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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCIÓN

FACULTAD DE FILOSOFÍA

CARRERA DE PSICOLOGIA

Evaluación del Apego en Universitarios

Estilos de Apego Adulto en Estudiantes de la Especialidad de Psicología Clínica de la

Universidad Nacional de Asunción

Informe Final de Investigación preliminar

Tutora

Macarena Sofía Gauto Quiñónez

Autores

Nathalia Beatriz Giribaldi Mora

Aracelli Belén Machuca Marecos

Kevin Iván Sánchez Benítez

Asunción – Paraguay

2017
ÍNDICE

RESUMEN 4
INTRODUCCIÓN 6
1. Planteamiento del Problema 8
1.1 Antecedentes 9
1.2 Pregunta General 11
1.3 Preguntas especificas: 11
1. Objetivos 12
2.1 Objetivo General 12
2.2 Objetivos Específicos 12
2. Justificación 13
CAPÍTULO I 14
Marco Teórico 14
1 El Apego 14
1.1 Apego 14
1.1.1 Concepto 14
1.1.2 Principios básicos de la teoría del apego. 16
1.2 Apego infantil 20
1.2.1. Desarrollo del apego infantil 20
1.2.2 Clasificación de acuerdo al Modelo Representacional 21
1.2.3 Clasificación de Ainsworth 22
1.3 Desarrollo del apego adulto. 27
1.3.1 Modelo de apego adulto de Kim Bartholomew. 29
II. HIPÓTESIS 32
III. VARIABLES 33
3.1 Definición Conceptual 33
1. Apego 33
3.2 Definición Operacional 33
CAPÍTULO II 35
Metodología 35
2.1 Enfoque, tipo y nivel de investigación 35
2.2 Delimitación Temporal y Espacial 35
2
2.3 Universo de estudio, población y selección de la muestra 35
2.3.1 Población 35
2.3.2 Muestra 36
2.3.3 Tipo de muestreo 36
2.3.4 Criterios de Inclusión 36
2.3.5 Criterios de Exclusión 36
2.3 Métodos, técnicas e instrumentos de recolección de datos 36
2.4 Procedimientos 37
2.5 Análisis de datos 37
2.6 Consideraciones Éticas 38
CAPÍTULO II 39
Resultados 39
1. Estadísticos descriptivos 39
CAPÍTULO IV 41
Discusión 41
CAPÍTULO V 43
Conclusión, Recomendaciones y Limitaciones 43
5.1 Conclusión 43
5.2Limitaciones 43
5.3 Recomendaciones 44
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 45
ANEXOS 48

3
RESUMEN

La Capacidad que tiene los individuos para relacionarse afectivamente

unos con otros permite que se constituyan en seres sociales y tienden

activamente a construir comunidades organizadas que resguarden y

regulen esta interacción social.

Esta investigación de diseño no experimental con alcance descriptivo,

con enfoque cuantitativo y de carácter transversal; tuvo como objetivo

identificar el Estilo de Apego predominante en estudiantes de psicología

clínica de la Universidad Nacional de Asunción para ello se aplicó el

Cuestionario de Apego Adulto (Melero y Cantero, 2008) a una muestra

de 86 sujetos.

De acuerdo al análisis mediante el Programa Estadístico para Ciencias

Sociales (SPSS), versión 21; el estilo de apego predominante de los

estudiantes es el apego alejado.

Palabras clave: Tipos de Apego, Estudiantes Universitarios.

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5
INTRODUCCIÓN

Diversos estudios del comportamiento humano han señalado que el individuo no puede

vivir solo o aislado, pues quienes lo intentan están destinados a desintegrarse como seres

humanos, por tanto, se admite que la vida es una experiencia compartida.

El propósito de esta investigación fue estudiar el Estilo de Apego Adulto (Hostil, Seguro,

Alejado, Preocupado) predominante en jóvenes estudiantes de la carrera de Psicología Clínica

de la Universidad Nacional de Asunción pretendiendo de esta manera avanzar en la

comprensión de los procesos de interacción que, del psicólogo y su cliente, examinando

específicamente el papel que el psicólogo tiene dentro de dicho proceso.

La conducta de apego es cualquier forma de conducta que tiene como resultado el logro o

la conservación de la proximidad con otro individuo claramente identificado, al que se

considera mejor capacitado para enfrentarse al mundo. Esto resulta sumamente obvio cada vez

que la persona está asustada, fatigada o enferma, y se siente aliviada con el consuelo y los

cuidados. En otros momentos, la conducta es menos manifiesta. Sin embargo, saber que la

figura de apego es accesible y sensible le da a la persona un fuerte y penetrante sentimiento de

seguridad, y la alienta a valorar y continuar la relación. Si bien la conducta de apego es muy

obvia en la primera infancia, puede observarse a lo largo del ciclo de la vida, sobre todo en las

situaciones de emergencia. Dado que se observa en casi todos los seres humanos, se la

considera parte integral de la naturaleza humana y como algo que compartimos (en distinto

6
grado) con miembros de otras especies. La función biológica que se le atribuye es la de la

protección (Bowlby, 1989).

Para llegar al objetivo principal de la investigación se realizó un diseño no experimental con

alcance descriptivo, con enfoque cuantitativo y de carácter transversal.

Debido a que según investigaciones sociales el tipo de apego está altamente relacionado

con los tipos de relaciones sociales que establecen los individuos y que establecer un vínculo

con el cliente es una tarea social inherente a la vida del psicólogo, nos pareció sumamente

importante llevar a cabo esta investigación; además de que esta podría servir como antecedente

a próximas investigaciones que profundicen sobre los vínculos afectivos en estudiantes de

psicología y facilitar información para el desarrollo de programas dirigidos estudiantes de

psicología con el propósito de informar sobre la importancia del desarrollo del apego saludable

y las repercusiones en su vida social.

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1. Planteamiento del Problema

Una de las características más transcendentales del hombre, es la habilidad de establecer y

conservar relaciones con sus semejantes. Las relaciones interpersonales le permiten al

individuo desenvolverse en las actividades cotidianas como las escolares, universitarias,

profesionales, comerciales, románticas, entre otras. La capacidad de los individuos para

establecer y conservar las relaciones interpersonales varía entre uno y otro en un amplio

abanico de situaciones diferentes que van desde aquellas que establecen fácilmente un

acercamiento con la mayoría de personas de su entorno hasta las condiciones patológicas en

las que el individuo es incapaz de establecer una relación afectiva.

Por otra parte, las investigaciones en apego adulto, han mostrado que existe una alta

correlación entre la seguridad del estilo de apego de una persona y la calidad del estilo de

comunicación de ésta con su entorno, sus capacidades para dar cuidados en las relaciones

afectivas, así como con un mejor funcionamiento emocional en las relaciones íntimas.

John Bowlby, a lo largo de su extensa bibliografía estableció y demostró que los niños

necesitan una relación cercana y continuada con un cuidador primario para poder desarrollarse

emocionalmente. Y situó la construcción del vínculo de apego como el proceso mediante el

cual la persona desarrolla y adquiere las capacidades y competencias emocionales necesarias

para relacionarse sana y maduramente.

El estudiante de psicología clínica en un futuro no muy cercano deberá establecer relaciones

significativas con sus clientes y abordar las dimensiones emocionales de estos. Este buscó

determinar el estilo de apego predominante en estudiantes de psicología clínica.

