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Juan
LA BIBLIA
AMPLIFICADA
Guía Práctica para
Una Vida Cristiana Abundante
en el Libro de
JUAN ! ׳
>
1— BA-J
\
O T R O S LIBR O S D IS P O N IB L E S D E LA SERIE
E xodo J o n L. D ybdahl
Dios crea un pueblo
״
JON PAULIEN, Ph.D.
COLECCION VIDA ABUNDANTE
LA BIBLIA
AMPLIFICADA
G E O R G E R. K N IG H T
Editor general
Título del original en inglés: John, Pacific Press Publishing Association, Boise,
ID, E.U.A.; 1905.
IMPRESO E N LA ARGENTINA
Printed in Argentina
Primera edición
MM I - 2,5M
ISBN 950-573-801-3
— 36562—
INDICE
5
DEDICATORIA
11
12 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JUAN ■
Jon Paulien
Berrien Springs, Michigan
EE. UU.
Λ
COMENCEMOS
una para utilizarla en esta serie, puesto que todos sus autores usan
esta versión como texto base.
Las secciones Introduzcámonos en la Palabra también supo-
nen que el lector tiene un diccionario bíblico. El Dkóamans biblia
adventista será de mucha utilidad, pero los interesadas en profimdi-
zar más pueden desear adquirir la International Standard BibLr Emy-
clopedia (edición 1974-1988) en cuatro tomos, o el Amdrar Birle
Dictionary en seis tomos.
La segunda sección en el tratamiento de los pasaies bíblicos ha
sido denominada Exploremos la Palabra. El propósito de esta
sección es comentar los principales temas de cada libro bíblico.
Por ello, los comentarios tratarán por lo general con porciones
bastante grandes de las Escrituras (a menudo un capítulo completo)
en lugar de proveer un acercamiento versículo por versículo, co-
mo se encuentra en el Comentario bíblico adventista. En efecto, mu-
chos versículos y quizá pasajes enteros de algunos libros de la Biblia
pueden ser tratados mínimamente o ser pasados completamente
por alto.
Otra cosa que deberíamos notar es que el propósito de las see-
dones Exploremos la Palabra no es responder todos los proble-
mas o contestar todas las preguntas que puedan surgir en cada pa-
saje. Más bien, como dijimos anteriormente, las secciones Expío-
remos la Palabra van a desarrollar los principales temas de los es-
critores bíblicos. En el proceso, el autor de cada tomo aportará lo
mejor de la erudición moderna a la discusión y enriquecerá así la
comprensión del lector del pasaje bíblico en cuestión. Las seccio-
nes Exploremos la Palabra también proveerán y desarrollarán
ideas acerca de muchas de las cuestiones presentadas primeramen-
te en los ejercicios de la sección Introduzcámonos en la Palabra.
La tercera sección en el tratamiento de los pasajes bíblicos es
Apliquemos la Palabra. Esta sección tiene como objetivo aplicar
las lecciones de cada texto a la vida cotidiana. Una vez más, usted
debería escribir las respuestas a estas preguntas y guardarlas en un
cuaderno o carpeta correspondiente al libro de la Biblia que está
estudiando.
La cuarta sección, Investiguemos la Palabra, está destinada a
u CÓM O UTILIZAR ESTE LIBRO IS
INTRODUCCIÓN
El Evangelio de Juan
Conociéndolo
Lea el Evangelio de Juan de corrido si es posible. Mientras el
impacto de la lectura todavía está fresco, cierre el libro y escriba
sus pensamientos en relación con lo siguiente:
Uno de Cuatro
La mayoría de nosotros tiene una idea tipo 1‘Hollywood” de la
vida de Jesús; es decir, una mezcla de detalles de los cuatro Evange-
líos con una buena parte de tradición y cultura popular. Existen,
sin embargo, no una, sino cuatro interpretaciones separadas e hispí-
radas de la vida de Jesús. El significado pleno de la vida de Jesús es
mayor que lo que una persona, aun una persona inspirada, podía
relatar. Cada uno de los escritores de los Evangelios seleccionó
acontecimientos y enseñanzas que subrayaban su singular perspec-
tiva personal y teológica acerca de Jesús. Aunque en principio hay
un solo Evangelio, la Biblia contiene cuatro expresiones diferentes
de ese Evangelio. Mezclar los cuatro relatos al estilo ‘'Hollywood”
puede resultar edificante, pero no debería hacemos perder vislum-
bres que pueden captarse en cada una de esas perspectivas singula-
res.
La presencia de cuatro Evangelios distintos en la Biblia nos
alienta a rechazar la idea de que sólo hay una única manera de ver
los temas espirituales o una única manera correcta de pensar. Nos
advierte en contra de lo superficial y de los dilemas que muchas
personas usan cuando hablan de teología. Las limitaciones huma-
ñas son tales que ninguna declaración teológica es absolutamente
perfecta en sí misma. Todos los intentos por describir a Cristo ne-
cesitan alguna calificación y equilibrio si van a representarlo verda-
deramente.
■ IN T R O D U C C IO N 19
Autor y Fecha
La autoría del Evangelio se deja deliberadamente anónima, pro-
bablemente porque el Espíritu Santo es considerado como su ver-
dadero autor (Juan 16:13, el título “Juan” fue agregado después ׳.
Hay, sin embargo, una mención reiterada de un enigmático “disci-
pulo, al cual Jesús amaba” (13:23, 24; 19:26, 35; 20:2; 21:2, 7, 20) λ־
que escribió el Evangelio (21:24). La tradición de la iglesia primiti-
va identifica a este amado discípulo como Juan, el hijo de Zebe-
deo. La tradición es apoyada por el hecho de que este discípulo
que no se nombra era un compañero frecuente de Pedro tanto en
el Evangelio (1:35-42; 13:23-25; 20:1-9; 21:7, 15-23) como en el
resto del Nuevo Testamento (Mar. 5:37; 9:2; 14:33; Luc. 22:8;
Hech. 3:1, 11; 4:13; Gál. 2:9).
Es ampliamente reconocido el hecho de que el Evangelio de
Juan fue escrito hacia el final del primer siglo. Juan bien pudo ser el
último libro escrito del Nuevo Testamento (95-100 d.C.). Fue es-
crito ante la muerte inminente del discípulo amado (21:20-24).
