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LA ÉPOCA BATLLISTA (Primera parte 1903-1919)

1. La llegada de Batlle al poder

En al contexto latinoamericano, la originalidad del batllismo en su época radicó en su


forma de ascenso al poder. Battle fue electo presidente el 1 de marzo de 1903, por 55
votos en los 82 legisladores integrantes de la Asamblea General. No hubo, por tanto,
intervención popular directa alguna, como tampoco la hubo en 1898, 1900 y 1901.

¿Cómo logró Batlle obtener esos 55 votos en la Asamblea General?. Fue en el marco de
las dinámicas políticas tradicionales como Batlle conquistó uno a uno los votos
necesarios de los otros colorados así como de los 8 votos nacionalistas de Eduardo
Acevedo Díaz (a través de una verdadera obra maestra de maniobras políticas). Aunque
de los tres candidatos colorados, Batlle era el que más apoyo popular tenía, dicho apoyo
no contó para nada a la hora del sufragio. En este sentido, "no habían sido las clases
populares las que lo llevaron al poder sino el personal de "políticos profesionales" que
venían gobernando el país desde hacía ya 40 años" ("El Uruguay del 900", p. 245)

En el clima de elecciones, la posición conservadora se hizo dura, tal vez esperanzados


de poder influir hasta último momento sobre los colorados. Se trataba de "convencerlos"
de elegir un candidato "más prudente" como Mac Eachen. Solo algunos
conservadores, tendieron a preferir a Batlle, "un oriental", que a un "inglés" como
presidente. Pero en general, para la clase conservadora "Batlle era mala palabra en
1903".

¿Por qué los conservadores rechazaban a Batlle? Porque lo identificaban con GUERRA
Civil y porque sospechaban de cierta TENDENCIA RADICAL socioeconómica. El
candidato ideal de las clases conservadoras era Mac Eachen ("el inglés"). Éstas no eran
simpatizantes de la candidatura de Batlle por dos razones:

a. su elección significaría inevitablemente la guerra con los blancos,


poniendo en peligro la estabilidad y el orden político.

b. Se temía su progresismo económico y social

Pero, no obstante, ni las clases populares, ni las medias ni las conservadoras llevaron a
Batlle al poder. Éste "pudo ser presidente pro la originalidad del sistema político
uruguayo, un sistema autónomo -no independiente, entiéndase bien- de las grandes
influencia sociales que pudieron haberse dejado sentir en nuestro país en 1903 o 1911".
(Ibid p. 250).

Para Barrán y Nahum, la llegada de Batlle al poder solo es "comprensible dentro de un


marco interpretativo que tome en cuenta la autonomía del personal político uruguayo
frente a los ricos y fuertes sectores sociales que controlaban la economía" (p. 240).
Si Batlle ganó fue porque "el sistema político uruguayo no representaba a las clases
conservadoras, (...) /ni tampoco/ a los a los sectores medios, los inmigrantes o las
clases populares. El sistema político solo se representaba a sí mismo" (ibid). No
obstante, el Estado no podía desligarse totalmente de los sectores hegemónicos, aunque
en ciertos momentos logró independizarse de los mismos, independencia que para sus
contemporáneos pareció ser absoluta (pese que en el largo plazo fue relativa).

De las posibles relaciones entre economía y política, el Uruguay había configurado


una "vía media": "el sistema político no reflejaba al económico -caso general-, ni
tampoco se oponía frontalmente a él- caso excepcional-, sino que era autónomo" (p.
252). Así, los dirigentes políticos y económicos se diferenciaron.

Para los grupos económicamente poderosos, el gobierno ideal debía garantizar la


propiedad, la libertad individual y el orden/paz. Esto último significaba resolver los
enfrentamientos no mediante la guerra armada sino a través de pactos o por la
competencia política en las urnas. Mientras las clases conservadoras hallasen estos
intereses salvaguardados, permanecieron indiferentes a las "formas" jurídicas que
protegían el estado de derecho. En otras palabras sus intereses se encontraban por
encima del derecho. Esta actitud tiene diversos orígenes:

La diferenciación entre poder económico y político, introdujo la identificación, válida a


grandes rasgos, de blancos = poder económico y colorados = poder político.

Tanto tiempo en el gobierno, los colorados habían logrado hacer de la política una
verdadera carrera, ejercida a través de la vida pública y el desarrollo de la burocracia.

En este sentido, el batllismo se caracterizó por ser "un partido de "políticos


profesionales", (...) con un fundamento más burocrático que popular" (p. 258), el
partido colorado era en sí un partido de empleados públicos.

Fue así como los blancos criticaron combativamente al battlismo tachándolo de


"arribismo político" y "de usufructo del poder". El batllismo a sus ojos no era más que
una "clase burocrática"; "el oficialismo es una fuerza política que emana del Estado (...)
Es el estado actuando en política militantes" (p. 258).. Estos "políticos
profesionales" cuya fuerza emanó del Estado y no de la economía, construyó así su
autonomía. En ello radicó su originalidad y su capacidad para llevar a Batlle al poder a
pesar de la antipatía y el temor de los conservadores.

En síntesis, el Estado como institución política venía creciendo con


fuerza, consolidándose y legitimándose cada vez más como poder; (queda demostrado
en la derrota a la Revolución de Saravia). Ese Estado fue adquiriendo autonomía frente
a la clase alta dominante y las clases populares, por lo tanto se apoyó fuertemente en su
partido, el Batllismo ("el partido del Estado") para el manejo político. Se consolidó
junto a la institución estatal un aparto político burócrata, mientras el partido
experimentaba una fuerte profesionalización de la función política. Surgió un nuevo
patriciado que vivía de y para la política.
2. La Revolución de 1904. Cambios y permanencias.

El proceso político indicado se inicia con una Revolución, ¿no se había alcanzado
todavía la estabilidad política?, ¿seguía siendo la revolución la forma en que el poder se
imponía?, ¿había otra forma de politizar?

La revolución de 1904 podría explicarse dentro del proceso político como una larga
duración por la cual el grupo desplazado del poder (blancos) ha venido intentado
hacerse del mismo por el único medio viable o el único que conocen.

