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Carcinomatosis peritoneal en TC.

Hallazgos y diagnóstico
diferencial.

Poster no.: S-1335


Congreso: SERAM 2012
Tipo del póster: Presentación Electrónica Educativa
Autores: A. Herrasti Gallego, I. de la Pedraja, N. Gómez Ruiz, N.
Santamaría Guinea, M. D. C. Polidura Arruga; Madrid/ES
Palabras clave: Abdomen, Oncología, TC, Educación, Neoplasia, Infección,
Linfoma
DOI: 10.1594/seram2012/S-1335

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Objetivo docente

El propósito de nuestro trabajo es revisar tanto las manifestaciones más frecuentes


como las formas de presentación menos habituales de la carcinomatosis peritoneal y
sus posibles diagnósticos diferenciales empleando para ello ejemplos demostrativos.

Haremos un breve repaso de la anatomía de la cavidad abdominal y del peritoneo


considerando los aspectos que son relevantes para la evaluación radiológica.

Revisión del tema

El término carcinomatosis proviene del griego karkinoma que significa cáncer y -oma que
significa tumor, mientras que el término peritoneal proviene de la palabra peritonaion que
significa extenderse sobre. El concepto de carcinomatosis peritoneal hace referencia a
la diseminación de un tumor maligno dentro de la cavidad abdominal.

La carcinomatosis peritoneal es el proceso maligno que afecta con más frecuencia al


peritoneo, siendo las neoplasias primarias de la cavidad abdominal como el carcinoma
de estómago, colon, ovario o páncreas su origen más frecuente.

La TC con contraste es la prueba diagnóstica de elección para el diagnóstico de


carcinomatosis peritoneal siendo una herramienta imprescindible para el estadiaje
prequirúrgico y la planificación terapeútica (1-4).

Anatomía. Compartimentos peritoneales y flujo del líquido ascítico.

El peritoneo es una membrana serosa constituida por una única capa de células
mesoteliales que recubre la cavidad abdominal (peritoneo parietal) y los órganos que
contiene (peritoneo visceral). Los repliegues peritoneales constituyen los omentos, los
ligamentos y el mesenterio, que están formados por una doble capa de peritoneo con
vasos, linfáticos, nervios, ganglios y tejido graso en su interior Table 1 on page 25.
La cavidad peritoneal es el espacio virtual localizado entre las capas del peritoneo
diferenciando el saco mayor, que constituye la mayor parte de la cavidad y el saco
menor (bursa omental), que es una saculación situada por detrás del estómago. Ambos
espacios se comunican a través del foramen epiploico (foramen de Winslow).

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Fig. 1: Esquema Axial de la anatomía compartimental de la cavidad abdominal.
ESAD= Espacio Subhepático Anterior Derecho, ESPD=Espacio Subhepático Posterior
Derecho, EPAI=Espacio Perihepático Anterior Izquierdo, EPPI=Espacio Perihepático
Posterior Izquierdo, ESAI=Espacio Subfrénico Anterior Izquierdo, ESPI=Espacio
Subfrénico Posterior Izquierdo. Las líneas discontinuas representan la localización de
las imágenes sagitales de las figuras 3 y 4.
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

Considerando como referencia los repliegues peritoneales se definen varios


compartimentos abdominales comunicados entre sí que resultan útiles para definir la
localización de los implantes peritoneales.Table 2 on page 26 (5-7)

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Fig. 2: Esquema que representa los compartimentos peritoneales y sus límites
anatómicos. Nótese que los recesos pélvicos se comunican con el espacio
supramesocólico derecho a través de la gotiera parietocólica derecha. En el lado
izquierdo se encuentra el ligamento frenocólico que impide la comunicación. Las líneas
discontinuas representan la localización de las imágenes sagitales de las figuras 3 y 4.
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

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Fig. 3: Esquema sagital de la anatomía de la cavidad abdominal en un corte
realizado: a) la derecha del ligamento falciforme y b) justo a la izquierda del mismo.
ESFD=Espacio Subfrénico Derecho, ESPD=Espacio Subhepático Posterior Derecho,
ESAD=Espacio Subhepático Anterior Derecho.
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

