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Isla Negra 6/260  

Casa de poesía y literaturas
octubre - 2010
suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione.
Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO
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Martín Micharvegas
Argentina
“ContraCabral:
"No sólo no muero contento
sino que tampoco hemos batido al enemigo..."
"Parajodas (sic)", es una recopilasión escrita en fonética rioplatense, ante los "Fastos del Biserpentario

Roque Dalton
El Salvador
La violencia aquí
José David Escobar Galindo,
* «Perra de Hielo».
En El Salvador la violencia no será tan sólo
la partera de la Historia.
Será también la mamá del niño-pueblo,
para decirlo con una figura
apartada por completo de todo paternalismo.
Y como hay que ver la casa pobre
la clase de barrio marginal
donde ha nacido y vive el niño-pueblo
esta activa mamá deberá ser también
la lavandera de la Historia
la aplanchadora de la Historia
la que busca el pan nuestro de cada día
de la Historia
la fiera que defiende el nido de sus cachorros
y no sólo la barrendera de la Historia
sino también el Tren de Aseo de la Historia
y el chofer de bulldozer de la Historia.
Porque si no
el niño-pueblo seguirá chulón
apuñaleado por los ladrones más condecorados
ahogado por tanta basura y tanta mierda
en esta patria totalmente a orillas del Acelhuate
sin poder echar abajo el gran barrio fuerteza cuzcatleco
sin poder aplanarle de una vez las cuestas y los baches
y dejar listo el espacio
para que vengan los albañiles y los carpinteros
a parar las nuevas casas.

“Si alguien me preguntara ¿qué es la poesía? no tendría mas remedio que contestar: La poesía es la poesía,
más el mundo, más el hombre, más el poeta, más la poesía. Si alguien me preguntara qué es un poema,
contestaría: Hasta el líder de la llamada “neutralidad” ha dicho que un poema que no contenga nada más
que poesía no es un poema. He citado una frase de Valery.”- Raúl González Tuñón

1
Kamau Brathwaite
Barbados – 1930
de Guanahaní
como los principios —oh odales oh adagios—de las islas
bajo las nubes donde escribo el primer poema
su calor marrón ahora que las reconocemos
aún a esta distancia de tormenta
todavía sin sonido. tanta esperanza
ahora en torno al corazón rayo que empecé a llorar
con tanta felicidad de un paisaje conocido
tal genio del color. forma de la bahía. cabo
los oscuros yermos de las cadenas de
montañas. una puerta abriéndose en el cielo
hasta bien abajo penetrado estos nuevos azules y
dormidos amarillos verdes — como el abrazo
de una madre como el cercamiento
de un amante. como bancos
de peces emigrando hacia su patria. adentrándose
en la luz brillante de la expectativa. nacimiento de
estos largos caminos a lo largo de la orilla de Eleuthera
ahora hundiéndose en su memoria detrás de nosotros

Grace Nichols
Georgetown, Guyana - 1950
Los niños de Las Margaritas
Los niños de Las Margaritas
en el estado de Chiapas están bailando,
¿pero a quién están adorando
con los brazos alzados hacia el cielo?
¿A Tlaloc, el dios de la lluvia?
¿A la Virgen, la madre de Jesús?
¿A la diosa de la cosecha
del maíz, Chicomecoatl?
Como sus antepasados antes que ellos,
que se han convertido en deidades
mediante su sufrimiento y su muerte…
los niños de Las Margaritas
en el estado de Chiapas están bailando;
participan en la danza…
Bailan por la libertad, por los brillantes
colores del Quetzal.
Bailan por la justicia, compensando
viejas y nuevas violaciones.
Bailan por ellos mismos
aquí, sobre esta meseta, bajo la lluvia
que cae desde las montañas.

Mario Jaime
México tercera variación
Todos aquí se odian
Gallos desplumados, estertores de pavos, curas, tinteros y payasos
El río fúnebre nos lavará a todos
¿Dónde están los 400 conejos?
¿El falso orgullo de los que talaron el cerro chapulín?
Ni sus tzompantlis perduraron
Esta es la tierra del mal
Los volcanes exudan odio
Y los hermanos exigen sangre a diario
El rictus con que el sol vomita al observar su ruta sin sentido

2
Marcelo Seguel Bon
Venezuela
Océanos
Como un camino de hormigas: Llegó el sonido. El hombre-ángel hará cantar a las multitudes y todo será barrido hacia
el mar. Camina hacia la luz; mujer ciudad, mujer flor. Kim se oscurece tras los árboles, no cree en lugares abandonados
y sus hijos se protegen. Desiertos y llorar. Mares y repetir. Abrir los ojos, lejos del amor y lejos de las ciudades: Libre
del tormento de los zapatos rotos. La mujer abandonada reclama sus hojas de mar, su trono y sus caracoles. Arrasando
la sabana; la mujer ciudad con furia ametralladora, con estallido, con dudas, con gestos y con olas del tamaño del horror
y del tamaño de las piedras.

Joumana Haddad
Beirut, Líbano –1970
Árbol azul
Cuando tus ojos se encuentran con mi soledad
El silencio se convierte en frutas
Y el sueño en temporal
Se entreabren puertas prohibidas
Y el agua aprende a sufrir.
Cuando mi soledad se encuentra con tus ojos
El deseo sube y se derrama
A veces marea insolente
Ola que corre sin fin
O savia cayendo gota a gota
Savia más ardiente que un tormento
Comienzo que nunca se cumple.
Cuando tus ojos y mi soledad se encuentran
Me entrego desnuda como la lluvia
Generosa como un seno soñado
Tierna como la viña que madura el sol
Múltiple me entrego
Hasta que nazca el árbol de tu amor
Tan alto y rebelde
Tan rebelde y tan mío
Flecha que vuelve al arco
Palmera azul clavada en mis nubes
Cielo creciente que nada detendrá.

Elías Nandino
México – 1903 - 1993
Voz de mí
No sé como mirar para encontrarte,
horizonte de amor en que me excito,
distancia sin medida donde habito
para matar las ansias de tocarte.
No sé como gritar para llamarte
en medio de mis siglos de infinito
donde nace el silencio de mi grito
movido por la sangre de buscarte.
Mirar sin que te alcance la mirada
sangrar sin la presencia de una herida,
llamarte sin oírme la llamada;
y atado al corazón que no te olvida,
ser un muerto que tiene por morada
un cuerpo que no vive sin tu vida.

3
Pablo Sanuy
Barcelona, España
Estrella fugaz
Se la oye, hermosa y solitaria
cuando desciende de su torre
y enlaza en el poema su alma misteriosa.
Se la oye, memoria esquiva del amor,
mas teme ser visible: apenas
vive a medias, sólo en mí.
Temo que mi lengua sin palabras
al pronunciar te amo
tiente su cuerpo dormido
y en ausencia lo posea.
Estrella fugaz, en un sueño se oculta.
Huye del cazador que la acosa. Huye
como las golondrinas en invierno, vuela
y huye para no ver mi locura y su pérdida.
De todo huye, pero todo sigue igual,
ya olvidados los placeres del arte y escritura.
¿Existe acaso pluma o pincel capaz de describir
tanta belleza, ese fulgor púrpura que inunda el mediodía?
De: Sueños en tierra mexicana, 2009.

