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01 Sumer-y-Akkad PDF
01 Sumer-y-Akkad PDF
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A n ig v o
SUMER Y AKKAD
Esta historia, obra de un equipo de cuarenta profesores de va
rias universidades españolas, pretende ofrecer el último estado
de las investigaciones y, a la vez, ser accesible a lectores de di
A ntïgvo del conjunto más amplio en el que está inserto o bien como una
monografía. Cada texto ha sido redactado por el especialista del
tema, lo que asegura la calidad científica del proyecto.
ORIENTE
Director de la obra:
Julio Mangas Manjarrés
(Catedrático de Historia Antigua
de la Universidad Complutense
de Madrid)
Diseño y maqueta:
Pedro Arjona
© E d ic io n e s A k a l, S . A ., 1 9 88
Los B e rro ca le s del Jaram a
Apdo. 4 0 0 - T orrejón de Ardoz
M adrid - España
Tels.: 6 5 6 56 1 1 - 6 5 6 49 11
D e pósito legal: M. 3 7 .7 6 3 -1 9 8 8
ISBN: 8 4 -7 6 0 0 -2 7 4 -2 (O bra com pleta)
ISBN: 8 4 -7 6 0 0 -3 3 7 -4 (Tomo I)
Im preso en G REFO L, S. A.
Pol. II - La Fuensanta
M ósto le s (M adrid)
Pinted in Spain
Sumer y Akkad
A. Caballos-J.M. Serrano
Indice
Págs.
B ibliografía.................................................................................................................. 70
Sumer y Akkad 7
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• Tell Halaf
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«U ruk
Hajji Muhammas · eLarsa
El-Obeid · R. U'a'
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• Eridu
GOLFO
PERSICO
10 AkaI Historia d el M undo Antiguo
TERRAZAS
FLUVIAL
R- Euf,r3tes • Kafadji
FLUVIALES • Maris
*■· Uqair
DELTA
* %*NiV>pur
• Isin
• Umm al-Aqarib
• Lagash MARISMAS
Tall al M a dam *
• Urukuga
MESETAS •U ru k • N in a . ·*
Al-Ubaid .
• *JUr
• Usaila
• Eridu ESTUARIO
DESERTICAS
GOLFO PERSICO
Geomorfología y asentamientos
ción, las aguas p udieran in u n d ar los sólo pudo ser explotada y colonizada
cam pos. El asentam iento m ás anti en u n a tercera etapa, cuando hacia el
guo conocido, ya que habría sido fun 2600 a.C. las tribus sem íticas semise-
dado con anterioridad al período de dentarias de estirpe acadia se asenta
El-O beid (c. 4300-3500 a.C.), es el de ron aquí. Pero sólo se lograría su ple
Eridú, que está situado precisam ente no rendim iento cuando el grueso de
en el extrem o sur del delta, lo que p a la población se fue trasladando p au
rece confirm ar la teoría de que el p ro latinam ente a esta zona hacia el siglo
ceso del p o b lam iento se realizó de XIX a.C.
sur a norte. Por sus facilidades para el La explotación de las mesetas de
cultivo esta zona del delta fue el cen sérticas y de las terrazas fluviales exi
tro de la actividad agrícola, y por tan ge el conocim iento de técnicas depu
to de la vida u rbana, hasta el segundo radas de elevación del agua, para sal
m ilenio a.C. var el escalón de casi diez metros con
La llan u ra fluvial perm ite el desa respecto al nivel de los ríos. Esta tec
rrollo de am plios pastizales, pero las nología no se logró hasta plena época
avenidas tum ultuosas e imprevisibles asiría, y así la com pleta ocupación y
exigen un m ayor esfuerzo y dom inio aprovecham iento del área de las te
técnico p ara lograr un pleno aprove rrazas no tuvo lugar hasta aproxim a
cham iento agrícola. Por tanto este área dam ente el 1100 a.C.
16 A kal Historia del M undo Antiguo
A esta m ism a fase de D jem det N asr de la llanura y con una anchura de
o protoliteraria corresponden los se u n o a dos Km. Los m ás antiguos
llos m ás antiguos encontrados, p ri asentam ientos hum anos se solían si
mero de form a p lan a y luego cilindri tu ar precisam ente en estos diques n a
cos, que servían p ara que, im presos turales form ados por el proceso de se
sobre los recipientes una vez cerra dim en tació n fluvial típico de estas
dos, g arantizasen la in alterab ilid ad zonas.
de su contenido, siendo por tanto su G racias a su situación, próxim a a
finalidad la de facilitar el funciona los cursos de agua y protegida de las
m iento del sistem a productivo agili inundaciones, la m ayoría de los asen
zando los intercam bios comerciales. tam ientos situados sobre los diques
fueron ad q u irien d o una progresiva
m ayor im portancia, según un proceso
paulatino que enunciam os con ante
rioridad, convirtiéndose en las locali
dades p rincipales de los diferentes
asentam ientos que definíam os como
poblados.
