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Catalina Aravena Alvarado

Análisis Histórico y Social


Primer año Licenciatura en Historia

INFORME DOCUMENTAL BOTÓN DE NÁCAR

RESEÑA DEL AUTOR DEL DOCUMENTAL


Patricio Guzmán Lozanes es un director de cine chileno nacido en Santiago el 11 de agosto
de 1941. Es uno de los cineastas chilenos de mayor reconocimiento internacional. Ha sido el
creador de varias obras, en su mayoría documentales, los que generalmente hablan del triunfo
del expresidente Salvador Allende y de la Unidad Popular, así como de la dictadura militar
y los hechos que la desencadenaron. “Botón de Nácar” corresponde a su último documental,
en el cual pone énfasis esta vez en la importancia del agua como fuente para la vida y su
repercusión en el desarrollo de los pueblos originarios del sur y a su vez su exterminio a
manos de los colonos. También habla de la dictadura militar, donde da cuenta del uso
inhumano del agua por parte de los peones de este gobierno en relación a los detenidos
desaparecidos.

¿QUÉ ES LA VIDA?

Este concepto posee muchos significados, por ende, no posee una definición específica. Sin
embargo, entre las más destacables se pueden considerar: la duración de las cosas, el modo
de vivir o hábitos que poseen uno o varios individuos, el espacio de tiempo que transcurre
desde el nacimiento de un ser vivo hasta su muerte o la propiedad por la cual el ser vivo es
capaz de adaptarse a un medio, desarrollarse, evolucionar y reproducirse.

Como justificación, escogí este concepto debido a que tiene mucho que ver con la cultura
matríztica y el documental en sí, puesto que, con respecto a la primera, los individuos que
vivían bajo ésta (indígenas) ven a la naturaleza como fuente de vida de la cual pueden
sustentarse y sobrevivir y también como un factor determinante en la construcción de su
cultura y modo de vivir. Por ende, se puede inferir el concepto de vida está intrínsecamente
relacionado, metaforizado y totalizado como la naturaleza para los individuos de la cultura
matríztica.
Como reflexión personal, lo destacable del concepto de vida corresponde a que se le pueden
dar una pluralidad de significados subjetivos. No sólo basta con los ya mencionados
anteriormente, sino que también se le pueden dar lugar a algunos de corte existencialista,
como por ejemplo que la vida es un camino lleno de obstáculos, experiencias, habilidades,
actitudes y emociones que van construyendo al ser humano. Dependerá de cada uno, por
tanto, qué sentido darle a la vida, esta es la riqueza del carácter abstracto que tiene el
concepto. Por ende, para mí, el significado de la vida corresponde a simplemente vivir. “La
vida no es un problema para ser resuelto, es un misterio para ser vivido.” (Anónimo)

El documental “Botón de Nácar” contempla la vida en base a las definiciones y reflexiones


hechas en el principio de este informe, desde la perspectiva del pueblo indígena de la
Patagonia, quienes harán una importante relación entre este concepto y el agua.

“El agua es básica para que exista la vida”, con una de estas reflexiones comienza el
documental. Los indígenas de la Patagonia se denominaban como “pueblos del agua” debido
a que estos convivían con ella. El agua es parte de la identidad de sus culturas pues se
amoldaron a ella, lo cual posibilitó que pudieran sobrevivir y solventar sus necesidades y de
esta forma construir un modo de vivir el cual generó que pudieran desarrollarse hasta formar
una comunidad, transformándose así en “los nómades del agua”. Este proceso recuerda a una
de las definiciones de vida mencionadas anteriormente: la propiedad por la cual el ser vivo
es capaz de adaptarse a un medio, desarrollarse, evolucionar y reproducirse. Por esto el agua
es fuente de vida.

Se puede apreciar, que entre los indígenas y el agua hay una intimidad y convivencia que el
hombre influenciado por el individualismo ha perdido, lo que expresa que la cultura y la
libertad de los nómades del agua se vería sepultada por este último en algún momento de la
historia. Este acontecimiento, por lo tanto, define a la perfección dos culturas opuestas: la
cultura matríztica y la cultura patriarcal, donde la primera fue exterminada junto con los
pueblos originarios.