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Fig. 4: Esquema sagital de la anatomía de la cavidad abdominal en un corte
realizado: c) a nivel del ligamento coronario izquierdo y d) a nivel del bazo.
EPAI=Espacio Perihepático Anterior Izquierdo, EPPI=Espacio Perihepático Posterior
Izquierdo, ESAI=Espacio Subfrénico Anterior Izquierdo, ESPI=Espacio Subfrénico
Posterior Izquierdo.
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

El movimiento fisiológico del liquido ascítico dentro de la cavidad abdominal está


condicionado por la fuerza de la gravedad, que lo dirige en sentido caudal y por la presión
negativa generada en el tórax durante la respiración, que lo dirige en sentido ascendente.
Este flujo y las peculiaridades anatómicas de la cavidad abdominal permiten comprender
las localizaciones más frecuentes de los implantes peritoneales que son: la pelvis, el
cuadrante inferior derecho en la inserción de la raíz mesentérica, la región superior del
colon sigmoides y la gotiera parietocólica derecha. (6-8)

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Fig. 5: Esquema que representa el flujo del líquido ascítico condicionado por la fuerza
de la gravedad y los movimientos respiratorios. Nótense las zonas de color azul oscuro
que representan los lugares donde es más probable que se acumule el líquido ascítico
y en consecuencia los implantes.
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

Se describe cuatro posibles mecanismos de diseminación tumoral a través del peritoneo


(6,8,9) :

1. Diseminación directa a las estructuras peritoneales adyacentes al tumor


primario.
2. Diseminación linfática.
3. Metástasis embólicas.
4. Siembra intraperitoneal a través del líquido ascítico.

Hay que tener en cuenta que muchos tumores lo hacen a través de varias vías
simultáneamente y que cualquiera que sea el mecanismo inicial puede haber una
siembra intraperitoneal secundariamente.

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Hallazgos radiológicos.

Los implantes peritoneales son lesiones de partes blandas cuya apariencia es muy
variable dependiendo fundamentalmente de su origen, la existencia de necrosis, su
localización, la confluencia de las lesiones y los posibles tratamientos previos del tumor
primario.

Teniendo en cuenta su atenuación puede clasificarse como lesiones sólidas, quísticas,


mixtas y/o calcificadas. Dependiendo de su tamaño y confluencia pueden identificarse
como: nódulos, masas, placas y lesiones infiltrantes. La infiltración del omento asociada
a una reacción fibrosa da lugar al llamado "epiplón en torta" ("omental cake", "floating
cake"), la infiltración difusa del mesenterio puede dar lugar a un "mesenterio estrellado"
y la infiltración difusa del peritoneo visceral de un asa de intestino delgado origina
el llamado "aspecto en teca" que puede condicionar obstrucción intestinal ("íleon
congelado"). Los implantes de localización subcapsular en el hígado y bazo originan la
apariencia "festoneada" de su superficie. La ascitis neoplásica es un hallazgo frecuente
pudiendo ser tanto muy abundante como tratarse de un hallazgo sutil. Hay que tener
en cuenta que la existencia de ascitis loculada obliga a descartar una carcinomatosis.
Table 3 on page 32(7,8,10).

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Fig. 6: Nódulos. Se muestran imágenes en plano coronal y axial donde se identifican,
como único signo de carcinomatosis, 2 nódulos localizados en la gotiera parietocólica
derecha y en el espacio subfrénico posterior izquierdo (flechas).
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

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Fig. 7: Implantes en la pleura visceral. a) Se identifican implantes localizados en el
peritoneo visceral de un asa de intestino delgado (recuadro), que puede apreciarse
con mayor detalle en una imagen ampliada de un corte contiguo. También se
identifican nódulos confluentes en el omento (c).
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

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Fig. 8: "Omental cake". Se observa estratificación del omento mayor en relación
con "omental cake". Planos axial (a), sagital (b) y coronal (c). Ejemplo de implantes
calcificados en el omento (d)
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

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Fig. 9: Ascitis y masas. Se identifican masas confluentes en el omento y en el fondo
de saco rectovaginal con moderada ascitis. a y b imágenes sagitales, c coronal y d
axial.
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