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1.1 Antecedentes

Originalmente John Bowlby definía apego como “…una forma de conceptualizar la

tendencia de los seres humanos a crear fuertes lazos afectivos con determinadas personas en

particular…” el cual es originado a partir de la clara dependencia que el infante tiene casi de

manera predispuesta, evolutivamente hablando; la “necesidad del otro” se entiende(o

dependencia), dentro de la visión de la teoría del apego, como ajena a otras necesidades

biológicas, es decir comprendiéndola como una fuerza de motivación primaria. Esta

vinculación es a partir de la cual se plantea que se puede predecir el comportamiento de un

adulto, y por lo tanto los tipos de relaciones que tendrá posteriormente, como parte de “el

conjunto de respuestas o repertorio de conductas cuyo objetivo es satisfacer un tipo específico

de necesidad” según señala Marrone; en otras palabras, es a partir de la comprensión de los

matices conductuales que interactúan entre madre e hijo que se estudia y clasifica al apego, de

allí que al estudiar el apego de parejas presentes se llega a la inferencia del que éste se podrá

presentar en generaciones posteriores.

Por su parte, la psicóloga Ainsworth (1978, 1991) intenta explicar los efectos de los

vínculos tempranos de protección en el desarrollo psicológico del neonato y el infante, así como

las consecuencias de no contar con ellos.

De acuerdo a Oates (2005), las relaciones tempranas de apego constituyen una

consideración primordial a la que se debe atender en la realización de los derechos del niño. El

Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas observa el creciente corpus de teoría

en investigación que confirma que los niños pequeños deben concebirse idóneamente como

9
agentes sociales cuya supervivencia, bienestar y desarrollo dependen de relaciones estrechas y

que se realizan en torno a ellas. (Oates, 2005)

Martínez y Núñez, (2007), sostienen que el sistema de apego está compuesto de

tendencias conductuales y emocionales diseñadas para mantener a los niños en cercanía física

de su madre o cuidadores.

Investigaciones más recientes resaltan que la contraparte del sistema de apego del

infante, es el sistema de cuidados del adulto (Broberg, 2000; Cassidy, 1999) y es precedido por

el estado mental o representaciones de los padres respecto al apego (Gómez, 2008),

El Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas (2005), reconoce al apego

como aquellas relaciones que se mantienen normalmente con un pequeño número de personas

claves, con frecuencia los padres, miembros de la familia extensa y compañeros, así como con

cuidadores y otros profesionales que se ocupan de la primera infancia.

Opel (2008) realizó un estudio donde examinó la conexión entre tipos de apego y los estilos de

comunicación en la relación de pareja. Estudio que se realizó a 72 parejas del Centro de Familias

Saludables en la Universidad de Maryland, College Park, mediante el Cuestionario de Relación, Escala

de Ajuste Conyugal y de Patrones de Comunicación, de la cual uno de los resultados señala que 35

hombres y 26 mujeres desarrollaron el tipo Seguro, 11 hombres y 7 mujeres el tipo Preocupado, el tipo

Evitativo 17 hombres y 33 mujeres; lo cual indica que los tipos de apego que más predominó fueron el

tipo Seguro y Evitativo; esto nos brinda referencia para nuestra investigación.

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¿Cómo estudiar el apego?, para ello los estudios que marcaron pauta fueron los realizados por

Bowlby (1998) quien al estudiar el apego observó que la dependencia, así como la ira, era una

forma de responder ante la amenaza de abandono que solo se presentaba en individuos con un

determinado estilo de apego. Aunque si bien es cierto Bowlby comenzó estudiando a los

individuos en sus relaciones con sus cuidadores, pronto descubriría que son clave en la

dinámica que se establece en las relaciones de la vida adulta como es en las relaciones

románticas. En ellas, se destaca el apego como determinante básico en la expresión sana o

disfuncional del amor; por consiguiente una aproximación teórica que podría ayudar a

comprender mejor los estilos de apego es la teoría de los estilos de amor de Lee (1977) ya que

estos son la expresión de las relaciones del apego adulto, para demostrar ello Hazan y Shaver

(1987) realizaron una investigación en la que encontraron relaciones entre ambos;

descubrimiento que marca una línea de investigación para entender las relaciones románticas.

Teniendo en cuenta todo lo expuesto se planteó las siguientes preguntas de investigación

1.2 Pregunta General

¿Existirá un estilo de apego predominante en estudiantes de la especialidad de psicología

clínica?

1.3 Preguntas específicas:

¿Cuáles son los estilos de apego que mejor describen al estudiante de Psicología Clínica?

¿Cuál es el estilo de apego predominante en el estudiante de Psicología Clínica?

11
1. Objetivos

2.1 Objetivo General

Pretendiendo avanzar en la comprensión de los procesos de interacción que del

psicólogo y su cliente, examinando específicamente el papel que el psicólogo tiene dentro de

dicho proceso se han analizado los Estilos de Apego que manifiestan los alumnos de la

especialidad de psicología clínica

2.2 Objetivos Específicos

- Identificar el tipo de apego adulto que mejor representa al estudiante universitario

de la especialidad de psicología clínica.

- Determinar el estilo de apego predominante entre los estudiantes universitarios de

psicología clínica.

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2. Justificación

Este estudio se justifica académica y socialmente, ya que los resultados de la

investigación permitirán la elaboración de programas dirigidos estudiantes de psicología

con el propósito de informar sobre la importancia del desarrollo del apego saludable y las

repercusiones en su vida social. Además, servirá como antecedente a próximas

investigaciones que profundicen sobre los vínculos afectivos en estudiantes de psicología.

El establecer un vínculo con el cliente es una tarea social inherente a la vida del

psicólogo; en este sentido, el objetivo del presente estudio fue los estilos de apego

predominantes una muestra de estudiantes universitarios de ambos sexos. Debido a que

según investigaciones sociales el tipo de apego está altamente relacionado con los tipos de

relaciones sociales que establecen los individuos.

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CAPÍTULO I

Marco Teórico

1 El Apego

1.1 Apego

1.1.1 Concepto

El concepto de apego evolucionó del Psicoanálisis, en particular de la teoría de las

relaciones objetales. El primero en desarrollar una teoría del apego a partir de los conceptos

que aportara la psicología del desarrollo, con el objeto de describir y explicar por qué los niños

se convierten en personas emocionalmente apegadas a sus primeros cuidadores, así como los

efectos emocionales que resultan de la separación, fue John Bowlby, quien mezcló los

conceptos provenientes de la etología, el psicoanálisis y la teoría de sistemas para explicar el

lazo emocional del hijo con la madre (Aizpuru, 1994).

El apego (Bowlby, 1969; 1973; 1980) es un vínculo afectivo, de naturaleza social, que

establece una persona con otra, caracterizado por conductas de búsqueda de proximidad,

interacción íntima y base de referencia y apoyo en las relaciones con el mundo físico y social

(López, 2006).

De esta forma, Bowlby (1998) define al apego como "la conducta que reduce la

distancia de las personas u objetos que suministrarían protección" Desde esta perspectiva, la

14
conducta de apego parece ser un componente más de entre las heterogéneas formas de conducta

comúnmente clasificadas dentro de la categoría de conducta dictada por el temor.