En la ausencia de la dinámica emocional de la apropiación, esos pueblos no pueden haber


vivido en la competencia, pues las posesiones no eran elementos centrales de la existencia-
Además, como bajo la evocación de la diosa madre los seres humanos eran, como todas las
criaturas, expresiones de su presencia, y, por lo tanto, iguales, ninguno mejor que los otros,
a pesar de sus diferencias, no pueden haber vivido en las acciones que excluían
sistemáticamente a algunas personas del bienestar que surgía de la armonía del mundo
natural. Pienso por todo esto, que el deseo de dominación recíproca no debe haber sido parte
del vivir cotidiano de estos pueblos matrízticos, y que este vivir debe haber estado centrado
en la estética sensual de las tareas diarias como actividades sagradas, con mucho tiempo para
contemplar y vivir el vivir su mundo sin urgencia. (Maturana, 39)

Los pueblos de la Patagonia, entonces, proyectan la cultura matríztica en el sentido de que


tenían una vida que giraba en torno a la comunidad, la participación y la no exclusión de sus
iguales puesto que desconocían diferencias, por ende, el acceso al agua, su principal fuente
de vida y de supervivencia no era restringido entre ellos, porque también desconocían la
apropiación. Sus armas eran para cazar, no para hacer la guerra, tampoco para competir y
establecer quién es mejor que otro. La naturaleza y el agua eran respetadas y vistas como
sagradas porque eran como un paraíso que brindaba armonía, bienestar y los elementos
básicos para sobrevivir. Cuando extraían sus recursos, por lo tanto, lo hacían con respeto y
con responsabilidad, sin exigirles ni agotarlas. El estilo de vida de los indígenas de la
Patagonia era netamente puro. Con esto queda claro que, en las culturas de estos seres, el
individualismo destructivo o la cultura patriarcal que llegaría más tarde a socavar sus vidas
era inexistente.

“En nuestra cultura patriarcal vivimos en la desconfianza, y buscamos certidumbre en el


control del mundo natural, de los otros seres humanos, y de nosotros mismos. Continuamente
hablamos de controlar nuestra conducta o nuestras emociones, y hacemos muchas cosas para
controlar la naturaleza o la conducta de otros.” (Maturana, 36)

El hombre occidental es el precursor de la cultura patriarcal dentro del tiempo moderno en la


historia, el que descaradamente ha arrebatado a los indígenas su cultura y sus tierras. Los
pueblos de la Patagonia, de manera tardía vivieron esta desgracia a manos de colonos y
militares.

A través de la cultura patriarcal, y de forma opuesta a la cultura matríztica, el hombre


patriarcal vive como un ser que cree en la primacía de su forma de pensar, basada en los
instintos de dominación, la supremacía ante los que considera como diferentes, la
competencia, la lucha y la guerra para “solucionar” diferencias. Esta conducta es promovida
por el sistema económico capitalista, el cual ha convertido al hombre patriarcal en un
individuo que pasa por encima del resto con el objetivo de beneficiarse y satisfacerse así
mismo, justificando este comportamiento como “lo racional”. Por este individualismo
destructivo, los pueblos de la Patagonia perdieron su derecho a convivir con la naturaleza, y,
sobre todo, su derecho a vivir del agua, puesto que ambas cosas fueron arrebatadas con la
mera finalidad de explotarlas. Si bien estas culturas vivían en armonía con estos elementos,
el individuo las ve como elementos que generan ganancias y que necesitan ser explotados
con urgencia, ya que, según este, los indígenas no aprovechaban esas tierras “como se debía”.
Fueron despojados por tanto de sus tierras y privados de su derecho a vivir de ellas, a su vez,
fueron alejados de una de las cosas que dieron la vida a una comunidad llena de cultura: el
agua, y con esto, sus tradiciones, su sustento y la armonía utópica del mundo en el que vivían.

Concluyendo, el documental da cuenta de cómo las personas en la actualidad vemos a la


naturaleza como un mero paisaje, sin dimensionar que esta y los elementos que la componen
fueron capaces de dar vida a muchas culturas que conforman la historia de nuestro país. Las
acciones del hombre patriarcal e individualista han sido las responsables de exterminar estas
formas de vida, que ahora solo quedan en la memoria. Sin embargo, la cultura patriarcal sigue
presente, y aquejando a los descendientes de estas culturas extintas, que ven cómo lo que les
pertenecía a sus ancestros ahora están restringidas y privatizadas, como por ejemplo en el
caso de los pocos descendientes que quedan de las culturas de la Patagonia, donde el agua,
que les entregaba la vitalidad y la subsistencia y también, el arte de navegarlo en canoas, fue
privatizada y por ende ya no pueden experienciar lo que significaba identificarse con la
naturaleza y la armonía de un mundo en paz. La naturaleza nos da vida, y el modelo
económico imperante que hoy la explota, la está agotando, ¿qué haremos cuando la
naturaleza se acabe? A estas alturas, se desea que seamos capaces de valorarla e
identificarnos con ella para poder salvarla, y aunque suene muy utópico, regresar a los
tiempos donde entre el ser humano y la naturaleza había una relación de convivencia y
armonía y no de dominación y destrucción, y por, sobre todo, se desea que los pueblos
indígenas en general vuelvan a recuperar lo que les corresponde como justicia ante su
identidad arrebatada.
BIBLIOGRAFÍA

Sachse, R. (productor) y Guzmán, P. (director). (2015). El botón de Nácar [Documental].


Chile: Atacama Productions.

Maturana, H., (1993). Amor y Juego, Santiago, Chile: JC Saez Editor.

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