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I Desarrollo mental y aprendizaje de la geografía*

Michael C. Naish

Introducción

Aquí se trata la consideración de algunas variables psicológicas que pueden influir en el


aprendizaje y la enseñanza de la geografía. Se es necesariamente selectivo al ser esta
una amplia área de estudio. La idea fundamental consiste en la posibilidad de aplicar los
descubrimientos de la investigación psicológica a problemas concretos de estudio,
enseñanza y aprendizaje de la geografía. Se intenta fundamentar la idea introduciendo
las áreas seleccionadas del estudio psicológico.

El desarrollo del pensamiento del niño

La idea del niño como un recipiente vacío que espera llenarse con los conocimientos del
profesor ya no es aceptable hoy en día. Suponía que el niño era un adulto en miniatura,
con el mismo nivel de desarrollo de sus facultades mentales que los adultos y que, por
tanto, simplemente dándole información podía ejercitar estas facultades. La estrategia
lógica de enseñanza, según este modelo, era la del profesor que actuaba como fuente de
conocimientos que se vertían sobre el niño para que éste los absorbiera.
Esta comprensión limitada de la estructura mental en el niño debe quedar descartada a
la luz de las pruebas de los estudios sobre el desarrollo en el niño llevados a cabo por el
psicólogo suizo Jean Piaget. Los estudios de Piaget muestran cómo el pensamiento del
niño se desarrolla a medida que éste madura y gana experiencia de su entorno. Es
cualitativamente diferente del pensamiento de los adultos y pasa a través de una serie de
estadios de desarrollo. Una de las cuestiones fundamentales para el profesor de
geografía debe ser: ¿de qué tipo de pensamiento son capaces los niños, este grupo-
clase en concreto?". El problema del profesorado, por tanto, se hace más difícil por el
hecho de que niños diferentes de un grupo-clase concreto pueden haber alcanzado
estadios diferentes en el desarrollo de sus operaciones mentales. Pero la obra de Piaget,
al igual que la de otros autores, nos ofrece un marco general dentro del cual podemos
estructurar nuestra comprensión del pensamiento en el niño. Por supuesto que nuestro
planteamiento para enseñar a un grupo particular de niños se verá influido por nuestra
comprensión de la naturaleza de sus operaciones mentales.
* En Norman J. Graves (coord.), Nuevo método para la enseñanza de la geografía, Barcelona, Teide, 1989,
pp. 23-28 Y 50-61.

Cuadro I. Una programación conceptual en geografía humana

Temas Localización Interacción

Área local y uso de territorio en Localización de puntos Factores que influyen en la


Gran Bretaña (coordenadas, cuadrículas, latitud “zonificación” de las ciudades y
y longitud); localización de áreas, del campo, necesidades de
tipos de ciudades, zonas en conservación.
ciudades, zonas según el uso del
territorio-área de influencia.

Agricultura y ganadería Modelos de uso del territorio Factores que influyen en el uso
agrícola. del territorio: relieve, suelos,
clima, distancia, escala de
operaciones, demanda, acción
del gobierno y actitudes humanas
y conocimientos: comercio.

Industria y comunicaciones Localización de la industria. Factores que afectan la


localización de la industria:
materias primas, energía, trabajo,
mercados, capital, acciones
individuales y del gobierno y
oportunidad

Redes. Factores que influyen en los tipos


de redes: distancia, tipos de
producto, etc., comercio

Asentamiento Tipos de asentamientos; lugar, Factores que influyen para hallar


zonas urbanas, esferas de el lugar de los asentamientos,
influencia. “zonificación” funcional:
disponibilidad de recursos,
oportunidad, asociación y
segregación, distancia, acciones
individuales y del gobierno.

Problemas ambientales Localización de países El hombre como parte del


desarrollados y subdesarrollados; ecosistema, necesidad de la
distribución de la población, conservación; factores que
localización de suelo productivo e influyen en el estadio del
improductivo, áreas sometidas a desarrollo; ayuda.
catástrofes naturales, áreas de
belleza natural, etc.