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Fig. 10: Lesiones quísticas (a y b). Se identifica gran cantidad de ascitis que produce
efecto de masa con alteración del contorno hepático y esplénico. Se identifican
implantes de naturaleza quística. Ascitis e implantes calcificados (c y d). Se aprecia
calcificación de implantes peritoneales que "dibujan" el peritoneo parietal y visceral.
Moderada cantidad de ascitis.
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

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Fig. 11: Hallazgos menos frecuentes: Infiltración difusa de la pared intestinal. a) Se
aprecian una lesión infiltrante que se extienden hacia las asas de intestino delgado.
b) Evolución a los 4 meses con infiltración difusa de las asas. c)Implante con fístula a
colon derecho.
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

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Fig. 12: Hallazgos menos frecuentes: Obstrucción intestinal. Se muestran imágenes
de una obstrucción de asa aferente (*)secundaria a implantes en la zona de la
anastomosis (flecha).
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

Diagnóstico Diferencial.

Ninguno de los hallazgos de la carcinomatosis peritoneal es patognomónico. En


el diagnóstico diferencial de la carcinomatosis hay que considerar tanto lesiones
inflamatorio-infecciosas como lesiones neoplásicas benignas y malignas.Table 4 on
page 33 (11-14)

En la mayoría de los casos se trata de entidades indistinguibles de la carcinomatosis


únicamente mediante la imagen de TC. No obstante, a menudo conocemos de la
existencia de un tumor primario en otra localización o tenemos información sobre la
afectación de otros órganos, en el caso de las enfermedades sistémicas, que nos ayudan
a elegir el diagnóstico más probable. Además hay que tener en cuenta que los tumores

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peritoneales y mesentéricos primarios son entidades muy poco frecuentes siendo por el
contrario la carcinomatosis la afectación más frecuente del peritoneo.

Describiremos brevemente las características típicas de las entidades que nos


encontramos con más frecuencia en la práctica diaria.

1. Peritonitis tuberculosa.

En ausencia de hallazgos clínicos o pruebas complementarios que sugieran la existencia


de la enfermedad de base es imposible distinguirla de la carcinomatosis peritoneal.
La presencia de nódulos mesentéricos (> 5mm), irregularidad e infiltración del omento,
líneas omentales, esplenomegalia o calcificaciones esplénicas orientan hacia una
posible peritonitis tuberculosa.(15) La existencia de mínimo engrosamiento peritoneal
con marcado realce y de adenopatías calcificadas o con centro hipodenso son
sugerentes de tuberculosis. (16)

Fig. 13: Peritonitis tuberculosa. En el primer caso (a) se aprecia marcado realce
peritoneal nodular que es más evidente en el lado derecho (círculo). En el segundo

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caso (b y c) se objetiva moderada ascitis con marcado realce del peritoneo (flecha),
infiltración del mesenterio (*) e infiltración omental (o).
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

2. Sarcoidosis Peritoneal.

La sarcoidosis es una enfermedad sistémica de origen desconocido que afecta con más
frecuencia al pulmón y el sistema linfático. La afectación del peritoneo es rara y se
manifiesta con ascitis, engrosamiento peritoneal y múltiples nódulos de partes blandas
pudiendo ser indiferenciable de la carcinomatosis.(17, 18)

Fig. 14: Sarcoidosis con afectación peritoneal. Se observa estriación del mesenterio
y del omento. En este caso también existía afectación pulmonar con micronódulos de
distribución perilinfática (flechas).
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

3. Hidatidosis peritoneal.

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La hidatidosis es un zoonosis parasitaria debida al Echinoccocus granulosus.
Generalmente da lugar a lesiones quísticas muy características, de localización hepática,
siendo la afectación peritoneal casi siempre secundaria. En la mayor parte de los casos
no suele plantear problemas diagnósticos, sin embargo en ocasiones ya sea por su
localización en la pelvis, cuando son de gran tamaño o cuando presentan una afectación
muy extensa de la cavidad abdominal pueden plantear el diagnóstico diferencial con una
lesión tumoral y con implantes quísticos parcialmente calcificados. (18-20)

Fig. 15: Hidatidosis peritoneal. Se observa una extensa afectación peritoneal


con múltiples lesiones quísticas de pared parcialmente calcificada, algunas con
calcificaciones en su interior y septos. a) Imagen en plano coronal, b) y c) imágenes en
plano axial.
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