!*o de él. En 17:2, Jesús afirma que tiene autoridad de dar vida
eterna a todo aquel a quien el Padre la ha dado. Más adelante en el
mismo capítulo se ve claramente que tiene en mente a dos grupos
distintos. Uno es el de los discípulos, a quienes ha conservado fieles
con excepción de Judas (vers. 12). El otro grupo está compuesto
por “los que han de creer en mí por la palabra de ellos”, es decir,
por el mensaje de los discípulos (vers. 20). Nuevamente aparece
aquí la distinción entre los que creen sobre la base del contacto físi-
co con Jesús y los que no han visto pero creen por la palabra de los
discípulos.
La segunda generación es insinuada también en la figura de la
vid y los pámpanos (15:1-7). Jesús es la vid, sus discípulos son los
pámpanos, y el fruto que llevan es la segunda generación, cuya co-
nexión con Jesús es sólo a través de los discípulos.
Parece razonable, también, ver a la segunda generación en la
historia de la aparición de Jesús a siete de sus discípulos en el Mar
de Galilea (21:1-14). Sin Jesús, los discípulos no tienen éxito en su
intento de pescar unos pocos peces. Pero al seguir sus indicacio-
nes, la cosecha es enorme. El relato exhibe el mismo patrón que la
metáfora de la vid y los pámpanos. Los lectores originales del
Evangelio se identificarían con los peces pescados por los discípu-
los. Minear comenta: “Se darían cuenta de que Jesús mismo quería
su conversión y de que él continuaría presente en su comunidad”
(Minear, 256).
Otras indicaciones acerca de la segunda generación pueden estar
presentes en la expresión “otras ovejas” de 10:16 y en el hecho de
que en el cuarto Evangelio los discípulos de Jesús son enrolados
por intermediarios más que personalmente por Jesús (Minear,
256-258). El Bautista envió a dos discípulos a Jesús (1:35-37), An-
drés encontró a su hermano Pedro (40-42), Felipe llamó a Nata-
nael (45-47) y la mujer samaritana trajo a toda su ciudad (4:28-30).
Repitiendo el mismo esquema, el autor refuerza el mensaje de que
no es necesaria una invitación personal de Jesús para el discipulado
pleno.
El Evangelio de Juan fue escrito a una nueva generación en un
momento de gran transición. ¿Qué mensaje quería dar Juan a esa
■ IN T R O D U C C IO N 25
tierra.
La salvación es vida
G. R. Beasley-Murray señala que la palabra salvación se encuen-
tra muy rara vez en labios de Jesús (Gospel of Life [El Evangelio de
la vida], 1). Si queremos conocer la enseñanza de Jesús sobre el te-
ma, debemos examinar los términos que él decidió utilizar. En
28 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JUA N ■
L
30 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
cosas futuras (4:25, 26; compare con 16:13). Es claro, por lo tanto,
que el Espíritu Santo es el reemplazo perfecto de Jesús durante el
tiempo de su ausencia de la iglesia. Es por medio del Espíritu San-
to como el poder de las palabras de Jesús traen vida a una nueva
generación.
Bosquejo de Juan
I. Prólogo: La misión de Jesús (1:1-18)
II. El ministerio terrenal de Jesús (1:19-12:50)
A. El comienzo del ministerio de Jesús (1:1951! ־
1. El testimonio del Bautista (1:19-34)
2. Los discípulos del Bautista vienen a Jesús (1:35-51)
B. De Caná a Caná (2:1-4:54)
1. El primer milagro en Caná (2:1-11'!
2. Acontecimientos en Jerusalén (2:12-25)
3. Conversación con Nicodemo (3:1-21)
4. El papel del Baurista (3:22-30)
5. El papel de Jesús (3:31-36)
6. Conversación con la mujer samaritana (4:1-42)
7. Acontecimientos en Jerusalén (4:43-45)
8. Segundo milagro en Caná (4:46-54)
C. Jesús y las fiestas judías (5:1-10:42)
1. El estanque de Betesda (5:1 -47)
2. El pan de vida de la Pascua (6:1-71)
3. Crisis en la fiesta de los Tabernáculos (7:1-8:59)
4. El hombre ciego de nacimiento (9:1-41)
5. El buen Pastor (10:1-21)
6. La fiesta de Dedicación (10:22-39)
7. Conclusión del ministerio público (10:40-42)
D. Jesús avanza hacia la muerte (11:1-12:50)
1. La resurrección de Lázaro (11:1 -44)
2. El complot para matar a Jesús (11:45-57)
3. El ungimiento en Betania (12:1-8)
4. La entrada triunfal (12:9-19)
■ IN T R O D U C C IÓ N 31
Lectura Adicional
1. Con respecto a los temas de autoría, fecha e introducción, véase
D. A. Carson, D. J. Moo y L. Morris, An Introduction to the New
Testament [Una introducción al Nuevo Testamento], 135- 179;
G. R. Beasley-Murray, John, xxxii-xcii; D. Guthrie, New Testa-
ment Introduction [Introducción al Nuevo Testamento], 252-
283, 297-303; y Co?nentario bíblico adventista, 5:869-872.
2. Acerca de la teología del cuarto Evangelio, véase G. R. Beasley-
Murray, Gospel of Life [El evangelio de la vida]; G. E. Ladd, A
Theology of the New Testament [Una teología del Nuevo Testa-
mentó], 213-310; L. Morris, New Testament Theology [Teología
del Nuevo Testamento], 223-286.
3. Con respecto al propósito del Evangelio, véase R S. Minear,
“T he Audience of the Fourth Evangelist” [El público del cuarto
52 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JUAN ■
evangelista]. 247-264.
4. Acerca de la relación entre los cuatro Evangelios, véase el Co-
mentarlo bíblico adventista, 5:180-203.
5. U n estudio exhaustivo del uso que hace Jesús del concepto de
“reino” se puede encontrar en G. E. Ladd, A Theology of the
New Testament, 45-134.
LISTA DE OBRAS CITADAS
Doubleday, 1992.
Froom, LeRoy E. La venida del Consolador. Edición revisada.
Mountain View, Calif.: Publicaciones Interamericanas, 1972.
Green, Joel B. y Scot McKnight, eds. Dictionary of Jesus ¡end the
Gospels [Diccionario de Jesús y los Evangelios]. Downers Grove,
111.: InterVarsity Press, 1992.
Gruenler, Royce Gordon. The Trinity in the Gospel of John: A The-
matic Commentary on the Fourth Gospel [La Trinidad en el Evan-
gelio de Juan: U n comentario temático acerca del cuarto Evan-
gelio]. Grand Rapids, Mich.: Baker Book House, 1986.