Conceptos Representación

Distancia Escala Cambio

Distancias en línea Medición de la escala, Cambio en los modelos Mapas gráficos,


recta, por carretera, y en uso de la escala en los de usos del territorio y fotografías, diagramas.
tiempo; planificación de mapas de jerarquía de en el estilo de la
rutas (itinerarios de centros de compras. edificación.
compras y viajes por
carretera).
Efecto del uso del Escala de operaciones, Cambio en los modelos Mapas/topología,
territorio tanto en la p. ej., tamaño y de uso del territorio gráficos, fotografías,
explotación como en organización de las agrícola. diagramas, maquetas.
términos de distancia a explotaciones agrarias.
un mercado.

Efecto en localizaciones Economías de escala Cambio en los modelos Mapas/topología,


de bajo costo. que influyen en la de localización gráficos, fotografías,
localización. industrial: inercia diagramas, maquetas.
industrial.

Accesibilidad; eficiencia Volumen de flujos y Cambio en las redes.


de la ruta; distancia en rutas.
tiempo y en coste.

Efecto en el Jerarquía de Cambio en las funciones Mapas, gráficos,


espaciamiento de los asentamientos. de los asentamientos; diagramas, fotografías,
asentamientos, tipos de cambio en los modelos maquetas.
bienes y servicios, etc.; de uso del suelo urbano.
eficiencia de la ruta.

Efecto de la difusión de Escala de problemas Tecnología en cambio; Mapas/topología,


ideas y nivel de mundiales: población, actitudes en cambio. gráficos, diagramas,
conocimientos. provisión de alimentos, fotografías, maquetas.
contaminación, etc.

Hacia una base conceptual para el desarrollo geográfico


Estos progresos en nuestro conocimiento del pensamiento del niño han ido acompañados
por importantes cambios en la geografía que se imparte en las escuelas. Uno de los más
significativos es el cambio en los objetivos; lejos ya de la descripción explicativa de las
partes del mundo se va hacia una comprensión de conceptos centrales y principios del
estudio geográfico. En el primitivo trabajo regional, el énfasis se ponía en la descripción
más que en la explicación, pues el profesorado se veía obligado a ello por la exigencia de
estudiar zonas extensas del mundo. Esto condujo a un estudio superficial, basado en
destrezas verbales y acentuando el aprendizaje de informaciones sobre hechos.

Actualmente los esfuerzos se concentran en la comprensión de ideas clave en la


geografía. Esto se basa en la idea de que en cada disciplina ciertos conceptos claves
forman el núcleo de su competencia al que se refieren todos los estudios. Se han hecho
muchos intentos para clasificar estos conceptos. En uno de estos estudios, Catling (1976)
los considera y sugiere que las ideas centrales en la geografía se pueden reducir a tres
"conceptos distintos, pero fundamentalmente interrelacionados". Estos son: situación
espacial, distribución espacial y relaciones espaciales. Los llama conceptos
fundamentales de organización en la geografía y sostiene que algunas ideas sobre la
naturaleza de la geografía tales como las referidas a las relaciones entre hombre y
entorno, planteamiento del ecosistema o punto de vista regional, pueden reducirse a
estos tres conceptos básicos. Incluso se podría afirmar que las tendencias actuales en
geografía radical y humanista deben abordar también estos conceptos fundamentales si
sus investigadores desean que su trabajo se acepte básicamente como geográfico. Si
aceptamos que una cuestión clave para la geografía radical es "¿quién obtiene qué,
dónde?", y otra pregunta clave de la geografía humanista es "¿cómo desarrollan los
individuos un sentido del lugar?", entonces vemos que la evolución moderna en geografía
tiene también, como foco principal, algunas ideas fundamentales sobre el espacio y el
lugar. [...] El currículum se basa en un número de temas que incluye granjas,
asentamientos y problemas del entorno, a través de los cuales los conceptos clave se
desarrollan progresivamente.