Abdul H. Sadoun.
Bagdad, Irak – 1968
Peces muertos
Los peces muertos de la fuente,
¿acaso sienten su frío caído de lo alto?
¿acaso miran con asombro mi nuevo traje
ceñido como un cinturón
de tela revuelta por las aves del viento?
Cada día, en el autobús,
cruzo cerca de ellos.
El hombre de siempre,
inclinado sobre la fuente
pule sus escamas de piedra.
Los peces muertos,
¿en qué piensan
si no pueden nadar?

Roberto Ferrer Hernández


Cádiz, España - 1985
Offside
Fuimos allí,
para poner los puntos
sobre las íes.
Pero nadie nos dijo que se trataba
de una orgía de palabras desgastadas.
De Grima y escombros

“Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo
arte de vivir como hermanos.” – Martin Luther King

4
Abdullah Bashrahil
Arabia Saudita – 1951
Luz, arcilla y algodón
Al fondo del instante medito sobre cómo pasa
sin consentimiento.
Lapso de tiempo, aguja hilada que penetra lo
profundo.
Confeccionando mantillas y sudarios
Todo es blancura algodón y hueso, y la piel es su
ornamento.
Abigarrada
Del blanco proviene la arcilla
De allí la bestia, de allí el hombre
Medito sobre el néctar rojo
Cayendo en la misma vena
Y las parcelas de luz levantándose
Rayo de un pequeño sol yaciente en las profundidades
Encendiendo el agua de olivo
Alumbrando el universo
Ahora vida tiempo y espacio
Pueda el calor del sol apagarse
Para amordazar los tiempos.

Mario Meléndez
Linares, Chile - 1971
Autorretrato de la muerte
Qué puedo agregar de mí
que no se haya dicho o escrito
o publicado por esa manga de reporteros
parados noche y día en las afueras del cementerio
subidos en las cruces
escondidos en los nichos vacíos
atrincherados en la fosa común con sus cámaras hambrientas
para ver si me atrapan en algo poco digno
o consiguen una instantánea de mi esbelta anatomía
o se llevan la exclusiva de mi rostro al despertar
saliendo de ese féretro que parece congelador
o tomando el sol en traje de Eva
recostada sobre la tumba de mi madre
Qué puedo agregar de mí
que los gusanos no aclararan en su momento
que Chagall no tuviera en mente
mientras colgaba detrás de su tela
o esas moscas que acompañaban los restos
de Baudelaire no hayan hablado en la sobremesa
o el fantasma de Vallejo no haya previsto
en esa noche de aguacero
Qué puedo agregar de mí
salvo que he sido feliz en los campos de batalla
aconsejando a los suicidas
mientras se miran al espejo por última vez
visitando a los enfermos terminales
tomando la palabra en el entierro de Cervantes
cargando el ataúd de Miguel Ángel o John Lennon
probándome el pijama de Mandela
Qué puedo agregar de mí
si cada letra de mi loca biografía
la escribirán ustedes tarde o temprano
de: “la muerte tiene los días contados” -Laberinto ediciones, México, 2010

5
José Jesús Villa Pelayo sobre los muros de la ciudad.
Venezuela En la polvareda,
Las arpías vuelan sobre Manhattan un semblante de hombre.
Vosotros cantáis
Ya no habitan el cilicio de la bahía. este himno de hijos desesperados.
Me han abandonado. Un labio.
Mil ojos Otro labio.
de grajos enfermos. Con vírgenes de acero
Mil hojas en la voz.
en el aire de Manhattan. Para que las arpías devoren otro atrio
Drásticos nimbos sin alma con la gloria de los huérfanos.
que apenas respiran. Para que las ventiscas
Las arpías vuelan sobre Manhattan. os escondan
Una mañana fría. entre las armaduras.
Os alcanzan. Las arpías vuelan sobre Manhattan.
Os devoran. Mil ojos
Espías de un orden desigual. de jóvenes arqueros.
Hablan del porvenir. Mil niños
Invocan la algarabía. sobre vuestras nubes de hierro.
Cantan Tomad también mi capa.
sobre el corazón Habitantes de Caístro.
de los iluminados. Para que gritéis
Con vírgenes de acero en medio de la multitud.
en la voz. Ya no estoy
Me han abandonado. en esta torre
Mil ojos de hijos decapitados.
de jóvenes arqueros. Tomad el candelero.
Mil labios Celebrad.
de mujeres moribundas. Para que las arpías
Las arpías vuelan sobre Manhattan. degüellen otras ventanas
Una mañana de cierzo. con la gloria de los mártires.
Ocultad Las arpías vuelan sobre Manhattan
vuestros sudarios. Una mañana
Habitantes de Caístro. de vitrales lacerados.
Hijos de la muchedumbre. Algún ángel
Os entrego sobre la techumbre.
estas débiles manos desgarradas Cantad
como ofrenda el día de la víspera.
para vuestro día de sacrificio. Marchad.
Una arpía. Mil ojos
Otra arpía. de grajos enfermos.
Sobre el corazón Mil hojas
de los iluminados. en el aire de Manhattan.
Mil ojos Drásticos nimbos sin alma
de grajos enfermos. que apenas respiran.
Mil ballestas

Eduardo Lucio Molina y Vedia


Argentina – reside en México.
En: “Galerías: Representaciones, mujeres, historias” - Marcada
Vine a simular que no vino y lo estuve esperando con paciente furia, víctima de su provocativa indiferencia. Fingí ante
mí misma desear que llegara para reprocharle con grosería no haber llegado. Quise escenificar un duelo ficticio capaz
de sustituir al real.
Pero el ambiente me ganó. La silla vacía dejó de ser condena y se convirtió en promesa. Y aquí estoy, exhibiendo
mi elegante vigor, expuesta a amigos y desconocidos, a propios y extraños, mostrándome por fuera como soy por
dentro: alerta, desenfadada, pragmática.
Sueño encontrar alguien con quien poder preguntarnos en silencio cómo se puede ser tan feliz.
Estoy lista para clavarle un puñal de dicha y quebranto al primero que me marque la mirada.

“Yo fui un pájaro cuando tuve un trompo.”- Roberto Jorge Santoro

6
Mahbobah Ebrahimi
Kandahar, Afganistán, 1976
Aeropuerto
Alargada, elástica, sin estrellas
la noche se ha desplegado
sobre el aeropuerto – húmeda y oscura.
Con dos viejos maletines y veinte años de tedio
vamos al aeropuerto en taxi
en asiento al frente mío,
piensas en silencio,
pregunto “¿Cuánto dura el viaje?..”
“Cinco horas y quince minutos, llegaremos
antes del alba”
Más cansado que nunca me contemplas…
Vuelo quinientos treinta y cuatro,
asiento número treinta y siete.
¡Al fin huiste al vuelo de esta noche sin luna!

Víctor Manuel Ramos


Honduras
A Miguel Hernández, Soneto imperfecto con estrambote
Que haces Miguel con la tierra que estercolas
Tan temprano, tan temprano, para la España
Toro tomado por los cuernos y con guadaña
Sin domar, Iberia de pastores. Las frases
De tu poeta, el de las nanas en hojas de cebolla,
De tu muchacho que no cesa tras la luna
Ni tras los republicanos que desenrollan
La madeja de los gritos de todos a una.
No ves Miguel que tu oveja era la historia,
El viento del pueblo que tu silbo impulsó.
No te enteras que, sobre el barro, con tus pasos
Eres perito de certeras banderillas
Puestas en el enemigo. Tu voz venció.
Y España ha librado al mundo los abrazos:
A manos llenas.
25 de octubre de 2010

Lauren Williams
Australia –1958
Capricho
Un demonio enorme
continuamente devora el mundo
pero hay pocos
poetas en su vientre.
Ellos vuelan como ángeles
a través de la oscuridad
hacia la estrella
de su ano.

