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primer cuatrimestre, te ocurriese que al oír la frase – “Yo soy muy exigente”, pensabas en una
persona muy responsable, que le gustan las cosas bien hechas, meticulosa, precisa, alguien
que saca lo mejor de ti, porque te pide y nunca está contento(a).
Ahora sabes que, en ocasiones, una persona exigente saca de ti hasta lo que inicialmente no
había: desmotivación, desilusión, ya que nunca cumples sus expectativas.
Esta persona meticulosa y perfeccionista puede ser alguien exterior o puede ser tú misma(o).
Una persona exigente nunca está satisfecha, nunca es bastante.
En estas épocas, en el mundo, se oye hablar de líderes y se hace distinción entre jefe y líder.
¿Qué diferencia hay?
Podemos analizarlas distinguiendo estas dos formas de ser: “La exigencia y la excelencia”
Veamos comparativamente algunos conceptos asociados a cada una de estas formas de ser
Exigencia Excelencia
Perfección Mejora
Error = fracaso Error = aprendizaje
Ansiedad Posibilidad
Control Fluidez
Creatividad no Creatividad si
Ser = Hacer Ser no es hacer
Inutil Puedo aprender
Sufrimiento Disfrute
Dudas Seguridad
Culpabilidad Responsabilidad
Castigo Soluciones
Tener que/debo Quiero/compromiso
Un ejemplo fácil para que nos demos cuenta perfectamente donde estamos, sería pensar
como actuamos/ sentimos ante un simple error, por ejemplo, estás cocinando y quemas la
comida; estás tomando medidas para ubicar un mueble, calculas mal y queda torcido; te
olvidas de la reunión en la escuela de tus hijos, y…
¿Cuál es la conversación que tenes con vos mismo/a?
Muchos de nosotros estamos educados en la exigencia, debemos hacer las cosas siempre
bien, sin equivocarnos, el error es algo negativo que hay que ocultar, debemos ser perfectos
en todo momento y en todo lugar.