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Don José María Macarulla, al jubilarse de su puesto en la Universidad del País

Vasco (UPV), fue nombrado Catedrático Emérito de aquella institución, la cual le


solicitó un breve artículo contando la vida y situación de los susodichos Profesores
Eméritos. Entonces él redactó este resumen desenfadado de su historia vital.

Esbozo autobiográfico
José María Macarulla
Catedrático Emérito de Bioquímica y Biología Molecular

Muchos amigos me han preguntado cuál es el significado y cuáles son las


ocupaciones de los Profesores Eméritos universitarios. Yo, como Catedrático de la UPV,
no sé si podré explicar brevemente lo que a mí respecta, ya que es bien sabido y lo
confirma la vox populi que los viejos siempre tienden a contar "batallitas" y que los
profesores quieren impartir "lecciones magistrales" a quien se ponga a tiro. ¡Y está muy
lejos de mi ánimo ser excepción a tan noble y laudable costumbre!

La Lección magistral

Ahora mismo empiezo con ella. La palabra Emérito, como sabrán muchos de
mis lectores, tiene unos 2.000 años de historia, ya que se remonta a los tiempos del
Imperio Romano. En efecto, cuando el emperador quería premiar a los legionarios que
le habían servido fielmente en sus campañas bélicas, les adjudicaba, como obsequio de
jubilación, unas fincas rústicas para que cultivasen hortalizas. Si habitaban en Hispania,
la zona preferida correspondía a la región de Emérita Augusta, es decir, la actual
Mérida. Y esa denominación, tan localista en principio, hoy se ha universalizado: eran
legionarios eméritos.
La Universidad ha captado ese concepto en el sentido de facilitar un cambio en
las actividades de sus viejos profesores. Para ello dispone de una serie de comités o
tribunales que enjuician si resulta útil la continuidad de aquel profesor que iba a
jubilarse, cuando está desarrollando una labor académica importante o trascendental que
no conviene interrumpir. Y, si los dictámenes son favorables, se le otorga el
nombramiento de Profesor Emérito. Aparcando los horarios más o menos rígidos de
clases y prácticas, estos profesores pueden seguir investigando, escribiendo artículos o
libros científicos, dando conferencias, cursos de doctorado, participando en simposios y
congresos, e incluso realizando diversas actividades de naturaleza cultural.

La "Batallita" profesional

A continuación actualizaré mi propia historia, describiendo en primer lugar la


faceta académica, como profesor de Bioquímica, y después la doméstica, como patriarca
de una numerosa familia.
Dentro del primer apartado, estoy reescribiendo un antiguo libro del que se han
hecho seis ediciones y ocho reimpresiones -algunas en México-, participo en un
proyecto de investigación dirigido por el profesor Antón Gómez-Muñoz, doy algunas
conferencias y escribo artículos divulgativos, principalmente sobre Bioquímica,
Evolución o Bioética, tanto en libros ajenos como en la prensa diaria o periódica.
Antes de incorporarme en 1975 a la Universidad de Bilbao - hoy del País Vasco
(UPV) - hice un amplio recorrido, con notable éxito, por toda la geografía hispana, a
saber: licenciatura en Barcelona; doctorado en Zaragoza; contratos como bioquímico en
Navarra y Santiago de Compostela; Agregaduría por oposición en Granada; comisión de
servicio, para poner en marcha la Bioquímica, en Málaga; acceso a la Cátedra de
Granada, donde ejercí como Vicerrector; y, por último, traslado voluntario a Bilbao,
donde he trabajado felizmente los últimos 33 años, es decir, tanto tiempo como en todos
los destinos anteriores juntos.

La "Batallita" familiar

Respecto a los asuntos domésticos, existe una visión popular que cifra la
felicidad y el éxito en la vida cuando se consigue "plantar un árbol, tener un hijo y
escribir un libro". No quisiera pecar de inmodesto si afirmo que ese ideal lo he rebasado
en los tres aspectos con holgada amplitud. En efecto, he plantado tantos árboles que
cada verano descanso a la sombra de mis coníferas y como de la fruta de mis prolíficos
frutales. Tengo, gracias a Dios, cinco hijos con carrera universitaria y 16 nietos, de
edades comprendidas entre dos y 17 años. Y he escrito, casi siempre en colaboración
con insignes catedráticos, un total de 14 libros, todos ellos relacionados con la
Bioquímica. Como nota curiosa diré que al profesor Félix Goñi y a mí nos solicitaron
que escribiésemos unos capítulos para la colección británica "Molecular and Cell
Biochemistry" y más tarde, desde México, nos contrataron para que revisáramos la
traducción al castellano de la colección completa.

Perspectivas próximas

En estos tiempos de pugnas y frustraciones relacionadas con el cobro de los


complementos, la Universidad me ha librado felizmente de esos afanes mundanos,
dejándome, al cumplir los 75 años, con una modesta "pensión de jubilación", por lo que
seguiré mi curso vital "ligero de equipaje", para enfrentarme con ánimo decidido y
agilidad juvenil al próximo "Examen", cuando a él sea convocado. Por fortuna, el
"examinador" es mi Padre-Dios, de quien me consta que quiere con amor infinito a
todos sus hijos.

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