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Unidad número 4: Análisis de reemplazo

ANÁLISIS DE REEMPLAZO
Una situación que a menudo enfrentan tanto las empresas de negocios, las organizaciones
gubernamentales y los individuos es decidir si un activo debe dejar de usarse, continuar en
servicio, o reemplazarse por un activo nuevo. Este tipo de decisión es cada vez más frecuente
a medida que continúa el aumento de las presiones de la competencia de todo el mundo, se
requieren bienes y servicios de mayor calidad, tiempos de respuesta más cortos, y otros
cambios parecidos. De este modo, el problema del reemplazo, como se denomina en forma
común, requiere estudios cuidadosos de ingeniería económica para obtener la información
necesaria que permita tomar decisiones apropiadas, con la finalidad de mejorar la eficiencia
de operación y la posición competitiva de la empresa.
Los estudios de ingeniería económica de las disyuntivas de reemplazo se llevan a cabo
usando los mismos métodos básicos de otros análisis económicos que implican dos o más
alternativas. Sin embargo, la situación en que debe tomarse una decisión adopta formas
diferentes. A veces, se busca retirar un activo sin sustituirlo (abandono), o bien, conservarlo
como respaldo en lugar de darle el uso primordial. En otras ocasiones hay que decidir si los
requerimientos nuevos de la producción pueden alcanzarse con el aumento de la capacidad o
eficiencia del activo(s) existente(s). No obstante, es frecuente que la decisión estribe en
reemplazar o no un activo (antiguo) con el que ya se cuenta, al que se denomina defensor,
por otro nuevo. Los activos (nuevos) que constituyen una o más alternativas de reemplazo se
llaman retadores.

RAZONES PARA LLEVAR A CABO EL ANÁLISIS DE REEMPLAZO


La necesidad de evaluar el reemplazo, retiro o aumento de los activos surge de varios cambios
en la economía de su uso en el ambiente de operación. Hay varias razones tras estos cambios,
los cuales por desgracia a veces van acompañados de acontecimientos financieros
desagradables. A continuación, se describen cuatro razones de peso que resumen la mayor
parte de los factores que intervienen:
1. Inadecuación física (desgaste). El término se refiere a cambios que suceden en la
condición física del activo. Es normal que por el uso continuo (envejecimiento) se
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dé una operación menos eficiente del activo. Se incrementan los costos del
mantenimiento rutinario y las descomposturas, aumenta el uso de la energía, tal vez
sea necesario más tiempo de operación, entre otros hechos. O bien, ocurre algo
inesperado, como un accidente, que afecta la condición física y la economía de la
posesión y uso del activo.
2. Modificación de los requerimientos. Los activos modificados se usan para producir
bienes y servicios que satisfacen las necesidades humanas. Cuando la demanda de
éstos aumenta o disminuye, o cambia su diseño, quizá se modifique la economía de
los activos implicados.
3. Tecnología. El impacto de los cambios tecnológicos varía para diferentes tipos de
activos. Por ejemplo, a la eficiencia relativa del equipo pesado para construir
carreteras la afectan menos los cambios tecnológicos que al equipo de manufactura
automatizado. En general, los costos por unidad de producción, así como la calidad
y otros factores, se ven influidos en forma favorable por los cambios tecnológicos,
que dan origen a que los activos que ya existen se sustituyan con más frecuencia por
retadores nuevos y mejores.
4. Financiamiento. Los factores financieros implican cambios económicos de
oportunidad externos a la operación física o uso de los activos, y llegan a implicar
consideraciones impositivas. Por ejemplo, la renta (arrendamiento) de activos podría
verse más atractiva que su posesión.
En ocasiones se hace referencia a las razones 2 (modificación de los requerimientos) y 3
(tecnología), como categorías distintas de obsolescencia. Incluso los cambios financieros
(razón 4) podrían considerarse una forma de obsolescencia. Sin embargo, en cualquier
problema de reemplazo pueden estar implícitos factores procedentes de más de una de las
cuatro áreas principales que se describieron. Sin que importen las consideraciones
específicas, e incluso aunque existe una tendencia a mirarlos con cierta aprensión, el
reemplazo de activos representa con frecuencia una oportunidad económica para la empresa.
Para los propósitos de nuestro análisis de los estudios del reemplazo, a continuación, se hará
una distinción entre varios tipos de vidas de activos típicos. Vida económica es el lapso de
tiempo (años) que da origen al costo anual uniforme equivalente (CAUE) mínimo de la
posesión y operación de un activo. Si se supone que la administración de un activo es buena,
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la vida económica debería coincidir con el periodo que va de la fecha de su adquisición a


aquella en que se abandona, deja de usarse, o reemplaza en el servicio principal que tenía.
Vida de la posesión es el periodo entre la fecha de adquisición y la fecha en que un propietario
específico la da de baja. Un activo dado implica categorías diferentes de uso por parte de su
poseedor durante dicho periodo. Por ejemplo, un carro sirve durante varios años como el
medio de transporte principal de una familia, y después se utiliza para viajes dentro de la
localidad por otros años. Vida física es el tiempo que pasa entre la adquisición original y la
baja final de un activo, a lo largo de la sucesión de propietarios. Por ejemplo, el carro que se
acaba de mencionar pudo haber tenido varios dueños mientras existió. Vida útil es el lapso
de tiempo (años) que un activo se mantiene en servicio productivo (principal o de respaldo).
Es una estimación del tiempo que se espera que un activo se use en un comercio o negocio
para generar ingreso.