De esta manera se debe tener en cuenta que desde el Pacto de la Cruz (1872) viene
abriéndose una brecha en el poder colorado (concesión de Jefaturas políticas), y de la
misma forma, el proceso de consolidación política viene gestándose desde aquel
entonces hacia un proceso de "institucionalización" (presencia de verdaderos partidos
políticos -carácter progamático/ideológico-). Las revoluciones blancas, en especial de
1897 (Pacto del Cordobés), significó un cambio en el equilibrio de poder semi-regido
por la constitucionalidad del 1830[1].

Con la derrota de la Revolución Saravista el Estado se Consolida y la Modernización se


expande al espectro político (esto es visible según la opinión de Barrán y Nahúm por el
carácter de los debates políticos de la época expresados en los diarios, las secciones de
las Cámaras, etc..).

Como consecuencias políticas de la revolución de 1904 Nahúm señala:

ü Consolidación de la unidad del Estado, con la finalización de la política de co-


participación, la consolidación del poder central, la unificación política y
administrativa del país

ü Un gobierno excluyente de partido. Battle fue el vencedor, y recogió la Jefatura


del Partido. En su proyecto pensaba gobernar sin los blancos, y con su hombre y su
partido.

ü Reforma electoral. Nueva reglamentación en 1904: aumento del número de


diputados de 69 a 75, 7 de estos departamentos tendrían un n° de bancas divisible
por tres (esto podría significarle al partido nacionalista el acceso a cámaras como
minoría si conseguían el tercio de los votos, y no 1/4 como antes). La intención era
aumentar la participación del partido mayoritario y de disminuir la del minoritario.

Aspectos socio-económicos del Batllismo


La industria nacional al principio del siglo XX era en su mayoría, talleres o pequeñas
empresas de carácter artesanal que recién empezaban a usar maquinaria. Solo una
minoría componía el grupo de los grandes establecimientos, donde se concentraban
obreros y máquinas.

Bajo la segunda presidencia de Batlle se tomaron importantes medidas a favor de la


diversificación de la industria, tratando de sustituir las importaciones, para mejorar la
balanza comercial. En tal sentido, el Batllismo se destacó por la siguiente política
proteccionista:

Proteccionismo industrial protagonizado por un fuerte dirigismo económico por parte


del Estado. Efectivamente fue éste quien asumió el papel de fomentar la
industrialización con el fin de fomentar un mercado interno sustitutivo de importaciones
que mermara la dependencia económica del país con el mercado internacional dentro
del esquema centro-periferia. Se trataba de una apuesta por el "crecimiento hacia
adentro".

Como efectivización de esta política pueden citarse:

· una ley que favorecía la plantación de remolacha y la producción azucarera. Se


trataba de favorecer el surgimiento de la industria nacional y disminuir la independencia
del exterior por la importación de azúcar. La misma intención tenía una ley anterior que
eximía de impuestos a la importación de maquinaría textil.

· Ley 1912 que faculta al poder ejecutivo a exoneraciones impositivas (ya desde
1878, 1888 existían leyes aduaneras con un sentido proteccionista) a la importación de
maquinaria agrícola e industrial, y al combustible

· 1911 ley para proteger los sarnífugos. Esta ley provocó un fuerte enfrentamiento
con los terratenientes.

· 1913 proteccionismo al productos como la manteca, la leche, el Pórtland.

· 1915 proteccionismo a la industria nacional de sombreros.

· Elevadísimos impuestos a los productos extranjeros competitivos nacionales:


zapatos, manteca. Si el producto era materia prima o era necesario para la
industrialización o se lo re-exportara, se lo exoneraba

El proteccionismo a la industria "fue, efectivo, aunque algo irregular en su alcance


porque obraba, muchas veces, a impulsos de los sectores interesados" (Nahum, p. 117).

Para Claps el proteccionismo no constituyó un Plan Metódico realizado por el


Batllismo.

En sí mismo constituyó un fuerte debate político que generó profundas críticas y


enfrentamientos entre el batllismo y aquellos que argumentaban el encarecimiento del
costo de vida a causa de sus efectos más inmediatos.
Se presenta aquí el famosos "Dilema de Hierro" manifestado por Frugoni: el
proteccionismo por un lado encarece la vida del obrero (debido a la mayor
industrialización de las potencias centrales, los productos importados podían ser muchos
más baratos que los nacionales), pero por otra parte, el proteccionismo protege la fuente
de trabajo de la industria nacional, que carece de competitividad frente a muchos
productos extranjeros.

La Industria por excelencia fue el FRIGORÍFICO. Las causas de su desarrollo se


deben a :

· presión de la demanda producida por la guerra mundial los obligó a


trabajar a gran ritmo

· aumento de vacunos mestizados. El proceso de redefinición de las razas


ganaderas seguía avanzando, sobre todo con la Hereford (predominante en el medio
rural).

En el perfeccionamiento de las razas animales, era imprescindible que se formaran las


técnicas para ayudar al hacendado y al agricultor. Para ello el Estado disponía de las
recientes Facultades de Agronomía y Veterinaria, y además creó inspecciones de
técnicos que debían recorrer las estancias y chacras del país para llevar ideas y vigilar el
estado sanitario del ganado y los cultivos.

Se ponía el énfasis de la solución del problema agrario en el aspecto educativo,


pensando que la educación y la evolución natural de la economía, habrían de resolverlo
por sí solas.

Por su parte el Estado, a través de Leyes, otrogó facilidades impositivas para la


exportación de carne congelada y enfriada.

Para 1913 el frigorífico y la carne congelada pasaron a ser el primer exportador de


carnes. En 1914 se convirtió en el primer comprador de haciendas. En solo 3 años, la
industria venció por completo a la tradicional. Según Barrán y Nahum, "una Revolución
económica se gestó ante la velocidad del cambio y las consecuencias que éste trajo
consigo". (La civilización ganadera bajo Batlle, p. 207).

