Está en la página 1de 4

Alumno: Juan Carlos Loperena Hernandez

Materia: Economía Política II

Los límites y barreras del sistema capitalista en la jornada laboral, y


la prolongación del plustrabajo en ésta.

En este ensayo se tratara el tema de las barreras o límites que se han presentado a lo
largo de la historia del sistema capitalista y como este las ha traspasado a lo largo de
su crecimiento, ya que el sistema capitalista ha desarrollado una amplia acumulacion
del capital, la cual invierte en el avance de los medios de producción y esto a lo largo
de los años, tiende a incrementar la composición orgánica del capital por la necesidad
de un incremento de la producción y por lo tanto la ganancia. Se hará un énfasis en la
jornada laboral del proceso de producción, en donde las fuerzas productivas se
enfrentan contra el capitalista para idear nuevas formas de sustracción del plustrabajo
en el proceso productivo al incrementar los medios de producción.

En primera instancia hay que aclarar que entre los conceptos de límite y barrera hay
una falacia, porque la libre competencia ha disuelto las barreras que se oponían a
relaciones y modos de producción anteriores, ya que para lo que ahora es una barrera,
para los modos de producción anteriores eran límites dentro de los cuales se
desarrollaban y movían de manera natural. Esos límites no se convirtieron en barrera
sino hasta que las fuerzas productivas y las relaciones de intercambio se desarrollaron
de manera suficiente como para que el capital en cuanto tal, pudiera empezar a
presentarse como principio regulador de la producción. Por lo tanto los límites que el
capital abolió eran barreras para su movimiento, desarrollo y realización. De un modo el
capitalismo no suprimió todos los límites, ni todas las barreras, sino sólo los límites que
se le presentaban, que para él sistema capitalista sólo constituían simples barreras
necesarias para su crecimiento. Los presuntos límites se presentaban así como
barreras a la producción. Según Karl Marx la industria corporativa, en su período de
esplendor, se encontraba plenamente en las relaciones de producción que le eran
correspondiente, que ella misma puso a partir de sí misma y la desarrolló como sus
condiciones inmanentes y, por tanto, en modo alguno como barreras externas y
opresivas. El aspecto histórico de la negación del régimen corporativo, etc., por parte
del capital y a través de la libre competencia, no significa otra cosa sino que el capital,
suficientemente fortalecido, que derribó gracias al modo de intercambio las barreras
históricas que estorbaban y refrenaban el movimiento correcto hacia su naturaleza. Por
lo tanto la libre competencia es un ejemplo entre el enfrentamiento paradójica e
ilusionaria de la barrera y el límite del sistema capitalista, en donde no se pone como
libres a los individuos, sino que se pone libre al capital.
Antes de explicar los límites concretos, es importante señalar que la masa de plusvalor
producida es igual al plusvalor que suministra la jornada laboral del obrero individual,
multiplicada por el número de obreros utilizados. Un ejemplo de esta relación sería que
la producción determinada de la masa de plusvalor, puede compensarse de la
disminución de un factor por el aumento de otra; sí disminuye el capital variable y
simultáneamente aumenta la tasa de plusvalor en la misma proporción, la masa de
plusvalor producido se mantendrá inalterada; la reducción del capital variable en
consecuencia se puede compensar por el aumento proporcional en el grado de
explotación, aunque está sometida a la prolongación proporcionar de la jornada laboral.
La fuerza de trabajo está determinada por el tiempo de trabajo requerido para la
reproducción constante del obrero mismo, pero su magnitud varía con la extensión o
duración del plustrabajo que el capitalista le arrebata a sus trabajadores, las jornadas
laborales pueden ser de 7,9 y 12 horas; ya que mientras mayor sea la duración, mayor
será el trabajo excedentario o el plustrabajo. Pero este llega a un límite máximo por las
barreras físicas y morales de la fuerza de trabajo. La primera ley trata sobre límite de la
jornada laboral, que por naturaleza será siempre menos de 24 horas y que constituye
una barrera absoluta para compensar el capital variable; la segunda ley nos comenta
que si aumenta la masa de las fuerzas de trabajo empleada, o la magnitud del capital
variable, pero no proporcionalmente a la disminución en la tasa de plusvalor, disminuirá
la masa de plusvalor producido; la tercera ley por su parte determina la masa de la
mercancía producida por los factores de la tasa de plusvalor y la magnitud del capital
variable adelantado, pues cuanto mayor sea el capital variable, mayor será la masa de
valor y el plusvalor producido.

El valor de la fuerza de trabajo, o sea el tiempo de trabajo requerido para su


producción, determina el tiempo de trabajo necesario para la reproducción de su valor;
por ende la prolongación del plustrabajo debe lograrse reduciendo el tiempo de trabajo
necesario, pero la reducción del tiempo de trabajo necesario y el cambio en la
proporción de magnitud que media entre ambas partes de la jornada laboral, se
denomina plusvalor relativo. En pocas palabras la prolongación del plustrabajo
corresponde a la reducción del trabajo necesario, ya que la misma masa de medios de
subsistencia que antes se producían en 10 horas por ejemplo, ahora se tendría que
producir en 9 horas.