Aprendizaje conceptual y percepción


El análisis de la estructura conceptual de la geografía ha llevado a intentos de basar el
aprendizaje escolar en la comprensión, no sólo de conceptos clave, sino también de
aquellos conceptos menos fundamentales y que dependen de aquéllos. Al mismo tiempo
se acentúa la importancia de la práctica de destrezas, a la vez que los estudiantes son
estimulados a utilizar técnicas de "investigación" para descubrir los principios
subyacentes al estudio geográfico.
Es obvio, por tanto, que como profesores necesitamos conocer la naturaleza de los
conceptos. ¿Son concretos o abstractos? ¿Pueden colocarse en orden jerárquico? ¿Cuál
es su nivel de dificultad para la comprensión del niño? ¿Cómo llegan a adquirir los niños
la comprensión de los conceptos? Nuestro planteamiento de la enseñanza de la
geografía ha de orientarse especialmente a la consecución de un aprendizaje eficaz de
conceptos, principios y habilidades. Como este planteamiento se va a basar en el
aprendizaje por la investigación, debemos también considerar las dificultades de
percepción que el niño encuentra cuando se le expone a los recursos para el estudio
geográfico: el entorno, mapas, dibujos y otras fuentes de datos.

Las cuestiones psicológicas que vamos a intentar explorar más ampliamente son: el
desarrollo del pensamiento en el niño, el aprendizaje conceptual y la percepción.

[...]
Conceptualización espacial

Si hay un área concreta de entendimiento conceptual que sea de aplicación


especial al estudio de la geografía es probablemente la conceptualización espacial,
puesto que en geografía nos ocupamos fundamentalmente de la localización espacial, la
distribución espacial y las relaciones espaciales. Eliot (1970) desarrolla la naturaleza de
la capacidad espacial, sugiriendo que hay tres elementos dominantes. El primero es la
capacidad de percibir exactamente modelos espaciales y comparar/os con otros. El
segundo se refiere a la orientación y es la capacidad de no confundirse por las
orientaciones variables, dentro de las cuales pueda presentarse un modelo espacial. La
tercera capacidad, la visualización ·espacial, es la capacidad de manipular objetos en la
imaginación e implica operaciones tales como percibir, reconocer, distinguir y relacionar
la colocación de objetos en el espacio.

Estas habilidades se desarrollan con el crecimiento cognoscitivo del niño, como


han mostrado Piaget y otros. La capacidad espacial del niño crece desde su
conocimiento del espacio perceptual, estático e inmediato, hasta el entendimiento del
espacio conceptual transformable. En primer lugar se encuentra limitado por sus
percepciones a lo que puede ver o captar, pero alcanza un conocimiento conceptual
verdadero del espacio cuando se libera de la tiranía de la percepción e internaliza un
sistema de operaciones mentales reversibles. Para lograrlo tiene que abandonar su punto
de vista egocéntrico del espacio, donde ve las cosas únicamente desde su punto de vista,
y reconocer la posibilidad de otros puntos de vista que puede "ver" en su imaginación.
Esto le capacita para desarrollar un entendimiento mental de relaciones tales como
arriba, abajo, derecha, izquierda, por encima, por debajo, antes, detrás, y le permite
comparar mentalmente longitud, tamaño de áreas, volumen y relaciones proyectivas. Con
estas capacidades puede conservar dimensiones, distancias y sistemas de coordenadas
(Almy, 1967). Si como Almy sugiere, éstas son las capacidades espaciales que poseen
los adultos, como profesores hemos de conocer el potencial que los niños pueden tener
en diferentes edades para desarrollar estas capacidades.

Otra vez Piaget nos ofrece el modelo fundamental para los estadios de desarrollo del
entendimiento espacial. Catling (1973) anota que los descubrimientos de Piaget han
recibido confirmación general, incluyendo estudios interculturales. A continuación se
intenta resumir las características más importantes del desarrollo de la conceptualización
espacial basado en el bosquejo de Piaget, pero incluyendo detalles de otras fuentes.

