Está en la página 1de 8

Resumen

¿por qué fallan los que razonan correctamente?

NOMBRES COMPLETOS

Institución Educativa Mogambo

Curso

Docente

2021
¿Por qué fallan (con tanta frecuencia) los que razonan correctamente?
Robert Stemberg

Lo más señalado del que razona correctamente no consiste en no cometer errores


nunca, sino por el contrario, en aprender de dichos errores para que no vuelvan a
repetirse una y otra vez. Alguien que razona adecuadamente se le puede perdonar
que cometa errores, aunque quizá no que cometa los mismos errores de forma
reiterada. Casi todos nosotros hemos conocido en alguna ocasión a alguien que
aparentemente razona de forma correcta pero que comete errores demasiado a
menudo y no consigue averiguar el porqué de dicha frecuencia. Las personas
pueden venir al mundo dotadas con algunos de los mejores bienes intelectuales
que pueden transmitirse por la herencia genética o pueden criarse en un ambiente
muy avanzado, o leer un libro como éste y practicar sus capacidades intelectuales
o incluso, pueden convertir sus vidas en un desastre mediante la rutina, pero a no
ser que sepan evitar o por el contrario desviar los escollos que jalonan el camino
del rendimiento intelectual óptimo, pueden encontrarse con que la mayor parte de
aquellos bienes intelectuales, si no todos resultan de escaso valor.

1. La Falta de motivación:

Cualquiera que sea la fuente de la motivación, resulta fundamental como


expresión de la inteligencia y del éxito. La motivación resulta muy importante
poniendo actitud en los diferentes ambientes, este resulta importante debido a que
cada persona presenta motivaciones diferentes cada quien crea su propia
motivación, de nada nos sirve la actitud si no nos motivamos a utilizarla, para esto
hay que poner en práctica ambas emociones y mezclar para dar la impresión de
cada quien.

2. La falta del impulso de control

: hay momentos en la vida donde necesitamos un poco de impulso para contribuir


y mejorar el trabajo intelectual, muchas veces actuamos de manera en que no
reflexionamos y solo somos impulsivos, no viendo los rasgos principales para
controlar esas respuestas impulsivas.

3. La falta de perseverancia y la perseverancia

: Hay personas que se dan por vencidas muy fácilmente, a pesar de su


inteligencia, no intenta nuevamente hasta obtener lo querido, la falta de
perseverancia en las personas es muy compleja ya que en el primer intento no
tienen éxito renuncian a lo que hacen y no buscan solución para alcanzarlo. En
cambio, la perseverancia es cuando intentamos una y otra vez para alcanzar el
objetivo, y aun sabiendo que ya lo logramos intentamos nuevamente para
asegurarnos de que si es suficiente.

4.Utilizar las capacidades erróneas: Cuando nos vemos involucrados en algo


que no nos es favorable aun sabiendo que no es conveniente seguimos
intentando, hasta cambiar por lo que sea conveniente.

5.La incapacidad de convertirle pensamiento en acción: Son personas


incapaces de atribuir el pensamiento a acciones, se quedan emprendidos en
sus ideas, son buenos al momento de dar soluciones a sus problemas.

6.La falta de adecuación hacia el producto: Hay personas que se ven


preocupadas por sus actos, sin embargo, siempre vamos a ser juzgados por
lo que hagamos en la vida.

7.Incapacidad para terminar y llevar a cabo los trabajos: No hay nada en


sus vidas que parezca resuelto o terminable, la persona teme a que cuando
termine un trabajo no sepan que van hacer después, caen en desesperación al
sentirse incapaces de no desarrollarlo.

8.Fracasar desde el principio: Este se da porque no somos capaces y solo


nos dejamos caer fácilmente sintiéndonos no dispuestos a realizar dicha acción
por miedo de proceder a entregarse y estar comprometido demasiado con
cualquier cosa y por ello dispuesto a no hacer nada.

