulatorias periféricas; etc.
d) aspectos personales: falta de humor, de empatía por otras personas; mentiras
patológicas; rabietas; etc.
Aunque todos estos elementos que hemos enumerado tienen valor, para Kohut el
diagnóstico de trastorno narcisista de la personalidad se hace fundamentalmente
por el tipo de transferencia que despliegan estos pacientes. Por lo tanto el
diagnóstico definitivo del trastorno del self y del tipo al que pertenece, se hará de
acuerdo al tipo de transferencia que se instale.
Este tema, el de los tipos de transferencia, lo desarrollaremos más adelante. Para
ir adelantando, Kohut describe básicamente dos tipos de transferencias: la
especular y la idealizadora que se relacionan con el polo del self nuclear que se
encuentra afectado. Describe un tercer tipo: la transferencia gemelar, en la cual
no nos detendremos.

Síndromes de la patología del self

Ahora vamos a abocarnos a la descripción de algunos cuadros que resultan


clínicamente útiles para la identificación de las distintas alteraciones en la
constitución y desarrollo del self que estamos tratando en esta clase.
Self subestimulado: Por la ausencia en la infancia de respuestas estimulantes de
parte de los objetos del self son personas que carecen de vitalidad, padecen de
tedio y apatía. Estas personalidades recurren a diferentes estímulos que les
provocan una pseudo-excitación que evita la sensación de vacío. Por ejemplo en la
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esfera sexual recurren a actividades promiscuas, perversiones; y en la esfera no
sexual a adicciones, juego por dinero y además tienen un estilo de vida que se
caracteriza por la hipersociabilidad. Ahora bien, debajo de estas estructuras
defensivas y compensatorias se encuentra una depresión vacía.****
Self fragmentado: Es un estado que surge por la ausencia de respuestas
integradoras por parte de los objetos del self en la infancia. Son pacientes que
reaccionan con síntomas de fragmentación frente a desilusiones poco importantes.
Por ejemplo: estas personas ante desaires triviales en su vida cotidiana responden
con una profunda pérdida del sentido de la continuidad de su self en el tiempo y
de su cohesión en el espacio. Todo esto produce una profunda ansiedad y
preocupaciones hipocondríacas.
Self sobreestimulado: Se relaciona con respuestas no empáticas excesivas e
inadecuadas, como dicen Kohut y Wolf: “con respecto a la fase por parte de los
objetos del self en la infancia, sea con respecto a las actividades del polo
exhibicionista grandioso del self incipiente del niño o a las actividades del polo que
tiene que ver con los ideales, o a ambos”. Estos son pacientes en los cuales la
producción y la creación les producen temor por sus intensas ambiciones que
“habían permanecido atadas a fantasías grandiosas no modificadas”. (Kohut y
Wolf)
Self sobrecargado: En este síndrome ha fallado el objeto del self omnipotente, no
brindándose para que el self pueda fusionarse con la serenidad del mismo. Esto
determina la ausencia de la capacidad de autotranquilizarse que tienen los sujetos
normalmente y que los protege de sentirse traumatizados por la difusión de las
emociones, especialmente la ansiedad. El mundo para estos pacientes es
peligroso, hostil y en algunas oportunidades nos hacen pensar en cuadros
paranoicos. Son suspicaces, hipersensibles a los estímulos externos que en ciertas
oportunidades los viven como ataques.

Aparte de los síndromes que recién hemos descrito, Kohut también describe una
tipología de personalidades narcisistas que se observan con frecuencia. De forma
resumida haremos una enumeración de algunos de estos:
Tipos de personalidades narcisistas:
Personalidades hambrientas de espejo: Son personas que buscan objetos que
los admiren y confirmen como dice Kohut, su “self famélico” . Buscan llamar la
atención para defenderse de la sensación que les produce la falta de autoestima.
Buscan continuamente objetos del self que los atiendan y los confirmen. Como se
puede observar, en la descripción de estas personalidades, la falla se ubica en la
interrelación del self con el objeto del self reflejante.
Personalidades hambrientas de ideal: Buscan intensamente objetos del self a los
cuales admirar ya sea por su prestigio, inteligencia, poder. etc. Aquí la falla se
debe ubicar en la interrelación del self con la Imago Parental Idealizada.
Personalidades hambrientas de fusión: Tienden a controlar a sus objetos del self
debido a la falta de estructura psíquica, relacionada esta falta a las alteraciones