“El futuro es nuestro por prepotencia de trabajo.”- Roberto Arlt

7
Tolmino Baldassarri
Casciglione di Cervia, Ravenna, Italia –1927
Aquella linterna
Aquella linterna que andaba por el mundo
A veces me despierto de noche y me parece sentir
como una vez cuando era chico que afuera
mi viejo y mi vieja están atando
los dos caballos a la carreta y me parece
oír todavía la voz de ella
que dice: "Sé bueno, Gino, pobrecito, sé bueno,
Bruno". Son Bruno y Gino los caballos.
Y entonces viene a la memoria cuando oía
las ruedas de la carreta rodar sobre la carretera
pisando las piedritas y hacían
un ruido que sonaba y se perdía
en el negro fondo de la noche tragándose
a mi viejo, la carreta y los caballos que
quedaban sólo ellos con la linterna
hamacada debajo de la carreta,
una linterna que iba por el mundo,
que echaba un poco de luz
a la miseria.

Antonio Arroyo Silva


Islas Canarias
No más palabra grácil a su graciosa majestad
la reina del hollín bajo las chimeneas del lenguaje.
No, las palabras ciertas no dicen más que la última gota
que cayó de la hondura de una lluvia insumisa.
Sin embargo, la lluvia es la savia corriendo
por la humedad azul que se arquea en los labios
cuando la abeja zumba en las noches de sed
y un resquemor se asoma a beber en la duda.
Asir la inmensidad en el acto desnudo…
No hay hachazo en maderas del aire, no un despliegue
a cualquier desmemoria que nos halle pretéritos
en una madriguera vacía de palabras.
de Casi luz.

Leonardo Martínez
Argentina
El frágil Manuelito
El recuerdo canta en su dormida
Y el ardor de ese canto
pareciera un renacer sinuoso de lenguas y de bocas
La tierra entonces era un mar
agitado por el viento
Viento del mar de los cañaverales
cimbreantes las hojas por los besos
Mi padre
sólo un relumbre de los días
caminaba derechito hacia su muerte
Hay una inscripción en la piedra que dice:
Aún respiro en el deseo
Aún clamo en la vertiente que abrí de un tajo
De: Los ojos de lo fugaz- 2009

8
Eduardo Medina Rubio
Venezuela
Sobre tu espalda abatida
(En homenaje a Miguel Hernández)

“…Tres fuegos has heredado:


Vida, muerte, amor.
Ahí quedan sobre tus labios”
(Miguel Hernández)
I
Sobre tu espalda abatida
sigue ardiendo aquél nombre
boca que desenterraste
un amanecer más claro
en los campos de Orihuela
II
fue la mañana fría de la sierra
que te miró entero un instante
una luna de Saturno destelló sobre la huerta
pero solo fue un instante
porque de pronto te vimos
como rayo que no cesa
armado de esperanzas nuevas
deambulando por Phobos, la otra luna
para darle a tus noches
desde la plaza de Conde
a Palencia
a Ocaña y Alicante
un resplandor rojo y blanco
III
Turbio rumor de zarpa asesina
De las lodosas aguas odiantes
Pasto fuiste del rocío
con tu calzado cabrero
Para mirarte de nuevo
Como en un dinamo solar
que en su corriente de plasma
Viviste para no olvidar
IV
Turbio rumor que se ensaña
En las rejas que te oprimen
Sigue ardiendo en los pechos
Ese fuego que es España.
(Addis Abeba, Etiopía. Octubre 2010)

Fatma Quandil
Egipto – 1958
10
La mujer que lava a la difunta es una señora negra, no puso el cuerpo en dirección a la Meca como me habían dicho. La
habitación es demasiado estrecha, justificó. Más tarde dijo la mujer del conserje al limpiar la habitación: “No debieron
tirar el agua del lavado, no se debe verterla por el suelo, tenían que conservarla en un recipiente especial”. La encargada
de lavar a la difunta le grita a los oídos y nos parece que la difunta sonríe. Mi amiga me susurró: “respira, le sale sangre
por los oídos, los muertos no sangran”.
Traducción Esteban Moore

"Vivir no consiste en respirar sino en obrar."- Mao

9
Jacques Roumain
Haití - 1907-1944
Si el verano es lluvioso y triste
si el cielo vela el estanque con un párpado de nube
si la palmera se deshace en harapo
si los árboles son de orgullo y negros en el viento y la bruma
si el viento rechaza hacia la sabana un fragmento de canto fúnebre
si la sombra se acurruca junto al hogar apagado
si un velamen de alas salvajes se lleva a la isla hacia los naufragios
si el crepúsculo ahoga el vuelo desgarrado de un último pañuelo
y si el grito hiere al pájaro
partirás
abandonando tu aldea.
su laguna y sus viñedos amargos
la huella de tus pasos en sus arenas
el reflejo de un sueño en el fondo del pozo
y la vetusta torre atada al recodo del camino
como un perro fiel al extremo de su correa
y que ladra por la noche
una llamada rota en los pastos…
Negro buhonero de rebelión
conoces todos los caminos del mundo
desde que fuiste vendido en la Guinea
una luz zozobrada te llama
una piragua lívida
encallada en el hollín de un cielo de suburbio
chimeneas de fábricas
palmeras decapitadas de un follaje de humo
entregan una firma vehemente
La sirena abre sus válvulas
del lagar de las fundiciones fluye un vino de odio
una ola de hombros la espuma de los gritos
y se esparce por las callejas
y fermenta en silencio
en los tugurios cubas de motín.
Esto es para tu voz un eco de carne y de sangre
negro mensaje de esperanza
porque conoces todos los cantos del mundo
Desde los de los canteros inmemoriales del Nilo.
Recuerdas cada palabra el peso de las piedras de Egipto
Y el impulso de tu miseria ha levantado las columnas de los templos
como un sollozo de savia el tallo de las cañas
Cortejo titubeante embriagado de espejismos
En la pista de las caravanas de esclavos
elevan
delgados ramajes de sombras encadenadas de sol
brazos implorando a los dioses
Mandingas Arada Bambara Ibo
gimiendo un canto que estrangulaban las argollas
(y cuando llegamos a la costa
Bambara Ibo
no quedaba de nosotros
Bambara Ibo
más que un puñado de granos esparcidos
en la mano del sembrador de muerte)
este mismo canto reanudado en el Congo
pero cuando pues oh pueblo mío
los inviernos en llamas dispersen una tempestad

10
de aves de ceniza
¿reconoceré la rebelión de tus manos?
y que yo escuchaba en las Antillas
porque este canto negra
quién te enseñó negra este canto de inmensa
pena
negra de las Islas negra de las plantaciones
esta desolada queja
Como en la concha el soplo oprimido del mar
Pero yo sé también de un silencio
un silencio de veinticinco mil cadáveres negros
de veinticinco mil traviesas de Madera de ébano
Sobre los rieles de Congo-Océano
pero yo sé
de los sudarios de silencio en las ramas de los cipreses
de los pétalos de negros coágulos en las zarzas
de ese bosque donde fue linchado mi hermano de Georgia
y pastor de Abisinia
qué espanto te hizo pastor de Abisinia
esa máscara de silencio mineral
qué rocÌo infame convirtió a tus ovejas en un rebaño de mármol
en los pastos de la muerte
No no hay canga ni hiedra para ahogarlo
ni cárcel ni tumba para encerrarlo
ni elocuencia para disfrazarlo con los abalorios de la mentira
el silencio
más desgarrador que un sifón de azagayas
más rugidor que un ciclón de fieras
y que a·lla
se eleva
convoca venganza y castigo
una oleada de pus y de lava
sobre la felonÌa del mundo
y el tímpano del cielo reventado bajo el puño
de la justicia
África he conservado tu recuerdo África
tú estás en mí
Como la astilla en la herida
Como un fetiche tutelar en el centro de la aldea
haz de mí la piedra de tu honda
de mi boca los labios de tu llaga
de mis rodillas las columnas rotas de tu hundimiento…