La Carne Congelada significó el afianzamiento de la dominación

- del frigorífico

- del ganado mestizo

- de la estancia modernizada

Se cerraba entonces una época en la economía del país: muerte del tasajo y estancia
tradicional. En realidad, los saladeros venían agonizando. El frigorífico le había ganado
la pulseada al tasajo gracias al mestizaje y a la producción de artículos de mejor calidad
y colocación en el mercado (sumado al hecho del aumento de los precios
internacionales a causa de la guerra mundial).

Sin embargo, la superación del frigorífico como progreso en la explotación agropecuaria


no fue ampliada ni general para todos los estancieros.

El censo de 1908 reveló que el LATIFUNDIO (Norte, Este y Centro) y el


MINIFUNDIO (Sur) seguían existiendo por todo el país. Ambos eran signos de formas
antieconómicas de explotación de la tierra. Así se convirtieron en objeto de un intenso
debate político y económico.

Los planes batllistas para enfrentar los problemas de la tierra, fueron intentos de dos
tipos:

· el impuesto progresivo a la mayor extensión de la propiedad y recargo a los


impuestos de herencia

· planes de colonización.

En éste último aspecto el Poder Ejecutivo presentó varias iniciativas, una de ellas
disponía la compra de tierras, que se fraccionarían en chacras y se revenderían por
medio del Banco Hipotecario. En cada centro de colonización se procuraría aliviar a las
familias pobres. Sólo este plan se llevó a la práctica, pero resultó de escaso relieve.

Batlle creyó que la tendencia de la evolución económica tendería por sí sola a la


división de la propiedad.

Podría decirse que existió la influencia del Georgismo (Henry George) en relación a la
política de tierras. Es muy evidente. Batlle criticó el latifundio e intentó incrementar
impuestos sobre el mismo. Pero no consideró a la Tierra -a diferencia de George- como
la única fuente de la pobreza, de ahí su intento de extender su política impositiva a otras
áreas.

Sostuvo un manejo cauteloso del tránsito hacia formas más productivas: colonización
privada, inmigración y ganadería intensiva. Fue mucho más radical en su discurso que
en los hechos.

No tuvo propuestas para el problema del pobrerío rural. Sí combatió el ausentismo


pero respecto al latifundio y la cuestión impositiva, los impuestos fiscales pensados no
representaban un gran aumento en comparación al valor de las tierras.

A fines de la década del 20 surgirá un nuevo radicalismo que promoverá la recuperación


de tierras fiscales ocupadas por terratenientes. Esta radicalización dará lugar a una
segunda reacción conservadora. Pero por el momento ha de pensarse que estas medidas
golpeaban, o al menos preocupaban, a las clases más tradicionales, al sector agro
exportador de la economía e influían directamente sobre sus intereses. De ahí en parte
se explica el "inquietismo" y su respectivo desencadenamiento de la llamada Reacción
Conservadora, que terminará por neutralizar el reformismo batllista.

Pese a este "inquietismo" sentido por las clases altas, el modelo económico del
Batllismo, si bien pretende restringir los excesos del capital -mejorando la situación de
los sectores obreros (conflicto capital-trabajo)-, asume a la propiedad privada como el
motor del desarrollo económico. En tal sentido, debe comprenderse la oposición del
Batllismo la renta, sustituyéndolo por un impuesto a la tierra y a la herencia, así como
también la lucha contra el latifundio o el impulso para formar una capa de medianos y
pequeños propietarios. Apostado en estos supuestos, el Batllismo promueve la "defensa
del capital local", entendiendo que el mismo necesitaba de garantías por parte del
Estado, en aras de emprender el proceso de industrialización fomentado por la política
económica del gobierno.

En lo que se refiere a la agricultura, Frega y Trochón, señalan que el MODELO


ALTERNATIVO (AGRICULTURA E INDUSTRIA) que el Batllismo quería promover
respecto al modelo de país ganadero, no era una idea original. La originalidad del
Batllismo radicó en integrar este modelo alternativo a un proyecto más amplio: el de
modernización. A veces, en el mismo, siguiendo "la pauta del progreso occidental", no
tuvo en cuenta ni las necesidades ni las posibilidades del país.

El MODELO tenía su punto de partida en una "revolución agrícola": al mejorar


(calidad-volumen) y diversificar la producción agrícola, se satisfacería la demanda de
un mercado interno, impulsando el desarrollo de este último. El abastecimiento
satisfactorio del mismo implicaría una disminución de la dependencia de mercados
exteriores, así como también, sentaría las bases necesarias para llevar a cabo la
industrialización del país. De ahí que el mejoramiento del campo agrícola acompañase e
impulsase el proceso de industrialización.

Las autoras señalan que este modelo podría estar muy influenciado por los exitosos
resultados de la expansión agrícola que contemporáneamente estaba obteniendo la
Argentina. En esta comparación, no se tuvo en cuenta las grandes diferencias que en
realidad existían ente ambos países, pensando que el Uruguay podría alcanzar iguales
beneficios.

No obstante, cualquier intento por mejorar la agricultura uruguaya debía comenzar


por eliminar el predominio de la ganadería extensiva, y el latifundio (visto como el
"mayor enemigo del progreso social")

Además del proteccionismo, dos formas claras de intervencionismo estatal fueron la


nacionalización y estatización de empresas y servicios. Si bien el primero es un
concepto más amplio que engloba al segundo ya que implica una fuerte apuesta por al
"capital nacional", ambos términos pueden desarrollarse bajo dos perspectivas: por un
lado la serie de realizaciones que confirman esta política, y por otro, las repercusiones a
nivel social y el enfrentamiento con el capital extranjero, el cual merece tratamiento
aparte.

La estatización formó parte de un proceso de Nacionalización más amplio. Implicaba


la ampliación del Capital del Estado en el plano de las empresas que brindaban los
servicios esenciales. A la vez significaba el fortalecimiento del Estado mismo que
iniciaba un proceso de modernización política y de consolidación de legitimidad y
poder. En sí mismo significaba la ampliación de roles secundarios del Estado, cuya base
ideológica correspondía al precepto de que tales servicios no podían dejarse a la libre
disposición del ámbito privado por tratarse de servicios fundamentales para el desarrollo
de la sociedad. El Estado era el organismo representativo de toda la sociedad y debía
intervenir en dónde el capital privado fuera indeciso o temiera perder dinero, ya que el
Estado no tenía fines de lucro, porque el “Estado no desea ganancias”, sino que su
interés es el servicio público, porque su papel es el de protección. El Estado debía
sustituir a las empresas extranjeras que se llevaban la ganancia y debilitaban al país.