El modelo de desarrollo lleva al niño a través del entendimiento de tres tipos de


relaciones espaciales: topológicas, proyectivas y euclidianas. Se supone que el niño, en
el estadio sensoriomotor, se mueve dentro de un espacio de acción (Hart y Moore, 1973).
El aprendizaje más temprano es perceptivo a través de la vista y el tacto, lo cual capacita
al niño de cero a dos años a hacerse consciente de su mundo espacial propio, práctico y
local. Su punto de vista espacial es totalmente egocéntrico. A partir, aproximadamente,
de los dos años, el niño empieza a evolucionar desde un entendimiento perceptual hasta
una representación espacial mental o conceptualización.

En el estadio preoperacional, aproximadamente de dos a siete años, comienza a


formarse el entendimiento de las relaciones topológicas. El niño desarrolla ideas de
proximidad, separación y orden de objetos en el espacio, y también las de encierro y
continuidad. Su punto de vista es todavía egocéntrico, en cuanto que encuentra dificultad
para imaginar escenas de modelos desde otro punto vista que no sea el suyo. Es su
propio y pequeño mundo lo que le importa. Gradualmente, la orientación egocéntrica se
va desplazando hacia un sistema fijo de referencias basado en la casa, en el hogar, en
algunas señales y lugares familiares, todos discontinuos y desconectados. El niño puede
empezar desarrollar el entendimiento de cómo funcionan las coordenadas a través del
reconocimiento de lo "vertical" y de lo "horizontal".

Hacia la edad de los siete años y al principio del estadio de las operaciones concretas,
empieza a desarrollar el conocimiento proyectivo a medida que aumenta su capacidad
para tratar con las relaciones en el espacio. Se hace más consciente de la configuración
y la localización y puede dibujar o colocar objetos con una mejor aproximación al orden
correcto. Sigue siendo egocéntrico en cuanto que las áreas que le interesan tienen
prioridad y todavía tiene dificultades para imaginar ordenaciones desde otro punto de
vista. Puede dibujar más fácilmente mapas que se refieren a áreas familiares o rutas
familiares y que se entienden mejor que los mapas que presentan una imagen general de
un área alejada de su propia experiencia.
Hacia los nueve años, y más tarde, se desarrolla el entendimiento euclidiano que lleva
a una completa conceptualización espacial, donde el niño puede entender las relaciones
espaciales mediante la aplicación de un sistema de coordenadas. Por ejemplo, puede
colocar objetos en un dibujo, relacionados unos con otros en términos de tamaño,
proporción y distancia, e incluso también situados correctamente en relación con el
margen del dibujo. Véase la figura 1, que ilustra el desarrollo de la capacidad espacial en
el niño a través de dibujos de mapas. Como Eliot (1970) afirma, el niño desarrolla ahora
una organización cognoscitiva, un sistema de operaciones mentales que le permite
"mantener la posición relativa de una parte de una figura o figuras relacionadas unas con
otras o la exposición completa referente a distintos puntos de vista". Se ha hecho
consciente de las relaciones que unen objetos con otros puntos de vista u orientaciones y
por lo tanto ha descubierto también la perspectiva y puntos de vista diferentes. A medida
que se desarrollan las operaciones formales, el estudiante puede considerar el espacio
teórico, extraído mentalmente de espacios particulares y concretos. El conocimiento del
concepto de infinito le capacita para la comprensión de conceptos como distancia,
longitud, área y volumen, en operaciones mentales. El cuadro 2 es un intento de resumir
los elementos principales del desarrollo cognoscitivo espacial.
Figura I
Implicaciones para la enseñanza y aprendizaje de la geografía

En esta sección reseñamos brevemente la naturaleza de los conceptos y repasamos


algunas ideas sobre el aprendizaje o adquisición de conceptos. Se considera la cuestión
de la conceptualización espacial. ¿Cuáles son las implicaciones de estos trabajos para la
enseñanza y aprendizaje de la geografía?