Esta dualidad dentro de un mismo
territorio entre la ciudad y los pobla
dos no se refiere solam ente a las dife
rentes dim ensiones de estos núcleos,
sino que supone tam bién una dife
renciación cualitativa entre am bos,
b asada en su respectiva funcionali
dad y en una subordinación de los
poblados a las ciudades. En esta d u a
lidad ciudad-poblado se fundam enta
la trascendental revolución urbana,
que supone en esencia y esquem áti
cam ente las siguientes tran sfo rm a
ciones:
— D iversificación y esp ecializa
ción de la producción, centrándose
Cabeza femenina de Uruk las actividades de transform ación en
(3500-3000 a.C.) la ciudad, donde a la par aparecen
M useo de Iraq, Bagdad
nuevas técnicas, entre las que debe
3. La revolución urbana mos citar la de la m etalurgia, com o
una de las de mayores consecuencias
El térm ino acuñado por V. G ordon para el futuro.
C hilde para designar el segundo gran — Com o resultado de los avances
salto cualitativo en la historia cultu tecnológicos aum entaron los rendi
ral del Próxim o O riente nos sirve p a m ientos de los cultivos hasta consti
ra titular este parágrafo en el que tra tuir excedentes.
tarem os del surgim iento de las ciuda — El superavit de productos agrí
des en la Baja M esopotam ia. colas perm itió que existiesen perso
D urante las crecidas de los ríos las nas liberadas de las labores agrícolas
aguas se d esbordaban y depositaban y dedicadas a las ya citadas activida
los sedim entos sobre am bas orillas, des artesanales de transform ación, lo
form ándose un as elevaciones o d i que supuso una paulatina y progresi
ques paralelos al cauce con una altu va división social del trabajo.
ra de uno a dos m etros sobre el nivel — P aralelam ente los trabajos del
Sumer y Akkad
Plano de Nippur
(1500 a.C.)
sector prim ario vieron com o su acti definida de la com unidad, con una
vidad era valorada socio-económ ica jerarquización en el acceso al poder y
m ente por debajo de la de las perso la tom a de decisiones.
nas dedicadas a las actividades de — Este poder político, por supues
transform ación. Esta incipiente jerar- to concentrado en las ciudades, radi
quización económica se agudizó cuan caba en el tem plo, cuya actividad no
do, p o r el desarrollo de los asenta era únicam ente cultural, puesto que
mientos, se fueron haciendo más com en ellos se centraban tam bién el m a
plejas las actividades dirigidas a la yor porcentaje de las actividades eco
organización y adm inistración de la nóm icas de transform ación, alm ace
colectividad. El personal dedicado a nam iento y comercialización, así como
las actividades burocráticas («funcio la adm inistración de la com unidad,
narios»), de defensa (policías y m ili surgiendo de allí las decisiones que
tares) y de control ideológico de la afectaban a la totalidad del cuerpo
po b lació n (sacerdotes) ocuparían a social.
partir de entonces los escalones más — El proceso de concentración del
elevados de la sociedad. poder político no concluyó en el seno
— El resultado fue la configura de la m ism a ciudad, puesto que de
ción de una organización política bien sem bocó en la form ación de organi-
26 AkaI Historia del M undo Antiguo
zaciones políticas superiores a la ciu 9,5 Km. de longitud con más de 900
dad, que llevarían a la constitución torres de defensa sem icirculares, que
de las prim eras organizaciones de ti servían de refugio y protección a la
po estatal. com unidad. Las m urallas aseguran la
Este proceso, que de una m anera eternidad de la ciudad a la p a r que
esquem ática hem os intentado descri sim bolizan la frontera entre el orden
bir, y que fue el resultado de una lar y la organización internos y el caos
guísim a evolución, llevó aparejada la exterior. La ciudad es un rem anso de
asunción p o r parte de la ciudad de un paz y seguridad, donde todo está or
núm ero cada vez m ás elevado y di ganizado, frente a los peligros de los
versificado de funciones, que no se territorios sin cultivar de las estepas y
d eten ían en las m eram ente econó m ontañas, donde reina la inseguri
micas. dad y de donde proceden las am en a
En prim er lugar un o de los elem en zas de destrucción.
tos m ateriales que caracterizan a la La ciudad es un don divino y fue
ciu d ad es su c in tu ró n am urallado, considerada siem pre com o obra de
que en el caso de U ruk llegaba a los los dioses, incluso aunque éstos inter
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mméim,
Tablilla arcaica
(3000-2800 a.C.)
30 A kal Historia del M undo Antiguo
HI. El protodinástico en
Mesopotamia
«En-m e-barage-si,
el que tom ó com o botín
las arm as del país de Elam,
fue rey y reinó 900 años»
Zigurat de Ur
(Hacia 2100 a.C.)
por N abucodonosor encontró L. Woo con los esqueletos de los anim ales de
lley los restos de u n a gran necrópolis tiro aún uncidos form ando parte del
con unas 1.850 tum bas pertenecientes cortejo funerario, que estaba dispues
a la época de la I dinastía de Ur, que to ordenadam ente y form ado por per
cronológicam ente se debe incluir en sonajes de diferente rango y posición
el Protodinástico III b (2500-2330 a.C.). social revestidos de sus mejores galas.
