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1. ANTECEDENTES
El último bastión que impediría esta hazaña era Villamontes, población que se
encontraba a orillas del río Pilcomayo y a la que se llegaba a través de embarcaciones
precarias y caminos tortuosos, su abastecimiento por sí mismo era muy complicado.
Este último emplazamiento era todo lo que se interponía entre una derrota total o un
último estertor de dignidad de todo un país. En este lugar se jugaba el destino de dos
países, si el ejército paraguayo tomaba Villamontes, tenía libertad para avanzar mucho
más al Norte y al Oeste, de forma irrefrenable, sin oposición, con la posibilidad de
cercenar o desmembrar tres departamentos: Chuquisaca, Tarija y Santa Cruz, así como
tomar dos ciudades importantes como Santa Cruz de la Sierra y Tarija. Y aún más
grave, en perspectiva futura, se dirigirían a la región petrolera tomando posesión de ella
como trofeo de guerra.
2. DESARROLLO
Durante la Guerra del Chaco (1932-1935), Villa Montes fue escenario del conflicto
bélico con Paraguay e importante en la línea logística boliviana por sus depósitos de
armamento y municiones, talleres, oficinas de Comando y hospitales de campaña.
Durante el desarrollo de la última fase de la guerra, de enero a junio de 1935, el fortín
Villa Montes fue el núcleo principal del sistema defensivo boliviano en el Chaco. La
defensa para evitar que Villa Montes cayera en poder del Ejercito Paraguayo, se
encargó al Cnel. Bernardino Bilbao Rioja.
El mando del ejército boliviano ante la ofensiva paraguaya consideró trasladarse a Entre
Ríos y envió a Tarija el material no indispensable de permanecer en Villa Montes.
Luego de la destrucción del Segundo Ejército boliviano a fines de 1934 y como efecto
de la movilización general decretada por el Presidente Tejada Sorzano en diciembre de
1934 se constituyó el Tercer Ejército boliviano que con sus 36 regimientos duplicó al
que tuvo Bolivia un año antes y alcanzó por tercera vez una superioridad masiva sobre
el ejército paraguayo. Esta superioridad en hombres y medios le permitió a Bilbao Rioja,
en actitud defensiva, resistir el ataque paraguayo realizado a partir del 13 de febrero de
1935.
Casa de Gobierno de Villa Montes y sede del Comando del Ejército Boliviano en
campaña. Villa Montes. 1932
Villa Montes era la sede del Cuartel general del Comando Superior, a la vez que el
Comando del Sector Sur, asiento de la Jefatura de Etapas con sus intendencias y
maestranzas, base de la sanidad, además de población donde transitaban las tropas,
entrando o saliendo del Chaco, emboscados de todas la categorías, proveedores,
comerciantes, burdeles y prostitutas. La defensa de esa plaza era decisiva para el
ejército boliviano. Un nuevo repliegue era imposible. La “chalana” o trasbordador que
hacia el servicio entre San Antonio y San Francisco en el río Pilcomayo, era el único
medio con el que se contaba para el cruce de sus aguas de una a otra orilla.
El puente que se construía kilómetros más arriba, en el primer angosto, recién iba a
quedad concluido tres meses antes de la conclusión del conflicto. La historia del puente
era la historia de la imprevisión civil y militar en la conducción de la guerra. El ingeniero
Roberto Arce luchaba desde enero de 1933 contra la miopía oficial para hacer de esa
obra una realidad. Aunque la construcción había sido aprobada por el gobierno en mayo
de 1933, las dificultades en el transporte de material, el paludismo que afectaba a la
zona y los escases de trabajadores que fueron llevados a las trincheras demoraron su
conclusión hasta marzo de 1935. Ante el peligro de la caída de Villa Montes a manos
del ejército paraguayo, el comando militar boliviano ordeno la colocación de explosivos
en las fundaciones del puente para hacerlo volar en caso de abandono del fortín. En
diciembre de 1934 con el puente aún inconcluso, de producirse un desastre en la línea
defensiva de Villa Montes, se habría necesitado que la “chalana” trabajara siete días y
siete noches sin interrupción para evacuar el mínimo de tropas necesario para la
continuación y defensa del pueblo. El dilema era claro: defender Villa Montes sin
ninguna claudicación o el Paraguay tomaba el fortín e imponía la paz en las
condiciones que mejor le parecía.
Bernardino Bilbao Rioja, fue el único militar boliviano a la altura de su rival José Félix
Estigarribia, ambos fueron verdaderos estrategas militares, sin embargo el boliviano
lamentablemente llegó al final de la campaña. Si bien el Paraguay obtuvo a la postre ¾
partes del territorio en disputa, la rica región petrolera donde se encuentran actualmente
los reservorios más grandes de gas natural del continente, se quedaron con Bolivia. Se
perdió una extensión territorial considerable, no obstante, estratégica y
económicamente se preservó lo más importante.
3. PERSONAJES IMPORTANTES
4. CONCLUSIONES
5. Enseñanzas y experiencias
Se pudo analizar que el apoyo logístico para nuestra tropas se vio facilitado
debido a la concentración de medios en VILLA MONTES sin embargo la falta de
vías de comunicación existente en el interior del país dificultaba esta operación
debido a las extensas distancia a cubrir.
Por el contrario en esta etapa de la guerra las fuerzas paraguayas habían sobre
extendido sus ejes de abastecimiento lo que dificultaba el mismo y que a su vez
empeoraba cada día más por la situación económica crítica a la que llego.
La lucha en "Villa Montes" se caracteriza por su tenaz defensa, en la que se
comprobó cuán decisivo es el factor terreno. Defendida su a la derecha por un
obstáculo natural como el Pilcomayo y su izquierda por las serranías de
"Chimeo" y "Tarairí", la defensa era infranqueable. Además, a sus espaldas
estaban las altas serranías del "Aguarague" desde donde la artillería boliviana
batía intensamente el campo enemigo, de tal suerte que las tropas atacantes se
veían obligadas a efectuar ataques frontales contra posiciones fuertemente
fortificadas, forma en la cual, generalmente, no se tiene éxito.
Para romper la línea, los paraguayos tuvieron que concentrarse la potencia de
sus armas sobre un reducido frente, como es "Higüiraru", donde consiguieron
algún éxito, de acuerdo a los principios tácticos; pero la oportuna intervención de
las reservas bolivianas paralizaron la progresión de la ruptura, demostrándose
una vez más la importancia y la decisión que tiene el buen y oportuno empleo de
las reservas.