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TERAPIA CON TRAJES TERAPÉUTICOS.

REHABILITACIÓN DE ENFERMOS EN UN ESTADIO RESIDUAL DE PARÁLISIS CEREBRAL INFANTIL


MEDIANTE EL TRAJE TERAPÉUTICO "ADELA"

Los empleados del departamento de rehabilitación de niños con parálisis cerebral infantil del Instituto de
Investigación de Pediatría de la Academia de Ciencias Médicas de Rusia y la empresa Ajurweda han elaborado y,
desde hace décadas, han usado un método para mejorar las funciones motoras, articuladoras y psíquicas de
enfermos en un estadio residual de parálisis cerebral infantil, lo que incluye aquellos pacientes de entre 4 y 18 años
con los síntomas de parálisis más graves. El proceso se lleva a cabo mediante el traje terapéutico de rehabilitación
"Adela". En Polonia este método se ha utilizado y desarrollado desde 1994 en el Centro de Rehabilitación Euromed
en Chłopy Entre 1994 y 2013, más de 7.800 pacientes han seguido una rehabilitación con este traje terapéutico.

El objetivo terapéutico del traje de rehabilitación Adela en los niños con parálisis cerebral infantil es cambiar el
carácter de los impulsos vestibulares-propioceptivos que salen de los músculos, ligamentos y articulaciones para
llegar a las estructuras de la médula espinal y el cerebro mientras el enfermo se encuentra en movimiento. Esto
provoca una normalización en mayor o menor medida del funcionamiento de las estructuras que controlan la
motricidad de las extremidades inferiores y el tronco –por donde se extiende la acción de los amortiguadores del
traje terapéutico de rehabilitación Adela– y del cerebro.

Desde el punto de vista neurofisiológico, los mecanismos compensatorios reforzados gracias al traje terapéutico
son resultado de la excepcional plasticidad del cerebro en edad infantil. Además, a esa plasticidad de desarrollo
típica de la edad, se añade la plasticidad compensatoria. Reforzar los impulsos propioceptivos y otros tipos de
impulsos aferentes de manera estratégica es especialmente valioso para el desarrollo de la motricidad de los niños
con trastornos de la locomoción. Es importante combinar las medidas dirigidas a mejorar las habilidades motoras
en el contexto de formas de actividad concretas de la vida cotidiana. Asimismo, debemos tener en cuenta en todo
momento la necesidad de ser flexibles de acuerdo con la secuencia fisiológica del desarrollo general para
desarrollar otros aspectos que no sean motrices-posturales, como los higiénicos, los ortopédicos o los logopédicos.

Principios del tratamiento con el traje terapéutico Adela

Al igual que en el resto de enfermedades y tratamientos, en el caso de los niños con parálisis cerebral que vayan a
seguir una rehabilitación con el traje terapéutico Adela, la primera condición de la terapia efectiva es que el
paciente cumpla los requisitos para ella. El primer paso de la evaluación neurológica es determinar si el uso del
traje terapéutico en el niño analizado encuentra justificación. El segundo paso es definir la forma de enfermedad
para determinar la terapia subsiguiente –tipo e intensidad de masaje realizado antes de poner el traje terapéutico,
elección de tensores (amortiguadores), potencia de acción, etc... Se distinguen las siguientes formas de parálisis
cerebral infantil:

 Diplejía espástica, que tiene dos variantes:


 Forma de estereotipo motor patológico resultante de un reflejo tónico laberíntico no reducido en el momento
adecuado.
 Forma con predominio del reflejo tónico cervical simétrico.
 Forma hipercinética.
 Forma atónica-astática.
 Forma hemiparésica.

La eficacia del traje terapéutico de rehabilitación Adela depende del grado de parálisis, del carácter, la intensidad y
la extensión de las sinergias patológicas, de las características de las patologías de tensión muscular, de la
presencia de contracturas funcionales y orgánicas en las articulaciones de las extremidades –sobre todo en
caderas y tobillos– y de la motivación para desarrollar las funciones estáticas y locomotoras carentes o
deterioradas.

Reconstruir el estereotipo motor patológico es extremadamente complicado. Para acelerar este proceso, hace falta
una relajación inicial lo más intensiva posible de los músculos tensos. Una vez realizado este paso, se utilizará el
dispositivo que repercute en su actividad. Por otro lado, los músculos hipotónicos deben estimularse mediante un
masaje.