Guthrie, Donald. New Testament Introduction. Edición revisada.
Downer’s Grove, 111.: InterVarsity Press, 1990.
Horn, Siegfried H. Diccionario bíblico adventista del séptimo día. Bue-
nos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995.
Jamieson, Robert, A. R. Fausset y David Brown. Comentario exegéti-
coy explicativo de la Biblia. 2 tomos. El Paso, Tex.: Casa Bautista
de Publicaciones, s. f.
Jeremías, Joachim. Jerusalén en tiempos de Jesús. Madrid: Cristian-
dad, 1977.
Koester, Helmut. Introduction to the New Testament [Introducción
al Nuevo Testamento]. Tomo 1: History, Culture and Religion of
the Hellenistic Age [Historia, cultura y religión de la época hele-
nística]. Filadelfia: Fortress Press, 1969.
Ladd, George Eldon. A Theology of the New Testament [Una teolo-
gia del Nuevo Testamento]. Grand Rapids, Mich.: Eerdmans,
1974.
Lohse, Eduard. The New Testament environment [El ambiente del
Nuevo Testamento]. Traducido por John E. Steely. Nashville:
Abingdon, 1976.
McDowell, Josh. Evidencia que exige un veredicto. 2 tomos. Terrassa:
Clie, 1982, 1990.
Minear, Paul S. “T he Audience of the Fourth Evangelist” [El pú-
blico del cuarto evangelista]. En Interpreting the Gospels [Inter-
pretando los Evangelios], editado por James Luther Mays. Fi-
ladelfia: Fortress Press, 1981.
Morris, León. New Testament Theology [Teología del Nuevo Testa-
36 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
Juan 1:1-18
CAPITULO UNO
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 1:1-18
■ Exploremos la Palabra
Tres aspectos del prólogo y sus antecedentes muestran clara-
mente que, en la Biblia, Dios se encuentra con las personas donde
están. Él inspira a seres humanos comunes a escribir en el lenguaie,
la cultura y los conceptos que serían familiares para sus lectores
originales. Por ejemplo, (1) Juan utiliza un himno cristiano de los
primeros tiempos para expresar sus vislumbres exaltadas de la natu-
raleza y el carácter de Jesucristo; (2) estructura el prólogo de mane-
ra que tenga un sentido lógico para el lector judío; y (3) le da a je -
sús un título (la Palabra o el Verbo) que era mucho más conocido
en el mundo pagano gentil que títulos judíos tales como Mesías o
el Hijo del hombre. Por medio de estas estrategias, Juan, bajo ins-
piración, creó un prólogo que hablaría en forma poderosa a todos
los lectores de su época, ya fueran cristianos, judíos o paganos. Se-
guidamente examinaremos estas estrategias con mayor profundi-
dad.
En él estabada vida,
y la vida era la luz de los hombres.
La luz en las tinieblas resplandece,
Y las tinieblas no...
este Eterno, este Divino, este Creador de todas las cosas, este Sus-
tentador del universo, ha venido al mundo sin que lo conozcan, sin
que lo reconozcan, rechazado incluso por “los suyos”, que pensa-
ban que lo estaban esperando (vers. 9-11). Los versículos 10 y 11
en el prólogo predicen el rechazo de Jesús por parte del liderazgo
judío en el desarrollo del Evangelio (5:16-18; 7:32, 45-52; 8:48-59;
9:13-34; 10:30-39; 11:45^57; 12:10, 11; etc.).
Pero el cuadro no es totalmente oscuro. En el centro quiástico
del prólogo aparece la promesa de que todos los que “le recibie-
ron” (tiempo aoristo griego, que ubica la acción en un punto del
pasado) y “los que creen” (presente griego) en su nombre reciben
el derecho de convertirse en hijos de Dios (vers. 12). Este versículo
enfatiza el hecho de que estar bien con Dios tiene dos aspectos.
Primero, existe un punto inicial cuando uno llega a ser un hijo de
Dios. Segundo, a medida que uno sigue creyendo y permanece en
Cristo, retiene su condición continua de hijo de Dios (véase tam-
bién 6:35-39; 15:1-7). N o hay aquí una idea de “una vez salvo, para
siempre salvo”. La “justificación” es un proceso progresivo que
continúa en tanto el cristiano viva en relación con Cristo.
Es vital por lo tanto entender que este “nuevo nacimiento” no es
logrado por medio del esfuerzo humano (1:13). El hijo de Dios no
llega a la existencia por medio “de sangre”, por descendencia natu-
ral de sus padres. N o viene a la existencia por la actividad sexual
(“voluntad de carne”) o por la iniciativa masculina en particular
(“de voluntad de varón”). Llegar a ser hijo de Dios es tan milagro-
so como el acto original de la creación (vers. 1-3). Y así como el
acto original de creación debe ser sostenido por el milagro conti-
nuo del cuidado de la Palabra (vers. 4, 5), la relación del hijo de
Dios con Jesús implica la fe progresiva que resulta del milagro
progresivo de'la vida espiritual (vers. 12). Desde el comienzo hasta
el fin, la vida cristiana es un regalo de Dios.
El prólogo avanza hasta una conclusión conmovedora en los
versículos 14 al 18. Aquí, la Palabra divina que descendió es descri-
ta en términos de su condición terrenal (véanse los vers. 1-5, 9-
13). Aunque la Palabra siempre “fue” (vers. 1), en el versículo 14 se
dice que “fue hecho”, el mismo término que se usa para describir la
■ JESÚS D ESCIEN D E A LA TIERRA 51
La naturaleza de la Palabra
Juan 1:1, 2 Juan 1:14
Eterno Temporal
“era” “fue hecho”
“con Dios” “entre nosotros”
“era Dios” “fue hecho carne”
La importancia de la respuesta
Si Jesús es verdaderamente “el Verbo [hecho]... carne” (vers.
14), no puede haber tal cosa como una respuesta casual al Evange-
lio de Juan. Si Jesús es la luz del carácter de Dios brillando fuerte-
mente ante la raza humana, entonces todo el que lee el Evangelio
es traído a juicio (3:18-21). ¿Creerá el lector el mensaje acerca de
Cristo y lo recibirá en su vida?
El Evangelio de Juan presenta claramente el hecho de que la
forma en que uno responde a la Palabra encarnada es una decisión
de vida o muerte. Creer es pasar inmediatamente de muerte a vida
(5:24; 8:51; 11:25, 26), a una vida abundante (10:10); apartarse es
enceguecerse (12:40; 9:39-41), enfermarse (12:40) y estar sujetos a
la muerte (6:53).
