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I.S.F.D.

Nº29

Profesorado de Historia
2º año “B”

Cátedra: Integración Areal II.


Docente: Agustina Solari

Reseña bibliográfica.

“Estudio de la mentalidad burguesa” de José Luis Romero

Alumno: Ariel Mejia.


Año 2013

ROMERO, José Luis. Estudio de la mentalidad burguesa. Buenos Aires.


Alianza. 1999.

Este libro tiene la particularidad de haberse pensado para amigos (o por lo


menos hacia ellos fue dirigido) a partir de un curso dictado en 1970 por José Luis
Romero. Así lo cuenta su hijo Luis Alberto en el prefacio del libro. Este dato no es
menor ya que gracias a esto, se puede detectar una cadencia de oralidad que hace
que su lectura sea amena y coloquial, pero sin perder en ningún momento la
rigurosidad intelectual de los conceptos que intenta exponer.

El título de la obra no deja lugar a dudas. Se trata de un estudio sobre esas


“formas concretas de vida; pero junto con ellas, todo ese haz de ideas corrientes, de
ideas operativas, que funcionan efectivamente en una sociedad, que no han sido
nunca expuestas de manera expresa y sistemática, que no han sido ordenadas ni
han sido motivo de un tratado, pero que sin embargo nutren el sistema de
pensamiento y rigen el sistema de la conducta del grupo social” (1), es decir: las
costumbres y de cómo éstas influyen, modifican y condicionan las mentalidades de
una época. Lo hace mediante permanentes comparaciones entre las mentalidades
del mundo cristiano feudal y el burgués; su convivencia, acuerdos y desacuerdos.
El período histórico que analiza va desde la revolución burguesa (Siglo X - XI) hasta
su consolidación en el Siglo XVIII y posterior crisis en los primeros decenios del
Siglo XX.
No es un error que el inicio de esta revolución se localice entre una brecha tan
extensa. Lo que sucede es que éste es un proceso de largo plazo que al principio
convive con las estructuras feudales. Se van alterando las estructuras operando
pequeñas modificaciones en relación a sus intereses momentáneos y no por la
“libertad” en abstracto. Que termina por fijar formas de conducta y opinión, que luego
se transformarán en doctrinas.
El propósito de esta obra es establecer (en el marco de la sociedad europea
occidental) cuales fueron los procesos de cambio de las distintas estructuras a partir
de las imágenes de cambio construidas por sus protagonistas.

A lo largo de cuatro capítulos, Romero intentará, primero, introducirnos en


unas cuestiones previas donde explica los conceptos principales de mentalidad,
mundo burgués y estructura (real e ideológica), para poder entender, a partir de allí,
lo expuesto por el autor.
Dibuja un panorama sobre el mundo burgués, que es, en Europa (o mejor dicho, el
mundo europeizado), un grupo de ciudades que se comunican entre sí con sus
distintas etapas de desarrollo. Desde el imperio Romano, principalmente urbano, con
el campo como dependiente de éstas y el éxodo que se produce luego de las
invasiones bárbaras; pasando por el Siglo X y XI y sus enclaves de señoríos
amurallados; destacando que a partir del Siglo XI, y debido al desarrollo social, el
éxodo rural y la reactivación mercantil, comienzan a (re)surgir ciudades que se
poblaron con gente con una forma de vida distinta a la tradicional. Éstas adquieren
libertades de movimiento, de matrimonio, de comercio, protegidos por estatutos.
Realizan actividades distintas: comercio, servicios y profesiones, desarrollando la
riqueza de manera dineraria y no raíz.

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(1)
. ROMERO, José Luis. Estudio de la mentalidad burguesa. Buenos Aires. Alianza. 1999.

Sobre el final del primer capítulo plantea una ecuación que permite entender de qué
se tratan las estructuras.
En un segundo capítulo, Romero encara dos aspectos: los contenidos
específicos de la mentalidad y el cuadro intelectual.
El autor deja muy en claro que las estructuras son históricas y cambian; y dos
estructuras pueden coexistir e influirse (una tradicional: señorial y feudal y una
moderna: urbana y burguesa) y aparecer una como isla dentro de otra. La burguesía
aparece en los resquicios de la sociedad feudal como clases mercantiles
distribuidoras.
La pregunta que se hace el autor en este capítulo es: ¿Cómo se constituye una
mentalidad burguesa en el marco de una sociedad tan sólida?; sobre la cual infiere
que nacen mediante un acto de rebeldía, pero que no enfrenta de manera desafiante
la estructura mental y social de las antiguas clases. Se constituyen de pactos tácitos,
se logran algunas garantías, derechos y “libertades” necesarias para el ejercicio de
la profesión. Sin cuestionar el poder o la posición de los señores.
Sobre la mentalidad burguesa afirma que se trata de una ideología en un sentido
estricto.
En el Siglo XII una incipiente economía de mercado elaboran ciertas reglas que
podría llamarse "ética comercial" hasta que en el Siglo XVIII se desarrolla una ética
no dogmática, racional, cuyo fundamento no es el mandato divino, sino la razón.