4. Pseudomixoma peritoneal.

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Se trata de una entidad rara que se caracteriza por la presencia de material mucinoso
en la cavidad abdominal secundario a la ruptura de un cistoadenoma mucinoso ovárico
o gastrointestinal. Da lugar a lesiones hipodensas quísticas de pared fina que pueden
condicionar irregularidad de la superficie hepática y esplénica e infiltración mesentérica
asociada o no a calcificaciones.(22)

Fig. 16: Pseudomixoma peritoneal. Imagen coronal (a) y axial (b y c) donde se


identifica una lesión quística de pared fina que ocupa el espacio periesplénico
condicionando irregularidad con festoneado de su superficie.
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

5. Mesenteritis esclerosante o mesenteritis retráctil.

Es una enfermedad idiopática caracterizada por la presencia de masas pseudotumorales


en el mesenterio constituidas por cambios inflamatorios, necrosis grasa y fibrosis. Se
manifiesta como lesiones bien delimitadas o mal definidas con atenuación de partes
blandas o mixta y atenuación grasa. Es característica la presencia del llamado "signo
del anillo graso" dado que las lesiones llegan a rodear completamente a los vasos

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mesentéricos dejando un collar de tejido graso alrededor de los mismos. Producen
retracción del mesenterio del intestino delgado dando lugar a la formación de bucles
y fijación de asas pudiendo llegar a producir obstrucción intestinal.(12, 21) Hay que
diferenciarlo fundamentalmente del tumor carcinoide con afectación mesentérica.

Fig. 17: Mesenteritis esclerosante. Imágenes en plano coronal (a-c) donde se


identifica una lesión mesentérica infiltrante con áreas nodulares. Se observa afectación
del duodeno (d) y dilatación del colédoco (flecha). Imágenes en plano axial (d-e) de
otro caso donde se observa una extensa infiltración del mesenterio. Se puede apreciar
el "signo del anillo graso" alrededor de los vasos mesentéricos. El tumor produce
obstrucción de la vía urinaria y dilatación de numerosas asas de intestino delgado (*).
u=uréter, p=pelvis renal.
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

6. Linfomatosis Peritoneal.

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La afectación peritoneal por linfoma es poco frecuente y menos aún que se trate de la
manifestación inicial de la enfermedad. Se cree que es mas frecuente en el subtipo de
LNH Linfoma B de células grandes.

Se describen como hallazgos más frecuentes en la linfomatosis la presencia


de: engrosamiento peritoneal, ascitis, masas omentales y mesentéricas, así como
organomegalia. También es frecuente encontrar adenopatías retroperitoneales, masas
infiltrantes en el mesenterio y afectación del hígado, bazo y riñones. Pueden llegar a
rodear completamente los vasos mesentéricos hallazgo conocido como el "signo del
sándwich" (9, 23)

Fig. 18: Linfomatosis peritoneal 1. Imágenes en planos axial (a-b) y coronal donde
se objetiva una masa infiltrante con mayor afectación de la raíz mesentérica y gotiera
parietocólica derecha. Se identifican imágenes nodulares mejor definidas próximas a
los vasos mesentéricos en probable relación con adenopatías. Nótese la presencia
de un nódulo en la región umbilical y el "signo del sándwich". d) Imagen axial de otro
caso con hallazgos más sutiles. Se puede apreciar la existencia de engrosamiento
peritoneal en ambas gotieras e infiltración del omento.
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

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Fig. 19: Linfomatosis Peritoneal 2. Otro caso donde se identifica una gran masa
centrada en la región gástrica que infiltra los espacios perigástrico, subhepático
posterior izquierdo y el saco menor (a). La masa se extiende al omento dando lugar a
"omental cake" (b). Se observa abundante ascitis en la pelvis con realce peritoneal (c).
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

7. Liposarcoma

Se trata de un tumor maligno de origen mesenquimal. En el retroperitoneo es el


segundo tumor primario maligno más frecuente siendo raros los liposarcomas primarios
mesentéricos y peritoneales. En la TC se identifica como una lesión con un componente
de atenuación grasa y lesiones sólidas en proporción variable en función de los subtipos
histológicos. (7,14)