FACTORES QUE DEBEN CONSIDERARSE EN LOS ESTUDIOS DE


REEMPLAZO.
Son varios los factores que deben tomarse en cuenta en los estudios de reemplazo. Una vez
que se ha establecido la perspectiva apropiada para ellos, no debería haber gran dificultad
para llevarlos a cabo. En esta sección se estudian seis factores y los conceptos que se
relacionan con ellos:
1. Reconocimiento y aceptación de los errores del pasado
2. Costos sumergidos
3. Valor del activo existente y el punto de vista externo
4. Vida económica del activo que se propone para el reemplazo (retador)
5. Vida (económica) restante del activo antiguo (defensor)
6. Consideraciones de impuesto sobre la renta

Errores de estimaciones pasadas


El centro de atención económica en un estudio de reemplazo es el futuro. Cualesquiera
errores de estimación que se hayan cometido en un estudio anterior relacionado con el
defensor no son relevantes (a menos que esté implicado algún impuesto sobre la renta). Por
ejemplo, si el valor en libros (VL) de un activo es mayor que su valor de mercado (VM)
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actual, es frecuente que a la diferencia se le considere como un error de estimación. Tales


“errores” también se originan porque la capacidad es inadecuada, los gastos de
mantenimiento son más altos que lo previsto, etcétera. Esta asociación es desafortunada
porque en la mayoría de los casos dichas diferencias no son el resultado de errores, sino de
la incapacidad de prever condiciones futuras en el momento en que se hicieron las
estimaciones originales. La aceptación de las realidades económicas desfavorables resulta
más fácil si se plantea una pregunta hipotética: “¿Cuá- les serán los costos de mi competidor,
quien no cometió errores en el pasado?” En otras palabras, se debe decidir si se desea vivir
en el pasado, con sus errores y discrepancias, o estar en una posición competitiva buena en
el futuro. Una reacción común es “no puedo enfrentar la pérdida de valor del activo existente
en que incurriré si se efectúa el reemplazo”. El hecho es que la pérdida ya sucedió, se enfrente
o no, y seguirá existiendo se haga o no la sustitución.
La trampa del costo sumergido
En los estudios de reemplazo sólo deben considerarse los flujos de efectivo del presente y el
futuro. Cualesquiera valores no amortizados (esto es, valores no asignados a una inversión
de capital) de un activo existente cuyo reemplazo se considere, estrictamente son el resultado
de decisiones del pasado, es decir, de la decisión inicial de invertir en ese activo y de las
decisiones tales como el método y el número de años que se usaron para fines de la
depreciación. Para los propósitos de este capítulo, un costo sumergido se define como la
diferencia entre el VL de un activo y su VM en un momento particular del tiempo. Los costos
sumergidos no tienen relevancia para las decisiones de reemplazo que deben tomarse
(excepto en el grado en que afecten a los impuestos sobre la renta). Cuando están implicadas
consideraciones de impuesto sobre la renta, se debe incluir en el estudio de ingeniería
económica el costo sumergido. Es claro que en la práctica pueden cometerse errores serios si
en los estudios de reemplazo se manejan en forma incorrecta los costos sumergidos.
Valor de la inversión de activos existentes y el punto de vista externo
El reconocimiento de la irrelevancia del VL y de los costos sumergidos conducen a la adopción del
punto de vista acertado por usar al asignar valor a los activos existentes para los fines de los estudios
de reemplazo. En este capítulo, se usa el llamado “punto de vista externo” para obtener una
aproximación del monto de inversión de un activo existente (el defensor). En particular, el punto de
vista externo* es la perspectiva que tendría un tercero imparcial para establecer el VM justo de un
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activo usado (de segunda mano). Este punto de vista fuerza al analista a centrarse en los flujos de
efectivo presentes y futuros en el estudio de reemplazo, con lo que se evita la tentación de quedarse
con los costos del pasado (sumergidos).
Vida económica del retador
La vida económica de un activo minimiza el CAUE de poseerlo y operarlo, y con frecuencia
es menor que la vida útil o física. Es esencial conocer la vida económica de un retador en
vista del principio de que los activos existentes y nuevos deben compararse en relación con
las vidas económicas (óptimas) de ambos. Los datos económicos relativos a los retadores se
actualizan en forma periódica (con frecuencia, cada año) y entonces se repiten los estudios
de reemplazo para garantizar una evaluación continua de las oportunidades de mejora.
Vida económica del defensor
Como se verá en una parte posterior de este capítulo, es frecuente que la vida económica del
defensor sea de un año. En consecuencia, debe tenerse cuidado cuando se compara un activo
defensor con otro retador, en relación con las vidas diferentes que intervienen en el análisis.
La importancia de las consecuencias de los impuestos sobre el ingreso
Es frecuente que el reemplazo de los activos origine ganancias o pérdidas a partir de la venta
de propiedades sujetas a depreciación, como se estudió en el capítulo 6. En consecuencia,
para realizar un análisis económico apropiado de tales casos, los estudios deben realizarse
sobre una base después de impuestos. Es evidente que la existencia de una pérdida o ganancia
gravable, en relación con un reemplazo, tiene un efecto considerable en los resultados de un
estudio de ingeniería económica. Una ganancia potencial debida a la baja de activos llega a
reducirse tanto como un 40% o un 50%, en función de la tasa efectiva de impuesto sobre la
renta que se aplique en un estudio en particular. Por lo tanto, la decisión acerca de dar de baja
o conservar un activo existente se ve influida por las consideraciones de impuestos sobre la
renta (Sullivan, 2004).
Unidad número 4: Análisis de reemplazo

Bibliografía
Sullivan, W. G. (2004). Ingenieria economica de DeGarmo . Mexico : PEARSON EDUCACIÓN.

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