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Cosmovision del Mundo Indigena

INTRODUCCION

Menciona la palabra cosmovisión, se está haciendo referencia al conjunto de opiniones y


creencias que conforman la imagen o concepto general del mundo que tiene una persona,
época o cultura, a partir del cual interpreta su propia naturaleza y la de todo lo existente.
Una cosmovisión define nociones comunes que se aplican a todos los campos de la vida,
desde la política, la economía o la ciencia hasta la religión, la moral o la filosofía.
En el caso de la cosmovisión indígena, nos estamos refiriendo al conjunto de creencias
que tenían los indígenas de la época, sus tradiciones, religión y gasta la forma de vida.
En este trabajo intentaremos relatar aspectos básicos de la cosmovisión de los
movimientos indígenas de la región.

¿Quiénes son los indígenas?

Son un conjunto de pueblos hermanos antiguos, amazónicos, andinos y costeños,


profundamente apegados a su territorio. Los unen las mismas necesidades, las mismas
demandas y las mismas expectativas, por eso se identifican como iguales. Ellos son una
diversidad de la vida que aprendieron de los ancestros. Los unen lazos culturales muy
antiguos, como la lengua, historia y sus propias forma de ver el mundo o cosmovisión.

¿Por qué es importante recuperar nuestro pasado?

Porque del pasado viene la herencia como pueblos, pero el pasado es de gran
importancia hoy, influyen la manera de relacionarse  con la madre naturaleza, los cultivos,
las fiestas, las técnicas de manejo del agua, los templos ceremoniales y arqueología, las
artes, etc. Basta investigar las herencias, costumbres para notar que el pasado está vivo;
que gracias a ese pasado común reconstruyen y profundizan la confianza entre los
pueblos indígenas, desarrollan las identidades, se integran, se reconocen y celebran que
estamos juntos, que pertenecen a la misma tierra. Sienten orgullo de sus orígenes.

 La cosmovisión de los pueblos indígenas 

se basa en la relación solidaria e integral en todos los elementos de la Madre Tierra al


cual el ser humano pertenece pero no la domina. De esta forma el concepto de la
acumulación es muchas veces ajeno a la cultura indígena, y de hecho la mayoría de los
idiomas indígenas no manejan conceptos como ‘desarrollo’, ‘riqueza’ o ‘pobreza’.
Los indígenas cuestionan el uso del término “pobreza” como comparación negativa con
relación a otros sectores de la sociedad. Más bien, suelen enfatizar la “riqueza” que
constituyen sus territorios, recursos naturales y su patrimonio cultural.

La forma indígena de ordenar, ver y sentir el mundo

Los pueblos indígenas sienten el mundo como la suma de muchas partes integradas que
se necesitan unas a otras. Los seres humanos somos una de esas partes. Nadie en el
mundo puede estar aislado, de hecho jamás lo está, siempre tiene lazos con los demás,
No se puede dejar a nuestros ancestros en el pasado, al contrario, ellos están aquí con
nosotros, en nuestros territorios, porque no se han muerto ni han desaparecido, seguimos
teniendo fuertes vínculos con ellos. La muerte no es el alejamiento físico de alguien sino
la relacionan con el olvido de las lenguas y costumbres, la contaminación ambiental, la
perdida de la diversidad, el sufrimiento de los animales, la expulsión del indígena de sus
tierras, la imposición de una sola cultura. Esa es la muerte.

La madre tierra y la madre naturaleza La cosmovisión de los indígenas se fundamenta en


su relación con la madre tierra y la madre naturaleza. En cambio la mayoría de la
población mundial vive sin preocupaciones, sin saber cuál es su fuente de vida, olvida a
sus generaciones del futuro. Más bien, vive contaminando y vive tratando de lesionar más
y más a la tierra. Algún día esa tierra va a reclamar a la humanidad ese desprecio y esa
destrucción. Cuando esto ocurra nos daremos cuenta de que la tierra es brava, fuerte y
vengativa.
“Rigoberta Menchú Tum”

Confederación indígena: Guaicaipuro

(Los Teques, actual Venezuela, c. 1530 - Paracotos, 1568) Cacique de los Teques,
pueblo aborigen asentado en la actual región de Caracas (Venezuela), que ofreció larga
resistencia a la dominación española en la segunda mitad del siglo XVI. Considerado por
la historia de Venezuela como el mayor símbolo de la bravura e ingenio nativos, bloqueo,
muchas veces los intentos  de someter la región, en la que se habían descubierto minas
de oro.