Alejandro Drewes
Argentina
A los árboles (versión 4)
En la lenta ceremonia pienso a veces
de la despedida: crepita un instante
sin otro después, un alto muro ciego
Uno busca su lugar en el mundo, y de pronto
el ocaso. En eso pienso, como el árbol debe
pensar en sus hojas.
Y el viento sopla después, y el silencio.
agosto 2007 - enero 2008

11
Paul Dakeyó
Camerún –1948
Y descompongo las palabras de mi cólera
Para desprostituir la lengua
Compréndeme no tengo alternativa
Era necesario lo sé que yo fuera el signo
Y el hombre palabra
Palabra de la tierra, de mi tierra hipotecada
Y desapropiada
Los niños han crecido y construyo el verano alrededor de ellos
Como un monumento al día
Golpeo tu puerta
Rebelde y libre
Como si sintieras el despertar de la tierra en ti
Vertida en tus venas
Volcán en el horizonte de nuestra espera
Como si la tierra fuera hierbas y ríos
Árboles y aldeas de infancia
Rutas y senderos
Todo se acomoda finalmente a la calma serena de nuestras soledades
Vuelvo a encontrar el sol y al país claro
Vuelvo a encontrar mi tierra en el eco de las estaciones
Pero qué me importa el tiempo
Dame la mano
Amo el silencio para elevar el canto
Pero acaso tú eres la fuente herida
Conozco la gran fisura revelada por los siglos
El tiempo es largo
Y el destino de mi tierra no la puede detener

Remisson Aniceto
Brasil
Insurrecto
Misérrima
vida
de favela
que viví.
Desvalida
vida ávida
desprovista,
vida sin brío,
bajo puentes,
sobre ríos.
La vi vil,
hostil,
dividida.
Quisiera verla
a la luz de velas,
vajillas...
¡Ah! Vida vil,
vil vida.
¿Vio vida más vil?
¿Vio?
Oh Orco!
Al verme
vil gusano,
osaré verla
in extremis
a la luz de velas!

12
Ìan Welden
Dinamarca
La torre
La torre que crece a mi alrederor
mantiene a la distancia a la luna y el sol.
Me proteje de mis sueños
y me enriquece
con las virtudes de la piedra.
Las pantallas
que reemplazan a mis ventanas
me dan la información necesaria.
Las cuatro estaciones son subsitutos inútiles
de todo lo que quiero sentir.
Te gustaría entrar?
Te invito a entrar!
Te gustaría pasar y ser cómo yo?
Esta torre trepa y crece
cual criatura nocturna.
Satisface nuestras almas con espejimos
a condición de que nos rindamos.
Estos cables hurgan nuestro cuerpo
en busca de nuestra capacidad
para ser esclavos.
Y conectan nuestra voluntad
a las fuentes oficiales
haciendonos decir
lo que no queremos decir
Sabes lo que esto significa?
Sabes lo que esto quiere decir?
Sabes que ya has aceptado mi invitación?

Amelia Rosselli
París, Francia – 1930 – 1996 (Italia)
Tus ojos
Tus ojos de azulejos, tu cuerpo lujoso
tu piel cobarde hacen de mí el más fuerte
de los esclavos de amor. Impertinente fue mi
vida hasta chocar con tu lujuria, techo
conyugal con todos los papeles en orden. El desorden
de mi pasión atrajo tu pecho de brasa
mis arrasadoras palabras de rezo conmovieron
tus ojos llenos de lágrimas, comida preferida
de los dioses burlones. Una canción envolvió
mi mirada en tu red; tu la rompiste, envolviéndola
en tu corazón de hombre con todos los papeles en
un desorden típico de tu corazón desamorado.
Amar oraciones fui repitiendo hasta encontrarte
en tu trono de viandas y desesperanzas. Dos
acciones te me acercaron: tu palabra
ignorante y tu corazón de piedra, sepultado ya
en mis largos brazos triunfantes de amor
y de lujuria reina de la noche y las estrellas.

«la política no enturbia la poesía, es más, a veces la ennoblece».Luis García Montero

13
Atilio Castelpoggi
Buenos Aires, Argentina -1919 - 2001
Las calles – 1
Buenos Aires comienza siempre
en el destino de un sueño
o a la altura de un recuerdo más o menos
intenso.
A veces es como un gran pensamiento
que se interna adentro de uno mismo
y se transforma de repente en la velocidad
de una mirada
llena de fervor por las cosas más mínimas:
un nombre, unas calles,
el nivel de alguna duda que destrozamos
de improviso en un beso,
o alguna mujer por la cual corremos sin saber
el porqué
ni hasta dónde llegamos.
Otras veces es un inmenso mapa de encuentros
más o menos hermosos
o una piel dibujada en los croquis de una guía
de turismo,
o un trozo enorme del corazón,
del tuyo, del mío,
del corazón de todos.
De "Buenos Aires mi amante

Freddy Hernández Álvarez


Venezuela – 1949 - 2010
Testimonio de una prostituta
“Presentíamos a los feroces arqueros leprosos, siempre al acecho
de las caravanas en los caminos de Biblos,
su mímesis entorpeciendo
nuestros mejores actos, autómatas dejando caer
el vino tibio en sus labios cuarteados,
apoderándose de nuestras alhajas,
del pudor de las gitanas más jóvenes,
sus horribles blasfemias,
todo esto
vaticinaba los desastres...
Yo lo digo porque me reconforta y las viejas prostitutas ya ancianas
internadas en lóbregos cuartos pensamos en nuestros días de gloria
jamás creímos que se acabarían los viajes interminables, entonces
oficiábamos las artes del terapeuta, dispensadoras del amor
los carretones de los gitanos fueron escenarios de nuestra vastedad erótica
consentíamos el asalto de soldados viriles; aún recuerdo a los bellos
marinos hablándome de sus viajes irrealizados, de sus clarividencias
hasta que echados a mis pies en la ebriedad inocente llamaban a sus
/ madres,
llenos de ausencia, supliciados bajo la mantis religiosa
lloraban , nos elegían entre los anagramas de la infancia,
hubo quien me decía, Divina Doncella de Proa,
se hacía de noche y lo arrastraba al fondo,
a la improvisada alcoba, al limbo nauseabundo entre salazones
toneles de vino y telas perfectamente teñidas de púrpura
Yo, que nunca di muestra de frigidez y atendía todos los llamados del
/ sexo
digo esto, porque es necesario hablar de los naufragios.. .”.

14
Luis Raúl Calvo
Buenos Aires, Argentina - 1955
Poema II
¿Qué recordamos cuando recordamos
la imagen real o la imagen
distorsionada?
¿Qué es lo real? ¿Qué es lo
distorsionado?
Los muertos dejan al partir
sólo su propia vida
es decir, un legado inconcluso
de triunfos y derrotas.
Los otros-siempre los otros-
se encargarán con los años
de convertir esa historia
de bellos renunciamientos
en una obscura suerte de leyenda.