La otra manera de incrementar el plusvalor es por medio de la producción de plusvalor


absoluto, que consiste simplemente en la prolongación de la jornada laboral más allá
de los límites del tiempo de trabajo necesario para la subsistencia del propio obrero, y
por otro lado en la apropiación del plustrabajo por el capital, ya que presupone la
relación formal del trabajo en el capital. La jornada laboral del trabajo aparece
desglosada en el trabajo necesario y el trabajo excedentario; para prolongar el segundo
se acorta el primero mediante una serie de métodos, con ayuda de los cuales se
consigue producir en menos tiempo el equivalente al salario.

Más que existir estas dos formas de incrementar el plusvalor, la plusvalía absoluta y la
relativa coexisten, ya que la producción del plusvalor relativo presupone la producción
del plusvalor absoluto por medio de la reducción del tiempo de trabajo necesario,
independientemente de los límites de la jornada laboral. El objetivo se alcanza
mediante el desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo, porque conllevan a una
revolución del proceso laboral mismo, que ahora no sólo se alcanza con la
prolongación de la jornada laboral, sino que es necesario darle una nueva
configuración al proceso de producción. Y desde el punto de vista en el sistema
capitalista la distinción entre plusvalía absoluta y relativa puede parecer una ilusión
porque la plusvalía relativa es absoluta en cuanto condiciona la prolongación absoluta
de la jornada de trabajo, después de cubrir el tiempo de trabajo necesario para la
existencia del obrero y es relativa en cuanto se traduce en cimientos hasta el remate de
los procesos técnicos del trabajo que permiten limitar el tiempo de trabajo necesario a
una parte de la jornada laboral.

Por ende el valor de la fuerza de trabajo, no puede caer y por tanto el plusvalor no
puede aumentar, sin que aumente la fuerza productiva del trabajo, ya que no es posible
ningún cambio absoluto de magnitud en el valor de la fuerza de trabajo y en el plusvalor
sin que varían sus magnitudes relativas. Se concluye que no es posible ningún cambio
de sus magnitudes relativas del valor sin que varíe la magnitud del valor absoluto de la
fuerza de trabajo. Porque están determinadas por la magnitud de la jornada de trabajo
que se representa siempre en el mismo producto del valor, por más que varía la
productividad del trabajo y con ella la masa de productos, y por tanto el precio de la
mercancía; ya que una variación en la fuerza productiva del trabajo, si aumenta o
disminuye, opera en sentido inverso sobre el valor de la fuerza de trabajo y en sentido
directo sobre el plusvalor; y al aumentar o disminuir el plusvalor, es siempre
consecuencia y nunca la causa, de la disminución o aumento correspondientes
operados en el valor de la fuerza de trabajo. En una jornada laboral más intensa toma
cuerpo en más productos que la jornada menos intensa del mismo número de horas.
Con una fuerza productiva incrementada en la misma jornada laboral, suministra
también más productos. Pero en el último caso baja el valor del producto porque cuesta
menos trabajo que antes, mientras que en el primer caso se mantiene inalterado
porque el producto cuesta tanto trabajo antes como después. Con el primero aumenta
también la suma de sus precios, mientras que con el segundo la misma suma de valor
no hace más que representarse en una masa de productos acrecentados. Por ende si
el número de horas se mantiene igual, la jornada laboral más intensa toma cuerpo,
pues se convierte en un producto de labor más elevado; y si el valor del dinero se
mantiene igual, su producto de valor tendría que desviarse, respecto al grado normal
de su intensidad. Cuando la fuerza productiva y la intensidad del trabajo son
constantes, pero la jornada laboral es variable el precio de la fuerza de trabajo y el
plusvalor puede aumentar simultáneamente, ya sea con un incremento igual o con uno
desigual. Este crecimiento simultáneo es posible en dos casos: en una prolongación
absoluta de la jornada laboral y el de una intensidad creciente del trabajo sin
prolongación de la primera.

Podemos concluir que el sistema capitalista idea nuevas formas que rompan con los
límites que presentan las fuerzas productivas en el proceso de producción a lo largo de
su historia y desarrollo, para que el capitalista siempre tenga una mayor tasa de
plusvalor y por ende de ganancias. Independientemente si tiene mayor importancia en
el proceso de producción, los medios de producción, siempre va a existir la explotación
laboral al igual que el aumento desmesurado del ejército industrial que podría atribuirse
a la teoría de la pauperización. La magnitud de la jornada laboral y las combinaciones
que pueda tener esta con las magnitudes de la fuerza de trabajo y el plusvalor, es más
compleja y elaborada de como lo describian los economistas clásicos, la jornada
laboral y lo que esto representa puede tener dentro del sistema capitalista, diferentes
formas, las cuales concluyen siempre en el mismo o un mejor resultado, pero que a la
vez esto provoca sus mismas crisis.

Fuentes bibliográficas
- Karl Marx. (2009). El capital.Tomo 1, Volumen 2. España: Siglo XXI editores.
- Roman Rosdolsky. (2004). Genesis y estructura de el capital de marx. México:
Siglo XXI editores

También podría gustarte