D estaca un grupo de dieciséis tum Por su parte las fuentes literarias
bas form adas por u n a o varias cám a del P rotodinástico III, aunque se de
ras y con un extraordinario y riquísi tengan casi exclusivamente en la m en
mo ajuar, que dem uestran la existen ción de los acontecim ientos militares,
cia de un com plicado ritual funera nos inform an de la existencia de una
rio, que sim boliza el m ito de D um uzi federación de ciudades-estado, de las
de la m uerte y la posterior resurrec cuales en un m om ento dado sólo una
ción. Las m uertes rituales y la inexis ostentaba la hegem onía sobre todas
tencia de señales de violencia en los las demás.
cadáveres nos testim onia la fuerza Si anteriorm ente las fuentes men-
36 A k a l Historia del M undo Antiguo
E ntem ena logró u n statu quo en la Enetarzi y L ugalanda fue una época
antigua y espinosa cuestión de los lí de convulsiones sociales y abusos de
m ites com unes con U m m a, p o r lo poder que debilitaron aún m ás la ca
que podem os considerarlo el últim o pacidad de salida de la crisis. Urukagi
gran caudillo de Lagash. Su hijo Enan- na se jacta de haber puesto fin a aquel
natum II rein aría sólo brevem ente. estado caótico, de haber devuelto la
Ni Enetarzi, ni L ugalanda, ensis de libertad a la población y restablecido
Lagash, h ab rían pertenecido a la lí la justicia. Acabó con los abusos im
nea de sucesión legítima. positivos por parte del Estado y con
U rukagina, m ediante u n golpe de los privilegios de la casta sacerdotal.
estado, detentó a continuación el po Su reinado, sin em bargo, sólo duró
der en Lagash. Este personaje ha p a ocho años. Lugalzagesi, m onarca de
sado a la historia no por sus acciones U m m a, logró apoderarse por las ar
militares sino, fundam entalm ente, por m as de U ruk, Ur, Kish y el resto de
sus reform as sociales. Al llegar al po las ciudades de Sumer. La propia L a
der la ciudad se h allaba m uy debilita gash fue destruida. Por prim era vez
da por una larga etapa de continuas en la historia los dom inios de una
guerras, que, aun q u e victoriosas en su ciudad sum eria, en este caso Um m a,
m ayoría, h ab ían resultado estériles, incluyeron todo el C reciente Fértil
puesto que los territorios controlados hasta el M editerráneo: «desde el M ar
p o r Lagash se h ab ían visto reducidos Inferior, a lo largo del Tigris y el E u
a sus lím ites iniciales. La etapa de frates, hasta el M ar Superior».
lestial el co n trap o n er u n a extracción gún los textos Sargón «lavó sus arm as
hum ilde a los éxitos alcanzados. Este en el m ar», quizás com o un sacrificio
será el caso de Sargón: personaje in a los dioses, consciente de las h a z a
fluyente (copero o m ayordom o) en la ñas realizadas, o com o un acto expia
corte de U r-Z ababa de Kish, uno de torio. Incluso reivindicará su autori
los grandes núcleos de sem itización dad sobre tierras allende el m ar (Til-
de la Baja M esopotam ia y cuyos p rín m un, actual isla de Bahrein).
cipes ostentan antropónim os sem itas La brillantez de la victoria le per
desde m uy an tiguo, no ta rd a rá en mite lanzarse a u n a actividad auténti
independizarse. Inicia u n a costum cam ente im perialista fuera de los tra
bre de gran éxito en la posterior histo dicionales límites de la Baja M esopo
ria del Próxim o O riente con la fu n d a tam ia. S argón se nos p re sen ta así
ción de su propia residencia o ciudad realm ente com o un pionero que se
capital, cuyo em plazam iento exacto ñala las directrices a seguir por los
aú n no ha sido localizado pero que posteriores soberanos babilonios con
con toda seguridad se h allaría en la am biciones expansionistas. R em on
región de Kish y B abilonia. La llam a tando el Eufrates alcanza M ari, Iar-
Akkad, y él m ism o adopta el nom bre m uti (que se ha querido identificar
real de Sharrukin, que quiere decir con u n puerto de la costa fenicia) y
«rey justo», «rey legítim o» o «verda Ebla, que se m antiene evidentem ente
dero», del que deriva Sargón. com o un a entidad im portante a u n
La expansión m ilitar y territorial que su época m ás brillante coincidió
que supuso a la postre la creación del con el período anterior, el P rotodi
gran im perio de A kkad hay que en nástico (Petinatto). Llega hasta los
tenderla en principio com o u n a reac «Bosques de C edro», que m ás que
ción ante la presión de Lugalzagesi, con el L íbano hay que relacionar con
que se había anexionado Kish y aspira los m ontes A m anus, al norte de Siria,
ba a som eter toda la región al norte y las «M ontañas de la Plata», en la
de N ippur. U n relato nos presenta a zona del Taurus. H asta se habla de
