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MALDITOS SEAN

Malditos sean los hombres que fabrican montes en llamas,


los que construyen con sus manos edificios de ceniza,
los que incineran el cuerpo verde de la naturaleza.
Malditos sean los hombres que redactan la esquela de los bosques,
los que disfrutan viendo arder la savia,
los que terminan con la vida centenaria de Galicia.
No hay lágrimas suficientes en Asturias para apagar la risa del fuego,
para curar los ojos calcinados de la tierra.
Pero tampoco debe haber perdón
para los que hacen de la catástrofe su idioma
y del fuego su mensaje esparcido por España.
No habrá paz para quien construya árboles caídos,
vida abrasada, madrigueras de carbón.
Que caiga pues la mano más dura de la justicia
del mismo modo que han derribado el pecho del bosque,
la casa de los pájaros, la paz de las aldeas
y la vida que ayer aún latía
en las que hoy son las colinas más tristes de la tierra.
Autor del poema: Marwan

El bosque
Navega el aroma de los bosques,
me consume el viento a cada paso
el mar se cruza por mi mente y la arena me colma en un abrazo
Me llega la tierra hasta el alma
suspiro la fragancia de los pinos
cierro los ojos con más calma
aroma natural de buenos vinos

El monte se sube a mis espaldas


los gritos de la lluvia me salpican
el sopor de la hiedra que me escaldalas
nubes las espinas que me pican
Naturaleza te siento como mía
te robo, y te guardo para mi pensar
que te amo y no sabía que vivo,
y vivo para ti.

DEFENSA DEL ÁRBOL


Por qué te entregas a esa piedra
Niño de ojos almendrados
Con el impuro pensamiento
De derramarla contra el árbol.
Quien no hace nunca daño a nadie
No se merece tan mal trato.
Ya sea sauce pensativo
Ya melancólico naranjo
Debe ser siempre por el hombre
Bien distinguido y respetado:
Niño perverso que lo hiera
Hiere a su padre y a su hermano.
Yo no comprendo, francamente,
Cómo es posible que un muchacho
Tenga este gesto tan indigno
Siendo tan rubio y delicado.
Seguramente que tu madre
No sabe el cuervo que ha criado,
Te cree un hombre verdadero,
Yo pienso todo lo contrario:
Creo que no hay en todo Chile
Niño tan malintencionado.
¡Por qué te entregas a esa piedra
Como a un puñal envenenado,
Tú que comprendes claramente
La gran persona que es el árbol!
El da la fruta deleitosa
Más que la leche, más que el nardo;
Leña de oro en el invierno,
Sombra de plata en el verano
Y, lo que es más que todo junto,
Crea los vientos y los pájaros.
Piénsalo bien y reconoce
Que no hay amigo como el árbol,
Adonde quiera que te vuelvas
Siempre lo encuentras a tu lado,
Vayas pisando tierra firme
O móvil mar alborotado,
Estés meciéndote en la cuna
O bien un día agonizando,
Más fiel que el vidrio del espejo
Y más sumiso que un esclavo.
Medita un poco lo que haces
Mira que Dios te está mirando,
Ruega al Señor que te perdone
De tan gravísimo pecado
Y nunca más la piedra ingrata
Salga silbando de tu mano.
Autor del poema: Nicanor Parra

Hoy he disparado a un animal

Padre, hoy he disparado a un animal


él ni siquiera me ha visto llegar
lo aceché, me arrastré y cuando lo tuve a tiro
no dudé y disparé, una y otra vez

Padre, hoy he disparado a un animal


y lo volvería a hacer mil veces
de frente y de espaldas, directo a la cabeza
el subidón de adrenalina mereció la pena

Padre, hoy he disparado a un animal


y tengo ganas de mucho más
quiero dispararle de nuevo, no aguanto
debo volver a ese lugar

Padre, hoy he disparado a un animal


y me encantaría disparar a otros
a sus hijos, a sus hermanos
y cualquiera que pase por allí

Padre, hoy he disparado a un animal


y voy a enseñar a mi hija a hacerlo
se que disfrutará, le encantará
va a ser mejor que yo, ya verás

Padre, hoy he disparado a un animal


y ¿sabes qué? podré hacerlo de nuevo
mañana y el mes que viene; yo y mis amigos
al mismo, una y otra vez nos lo llevaremos a casa

Padre, ¿sabes porqué?


porque disparé con una cámara fotográfica
disparé y vi como se perdía entre la maleza
disparé de la única forma que se debería

Padre, hoy he disparado a un animal


y volveré a hacerlo mil veces más

Niño Tom
Niño Tom:
Si vas al campo,
no subas por los almendros.
Ni cojas nidos,
ni caces pájaros,
ni mates insectos negros.

¡Ay, esa flor, esa flor


que ahora muere entre tus dedos,
sus novecientas hermanas
la están echado de menos!

Si vas al campo,
sé bueno.
¡Échate en la hierba,
canta,
estate quieto!
No deshagas las casas
de los insectos

Niño Tom:
Si vas al campo
Sé hombre,
niño pequeño.

Autora: Gloria Fuertes

NUBE

Nunca solos
mientras que por el cielo interminable
se muevan eternas las nubes.
Al nombrar su belleza
la humanidad se enamora de criaturas de niebla.
Llevadas por el viento descansan,
tenues, sin superficie,
inerte fluir de forma en forma,
esencia con esencia seno hecho agua con ensombrecido seno.
Ay si pudiéramos como ellas
libremente movernos en paz en la conmoción del aire,
no volver nunca a lo que somos.
Se hacen, deshacen, se vuelven a hacer, quietud de lo mudable,
de lo visible a lo invisible pasan
o convocan sobre las colinas desoladas
velos de olvido
o con destellos de esplendor el gris del ocaso
ahíto de oro en llamas y rosa ardiente,
sus formas acuosas santuarios de la gloria del sol.

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