Alejandro Morandini
Córdoba, Argentina - 1964
Pacto
En la Esquina de los Procuradores
hago un pacto con el demonio vestido de civil
zapatitos blancos y bigote corto
vas a estar despierto toda la noche
me aseguran
veo las sábanas moverse en la terraza del hotel
el humo azul me pide documentos pasaporte
silencio
manos contra la pared.

María Pugliese
Vicente López, Argentina
c.-
la furia de las olas
se desvanece en las orillas
y ni siquiera sopla el viento
los relámpagos
quiebran el horizonte de llanuras
y ni siquiera anticipan tempestades
las cartas dispersas
presagian improbables verosímiles
inciertos
del poemario Ejecuciones.

Roberto Glorioso
Azul, Argentina
-39-
Sólo trae arena para
ampliar el desierto
que es ahora su alma
y dice
ojalá me pensaras
levantando piedras
para construir la casa.

15
Salvatore Quasimodo
Italia – 1901- 1968
Otoño
Otoño manso, yo me poseo
y me inclino ante tus aguas para beber el cielo,
suave fuga de árboles y abismos.
Áspera pena del nacer
me encuentra unido a ti;
yen ti me quebranto y repongo:
pobre cosa caída
que la tierra recoge.
De "Oboe sumergido"

Arthur Rimbaud
Francia - 1854 - 1891
Vocales
A negro, E blanco, I rojo, U verde, O azul: vocales
algún día diré vuestro nacer latente:
negro corsé velludo de moscas deslumbrantes,
A, al zumbar en tomo a atroces pestilencias,
Calas de umbría; E, candor de pabellones
y naves, hielo altivo, reyes blancos, ombelas
que tiemblan. I, escupida sangre, risa de ira
en labio bello, en labio ebrio de penitencia;
U, ciclos, vibraciones divinas, verdes mares,
paz de pastos sembrados de animales, de surcos
que la alquimia ha grabado en las frentes que estudian.
O, Clarín sobrehumano preñado de estridencias
extrañas y silencios que cruzan Mundos y Ángeles:
O, Omega, fulgor violeta de Sus Ojos
Digitalizado por http://www.librodot.com- Envio José Muchnik

Juan Carlos Martínez


Santiago del Estero, Argentina
Coplas al vino minero
El corazón de mi copla
se parece a este cantar
Ay! corazón del regreso
dónde te iré a preguntar.
Este vinito minero
que pongo aquí
me anda yapando la vida
por si me quiera morir.
Yapa tanino y tabaco
ríos de alcohol y pensar
me yapa adentro en la lumbre
y en otras yapa de más.
Vuélcame vino hacia afuera
vuélcame adentro el soñar
que no se escape mi copla
sin que la pueda cantar.
La muerte me anda buscando
ata y desata mi andar
peo este vino minero
ha de yaparnos nomás
de "Antología de Poetas Santiagueños" de Alfonso Nassif.- envio marta prono

16
Román Luján
Monclova, México- 1975
Trizadura
Atravieso el dolor
doy vuelta a la ola del espanto
a esta página de furia carmesí
porque mis venas se cansaron de invocarte
porque mi frente ya no apunta sino al ángulo en
que ondulas la sonrisa
ese pañuelo moribundo
a ciegas lo atravieso
como si fuera una sustancia
gelatinosa
ensayo torpemente el balbuceo
que se obsequia en todos los andenes
y a pesar del invierno
abro los ojos
para que el viento cicatrice tus perfiles
Atravieso el dolor
imbécil
como si el dolor pudiera atravesarse
semejante al que salta por un aro en llamas
y pretende
no llenarse el aura de cenizas
al náufrago que olvida las noches sin respuesta
al divisar la proa
y como nada puedo atravesar
rasgo los muros
con los nudillos de esta voz roída despojada
de obscenos sustantivos
de tu cuerpo
onomatopeya de la luz entre mis brazos
de esta voz que ya no sabe atravesarte
de esta voz en la que sobrevives como un nombre
que desde hoy designa al aire y mi camisa
al espejo y lo que esconde
al café humeante al sacrilegio
del aura sin orillas
a tu silueta
al sol
La luz que va dando nombre, 1965- 1985- 20 años de la Poesía Última de México

Gloria Fuertes
Madrid, España – 1917 - 1998
Sé que a veces mentimos
Hemos de procurar no mentir mucho.
Sé que a veces mentimos para no hacer un muerto,
para no hacer un hijo o evitar una guerra.
De pequeña mentía con mentiras de azúcar,
decía a las amigas: “Tengo cuarto de baño”
—mi casa era pobre, con el retrete fuera—.
“Mi padre es ingeniero” y era sólo fumista,
¡pero yo lo veía ingeniero ingenioso!
Me costó la costumbre de arrancar la mentira,
me tejí un vestido de verdad que me cubre,
a veces voy desnuda.
Desde entonces me quedo sin hablar muchos días.

17
María Teresa Andruetto
Córdoba, Argentina
A Greg, en el Hotel Chelsea.
…y ella estaba tan ocupada siendo libre
Jony Mitchell
Cuando lo vi aquella vez, frente al hotel,
tenía insultos colgando de la boca y los pantalones
caídos. Desde entonces fuimos sucios compañeros
en la iglesia de St. Mark's. Explosivo, rebelde, peleador,
me pidió que olvidara a ésos que se dicen poetas y leen
pasquines en los bares, me dijo que confiara más en mí.
Él sí que era poeta. Una vez Papi, desde el cielo, lo llamó
y entonces él lo supo. Su único dilema era a veces
preguntarse ¿por qué yo? Había nacido en New York.
Había estudiado a los griegos. Había vivido en prisión,
hasta que los muchachos del camino le pusieron
sus hojas de laurel sobre la frente.
Puro como un niño,
estaba siempre pidiendo perdón. La última vez que lo vi,
una pantalla proyectaba una película y había fotos de Allen
pegadas en la pared. El cuarto más modesto del mundo
y toda la andrajosa gloria eran suyos, y suyo el Aullido
y mis sueños con quemaduras. Una hija había ido a visitarlo,
yo había dejado a los míos en la playa. La luz estaba
cayendo a este lado del mundo y los pibes del camino
lo guiaban. Desde arriba, poco antes de convertirse
en estampita, dejó caer otra vez sus pantalones
y nos mostró el culo.
De: Sueño americano, Caballo negro editora, 2009

Blanca Luz Pulido


México - 1956
Puntual como la lluvia es el silencio
Puntual como la lluvia es el silencio
con que tus ojos observan mis recuerdos.
Nada puedo decir, nada es ya mío
de las antiguas costumbres que los días
dilapidaron sin ti en algún pasado.
Eres el tiempo del trigo y la vendimia,
eres el verde y el oro del verano.
Ya a mis sentidos los tuyos encadenan;
beben mis labios las gotas de esta lluvia
que extiende dulcemente tu memoria
en las oscuras horas que no te conocieron.
De: 7 Poetas Mexicanos (1940 - 1960) -Selección de Mario Meléndez - Proyecto
Patrimonio – 2009- www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la cultura dirigida por Luis Martinez S.