Ainsworth (1983), lo define como aquellas conductas que favorecen ante todo la cercanía con

una persona determinada. Entre estos comportamientos figuran señales (llanto, sonrisa,

vocalizaciones), orientación (mirada), movimientos relacionados con otra persona (seguir,

aproximarse) e intentos activos de contacto físico (subir, abrazar, aferrarse). Es mutuo y

recíproco.

Sroufe y Waters (1977) describen el apego como "un lazo afectivo entre el niño y

quienes le cuidan y un sistema conductual que opera flexiblemente en términos de conjunto de

objetivos, mediatizado por sentimientos y en interacción con otros sistemas de conducta".

Ortiz Barón y Yarnoz Yaben (1993) señalan que "el apego es el lazo afectivo que se establece

entre el niño y una figura específica, que une a ambos en el espacio, perdura en el tiempo, se

expresa en la tendencia estable a mantener la proximidad y cuya vertiente subjetiva es la

sensación de seguridad"

Yela (2000) dice que la importancia del establecimiento de un vínculo amoroso fuerte

y confortable entre el niño y una figura de apego de cara a un desarrollo óptimo de la persona

ha sido subrayada tanto por etólogos (quienes consideran muchas conductas como básicamente

innatas y específicas de la especie o de origen instintivo) como por psicodinámicos y otros

psicólogos de distintas corrientes

15
1.1.2 Principios básicos de la teoría del apego.

La teoría del apego fue desarrollada hace más de tres décadas, relacionada con los

efectos y consecuencias de las experiencias tempranas sobre el desarrollo emocional del niño

y del adulto. El sistema de "apego" es visto como una configuración interna que permite un

conjunto de comportamientos de apego (llorar, buscar, aproximar) que se organizan

flexiblemente alrededor de una particular "figura de apego" (Buchheim y Kachele, 2001).

La teoría del apego tiene su origen en la figura histórica de John Bowlby, quien rechazó

los planteamientos teóricos dominantes hasta el momento (conductismo y psicoanálisis) en la

concepción de la afectividad y formuló una teoría de la vinculación revolucionaria para la

época, al considerar la vinculación afectiva como una necesidad primaria.

De esta forma como consecuencias de la revisión de la bibliografía existente de las

diferentes partes del mundo como fueron los estudios de Mary Ainsworth, Harry Marlow y

Robert Hinde; Bowlby observó la influencia del cuidado materno inadecuado durante la

infancia sobre el desarrollo de la personalidad, y descubrió la aguda aflicción de los niños al

ser separados de las personas que conoce; esto lo guio para desarrollar posteriormente la teoría

del apego como una variante de la teoría de las relaciones objétales del psicoanálisis la cual

comparte con esta los siguientes cinco postulados clave (Shaver y Mikulinder,2005; como se

citaron en Frías, 2011):

1. Aseguran que las experiencias de la infancia juegan un papel central en la formación

de la personalidad adulta.

2. Con base a estas experiencias de la infancia el individuo desarrolla un conjunto de

representaciones mentales de sí mismo y de los demás, que forman parte central de la


16
personalidad y frecuentemente explican la conducta del individuo dentro de ambientes

sociales.

3. Afirman que una gran proporción de la vida mental es inconsciente.

4. Refieren que el individuo puede tener motivos, pensamientos y emociones conflictos

hacia la misma persona o situación, y se utilizan defensas psicológicas para lidiar con

ellos.

5. Las representaciones mentales y las conductas favorecen el desarrollo saludable de

la personalidad, que refleja la transición desde un estado de dependencia social hacia la

madurez autónoma.

A pesar de la convergencia en estos puntos entre el psicoanálisis y la teoría del apego,

esta rompe con el psicoanálisis al utilizar el método prospectivo -empezado con observaciones

de la conducta de los niños para explicar e intentar construir una teoría de la personalidad-, y

al no adoptar sus puntos de vista económico y dinámico -la energía psíquica regula y explica

los fenómenos psíquicos- motivo por el cual se utiliza como base la etología para explicar los

fenómenos psíquicos, valiéndose de conceptos como sistema de control -en vez de energía

psíquica- y vía evolutiva -en lugar de base libidinal (Bowlby, 1989).

Así, como resultado Bowlby (1998) descarta que el apego sea una conducta instintiva

al comparar el comportamiento humano con el de algunas especies -como son los patos, en

donde la madre no ofrece el alimento sin embargo estos la siguen- ,integrando a su teoría el

término impronta referido a la “tendencia a formar vínculos con otro organismo como una

herramienta de sobrevivencia” (Frías, 2011 p. 4), el cual como mecanismo producto de la

evolución predispone a la especie para aprender rápidamente algo de vital importancia

17
necesaria para vivir. Como consecuencia y con base en el postulado anterior Bowlby (1998)

cree que el apego está programado, es decir, que como parte de la evolución tiene la función

de protección, establecida bilógicamente (por selección natural) que para activarse requiere del

ambiente y de la experiencia para organizarse (Vargas, 2008); y esto solo ocurre cuando el

sistema percibe algún peligro y se caracteriza por un incremento en el deseo de recibir cuidado

y protección (Mikulincer y Goodman, 2006; como se citaron en Frías, 2011).

Dentro de este contexto se advierte que la persona está apegada cuando se observa que

“está totalmente dispuesta a buscar la proximidad y el contacto con una figura concreta y a

hacerlo en determinadas situaciones, sobre todo cuando está asustado, cansado o enfermo”

(Bowlby, 1998 p. 486); cabe señalar que la proximidad implica cercanía e intimidad, más que

la cercanía física (Berman y Sperling, 1994; como se citaron en Ojeda 2003). Así que para

lograrla se utilizarán las conductas de apego referidas a “cualquiera de las diferentes formas de

conducta que un niño suele poner en marcha para alcanzar y/o mantener la proximidad

deseada” (Bowlby, 1998 p. 486). Estas se observarán ante la separación involuntaria mostrando

un proceso de apego que transita por las siguientes fases (Bowlby, 1998; Frías, 2011):

1) Protesta. - en donde se origina el problema de la ansiedad de separación en ella se

trata de restablecer la cercanía por todos los medios, y ante la imposibilidad de

recuperarlo aparece la desesperación.

2) Desesperación. - aquí el problema del dolor y la aflicción causada por la pérdida de

un ser querido produce el estar preocupado y alerta.

3) Desapego. - es un mecanismo de defensa en donde se muestra desinterés por la figura

de apego y cuando se reúne con ella se observa una ausencia de la conducta de apego.

18
Todas las anteriores respuestas se dirigen a la(s) figura (s) de apego, porque si bien es

cierto Bowlby (1998) menciona que la principal figura de apego es la madre, también considera

que existen figuras subsidiarias que se organizan en orden jerárquico y van cambiando de lugar

a lo largo del ciclo vital (Gómez, 2009).

En este punto es importante señalar que Bowlby (1998) centra sus estudios en el apego

del niño/a a su cuidador primario (la madre principalmente) y las representaciones que el niño/a

construye de ella, porque considera que la relación con esta y con el mundo exterior (en cuanto

a la capacidad de respuesta o disponibilidad de las figuras de apego) forman la base en donde

se construyen los modelos internos de las personas y del mundo (Bowlby, 1998; Yárnoz,

Arbiol, Pazaola y Sainz de Murrieta, 2001). Ello se expresa en los estilos de apego (Bowlby,

1989), que se describen a continuación:

1. Apego Seguro. - en este el infante confía en que sus padres serán accesibles, sensibles

y colaboradores si él se encuentra en una situación adversa o atemorizante.