Guaicaipuro logró formar una poderosa confederación de tribus, con la que se enfrentó a
los españoles por el control del valle de Caracas. Dirigió las operaciones guerreras contra
los invasores españoles, a quienes obligó a abandonar el territorio. Guaicaipuro fue
derrotado por primera vez en el valle de San Pedro, el 25 de marzo de 1567 por Diego de
Losada en su intento de apoderarse de la ciudad de Caracas. Al final de su vida, este líder
indígena fue traicionado por algunos indígenas que informaron a los españoles el lugar
donde vivía  donde fue acorralado, y Guaicaipuro se enfrentó a sus atacantes, a los que
opuso una desesperada resistió hasta la muerte.

Túpac Amaru

José Gabriel Condorcanqui o Quivicanqui). Revolucionario peruano, descendiente de los


incas (Surimaná, 1741 - Cuzco, 1781). Cacique de Surimaná, Tungasuca y Pampamarca.

Se educó con los jesuitas de Cuzco e hizo riqueza en negocios de transporte, minería y
tierras. Su fama entre los indios y mestizos le permitió liderizar una rebelión contra las
autoridades españolas del Perú en 1780; en dicha rebelión comenzó por el protesta de la
población contra los tributos y prestaciones obligatorias de trabajo que imponían los
españoles  y contra los abusos de los torturadores.
Condorcanqui se cambió el nombre poniéndose de su ancestro (Túpac Amaru, por lo que
sería conocido como Túpac Amaru II) como demostración de rebeldía contra los
españoles. Se encargo para extender la rebelión por todo el Perú. pero, su rebeldía se
dirigía contra las autoridades españolas locales, manteniendo la lealtad al rey Carlos III
(rey de España).
Túpac Amaru fue vencido en la batalla de Checacupe (1781), engañarlo por algunos de
los suyos a los españoles, y trasladado por éstos a Cuzco, donde le juzgaron y
ejecutaron, su cuerpo fue roto en pedazos y enviado cada parte de su cuerpo a un pueblo
de la zona rebelde para dar demostración ejemplarizante y eliminar  las rebeliones. 
Túpac Katari

(Julián Apasa; Ayo Ayo, La Paz, 1750 - Peñas, 1781) Líder del levantamiento indígena
que tuvo lugar en Bolivia en 1781 y que puso en en peligro la autoridad de las autoridades
coloniales españolas.
Huérfano desde muy pequeño, sirvió durante años en la parroquia de su localidad natal, y
si bien no tuvo acceso a la educación por la humildad de su condición, se nutrió de la
tradición oral aymara. Todos los testimonios sobre su vida dice que desde muy joven
compartió el sufrimiento de sus hermanos indígenas y contar públicamente su rechazo a
la opresión  los españoles.
Tras las muertes de Túpac Amaru, con quien había mantenido contactos, y de
Tomás Katari, el líder de la insurrección de Chayanta, tomó el nombre de Túpac Katari.
Su movimiento buscaba la liberación de los indígenas frente al dominio impuesto por las
fuerzas coloniales españolas. Durante la insurrección, Túpac Katari lideró un ejército de
más de 40.000 indígenas, que llegó a controlar amplio territorio de  la ciudad de La Paz
durante tres meses.
Fue apresado al ser traicionado por uno de sus colaboradores y, una vez juzgado por las
autoridades españolas, fue condenado a muerte y ejecutado en Peñas (La Paz), el 15 de
noviembre de 1781. Tras cortarle la lengua, para que nadie escuchara sus últimas
palabras, se le condenó a morir descuartizado por caballos que tiraban en direcciones
opuestas.

  
RESISTENCIA INDÍGENA COMO GENESIS DEL PENSAMIENTO EMANCIPADOR

Este punto en especial fue de difícil la investigación, ya que existen diferentes opiniones a
cerca de la importancia histórica de las luchas liberadores de los indígenas. En tal sentido,
en la investigación se encontró que la mayoría de los libros a lo largo de historia fueron
escritos por persona e instituciones interesadas en relatar los éxitos lograr por los
próceres patriotas y mestizos sobre los españoles, y despreciando los logros alcanzados
por los indígenas en sus luchas liberadores. Claro, existen en la historia que defienden el
importante papel que cumplieron los indígena y su influencia en la historia liberadores.

En este sentido, Jorge Alvarado, embajador de Bolivia en Venezuela, en el marco de la


Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) 2009.
Pero dónde está el grito de Tupac Katari y los otros tantos levantamientos anteriores. De
esos movimientos indígenas no se habla como los primeros movimientos verdaderos de
liberación. Se habla de la liberación de los mestizos e hijos de españoles, que la historia
los demuestra como cruciales, pero esos levantamientos tenían como fin resistir que la
corona española se llevara el oro y la plata que ellos.