En 1905 el Estado amplió su capital y amplió las obras de la Usina de Luz Eléctrica. En
1907 el Estado compró la compañía telegráfica de capitales brasileros. El deseo de
nacionalizar este servicio deriva de la utilidad que había tenido en la lucha contra los
revolucionarios. Incluso en 1909, el Poder Ejecutivo pidió autorización para instalar una
red telefónica estatal.

El Banco República fue creado como proyecto como Banco Mixto (1896), pero las
acciones no fueron vendidas, por lo que siempre se mantuvo en como propiedad
estatal. En 1911, Batlle envió a la Asamblea un proyecto que fue aprobado rápidamente,
en el cual se establecía que se duplicara el capital bancario e integrarlo con el capital
existente, se crearía un fondo de reservas y la emisión de papel moneda podía llegar al
triple del capital, pero manteniendo siempre un encaje del 40% de la emisión. En 1912,
se promulgó un nuevo proyecto de ley para aumentar los préstamos que el Banco daba
al medio rural con capital propio. En 1913 se elevó el capital total a veinticinco millones
de pesos, completándose el proceso de estatización.

En 1912 se procede a la Estatización del Banco Hipotecario. La función del Banco era
la regulación del crédito sobre inmuebles, influyendo también en la industria de la
construcción y en los negocios territoriales en el medio rural, su papel era demasiado
importante como para quedar en manos de especuladores que sólo buscaban la ganancia
fácil. - El Poder Ejecutivo envía a la Asamblea un proyecto para que el Estado lo
controle y se lo apodere.

En 1911 se crea el monopolio de seguros: Banco de Seguros del Estado. En abril de


1911 el Poder Ejecutivo envió al Parlamento un proyecto de ley por el cual el Estado
pasaba a monopolizar todos los seguros que se realizaran en el país. Sólo el Estado que
no buscaba ganancias y que tenía la obligación de cumplir con una finalidad social,
podía haberes cargo de éste rubro con beneficio a la colectividad. También se evitaría la
fuga de capitales de las empresas inglesas al exterior. Este fue un proyecto
revolucionario ya que no se había realizado en ninguna parte del mundo, por lo que tuvo
mucha oposición. Incluso la Legación de Inglaterra en el Uruguay dirigió una protesta
en la que anunciaba que su Gobierno apoyaría las reclamaciones que elevaran las
compañías inglesas afectadas; esta intervención detuvo el monopolio estatal de todos los
seguros y las compañías inglesas siguieron operando.

En 1912 se obtiene Monopolio de la energía eléctrica. La Usina Eléctrica de


Montevideo fue administrada por particulares desde 1887 a 1897, en ésta última fecha
hasta 1906 pasó a la administración provisoria del Estado y luego de este año, el Estado
la administró en forma directa reorganizando completamente el servicio. Por el proyecto
de ley de 1911, que fue aprobado al año siguiente, el Poder Ejecutivo pedía la
transformación de “Usinas Eléctricas de Montevideo “ en “Usinas Eléctricas del
Estado”, fundando un nuevo monopolio con la generación y distribución de la energía.
Las ventajas para el país radicaban en que no había evasión de capitales al exterior.
Además el Estado se preocuparía por el mejor servicio y no por la ganancia,
extendiendo las líneas para beneficiar a más sectores de la población, podrían rebajarse
las tarifas ya que el objetivo no era el lucro.

En 1915 se crean los Ferrocarriles del Estado. La Administración de Ferrocarriles del


Estado fue creada recién en 1915, bajo la Presidencia de Feliciano Viera, pero tiene sus
orígenes en Batlle. Las líneas férreas en el Uruguay, estaban íntegramente en manos de
compañías inglesas. una de las medidas adoptadas para combatir a la empresa extranjera
fue la construcción de carreteras paralelas a las vías férreas, se procuró canalizar el
transporte al puerto capitalino de la producción agropecuaria. La existencia de otro
medio de transporte era una forma de quebrar con el monopolio ferroviario y de obligar
a bajar los fletes por la competencia. Otro recurso fue buscar la creación de
ferrocarriles estatales, durante este período de gobierno hubo dos iniciativas, que fueron
base de los futuros ferrocarriles del Estado. La primera fue en 1912, cuando la
Asamblea aprobó la formación de un fondo para la construcción de ferrocarriles
nacionales. La segunda iniciativa es de 1914, donde autorizaba al Poder Ejecutivo a
adquirir las acciones de Ferrocarril y Tranvía del Norte que estuvieran en manos de
particulares. La importancia de esta compra radicaba en que el ferrocarril estaba en
Montevideo, con lo cual la rompería el monopolio del acceso a la capital. Además fue la
base para seguir comprando o arrendando extensiones férreas que pasaron a depender
del Estado, haciendo competencia al ferrocarril inglés de altos fletes.

La creciente intervención estatal en lo económico y social, provocó la necesidad de


modernizar la estructura administrativa del Estado, por lo que el Gobierno (durante la
presidencia de Williman) realizó una reorganización ministerial. Así surgieron los
ministerios del Interior, el de Industria, el de Trabajo y Obras Públicas y el de
Instrucción Pública.

La prosperidad económica del país, la obra moderada del Gobierno y la política


conservadora dineros públicos, dejaron un superávit presupuestal, que fue invertido en
obras viales, portuarias y en la creación de escuelas. El país gozaba de un alto crédito
exterior.

El enfrentamiento con el capital extranjero


El Estado tenía un doble interés, primero hacer bajar los precios de los servicios que las
empresas extranjeras prestaban, los cuales eran caros ya que su objetivo era obtener
ganancias. Segundo, dificultar o impedir la salida de importantes capitales del país. Para
cumplir con estos dos objetivos, el Estado desarrolló su política de lucha contra el
“empresismo” extranjero, nacionalizando actividades o empresas.