a) El entendimiento de la naturaleza de los conceptos y la manera en que el


aprendizaje conceptual se realiza tiene implicaciones claras para la planificación del
curriculum. Si el conocimiento conceptual es necesario para un aprendizaje eficaz y para
la resolución de problemas, esto sugiere que nuestro objetivo al enseñar una asignatura
será ayudar a los niños a obtener un entendimiento de aquellos conceptos que sean
fundamentales para su campo de estudio. Para muchos maestros esto implicará una
estructuración cuidadosa del programa de geografía. Lunnon (1969), al terminar un
estudio sobre el entendimiento de ciertos conceptos de geografía en niños de cinco a 12
años, sugirió el siguiente esquema para la construcción de un curriculum:
• Identificación de conceptos clave.
• Estructuración de los mismos.
• Expresarlos en términos operacionales a la luz de la experiencia y de los
esquemas mentales existentes en los alumnos.
• Indicación del nivel de complejidad en que deben desarrollarse los conceptos en
una edad concreta.

Acentuó la necesidad de que los niños fueran ganando experiencia progresiva con
ejemplos de los conceptos, indicando que los ejemplos deberían ir apareciendo dentro de
un continuum de significación progresiva y que, por lo tanto, era necesario un curriculum
en espiral y secuencial. Los lectores reconocerán en esta formulación la influencia del
trabajo de Brunher.

b) La función del profesor se ve más como la de un proveedor de experiencias


apropiadas al aprendizaje conceptual que como fuente de información de hechos. Debe
utilizarse un planteamiento de enseñanza inductiva, puesto que los niños no entienden
completamente un concepto aprendiendo su definición en un diccionario. Por tanto, los
maestros tendrán que proveer y buscar oportunidades para clasificar, discriminar,
denominar y comparar, basado todo ello en ejemplos y en no-ejemplos de los conceptos
en estudio.

c) El trabajo de Gagné habla de la importancia de los estadios primeros en el


aprendizaje de conceptos. Sería útil considerar la naturaleza de los estímulos incluidos en
el aprendizaje estímulo-respuesta. ¿Son estímulos apropiados para la edad y capacidad
de los niños o son demasiado complejos y abstractos, como puede ser el caso de
algunos mapas o textos? Debe acentuarse la importancia de un esfuerzo adecuado de
las respuestas. El aprendizaje ha de ser recompensado si se pretende desarrollar una
motivación constructiva.

d) La importancia de la lengua hablada recibe cada vez mayor atención. Puesto que
damos nombre a conceptos y normalmente expresamos mediante la lengua problemas y
reglas, de ahí se sigue que la lengua hablada, igual que la escrita, puede ser un
instrumento importante para el aprendizaje. Cuando los niños se encuentran en
discusiones constructivas en pequeños grupos, la lengua puede ayudar a su pensamiento
y las ideas pueden saltar de modo creativo. Oportunidades para este tipo de actividad
oral pueden darse mediante juegos, simulaciones y diferentes tipos de resolución de
problemas. La interacción social resultante de este trabajo en grupo también debe ser
valorada.

La lengua escrita se podría utilizar de modo más constructivo como una ayuda al
aprendizaje más que como método de evaluación de ejercicios escritos. Algunas
investigaciones recientes han sugerido que se puede conseguir una escritura más
expresiva a partir de la reconsideración de para qué se escribe y para quién se concibe
ese escrito. Cuando el ejercicio escrito se elabora para la evaluación y el profesor es el
evaluador, existen unas limitaciones obvias, mientras que el trabajo escrito de expresión
puede ayudar al aprendizaje (Martin et al., 1976).

