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9 DE DICIEMBRE DE 2018

EMOJIS
EL FUTURO DEL LENGUAJE

JOEL ERNESTO LOPEZ VERDUGO


UNIVERSIDAD AUTONOMA DE BAJA CALIFORNIA
María Nora Farfán Cervantes
En el siguiente ensayo, analizaremos la constitución del emoji como signo lingüístico
fundamental en el ámbito virtual por parte de toda una generación, comprendida por la
cohorte de nacidos entre finales de la década de los 80 y principios de la década del 00. El
argumento pretende dar cuenta de cómo este pequeño icono gestual, originalmente pensado
como herramienta de desambiguación fue resignificado como el camino para expresar
sentimientos allí donde no llegan las palabras.

Es fácil hablar de factores de comportamiento que hagan de los jóvenes y las tendencias lo
que forman parte de la sociedad, como lo es la música, las obras de entretenimiento como el
cine y las series, los patrones de comportamiento, etc. Todos estos factores se apegan a lo
que podemos llamar “MEME”.

En 1976, Dawkins establece que “La transmisión cultural no es un fenómeno exclusivo del
hombre. El mejor ejemplo, no humano, que conozco ha sido recientemente presentado por P. F.
Jenkins al describir el canto de un pájaro del orden de los paseriformes que vive en unas islas
frente a Nueva Zelanda. En la isla en que él trabajó había un repertorio total aproximado de nueve
cantos distintos. Cualquier macho determinado entonaba solamente uno o unos pocos de esos
cantos. Los machos pudieron ser clasificados en grupos según los dialectos. Por ejemplo, un grupo
de ocho machos con territorios aledaños entonaban un canto determinado, llamado canción CC.
Otros grupos dialectales entonaban cantos diferentes. En ciertas ocasiones los miembros de un
grupo clasificados según el dialecto compartían más de una canción. Comparando las canciones de
los padres y las de los hijos, Jenkins demostró que los tipos o modelos de canciones no eran
heredados genéticamente. Cada joven macho podía adoptar canciones de sus vecinos territoriales
por imitación” (pp. 127–128)

Siendo así, el origen de la palabra “MEME” es mucho antes de que el internet


apareciera, podemos definirlos como toda forma de replicación cultural, aplaudir para indicar
que te gusta algo es un MEME, la oración, es un MEME; Dawkins acuña el concepto como
agente responsable de la transmisión cultural en el ser humano, análogo al concepto de gen
y, por lo tanto, sujeto a las mismas reglas básicas de la evolución, de esa forma, la mayoría
de los comportamientos y actitudes que son replicadas y generadas por las masas se ve
mayormente influenciado en las futuras generaciones, por lo cual, partiendo de estos factores,
los emojis ¿Son un meme?
El artículo “Un malvavisco se comió mi cerebro” de Newsweek México, afirma una
serie de factores de personalidad, sociedad y cambio que busca dar a la par a los emojis como
si se tratase de un factor social que afectara a todos los individuos, lo cual suena irónico ya
que aun a día de hoy, hay quienes repudian esta tendencia a usar emojis, sin mencionar que
no los puedes usar cuando se trata de algo importante, ya que dichas “expresiones” quitan el
peso de la seriedad en el asunto, pero realmente creo que a todo esto podemos culpar a las
culturas extranjeras, partiendo por Japón. La palabra “emoji” proviene del japonés ‘e’ que
significa ‘imagen’; y ‘moji’, que significa ‘letra’ o ‘carácter’, Shigetaka Kurita creó los
primeros 176 emojis en 1999 para ntt Docomo, una empresa japonesa de comunicación
móvil. Su inspiración fue el manga donde se representan conceptos con un símbolo, así, el
amor se representa a través del emoji corazón sin tener que escribir una letra. Estos pequeños
símbolos de 12×12 píxeles se utilizaron por primera vez en Japón en la década de los noventa
para resolver, entre muchas otras cosas, la complejidad de su lengua escrita, difícil de utilizar
en un teclado. Ante el éxito, empresas como Apple empezaron a incorporar a sus dispositivos
los famosos pictogramas y en poco tiempo estuvieron en los celulares y tabletas de todo el
mundo.