La lucha del Estado contra la dependencia de capitales ingleses, se vio facilitada por que
se recurrió a otra gran potencia rival; Estados Unidos, en busca de empréstitos y
abastecimientos. A esto se le suma además la Guerra Mundial, la cual debilitó a
Inglaterra. por medio de éste “relevo imperial” las dos potencias se reparten la
dependencia en el Río de la Plata.

En el plano financiero, existió por parte del Ejecutivo, el deseo de lograr una
independencia del financiamiento inglés intentando conseguir empréstitos de otras
procedencias, como es el caso de Francia. Se intentó nacionalizar también la deuda del
Estado.

Según Claps estos planteos son más que un pre-concepto respecto a un Batllismo que
en su política de nacionalización fue anti-imperialismo inglés (de ahí la concepción de
su "lucha contra el capital extranjero) . Para el autor esta mirada debe ser desterrada, ya
que en realidad primero en Argentina, y luego en Uruguay, el margen de inversiones
inglesas no disminuyeron en lo más mínimo. De alguna forma -afirma el autor- se buscó
no espantar el capital extranjero sino compartirlo (el BSE es un claro ejemplo de esta
política).

A su vez, el problema se manifestaba en la sustitución de una dependencia por otra: la


inglesa por la estadounidense. Si se piensa en este sentido la política de nacionalización
de ferrocarriles y tranvías, la misma implicaba la construcción -de forma paralela a las
vías de tren- de carreteras (recordar política de caminos y carreteras). Esto significaba
una clara complementariedad entre el transporte ferrocarril (columna vertebral de la
circulación de bienes y personas) y las ramificaciones de una nueva red de carreteras.
Pero lo que interesa es destacar que éstas últimas más que complementar, competían
con los trenes en el rubro transporte, y detrás de esta competencia se asomaba la
presencia de los intereses estadounidenses deseosos de explotar un mercado automotriz
uruguayo. Esto se aprecia claramente en las inversiones que la Standard Oil realizó para
construir carreteras.

Lo mismo puede decirse respecto al capital extranjero y la instalación de un Frigorífico


Nacional. Existió un intento de creación del mismo, el cual no se concretó (hasta 1928)
por la cantidad de frigoríficos privados que se estaban instalando en el país.

En el plano social, el movimiento obrero hizo sentir sus reclamos de mejoras de salario
y la disminución de la jornada de trabajo, por lo que en febrero de 1905, Carlos Roxlo y
Luis Alberto de Herrera presentaron un proyecto de ley que fijaba la jornada en diez
horas, limitaba el trabajo a mujeres y niños, compensaba accidentes de trabajo y
establecía norma de higiene en los talleres.
Batlle envía un proyecto similar donde se establecía que la jornada de trabajo sin
interrupción no duraría más de ocho horas, establecía un día de descanso para el obrero
y un mes de descanso para las mujeres después del parto. Además disminuye la jornada
de trabajo de los menores. Este proyecto no se concreto.

En 1904 se sancionó el proyecto de Antonio María Rodríguez sobre la “Caja de


Jubilaciones Civiles”, por lo cual los empleados públicos tenían derecho a jubilarse si
tenían más de diez años de trabajo y recibirían ¾ partes su sueldo, y la viuda recibiría la
mitad como pensión.

En el plano doctrinario, en 1905 un diputado cercano al Presidente presentó un proyecto


de ley sobre divorcio que causó una gran conmoción, al punto que se afirmó un petitorio
de rechazo, firmado por miles de mujeres acusando a Batlle de tomar una medida que se
consideraba destructora de la vida familiar. Algo similar sucedió cuando el
Gobierno ordenó retirar las imágenes religiosas de los hospitales.

En 1906 Batlle presentó un proyecto para abolir la pena de muerte, sustituyéndola por
una reclusión mínima de treinta años o una máxima de cuarenta, con la posibilidad de
libertad condicional a la mitad del plazo.

El único proyecto de ley favorable a la clase obrera dentro del Gobierno de Williman
fue enviado por el Poder Ejecutivo a la Asamblea. Era una iniciativa sobre
accidentes de trabajo. Este proyecto fue aprobado recién en 1920.

La ley de ocho horas: como analizamos anteriormente, la ley de ocho horas tiene como
objetivos, los afirmados por el propio Batlle, que el obrero pudiera vivir además de
trabajar, recrearse, leer, interesarse en la política y convertirse en un ciudadano. En el
plano internacional, transforma al Uruguay en un país adelantado y al nivel de las
potencias europeas (Francia e Inglaterra).

Ley sobre prevención de accidentes de trabajo; en 1914 el Poder Ejecutivo envía


al Parlamento un proyecto de ley donde se le encomendaba vigilar a las distintas
industrias para prevenir accidentes de trabajo. Incluía normas de seguridad muy
severas. Esta ley sancionada recién en 1920, completando con los pagos de
indemnización por accidentes de trabajo.

Proyecto de ley sobre pensiones a la vejez, este proyecto fue enviado por el Poder
Ejecutivo en 1914. Fue una iniciativa típicamente humanitaria, por la cual establecía
que toda persona mayor de 65 años que se encontraba en indigencia, tenía derecho a
recibir una pensión. Un proyecto similar a éste se aprobó en 1919.

Proyecto de ley sobre diversos problemas de trabajo, en 1914 dos diputados presentaron
ante las cámaras un proyecto de Eduardo Acevedo que reunía varios problemas
específicos de los trabajadores y les daba una solución muy avanzada para la época.
Incluía cláusulas del control del trabajo relativas a salario, jornada obrera y reglamentos
de taller. Serían materia de acuerdo entre sindicatos de empresarios o patronos y los
sindicatos obreros de cada departamento, también se implantaba la semana inglesa, etc.
Este proyecto no fue aprobado globalmente.
Proyecto de ley sobre indemnización por despido, al estallar la Primera Guerra Mundial
muchos empleados fueron despedidos por temor a una crisis económica, pero la
constitución sólo acreditaba un mes de indemnización. Para remendar esta situación, el
Poder Ejecutivo envió un proyecto a la Asamblea que establecía que el empleado
despedido que hubiera servido dos años tenía derecho a algunos días de sueldo como
compensación; el que hubiera trabajado más tiempo, un mes de sueldo cada dos años de
trabajo y que en todos los casos el patrón tenía que dar un preaviso. Esta ley es la
primera protección contra el despido en nuestro país, fue aprobada el 1/12/1914.