e) El desarrollo de las capacidades espaciales y la conceptualización espacial tienen


un interés particular para el profesorado de geografía. Se podrían concentrar más
esfuerzos en estimular a los niños en actividades como juegos sencillos de orientación,
manipulación de maquetas desde diferentes puntos de vista, incluido el punto de vista del
plano, construcción de sus propios mapas mentales y ejercicios que comprendan la
traslación de maquetas de tres dimensiones a mapas de dos dimensiones. Todavía
queda mucho que hacer en este campo, que requiere concienzudos esfuerzos por parte
de los profesores para contribuir al desarrollo del aprendizaje espacial en el niño.
Se presta una atención considerable a las implicaciones de la teoría de Piaget y a la
naturaleza de los conceptos y a su adquisición, con la convicción de que se puede hacer
mucho para mejorar la calidad de la contribución de la geografía a la educación de una
persona. Se refuerzan las relaciones entre la teoría y la práctica. Hay pruebas de que se
podría hacer mucho más para "comprometer la capacidad de los alumnos para pensar de
un modo lógico y abstracto sobre su entorno político, social, económico y físico y
desarrollar sus destrezas en la organización de investigaciones de la geografía en un
país de una manera estructural" (Slater, 1970).

Percepción y aprendizaje de la geografía

La necesidad de considerar la naturaleza de los estímulos presentados a los niños nos


conduce, finalmente, al problema de la percepción. ¿Qué dificultades encuentran los
niños en la percepción de datos como los que ofrecen las fuentes secundarias, como
mapas, diagramas y figuras?

Percepción directa del entorno


El incremento del interés académico por la percepción ambiental es seguramente bien
conocido de los lectores. Ya en 1970, Saarinen elaboró un trabajo estimulante en este
campo (Saarinen, 1970). En 1980, Graves resumió las principales áreas de interés de
esta manera: "Percepción y calidad ambiental, percepción al azar, imágenes urbanas,
percepción desde ciertas rutas, percepción de barreras, espacio personal y microáreas,
percepción de lugares lejanos y, finalmente, percepción preferente". Para el geógrafo del
comportamiento, la forma en que los hombres ven el mundo, y concretamente su propio
entorno inmediato, es un campo importante de investigación puesto que la percepción
puede guiar el conocimiento y así alimentar el proceso de decisiones.
A nivel de escuela, aumenta el interés sobre cómo los niños ven su mundo. Ya se ha
acentuado la importancia del nivel de conocimiento en el niño y su aprendizaje anterior.
De ahí se sigue que, si queremos desarrollar experiencias eficaces de aprendizaje,
debemos empezar con las mismas imágenes que el niño tiene de su entorno (Hart,
1979).

Por esta razón, los maestros intentan descubrir cómo son las percepciones del niño
sobre su entorno y qué factores guían o limitan su percepción. Esto se lleva a cabo
proponiendo a los niños análisis de mapas o grabados de la zona que se está
estudiando, señalando las características que llaman su atención y por qué. Un segundo
planteamiento consiste en encargarles dibujos de memoria de mapas o de mapas
cognitivos de zonas locales o de viajes que les son familiares. Parece ser de especial
importancia estimular a los niños a conversar sobre los lugares de significación para ellos
y que los maestros estén dispuestos a escuchar y a aprender.
Investigaciones basadas en el análisis de representaciones de mapas cognitivos de
niños sugieren la posibilidad de reconocer una serie de estadios en la capacidad
cognitiva cartográfica (Catling, I 976; véase también figura 1). En el primer estadio, el
sensoriomotor, la capacidad de dibujar no está desarrollada y los primeros esfuerzos son
más bien garabatos. En el segundo estadio, el de la percepción espacial egocéntrica
(topológico en figura 1), la descripción de características expresadas en figuras indica un
conocimiento escaso de la manera en que en una localización los elementos del paisaje
se relacionan unos con otros. La propia casa es punto focal y las rutas son dominantes
en el mapa; únicamente se dibujan aquellas características de especial significación para
la experiencia del niño. En el estadio de la percepción espacial objetiva (proyectivo I en la
figura 1), el mapa dibujado de un niño puede ser extremadamente egocéntrico, pero ya
se expresan más claramente las relaciones y los lugares parecen conectados. Algunas
partes del mapa aparecen coordinadas, pero ciertas características de significación
personal pueden tener un tamaño exagerado.
En el estadio del razonamiento espacial abstracto (proyectivo 11 y euclidiano en la
figura 1, a menudo alcanzando a la edad de II a 12 años), el niño se da cuenta de que el
punto de vista vertical es esencial. Se coordinan las relaciones sobre el mapa y las
distancias están mejor proporcionadas. En los primeros estadios todavía se señalan con
imágenes algunos elementos y quizás se incluya información escrita, puesto que el niño
todavía está aprendiendo a usar símbolos y las formas convencionales. A medida que el
niño progresa en este estadio, se hace más consciente de la naturaleza selectiva y
utilizable de los mapas. Las conexiones entre el desarrollo de la capacidad cartográfica
cognoscitiva y la conceptualización espacial son claras.
El estudio de las representaciones de los mapas mentales de los niños puede revelar
información muy útil. Como maestros que estudiamos y observamos los dibujos de los
mapas cognitivos de nuestros estudiantes, podemos aprender mucho acerca de sus
percepciones y experiencias ambientales.
Hay pruebas suficientes para sugerir que los profesores pueden incrementar
perceptiblemente el rendimiento de su trabajo llevando a cabo investigaciones a pequeña
escala sobre la percepción ambiental de los niños de sus propias clases. Esto les dará
una base constructiva para trabajos futuros puesto que les ofrecerá algún conocimiento
sobre las capacidades conceptuales de los niños, así como su aprendizaje previo y su
percepción actual. Igualmente puede llevar a un mejor entendimiento de lo que influye en
la percepción ambiental del niño y de cuáles son las limitaciones e impedimentos que
afectan su percepción, no solamente del área familiar sino también de zonas
espacialmente lejanas que no han experimentado directamente.