9. El miedo al fracaso.

El miedo al fracaso parece manifestarse muy pronto en la vida. Los que tienen
unos resultados más bajo quizá tengan miedo al fracaso porque lo han
experimentado demasiadas veces y, en el caso contrario, el problema reside en
que no han aprendido a aceptar los fracasos ocasionales como una parte normal
de su aprendizaje. Es un chico muy competente, pero en algunas ocasiones no
parece estar dispuesto a acometer determinadas tareas por miedo a que le salgan
mal.
Muchas personas fracasan a la hora de desarrollar su potencial intelectual total
por que tienen miedo de fallar cuando lo hagan. En algunas ocasiones, el miedo al
fracaso podría ser realista. Si las consecuencias del fracaso son lo
suficientemente grandes, el miedo al fracaso puede resultar bastante adoptivo. Por
ejemplo, toda la estrategia de disuasión nuclear se basa en el miedo al fracaso, la
teoría por la cual ningún país comenzará una guerra nuclear debido al miedo ante
las consecuencias tan desastrosas que tendría tanto para ellos como para sus
oponentes.

10. La indeterminación.

Algunos estudiantes universitarios parecen perderse en los detalles pequeños


como si estuvieran aplazando las cosas importantes, siempre se las arreglan para
tener listos sus trabajos diarios y sus lecturas, pero parece que están aplazando
indefinidamente la realización de aquellos otros trabajos que realmente podrían
permitirles destacar en sus carreras. De forma parecida a algunos alumnos
jóvenes se les da bien el trabajo diario, pero se andan con rodeos cuando tienen
que estudiar los exámenes o redactar los trabajos.

11. La imposibilidad de asumir la responsabilidad.

Algunas personas creen que no pueden equivocarse y se pasan el tiempo


echándole la culpa a otras personas incluso del más leve contratiempo. Otras, por
el contrario, están siempre echándose la culpa de todo a ellas mismas, sin
importarles el papel que han desempeñado en los acontecimientos que han
desembocado en el percance. Por ejemplo, uno de nosotros tuvo a su cargo a una
estudiante universitaria muy capacitada para la investigación, parecía que la
facultad era su mundo y, sin embargo, siempre se estaba echando la culpa de
todo lo que salía mal. Otra estudiante presentaba exactamente el caso opuesto,
siempre se las arreglaba para echarle la culpa a los demás de todo lo que le iba
mal en la carrera.

12. La autocompasión excesiva.

En ese momento, otras personas se compadecieron también por el, pero al cabo
de un tiempo la gente se asombraba e incluso se enfadaba por su continua
autocompasión. Después de cierto tiempo todos esperaban que se espabilase y
se pusiera manos a la obra, pero la autocompasión parece que no termina nunca,
se produce un círculo vicioso en el que uno se compadece de sí mismo cada vez
menos, hasta que, al final, no quieren tener nada que ver con esa persona. La
autocompasión no es sólo inútil a la hora de trabajar, sino que, a partir de un
determinado punto, tiende a alejar a aquellos que podrían sernos de gran utilidad.

13. La dependencia excesiva.

En la mayoría de los trabajos que afrontan las personas, se espera que adquiera,
un determinado grado de independencia. Incluso en los cursos escolares muy
elementales, se espera que los niños asuman de forma gradual algún tipo de
comportamiento independiente recordando, por ejemplo, que tienen que traer los
ejercicios de casa, trabajando de forma independiente en casa, terminando los
deberes a tiempo, etc. La incapacidad de ser independiente de una forma
adecuada a cada edad puede comprometer de forma importante las oportunidades
de los niños en su formación escolar. Con frecuencia, la vida familiar de las
personas puede prepararles de forma inadecuada con vistas a la actitud
independiente que se espera de ellas posteriormente. El resultado es que con
frecuencia tienen que buscarse trabajos de menor responsabilidad o nunca
desempeñan sus trabajos de la forma en la que deberían.

14. Recrearse en las dificultades personales.

Todos tenemos dificultades personales, pero el alcance de las mismas difiere


mucho de una persona a otra. Algunas personas han sufrido varias tragedias en
su vida, mientras que otras parecen haber tenido una existencia regalada sin
haber encontrado casi nunca dificultades. De la misma manera, resulta importante
que la gente no se recree en sus dificultades y permitan que se hunda su trabajo y
los arrastre a ellos con él. En realidad, en épocas de dificultades personales, el
trabajo, así como los demás, pueden proporcionarles parte de la distracción que
necesitan.

15. La distracción y la falta de concentración.

Existe un gran número de personas muy inteligentes que, a pesar de dicha


inteligencia, nunca son capaces de concentrarse en algo durante mucho tiempo.
Hasta cierto punto, la distracción es una variable de la atención sobre la que no se
tiene un control total. Si, sin embargo, suelen distraerse o tienen dificultades de
concentración, entonces deberán hacer lo posible para disponer su entorno de
trabajo de forma que minimice las distracciones. En realidad, deben crear un
ambiente en el que puedan lograr sus objetivos ya que, de otra manera, tendrán
dificultades para conseguirlos.