La política social del Batllismo debe entenderse en los marcos de búsqueda de una base
social de poder. Para Carlos Zubillaga esta búsqueda se relaciona con el papel del
Estado, el Partido y el Líder en la conformación de un proceso de carácter populista (ver
análisis sobre populismo pregunta 4).

Más allá de esta postura, es claro sí el Rol amortiguador que el Estado quiere imponer
en la resolución de las contradicciones reales (lucha de clases) a través de la
anticipación ("Estado Providente" -según Zubillaga) al conflicto social. esta
anticipación se manifiesta en la proyección y concresión de un marco jurídico que
otorga de hecho y de derecho beneficios a las clases populares.

Por otra parte, el Estado Batllista no solo debe conformar y amortiguar las
reivindicaciones de una clase popular, sino también debe conformar a una clase media
en ascenso, también a través de una intensa obra legislativa, y a su vez, de la creación de
una burocracia clientelística al servicio del Estado y del Partido. Puede que en estos
marcos, la política batllista se haya centrado más en el medio urbano que el rural.

Para Claps esto es muy claro ya que el Batllismo pretendía la integración política y
socio-económica (desarrollo de mercado interno) que conformara a una clase media.

La prosperidad frágil

La expansión económica que se experimenta en los primeros años del período se ve


frenada por la Crisis de Pre-Guerra ya para 1913 hasta 1917 aproximadamente. Estos
años difíciles mostraron una serie de disminuciones que contrajeron la economía, como
expresan Barrán y Nahúm este período puede caracterizarse de una "prosperidad frágil":

- la disminución del salado favorable de la balanza comercial

- disminución del flujo de inversiones

- disminución del dinamismo de la economía urbana: escasez de capital, rebaja


salarios, ausencia de tecnología que mejora productividad, disminución poder
adquisitivo que produce el estancamiento del mercado interno, etc.

- para 1913 es clara la disminución de la oferta de trabajo y de los ingresos del


Estado
Precisamente la crisis de la guerra impacta con fuertes resultados en la economía
industrial urbana que había impulsado el Batllismo. Como contraparte de esta realidad,
el sector agroexportador rural retoma encausa sus beneficios en función de la Guerra
resultando ésta razón de su fortalecimiento y desarrollo como sector o clase.

Ante la Crisis el Batllismo radicaliza su discurso y busca ingresos fiscales que le


permitan suplir el déficit fiscal (ingresos alternativos). Se hacían evidente las
dificultades financieras del Estado, la recesión de la economía en el medio urbano, y el
aumento de los precios de la canasta básica a causa de la escasez. La desocupación
aumenta, junto con la miseria y las actividades delictivas. Aumenta así mismo ciertas
tasas de mortalidad respectiva a determinadas enfermedades (ej: tuberculosis);
descienden los números de casamientos...

En estos marcos se solidifica la oposición de los partidos y de las clases conservadoras.


Se apreciaba la génesis de la Reacción que culminaría con la paralización del
Reformismo. Recién en este contexto de crisis (19163), las clases conservadoras logran
el comienzo de la unificación como bloque de poder, se unen en un frente conservador
nativo e imperial. Era claro que los intereses eran compartidos: 11% de sus integrantes
participaban en varias ramas de actividades simultáneamente, que a su vez eran
actividades bien diversificadas ("tentaculización de la clase alta"). La reacción tejía su
unificación, el problema sería cuándo acertar el golpe.

Para el Batllismo significó una dualidad a la que debía hacer frente: la crisis pro un
lado, la reacción conservadora por otra. Sus soluciones llegaron tarde; para 1916 los
apoyos sociales habían experimentado un giro político.

Como respuesta a la crisis el Batllismo buscó acompasar las reformas sociales con un
política inmediata que atendiera la situación crítica actual, pero en realidad era
inevitable achicar el gasto público perjudicando a parte de los sectores donde
encontraba su principal sostén político:

- atraso en el pago de los salarios públicos (hasta cuatro meses)

- paralización de los planes: el de una Marina Mercante Nacional, Educación, etc..

- nuevos impuestos: tierra, ausentismo (1916), proyecto de aforo individual de la


propiedad, impuestos al consumo popular (cigarros, alcohol..)

- rebaja salarial funcionarios público del 15 %

- Recorte de Gastos (excepto en el Ministerio de Guerra y Marina).

- Rescatar tierras fiscales

Es una clara radicalización del batllismo, actuación de su "ala izquierda", pero que
provoca la presión más sostenida de las clases conservadoras, que sin embargo, todavía,
no logran la adhesión de los sectores populares a su causa.

Pero la caída del salario real (1907-1916) será percibida por las masas -según Barrán y
Nahúm-.
"Todo impulso tiene su freno". La reacción conservadora

Siguiendo los planteos de Barrán, ("Los conservadores uruguayos" de 1870 a 1933),


1911-1915 más el primer año y medio de la presidencia de Viera, puso en
cuestionamiento desde el gobierno el ORDEN CONSERVADOR. Así se generó un
esquema de alianzas que implicaron una reacción en bloque del sector conservador
denominado "reacción conservadora" (Barrán y Nahúm). Este esquema estaba
compuesto:

- Partido Nacional + "clases conservadoras"

- Unión Cívica + clase alta creyente

- Escisión del batllismo del Riverismo (Partido Colorado General Fructuoso Rivera,
líder Manini Ríos)

El 30 de julio de 1916 (elecciones para Convención Constituyente) esta coligación de


fuerzas derrocaran al batllismo.

Fue entonces, en una primera instancia, ese reformismo lo que provocó el temor de las
clases conservadoras que no veían en dicho movimiento un límite definido ("para los
diputados batllistas la propiedad es un robo". L. A. de Herrera). Barrán destaca como
causas atemorizantes dentro de dicho movimiento:

- segundo proyecto de legislación laboral, hecho ley 1915

- estatización,; propuesta impositiva (tierra, herencia, contribución inmobiliaria,


ganado)

- secularización estatal

- nuevas formas morales y concepción de familia

- anticlericalismo

- racionalización de la vida cotidiana que atenta contra la tradición

- ideología que critica las elites y la visión de calidad primando sobre la mayoría
(democracia)

- Reforma Constitucional (apuntes de Batlle 1913).