Por otro lado, en el caso chileno, uno de los pensadores más representativo para
comprender el la influencia de los levantamiento indígenas sobre el pensamiento
emancipador, es José Victorino Lastarria ,. En1844 emancipación nacida con la
resistencia indígena al colonialismo hispano. Así, el autor busco en la colonia el origen de
una carácter de emancipación que, nacida con la resistencia indígena, Allí, el afirmó que,
a pesar de haber sido olvidado por un orden creado sobre los restos de la resistencia
indígenas.

Los movimientos de resistencia indígenas latinoamericanos modernos.

Desde la rebelión de las comunidades indígenas de Chiapas, México, en enero de 1994 –


guiadas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional–, que siguen controlando
territorios y gobernando municipios autónomos, y en forma más generalizada a partir del
año 2000, en diversos países de América Latina han aparecido movimientos sociales de
resistencia e insubordinación amplios, diversos y radicales que disputan el orden
capitalista e impiden su estabilización. Después del levantamiento zapatista y las
consiguientes movilizaciones multitudinarias de apoyo a la lucha indígena en México,
podemos mencionar entre los movimientos y levantamientos más importantes la toma de
Quito por comunarios quechuas a comienzos de 2000; la Guerra del Agua y la sucesión
de levantamientos aymarás en Bolivia en 2000 y 2001; la posterior Guerra del Gas que
culminó con la insurrección de octubre de 2003 que derribó al presidente Gonzalo
Sánchez  de Losada en ese país; la rebelión urbana y popular de diciembre de 2001 en
Buenos Aires que tumbó tres presidentes sucesivos, antecedida por una intensa
resistencia piquetera; así como los menos conocidos movimientos colectivos anti-
privatización en Arequipa, Perú y en Asunción, Paraguay; y las persistentes invasiones y
luchas por la tierra del Movimiento de los Sin Tierra en Brasil, que han tenido un eco en el
movimiento similar en Bolivia.

 El movimiento indígena es quizás uno de los elementos más transformadores de esta
densa realidad latinoamericana contemporánea. Éste se construye como un movimiento
social de importancia regional con una profunda comprensión universal y una visión global
de los procesos sociales y políticos mundiales. Al mismo tiempo, ha dejado de ser un
movimiento de resistencia para desarrollar una habilidad lucha ofensiva de lucha por el
gobierno y el poder, especialmente en la región andina de América del Sur. A partir de
una profunda crítica y ruptura respecto a la visión europea, (inserto en la estructura de
poder colonial con su racionalidad,  modelo de modernidad y desarrollo ), el movimiento
indígena latinoamericano se plantea como un movimiento civilizatorio, capaz de recuperar
el legado histórico de las civilizaciones originarias para reconstruir,  varias identidades
latinoamericanas y  las formas de conocimiento y producción de conocimiento que han
convivido y resistido a más de quinientos años de dominación. El elemento indígena se va
convirtiendo en el centro del discurso y de la construcción de una visión del mundo, de un
sujeto político y de un proyecto colectivo y emancipatorio. 

El movimiento indígena como unidad geográfica e histórica

El movimiento indígena latinoamericano ha dejado de ser un conjunto de movimientos


aislados para convertirse en un movimiento de amplia expansión que se construye en los
espacios geográficos donde se desarrollaron las civilizaciones originarias. En el caso
América del Sur, el movimiento indígena se construye en el espacio geográfico donde se
desarrolló la civilización inca y las varias civilizaciones que la precedieron, ocupando los
territorios de Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Quinientos años de
colonización no fueron suficientes para destruir una unidad histórica y social, como fueron
los incas, y su profundo sentido de pertenencia en un espacio geográfico específico. Los
Estados nacionales conformados a partir del siglo XIX con las guerras independentistas
no sustituyeron las profundas raíces históricas de los pueblos indígenas, que se
reconocen quechuas, aymaras o mapuches, antes que bolivianos, peruanos o
ecuatorianos.
 