Sargón rehusando aceptar las intim i que atravesó el m ar para someter otras
daciones de Lugalzagesi. Si nuestra tierras, C hipre o C reta, o tal vez aún
reconstrucción de los acontecim ien m ás lejos, aunque quizás sea m ás real
tos es correcta, el acadio dem ostró ser suponer que se trataría de una nave
un audaz e inteligente estratega: con gación hacia la costa m eridional ana-
un m ovim iento envolvente de so r tolia a través del G olfo de lssos. La
prendente rapidez, aprovechando sin m em oria de estas cam pañas sin pre
duda la red de canales para sus des cedentes en tan lejanos horizontes
plazam ientos, se presenta de im pro otorga a Sargón un halo épico a tra
viso en el sur, tom ando la iniciativa; vés del cual es difícil extraer la reali
ataca la capital de su rival, U ruk, y fi dad de los acontecim ientos históri
nalm ente lo derrota en com bate, h a cos; hay un relato conocido com o «El
ciéndolo prisionero. La caída de Lu Rey de la B atalla» en el que aparece
galzagesi no significó la sum isión de el soberano acadio aventurándose en
un país trad icionalm ente com parti- Asia M enor para socorrer a un grupo
m entado en un a serie de entidades de m ercaderes; al m argen de la exac
autónom as; p o r el contrario Sargón titud de los datos que ofrece es in d u
debe co n tin u ar la lucha con Ur, L a dablem ente un texto que bebe de la
gash, U m m a, etc., ciudades que van tradición de Sargón com o arquetipo
cayendo u na tras otra y cuyas m u ra del conquistador y que apunta muy
llas son sistem áticam ente destruidas. sig n ificativ am en te h acia la funda-
Al alcan zar el Golfo Pérsico consigue m en tac ió n económ ica com o factor
el som etim iento de todo Sumer; se dom inante del estado acadio. Sargón
Sumer y Akkad 41
unos pueblos bárbaros y faltos de uni contra Uruk). Adem ás, la presión de
dad política de las m ontañas del n o r los pueblos m arginales es insosteni
te de M esopotam ia (Zagros, zona del ble. S harkalisharri derrota a los guti y
Zab) y que, alojados en un terreno d i se enfrenta a los m artu o am orreos
fícil y proclives a hacer razzias en las que aparecen bien docum entados por
tierras fértiles de los valles, eran de vez prim era y que parece estaban pro
sum isión dudosa e insegura. De h e duciendo la inseguridad y ruina de la
cho será u n o de estos pueblos, los cam piña. La dinastía term inará en la
guti, el causante últim o del colapso anarquía; S harkalisharri m uere ase
de Akkad. F rente al E lam N aram -S in sinado y se producirá un vacío de po
va a optar —significativam ente— por der que aparece bien expresado en la
los pactos, considerándolos preferi Lista Real Sum eria cuando hace su
bles al riesgo de in tentar som eterlo ceder cuatro reyes en tres años y ex
por las arm as. Parece que la situación clam a finalm ente «¿quién era rey?,
económ ica está tam bién deteriorán ¿quién no era rey?». El golpe de gra
dose. H ay u n a obrita de considerable cia lo d arán los guti que destruyen
extensión, que se puede incluir en el A kkad y arrasaran la Baja M esopota
género de los «lam entos» tan típicos m ia y el Elam.
de la literatura sum eria, que se cono
ce com o la «M aldición de Akkad»;
en ella se hace un canto doloroso a la 3. Valoración del
decadencia de esta ciudad, atribuyén
dola a una sacrilega acción de N aram -
Imperio de Akkad
Sin, al que se le im puta la destrucción El período acadio supone una nota
del santuario de Enlil en N ippur, p ro ble dinam ización del proceso históri
vocando la venganza divina e incluso co así com o unos aportes civilizado
el ab an d o n o de la diosa-patrona de res en general tan im portantes que no
Akkad, In an n a-Ish tar. El desastre se es ex trañ o c o n stata r que los h a b i
presenta así inevitable, pero al m ar tantes de la Baja M esopotam ia eran
gen de los elem entos míticos, el deta conscientes de ello, guardando un rico
lle m ás llam ativo históricam ente h a recuerdo que se refleja en m últiples
blan d o es la m ención a dificultades tradiciones. Sin embargo cometeríamos
p or las que atraviesa el país: baja de u n error de apreciación histórica si
la productividad agrícola, alza de los insistim os en el contraste con la etapa
precios, con la consiguiente crisis de precedente. A caballo entre el Proto-
subsistencias, etc. dinástico y el esplendor neosum erio
Este declive se hace m anifiesto con de U r III, el Im perio de Akkad parti
S harkalisharri, quien pese a su nom cip a de la civ iliz ació n su m eria, a
bre (que significa «rey de todos los re la que enriquece con contribuciones
yes») ab a n d o n a la titulatura am pulo propias.