La clase conservadora asustada (sobretodo el sector latifundista) era exacerbada por la


crítica de la oposición política al oficialismo, es decir, por los blancos, los riveristas y
los católicos, elementos todos excluidos del poder político. Para Barrán los líderes de la
clase conservadora (Carlos Reyes y José Irureta Goyena) en un estado de
incontaminación política, reconocen que el batllismo es menos peligroso como
movimiento político que algunos principios sustentados por su ala más radical. Pero aún
así, estos conservadores lo consideren "inquietismo"[2].

Es común pensar que la reacción conservadora estaría liderada pro el más conservador
de todos los partidos: la Unión Cívica. Pero esto nunca sucedió. La mayor parte de la
clase conservadora se acomodó dentro de los Partidos Tradicionales, incluso la mayoría
de ésta apoyaba el proceso de secularización y gozaba de un espíritu altamente
anticlericalista. Lo que muchos contemporáneos llamaron el "fracaso de la Iglesia" por
recuperar cierto poder o dominación perdida, no tenía mucho sentido en un marco
donde las clases conservadoras no estaban dispuestas a hipotecar su futuro político
apoyando a una fuerza "insignificante" como lo era la Unión Cïvica. De cierto forma -
explica Barrán-, los conservadores hallaron en el Partido Político a las divisas, y esto
les permitió arraigar en la masa popular lo suficiente como para derrocar el batllismo en
las urnas (concepto que concuerda con el de Caetano, como se verá más adelante)

El Riverismo se separó porque acusó al batllismo de confundir "democracia y


socialismo", y en favor de la primera, reivindicó nuevas garantías para el voto político.

El Partido Nacional (principal fuerza de oposición a Batlle), se plantó baja su tradicional


bandera del sufragio libre, y la defensa social. No se sabe en realidad que pesaba más
para este partido, si la libertad de sufragio o el interés de clase. Un diario blanco "La
Democracia", en 1916, calificó al Batllismo de "la gran comuna", haciendo alusión a su
carácter socialista.

Para G. Caetano el consenso del Reformismo fue quebrado cuando éste se sobrepasó en
sus cambios, y tal concepto -reforma- pasó a ser objeto de polarización política. Así
partes del mismo partido colorado, y el anticolegialista nacional se fueron oponiendo a
los apuntes de Batlle de 1913... se forjaba la matriz conservadora de carácter
ANTIREFORMISTA y ANTIBALLSITA. Era el comienzo de la Reacción
Conservadora:

Frente al "inquietismo" batllista los sectores dominantes buscaron la forma de mantener


a salvo sus privilegios y/o intereses. Lograr esto significaría nada menos que romper la
prescindencia de la clase alta con la vida política. En 1915 se crea la FEDERACIÓN
RURAL que se conforma como un grupo de presión moderno. Integrarlo por la clase
alta rural, este grupo liderará la Reacción Conservadora. Tanto como parte de la
reacción y por su antireformismo natural, este grupo de presión buscará una ALIANZA
con los sectores antireformistas dentro de los PARTIDOS. Aquí es donde surge -bajo la
mirada de Caetano- la convergencia de la POLÍTICA DE PARTIDO y la POLÍTICA
DE PRESIÓN(extrapartidaria), plasmándose entonces un MODELO de
MOVILIZACION POLITICO para los conservadores. Esta misma reacción apoya la
política de Viera y a la coalición anticolegialista.

La Reacción Conservadora tiene conciencia de sí: sabe el grado de movilización que


ella representa; por tanto, intenta -y logra- forjar sólidos vínculos e injerencias (ejemplo
claro es la escisión del vierismo del reformismo).
La derrota del batllismo

Carlos Real de Azúa se pregunta, ¿hasta que punto la dialéctica interna de un


movimiento político se mueve sin trabas en cierta dirección, o por el contrario, son
factores externos, supervivientes, fuera de su alcance los decisivos?, ¿hasta donde ese
movimiento político moldea la sociedad?

En el agotamiento de un impulso juegan una serie de interacciones entre partido y


circunstancias. ¿Por qué se frustró el movimiento progresista?, ¿era el batllismo
progresista[3]?, si lo era, ¿sus efectos terminaron agotándolo y estancándolo?

El 30 de julio de 1916 se llevaron a cabo las elecciones para la Convención Nacional


Constituyente. Las mismas reflejaron una triplicación del número de sufragios respecto
a la participación política de principios de siglo. En efecto, todos los sectores
reconocieron el carácter popular y honesta de estas elecciones.

Los resultados reflejaron un claro triunfo del anticolegialismo y de las clases


conservadoras, que a interpretación de Nahúm "llenó de asombro paradójico a los
batllistas (en las primeras elecciones populares el batllismo era derrotado).

Nahúm explica esto bajo dos posibles razones:

· algunos sectores de clase media, asustados del radicalismo


batllista (innovaciones sociales y anticlericalismo), se volcaron hacia la reacción
conservadora

· el batllismo triunfó en el medio urbano (Montevideo) pero la Campaña ligada al


modelo caudillista y tradicional votó en su contra.

Nahúm señala esta derrota como un "doble viraje", político y social: el primero será
protagonizado por la política de compromiso que tendrá su primer fruto con la
Constitución de 1818; el segundo lo dará el Presidente Viera y su "alto" en el camino
del reformismo. Este alto significaba también un compromiso pero entre el vierismo y
los conservadores. De alguna forma, para Nahúm, el alto era imprescindible para
devolverle unidad al Partido Colorado, solo que dicha unidad pagaba el precio de
sacrificar el reformismo.