2. Apego Ansioso. - en él, el infante esta inseguro de si su progenitor será accesible o

sensible o si lo ayudara cuando lo necesite.

3. Apego Evitativo. - en este el infante no confía en que cuando busque cuidados reciba

una respuesta servicial sino que, por el contrario, espera ser desairado, por lo que intenta

convertirse en emocionalmente autosuficiente.

Estos según Ainsworth (1989; como se citó en Feeney y Noller, 2001) están

influenciados en sus manifestaciones por: la experiencia individual, la construcción genética y

las influencias culturales. Por consiguiente se puede hablar que la conducta de apego no

desaparece con la infancia, sino que persiste durante toda la vida (Bowlby, 1998),

19
presentándose en la pareja en la edad adulta de forma simétricas -cada persona ejerce de figura

de apego para la otra-, que se caracterizarán por cinco rasgos (West, Rose, Verhoef, Spreng y

Bobey ,1998; como se citaron en Valdés, 2002): 1) la percepción de la disponibilidad (si la

figura de apego esta accesible o no); 2) búsqueda de proximidad (tendencia a reducir ladistancia

con la figura de apego); 3) protesta ante la separación (como la separación física es percibida

como amenazante; 4) el miedo a la perdida; y 5) la utilidad y uso que se le da a la figura de

apego; los cuales desarrollan dependiendo de la satisfacción que genere en los miembros una

pauta de apego (Bowlby, 1998) que podrá ser estable, englobando las siguientes cuatro

manifestaciones del buen funcionamiento de su sistema: (a) la ansiedad por la separación, (b)

la búsqueda de la proximidad, (c) el refugio seguro ante amenazas, y (d) la base segura para la

exploración (Frías, 2011 p. 12).

Referente al punto anterior y para finalizar es importante señalar que la teoría del apego

no considera que la independencia total sea el nivel más alto del manejo de las emociones, por

el contrario, considera que este sería cuando la persona puede recurrir a la ayuda de sus seres

queridos cuando enfrenta una amenaza poderosa y puede lograr el balance confianza en el sí

mismo/a y los demás (Shaver y Mikulincer, 2002; como se citaron en Frías, 2011).

1.2 Apego infantil

1.2.1. Desarrollo del apego infantil


Desde el nacimiento el niño desarrolla un nexo afectivo con su cuidador, que evoluciona

desde formas primarias o reflejas en la que el bebé siente preferencia por otros humanos, hasta

formas complejas y que Bowlby (1969, 1979) las clasifica en cuatro fases o etapas.

20
La Etapa I es aquella que abarca desde el momento del nacimiento hasta los dos a tres

meses. En esta fase el niño siente preferencia por las personas, sin capacidad para discriminar

entre ellas.

La Etapa II, transcurre entre dos/tres meses a seis/siete meses de nacido. Se hace

evidente la preferencia del lactante por personas conocidas.

La Etapa III comprende de seis/siete meses a dos/tres años y se caracteriza por el

establecimiento del vínculo a través de conductas dirigidas a mantener proximidad con una

figura determinada y por la expresión de miedo ante individuos extraños.

Finalmente, la Etapa IV, involucra a niños de dos a tres años en adelante. El vínculo

continúa existiendo, pero van desapareciendo las conductas exteriorizadas de apego que se

sustituyen por las simbólicas.

Las capacidades cognitivas del niño le permiten comprender los sentimientos y

motivaciones de su figura de apego. (Moreno, 2010).

1.2.2 Clasificación de acuerdo al Modelo Representacional

Mary Ainsworth, fue la primera en proponer que las díadas madrehijo difieren en la

calidad de sus relaciones de apego y que es posible medir y clasificar estas diferencias. También

postuló que la conducta de la madre en los primeros meses de la vida del niño es un buen

predictor del tipo de relación entre ambos. En 1964, Ainsworth y colaboradores diseñaron la

llamada "situación extraña", un procedimiento de laboratorio para estudiar la relación madre-

hijo en el primer año de vida. (Martínez y Santelices 2005). A partir de estas investigaciones

21
se desarrollaron las primeras clasificaciones del apego en niños, describiendo tres patrones

generales de apego: Seguro, Evitativo, y Ambivalente o resistente (Ainsworth, Blehar, Waters

y Wall, 1978).

A esta clasificación original más tarde se agregaría un grupo de niños que no mostraban

un patrón de conducta tan organizado durante la situación extraña y que Main y Salomón

(1990) llamarían "desorganizados o desorientados".

1.2.3 Clasificación de Ainsworth

Oliva (2004) describe y explica el diseñó experimental ideado por Ainsworth,

denominado, la Situación del Extraño (Ainsworth y Bell, 1970), dirigido a examinar el

equilibrio entre las conductas de apego y de exploración, bajo condiciones de alto estrés. La

Situación del Extraño es una situación de laboratorio de unos veinte minutos de duración con

ocho episodios. La madre y el niño son introducidos en una sala de juego en la que se incorpora

una desconocida. Mientras esta persona juega con el niño, la madre sale de la habitación

dejando al niño con la persona extraña. La madre regresa y vuelve a salir, esta vez con la

desconocida, dejando al niño completamente solo. Finalmente regresan la madre y la extraña.

De acuerdo a Oliva (2004) Ainsworth encontró que los niños exploraban y jugaban más

en presencia de su madre, y que esta conducta disminuía cuando entraba la desconocida y,

sobre todo, cuando salía la madre. A partir, de estos datos, quedaba claro que el niño utiliza a

la madre como una base segura para la exploración, y que la percepción de cualquier amenaza

activaba las conductas de apego y hacía desaparecer las conductas exploratorias. Ainsworth

encontró claras diferencias individuales en el comportamiento de los niños en esta situación.

22
Estas diferencias le permitieron describir tres patrones conductuales que eran representativos

de los distintos tipos de apego establecidos:

Ainsworth distinguió a raíz de ésta prueba tres tipos de apego según la respuesta del niño:

 Niños con apego seguro

 Niños ansiosos-evitantes

 Niños con apego ansioso-ambivalente

A.- Apego seguro (Tipo B)

Es un patrón óptimo de apego que se asocia a la sensibilidad materna, la percepción

adecuada, interpretación correcta y una respuesta contingente y apropiada a las señales del

niño, fortalecen interacciones sincrónicas (Aizpuru, 1994).

Cuando Ainsworth examinó las observaciones que había realizado en los hogares de

estos niños, encontró que sus madres habían sido calificadas como muy sensibles y responsivas

a las llamadas del bebé, mostrándose disponibles cuando sus hijos las necesitaban. En cuanto

a los niños, lloraban poco en casa y usaban a su madre como una base segura para explorar.

(Oliva, 2004)

Ainsworth creía que estos niños mostraban un patrón saludable en sus conductas de

apego. La responsividad diaria de sus madres les había dado confianza en ellas como

protección, por lo que su simple presencia en la Situación del Extraño les animaba a explorar

los alrededores. Al mismo tiempo, sus respuestas a su partida y regreso revelaban la fuerte

necesidad que tenían de su proximidad.


23
Las personas con estilos de apego seguro, son capaces de usar a sus cuidadores como

una base de seguridad cuando están angustiados.

Ellos tienen cuidadores que son sensibles a sus necesidades, por eso, tienen confianza

que sus figuras de apego estarán disponibles, que responderán y les ayudarán en la adversidad.