sa de su predecesor; tan sólo en algu Etnica y lingüísticam ente h ab la n
na inscripción aislada se le denom ina do los acadios son semitas. Las repre
a ú n « d io s d e l p a ís d e A k k a d » , sentaciones artísticas tipifican adm i
apareciendo norm alm ente con el sen rab le m en te su diferente fisonom ía
cillo título de «rey de Akkad». Su te racial, m ás esbelta, lu ciendo larga
rritorio se ha reducido de form a con b arb a y am plia cabellera, en contras
siderable: el Elam se ha independiza te con los tipos sum erios. Es preciso,
do definitivam ente (incluso alguno por otra parte, rechazar cualquier idea
de sus príncipes u su rpa el título im de oposición entre lo sem ita y lo su-
perial de «rey de las cuatro zonas»), m erio en A kkad, por lo pronto p o r
al igual que p arte de las ciudades que el establecim iento del im perio no
de Sum er (se conm em oran cam pañas se produjo com o consecuencia de una
Sumer y Akkad
quizás una actitud de franco colabo sum erio, com o la célebre serie ya cita
racionism o que en contrapartida su da que representa al m ism o Gudea.
p ondría la perm isividad de los guti y
u n a libertad de acción en buena parte
de Sumer. O tra posibilidad que se b a
3. La III dinastía de Clr
raja, aunque es m uy difícil de asentar (2100-2000 a.C.
cronológicam ente, es que G udea y el aproximadamente)
esplendor de Lagash fueran posterio
res a la derrota y expulsión de los gu
ti, lo cual h ab ría supuesto una real y 3.1. La expulsión de los guti
com pleta autonom ía. La liberación plena de la Baja M eso
Sea cual sea su posición política, potam ia provino de la vieja y presti
Lagash es ante todo un centro que se giosa ciudad de U ruk que, al igual
ha relanzado económ icam ente de for que Lagash, había gozado de una no
ma brillante. La actividad com ercial table autonom ía bajo los guti, y qui
y bancaria, artesanal y de construc zás aún en los últim os m om entos de
ción, agrícola, etc., producen una abun Akkad, con una dinastía propia. C o
d ante docum entación que suponen el nocem os bastante bien los episodios
m ás claro precedente de lo que será el concretos de la expulsión del opresor
estado de U r III. La capital, situada gracias a una espléndida inscripción
en G irsu, un núcleo adyacente de L a histórica que probablem ente estaría
gash, se engrandece con el aflujo de destinada en su form a original a or
riqueza. G udea reconstruye el tem plo n am en tar la estatua triunfal del cau
de su dios protector N ingirsu; los m a dillo que realizó la hazaña, U tuhegal
teriales que se em plearon y sus proce- de Uruk. El texto no ahorra los califi
deiTcias son u n a b u en a m uestra de la cativos duros a la hora de calibrar el
am plitud del com ercio lagashita: m a dom inio de los guti, que son «la ser
deras preciosas de roble, plátano, ci piente, el escorpión de las m ontañas
prés y cedro que llegan de Ebla y el que hab ía violentado a los dioses, que
A m anus (los célebres «B osques de había elevado al extranjero la realeza
Cedros») b ajan d o p o r el Eufrates, o a de Sumer, que había llenado Sum er
través de Tilm un. Tam bién hay pie de iniquidad, que había arrebatado
dra de calid ad (incluido m árm ol y su m ujer a aquél que tenía una mujer,
diorita) de las m o n tañas del norte, que h a b ía a rreb a ta d o a su niño a
del Alto Tigris y de M akkan; cobre, aquél que tenía un niño, que había
polvo de oro y plom o de M eluhha extendido la violencia y la iniquidad
com pletan esta lista de m ateriales. en el país...». Se hace alusión expresa
El desarrollo de la producción ar a las dificultades económ icas que es
tística y cultural en general no es m e tab an provocando, cortando las co
nor. Lagash enm arca u n m ovim iento m unicaciones: «Abajo, ha saqueado
de reelaboración de los elem entos tra los cam pos de Sumer; arriba, ha sa
dicionales sum erios que alcanzará su queado las caravanas. Sobre los ca
culm inación con U r III, y que se co m inos del país h a dejado que la hier
noce convencionalm ente com o el R e ba crezca alta». Pero esto va a term i
nacim iento Sumerio. Se em piezan a nar; la desgracia de los guti se expresa
e n c o n trar textos largos en sum erio en u n eclipse de luna que significa el
sobre tem as religiosos o exaltando la ab an d o n o de uno de los dioses p rin
figura del príncipe (por ejem plo, los cipales de los invasores, Sin (la luna).
que cubren m uchas de las estatuas de La victoria de U tuhegal se entenderá
Gudea). Las artes plásticas, em pezan com o u n triunfo del pueblo y de la ci
do p o r la estatuaria, producen algu vilización sum eria; es significativo el
nas de las obras m ás bellas del arte apoyo que tiene de los grandes dioses
Sum er y Akkad 53
del pan teó n tradicional sum erio: En- yo del sacerdocio de N ippur, que le
lil (que le h a encargado expresam en otorga legitim idad y le perm ite titu
te la m isión de «restituir la realeza en larse, ju n to a «rey de Uruk», «rey de
Sumer»), In a n n a (que le apoya en la las cuatro regiones». La expulsión de
lu ch a com o «leona en los co m b a los guti produjo u n a reacción y exal
tes»), D um uzi, o G ilgam esh, el héroe tación «nacional» que alim entará de
sum erio que tam bién es patrono de vigor al últim o período de protago
Uruk. Es m uy probable que un poe nism o histórico del pueblo sumerio.