Se han creado, en los últimos años, múltiples y diversos espacios de coordinación y
articulación del movimiento indígena en la región, diversos foros de intercambio y
movilización, al mismo tiempo que se han diversificado las organizaciones y redes
indígenas y de los pueblos originarios. Esto ha generado una intensa dinámica y una
creciente capacidad de movilización en los niveles locales, regionales y continentales, con
una clara vocación de articulación planetaria. Durante el último Foro Social Mundial de
Belén, en enero de 2009, las organizaciones y redes indígenas ahí reunidas emitieron una
declaración llamando a la más amplia unida para articular alternativas a la “crisis de
civilización occidental capitalista”. Entre los principales ejes movilizadores de este llamado
están:

         La tierra como fuente de vida y el agua como derecho humano fundamental;
          Descolonialidad del poder y el autogobierno comunitario;
          Los Estados Plurinacionales;
          La autodeterminación de los pueblos;
          La unidad, equidad y complementariedad de género;
          El respeto a las diversas espiritualidades desde lo cotidiano y diverso;
          Liberación de toda dominación o discriminación racista, etnicista o sexista;
          Las decisiones colectivas sobre la producción, mercados y la economía;
          La descolonialidad de las ciencias y tecnologías;
          Por una nueva ética social alternativa a la del mercado.

Conclusiones
Las comunidades indígenas se han agrupado para buscar alternativas que les permita
restablecer sus derechos como son: la tierra como fuente de visa, auto determinación de
los pueblos, unidad, equidad respecto sus creencias religiosas, no al racismo.

¿Qué se entiende por cosmovisión indígena?


 
A menudo los textos antropológicos, etnográficos
e históricos utilizan el término "cosmovisión"
para referirse al conjunto de creencias, valores y
sistemas de conocimiento que articulan la vida
social de los grupos indígenas. El historiador
Alfredo López Austin define la cosmovisión como
"el conjunto estructurado de los diversos
sistemas ideológicos con los que el grupo social,
en un momento histórico, pretende aprehender
el universo, engloba todos los sistemas, los
ordena y los ubica" (López Austin, 1990: 20, vol.
I).

La cosmovisión está íntimamente ligada a la religión, la política, la economía y


el medio ambiente. En los sistemas cosmológicos de los indígenas mexicanos la
tradición tiene un enorme peso y, gracias a las investigaciones de arqueólogos,
historiadores y lingüistas, ha sido posible conocer el origen prehispánico de
muchos de los elementos que forman los sistemas actuales de creencia y
conocimiento.

La cosmovisión expresa la relación de los hombres con los dioses, establece el


orden jerárquico del cosmos, la concepción del cuerpo humano, estructura la vida
comunitaria y agrupa el conjunto de los mitos que explican el origen del mundo.
La cosmovisión indígena tiene un claro origen agrícola; en ella el medio ambiente
(el territorio real y simbólico es un factor fundamental y tiene como uno de sus
rasgos característicos el que no exista una separación —como en el pensamiento
occidental— entre naturaleza y cultura, orden natural y orden social, individuo y
sociedad. El ámbito de lo sobrenatural ocupa un lugar preponderante de la
cosmovisión y tampoco está desligado del mundo social. Se considera que el
orden político está fundado en la jerarquía divina, que numerosas enfermedades
del cuerpo son resultado de la acción de desequilibrios o daños causados por
fuerzas sobrenaturales. Las calamidades, las tensiones sociales y los
enfrentamientos entre individuos o grupos también pueden ser entendidos como
resultado de un conflicto entre los hombres y la divinidad (los dueños de aguas,
bosques, cuevas, montes, cerros).

La intervención de los dioses se busca constantemente para obtener la


protección y conseguir el buen desempeño de las distintas actividades de la vida
cotidiana. En el nacimiento, el matrimonio, la construcción de una casa y de un
temazcal o la preparación de la milpa para la siembra se invoca la ayuda de las
divinidades o se busca ahuyentar aquellas entidades que pudieran ser una
amenaza para la tarea que se lleva a cabo.

En las cosmovisiones indígenas el tiempo y el calendario ocupan un lugar


destacado. Los mitos sobre el origen del mundo establecen cómo se pasó de un
tiempo primordial, dónde sólo existían los dioses, al tiempo de los hombres. Por
su parte, tanto el calendario de 365 días como el ritual de 260 tienen una
importancia clave en los sistemas cosmológicos y en la organización de la vida
social. El calendario no sólo determina los tiempos adecuados para la siembra y
la cosecha, sino que fija los días en que deben realizarse las fiestas religiosas, las
cuales sirven para adorar a los dioses (y desde tiempos coloniales a los santos
patronos), realizar intercambios comerciales y renovar las autoridades
tradicionales.

Existe también una estrecha relación entre el conjunto de los sistemas de


creencias y saberes y la estructura familiar. Las comunidades indígenas suelen
estar formadas por familias extensas, cuyo vínculo no es exclusivamente
consanguíneo sino que está establecido en términos de la pertenencia a un linaje
en que un dios tutelar es considerado como el antepasado común de los
miembros del grupo.

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