En el dominio interpersonal, tienden a ser más cálidas, estables y con relaciones íntimas

satisfactorias, y en el dominio intrapersonal, tienden a ser más positivas, integradas y con

perspectivas coherentes de sí mismo. De igual forma, muestran tener una alta accesibilidad a

esquemas y recuerdos positivos, lo que las lleva a tener expectativas positivas acerca de las

relaciones con los otros, a confiar más y a intimar más con ellos (Gayó, 1999).

B.- Apego Ansioso evitante (Tipo A)

En cuanto al apego ansioso evitante, Oliva (2004) explica que el niño se muestra

bastante independiente en la Situación del Extraño.

La interpretación global de Ainsworth era que cuando estos niños entraban en la

Situación del Extraño comprendían que no podían contar con el apoyo de su madre y

reaccionaban de forma defensiva, adoptando una postura de indiferencia. Habiendo sufrido

muchos rechazos en el pasado, intentaban negar la necesidad que tenían de su madre para evitar

frustraciones. Así, cuando la madre regresaba a la habitación, ellos renunciaban a mirarla,

negando cualquier tipo de sentimientos hacia ella. (Oliva,2004)

Para la conducta que tiende a aumentar la distancia de personas y objetos supuestamente

amenazadores resultan convenientes los términos "retracción" "huida" y "evitación". Para otro

24
componente importante y adecuadamente organizado, el término utilizado es "inmovilización"

(Bowlby, 1985; 1998).

Lartige y Vives (1992) citan a Egelan y Ericson (1987) quienes expresan que una

conducta de apego insegura-evitante o la presencia de fallas en el establecimiento del vínculo

materno-infantil, también se ha asociado con madres que maltratan a sus hijos, ya sea de

manera física, verbal, a través de la indiferencia o por una inhabilidad psicológica.

C.-Apego inseguro-ambivalente (tipo C)

De acuerdo a Oliva (2004), los niños inseguros-ambivalentes se muestran tan

preocupados por el paradero de sus madres que apenas exploran en la Situación del Extraño.

En el hogar, las madres de estos niños habían procedido de forma inconsistente, se

habían mostrado sensibles y cálidas en algunas ocasiones y frías e insensibles en otras.

Estas pautas de comportamiento habían llevado al niño a la inseguridad sobre la

disponibilidad de su madre cuando la necesitasen. Además de los datos de Ainsworth, diversos

estudios realizados en distintas culturas han encontrado relación entre el apego inseguro-

ambivalente y la escasa disponibilidad de la madre. Frente a las madres de los niños de apego

seguro que se muestran disponibles y responsivas, y las de apego inseguro-evitativo que se

muestran rechazantes, el rasgo que mejor define a estas madres es el no estar siempre

disponibles para atender las llamadas del niño. Son poco sensibles y atienden menos al niño,

iniciando menos interacciones. Sin embargo, el hecho de que en algunos estudios se haya

encontrado que en algunas circunstancias estas madres se muestran responsivas y sensibles,

podría indicar que son capaces de interactuar positivamente con el niño cuando se encuentran

de buen humor y poco estresadas. Un aspecto muy destacado del comportamiento de estas
25
madres tiene que ver con su actitud ante la conducta exploratoria del niño, ya que los estudios

que han considerado este aspecto han hallado que tienden a intervenir cuando el niño explora,

interfiriendo con esta conducta. Este aspecto, unido al anterior, aumenta la dependencia y falta

de autonomía del niño, y sirve para explicar la percepción que el niño puede llegar a tener sobre

el comportamiento contradictorio de la madre. (Oliva, 2004)

La conducta de retracción o evitación y la de apego suelen coincidir con frecuencia ya

que ambas cumplen una misma función: protección.

Resulta fácil combinar en una acción única el acto de alejarse de una zona y acercarse

a otra. No obstante, existen poderosas razones para trazar una distinción entre ambas. En primer

lugar, aunque en buena medida las condiciones que las provocan son las mismas, no siempre

ocurre así. La conducta de apego, por ejemplo, puede ser activada por la fatiga o la enfermedad,

tanto como una situación que provoca miedo. Por otra parte, cuando ambas formas de conducta

son activadas al mismo tiempo no siempre son compatibles, aunque si lo sean en la mayoría de

los casos. Por ejemplo, puede producirse una situación conflictiva cuando el estímulo que

provoca tanto la huida como la conducta de acercamiento de un individuo se halla ubicado

entre éste último y la figura en quien se centra su afecto. Reviste primacía una u otra forma de

conducta cuando el individuo atemorizado marcha de manera más o menos directa hacia la

figura del apego, a pesar de que para ello tiene que pasar cerca del objeto amenazador, o cuando

huye de este último aun cuando al hacerlo pone una distancia cada vez mayor entre sí mismo

y la figura de apego (Bowlby, 1985; 1998).

De acuerdo a Galán (2010) el error más habitual en el que puede caer el profesional es

esperar una reproducción literal de esas respuestas, y esto ocurre porque no se tienen en cuenta

el contexto en que se elaboró esta tipología. El autor considera que el estudio partió de las

observaciones de la interacción niño-madre que Ainsworth recogió en Uganda entre 1954 y


26
1955. Tras la estancia coyuntural en ese país africano y su definitiva instalación en los EEUU,

trató de replicar los hallazgos a través del “Estudio Baltimore”, donde recogió observaciones

de interacciones en el hogar para 26 diadas madre-hijo. En esta investigación, las observaciones

en el laboratorio mediante el

Procedimiento de Situación Extraña aparecían como un complemento a los registros en

el hogar. Por ello, los auténticos resultados del estudio surgían de contrastar las observaciones

en ambos contextos. Galán (2010) considera que para caracterizar al niño con apego evitativo

no debemos esperar una conducta continua de indiferencia hacia la madre (la que aparece en la

Situación Extraña), porque en el hogar estos niños se mostrarán ansiosos y enfadados,

manifestando malestar incluso ante separaciones muy breves; una posible explicación es que

ante el estrés de la separación, el niño opta por desactivar el sistema de apego, y se ajusta a lo

apuntado por Main (2000).El autor considera que la respuesta en el contexto de laboratorio es

un potente indicador de un patrón de apego, pero no aporta una muestra de la conducta

esperable en el niño en cualquier entorno.

1.3 Desarrollo del apego adulto.

Como se revisó el apego persiste a través del ciclo vital, presentándose con

características particulares de acuerdo a la etapa en la que se experimente, describiéndose a

continuación las correspondientes a la etapa adulta.

Respecto a la estabilidad de las figuras de apego se identifica que la principal figura

de apego principalmente es la madre en la infancia, pero en la adolescencia los otros/as

comienzan a tener igual o mayor importancia que los padres (Bowlby, 1998) como son las

amistades y la pareja, posteriormente en la edad madura son los propios hijos/as los que
27
pasan a ser figuras de apego para el sujeto (López, 1993; como se citó en Yárnoz, et. al.,

2001), y en la vejez tal conducta puede que se dirija a los miembros de la generación más

joven (Bowlby, 1998).