Percepción de fuentes secundarias


Esto nos lleva a considerar el problema del trabajo con fuentes secundarias en el aula de
geografía. ¿Qué dificultades encuentran los niños para percibir fuentes visuales
complejas como mapas, diagramas y figuras? Hay textos de psicología de la percepción
que señalan que ésta puede verse influida por una variedad de factores, como
experiencias de aprendizaje pasadas, nivel de conocimiento conceptual, motivación,
etcétera. También señalan que pueden surgir dificultades perceptuales especiales debido
a la naturaleza del material de estudio. Está claro que con mapas, figuras y diagramas,
los geógrafos tienen un material visual que por su complejidad puede dar lugar a
problemas de percepción e interpretación. Satterly (1964) reconoció dificultades tanto
perceptuales como conceptuales en el trabajo con mapas. Entre los problemas de
perceptuales incluyó los de la diferenciación entre símbolos similares y el problema de
discriminar dentro de la confusión de líneas que pueden encontrarse en mapas
topográficos. Vio esto como un problema de percepción de formas empotradas, donde
curvas de nivel, por ejemplo, compiten en los mapas, para dar una definición clara, con
divisiones de campo y otras líneas.
Satterly pasó unas baterías de test a un grupo de niños para evaluar su interpretación
de mapas y algunas variables psicológicas referidas tanto a su nivel de adquisiciones de
la conceptualización espacial como a su capacidad de percepción. Sus conclusiones
mostraron que el razonamiento de percepción puede ser un factor importante para el
éxito en ciertos aspectos del trabajo con mapas. En concreto, sugirió que el mejor
elemento aislado para predecir la destreza en el trabajo con mapas es la percepción de
formas empotradas.
Este ejemplo sencillo de investigación sobre los problemas de interpretación de mapas
nos señala el tipo de dificultad que debemos considerar al presentar a nuestros alumnos
datos visuales complejos para su estudio. Aunque pueda parecer chocante, sugeriríamos
una ampliación de lecturas en esta materia, pues sería muy beneficiosa para los
profesores que trabajan con todos los niveles de edad, desde niños hasta adultos. Son
significativos aquí los artículos de Heamon (1973) Y Dale (1971).

