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INDICE

INTRODUCCIÓN 3

MODOS DE ORGANIZAR Y RAZONAR


PARA ELABORAR UN ESCRITO JURÍDICO 4

TIPOS DE ESCRITO 4

FUNDAMENTALES 5

ACCIDENTALES 5

CUASIFUNDAMENTALES 6

LA REDACCIÓN PRÁCTICA 6

CONTENIDO Y ESTRUCTURA 6

EL ESCRITO JUDICIAL CÓMO REFLEJO


DE LA ESTRUCTURA DE LA NORMA 7

ORGANIZACIÓN COMÚN A TODO LO ESCRITO:


ENCABEZADO, NUCLEO 7

CONCLUSIÓN 9

BIBLIOGRAFÍA 10

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INTRODUCCIÓN

El medio de expresión del lenguaje procesal ha oscilado, en las distintas


legislaciones y épocas, entre la palabra escrita y la oral. La doctrina eleva esta
circunstancia expresiva del proceso al rango de principio; se habla así de principio de
oralidad y principio de escritura.

El Código Procesal Civil y Comercial de la Nación adopta el idioma nacional


como lenguaje del proceso (art. 115), y a la escritura como modo de expresión de la
voluntad de los sujetos participantes en el debate judicial.

Si bien el principio escriturario no surge expresamente del código (no hay una
norma categórica que mencione su vigencia), se lo infiere al estar dispuesto este medio
gráfico para los principales actos del juicio: la demanda (arts. 330); su contestación (art.
356); resoluciones judiciales (arts. 160 y ss.); recursos (v. gr. arts. 239, 245, 246);
demandas incidentales (art. 177), etcétera. Además, en el Capítulo II del Título III de la
Parte General, titulado “Escritos” (arts. 118 a 124), dispone acerca de los requisitos que
deben reunir los mismos.

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MODOS DE ORGANIZAR Y RAZONAR PARA ELABORAR UN ESCRITO
JURÍDICO

El escrito judicial o presentación judicial es una clase de documento que debe


utilizar cualquier persona que quiera participar en el proceso para formular peticiones al
juez, ya sea en asuntos contenciosos o no contenciosos.

Escribir un texto jurídico (un dictamen jurídico o un escrito procesal) requiere un


proceso más o menos laborioso dependiendo de la complejidad de cada escrito, ya que
no todos los escritos que redactamos tienen la misma dificultad ni requieren el mismo
esfuerzo.

Definir ideas y ordenarlas: es importante que antes de empezar a escribir


tengamos un esquema que contenga las principales ideas o contenidos que queremos
transmitir con nuestro escrito, estudiar el procedimiento y seleccionar los argumentos
que apoyen nuestra pretensión redactándolos de un modo claro, ordenado y
convincente.

La elaboración de un texto jurídico exige el manejo y la utilización de información


diferente y a veces dispersa, que hay que saber usar: legislación, artículos doctrinales,
libros, jurisprudencia, bases de datos…

Cuando ya tenemos las ideas definidas, procede unificar contenidos y verificar la


coherencia del escrito, para finalmente revisarlo. La revisión del texto es una parte
fundamental en el proceso de escribir y ello implica no sólo corregir los errores
ortográficos cometidos o el espacio entre los párrafos, sino también reescribir, escribir
de nuevo lo ya escrito, corrigiendo y en su caso modificando algunas partes del texto.

Redacción con claridad, sencillez y concisión: la capacidad de persuasión de


un escrito jurídico depende fundamentalmente de la fuerza que tengan los argumentos
que se expongan en el texto. Esta exposición debe ser clara, sencilla y breve sin inducir
a confusión. Así llega con mayor eficacia a los clientes y transmite una mejor imagen
del despacho.

TIPOS DE ESCRITO

 Leyes.
 Decretos.
 Sentencias.
 Demandas.
 Juicios.
 Amparos.
 Recursos.
 Apelaciones.
 Peticiones.

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 Resoluciones.
 Jurisprudencias.
 Oficios.
 Actas.
 Denuncia.
 Notificaciones.
FUNDAMENTALES
Los derechos fundamentales son derechos humanos positivizados en un
ordenamiento jurídico concreto. Es decir, son los derechos humanos concretados
espacial y temporalmente en un Estado concreto.
Son derechos ligados a la dignidad de la persona dentro del Estado y de la
sociedad. Cabe destacar que a los derechos fundamentales no los crea el poder
político, se impone al Estado la obligación de respetarlos.
El derecho fundamental jurídicamente tiene la estructura normativa
basada en la capacidad que le permite a la persona efectuar determinados actos,
es decir, que los derechos fundamentales son instituciones jurídicas que tienen
la forma del derecho subjetivo. Y la estructura del derecho subjetivo tiene tres
elementos: titular del derecho subjetivo, el contenido del derecho subjetivo en el
que vamos a distinguir las facultades, por otra parte el objeto del derecho, y un
tercer elemento es el destinatario o sujeto pasivo, aquel que está obligado a
hacer o no hacer.