Por otra parte referente a la persistencia de los estilos de apego Bowlby (1998)

menciona que “la pauta con la que la conducta de apego del niño está organizada tiende a

persistir cuando este se hace mayor; a modificarse menos y menos fácilmente; y menos y

menos completamente, en el curso de sus experiencias” (p. 479), es decir que al establecer

relaciones la persona buscará en realidad recrear los roles y los patrones de interacción que

han aprendido en el contexto de sus relaciones tempranas (Sroufe,1988; como se citó en

Feeney y Noller, 2001); sin embargo, aunque hay situaciones que favorecen la estabilidad y

permanencia de los estilos de apego como son: la tendencia de los individuos a escoger

entornos que son congruentes con sus creencias sobre los demás y sobre si mismos (Feeney y

Noller, 2001), también está comprobado que el estilo de apego no están fijados rígidamente

(Valdés, 2002) porque existen aspectos relevantes para su cambio como son: a) que difieran

en su estabilidad en función del grado de insatisfacción que presenta en cada persona; y b)

debido a acontecimientos que alteren la conducta de cualquiera de los individuos en la

relación (Feeney y Noller, 2001) como pueden ser los momentos de transiciones vitales

importantes ejemplo el matrimonio, la paternidad, el divorcio o la muerte de un ser querido

(Collins y Read,1994; como se citaron en Feeney y Noller, 2001). Lo anterior ofrece un

panorama alentador que lleva a pensar que con experiencias positivas de vida, una

intervención terapéutica apropiada y una alta motivación para el cambio, es posible que una

persona adulta pueda modificar su estilo relacional de manera que puede experimentar

intimidad y proximidad (Valdés, 2002).

28
Cantero (2003) señala que el modelo o representación mental, en la medida que

determina la calidad del apego, también afecta a los otros dos componentes del sistema de

apego, determinando el tipo y la intensidad de las conductas de apego y los sentimientos que

dicha relación genere. Por lo tanto, si el modelo mental es adecuado (p.ej., el concepto de la

figura de apego como disponible y eficaz y de uno mismo como competente), el apego será

seguro, las conductas de apego serán adaptadas y los sentimientos sobre la relación serán de

confianza y seguridad. Si el modelo mental no es el adecuado (p.ej., el concepto de la figura de

apego como no disponible e inaccesible y de uno mismo como incompetente a la hora de

promover la respuesta materna deseada), el apego será inseguro, las conductas de apego

desadaptadas y los sentimientos sobre la relación serán de inseguridad, desconfianza y

resentimiento.

1.3.1 Modelo de apego adulto de Kim Bartholomew.

Utilizando el concepto de Bowlby (1973; 1988) de representación o modelo interno de

apego, que hace referencia a aquellas creencias, actitudes y expectativas que el individuo tiene

sobre sí mismo, sobre los otros y sobre las relaciones entre ambos, Bartholomew se centró en

los dos componentes básicos dentro de estos modelos internos: la imagen de los otros,

relacionada con la evaluación de la figura de apego como alguien disponible y en quien se

puede confiar, y la imagen del self, o evaluación de uno mismo como alguien que vale o no la

pena y suscita o no el interés de los demás. Dependiendo del tipo de relaciones cercanas que se

establezcan, el sujeto puede desarrollar un modelo negativo o positivo de sí mismo y de los

otros (Bartholomew y Shaver, 1998), con tendencia a la estabilidad, aunque estos modelos

pueden ser modificados en determinadas circunstancias (Yárnoz y cols. 2001).

29
En este mismo sentido, Yárnoz y cols. (2001) señalan que Bartolomew (1990) identifica

dos componentes dentro de los modelos internos activos: La imagen de los otros, relacionada

con la evaluación de la figura de apego como alguien disponible y en quien se puede confiar,

y la imagen del sí mismo, como alguien que vale o no la pena y suscita, o no, el interés de los

demás.

Melero y Cantero (2008) indican que en los estudios iniciales de apego adulto se

definieron tres estilos por analogía a la clasificación tradicional de apego infantil. Sin embargo,

investigaciones posteriores ampliaron la tipología a cuatro estilos afectivos: Seguro, huidizo

alejado (o evitativo), preocupado y huidizo temeroso. (Bartholomew, 1990; Bartholomew y

Horowitz, 1991).

Por otra parte, Martínez y Santelices (2005) describen el modelo desarrollado por

Bartholomew (1990), como aproximación de prototipos que integra visiones categoriales y

dimensionales, bajo la clasificación de un “modelo de cuatro categorías”.

Las cuatro categorías surgen de la intersección de dos dimensiones: un modelo positivo

del “sí mismo” y un modelo positivo de los otros.

Bartholomew (1991, 1994) elaboró distintas escalas para evaluar los estilos de apego

en adultos, a través de las cuales llegó a la conclusión de que existen dos dimensiones mayores

subyacentes a las mediciones del apego en el adulto: la ansiedad (frente al abandono o el amor

insuficiente) y la evitación (de la intimidad y de la expresión emocional). Señala que aquéllas

se pueden organizar en relación con otras dos dimensiones relacionadas con las
30
representaciones de SI MISMO y DEL OTRO: El primero es el “modelo de sí mismo” positivo

(sí mismo merecedor de amor y de atención) vs. negativo (sí mismo no merecedor) y el

segundo, el “modelo de otros” positivo (los otros son vistos como disponibles y protectores)

vs. negativo (los otros son poco confiables o rechazantes).

Melero y Cantero (2008) subrayan que las combinaciones de estas dimensiones

permiten clasificar el apego en cuatro patrones o estilos de apego. En función de la combinación

de las dos dimensiones con su modalidad positiva o negativa se elaboran cuatro patrones:

“seguro”: grupo positivo-positivo; “ansioso”: grupo negativo-positivo; “evitativo”: grupo

positivo-negativo; “temeroso”: grupo negativo-negativo. Tabla 4

Martínez y Santelices (2005) acotan que cada uno de los cuatro patrones de apego

identificados por el modelo es conceptualizado como un ideal teórico o prototipo frente al cual

los individuos pueden variar en diferentes grados. Este modelo reconoce que muchos

individuos exhiben elementos de más de un patrón y que para evaluar adecuadamente los

sentimientos, expectativas y comportamientos de las personas en sus relaciones de apego, es

necesario considerar perfiles a través de las cuatro categorías que plantea el modelo

(Bartholomew y Horowitz, 1991).

31
II. HIPÓTESIS

HI: de trabajo el Estilo de Apego predominante será el seguro

HA: alterna Existe un estilo de apego predominante en estudiantes de psicología clínica

HO: nula H0.No un estilo de apego predominante

32
III. VARIABLES

3.1 Definición Conceptual

1. Apego

Propensión a formar vínculos afectivos fuertes con los demás, los cuales se desarrollan

tempranamente y se mantienen generalmente toda la vida (Bowlby, 1998).

3.2 Definición Operacional

VARIABLES DIMENSIONES INDICADORES INSTRUMENTOS

Apego Hostil Escala 1: Baja Cuestionario Estilos de

Preocupado Autoestima, necesidad Apego Adulto (Melero

Seguro alejado de aprobación y miedo ,2008)

al rechazo

Escala 2: Resolución

hostil de conflictos,

rencor y posesividad.

Escala 3: Expresión

de

sentimientos y

33
comodidad con las

relaciones.

Escala 4:

Autosufieciencia

emocional e

incomodidad con la

intimidad

Tabla 1: Operacionalización de las Variables

34
CAPÍTULO II

Metodología

2.1 Enfoque, tipo y nivel de investigación

La investigación fue un estudio de diseño no experimental con alcance descriptivo, con

enfoque cuantitativo y de carácter transversal. Se eligió este tipo de diseño debido a que la

intención de la investigación fue investigar una característica de la población elegida.

