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Alvaro Marchesi
Los psicólogos evolutivos han intentado conocer los cambios que se producen en
los procesos lingüísticos, cognitivos y sociales de los niños privados de la audición. Los
educadores han reflexionado sobre los procesos de instrucción y sobre las estrategias
comunicativas que mejor se adecuan, en forma interdisciplinaria han contribuido a ampliar
el conocimiento sobre la situación de las personas con discapacidad auditiva.
Persisten dos controversias históricas sobre el sistema de comunicación más
adecuado; debido a que los niños con pérdida auditiva constituyen un grupo muy
heterogéneo, se puede organizar en cinco los principales factores diferenciadores: la
localización de la lesión, la etiología, la pérdida auditiva, la edad de comienzo de la
sordera y el ambiente educativo del niño.
La clasificación del tipo de sordera se realiza en base a la función del lugar donde se
localiza la lesión, lo que conduce a tres tipos; sordera conductiva o de transmisión,
sordera neurosensorial o de percepción y sordera mixta.
La sordera conductiva o de transmisión, se sitúa en el oído externo o en el oído
medio, el trastorno en el oído externo suele ser debido a otitis, o a malformaciones o la
ausencia del pabellón auditivo, el grado de pérdida auditiva se sitúa, como máximo en 60
decibelios.
La sordera neurosensorial o de percepción, el área dañada se sitúa en el oído
interno o en la vía auditiva hacia el cerebro. Su origen puede ser genético, producido por
intoxicación, o por alteraciones vasculares, suelen ser permanentes y en años recientes se
realiza el implante coclear.
La sordera mixta, se da cuando las áreas dañadas son tanto el oído interno o la vía
auditiva como el canal auditivo externo o medio. La sordera auditiva se puede abordar de
forma médica para intentar recuperar el funcionamiento del oído externo o medio.
Hay dos tipos de causas: las de base hereditaria que se sitúan al 30-50 % y las
adquiridas las hereditarias se asocian a infecciones, anoxia neonatal, incompatibilidad de
RH, o rubéola; existen diferentes grados de pérdida auditiva: 20dB Habla en cuchicheo; 40
dB habla suave; 60 dB conversación normal; 80 dB tráfico ruidoso; 100 dB perforadora;
120 dB reactor. Desde el punto de vista educativo se clasifican en: hipoacústicos y sordos
profundos; los primeros tienen dificultad en la audición pero su grado de pérdida no le
impide adquirir el lenguaje oral a través de la vía auditiva; los segundos, tienen pérdidas
auditivas mayores y la visión se convierte en el principal vínculo con el exterior.
La edad de comienzo de la sordera se diferencia dos tiempos antes de los tres años
y después de esta edad, en el primer caso se denomina sordera prelocutiva y en el
segundo caso sordera poslocutiva; los niños cuya sordera se produce después de los tres
años tienen una dominación cerebral más consolidada y puede mantener su lenguaje
interior.
Dentro de los factores ambientales, la actitud de los padres ante la sordera de sus
hijos va a tener una influencia muy notable, algunos padres reaccionan negando su
existencia y otros sobreprotegiéndolos; otro factor diferencial es que los padres sean
también sordos u oyentes, en el primer caso, los padres aceptan con facilidad la situación,
los padres oyentes experimentan mayor dificultad para comunicarse con sus hijos.
Con respecto al desarrollo de los niños sordos, los ambientes lingüísticos son muy
variados, la relación que existe entre el niño sordo y el imput lingüístico es semejante a la
que se produce entre el niño oyente y el lenguaje oral hablado en su familia. Los padres