Está en la página 1de 5

Los comienzos del monaquismo

1. Compara el monaquismo de la Iglesia antigua en sus dos vertientes: occidental y


oriental.

Monaquismo en Oriente Monaquismo en Occidente


Aparece primero en Oriente alrededor de Cronológicamente es posterior al oriental
las dos décadas finales del siglo III en y su estructuración se data a partir de la
Egipto y quizá Siria Oriental (aunque hay segunda mitad del s. IV, cuando se
testimonios desde el s. I por san Clemente intensificaron las relaciones entre ambos
Romano). hemisferios.
El crecimiento del número de los Además, encontramos también a San
anacoretas se da por el apogeo creciente Jerónimo que en Roma (habiendo conocida
del espíritu cristiano que infundía el ansia la vida anacorética de Egipto), formó una
de mayor perfección. especie de Cenobio en el Aventino. Aunque
San Jerónimo no escribió una regla (sino
que de sus escritos y en sus relaciones y
elogios sobre héroes de la vida anacorética
y cenobítica, se entresacó un conjunto de
normas para la vida monacal).
Uno de los modelos para los anacoretas Un referente importante para la vida
fue San Pablo (denominado Solitario o monástica en Occidente es San Agustín,
Ermitaño muerto el 347). con su regla que fue tomada por muchas
ordenes cenobíticas.
Algunos personajes importantes de la vida Algunos referentes para la vida cenobítica
de los anacoretas fueron: San Pablo el en Occidente fueron: San Atanasio, San
Ermitaño, San Antonio Abad, Ammonio, Jerónimo, San Agustín, San Martín de
San Macario el Viejo, San Hilarión. Marón Tours, San Honorato, Juan Casiano,
(maronitas). Cesáreo de Arlés, San Patricio (impulsó
mucho la misión de evangelizar), San
Columbano, San Columba, San NIniano, San
Leandro e Isidoro de Sevilla, San Fructuoso
Ora manifestación fueron los cenobios Especial mención merece San Benito,
(que tenían vida en común, obediencia a puesto que las demás reglas se
un superior y una regla). El primero de circunscribían sólo a una región y seguían a
ellos fue realizado por San Pacomio (él su autor los monasterios que él
escribió su propia regla de 192 preceptos, personalmente fundaba. En cambio, la
de la cual tenían que hacer votos), donde regla benedictina comienza a romper los
los monjes se dividían en clases y había ya límites nacionales y personales del autor,
la prueba inicial del noviciado. por lo que se le considero como la regla
Otra manifestación cenobítica fueron los monacal por antonomasia.
monjes basilianos que seguían la regla de Su regla consta de 73 capítulos y es la más
San Basilio el Grande (marcaba mucho la completa y acabada de todas las antiguas,
obediencia, más en el sentido de
mortificar el espíritu más que el cuerpo, en ella se evita la excesiva rigidez, sin caer
además de la oración y la liturgia se añadía en la debilidad, falta de precisión y energía.
el trabajo manual o intelectual).
Además, de las manifestaciones La regla, traza una bella y acabada imagen
“normales” hay otras más raras como los del monje entregado al servicio divino,
estilitas (vivían en columnas de 8, 10 o exige separarse del mundo, servir a Dios, la
15m de altura, con uno o dos m2 de conversión, la renuncia al mundo (pobreza,
superficie) sobre todo San Simeón. Otros castidad y perfecta obediencia). Trabajar
fueron los inclusos (absoluta reclusión que por el opus Dei o culto divino.
se cerraban en una celda con sólo un Traza el principio ora et labora, trata la
agujero al exterior donde recibían el incardinación del monje a un monasterio, y
sustento) con pocos presbíteros.
Como en todo hubo desviaciones:
sarabaítas (fanáticos que se decían
inspirados directamente por Dios),
remoboth (pretendían santidad para
alcanzar prestigio), giróvagos (revoloteaba
de un lado a otro con excusa de buscar
mayor santidad) pabulatores (se
alimentaban de hierbas y raíces como
animales en pretexto de ascética, pero
eran nómadas y vagabundos sin ley).

2. ¿Cuáles son los dos máximos representantes de ambas tendencias?


a. San Antonio Abad (Oriente): da un paso enorme a principios del s. IV, pues él se
había retirado al desierto de Egipto para dedicarse a la vida solitaria, luego en
torno suyo se congregarían otros ermitaños, aquí se introdujo una novedad de
formar grupos o comunidades (aunque vivían en chozas separadas) puestas bajo
la dirección de San Antonio). Además, hay que referir que San Antonio no se
alejó totalmente del mundo, pues en ciertas ocasiones “volvió” para animar a
los cristianos y afianzarlos en la verdadera fe (persecución de Maximino Daia en
el 311, y más tarde en 335).
San Basilio el Grande (Oriente): a diferencia de San Antonio (que era anacoreta),
él dio gran forma a la vida cenobítica (aunque retomando lo que ya había hecho
San Pacomio), su crecimiento fue tan grande que es un referente de la vida
cenobítica en Oriente. San Basilio en su regla contenía grandes aciertos y
marcaba un nuevo avance en la organización de los grandes centros monacales,
por lo que se convirtió en el Código monástico oriental por antonomasia. Con el
inicia la labor intelectual de copistas (que duraría todo el medioevo).
b. San Benito: Es considerado el patriarca de los monjes occidentales en general,
su regla fue la primera que comienza a romper los límites nacionales y
personales, generalizándose en el tiempo y en el espacio.
Primero fue un Anacoreta, luego cuando su fama de santidad creció le pidieron
que tomara la dirección del monasterio de Vícovaro (aunque ante el rigor de su
exigencia, según la tradición quisieron darle un vaso de veneno). Luego volvió a
su vida de anacoreta, aunque por poco tiempo, pues la gente lo seguía, por eso
fue formando colonias a manera de las lauras de palestina. Otra vez, por envidia,
intentan envenenarlo y se va a monte Casino (entre Roma y Nápoles) donde
fundará la casa madre de la Orden Benedictina. Sin embargo, San Benito, aunque
era muy buscado por su fama de santidad, no alcanzó a ver el desarrollo
verdaderamente asombroso de su familia religiosa.
3. Distingue los diversos tipos de vida monacal que se dan en ambas regiones