Implicaciones de los estudios de percepción para la enseñanza


a) Es necesaria una formación a edad más temprana para mejorar las destrezas de
percepción comprendidas en la conceptualización espacial y que pueden tener un papel
importante en el estudio de mapas. Las sugerencias de Satterly indican que los niños
podrían analizar formas para hacerse más conscientes de las relaciones espaciales. Por
ejemplo, se podría presentar a los niños un juego de diferentes formas para que pudieran
compararlas y contrastarlas oralmente. Podrían recortar las formas de color blanco y
pegarlas sobre un fondo negro. Luego, cortar más formas para llenar los espacios en
negro. Los niños podrían ocuparse en ejercicios para el entendimiento de las relaciones
espaciales siguiendo el conocido experimento de las tres montañas de Piaget (véase
Brearley y Hitchfield 1966; figura 2). Podrían observar y discutir la maqueta intentando
reconocer dibujos de la misma desde diferentes puntos de vista, elaborar mapas y
diagramas, etcétera. Igualmente pueden usarse maquetas de viviendas y de aldeas. Esto
podría conducir, en primer lugar, al estudio de zonas familiares a los niños, con mapas a
gran escala y luego al uso de mapas y planos impresos también a gran escala. Hay que
destacar la importancia de estimular en los niños conversaciones sobre las relaciones
espaciales en el curso de este trabajo.

b) Es necesario insistir en la importancia de la enseñanza de destrezas de


interpretación de fotografías. Se debe orientar al niño a reconocer la escala, por ejemplo,
ya evitar la tentación de concentrarse en la forma más que en el tamaño de los objetos.
Hay que prepararlos para examinar la figura entera y no concentrarse en el centro de la
escena o en la característica más llamativa. Hay que hacer un esfuerzo para ayudarles
en explicaciones de detalle y no contentarse únicamente con la descripción. Para este
trabajo puede servir la elaboración de croquis y la rotulación. Como Long ha demostrado
(1953, 1961), los niños tienen tendencia a proyectarse en la figura, con lo cual este tipo
de fantasía puede utilizarse de vez en cuando como un estímulo creador. Allí donde las
fotografías sean un recurso extraño, puede aumentarse su valor como material de
enseñanza mediante un trabajo de discusión y una investigación analítica de su
contenido. De esta manera se pueden resolver dificultades perceptivas. Fotografías
aéreas verticales a gran escala de una zona local pueden ofrecer una introducción útil al
trabajo con mapas.

c) Investigaciones sobre la utilización de atlas por parte de los niños sugieren también
que ejercicios en la lectura de atlas serían de provecho. Sandford (1966), en su primitivo
trabajo, incluyó a 340 niños de edades comprendidas entre los 11 y los 18 años en una
observación indirecta del atlas de Asia. Se les indicó que "escribieran todo lo que el mapa
les dijera sobre Asia". El análisis de las respuestas de los niños reveló que para esta
tarea se encontraron con verdaderas dificultades conceptuales y perceptivas. Este
estudio muestra que tendemos a suponer que nuestros estudiantes están más avanzados
en su capacidad para utilizar mapas y en su conocimiento conceptual de los mismos,
cuando en realidad no es éste el caso.
Sandford se propuso diseñar un curso para mejorar el trabajo con atlas con niños de
11 a 12 años en una escuela inglesa. Descubrió que al terminar el curso habían mejorado
su percepción, técnicas e interpretación, pero que el conocimiento conceptual de la
realidad subyacente en los mapas del atlas apenas había mejorado. Esto puede ser una
indicación referida más al desarrollo conceptual que a la eficacia del propio curso.
Entre las implicaciones generales de estos estudios sobre problemas perceptivos se
citaría la necesidad de prestar más atención en la enseñanza de la geografía a la
naturaleza y la calidad de las percepciones de nuestros alumnos. Deberíamos
cuestionarnos sobre lo que perciben y estimularlos a hablar sobre sus percepciones y a
formular preguntas sobre sus dificultades. Tenemos que reconocer el tipo de dificultades
que pueden surgir a partir de ejemplos concretos de recursos para el aprendizaje y
comprobar la exactitud de las percepciones de los niños. Una percepción exacta es de
importancia considerable para un aprendizaje perceptivo eficaz.

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