2.2 Delimitación Temporal y Espacial

El estudio se realizó en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción

durante el mes de octubre.

2.3 Universo de estudio, población y selección de la muestra

2.3.1 Población

Hombres y mujeres estudiantes de la especialidad de Psicología Clínica de la

Universidad Nacional de Asunción.

35
2.3.2 Muestra

La muestra estuvo conformada por 86 participantes de ambos sexos, estudiantes de la

especialidad de Psicología Clínica de la Universidad Nacional de Asunción.

2.3.3 Tipo de muestreo

La muestra es de tipo no probabilística e intencional, es decir que se eligieron los

participantes por las características de la Investigación (Hernández, Fernández y Baptista,

2006)

2.3.4 Criterios de Inclusión

El criterio de inclusión para esta investigación fue estar cursando el cuarto o quinto

año de la Especialidad de Psicología Clínica en la Universidad Nacional de Asunción.

Consentimiento informado de participación en el estudio (tras lectura y aceptación de

consentimiento informado que se les dio por escrito).

2.3.5 Criterios de Exclusión

No pudieron participar estudiantes de otras especialidades de psicología.

No acceder voluntariamente a ser parte del estudio.

No completar de forma adecuada el instrumento de evaluación.

2.3 Métodos, técnicas e instrumentos de recolección de datos

Se aplicó el Cuestionario de Apego Adulto de Melero y Cantero (2008).

Compuesto por 40 ítems que se agrupan en 4 escalas: la primera corresponde a baja

autoestima, necesidad de aprobación y miedo al rechazo, evalúa necesidad de aprobación,

36
auto-concepto negativo, preocupación por las relaciones, dependencia, miedo al rechazo y

problemas inhibición conductual y emocional. La segunda escala o resolución hostil de

conflicto, rencor y posesividad, evalúa ira hacia los demás, resentimiento, facilidad a la

hora de enfadarse, posesividad y celos. La tercera escala, expresividad emocional y

comodidad con la intimidad, evalúa sociabilidad, facilidad para expresar emociones y

confianza en los demás a la hora de expresar y solucionar los problemas interpersonales.

Por último, la escala 4 concierne a autosuficiencia emocional e incomodidad con la

intimidad y valora la priorización de la autonomía frente al establecimiento de lazos

afectivos, la evitación del compromiso emocional y la sobrevaloración de la independencia

personal. Estas cuatro escalas representan dimensiones donde los sujetos se sitúan en un

continuo. Además de evaluación dimensional, este cuestionario permite obtener un

diagnóstico por categorías de apego.

2.4 Procedimientos

Se acudió a las aulas a proceder con la aplicación de los cuestionarios a los estudiantes que

aceptaron participar voluntariamente del estudio informándolos de los objetivos de la

investigación y de los pasos a seguir.

2.5 Análisis de datos

Se realizó el análisis de los datos con el Programa Estadístico para Ciencias Sociales

(SPSS), versión 21 calculando la media comparándola con el baremo español.

37
2.6 Consideraciones Éticas

a) Se resguardará la confidencialidad de la identidad de las personas que participaron en el

estudio y de los resultados obtenidos.

b) Se expuso clara y abiertamente a los participantes el propósito y alcance del estudio.

c) Al finalizar del estudio, se informó a los participantes de los resultados obtenidos en la

investigación.

d) Los participantes contaban con el derecho a retirarse de la investigación en el momento

que lo desearan y por las circunstancias que ellas juzgaran convenientes

38
CAPÍTULO III

Resultados

1. Estadísticos descriptivos

Entre las principales medidas descriptivas analizadas en este estudio se encuentran las

medidas de tendencia central como la media y moda, medidas de dispersión como la desviación

estándar y medidas de posición como mínimo y máximo.

En la escala 1 representa al estilo TEMEROSO/HOSTIL, se obtuvo una puntuación mínima

de 21 y una puntuación máxima de 69, una media de 40,13, la cual según el baremo español

representa un nivel moderado y una desviación estándar de 10, 653. En la escala 2 representa al estilo

denominado PREOCUPADO, se obtuvo una mínima de 14, una máxima de 59, una media de 31,53,

correspondiente a un nivel moderado y una desviación estándar de 9,593. En la escala 3, denominada

SEGURO, se obtuvo una mínima de 22, una máxima de 49, una media de 35,83, correspondiente a un

nivel bajo y una desviación estándar de 4,656. En la escala 4, denominada ALEJADO, se obtuvo una

mínima de 9, una máxima de 37, una media de 23,36, correspondiente a un nivel alto y una desviación

estándar de 5,258.

Las medias de los estilos de apego fueron comparadas con el baremo de la adaptación

española, ya que no realizó aún la baremación con la población latinoamericana; mientras que

las medias de las estrategias de regulación emocional fueron comparadas por los puntos de

corte establecidos en el manual.

39
Estadísticos descriptivos

Desviación

N Mínimo Máximo Media estándar

TEMEROSO/HOSTIL

Bajo Autoestima
86 21 69 40,13 10,653
Necesidad de aprobación

y miedo al rechazo

PREOCUPADO

Resolución hostil de
86 14 59 31,53 9,593
conflictos, rencor y

posesividad

SEGURO

Expresión de
86 22 49 35,83 4,656
sentimientos y comodidad

con las relaciones

ALEJADO

Autosuficiencia
86 9 37 23,36 5,258
emocional e incomodidad

con la intimidad

40
CAPÍTULO IV

Discusión

Los resultados de este estudio son objeto de discusión con trabajos previos citados en el

marco teórico, sumado al hecho de que en la literatura consultada es prácticamente nula la

publicación de trabajos en los que se investigue como eje central los estilos de apego en futuros

profesionales de la salud.

En el análisis empleando dos conglomerados de caracterización del apego, se obtuvo que

la mayoría de los estudiantes de psicología clínica de la Universidad nacional de Asunción son

de apego alejado. Aun cuando no existen trabajos previos publicados en la literatura en cuanto

a los estilos de apego de los individuos con profesiones universitarias, los resultados de esta

investigación son similares a los reportados en distintas investigaciones que han establecido

que la mayoría de los sujetos de la población general tienen estilos de apego seguro, tal como

lo describen Prado y cols. (2006) cuando citan un estudio transcultural realizado por Reebye y

cols. (1999), quienes compararon las clasificaciones de apego en diferentes países, como

EE.UU., países de Europa Occidental, países de África, China y Japón, en donde encontraron

que la clasificación del apego seguro representaba dos terceras partes, aproximadamente 66%,

de las diferentes poblaciones. Por otro lado, nuestro resultado es un poco mayor al reportado

por Melero y Cantero (2008), en cuyo estudio el 53.2% de la población fue caracterizada como

segura en la resolución de dos conglomerados. También es mayor que el resultado aportado

por Hernández y Sánchez), quienes informan que el 55% de la población adulta es de estilo

41
seguro.

Estos resultados están en concordancia con los resultados de la baremación y validación

del instrumento de Apego Adulto llevado a cabo por Melero y Cantero (2008) en el cual

evalúan los estilos afectivos en la población española a través de un cuestionario de evaluación

del apego adulto modificado sobre la base de la traducción al español realizada por Alonso y

Arbiol del cuestionario de Relación de Bartholomew y Horowitz, en la que los sujetos

inseguros en su conjunto, comparados con los seguros, obtuvieron puntuaciones

significativamente superiores en las tres escalas de inseguridad y significativamente inferiores

en la escala de seguridad, tal y como refiere la Teoría del apego.