Manuel Alegre
Portugal
Portugal
O teu destino é nunca haver chegada
O teu destino é outra índia e outro mar
E a nova nau lusíada apontada
A um país que só há no verbo achar
"Chegar Aqui"

18
A. E. Baconski
Rumania
Auto-retrato no tempo
Fui semelhante ao bosque, ao moinho de vento,
aos calados, negros e desconhecidos cruzeiros,
às sombras dos cavalos
sobre as altas colinas da Moldávia,
fui até semelhante à silhueta dos estranhos
deuses enterrados na areia do mar.
Quanto tempo passou desde então?
Devem ter passado muitas chuvas, muitas tempestades,
devem ter caído muitas muralhas, e muitas hostes,
devem ter sido quebradas muitas correntes,
queimados e esparzidos muitos impérios
até se assemelharem a mim mesmo.
(Versão de LP a partir da tradução castelhana de Darie Novaceanu reproduzida
em Antología de la poesía rumana contemporánea, Editorial Verbum, Madrid, 2004, p. 106). Envio Amelia Pais

Elisa Andrade Buzzo


Sâo Paulo, Brasil - 1981
Água
uma agua-sem-açúcar
sem gás
nem aroma
purinha
saída
de bolha
rosada
limôo, traz duas rodelas
pra abrir meus olhos azedos
quero uma água gostosa
de baby-doll transparente
serpenteando a garganta
uma agua de palavras
transbordando pela boca
que quebre pedras de gelo
garçon!
liqüida de vez
minha rouquidáo

Jane Sprenger Bodnar


Curitiba/PR, Brasil - 1963
casa
nossa casa é o melhor lugar do mundo
e por não estarmos sós no universo, e por estarmos
tão sós no universo, busco o melhor do mundo
em outras histórias.
mesmo no desconcerto, entre o cheiro de lençóis alheios,
um sofá antigo, único habitante de uma enorme sala vazia.
a vida, vem de uma maçã,
que mora há dois dias numa bolsa e logo mais será um beijo.
a insônia aposta com a madrugada
quem ouvirá primeiro o despertador.
Tomado de revista Escritoras Suicidas.

19
Carlos Drummond de Andrade
Itabira, Brasil – 1902 - 1987
Passagem do ano
O último dia do ano
não é o último dia do tempo.
Outros dias virão
e novas coxas e ventres te comunicarão o calor da vida.
Beijarás bocas, rasgarás papéis,
farás viagens e tantas celebrações
de aniversário, formatura, promoção, glória, doce morte com sinfonia e coral,
que o tempo ficará repleto e não ouvirás o clamor,
os irreparáveis uivos
do lobo, na solidão.
O último dia do tempo
não é o último dia de tudo.
Fica sempre uma franja de vida
onde se sentam dois homens.
Um homem e seu contrário,
uma mulher e seu pé,
um corpo e sua memória,
um olho e seu brilho,
uma voz e seu eco,
e quem sabe até se Deus...
Recebe com simplicidade este presente do acaso.
Mereceste viver mais um ano.
Desejarias viver sempre e esgotar a borra dos séculos.
Teu pai morreu, teu avô também.
Em ti mesmo muita coisa já expirou, outras espreitam a morte,
mas estás vivo. Ainda uma vez estás vivo,
e de copo na mão
esperas amanhecer.
O recurso de se embriagar.
O recurso da dança e do grito,
o recurso da bola colorida,
o recurso de Kant e da poesia,
todos eles... e nenhum resolve.
Surge a manhã de um novo ano.
As coisas estão limpas, ordenadas.
O corpo gasto renova-se em espuma.
Todos os sentidos alerta funcionam.
A boca está comendo vida.
A boca está entupida de vida.
A vida escorre da boca,
lambuza as mãos, a calçada.
A vida é gorda, oleosa, mortal, sub-reptícia.
"A rosa do povo". In: Poesia completa.. Rio de Janeiro: Nova Aguilar, 2002.

Gunter Grass
Danzig -ahora Gdansk- Polonia - 1927
Felicidad
Un autobús vacío
se precipita en la noche cuajada de estrellas.
Tal vez cante su conductor
sintiéndose feliz.

20
Carmen Pérez Valerio
Santiago de los Caballeros, República Dominicana - 1960
Descifrando la memoria
Transito el asfalto
descifrando la memoria.
Camino los extremos.
Percibo esa otra forma
que atrapo y se diluye.
Trazo líneas sobre piedras.
Invento números para fechar durezas,
luces encendidas,
eras,
hombres desnudos.
El fuego arde en la neblina,
en la amapola,
y sobre mi cabeza
el tiempo,
siempre el tiempo.
Miguel Angel Asturias
Guatemala, 1899 - 1974
La luz corre
La luz corre desnuda por el río
huyendo sin cesar en lo movible
de la profundidad, del hondo frío
en que empieza la sombra y lo invisible.
La conoció al nacer, era rocío,
no este vano correr tras lo imposible,
imagen del humano desafío
a la divinidad. Sueño apacible
que endulza los saleros de los ojos,
mesa frugal y paz es lo que anhela
navegante, soldado y rey de antojos;
pero ¡ay! del ¡ay! del alma, no se alcanza
a volver con los remos y la vela
al puerto en que dejamos la esperanza
Carmen Boullosa
México - 1954
Tu cuerpo pulsado...
Tu cuerpo pulsado por sí mismo
es en mis oídos viento claro y fresco,
sonido límpido del cobre y del aliento:
eres tus labios rezumantes de lima,
eres tus ojos recubiertos de bruma,
eres tu mano fina ciñéndose cierva:
porque en ti anida el mar, eres su guía,
y de ti la más torpe raíz bebe su espina:
porque tú eres el viento
y eres también la boca virgen
que muchos metros ocultan.

Darío Jaramillo
Colombia -1947
Los gatos negros pasamos por debajo de las escaleras sin darnos cuenta./A la hora de la cena, a la mesa podemos estar
trece./ Los gatos negros nos juntamos con los gatos negros./Los gatos negros no creemos en la suerte o el azar./La plana
ya está escrita/ y no cambia por un rumbo, por una cifra o por otro gato./Sabemos que existe el destino/ y que los gatos
negros nos iremos para el cielo.

21
Malcolm Lowry
Liverpoool, Inglaterra -1909 - 1957
Abridor de ojos
Cuán semejante a un hombre, es el Hombre, que se levanta tarde
Y contempla los platos sucios de la cena
Y contempla las botellas, vacías también.
Todo ello tragado durante el sordo «¿Cómo estás?» sin fin de la noche anterior
-Aunque un vaso contiene todavía un refresco espantoso-
Cuán semejante al Hombre es este hombre y su destino,
Aún borracho y tropezando entre los árboles amarillentos
Va a desayunar ron picado, sardinas y guisantes.

Alfonso Murriagui
Ecuador - 1930
Yo el deshabitado
Yo el deshabitado,
muro de cal sin tiempo
y piel entumecida;
yo el de abajo,
con humo en las costillas
y el silencio en los ojos
desafiando.
Yo, el asombrado,
estoy atando al hambre
com un cordón muy fino
y temo que se suelte
y se desborde;
suelta no podrán sujetarla,
desbordada
no podrán detenerla
ni con espuma,
ni co golpes
de arena enmudecida.
Yo el que camina abajo,
con pies ausentes
en su propia tierra;
yo el sin cálcio,
el desterrado en sombra,
el “no moleste”;
yo el que corte mi sangre
y me ampute los dedos
uno a uno.
Yo el de abajo;
sexo, nariz y pelo;
yo el que viene,
sin domingo de ramos
y sin viernes.