Monaquismo en Oriente Monaquismo en Occidente


Sus primeras manifestaciones fueron los Sus primeras manifestaciones fueron los
anacoretas que vivían: los consejos monjes de San Atanasio, que proponía una
evangélicos, renuncia al mundo (yendo al vida en colonias de solitarios, tal como se
desierto), pobreza voluntaria, retiro a la tenía en Egipto. Cuando es desterrado al
soledad, abstención del matrimonio con o Occidente se llevó dos monjes Isidoro y
sin voto de castidad y vida de penitencia y Ammonio que fueron los primeros en
piedad. formar estas comunidades antes de san
Benito.
Se dan las manifestaciones femeniles de También en Occidente podemos encontrar
las vírgenes que se consagran a Dios, se ve durante los ss. I y II la institución de las
una “idealización” de esta pureza y vírgenes cristianas (aunque no
virginidad (vestimenta especial y necesariamente se habla de ida
ceremonia especial de consagración). anacorética o cenobítica)
A principios del s. IV, San Antonio En Occidente la mayoría de las
comienza a formar grupos o comunidades comunidades se componían de cenobios,
de ermitaños, aunque pequeñas (10 es decir, miembros unidos bajo una regla y
ermitaños). la obediencia a un superior.
Ora manifestación fueron los cenobios Especial mención merece San Benito,
(que tenían vida en común, obediencia a puesto que las demás reglas se
un superior y una regla). El primero de circunscribían sólo a una región y seguían a
ellos fue realizado por San Pacomio (él su autor los monasterios que él
escribió su propia regla de 192 preceptos, personalmente fundaba. En cambio, la
de la cual tenían que hacer votos), donde regla benedictina comienza a romper los
los monjes se dividían en clases y había ya límites nacionales y personales del autor,
la prueba inicial del noviciado. por lo que se le considero como la regla
Otra manifestación cenobítica fueron los monacal por antonomasia.
monjes basilianos que seguían la regla de Su regla consta de 73 capítulos y es la más
San Basilio el Grande (marcaba mucho la completa y acabada de todas las antiguas,
obediencia, más en el sentido de en ella se evita la excesiva rigidez, sin caer
mortificar el espíritu más que el cuerpo, en la debilidad, falta de precisión y energía.
además de la oración y la liturgia se añadía
el trabajo manual o intelectual).
Además, de las manifestaciones La regla, traza una bella y acabada imagen
“normales” hay otras más raras como los del monje entregado al servicio divino,
estilitas (vivían en columnas de 8, 10 o exige separarse del mundo, servir a Dios, la
15m de altura, con uno o dos m2 de conversión, la renuncia al mundo (pobreza,
superficie) sobre todo San Simeón. Otros castidad y perfecta obediencia). Trabajar
fueron los inclusos (absoluta reclusión que por el opus Dei o culto divino.
se cerraban en una celda con sólo un Traza el principio ora et labora, trata la
agujero al exterior donde recibían el incardinación del monje a un monasterio, y
sustento) con pocos presbíteros.
Como en todo hubo desviaciones:
sarabaítas (fanáticos que se decían
inspirados directamente por Dios),
remoboth (pretendían santidad para
alcanzar prestigio), giróvagos (revoloteaba
de un lado a otro con excusa de buscar
mayor santidad) pabulatores (se
alimentaban de hierbas y raíces como
animales en pretexto de ascética, pero
eran nómadas y vagabundos sin ley).

4. Elabora un mapa con los principales lugares del monaquismo antiguo, tanto en oriente
como en occidente
Irlanda, monasterios de San
Patricio (fundamentales en
la evangelización)

Roma, Asceterium de San Neocesarea, Asia Menor,


Atanasio, y cenobio de San monjes basilianos
Jerónimo en el Aventino.
Montecasino, Casa Madre
de los benedictinos. Palestina, colonias de
Cartago (actual Túnez), “lauras” de San Hilarión.
monasterios de san Agustín Desierto de Nitria (cerca de
Alejandría) las colonias de
ermitaños de Ammonio

Tebaida, Egipto, anacoretas


de San Antonio y cenobitas
de San Pacomio
Bibliografía
Llorca B., García-Villoslada R., Montalbán F. J., Historia de la Iglesia Católica. Tomo 1 – Edad
antigua: La Iglesia en el mundo grecorromano. BAC: Madrid. 1955.
Jedin Hubert, Manual de Historia de la Iglesia. Tomo 2 – De la Iglesia imperial después de
Constantino hasta finales del s. VII. Herder: Barcelona. 1966.
Cf. PATIÑO, José Uriel. Historia de la Iglesia Tomo I. La Iglesia, comunidad e institución
protagonista de la historia siglos I-VII, San Pablo, 3ª ed., Bogotá 2009. Pp. 169 - 180.
Anónimo, El monacato, de Historia de la Iglesia Antigua. Obtenido de:
http://historiaeclesia.blogspot.com/p/en-la-concepcion-eclesial-esta-palabra.html

También podría gustarte