Los orígenes japoneses de los emojis no implican que las personas le den el mismo
significado. Sería raro que alguien de otro país los utilice para el mismo fin pues no pertenece
a la cultura ni al contexto japonés con el que fueron hechos inicialmente. Entonces, ¿por qué
todo el mundo los utiliza? Aunque no haya una sola respuesta, una es que los emojis son
símbolos susceptibles a ser interpretados por cada persona como se le antoje. Los emojis han
alcanzado un grado de interpretación propio del lenguaje; al igual que una palabra puede
tener distintos significados según el contexto, así ocurre también con los emojis. Eso es lo
que los vuelve tan eficaces a la hora de comunicarnos, las combinaciones e interpretaciones
infinitas.

Los emojis siendo parte del lenguaje popular que se usa en las redes forman parte de
un conglomerado, como lo son los emoticones, las abreviaturas inglesas, tipo WTF, LOL o
el mismo emoji, lo que preocupa es que el lenguaje pierda calidad. En el IV Congreso
Internacional de la Lengua Española, celebrado en Cartagena de Indias en 2007, uno de los
aspectos que se trató fue el papel del español en el ciberespacio, y en ese aspecto, Mikel
Amigot, presidente de IBLNEWS, apuntaba en su ponencia que:

"Se ha venido hablando en varias ocasiones de que el lenguaje de Internet es un lenguaje


descuidado. Con frecuencia se escucha que Internet deteriora el lenguaje precisamente
por el rasgo de inmediatez o rapidez que lo caracteriza. Sin embargo, todos conocemos la
red y nos damos cuenta de que estas afirmaciones no son del todo reales".

La rapidez, la posibilidad de transmitir una gran cantidad de información con una


abreviatura o una imagen y la concreción son algunas de las características de ese lenguaje
utilizado en internet. El lenguaje, además, tiende a ser "perezoso", a quedarse con la
expresión más corta que pueda hacer llegar al interlocutor una mayor cantidad de
información.

Las funciones que desempeñan los emojis incorporados a las expresiones digitales han
crecido y mutado de forma considerable. Se ha pasado de usar estos iconos como una
estrategia más, de cara a añadir expresividad o elementos no verbales a los mensajes, a
convertirlos en un elemento esencial en las comunicaciones virtuales. No existe ninguna
estrategia de aprendizaje del uso de estos símbolos, sino que los interlocutores aprenden a
emplearlos a través de aprendizaje vicario (observación del uso y significado que tienen en
los mensajes de otros usuarios). Una vez aprendido el uso particular que se hace de ellos, se
incorpora su utilización a los mensajes que escriben de manera natural. El uso de emojis
como elementos de comunicación no verbal no es universal solamente, también está marcado
por la pertenencia a determinados sectores sociales y niveles de penetración digital. Su
polisemia y su fuerte arraigo cultural, configuran una maleabilidad que las palabras no
poseen. Por otra parte, creemos que el potencial investigativo de los emojis –disimulado en
su trivialidad- es enorme, por el nivel de apropiación por parte de generaciones enteras. En
particular los millennials y post-millennials, han encontrado en estas pequeñas caritas
amarillas, una forma de expresar, no sólo una cosmovisión y una postura ideológica, sino
también una cantidad interesante de pensamientos y sentimientos, que la comunicación
verbal tradicional no permite.
Referencias.

Dawkins, R. (1976). El gen egoísta: las bases biológicas de nuestra conducta. Inglaterra,
Reino Unido: Oxford University Press.
Evans, V. (2017). The Emoji Code: The Linguistics Behind Smiley Faces and Scaredy Cats
(Ed. rev.). Londres, Reino Unido: Picador.
Pérez, A. L. (2017, 4 agosto). Un malvavisco se comió mi cerebro | Newsweek México.
Recuperado 9 diciembre, 2018, de https://newsweekespanol.com/2017/08/un-malvavisco-
se-comio-mi-cerebro/
HERRING, S.C. (2008). “Language and the Internet”, en Donsbach, W. (ed.), International
Encyclopedia of Communication, 2640–2645. Wiley-Blackwell.
SAMPIETRO, Agnese. Emoticonos y emojis: Análisis de su historia, difusión y uso en la
comunicación digital actual, Universitat De València, Facultat de Filologia, Traducció i
Comunicació. Programa de Doctorado en Lenguas y Literaturas

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