m a o him no que celebra la victoria de
la diosa In a n n a (cuyo santuario p rin 3.2. Ür-Nammu: los orígenes
cipal, no olvidem os, está en Uruk) so
bre u n a divinidad de los Zagros (la de la 111 dinastía de ür
tierra de los guti), que aparece signifi El fundador de U r III, U r-N am m u,
cativam ente con forma de dragón, sea parece que en principio era el gober
una trasposición al p lano mítico de la nad o r de U r dependiente de U tuhe
victoria de U tuhegal (Schmóckel). En gal. N o sabem os cóm o se produjo el
cualquier caso éste cuenta con el apo cam bio de poder, pero posiblem ente
54 Akal Historia del M undo Antiguo
Los pocos datos de este período ini Los dos sucesores inmediatos, Amar-
cial concernientes a la política exte Sin y Shu-Sin, gozan aún de u n a si
rior expresan un pacifism o (alianzas tuación estable. Es curioso com o la
m atrim oniales con el Elam). Sin em progresiva sem itización étnica y cul
bargo ya en el año 5 se data la reedifi tural que afecta a todo lo sum erio se
cación de las m urallas de Der, puerto ap recia hasta en la m ism a fam ilia
fronterizo con el territorio elam ita, y real: tanto Shu-Sin com o el últim o
el año siguiente se refuerza Kazallu, rey de la d inastía (Ibbi-Sin) llevan
tam bién en la m ism a zona. H acia la nom bres semitas, al igual que la es
m itad de su reinado parece que se posa principal de Shulgi. La activi
precisa u na reform a m ilitar al m ismo dad de Shu-Sin se caracterizará signi
tiem po que un a actitud m ás agresiva ficativam ente por u n a creciente preo
que sugiere que Shulgi consideraba el cupación fronteriza; la presión exte
m om ento ya m ad u ro p ara u n a ex rior obliga a increm entar el poder de
p an sión territorial: en el año 19 se los generales y funcionarios destaca
m encionan levas de arqueros o lance dos en zonas lim ítrofes p a rtic u la r
ros; se va a in co rp o rar a la titulatura m ente am enazadas, lo que, a la larga,
real la fórm ula de «rey de las cuatro repercutió en el deterioro de la autori
zonas» que sin duda expresa la nueva dad real. En el año 4 de su reinado se
concepción im perial o despótica de la co n m em o ra u n a victoria sobre los
m o n arq u ía de U r III y finalm ente am orreos y tras ello se edifica el «M u
Shulgi com ienza u na serie de cam p a ro del Oeste» llamado «el que mantiene
ñas al norte y noreste. Llegará a con alejados a T idnun» (térm ino éste que
trolar A ssur y au n q u e algunos textos se u tilizaba para designar a los am o
poco fiables quieran extender su do rreos). Se ha discutido m ucho sobre
m inio hasta Ebla o Biblos, en la costa el carácter de esta construcción; es di
fenicia, es difícil aceptar que U r III fícil pensar en una m uralla continua
llegara alguna vez a poseer un territo de varios cientos de kilómetros, com o
rio parecido al de Akkad. Es m ejor pretenden algunos autores (por lo m e
p en sar que disfrutaría de u n dom inio nos algún resto se h ab ría localizado
directo de la Baja y M edia M esopota en ese caso). Otros historiadores se
m ia y una influencia política fuerte decantan por un canal o fosa in u n d a
en algunas zonas m arginales, como da, lo cual es m ás factible y conecta
el Elam , que du ran te u n cierto tiempo m ejor con las tradiciones sum erias.
fue prácticam ente u na provincia más. Q uizás el «M uro de Shi-Sin» fuera
Com o sucede en Akkad, a Shulgi le sencillam ente una fortaleza o, mejor,
preocupa m ás la pacificación de las u n a cadena de fortines y puntos ar
rutas p or las que afluyen los produc m ados que sería m ás eficaz para pre
tos deficitarios en M esopotam ia, que venir las incursiones nóm adas. En
dedicar su esfuerzo a una continua todo caso no funcionó, y el sucesor de
am pliación de fronteras, de dudoso Shu-Sin, Ibbi-Sin, será el últim o rey
futuro. Además, hab ía que estar co n de Ur III y de la historia de Sum er en
tinuam ente alerta frente a los pueblos tendida com o entidad política.
de las m ontañas septentrionales, tra El colapso final tuvo su m anifesta
dicionalm ente inquietos, a los que se ción m ás espectacular, tal y com o nos
une cada vez m ayor penetración de lo describen las fuentes, en la irru p
hurritas y de sem itas am orreos. S hul ción de varios pueblos extranjeros que
gi se veía obligado a m an ten er un aunque h a n sido anteriorm ente m en
fuerte aparato defensivo frente a estos cionados, convendría quizás tipificar
p u eb lo s, que recib e el n o m b re de con m ás detalle, no solo por el episo
«M uro de la Tierra» y que será el p re dio concreto al que nos estam os refi
cedente de obras posteriores. riendo sino por su frecuente apari-
Sumer y Akkad 57
Escultura sumeria
(2500 a.C.)