■ Apliquemos la Palabra
Juan 1:1-18
1. La exaltada descripción que el prólogo hace de Jesús, ¿lo
hace sentirse más dispuesto a confiarle su destino eterno?
Escriba una oración a D ios que describa cómo se siente
acerca de Jesús luego de estudiar el prólogo.
■ JESUS D ESCIEN D E A LA TIERRA כי
■ Investiguemos la Palabra
1. Examine todas las traducciones que pueda encontrar de
1:1c: “Y el Verbo era D ios”. ¿Qué dice el C o m e n ta rio b tb li-
co a d v e n tis ta acerca de esta frase? Busque con ayuda de
una concordancia todos los versículos del N uevo Testa-
mentó que usen la palabra D io s . ¿Cuántos de ellos se apli-
can de alguna manera a Jesús? ¿Cuántos se aplican a algún
otro “dios”? ¿Es apropiado escribir D io s con mayúscula en
1: 1?
2. Estudie las palabras v id a , lu z , tin ie b la s , m u n d o y c r e e r en el
prólogo. Luego, con la ayuda de una concordancia, bus-
que esas mismas palabras en el resto del Evangelio de
Juan. ¿La semilla de qué pensamiento introduce Juan con
cada palabra en el prólogo, y cómo desarrolla ese pensa-
miento en el resto del Evangelio? A partir de este estudio,
¿cuál le parece el tema unificador del Evangelio? Trate de
resumirlo en una frase breve.
3. Trace una línea en el centro de una hoja de papel. Sobre la
56 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
Juan 1:19-4:54
CAPITULO DOS
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 1:19-51
Lea por favor Juan 1:19-51 dos veces, y luego responda las
siguientes preguntas:
■ Exploremos la Palabra
mano es: “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe” (3:30).
Una declaración así es contraria a la experiencia humana. Sin em-
bargo, el Bautista parece decir cosas similares en forma rutinaria
en el cuarto Evangelio (1:27, 30). N o encontrará esas declaraciones
en Alateo, Alarcos y Lucas, donde el Bautista es una figura grande
y heroica. ¿Por qué se hace énfasis en la humildad del Bautista en
el cuarto Evangelio? Resulta interesante hacer un breve análisis de
la Escritura y de la historia.
En Alateo, Alarcos y Lucas, el Bautista es descrito como una
“voz que clama en el desierto” (Isa. 40:3; véase también Alat. 3:3;
Mar. 1:3; Luc. 3:4), el Elias del tiempo del fin (Mal. 4:5; véase
también Mat. 11:14; 17:12; Mar. 9:13; Luc. 1:17; 9:19) y el mensa-
jero que debe ir delante del Señor (Mal. 3:1; véase también Mat.
11:10; Mar. 1:2; Luc. 7:27). En el cuarto Evangelio, por el otro la-
do, el Bautista niega específicamente ser el Elias y se describe a sí
mismo solamente como “la voz” (1:21-23). El cuarto Evangelio,
por lo tanto, minimiza los títulos de Juan y multiplica los títulos
de Jesús (vers. 1, 8, 18, 29, 38, 41, 49, 51, etc.). Juan se describe a sí
mismo en los términos más humildes: “Del cual no soy digno de
desatar la correa del calzado” (véase el vers. 27); “es necesario que
él crezca, pero que yo mengüe” (3:30).
Desde nuestra perspectiva, la humildad de Juan en el cuarto
Evangelio es un ejemplo brillante de la respuesta cristiana ideal a la
infinita humillación de Jesús en su encamación y en la cmz. Pero la
humillación del Bautista probablemente tenía un propósito dife-
rente para el autor del Evangelio.
Los lectores modernos de Juan podrían recibir la impresión de
que el Bautista apareció de la nada, bautizó a Jesús y luego desapa-
reció en el entorno para no ser visto ni oído nunca más. Histórica-
mente, sin embargo, el Bautista y el movimiento de los que lo si-
guieron parece haber sido bastante independiente de Jesús. Sólo
unos pocos de los discípulos del Bautista lo dejaron y siguieron a
Jesús, al menos inicialmente (vers. 35-51; Mat. 11:2, 3). El Bautista
continuó su ministerio y reunió a multitudes durante algún tiempo
tras el bautismo de Jesús (3:22-30). En el libro de Hechos, la histo-
ría personal de Apolos en Alejandría (18:24-26) y el relato de los
■ JESÚS LLAMA A SUS DISCÍPULOS 63
El Cordero de Dios
Otro tema relacionado con los antecedentes de Juan 1:19-51 es
qué quiso decir Juan exactamente cuando señaló a Jesús como “el
Cordero de Dios” que quita el pecado del mundo (vers. 29). Hav
una cantidad de posibilidades dentro del trasfondo judío del Evan-
gelio (véase Brown, 1:58-63). El Bautista puede haber hecho rete-
rencia a la idea de un cordero apocalíptico, conquistador, tal como
el que uno encuentra en el testamento apócrifo de José (Charles-
worth, 1:824) y en Apocalipsis 5:6 (véase también Apoc. 7:17:
17:14). En ese caso, se estaría viendo a Jesús como el Mesías con-
quistador que “quita el pecado” destruyendo el pecado y a los peca-
dores al fin del tiempo. Otra posibilidad es que ésta sea una refe-
rencia al cordero pascual del éxodo. En ese caso, el Bautista estaría
viendo en Jesús a un nuevo Moisés, que habría de rescatar o redi-
mir a un nuevo Israel de un nuevo Egipto.
Una tercera posibilidad es el cordero sumiso de Isaías 53, mode-
lado en base a la imagen de la disposición sumisa a ser sacrificado
de Isaac (Gén. 22:10-13). Si el Bautista tenía esto en mente, el ca-
rácter y la muerte sustitutoria de Jesús quedarían especialmente a la
vista. Una cuarta posibilidad es el cordero del santuario de la ley
mosaica (Éxo. 29:38-42; Lev. 5:5-7; Núm. 28:1-8). En ese caso, el
centro sería Jesús como el que lleva a cabo todo lo que el santuario
del Antiguo Testamento prometía al creyente.