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Se suele llamar depresión vacía cuando no es resultado de una pérdida de objeto, como
se puede entender desde Freud con el modelo de Duelo y Melancolía. Depresión vacía alude
no a conflicto psíquico sino a déficit de estructuración psíquica o del self.
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producidas por la deficiente interrelación del self con el objeto especular o
idealizado. Son personas con un self muy debilitado que necesitan objetos del self
en lugar de una estructura del self. Viven a los otros como a su propio self y
justamente por esto último les cuesta tolerar la independencia de los objetos y
necesitan la presencia constante de los mismos.
El objetivo terapéutico en los trastornos narcisistas de la personalidad es la
rehabilitación funcional de la estructura del self deficiente. Estas deficiencias se
despliegan y se repiten a lo largo del proceso psicoanalítico a través de
transferencias particulares que se dan en estos cuadros.

Transferencias narcisistas (Transferencias tipo objetos del self)


Kohut describió básicamente dos tipos de transferencias que corresponden a la
reactivación de las estructuras defectuosas del self, algo así como que por
regresión se aborda el punto en el cual se detuvo el proceso normal constitutivo
del self. De esta manera se intenta reencauzar el proceso de desarrollo a través de
la transferencia.
Como ya citamos antes. Los tipos de transferencia son: la transferencia
idealizada y la especular, ambas llamadas por Kohut transferencias con objetos
del self.
La transferencia idealizada se despliega por reactivación de la Imago Parental
Idealizada. La regresión durante el proceso analítico reactiva aquel objeto y lo
transfiere en el analista, que es vivido como un objeto del self, y lo que se observa
en el tratamiento es la necesidad del paciente de compartir la fuerza y la calma de
un objeto del self admirado. Este tipo de transferencia permite, por reactivación de
objetos y por la elaboración de la misma, que se formen estructuras psíquicas a
través del proceso que ya estudiamos y que se conoce como internalización
transmutadota.
La transferencia especular es el resultado de la reactivación del self grandioso,
que como vimos antes, es aquel residuo del narcisismo primario que se
interrelaciona con el objeto reflejante. En el proceso analítico se despliegan
aquellas necesidades vinculadas al exhibicionismo del self que busca aceptación y
confirmación de la grandiosidad y perfección.
De estas formas de transferencia debemos agregar que Kohut distingue a su vez,
algunas variedades dentro de las mismas así como también conceptualiza la
contratransferencia que aparece en estos procesos psicoanalíticos.*****

BIBLIOGRAFIA USADA EN ÉSTA CLASE

HOFFMANN, J. M. (1979), "La psicología psicoanalítica del self", Psicoanálisis, Bs.


As., Vol. I, No. 2.
(1982), "En memoria de Heinz Kohut", Psicoanálisis, Bs. As., Vol. IV, No. 3.
KOHUT, H. (1968), "Formas y transformaciones del narcisismo", Revista de
Psicoanálisis, Bs. As.., 1969.

*****
Quienes deseen profundizar acerca de los tipos de transferencias deberá consultar especialmente el primer libro de
Kohut; “Análisis del Self”.
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(1971), Análisis del self, Bs. As., Amorrortu, 1978.
(1978), "Reflexión sobre el narcisismo y la furia narcisista", Revista de Psicoanálisis,
Bs. As., XXXVII, 3, 1980.
(1977), La restauración del sí mismo, Bs. As., Paidós, 1980.
(1979), "The two analysis of Mr. Z, Inter. J. Psycho-Anal. 60, No. 1.
(1984), Como cura el análisis?, Bs. As., Paidós, 1986.
KOHUT, H. y WOLFF, E. (1978), "Los trastornos del self y su tratamiento",
Psicoanálisis, Bs. As., Vol. 1, No. 2.
LERNER, H.(1987)Clases publicadas por el Centro de estudiantes de Psicología de la
Universidad de Buenos Aires.
(1993) "Breve síntesis del concepto de contratransferencia en la obra de Heinz
Kohut". Tomo de Resúmenes del XV Simposio y Congreso Interno, Asociación
Psicoanalítica de Buenos Aires.
"Notas sobre el concepto de narcisismo y la estructuración del Self en la obra de
Kohut", presentado en el IX Congreso Mundial de Psiquiatría. Rio de Janeiro, Junio de
1993.
LANCELLE, G. (1984), "Desarrollo psíquico temprano y la psicología psicoanalítica
del self", Psicoanálisis,Bs.As.,Vol.VI,No.2/3

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