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Fig. 20: Liposarcoma. Reconstrucciones en plano sagital (a) y coronal (b) e imágenes
axiales (c-d) donde se identifica una lesión infiltrante con tejido graso y múltiples
nódulos con afectación retroperitoneal, mesentérica y omental. Nótese la existencia
de un nódulo en el espacio perirrenal izquierdo (b) y otro en la región umbilical (c). Se
objetivan cambios postquirúrgicos con imágenes densas que corresponden al material
de sutura.
Referencias: A. Herrasti Gallego; Diagnóstico por Imagen, Hospital Clínico San
Carlos, Madrid, SPAIN

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Table 1: Anatomía del peritoneo y sus repliegues.

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Table 2: Anatomía de los compartimentos de la cavidad abdominal.

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Fig. 1: Esquema Axial de la anatomía compartimental de la cavidad abdominal. ESAD=
Espacio Subhepático Anterior Derecho, ESPD=Espacio Subhepático Posterior Derecho,
EPAI=Espacio Perihepático Anterior Izquierdo, EPPI=Espacio Perihepático Posterior
Izquierdo, ESAI=Espacio Subfrénico Anterior Izquierdo, ESPI=Espacio Subfrénico
Posterior Izquierdo. Las líneas discontinuas representan la localización de las imágenes
sagitales de las figuras 3 y 4.

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Fig. 2: Esquema que representa los compartimentos peritoneales y sus límites
anatómicos. Nótese que los recesos pélvicos se comunican con el espacio
supramesocólico derecho a través de la gotiera parietocólica derecha. En el lado
izquierdo se encuentra el ligamento frenocólico que impide la comunicación. Las líneas
discontinuas representan la localización de las imágenes sagitales de las figuras 3 y 4.

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Fig. 3: Esquema sagital de la anatomía de la cavidad abdominal en un corte realizado:
a) la derecha del ligamento falciforme y b) justo a la izquierda del mismo. ESFD=Espacio
Subfrénico Derecho, ESPD=Espacio Subhepático Posterior Derecho, ESAD=Espacio
Subhepático Anterior Derecho.

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Fig. 4: Esquema sagital de la anatomía de la cavidad abdominal en un corte
realizado: c) a nivel del ligamento coronario izquierdo y d) a nivel del bazo.
EPAI=Espacio Perihepático Anterior Izquierdo, EPPI=Espacio Perihepático Posterior
Izquierdo, ESAI=Espacio Subfrénico Anterior Izquierdo, ESPI=Espacio Subfrénico
Posterior Izquierdo.

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Fig. 5: Esquema que representa el flujo del líquido ascítico condicionado por la fuerza
de la gravedad y los movimientos respiratorios. Nótense las zonas de color azul oscuro
que representan los lugares donde es más probable que se acumule el líquido ascítico
y en consecuencia los implantes.

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Table 3

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Table 4

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Fig. 6: Nódulos. Se muestran imágenes en plano coronal y axial donde se identifican,
como único signo de carcinomatosis, 2 nódulos localizados en la gotiera parietocólica
derecha y en el espacio subfrénico posterior izquierdo (flechas).

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Fig. 7: Implantes en la pleura visceral. a) Se identifican implantes localizados en el
peritoneo visceral de un asa de intestino delgado (recuadro), que puede apreciarse con
mayor detalle en una imagen ampliada de un corte contiguo. También se identifican
nódulos confluentes en el omento (c).

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Fig. 8: "Omental cake". Se observa estratificación del omento mayor en relación
con "omental cake". Planos axial (a), sagital (b) y coronal (c). Ejemplo de implantes
calcificados en el omento (d)

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Fig. 9: Ascitis y masas. Se identifican masas confluentes en el omento y en el fondo de
saco rectovaginal con moderada ascitis. a y b imágenes sagitales, c coronal y d axial.

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Fig. 10: Lesiones quísticas (a y b). Se identifica gran cantidad de ascitis que produce
efecto de masa con alteración del contorno hepático y esplénico. Se identifican implantes
de naturaleza quística. Ascitis e implantes calcificados (c y d). Se aprecia calcificación de
implantes peritoneales que "dibujan" el peritoneo parietal y visceral. Moderada cantidad
de ascitis.