Cada una de estas posibilidades es desarrollada hasta cierto
punto en el Evangelio de Juan. Es bastante probable, por lo tanto,
que la expresión Cordero de Dios haya sido utilizada deliberadamen-
te en forma ambigua para que el lector pueda jugar con estas imá-
genes múltiples. Sin embargo, si una de las anteriores debe ser fa-
vorecida sobre las demás, el cordero pascual sería la figura más im-
portante para el autor del Evangelio. En el Evangelio hay un fuer-
te sentido de que Jesús es un nuevo Moisés. Convierte agua en vino
así como Moisés transformó agua en sangre, y provee alimento del
cielo así como Moisés proveyó maná en el desierto (2:1-11; 6:14,
66 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JUA N ■
Testimonio
El tema clave de los versículos 19 al 51 es el testimonio. En la
primera parte del pasaje, el Bautista ofrece su testimonio acerca de
Jesús. Hacia el final del pasaje, los discípulos de Jesús: Andrés, Feli-
pe y finalmente Natanael, también comienzan a dar testimonio de
él. En este pasaje vemos, por lo tanto, la transición que va del testi
■ JESÚS LLAMA A SUS DISCÍPULOS 71
Jesús conoce
Jesús conoce todo acerca de Natanael, aunque nunca se habían
encontrado (vers. 47-49). También sabe todo acerca de Simón Pe-
dro (vers. 40-42). Es característico de este Evangelio que Jesús está
plenamente informado de lo que hay dentro de otros seres huma-
nos y adapta sus reacciones de acuerdo con esto (2:23-25). Su co-
nocimiento de las necesidades internas de Nicodemo hace que lo
enfrente con santa rectitud (3:1-12; véase también White, El Desea-
do de todas las gentes, 141-144). Por otro lado, su conocimiento de la
mujer junto al pozo (4:10, 17, 18) le permite tolerar juguetona-
mente una conversación que vaga por todas partes mientras condu-
ce gradualmente a su interlocutor hacia una convicción (4:10-29;
véase también W hite, El Deseado de todas las gentes, 157, 158).
El mensaje del Evangelio es que Jesús conoce todo acerca de
nosotros y sin embargo nos ama con amante preocupación y acep-
tación. A menudo somos renuentes a confesar nuestros pecados a
otros porque tememos su respuesta. Ese temor es innecesario con
Jesús. Por cuanto él ya conoce todo acerca de nosotros, no hay ra-
zón para vacilar en venir a él y contarle la verdad acerca de noso-
tros. Puesto que las relaciones íntimas necesitan sinceridad de am-
bos lados, nuestra renuencia a ser honestos con él es el principal
obstáculo para lograr una relación íntima con él. En presencia de
Jesús, nuestras defensas pueden caer y podemos revelar con seguri-
dad nuestro verdadero yo. ¿Por qué esperar un momento más para
disfrutar de la liberación que la sinceridad con Jesús puede traer?
El verdadero Israel
Finalmente, Juan 1:19-51 clarifica un punto que se insinúa en
el prólogo y que se desarrolla en el Evangelio: el verdadero israeli-
ta es aquel que cree en Jesús (vers. 47, 51). N o se debe tener en
cuenta si es descendiente genuino en términos físicos, sino espiri-
tualmente, por medio de la fe (vers. 12, 13). Son los nacidos de
agua y del Espíritu quienes entran en el reino que Jesús establece
(3:5-8; véase también 8:31-47). Lo único que importa por encima
de todo lo demás es la relación con Jesús. Sin esa relación, las bue-
ñas obras tales como devolver el diezmo, guardar el sábado y aun la
74 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JUA N ■
■ Apliquemos la Palabra
Juan 1:19-51
1. Juan el Bautista tenía una percepción clara y específica de
la misión y el propósito de su vida (1:19-34: 3:30). ¿Tiene
usted una convicción similar acerca de la voluntad de Dios
para su vida, para su ocupación, para sus relaciones y para
su papel en la iglesia local? ¿Percibía el Bautista tan clara-
mente ese propósito porque era profeta o puede cualquie-
ra que se entrega a D ios tener una certeza semejante?
2. ¿Se siente a veces como los visitantes judíos de Jerusalén
que querían saber acerca del Bautista* mientras que a él
sólo le interesaba que supieran acerca de Jesús (vers. 19-
28)? ¿Le importan más la política de su iglesia local o los
debates teológicos que aprender personalmente de Jesús?
3. Si Juan el Bautista se sentía inadecuado para ser siquiera el
siervo de Cristo (vers. 27), ¿tiene eso alguna implicación
para nuestra propia relación con Cristo? ¿Le resulta fácil
sintonizar humildemente su corazón con las directivas de
D ios para su vida? ¿O le resulta más fácil exigirle lo que
usted desea y tratarlo como si él fuera su esclavo?
4. Describa las circunstancias en las cuales usted hizo su pri-
mer compromiso de seguir a Jesús. ¿Cuáles eran sus moti-
vos para seguirlo en ese momento? ¿Han cambiado sus
motivos desde entonces? ¿Ha aumentado su conocimiento
de Jesús? ¿Cuál de los discípulos de Jesús se parecía más a
usted: Juan, Pedro, Andrés, Felipe o Natanael? ¿Cuán sig-
nificativo fue el bautismo en su entrega a Jesús?
5. Si pudiera visitar a Jesús en su hogar, ¿qué le interesaría
más descubrir? ¿El tipo de libros que lee? ¿Su programa
preferido de TV? ¿Cómo trata a sus amigos?
6. ¿Qué siente ante la idea de que Jesús sabe todo acerca de
usted (vers. 47, 48)? ¿Se siente más cómodo con otros
cuando puede hacerles creer que usted es mejor de lo que
■ JESUS LLAMA A SUS DISCIPULOS /נ
■ Investiguemos la Palabra
1. Por medio de una concordancia exhaustiva, estudie cada
texto del N uevo Testamento que hable acerca del bauds-
mo. Haga una lista de las diversas formas en que se descri-
be el significado del bautismo. ¿Es el Evangelio de Juan el
único lugar del N uevo Testam ento donde el significado
del bautismo se describe como una manera de manifestar
quién es quién? ¿En qué forma contribuye este estudio a
su comprensión del papel que jugó Juan el Bautista? ¿Qué
hacen Mateo, Marcos y Lucas teológicamente con el bau-
tismo de Jesús?