La derrota del Batllsimo en las elecciones nacionales tiene su explicación según


Zubillaga en el error político del partido. Para este autor el Batllismo se equivocó en no
poder romper con el modelo tradicional político, no pudo dejar al lema del Partido
Colorado, no pudo romper como un nuevo partido y se mantuvo atado a la "divisa".
Esta política de co-participación tenía cierta viabilidad en la medida que existiera la
presencia de un líder; al morir Batlle, dicha política de alianza se negativizó[4],
provocando una fractura interna dentro del mismo partido que concluyeron con el fin
del reformismo y en el golpe de 1933.

En definitiva -conluye Zubillaga- el Batllismo careció de autonomía porque no tenía


suficiente fuerza electoral, y careció de poder para conservar su hegemonía e imponerse
dentro del mismo Partido Colorado. El Batllismo fue un híbrido que reflejó el
inequívoco de su conflictiva integración social.

Para Caetano 1916 representó un "giro" fundamental en la política: abrió el camino


para los conservadores y hizo que éstos redescubrieran los beneficios de la unión entre
los Partidos y los Grupos de Presión, es decir, la unión entre la oposición política al
batllismo y la oposición social. a su vez significó el "fin del apolitismo
conservador" que el Batllismo había desterrado hasta el momento.

El Alto de Viera significó un notorio viraje de la política gubernamental en materia


económico y social buscando el respaldo de estas fuerzas conservadoras del país, pero
en especial, del sector riverista del Partido Colorado.

Los conservadores -blancos y colorados- saludaron con simpatía el mensaje del


presidente. Reconocían que el resultado electoral del 30 de julio imponía una
modificación en la línea batllista y el abandono el "inquietismo" social.

Para demostrar que el Gobierno se ajustaría a tal mensaje "Debemos dar un alto en el
camino...") el Presidente reformó a todo su gabinete, dando entrada en él a dos
anticolegialsitas y a un nacionalista (partido blanco).

Desde el inicio del mandato hasta su final, Viera habrá de contar para frenar la obra de
gobierno que venía realizándose desde 1905, con el respaldo masivo.

Así, 1917 representará el intento de una confluencia directa conservadora de una


"coalición popular" como frente político. Sin embargo el Gobierno vence en las
elecciones; se impone entonces el triunfo de la división tradicional partidaria. Esto
implica suponer que si la "coalición popular" hubiese ganado, hubiese significado el
quiebre del sistema tradicional de partido; sin embargo la derrota impulsó a la
Federación Rural a buscar menos compromiso político y más eficacia como grupo de
presión para el logro de sus intereses de clase.

Durante el período Viera-Brum, los conservadores se abogarán a dos tareas principales:


la neutralización de la agitación sindical sin recurrir a concesiones (reivindicaciones
sindicales), y la creación y consolidación de bases permanentes que le permitiera poner
freno el reformismo, a través de la búsqueda de su "aislamiento".

Para Barrán ("Los conservadores uruguayos") 1916 también planteó un "giro" en el


proceso político: fue el triunfo del CONSERVADURISMO SOCIAL y la
DEMOCRACIA ELECTORAL. Los partidos políticos usaron -según este autor- a todas
las clases sociales, e incluso llegaron a moldearlas. Este uso cristalizó en tres planos:
electoral, conductor, formativo de un orden conservador (imaginario social). Todas las
clases saldrán de este enfrentamiento partidario con más conciencia de sí.
Siguiendo a Barrán, esos partidos condujeron más a las clases conservadoras que estás a
ellos, debido al poder creativo que desarrollaron los primeros, es decir, la capacidad de
impulsar los intereses de las clases conservadoras logrando a la vez impulsar sus
intereses de poder y sus principios programáticos. Esta es la gran "conversión" de los
conservadores: adoptar los principios políticos de la oposición partidaria que abogaba
por una purificación del ejercicio democrático. El fin de est adopción: obtener el
acercamiento al sector popular. Fue así como paradójicamente las clases conservadoras
se volvieron defensoras del sufragio puro, del voto secreto y de la representación
proporcional, las miasmas clases que en el proceso político del país de 1816 a 1876, e
incluso, en 1933, no habían apoyado a ningún régimen que no fuera opuesto a la
libertad política. Peso de la propaganda política en esta conversión fue enorme. Se
pretendía defender el orden social y atacar al batllismo, tildarlo de despotismo,
socialismo... se reaccionaba contra el estatismo generador de burocracia clientelar,
contra el refomismo, etc... Este giro repentino pero a su vez irónico, donde la
derecha parece virar hacia el populismo.

Pero si bien las clases conservadoras aceptaron las posturas de la oposición política la
Reformismo (en particular de aquellas por las cuales el Partido Nacional peleó en 1897
y 1904), con el propósito de "vestirse de divisa" (contacto / impacto social), la
democracia política distaba mucho, demasiado de los intereses tradicionales
conservadores (ideología de clase) y lo cual conducirá a estas últimas a un inmediato
enfrentamiento gobierno-clase conservadora. Para 1928 esta clase confirmará que la
sospecha de que había cometido un grave error político era certeza: nunca debía haber
apoyado la democracia política.

[1] "Semi-regido" debido a que si bien las instituciones se consolidaron después del
militarismo, la práctica político y su legitimidad continuó viciada de las formas
clientelísticas de circulación del poder.

[2] Reyes en 1916 juzgó al batllismo como una solución pequeño burguesa. J. I. Goyena
(1918) lo llamó "inquietismo", afirmando que tal condición era peor que el socialismo
que por lo menos estaba definido, para él, el batllismo "siempre iba a favor del viento"

[3] Progresista para Real de Azúa es un movimiento que despoja de la hegemonía social
a los sectores agrarios tradicionales por los burgueses abriéndole por vía evolucionista. -
más o menos tímidamente-, paso al derechos social, a la tutela de los trabajadores y a la
protección de éstos por medio de leyes laborales. Se asocia también con la política de
nacionalización/estatización; con la consolidación del Estado (legalidad), con los
derechos y garantías, con el pluripartidismo.

[4] Batlle había sostenido siempre como crítica a la política de alianza o co-
participación la negativa que la misma implicaba ya que posibilita el retiro de apoyo
(votantes) que no quieren votar al enemigo o al contrario con quien ha transado el
partido.
Leer más: https://historiaciclobasicolacoronilla.webnode.es/sexto-derecho/epoca-
batllista/

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