Sergio Hernández
Chile – 1931 - 2010
Hay un niño solo
Hay un niño solo
que canta en una plaza sola
de una noche sola
y gorjea como un pájaro
tirando guijarros
a mi alma
que se extiende
en rugosos círculos concéntricos.

22
Marcelo Arteaga
Atuntaqui, Ecuador- 1962
Zürichbahnhof
A nadie le interesa saber de dónde vienes,
cuando bebes el agua sabes que no eres de aquí,
no son tus palabras sin el calor de tu lengua
aunque hables como ellos, acentuando la voz.
La juventud te dio el viaje
y este pueblo para el vigor de tu edad.
Aquí haces tuyos los horarios del tren,
los héroes del parque
con flores exóticas en primavera;
a veces, luego del trabajo, te refugias en el cine
huyendo del frío y mientras llega
la hora de visitar a un amigo;
entregas la juventud a una ciudad extraña
aunque nada de volverá contigo,
ni siquiera los hijos que alimenten tus manos.
Cuando llegue la fecha esperada,
se detendrá el bus y estas mismas calles
pisarás, atraído por su abandono;
no será difícil reconocer la casa de tus padres,
e irás a ella pensando en el águila
que, al ver su plumaje escaso,
vuelve a los riscos donde aprendió a volar
y se precipita al vacío.
De: 10 60 90- 10 poetas ecuatorianos de los 90s (nacidos en los 60s)- K-Oz Editorial

Alfredo Lavergne
Valparaíso, Chile - 1951
Escuchemos la espera
y destruyamos su fortaleza
Los en París conversarán de un vino fruté.
Los en Santo Domingo de canales de malaria.
Los de Berlín dialogarán de concertación nacional.
Los en Cochabamba de la recolonización de Haití.
Los de Québec del valor del silencio internacional.
Los en Chicago presentarán emotivos matemáticos
y los de Melbourne del olor metálico.
Los en Europa dirán la inocencia en el muro.
Los de América Central ventilarán al amarillo en el peumo
Los de camisas gitanas que fue terrible la beca rumana
o peor en la Lubumba.
Escuchen a los de la servicial provincia llamada XIV Región
hoy adivinando como obedecer a la filial del mal amor
y a su adolescente libertad.

Homero Carvalho Oliva


Bolivia
Cosechas
Fecundados por la vida
nos entregamos en originales cosechas
sencillas, asombrosas, plurales e irrepetibles.
Los primeros frutos
son nuestros propios padres
y nosotros somos obra de nuestros hijos.

23
Hilda Hilst
Jaú, Brasil - 1930 -2004
De Balada do Festival (1955)
IV [fragmento]
A Vinicius de Moraes
En la hora de mi muerte
estarán a mi lado más hombres
infinitamente más hombres que mujeres.
(Porque fui más amante que amiga)
Sin duda dirán las cosas que no fui.
Como entonces con gran generosidad:
No era mal poeta la pequeña Hilda.
Tendré rosas en el cuerpo, en las manos, en los pies.
Son todos tan delicados
tan delicados…
Traducción Leo Lobos

Cristiane Grando
Cerquilho, São Paulo, Brasil – 1974
caminante en París
el promeneur du Luxembourg
y el ángel de rostro grave
atraviesan entre los amarillos
de las hojas del otoño
que habitan en los árboles
y en la tierra
luz y sombra de alas danzan en los abisales
y en el misterioso azul del viento
una ala mira el mundo
y la otra se mira a sí misma

Antonio Brañas
Guatemala -1920
Adolescente desnuda
Cuando en las enredaderas
la voz tiembla de miedo
y se pierden los ojos
en busca de una flecha de diamante
obscuro.
O sea una niña
a la orilla del agua
esperando
tener otra vez las manos
(-La voz ligeramente azul)
los pechos sin herida,
limpios de incertidumbre
y prematuros.
Si no me explico bien
diré de nuevo,
que acaso entre los juncos
y las enredaderas,
se encuentre con la luna:
florecida entre ramos de silencio perfecto
y sangre amenazada.

24
Ernesto "Che" Guevara
Rosario, Argentina
De pie el recuerdo caído en el camino
De pie el recuerdo caído en el camino,
cansado de seguirme sin historia,
olvidado en un árbol del camino.
Iré tan lejos que el recuerdo muera
destrozado en las piedras del camino,
seguiré siendo el mismo peregrino
de pena adentro y la sonrisa fuera.
Esa mirada circular y fuerte
en un mágico pase de muleta
esquivó en mi ansia toda meta
convirtiéndome en vector de la tangente.
Y no quise mirar para no verte,
sonrosado torero de mi dicha,
invitarme con aire displicente.

Rey D' Linares


Caracas, Venezuela - 1969
VII
Acuesto al insomnio en la almohada,
el alma desanda otros mundos
y la mente juega ping pong,
se inunda la mirada,
el perfume de tristeza
se riega como incienso,
la esperanza se suicida
y el amor se muere como un pez,
se suben todos los fracasos a la cama,
el cadáver inútilmente
invoca al Dios que lo sentenció
y en la guillotina se duerme,
lleno de fe.
Lo que no dicen mis palabras - Cooperativa Taller Editorial y Literario Giraluna (Venezuela) - 2008

Eduardo Casar
México - 1952
Margaritte
Ya se cansó el lenguaje, déjenle espacio,
déjenlo que se vaya
a soñar con caderas. Que respire el poema,
que se sirva gargantas desolladas,
manos sobre los ojos,
y la fuente nutricia. Dejen
cuatro metros de gasa
sobre el hombre que sueña.
Ya debemos callarnos:
Margaritte está escribiendo la muerte de Zenón
y el jardinero toca:
ella sale, conversa, condesciende y asciende,
pregunta por sus hijos (por los del jardinero),
comenta la montaña de las nubes, dice que no
hace frío.
Al regresar a su escritorio, Zenón sigue muriendo.

25
Andrea Cote Botero
Barrancabermeja, Colombia - 1981
Si supieras
que el río no es de agua
y no trae barcos
ni maderos,
sólo pequeñas algas
crecidas en el pecho
de hombres dormidos.
Si supieras que ese río corre
y que es como nosotros,
o como todo lo que tarde o temprano
tiene que hundirse en la tierra.
Tú no sabes,
pero yo alguna vez lo he visto
hace parte de las cosas
que cuando se están yendo
parece que se quedan.
del libro La Merienda

Joaquín Areta
Monte Caseros, Corrientes, Argentina – 1956 – desaparecido por la dictadura en 1978
Lentamente la libreta
se fue llenando de poemas,
fue llenando la soledad
del poeta improvisado.
Compañero de las noches solas,
receptáculo de buenas intenciones,
vehículo donde se fundieron
la necesidad de ser
y la debilidad de no tener.
Así es como se escribe, así es,
en el desgarro de los dolores,
en el frío de una madrugada,
en la llamarada de la justicia,
en la diáfana sensación de felicidad,
en el vuelo alegre.
Nadie escribió poemas de la nada,
si su palabra era sincera.
Sólo los falsos escriben,
cuando su corazón no late.
En “Siempe tu palabra cerca”, Libros de la talita dorada, Buenos Aires, 2010.