58 A ka l Historia del M undo Antiguo
Estela de Ur-Nina
Esta realeza precisaba un num ero zas, donde hacía falta un poder con
so cuerpo de auxiliares, funcionarios centrado y fuerte para hacer frente a
en definitiva, que asegurarán la fun situaciones com prom etidas. Estos je
cionalidad del sistema. Los adivina fes fronterizos constituían una espe
mos a través de las miles de tablillas cie de grupo cerrado, una élite con
que producen o que les están destina notable capacidad de autonom ía que
das, y que, pese a su núm ero, presen incluso m ostró en ocasiones su desa
tan num erosas dificultades para la ti cuerdo con el poder central. Así, por
pificación de la jerarq uía burocrática ejem plo, la C orrespondencia Real los
de U r III. Los docum entos están re m uestra partidarios de una m ayor fir
pletos de térm inos que reflejan sin m eza y ofensiva frente a los pueblos
duda cargos, de los que apenas pode que presionaban a U r III, lo que con
mos saber algo m ás que el ám bito de trasta con la política francam ente de
sus funciones o el servicio al que se fensiva de los últim os reyes de la di
h allan asignados. En condiciones así, nastía, que se m anifestó claram ente
incluso es com prom etido d ar u n a tra ineficaz (M uro de Shu-Sin).
ducción a n u estra lengua, m áxim e Por debajo, en los niveles medio e
porque la concepción del servicio al inferior se encuentra una m ultitud de
estado era muy diferente de la actual. oficiales, capataces, policías, etc., p a
Así, por ejem plo, hay u n a confusión, ra cuya caracterización hay que espe
o m ejor dicho, indiferenciación, de lo rar que se realicen estudios sectoria
que son las com petencias civiles y les. U no de los mayores problem as
militares, que se yuxtaponen con toda que se nos plantea es saber cóm o se
naturalidad en un m ism o cargo. Por im bricaban y se interrelacionaban to
otra parte la coexistencia de la adm i dos estos elem entos de la adm inistra
nistración de los tem plos y la estatal ción de U r III. Q uizás en esto juga
hace difícil en ocasiones concretar de rían un gran papel los sukkal, especie
cuál de ellas depende un determ ina de correos o em isarios que actuaban
do oficial o funcionario (Garelli). adem ás com o vigilantes o inspecto
Sabem os que los soberanos de U r res; a su frente estaba uno de los per
III se ocuparon activam ente de la or sonajes m ás poderosos y prestigiosos
denación del territorio (buena m ues del estado neosumerio, el sukkal-makh.
tra de ello es el «texto catastral» de Todo lo que acabam os de exponer
U r-N am m u) fijando los límites y de justifica la im agen que podem os dar
finiendo claram ente las provincias. de la estructura social: en el vértice
C ada un a de ellas estaba regida por estaría el rey y su familia, seguido por
u n ensi, ahora reducido a la categoría lo que ha sido definido en ocasiones
de funcionario suprem o del gobierno com o u n a « a risto cracia fu n c io n a -
provincial. C on frecuencia se encuen rial». En la base se encuentra el pue
tra a su lado el shagin, una especie de blo llano, las fuerzas productivas (ar
jefe m ilitar que tiene el m ando del tesanos, agricultores, pastores, m ari
ejército pero que tam bién se ocupa de nos o pescadores, etc.).
aspectos civiles de la adm inistración A unque se puede aplicar en princi
(obras públicas, sobre todo apertura y pio el tradicional criterio de diferen
m an ten im ien to de canales, grandes ciación libre-esclavo, la realidad es
em presas agrarias, etc.). Este sim ple m ás com pleja. D entro de los hom
esquem a no es fijo: hay circunscrip bres libres existen varias categorías:
ciones donde sólo existe la figura del los mushkenum tienen un status ju rí
ensi (a veces incluso dos al m ismo dico inferior a los individuos ricos o
tiempo), y otras están dirigidas única con una posición desahogada. Los
m ente p o r un shagin. Este caso es el eren son un grupo relativam ente im
que se da en las provincias fronteri portante num éricam ente; en Lagash
Sumer y Akkad 63
se calcula que h ab ría unos 6.000 (un anim al de carga). Les está perm itido
tem plo de esta ciudad —y no de los contraer m atrim onio con libres, con
principales— disponía de varios cien dición que tendrán igualm ente los h i
tos de ellos). Su definición es difícil; jos de estas uniones mixtas. Incluso
en principio el térm ino puede signifi tien en d efensas legales c o n tra sus
car tanto «obreros» o «trabajadores» amos: pueden provocar u n a investi
com o «soldados» o «tropa»; podría gación judicial referente a la legitim i
mos entenderlos com o peones que lo dad de su condición servil, pueden
m ism o se utilizan para actividades ci cam biar de propietario en determ ina
viles que com o soldados. A parecen das circunstancias, etc.