16. Abarcar demasiado o demasiado poco.


Las personas con tendencia a abarcar muy poco necesitan reconocer ellas
mismas esa tendencia y actuar en consecuencia contra ella. Este tipo de personas
se dan cuenta de que no pueden terminar nada, no porque no trabajen lo
suficientemente para conseguirlo, sino porque solo están realizando pequeños
progresos en cada uno del gran numero de trabajos que están acometiendo al
mismo tiempo. Otras personas se ven incapaces de acometer más de una o, como
mucho, más de dos cosas al mismo tiempo. Este tipo de personas necesita evitar
comprometerse con más actividades de las que pueden manejar de una sola vez.

17. Incapacidad para aplazar la gratificación.

Este tipo de conducta errónea se da porque hay personas que se sienten


incapaces de aplazar la gratificación. Ellas son recompensadas por los demás y
por si mismas, solo por terminar cosas pequeñas dejando a un lado los grandes
proyectos. Por ejemplo, algunos científicos fracasan cuando inician proyectos
realmente importantes, o escriben breves artículos en lugar de un libro; porque no
son capaces de aplazar la gratificación. Entonces, si no aplazamos la gratificación
estaríamos renunciando a mayores recompensas con proyectos más grandes. Si
aplazamos solo por recibir un pequeño reconocimiento, podemos estar perdiendo
una mayor recompensa con un mejor proyecto.

18. Incapacidad o falta de voluntad de ver el bosque a causa de los árboles.

Este tipo de aspecto está presente en las personas obsesionadas con la


perfección de los detalles, por lo que no pueden ver una imagen más amplia de los
proyectos que se están llevando a cabo; es decir, se concentran solo en la
microestructura sin darle importancia a la macroestructura, ignorándola o
prestándole poca atención.

Existen ocasiones en las que la atención debe ser a los detalles, por ejemplo, al
diseñar ordenadores o vehículos espaciales, estas ocasiones los detalles juegan
un papel fundamental en el resultado final del funcionamiento del objeto. Pero, en
la mayoría de los aspectos de la vida cotidiana hay que concentrarse en observar
el margen general de las cosas ya que nos ayudará a conseguir los objetivos que
nos hayamos propuesto.

19. La falta de equilibrio entre el razonamiento crítico-analítico, el


razonamiento creativo-sintético y el razonamiento práctico contextualizado.

Existen ocasiones en que se hace necesario tener una perspectiva crítica y


analítica, otras en que se es creativo y sintético, y ocasiones donde hay que
aplicar el razonamiento en la práctica. La importancia de ello es distinguir el
momento adecuado para utilizar cada uno; ya que algunas personas tienen
buenas capacidades analíticas y sintéticas, pero no saben cuando aplicarlas. Por
ejemplo, las pruebas normalizadas no son para ser creativos, por el contrario, los
proyectos de investigación son una buena oportunidad para desarrollar la
creatividad. Es importante dispones de capacidades analíticas, sintéticas y
prácticas, pero es igual de importante saber cuándo hay que utilizarlas.

20. Muy poca confianza en uno mismo.

La falta de confianza de determinadas personas influye en la forma en la que se


proyectan ante los demás. La confianza en uno mismo resulta muchas veces
fundamental para el éxito; pero es importante NO tener demasiada confianza en
uno mismo ya que las personas que tienen demasiada autoconfianza tienden a no
aceptar que están equivocados o deben mejorar. Poca o demasiada confianza
resulta perjudicial; poca confianza no inspira seguridad mientras que el exceso de
confianza puede cansar, conducir al resentimiento y al deseo de decirle a la
persona que no es tan bueno como cree. Es importante alcanzar el equilibrio justo
entre el exceso y el defecto de todo aquello que sea bueno.

REFLEXIÓN

Lo que realmente importa no es el nivel de inteligencia, sino lo que somos


capaces de obtener de esta.

Para comprender y aumentar esta inteligencia debemos tener la consecución


de las posibilidades intelectuales que cada uno tiene adentro.
Bibliografía

 Sternberg, R. J., & Spear-Swerling, L. (1999). Enseñar a pensar.


Santillana.

También podría gustarte