Indicaciones y contraindicaciones generales del traje terapéutico Adela

El método descrito se puede emplear como profilaxis secundaria para discapacidades de niños y adolescentes con
parálisis cerebral y en casos de secuelas de una lesión craneal cerrada y sus síndromes como paresia, síndrome
cerebeloso e hipercinético o síndrome de afasia motora. El traje terapéutico de rehabilitación se puede utilizar,
aunque con mucha cautela, 5 o 6 meses después de que el paciente haya sufrido el trastorno vascular cerebral en
el caso de los síndromes mencionados con anterioridad. Además, esto requiere un control estricto de la presión
arterial y del pulso.

Contraindicaciones:

 Convulsiones con una frecuencia de 8–10 al mes. Incluso está contraindicado en caso de 3 o 4 ataques al
mes y una disminución del umbral convulsivo visible en el electroencefalograma (EEG).
 Patologías de la conducta y reacciones emocionales voluntarias, esquizofrenia.
 Luxación y subluxación de la cadera.
 Hernia del núcleo pulposo y otros trastornos similares.
 Cardiopatías de distinta etiología.
 Enfermedades crónicas renales y pancreáticas, exacerbación de úlcera péptica, etc.
 Hipertensión intracraneal significativa e hidrocefalia.
 Infección vírica aguda del aparato respiratorio, anginas, enfermedades infecciosas agudas
gastrointestinales y demás.
 Tensión arterial alta (mayor de 140/90).

Masaje y gimnasia terapéutica para eliminar sinergias musculares patológicas antes de usar el traje
terapéutico Adela
Las observaciones realizadas durante años de trabajo con pacientes indican que usar el traje terapéutico Adela es
mucho más efectivo si antes de ponerlo se le realiza un masaje al enfermo. Dicho masaje debe enfocarse en uno
de los elementos dominantes del estereotipo patológico, por ejemplo, el músculo pectoral mayor y esos grupos
musculares que en caso de contractura pueden estimular su tensión en la diplejía espástica.

Además del masaje intenso (que relaja los músculos antagonistas y refuerza los agonistas), existen diversos
métodos (masaje paraespinal, puntual, segmentario) que sirven para fortalecer los músculos debilitados.

Un problema frecuente es relajar el músculo iliopsoas, ya que prácticamente no se puede acceder a él. Este
objetivo se puede conseguir mediante acciones indirectas, como balancear el tronco del paciente, que se encuentra
en posición semitumbada, o aún mejor, tumbado de lado. A continuación, el enfermo se tumba de espaldas y se
balancean sus muslos con las piernas dobladas en las rodillas y las caderas. Es necesario hacer un masaje
puntual. En el Centro de Rehabilitación Euromed se realiza un masaje puntual de acuerdo con el esquema de
Boltfeld.

La relajación de los músculos flexores de la cadera se consigue aplicando el método de Phelps, que consiste en
flexionar impetuosamente la cadera (tirar de la rodilla hacia el abdomen) y mantener la extremidad en esa posición
durante 40–60 segundos, y a continuación estirarla lentamente (esta acción se debe repetir varias veces). El mismo
método se utiliza para abducir el muslo (flexionar hacia el centro impetuosamente y abducir lentamente) y para
reducir la intensidad de la flexión y la rotación interna del muslo: se gira el muslo hacia dentro rápidamente y se
sujeta en esa posición durante un tiempo, a continuación, se vuelve a mover el muslo hacia fuera.

Los niños con disartria requieren un masaje de los músculos de la mímica y un masaje puntual de los músculos
articulatorios. Se masajea un punto en el labio superior y al mismo tiempo bajo el borde del labio inferior en el lado
opuesto de la cara, en el labio inferior y bajo la mandíbula en el lado opuesto de la cara, en el labio superior y en la
apófisis mastoides del mismo lado de la cara, en el labio superior y a continuación en el inferior y en el ángulo
inferior del omóplato.

A veces, junto con el masaje puntual se realiza gimnasia alternativamente. El niño se tumba boca arriba, el
rehabilitador abduce su brazo izquierdo y su pierna derecha y las sujeta en esa posición entre 1 y 3 minutos. A
continuación, flexiona ese brazo hacia la pierna doblada en la rodilla. Lo mismo se repite con las otras
extremidades. Estos movimientos cruzados de las extremidades y los dedos de las manos se realizan en todas las
direcciones varias veces. Normalmente, esto provoca que los síntomas de distonía y los movimientos involuntarios
se debiliten.