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Fig. 11: Hallazgos menos frecuentes: Infiltración difusa de la pared intestinal. a) Se
aprecian una lesión infiltrante que se extienden hacia las asas de intestino delgado. b)
Evolución a los 4 meses con infiltración difusa de las asas. c)Implante con fístula a colon
derecho.

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Fig. 12: Hallazgos menos frecuentes: Obstrucción intestinal. Se muestran imágenes de
una obstrucción de asa aferente (*)secundaria a implantes en la zona de la anastomosis
(flecha).

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Fig. 13: Peritonitis tuberculosa. En el primer caso (a) se aprecia marcado realce
peritoneal nodular que es más evidente en el lado derecho (círculo). En el segundo caso
(b y c) se objetiva moderada ascitis con marcado realce del peritoneo (flecha), infiltración
del mesenterio (*) e infiltración omental (o).

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Fig. 14: Sarcoidosis con afectación peritoneal. Se observa estriación del mesenterio
y del omento. En este caso también existía afectación pulmonar con micronódulos de
distribución perilinfática (flechas).

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Fig. 15: Hidatidosis peritoneal. Se observa una extensa afectación peritoneal
con múltiples lesiones quísticas de pared parcialmente calcificada, algunas con
calcificaciones en su interior y septos. a) Imagen en plano coronal, b) y c) imágenes en
plano axial.

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Fig. 16: Pseudomixoma peritoneal. Imagen coronal (a) y axial (b y c) donde se identifica
una lesión quística de pared fina que ocupa el espacio periesplénico condicionando
irregularidad con festoneado de su superficie.

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Fig. 17: Mesenteritis esclerosante. Imágenes en plano coronal (a-c) donde se identifica
una lesión mesentérica infiltrante con áreas nodulares. Se observa afectación del
duodeno (d) y dilatación del colédoco (flecha). Imágenes en plano axial (d-e) de otro caso
donde se observa una extensa infiltración del mesenterio. Se puede apreciar el "signo
del anillo graso" alrededor de los vasos mesentéricos. El tumor produce obstrucción de
la vía urinaria y dilatación de numerosas asas de intestino delgado (*). u=uréter, p=pelvis
renal.

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Fig. 18: Linfomatosis peritoneal 1. Imágenes en planos axial (a-b) y coronal donde
se objetiva una masa infiltrante con mayor afectación de la raíz mesentérica y gotiera
parietocólica derecha. Se identifican imágenes nodulares mejor definidas próximas a los
vasos mesentéricos en probable relación con adenopatías. Nótese la presencia de un
nódulo en la región umbilical y el "signo del sándwich". d) Imagen axial de otro caso con
hallazgos más sutiles. Se puede apreciar la existencia de engrosamiento peritoneal en
ambas gotieras e infiltración del omento.

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Fig. 19: Linfomatosis Peritoneal 2. Otro caso donde se identifica una gran masa centrada
en la región gástrica que infiltra los espacios perigástrico, subhepático posterior izquierdo
y el saco menor (a). La masa se extiende al omento dando lugar a "omental cake" (b).
Se observa abundante ascitis en la pelvis con realce peritoneal (c).

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Fig. 20: Liposarcoma. Reconstrucciones en plano sagital (a) y coronal (b) e imágenes
axiales (c-d) donde se identifica una lesión infiltrante con tejido graso y múltiples nódulos
con afectación retroperitoneal, mesentérica y omental. Nótese la existencia de un nódulo
en el espacio perirrenal izquierdo (b) y otro en la región umbilical (c). Se objetivan
cambios postquirúrgicos con imágenes densas que corresponden al material de sutura.

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Conclusiones

La carcinomatosis peritoneal es una entidad muy frecuente en la práctica clínica


diaria. Es importante conocer sus formas de presentación habituales así como sus
manifestaciones menos frecuentes. El conocimiento de la anatomía de la cavidad
peritoneal y sus peculiaridades nos puede ayudar a localizar y detectar con mayor
precisión las lesiones.

Los hallazgos radiológicos de la carcinomatosis son en muchas ocasiones


indiferenciables de otras patologías con las que el radiólogo debe estar familiarizado.

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