Está en la página 1de 3

DESTINO TRUNCO

Profesor Francisco Sandoval Ortega

Tal vez no lo imaginen... hombres de toda edad…


Pero aquí delante de mis ojos... quedó el cuerpo sacrificado,
macilento y mutilado.... de una joven mujer.

Lugar... Huiscolco, Zacatecas.


Nombre… María Murillo.
Delito… Dar al pueblo el alba entre sus manos.
Profesión… Maestra rural.

Nosotros éramos maestros como ella,


iniciadores de la escuela socialista,
nuestros enemigos:
banqueros, sacerdotes, comadronas,
políticos y politiqueros, periódicos y periodiquillos;
todos vomitaban blasfemias y calumnias.

¡Tu vacuna no combate el paludismo!,


inyecta el comunismo
¡tu escuela, es una escuela sin Dios!,
ellos hacen a los niños realizar actos sexuales,
en vivo, frente a sus compañeros
para que rebelen los misterios de la vida.

Pero eso no fue todo,


los cristeros les dejaron
completar un deporte de cuatro pruebas:
incendiar escuelas, desorejar a maestros,
violar a maestras, asesinar a maestros y maestras,
asesinar a maestros y maestras,
y asesinar a maestros y maestras.

La maestra era una niña,


que en ser maestra soñaba
y en noche de pesadillas, estambra de amor devana
predicaba la paz y la caricia,
dibujaba las canciones en la solapa,
agreste de la tierra,
predicaba la libertad con el ejemplo
buscando a Dios entre la propia ciencia.

La noche se espesaba de sombras e inquietudes,


no era una noche cualquiera,
yo sentía esa noche palpitante a mi lado,
casi podía tocarla con mis dedeos helados,

1
fríos como la noche, que esperaban conmigo.
Puñales de horror que fingían de los perros el ladrar,
eran jinetes en sus caballos peinados de obscuridad,
y acicateando el silencio con las espuelas del mal,
los cristeros de la sierra llegaron bajando ya.

Centellas hay en sus ojos, que senda marcando van,


centellas de sus lujurias que se van a reflejar,
en las medallas benditas que llevan sobre el gabán.
En medio del caserío, alburas la escuela escancia,
como en mares de tortura, alas de gaviota blanca.

La maestra era una niña, que en ser maestra soñaba,


y en noches de pesadilla, estambre de amor devana,
estambre para bordar, en canevá de las almas.

Truenos de balas se oyeron, rayos que la noche rayan,


debajo de las cobijas, la gente se persignaba:
¡Los cristeros!, ¡los cristeros!

Los cristeros entraron, atropellando confianzas,


hachas fueron sus blasfemias, que las puertas astillaran,
avalancha de cristeros, desparramase en la estancia.

La pobrecita paloma nada decía y lloraba;


el jefe de los cristeros, la ropa le despedaza,
hasta dejarla desnuda en su pudor refugiada,
Sobre su cuerpo moreno, sus pupilas resbalaban.

El jefe de los cristeros bajó toldo de miradas,


robó primicias de amores al compás de carcajadas;
después pasaron los otros hollando lirios sin mancha,
y cuando todos saciaron sedes de púber fontana,
por el suelo la arrastraron dejando estela escarlata,
mientras en un muro blanco las figuras se alargaban,
y en el cielo de la vergüenza la virgen madre lloraba.

El jefe de los cristeros con su cuchillo de plata,


los senos cortó a la niña, senos cual flores tempranas,
y fueron los senos niños, rojas pomas que rodaban,
de la vida desprendidos en cosecha apresurada.

En la cal de la pared letreros con letra llana,


un cristero así escribió, dejando fija su infamia...
¡Muera la Escuela Rural!
¡Muera la Escuela Rural!
¡Muera! ¡y viva la Iglesia Santa!

2
Estampa del niño Dios, entre los senos manchada,
los cristeros en su huida dejaron abandonada:

¡Hay madre!, ¡qué pena tengo! Tengo una espina en el alma,


¡estréchame entre tus brazos y cuando muera,
tus manos pon en mi cara!
Sola la niña maestra, muriéndose en noche aciaga,
de oleos quedose ayuna, pero sus heridas intactas.

Sobre el perfil de los montes, el sol se puso a brillar,


cuando en camilla de amores, iban la niña a enterrar.
Abiertas a la mañana, sobre búcaro carnal,
en lugar de dos claveles, un par de amapolas hay.

Detrás caminan mujeres, que a los críos las bilis dan,


detrás caminan los hombres con impasible mirar,
detrás caminan los niños mirando el bien que se va
sobre el camino regado con gotitas de coral.

Mientras tanto los cristeros, corderos de cristiandad,


la absolución recibían, absolución sin igual
que de los siete pecados hizo virtud teologal,
virtud de luz en los cielos, luz que se va a reflejar,
en las medallas benditas que llevaban sobre el gabán.

Durante la batalla escolar de 1945 a 1948,


fueron destruidas muchas escuelas,
violadas muchísimas maestras,
desorejados más de 200 Maestros
y muertos más de 100.

Nombre: Bruno Ávila,


Lugar: Colotlán, Jalisco,
Nombre: Zempoalteca López,
Lugar: Estado de Querétaro,
NOMBRE ¡NO IMPORTABA EL NOMBRE!
LUGAR ¡CUALQUIER LUGAR!

También podría gustarte