En el capítulo III describe de manera detallada los contenidos de la


mentalidad burguesa. Aborda temas como profanidad y realismo; la imagen que se
tiene sobre la naturaleza y el hombre; el tipo de filosofía burguesa (racional y
empírica); y analiza la sociedad, la política, la economía, la ética, la religión, la
metafísica, la historia y la estética.
Como puede imaginarse, este capítulo es el más extenso y el más variado, y
adentrarse en cada uno de los temas, así sea de manera muy breve, nos distraería
del concepto general: la ruptura del orden social establecido que tiene que ver con el
resquebrajamiento de la cosmovisión teocéntrica predominante y la consolidación de
una cosmovisión antropocéntrica con la razón como principal fuente de
conocimiento.
En este sentido no deja de extrañar la nula referencia que Romero hace sobre la
importancia de la conquista de América y su influencia en lo que significo la
acumulación primaria de capitales en las potencias colonizadoras y de cómo influyó
esto en la economía y en la sociedad europea; pero sobre todo en la cocepción
mental e ideológica del hombre que se atreve a lo desconocido y se encuentra con
tierras exóticas, además de la incertidumbre legal y jurídica de tener que encuadrar
a estos “nuevos” individuos.

En el cuarto y último capítulo Romero establece lo que para él son los motivos
de la crisis en la mentalidad burguesa a partir de la década de 1920 y de una serie
de hechos hace que se empiece a cuestionar (desde adentro y desde afuera) esas
ideas consolidadas en la sociedad: la liberación femenina, la crisis en el mundo
industrial, la Revolución bolchevique y la revolución Cultural.
La mentalidad burguesa se había basado en un sistema político combinado entre
liberalismo, republicanismo y democracia y en esta época queda barrido por el
fascismo y el comunismo. Las huelgas y movilizaciones políticas comenzaron a

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cuestionar la legitimidad y representatividad de las élites dominantes y se las
reconoce como explotadoras.
El individuo se aliena, se enajena (para poder comprar los bienes de consumo) y se
frustra. El hombre tiene que realizarse sirviendo al monstruo: una gran empresa, el
Estado.
¿Cuál es su destino? se pregunta el autor, respondiéndose que el individuo de
posguerra se siente desdichado y trabaja para conseguir el dinero necesario para
obtener los bienes de consumo y lo resume, genialmente, en una frase de Bernad
Shaw: “Un hombre de nuestro tiempo es un hombre que gasta su vida en
ganársela”(2).
Surgen contradicciones que la burguesía no puede resolver: desarrollo tecnológico y
desarrollo social; masificación e individualización; participación y marginalidad.
José Luis Romero finaliza esta obra vislumbrando que el fin de la burguesía será
confuso, de expresiones de disconformismos más que de objetivos claros.

Poder entender la manera de pensar y las costumbres de una época o de un


proceso histórico y la manera en la que ellas se van modificando, abordado, como lo
hace Romero, desde la óptica de un materialismo histórico no tan ortodoxo, nos
permite poder contextualizarlos de forma más precisa y así evitar anacronismos o
evaluciones éticas o de principios que no se corresponde con la manera de concebir
la cosmovisión de la época estudiada. Los juicios de valores deben estudiarse y
entenderse en el contexto histórico y el estudio de las mentalidades hace un aporte
inmenso.
La burguesía, ese sector de la población que nace cuestionando (pero que acepta y
convive) al mundo cristiano feudal, seguramente quedó en una situación marginal
ante lo establecido y su posición desafiante merece la admiración de quienes hoy
estudiamos su evolución, sentimos su consagración y vivimos las distintas formas de
adaptación hasta nuestros días, con sus crisis y detractores. “La burguesía ha
desempeñado en la historia un papel altamente revolucionario.” (3) decían Marx y
Engels en “El manifiesto comunista” reconociéndole una participación respetable en
la historia.
Esta obra de José Luis Romero nos abre una puerta a los orígenes y desarrollo de
una mentalidad que consolidó una manera de vivir en el mundo occidental.

Sobre el autor.

José Luis Romero*


Fue uno de los más notables historiadores argentinos. Nació en Buenos Aires en
1909 y se doctoró en la Universidad de La Plata. Se dedicó luego a la historia
medieval e inició una larga investigación sobre los orígenes de la mentalidad
burguesa. Paralelamente, y en su carácter de historiador y de ciudadano –militó en
el partido Socialista–, se dedicó a la historia argentina y escribió en 1946 una obra
clásica: Las ideas políticas en la Argentina. Enseñó en las universidades de La Plata
y de la República, en Montevideo. Desde 1958 lo hizo en la Universidad de Buenos
Aires, donde fue Rector Interventor en 1955 y Decano de la Facultad de Filosofía y
Letras en 1962. En 1975 fue convocado para integrar el Consejo Directivo de la
Universidad de las Naciones Unidas, con sede en Tokio, donde falleció en 1977.

*Fuente: http://www.sigloxxieditores.com.ar

4
(1)
. ROMERO, José Luis. Estudio de la mentalidad burguesa. Buenos Aires. Alianza. 1999.
(3)
. MARX, Karl. ENGELS, Friedrich. El Manifiesto Comunista. Alambra Longman. 1995

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