Llevar a cabo el masaje hace que se reduzca durante un tiempo la persistencia de ese estereotipo motor patológico
que presenta el niño. También disminuyen las posiciones patológicas de las articulaciones de las extremidades y la
intensidad de las sinergias patológicas. Además, el carácter de las contracturas –la gravedad característica de los
cambios funcionales y orgánicos en las articulaciones de las extremidades– se hace más visible. En este estado del
aparato locomotor del paciente se le pone el traje terapéutico de rehabilitación Adela.

Ejercicios con el traje terapéutico Adela

Durante la primera o las dos primeras clases, el niño debe llevar puesto el traje terapéutico de rehabilitación al
menos durante 20–25 minutos, en función de su estado físico. A continuación, ese periodo se prolonga.

Los adolescentes suficientemente fuertes que no presenten fenómenos de insuficiencia cardiaca/vascular pueden
llevarlo puesto hasta 2 horas, pero con varias pausas de entre 2 y 10 minutos. Mientras tiene el traje terapéutico
puesto, el paciente debe caminar, jugar a la pelota y entrenar con bastones y aros de gimnasia. Para determinar la
regulación de los tensores, primero hace falta analizar las fuerzas que actúan sobre cada articulación, además de
evaluar la acción de los músculos en cada articulación, los cambios de tensión muscular al cambiar de posición, las
contracturas existentes, los reflejos patológicos, etc. Se ha elaborado una lista de recomendaciones de ajuste de
los amortiguadores en cada presentación de parálisis cerebral infantil. Se trata de un algoritmo de acción preciso.
Define qué tensores apretar, de qué manera, cómo ajustarlos a cada articulación, con qué fuerza (en una escala
del 1 al 4) y qué puntos de amarre elegir. No obstante, este algoritmo no es más que un apoyo valioso a la hora de
poner el traje terapéutico. Recordemos que la base siempre será la experiencia del terapeuta y la observación
actual del niño en rehabilitación.

Tirar de las sujeciones del traje terapéutico de rehabilitación Adela puede influir en la función muscular de dos
maneras. Con el tronco flexionado, tirar al máximo de las sujeciones puede provocar su estiramiento pasivo y
mantener la posición rígida del enfermo durante el tiempo que lleve puesto el traje terapéutico. Es como si el traje
terapéutico sustituyera la función de los músculos erectores del tronco, que gradualmente aprenden a cumplir sus
propias funciones gracias a ello.

Sin embargo, si los músculos erectores de la columna conservan su actividad, aunque esté debilitada, este tirón de
las sujeciones para enderezarlos puede provocar una resistencia contra esa acción y que los músculos lleguen a su
tensión máxima, y como resultado, que se enderece el tronco. En el primer caso se debe tirar de las sujeciones
muy poco a poco, mientras que, en el segundo, el restablecimiento de las funciones mediante los tirones tiene lugar
bastante antes. El impacto del tirón de las sujeciones en los músculos espásticos de las articulaciones y el tronco
se puede explicar con base en la retroalimentación. Al corregir la postura corporal, se corrige el flujo eferente de
impulsos, que a su vez corrige la función de las estructuras cerebrales que controlan la motricidad y estas corrigen
el flujo aferente dirigido a esos mismos músculos y articulaciones. Gracias a ello, se alcanza una normalización de
su función.

En los enfermos con secuelas de un reflejo tónico vestibular no reducido, es decir, con incidencia de flexión triple
de las extremidades inferiores, se suele aplicar una tensión gradual pero intensa de los amortiguadores
(sujeciones) traseros que van desde las hombreras hasta el cinturón del mono. Su tensión debe llegar poco a poco
a los 3–4 grados, es decir, casi al máximo. Las sujeciones delanteras que también van de las hombreras al cinturón
se estiran menos, solo para mantener el equilibrio, con una fuerza de 1–2 grados. Un ligero tirón de las sujeciones
no descarga en absoluto los músculos de la mitad superior de la espalda y de la prensa abdominal. De todo el
grupo de músculos que se pueden relajar ligeramente con esa carga, el más interesante es el iliopsoas.

Cargar las sujeciones traseras con una fuerza de 3–4 grados, a la vez que se van colocando lentamente a lo largo
del cinturón teniendo en cuenta la intensidad de la cifosis o cifoscoliosis, hace que los músculos dorsales se tensen
si su estado les permite oponer resistencia activa o que se estiren si se mantienen pasivos.