Este resultado se considera un aporte de la investigación en el estudio de la relación de los

estilos de apego y el desempeño ocupacional, campo de estudio psicosocial prácticamente

virgen en virtud de que solo se encontraron referencias aisladas producto de resultados de

estudios cuyos objetivos no pretendían conocer el estilo de apego que predominan en los

individuos de acuerdo a la profesión y/o ocupación laboral. Basados en lo planteado por

Bartholomew y Horowitz (1991), que consideran que los estilos de apego se definen de acuerdo

a la visión positiva o negativa de sí mismo y de los otros, resulta probable que las personas que

se dedican profesionalmente a carreras en la que las relaciones interpersonales son la base del

ejercicio profesional, y que la principal función gira en torno a “los otros” (el paciente o

usuario), supone un estilo de apego seguro (visión positiva de sí mismo y del otro) y/o

preocupado (visión positiva del otro y negativa de sí mismo), mientras que un estilo alejado

(visión negativa del otro y positiva de sí mismo) y el estilo temeroso (negativo de sí mismo y

de los otros) supone dificultad en el establecimiento de relaciones interpersonales.

42
CAPÍTULO V

Conclusión, Recomendaciones y Limitaciones

5.1 Conclusión

Según los resultados obtenidos se puede constatar que los sujetos con un estilo de apego

TEMEROSO/HOSTIL presentan características de necesidad de aprobación, autoconcepto negativo,

preocupación por las relaciones, dependencia, miedo al rechazo y problemas de inhibición conductual

y emocional. Los sujetos con estilo de apego PREOCUPADO presentan ira hacia los demás,

resentimiento, facilidad a la hora de enfadarse, posesividad y celos. Los sujetos con estilo de apego

SEGURO presentan un buen nivel de sociabilidad, facilidad para expresar emociones y confianza en

los demás a la hora de expresar y solucionar los problemas interpersonales. Por último, los sujetos con

estilo de apego ALEJADO presentan cierto nivel de menosprecio hacia las relaciones íntimas, dificultad

para comprometerse y sobrevaloración de la independencia personal.

Los hallazgos al analizar los Tipos de Apego han dado como resultado que predomina el apego

de tipo alejado lo cual confirma la existencia de un estilo predominante.

5.2 Limitaciones

Una de las limitaciones fue aplicar el instrumento debido a que la población objeto de

este estudio se encontraba desempeñando sus actividades académicas al momento del estudio

las cuales podrías haber sido una distracción al momento de completar los cuestionarios.

43
Este estudio se basa en los datos obtenidos a través de la aplicación de un cuestionario de

autorreporte, que tiene la ventaja de la practicidad en su aplicación, pero la desventaja que se

pierde la oportunidad de explorar más en la parte cualitativa, o se corre el riego de que el

cuestionario se responda en forma apresurada, resultando en inconsistencias que obligan a no

incluirlos en la investigación.

5.3 Recomendaciones

Debido a la relevancia del vínculo afectivo en los individuos para establecer relaciones

interpersonales saludables, como base para la construcción de comunidades organizadas, y

conociendo la relevancia de la figura del psicólogo en la relación terapéutica, se recomienda

realizar programas de intervención que fomenten el desarrollo de un apego seguro en

estudiantes de psicología.

Se recomienda ampliar la línea de investigación a estudiantes del área básica de la

carrera de psicología, a fin de contrastar los resultados y hacer aportaciones que permitan

aumentar la convergencia entre los distintos estudios de medidas de apego adulto e

incrementar el conocimiento acerca de la compleja conducta humana.

44
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47
ANEXOS

ANEXO I

CONSENTIMIENTO INFORMADO

Mediante la firma de éste documento, doy mi consentimiento para responder al cuestionario

aplicado por estudiantes del 5to año de la carrera de Psicología Clínica de la Facultad de

Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción. Con el propósito de evaluar los Estilos de

Apego en estudiantes de la carrera de Psicología Clínica.

Estoy consciente que la información que estoy suministrando será utilizada con fines de

investigación.

Entiendo que fui elegido/a para ésta investigación por ser alumno de la especialidad de

psicología clínica.Además doy fe de que estoy participando de manera voluntaria y que la

información que aporto es confidencial, de manera que no se revelara a otras personas, por lo

tanto no afectará mi situación personal. Así mismo, sé que puedo dejar de proporcionar la

información que se me solicita en cualquier momento, incluso después de llenar el cuestionario.

Además afirmo que se me dio suficiente información sobre los aspectos éticos y legales que

involucra mi participación.

Fecha:

________________ ________________________

Firma del (de la) Participante

48
ANEXO II

CUESTIONARIO DE APEGO ADULTO

(Melero, R y Cantero, MJ, 2005)

A continuación, encontrarás una serie de afirmaciones, marca con una X el número que corresponda

al grado en que cada una de ellas describe tus sentimientos o tu forma de comportarte en tus

relaciones.

1 2 3 4 5 6

Completamente Bastante en Algo en Algo de

Bastante de Completamente en desacuerdo desacuerdo desacuerdo

acuerdo acuerdo de acuerdo

1 2 3 4 5 6

1 Tengo facilidad de expresar mis sentimientos y emociones

2 No admito discusiones si creo que tengo razón

3 Con frecuencia, a pesar de estar con gente importante para mí me

siento solo y falto de cariño

4 Soy partidario a del “ojo por ojo y diente por diente”

5 Necesito compartir mis sentimientos

6 Nunca llego a comprometerme seriamente en mis relaciones

7 Si alguien de mi familia me lleva la contraria, me enfado con facilidad

8 No suelo estar a la altura de los demás

9 Creo que los demás no me agradecen lo suficiente todo lo que hago

por ellos

49
10 Me gusta tener pareja pero temo ser rechazado por ella

11 Tengo problemas para hacer preguntas personales

12 Cuando tengo problemas con otra persona, no puedo dejar de

pensar en ello

13 Soy muy posesiva en todas mis relaciones

14 Tengo sentimientos de inferioridad

15 Valoro mi independencia por encima de todo

16 Me siento cómoda en las fiestas o reuniones sociales

17 Me gusta que los demás me vean como una persona indispensable

18 Soy muy sensible a las críticas de los demás

19 Cuando alguien se muestra dependiente de mí, necesito

distanciarme

20 Cuando existe una diferencia de opiniones, insisto mucho para que

se acepte mi punto de vista

21 Tengo confianza en mi mismo

22 No mantendría relaciones de pareja estable para no perder mi

autonomía

23 Me resulta difícil tomar una decisión a menos que ya sepa lo que

piensan los demás

24 Soy rencoroso

25 Prefiero relaciones estables a parejas esporádicas

26 Me preocupa mucho lo que la gente piense de mi

50
27 Cuando tengo un problema con otra persona, intento hablar con ella

para resolverlo

28 Me gusta tener pareja, pero al mismo tiempo me agobia

29 Cuando me enfado con otra persona, intento conseguir que sea ella

la que venga a disculparse

51
ANEXO III

Baremo de la adaptación a la población española del Cuestionario de Apego Adulto (CAA)

(Melero y Cantero, 2008)

52

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