ACCIDENTALES

Los elementos accidentales se incluye solo si las partes lo manifiestan, y son:

1) La condición, tanto suspensiva, de la cual depende la existencia del negocio


(por ejemplo: te pagaré un sueldo mensual si apruebas el examen de admisión al
empleo), como resolutoria, de la cual depende la finalización del negocio (Por ejemplo,
te pagaré una beca hasta que te recibas. La obtención del título, hace finalizar el
negocio). Por eso podemos definir a la condición como el acontecimiento futuro e
incierto, del cual depende el inicio o la finalización del negocio jurídico.

2) El plazo, que es el acontecimiento futuro, pero cierto del cual se hace


depender el inicio o el término del negocio. En este caso se dan las mismas situaciones
del anterior pero el acontecimiento ocurre un día determinado, por ejemplo te pagaré
desde o hasta el día 31 de diciembre de 2008.

3) El modo o cargo: Se añade al negocio una imposición, sin el cumplimiento de


la cual el derecho, objeto del negocio no se adquiere. Ejemplo, te nombrp heredero,
pero te impongo la carga de un legado.

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CUASI FUNDAMENTALES

También definido cómo cuasi contratro. Constituyen una de las fuentes de las
relaciones jurídicas de crédito a deuda. Son hechos que, sin ser contratos, ni
corresponder a una previsión legal, ni ser ilícitos, conllevan la responsabilidad de una
persona hacia otra de forma tal que la responsable se constituye en deudora de una
prestación económico frente a la otra. Los cuasi contratos producen simultáneamente el
empobrecimiento de un patrimonio y el correlativo enriquecimiento de otro. El titular del
patrimonio enriquecido a costa del otro patrimonio se convertirá en deudor del titular del
patrimonio empobrecido, y en la cuantía del beneficio adquirido a expensas de este
último. En los cuasi contratos se consideran tres tipos fundamentales de casos: los de
enriquecimiento injusto, los de gestión de negocios ajenos sin mandato y los de pago
de lo indebido.

LA REDACCIÓN PRÁCTICA

Un texto jurídico es un texto utilizado en el ámbito judicial y legal.

Este tipo de texto tiene la característica de usar un lenguaje formal, tecnicismos


legales, así como utilizar términos antiguos como en el caso de los latinismos,
procedentes del derecho romano, que han quedado en el léxico legal en distintos
países. Un texto jurídico, tiene un orden lógico y jerárquico en cuanto a la forma de
nombrar a autoridades e individuos, leyes y reglamentos. Usan un lenguaje explícito,
detalla hechos, narraciones y tiende a no dejar ambigüedades que pudieran hacer
interpretaciones erróneas de lo que trate el texto jurídico en particular. Los textos
jurídicos usan citas de leyes, reglamentos, y jurisprudencias como parte integrante de sí
mismos. Tendiendo a la creación de formularios que estandarizan un formato o
formatos para cada tipo de texto jurídico en particular.

CONTENIDO Y ESTRUCTURA

El contenido de un escrito judicial varía según cada tipo de procedimiento y


legislación. Sin embargo, habitualmente los ordenamientos jurídicos contemplan una
serie de requisitos mínimos o básicos que debe contener todo escrito.

Suma:

Corresponde a un resumen que se coloca en la parte superior del escrito, donde se


indica brevemente la petición que se formula al tribunal.

Tribunal ante el cual se presenta:

El escrito debe precisar además ante qué juzgado, tribunal, cámara o corte se presenta.

Individualización:

El suscriptor del escrito debe identificarse por medio de su nombre, documento de


identidad, domicilio, profesión o empleo, el rol o número del pleito, el objeto del pleito, el

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rótulo o carátula del mismo y bajo qué condición o calidad realiza la presentación (como
demandante, demandado, recurrente, recurrido, solicitante o tercerista).

Cuerpo del escrito:

Se trata del contenido propiamente tal de la presentación, donde deben indicarse con
toda claridad los antecedentes de hecho y de derecho que existen sobre la cuestión y
en que se funda la petición que se realiza al juez.

Peticiones concretas que se formulan al tribunal:

Corresponde a las formulaciones que solicita, exige o reclama el suscriptor.

Suscripción o firma del escrito:

La mayoría de las legislaciones tienen por no presentado todo escrito o presentación


ante la justicia que carezca de firma.

EL ESCRITO JUDICIAL CÓMO REFLEJO DE LA ESTRUCTURA DE LA


NORMA

El escrito debe reflejar la estructura de la norma

De acuerdo a las ideas precedentes, el justiciable tiene la carga de pedir al juez


que aplique a cierta relación jurídica (de derecho sustancial o procesal) la consecuencia
legal que, según él entiende, le corresponde.