2. Lea nuevamente Juan 1:19-51 y tom e nota de cada oca-
sión en que se dice que alguien testificó a otros acerca de
Jesús. ¿Qué similitudes y diferencias encuentra entre el
testimonio de Juan el Bautista y el de los primeros disci-
pulos de Jesús? A continuación, hojee los primeros quince
capítulos de H echos buscando cada ocasión en que los
discípulos y otros testificaron acerca de Jesús. ¿Qué mode-
lo del primer capítulo del Evangelio de Juan tienden a se-
guir los testigos de Hechos: el de Juan el Bautista o el de
los primeros discípulos de Jesús? ¿Qué razón puede dar
que explique la forma en que los discípulos testificaron en
Hechos? ¿Qué lecciones puede aprender para su propia
testificación de las dos formas de testificar que se presen-
tan en Juan 1? ¿Qué lecciones encuentra en Hechos para
su testificación?
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 2:1-11
■ Exploremos la Palabra
La referencia al tercer día (2:1) une este pasaje con las narracio-
nes anteriores y sus respectivas referencias al “siguiente día” (1:29,
35, 43). El “tercer día” es probablemente contado desde el día del
llamamiento de Felipe en 1:43 y 44. Los cuatro días de Juan 1 y los
■ LOS DISCÍPULOS CREEN 79
tres días de Juan 2:1 suman una semana. De acuerdo con la Mishná
(una recopilación de tradiciones de los rabinos del segundo sá2io) ״el
casamiento de una virgen debía llevarse a cabo un miércoles {Krtu-
both 1:1; véase también Danby, 245). Si se siguió la tradición en ese
casamiento, Jesús comenzó su viaje a Galilea (1:43) el lunes de n a -
ñaña, y el primer encuentro de Juan con Jesús en el Jordán fue el sá-
bado (vers. 35-37; véase Brown, 1:97, 98). Esta “semana” comenzó
al final de los cuarenta días que Jesús pasó en el desierto.
El relato de las bodas de Caná completa el llamamiento de los
discípulos, ya que el milagro de convertir agua en vino los condujo
a creer plenamente en él (2:11). Estaban comenzando a ver las
“cosas mayores” que Jesús había prometido a Natanael (1:50, 51).
Pero el relato de las bodas de Caná también introduce una nueva
sección del Evangelio, como se bosqueja a continuación, que abar-
ca hasta el capítulo 4 inclusive.
N o tienen vino
Superficialmente, éste es un relato agradable acerca de una pare-
ja pobre que se quedó sin vino durante su fiesta de bodas para ver-
güenza de ellos y de los demás. El noble visitante los rescata de su
vergüenza por medio de un acto milagroso que asombra aun al
maestresala de la fiesta. Pero esta historia no está en el Evangelio
como un interludio agradable e inocuo. Tiene serias implicaciones
para la teología del autor del Evangelio.
El principal y más obvio punto teológico de este pasaje es el pa-
pel que juega el agua como figura simbólica de la esterilidad del
judaismo sin el Mesías. En las enormes tinajas de purificación
(vers. 6), Juan ve la preocupación obsesiva del judaismo por asuntos
relativamente insignificantes. Se destaca la acusación: “N o tienen
vino” (vers. 3). Y cuando finalmente aparece el buen vino, el maes-
tresala ni siquiera sabe de dónde salió (vers. 9). ¡Incluso se queja
de que no han obrado de acuerdo a la costumbre según la cual se
supone que lo primero es lo mejor (vers. 10)!
El maestresala, por lo tanto, representa a los “suyos” [de Jesús]
(1:11) a los que vino, pero que ni lo conocieron ni lo recibieron
(vers. 11). Mientras que el judaismo estaba preocupado con el agua
■ LOS DISCÍPULOS CREEN 85
para lavarse, Jesús les ofreció vino bueno, y aun cuando sintieron
que ese “vino” espiritual es: aba presente, no reconocieron que ve-
nía de él (5:11-13; 9:13-17, 24). Asimismo, Nicodemo mostró su
ignorancia con respecto a la obra del Espíritu Santo que Jesús ha-
bía puesto en marcha (3:8, 9).
Para Juan, el reemplazo del agua por vino representaba el he-
cho de que Jesús ofrecía “algo mejor” que el judaismo. Era el
reemplazante de los lavamientos, del templo, de las fiestas y de los
reglamentos del sistema judío. Todo lo que el adorador judío bus-
caba en los lavamientos, en el templo y en las fiestas podía encon-
trarse abundantemente en Jesús. El vino, específicamente, repre-
sentaba la sangre de Jesús, que ofrecía el único camino a la vida
eterna. En el vino, la promesa del Antiguo Testamento de un reino
glorioso al final del tiempo estaba comenzando a cumplirse en los
días de Jesús. Por extensión, el Evangelio de Juan hoy llama a todos
a encontrar en Jesús el reemplazo esencial de todos los sustitutos
para una vida verdadera.
La hora de Jesús
Jesús no quiere satisfacer el pedido de María porque su “hora”
no ha llegado (vers. 4). En el Evangelio de Juan, la hora de Jesús se
asocia especialmente con el momento de su arresto, juicio y muer-
te. Hasta que esa hora llega, nadie es capaz de arrestarlo (7:30;
8:20; 13:1; 17:1). En 12:23, por otro lado, la hora de Jesús es la ho-
ra de su glorificación. A primera vista, parecería que esto contradi-
ce los otros pasajes, pero el versículo 24 aclara que la hora de la
glorificación de Jesús es también la hora de su sufrimiento y muer-
te. La conexión entre la hora y la gloria de Jesús se ve por primera
vez en el relato de las bodas de Caná (vers. 4, 11). Esto sugiere que
el primer milagro en Caná anuncia de alguna manera la cruz en la
mente de Juan.
La gloria de Jesús
¿De qué manera la cruz glorificó a Jesús según el Evangelio de
Juan? La mejor respuesta a esta pregunta se encuentra en Juan
12:37-41. Allí Juan afirma que Isaías vio la gloria de Jesús (vers.
86 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—JUA N ■
41). En el desarrollo de esa idea ofrece dos citas de Isaías, una to-
mada del pasaje del siervo sufriente del capítulo 53 (12:38) y la
otra de la comisión del profeta en el capítulo 6 (vers. 40). En Isaías
6, el profeta vio a Jehová exaltado en su trono. En el capítulo 53:8-
12 vio al siervo sufriente que murió por “muchos”. Si, como cree
Juan, Isaías vio la gloria de Jesús en Isaías 6, entonces Jesús debe
ser el Jehová del Antiguo Testamento, llevando en su persona la
gloria divina y sus prerrogativas. Pero si Isaías vio la gloria de Jesús
en Isaías 53, esa gloria se manifiesta no sólo en el esplendor divino
visto en el trono, sino también en el carácter divino que se revela
en la cruz.