Teniendo en cuenta la función particular de los músculos pectorales mayores –uno de los eslabones de las
sinergias patológicas–, se debe prestar especial atención a la necesidad de relajarlos y debilitar su tensión. Para
ello, se tira poco a poco de las sujeciones traseras cruzadas que van desde los hombros hasta las hebillas
colocadas en la superficie trasera-lateral del tronco. Esto debería provocar que los hombros se tiren hacia atrás y
hacia abajo. Las sujeciones se deben tensar poco a poco, ya que un estirón rápido del músculo pectoral mayor
puede originar un reflejo correspondiente que lo contraiga, y por lo tanto que intensifique las sinergias patológicas
asociadas a él.

El estado de los pies y su disposición con respecto a la pierna se puede modificar mediante el traje terapéutico en
función del nivel de cansancio del enfermo, su carga y su movilidad. Por lo tanto, hay que prestar atención en todo
momento a la posición y la tensión de las sujeciones. Si fuera necesario, se deberán modificar en función de los
cambios de postura y el estado de las sinergias musculares.

También se debe controlar la posición de la cabeza del enfermo, ya que si tiende a caer al pecho (con el
cansancio), se puede reforzar la posición de flexión en las extremidades y reflejarse también en la posición de los
pies. Asimismo, esto puede modificar la posición del centro de gravedad y reforzar el pie equinovaro u otras
disposiciones patológicas de los pies.

Mientras lleva puesto el traje terapéutico de rehabilitación Adela, el enfermo debe moverse en todo momento:
puede caminar por su cuenta, con apoyos o ayudas; el rehabilitador debe controlar en todo momento la postura, la
posición de la cabeza, la estructura del paso y la corrección del apoyo en las plantas. Si fuera necesario, deberá
también corregir las posibles anomalías motoras.

En los casos en los que el enfermo presenta disartria de cualquier forma, debe hablar mientras camina. Puede ser
un monólogo espontáneo, puede recitar versos o, como último recurso, responder a las preguntas del rehabilitador.
Si presenta agrafia y otros trastornos viso espaciales, debe aprender a escribir y dibujar con el traje terapéutico de
rehabilitación puesto.

El traje terapéutico de rehabilitación no está equipado con amortiguadores en las extremidades superiores. Sin
embargo, su impacto se extiende también a la motricidad de las manos y a la musculatura articulatoria. Para
reforzar este impacto, el enfermo que lleve el traje terapéutico debe realizar distintos movimientos con los brazos
cada poco, sobre todo aquellos que se realicen con sus partes más alejadas y discapacitadas: extensión de
muñecas, supinación de antebrazos, movimientos de manipulación con los dedos. Se debe trabajar con especial
intensidad con los pulgares, ya que tienen una conexión directa con varias funciones cerebrales como la actividad
cognitiva y el habla. El enfermo debe meter los pulgares en la mano, abducirlo, doblarlo, estirarlo y oponerlo. Es
necesario que imite con los dedos y la muñeca los movimientos de agarre y otros movimientos útiles para su
independencia que haga mal o que directamente no sepa hacerlos.

En casos de hemiparesia, en los que el paciente presenta subluxación de cadera, primero hay que colocar al
enfermo –con el traje terapéutico puesto– en su lado sano, y después en el lado con paresia y llevar a cabo con él
todos los ejercicios de rehabilitación activos y pasivos necesarios. Si el paciente presenta una subluxación o una
luxación de cadera significativa, no debe andar con el traje terapéutico.

Ventajas de la rehabilitación de niños con parálisis cerebral con el traje terapéutico Adela:

 Alta eficacia en el estadio residual de la parálisis cerebral infantil, en el que otros métodos –como los
ortopédicos-quirúrgicos– resultan insuficientes o absolutamente ineficaces. El método no solo repercute en
la habilidad motora del tronco y de las extremidades inferiores, sino que también lo hace en la de las
extremidades superiores y en los músculos articulatorios en los enfermos con distintos tipos de disartria,
reduciendo la intensidad de sus síntomas.
 El método se puede aplicar tanto en el departamento del hospital como en centros de salud, internados
para niños con parálisis cerebral infantil y, en algunos casos, también en condiciones domésticas.
 El método es indoloro y no requiere aparatos adicionales, pero es necesario contar con el apoyo de
neurólogos y rehabilitadores con la experiencia adecuada.
 En caso de necesidad, el traje terapéutico de rehabilitación Adela se puede usar sucesivamente en 3–4
enfermos en un solo día.

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