encuadrados en unidades o destaca La fam ilia que aparece en la docu
m entos, según un sistem a decim al, m entación de U r III es claram ente
bajo el m ando, en efecto, de oficiales patriarcal: el padre, com o hem os vis
civiles o m ilitares. En fin, se puede to, puede vender al resto del grupo fa
decir que los eren son una población m iliar, repudiar a la esposa con facili
dependiente, asignada bien al tem plo dad, etc. Se presta m ucha atención a
o a la corona, som etida a una servi la continuidad de la fam ilia (buscan
dum bre que le im pone notables lim i do, fundam entalm ente, evitar la ex
taciones (no pueden viajar sin perm i tinción del culto dom éstico y de los
so, p o r ejem plo) y dedicada a u n a antepasados); por ello es frecuente la
serie de actividades agrarias (siem bra práctica de la adopción y se reconoce
y cosecha) y obras públicas en gene al m arido el derecho de tom ar una se
ral (lim pieza y m antenim iento de ca gunda esposa si la prim era resulta es
nales sobre todo), au nque si se consi téril. Pese a todo lo dicho, la situación
dera necesario se constituyen en u n i de la m ujer es bastante buena en rela
dades militares. D entro de este grupo ción con el resto de las culturas del
encontram os tanto hom bres libres co m undo antiguo: tiene derecho a sus
mo esclavos, lo que apunta a una equi propiedades, a actuar com o em presa-
paración en estos niveles sociales infe ria, a intervenir en la vida social (co
riores más por la situación económica mo testigo en los pleitos, por ejemplo)
o laboral que p or el status jurídico. o fam iliar, sobre todo en ausencia del
La esclavitud en la época de la III m arido.
dinastía de Ur, com o se ha repetido La capacidad y buen sentido orga
continuam ente, tiene m uy poco que nizativo de U r III alcanza quizás su
ver con su hom ologa grecorrom ana. más original expresión en la prim era
P ropiedad de un individuo o una ins codificación de leyes conservada. Es
titución (un tem plo, p or ejemplo), los ta pieza excepcional, el C ódigo de
esclavos son gente en general cuyo U r-N am m u, se encuentra, por desgra
status se h a visto rebajado, bien por cia en m uy m al estado, en una tabli
deudas o cualquier otra circunstan lla que fue exhum ada por las excava
cia; incluso un p adre puede vender a ciones norteam ericanas en N ippur, y
su hijo u otros m iem bros de su fam i cuyo prim er estudio y valoración se
lia (pero com o m áxim o por un tiem debe al gran sum erólogo S.N. K ra
po de tres años). La esclavitud ali mer. A unque m arca el inicio de la ri
m entada p o r los prisioneros de gue ca trayectoria legislativa de los pue
rra debía ser la m ás penosa, pero se blos del Próxim o O riente, hay que
puede afirm ar que la situación de los suponer que depende de una tradi
esclavos en U r III no era en general ción jurídica sum eria preexistente. Es
m ala; tienen p erso n alid ad jurídica, razonable p ensar que el desarrollo de
pueden poseer, em prender negocios y la civilización y la cada vez m ás com
com prar su libertad (el precio oscila pleja articulación de las relaciones
ba, pero se puede eq uiparar al de un socio-económ icas que son patentes
64 A ka l Historia d el M undo Antiguo
«La mies»
Impresión de un sello
(2500 a.C.)
berano delante de ese dios com o una tura. Tras darnos algunas preciosas
representación del m andam iento di inform aciones de valor histórico (en
vino para la edición del código (qui frentam iento con Lagash, reform as
zás se trate de u na sim ple escena de adm inistrativas, etc.) U r-N am m u de
adoración). Por otra parte hay una clara que «el huérfano no fue som eti
inscripción en la que se inform a que do al poderoso, la viuda al rico, ni el
U r-N am m u «hizo resplandecer el de hom bre de un siclo al hom bre de una
recho equitativo de Utu e hizo estable m ina». Respecto a las leyes en con
las decisiones (de la justicia)», lo que creto, lo poco que nos ha quedado
ha sido entendido por algunos como perm ite ap reciar que consistían en
un a referencia al código; si es así, es disposiciones relativas a la familia y
interesante la vinculación con la divi esclavos, a la vida agrícola, a penas
n id ad solar (Utu, el p osterior Sha- por haber inflingido lesiones físicas a
m ash) que será la que estará ligada otro, etc. Es de destacar la aplicación
generalm ente a la obra legisladora de de m ultas y com pensaciones en m etá
los soberanos. S h am ash es el dios lico en lugar de castigos físicos, a di
que figura en el relieve que corona el ferencia de las codificaciones poste
C ódigo de H am m u ra b i entregando riores, así com o la utilización de la
las leyes al soberano. ordalía fluvial para acusaciones de
La obra en sí, aunque breve, alcan brujería, lo que se convertirá en una
za en algunos parajes una notable al constante en el derecho m esopotá-
Bibliografía