Para Juan, la cruz es claramente el asunto central. La esencia de
este Evangelio, como vimos en el prólogo, es que Jesús es la mayor
revelación de Dios y la más clara que alguna vez se trajo a la tierra
(1:1, 14). Aunque el prólogo no resalta la cruz (una posibilidad ex-
terna es la declaración “no le recibieron” del vers. 11), la cruz se
convierte en la manifestación fundamental y más clara del carác-
ter divino en el cuerpo principal del Evangelio. Aunque Juan no
descifra cada detalle de esta revelación, la cruz es ciertamente la
más clara manifestación de la justicia de Dios y de su odio para
con el pecado y sus consecuencias sobre aquellos a quienes ama.
En la cruz y en la resurrección hay también una increíble manifes-
tación de la gran misericordia de Dios en Cristo para con los peca-
dores.
Este sentido más pleno de la gloria de Jesús se manifestó con
mayor claridad en el Evangelio de Juan. El autor del libro, el disci-
pulo amado, fúe el único discípulo presente en la cruz. El es el
único de los doce que vio la gloria final del Salvador; por lo tanto,
su testimonio acerca de Jesús tiene la mayor autoridad.
Caná y la cruz
Parece haber, por lo tanto, una conexión especial entre el relato
de las bodas de Caná y el relato de la cruz. La boda tiene lugar “el
tercer día”, al igual que la resurrección de Jesús. En Caná aparecen
unidas la hora y la gloria de Jesús, algo que aparece en otra oca-
sión sólo en el contexto de la cruz misma (12:23, 24; 17:1, 5). Sólo
U LOS DISCÍPULOS CREEN 87
gloria de Dios (Juan 1:17, 18). Al igual que Moisés, ayunó durante
cuarenta días (Mat. 4:2; Luc. 4:2; véase W hite, Patriarcas y profe-
tas). Nombró setenta discípulos (Luc. 10:1) y doce apóstoles (Mat.
10:1-4; Mar. 3:13-19; Luc. 6:12-16). Dio la nueva ley desde una
montaña alta (Mat. 5-7). Alimentó a una multitud en el desierto
(Aíat. 14:13-21; Mar. 6:30-44; Luc. 9:10-17; Juan 6:1-15). Fue le-
vantado sobre una cruz, así como Moisés levantó una serpiente de
bronce en el desierto (Juan 3:14). Y salió de Egipto (Mat. 2:13-15,
19-23), así como lo hicieron Moisés y los israelitas.
Además de proveer un lenguaje con el cual contar la historia de
Jesús en forma más completa, los paralelismos entre Jesús y Moisés
son instructivos por otra razón que ya hemos mencionado en el
capítulo 1. Jesús es la mayor revelación de Dios que esta tierra ha
visto alguna vez. Como tal, los paralelismos con Moisés y con
otros aspectos de la fe del Antiguo Testamento sirven para resaltar
la superioridad de Jesús sobre cualquier otro camino hacia Dios.
Mientras que Moisés transforma el agua en sangre para autenticar
su autoridad delante del faraón y los egipcios, Jesús realiza un mila-
gro similar para autenticar una autoridad mucho mayor delante de
los judíos. Mientras Moisés libra a su pueblo de una esclavitud so-
lamente terrenal, Jesús libra a su pueblo de la muerte y les da vida
abundante (3:16; 5:24; 10:10).
■ Apliquemos la Palabra
Juan 2:1-11
■ Investiguemos la Palabra
1. Busque la palabra a g u a en una concordancia exhaustiva y
vea cuántas historias del Antiguo Testam ento puede en-
contrar en las que el agua se transforma de una manera u
otra. Haga una lista de estas historias y observe cuáles se
parecen más a la historia del agua transformada en vino
por Jesús.
2. En este capítulo observamos que hay notables paralelis-
mos entre las plagas del éxodo y los siete milagros de Jesús
en el Evangelio de Juan. Teniendo en m ente estos siete
milagros, lea cuidadosamente la historia de Elíseo en 2
Reyes 2 al 9 y 13. ¿Hay paralelismos similares entre los
milagros de Elíseo y los milagros de Jesús que aparecen
en el Evangelio de Juan? ¿Cuáles pueden ser las implica-
ciones teológicas de estos paralelismos?
■ LOS DISCÍPULOS CREEN 91
Un Discípulo Inquisitivo
Juan 2:12-3:21
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 2:13-22
■ Exploremos la Palabra
La Estructura del Pasaje
En divergencia notable con Mateo, Marcos y Lucas, Juan ubica
la purificación del templo al comienzo del ministerio de Jesús en
lugar de hacerlo justo antes de la crucifixión (Mat. 21:12, 13; Mar.
11:15-17; Luc. 19:45, 46). Esto hace surgir la pregunta de si fueron
dos purificaciones del templo, una al comienzo y otra al final del
ministerio público de Jesús, o solamente unpf. Y si fite sólo una, );
¿ זfiie Juan o los ottostres quienes la ubicaron en el momento fiisto- |1 ***־־
Bautista bautizara a Jesús (en el 15° año de Tiberio, Luc. 3:1, que
sería el otoño del año 27 d.C.). Es así como la referencia incidental
en este relato (“en cuarenta y seis años fue edificado este templo”)
confirma la exactitud histórica de ubicarlo precisamente en este
momento del ministerio público de Jesús.
De acuerdo con Josefo, el historiador judío de fines del primer
siglo, la venta en el templo comenzó en algún momento del reina-
do de Caifás como sumo sacerdote (18-36 d.C.; véase Bruce. 64,
65). Puesto que los sacerdotes se beneficiaban enormemente de
este tráfico en el templo, desbaratarlo era un acto calculado para
ganarse su animosidad.
Como se informa en el libro apocalíptico de 1 Enoc, los judíos
esperaban que cuando viniera el Mesías, él restauraría el templo
reemplazando el edificio viejo por uno nuevo que igualara la gloria
del templo de Salomón o lo superara, como el templo de Ezequiel
40-48 (1 Enoc 89, 90). En los libros judíos apocalípticos de 4 Es-
dras y 2 Baruc (escritos en algún momento después de la destruc-
ción de Jerusalén en el año 70 d.C.), la destrucción del templo en el
año 70 era explicado, por lo tanto, como parte de la preparación
necesaria para la venida del Mesías. Puesto que el Cejo templo ha-
bía sido destruido, se esperaba que el nuevo pronto estuviera en
camino. A la luz de expectativas como esta, la purificación que hace
Jesús del templo sería entendida como un acto que llevaba consigo
el derecho a la condición de Mesías.
del ángulo (1 Ped. 2:4-8; Efe. 2:19-22; 1 Cor. 3:17; 2 Cor. 6:16)..