Para ello, le indicará cuál es, a su parecer, la norma que establece dicha
consecuencia, le expondrá los hechos sucedidos que justifican su petición, y en ciertos
casos también ofrecerá prueba para acreditar esa situación fáctica.

Tenemos así los tres elementos básicos del escrito: hechos, derecho,
postulación; “dado A debe ser B, lo que así pido”.

La demanda, prototipo del escrito judicial, debe contener “la cosa demandada,
designándola con toda exactitud”, “la petición en términos claros y positivos”, “los
hechos en que se funde, explicados claramente”, “el derecho expuesto sucintamente,
evitando repeticiones innecesarias” (arts. 330 CPCC).

Tras este modelo se alinean, con diferente grado de intensidad, todos los demás
escritos.

ORGANIZACIÓN COMÚN A TODO LO ESCRITO: ENCABEZADO,


NUCLEO

Organización común a todo escrito

Todo escrito forense tiene un primer grado de organización idéntico, una


estructura genérica compuesta de las siguientes partes: encabezamiento, núcleo y
cierre.

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Sobre el tema, Miriam Álvarez afirma: “Evidentemente la distribución del
contenido en los escritos jurídicos es sumamente importante. Los textos jurídicos en su
doble vertiente (los emitidos por los legisladores y los que corresponden a la justicia)
presentan una organización preestablecida. Tanto en los textos ‘legales’, como en
aquellos otros derivados de la aplicación de la ley, se ha de seguir un esquema
completamente fijado por el uso continuado, y por la tradición, en definitiva. Al igual que
en los textos administrativos, no hay lugar para la improvisación o la expresión
individual. La distribución del contenido se sirve, entre otros recursos, de las fórmulas
estereotipadas. Estas formas convencionales o clichés cumplen una función
demarcativa fundamental. Su empleo no es ocioso, ya que contribuyen a delimitar las
partes en que se estructura cada escrito, produciendo al mismo tiempo la cohesión
entre ellas. Facilitan, además, el proceso de recepción e interpretación, puesto que
ayudan a identificar de forma inmediata las distintas partes del texto. Y es que la
especial y rígida configuración del escrito jurídico viene determinada, en última
instancia, por factores pragmático-comunicativos”.

Y continúa diciendo: “Respecto de los textos jurídicos producidos en el ejercicio


de la justicia, existe un modelo que generalmente se suele mantener. Precisamente la
eficacia del escrito viene garantizada por el uso continuado de esta disposición del
contenido, para obtener así una satisfactoria exposición y posterior comprensión del
problema o asunto tratado. Independientemente del tipo de escrito que se tome en
consideración, las pautas generales que se observan en la disposición del contenido del
mismo son las siguientes…una introducción…la exposición de los hechos…la
fundamentación legal…la petición final…”.

a. Encabezamiento

Ver Modelos y sus comentarios

b. Núcleo

Es el sector primordial del escrito, pues aquí se manifiesta la voluntad del


justiciable de actuar en un determinado sentido, es decir, se concreta el acto procesal.

Un escrito puede materializar uno o más actos, y ser ellos de distinta o igual
naturaleza. Así, v. gr. la pieza inicial de un juicio ordinario llevará los actos “pretensión”
y “ofrecimiento de prueba”, sin perjuicio de otros, como ser, “medida cautelar”,
“recusación”, “autorización a una persona a consultar el expediente”.

El núcleo desarrolla el contenido esencial del escrito, es decir despliega la tríada


hechos, derecho, postulación, respecto de cada acto instrumentado. Es aquí dónde,
mayormente, se pone de manifiesto la concordancia advertida por Calamandrei entre la
“hipótesis legal”, es decir la descripta en la norma, y la “hipótesis real”, esto es la
realidad de las cosas.

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CONCLUSIÓN

Toda relación con otras personas nos mueve a comunicarnos a través del
lenguaje. La relación procesal no escapa a esta conclusión.

Los escritos de los justiciables son mensajes directos al magistrado: se


encabezan “Sr. Juez”, lo que indica claramente que a él se le está diciendo algo. Y son
también mensajes indirectos a los demás participantes del proceso: no hay duda que
piezas como la demanda o su contestación se confeccionan teniendo en cuenta que
serán puestas en conocimiento de la contraparte para que actúe en consecuencia.

Resulta importante conocer el desarrollo de la comunicación para identificar


algunos problemas que pueden surgir en ella.

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BIBLIOGRAFÍA

http://www.abogacia.es/2016/01/26/como-redactar-un-escrito-juridico-sin-que-parezca-
un-jeroglifico/

http://www.ejemplode.com/69-leyes/2957-ejemplo_de_texto_juridico

http://www.derecho.com/c/Derechos_fundamentales

http://derecho.laguia2000.com/parte-general/elementos-de-los-actos-juridicos

http://www.eldial.com.ar/nuevo/modelos_de_escritos_2.asp

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