Elvio Romero
Yegros, Paraguay - 1926 - 2004
Intermedio
Nada de amorahora, mi amor;
nada que no sea escuchar ese aullido
en la noche, el terror increíble
de ese aullido.
Los perros
se han soltado de nuevo como ayer, como siempre,
y un tiro de fusil rompe las sombras.
Nada de amor, mi amor, por esta noche.
La pared otra vez se ha teñido de sangre.
de "El viejo fuego"

26
Myriam Montoya
Bello, Colombia - 1963. Reside en París
El rizoma araña un reducto de luz
La carne con un último rastro de vida
reposa en las gavetas de la Morgue
Las raíces perforadas con alambre dulce
regalan la magia del bonsái
Un gen bombardeado revela el misterio de la humanidad
el espasmo del cobaya el logro del experimento
La luz filtra el orbe delineando
rutas de mercaderías de armas y de narcóticos
Una mujer kamikaze se inmola
el Día del Perdón.
Tomado de revista Con-Fabulación 133

Jaime Huenun
Chile -1967
Lamgen
Aquellos ojos del color del color, a una
altura azul,
cunden copihues, humo de agua,
con tanto encanto blanco en el espíritu.
¿Había viento a aquellas horas o
eran abejas borrachas
trayendo miel y sangre
al panal de mi cráneo?
Porque el agua es hermosa
y el cielo es hermoso
y ambos son buenos amigos -dijo-
Porque la luz es la cruz de la estrella
y mis pechos la cruz de la luz...
Porque en silencio sabemos lo que somos,
a una altura azul:
el águila y el cisne,
el venado y el puma,
montañas de carne y hueso,
cementerio de la eternidad.

Carlos Briones
España - 1969
Atalaya
Los girasoles guardan
el secreto del tiempo
y dibujan sus órbitas.
Las olas de la mar
esconden la pasión
de lunas recurrentes.
Los pájaros comparten
su camino de estrellas
cada noche distinta.
Yo los miro, renazco
y me siento a esperar

“Ni los premios ni los reconocimientos escriben por uno”.- Juan Gelman

27
Roberto Retamar
La Habana, Cuba - 1930
Una salva de porvenir
A Jacqueline y Claude Julien.
A Fina y Cintio.
No hay pruebas.
Las pruebas son que no hay pruebas.
No estaban, no están, no estarán dadas las condiciones.
Creer porque es absurdo,
Y creemos.
Más absurdo que creer es ser,
Y somos.
Nada garantiza que fuera menos absurdo
No ser ni creer.
Las llamadas pruebas yacen por tierra,
Húmedas reliquias de la nave.
Se derrumbaron las estatuas mientras dormíamos.
Eran de piedra, de mármol, de bronce.
Eran de ceniza,
Y un grito de ánades las hizo huir en bandadas.
No guardar tesoros donde
La humedad, los bichitos los mordisqueen.
No guardar tesoros.
El tesoro es no guardarlos.
El tesoro es creer.
El tesoro es ser.
No existen las hazañas ni los horrores del pasado.
El presente es más veloz que la lectura de estas mismas
palabras.
El poeta saluda las cosas por venir
Con una salva en la noche oscura.
Sólo lo difícil.
Sólo lo oscuro.
Y contra él, en él, el fuego levantando
Su colunna viva, dorada, real.
El amor es
Quien ve.
París-La Habana, 1992-1994

Miguel Hernández
Orihuela, España -1910 –1942
Silencio de metal triste y sonoro...
Silencio de metal triste y sonoro,
espadas congregando con amores
en el final de huesos destructores
de la región volcánica del toro.
Una humedad de femenino oro
que olió puso en su sangre resplandores,
y refugió un bramido entre las flores
como un huracanado y vasto lloro.
De amorosas y cálidas cornadas
cubriendo está los trebolares tiernos
con el dolor de mil enamorados.
Bajo su piel las furias refugiadas
son en el nacimiento de sus cuernos
pensamientos de muerte edificados.

28
Blas de Otero
Bilbao, España – 1916 - 1979
A la inmensa mayoría
Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos sus versos.
Así es, así fue. Salió una noche
echando espuma por los ojos, ebrio
de amor, huyendo sin saber adónde:
adonde el aire no apestase a muerto.
Tiendas de paz, brizados pabellones,
eran sus brazos, como llama al viento;
olas de sangre contra el pecho, enormes
olas de odio, ved, por todo el cuerpo.
¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! ¡Ángeles atroces
en vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles peces de metal recorren
las espaldas del mar, de puerto a puerto.
Yo doy todos mis versos por un hombre
en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
mi última voluntad. Bilbao, a once
de abril, cincuenta y uno

Jorge Ariel Madrazo


Buenos Aires, Argentina -1931
Decías alma, decías corazón
Decías alma, decías corazón
y entonces echaría a traquetear
aquel carro con tamañas espigas
trigales.Y ordenó Cristo
a la aurora alumbrar, hallándola buena.
O sea: la música estaría en su
lugar, ese lugar que llamas “ser”, aun
cuando tanto da llamarlo “luz”: ninguno
conoce el uno ni la otra, sólo
son Formas, tibios vocablos palpitantes.
O bien son mera Idea congelada
si razonar prefieres tus entrañas, tu canto.
Tampoco es esto un poema. No creas
que yo soy alguien bautizado “yo”:
acecha la locura con suavidad de tigre
Y si Amor no te auxilia, tu nombre será roto
Y deberás buscarlo en zócalos vacíos.
Y aquel que un día fuiste
disuelto será en sal.
Alejandro Carrizo
Jujuy, Argentina – 1959
El duende
los sabios de toda sabiduría saben
que abajo de la cama arriba de un árbol o
en un baño quedarán siempre pelusas maravillosas
aunque la vida sea un empeño en barrer
con adultez encono y aburrimiento
lo que ha sido dado para el goce lúdico
(único dios que aún no ha sido reprobado)
y que los muebles se cambien solos de lugar
si es necesario

29
Carlos Débole
Argentina
La sombra
Oh sombra,
rostro mío sin arrugas.
He entrado en ella
como en una momia
y he sentido
el olor de los siglos.
¿Y si tal vez perdiera
la sombra en un recodo
y en buscarla me pasara los días,
añorando su sombrío equilibrio,
su porfiada costumbre,
con la idea
de que en su abstracto sueño,
por su razón oscura,
soy, existo?

Eduardo Espósito
Buenos Aires, Argentina – 1956
Soneto descarnado
Escápula/ falanges/ temporal
huesos del carpo/ cóccix y calcáneo
pómulo/ sacro/ ileón/ radio
escafoides/ cuboides/ occipital
Arcos/ metatarsianos/ acromion
rótula/ peronés y maxilar
cuneiformes y vértebra lumbar
costillas/ isquion y olécranon
Astrágalo/ pubis/ atlas/ húmero
fémur/ apófisis/ trocánter mayor
tibia/ cervicales y frontal
Fosa ilíaca/ esternón/ cúbito
metacarpianos y trocánter menor
cotiloidea/ dorsales y nasal
De: Quilombario, 2008

“Todo lo que se nos acerca, si estamos atentos con los ojos abiertos, cabe en nuestros poemas.”- Luis Luchi

Isla Negra
no se vende ni se compra ni se alquila,
es publicación de poesía y literaturas.
Isla Negra es territorio de amantes, porque el amor es poesía.
Isla Negra también es arma cargada de futuro, herramienta de auroras repartidas.
Breviario periódico de la cultura universal. Estante virtual de biblioteca en
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“... porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más... “-Sancho.
(Quijote, 11, cap. 74.) Miguel de Cervantes Saavedra

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