\ _
3) Por último, hay nna tercera extensión del tema del temploTír
el Nuevo Testamento. Cristo también reside en los cuerpos de los
creyentes por medio del Espíritu Santo (Col. 1:18). Es, por lo tan-
to, apropiado hablar de los cuerpos humanos físicos como templos
del Espíritu Santo (1 Cor. 6:19, 20). Porque se entiende a Jesús co-
mo templo de la nueva era inaugurada con su vida y su muerte, es
posible hablar de templos en el cielo, en la iglesia y en los cuerpos
de los creyentes, por causa del ministerio de intercesión que está
realizando en favor de ellos.
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 2:23-25
Lea Juan 2:23-25 dos veces, y luego responda las siguientes
preguntas:
■ Exploremos la Palabra
E l Pasaje en Detalle
En el momento de la fiesta de la Pascua, cuando Jesús sacó a los
cambistas y a los animales del templo, muchas personas comenza-
ron a creer en él por causa de las señales (plural) que hacía. Para la
mente popular, una “señal” era un evento asombroso, una obra de
poder. Pero en el Evangelio de Juan tienen un significado mucho
más profundo. Las señales en el cuarto Evangelio revelan cosas
acerca de la naturaleza y el carácter de Jesús. M uestran al lector
cómo era Jesús y, por lo tanto, revelan cómo es Dios (Barclay,
1:128).
Pero la fe que surgió debido a estas señales sólo era una fe par-
cial. Jesús “no se fiaba de ellos” porque podía leer las motivacio-
nes y las intenciones de sus interiores. N o necesitaba la ayuda de
nadie para entender a las otras personas. Ese conocimiento era su-
yo por naturaleza. Por lo tanto, podía leer el carácter de las perso-
ñas en el fiesta de la Pascua, acción que también realizó con Pedro
(1:40-42; 21:15-19), con Natanael (1:47-50), con su madre (2:4),
con Nicodemo (3:3, 10), con la mujer samaritana (4:16-18), con
Judas (6:70,71; 13:18-30).
102 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—JU A N ■
La fe superficial
Esta porción subraya un tema que ya notamos en el pasaje pre-
vio. Hay varios niveles de fe. Los discípulos tuvieron fe salvadora
en Jesús después que convirtió el agua en vino en Caná (vers. 11),
pero los esperaba una fe más profunda y duradera luego de la
muerte y resurrección de Jesús y el derramamiento del Espíritu
Santo (vers. 22; 7:39; Hech. 2).
En este pasaje aparece un tercer nivel de fe: la fe superficial o
inadecuada, que se basa sólo en milagros y que no trae a nadie a
una relación salvadora con Jesús.
Juan 2:23-25 afirma que Jesús conocía todo acerca de la natura-
leza humana. Sabía que muchos creyentes tenían sólo fe superfi-
cial en él. Aluchos de los que “creyeron” en él después de la purifi-
cación del templo se unirían más tarde a los que gritaban: “Crucifí-
cale! ¡Crucifícale!” Es fácil creer cuando todos alrededor de uno
creen lo mismo, pero esa creencia a menudo prueba ser inadecuada
cuando ya no es popular seguir a Cristo.
La gente a menudo piensa que si pudieran ver milagros, ten-
drían más fe. Pero la realidad es que los milagros no son un reme-
dio tipo “curalo-todo” para la fe superficial. Todo lo que podía ver
la gente en la fiesta de la Pascua era un obrador de milagros. Los
milagros de Jesús parecían obstaculizar su acercamiento a una
apreciación verdadera de la obra espiritual que él buscaba lograr
en el mundo. Esto podría explicar la falta relativa de milagros en el
mundo hoy. En nuestro contexto secular, los milagros podrían ha-
cer más daño espiritual que bien (Mat. 13:58). La respuesta a las
necesidades de la segunda generación (después de Cristo) no radica
en lo espectacular sino en atender cuidadosamente a las palabras
de la Escritura.
Jesús sabe
Hay un lado brillante con relación al conocimiento que Jesús
tiene de la naturaleza humana. Si él sabe todo acerca de nosotros,
sabe cómo aumentar nuestra fe. Sabe cómo capacitamos para
■ U N D ISCIPU LO IN Q U ISITIV O 103
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 3:1-21
■ Exploremos la Palabra
E l Pasaje en Detalle
El nombre Nicodemo significa “líder del pueblo” en griego. Ni-
codemo era sin lugar a dudas un hombre piadoso, un ejemplo de lo
mejor que podía ofrecer el judaismo. Era un fariseo, lo cual signifi-
caba que tomaba las Escrituras y su fe muy seriamente. También
era miembro del Sanedrín, el concilio judío gobernante, y bastante
bien educado (Jesús lo llamó “maestro de Israel”, vers. 10). Era
bastante rico (19:39) y relativamente intrépido (7:45-52; 19:38-
42), a pesar del hecho que una cierta timidez puede haber hecho
que eligiera las horas de la noche para entrevistarse con Jesús (3:2).
En conjunto, no hubiera sido un mal vecino.
El hecho que fuera fariseo y que Jesús inmediatamente lo com-
prometiera con el significado del agua para la vida espiritual (vers.
5) hace que uno se pregunte si Nicodemo formaba parte de la dele-
u U N DISCIPULO IN Q U ISITIV O IOS
Físico Espiritual
vers. 3 - Nacido de nuevo
vers. 4 vientre -
vers. 5 agua Espíritu
vers. 6 carne Espíritu
vers. 7 - Nacido de nuevo
La Trinidad divina
Parecería haber un sutil énfasis trinitario en la narración de N i-
110 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
■ Apliquemos la Palabra
Juan 2:12-3:21
1. Existe una diferencia entre la ira descontrolada y la justa
indignación. ¿Cuándo es apropiado enojarse por las cosas
que suceden en la iglesia? ¿En las Addas de los compañeros
de trabajo, de los amigos y de nuestra familia? ¿Existe al-
gún peligro espiritual al hacer uso de la justa indignación?
¿Hay algún peligro espiritual al n o sentir justa indignación
en las circunstancias apropiadas? Explique su respuesta.
2. ¿Nos permite el ejemplo de Jesús usar la violencia contra
el error algunas veces? ¿Cómo le parece que respondería
Jesús si se encontrara en un asalto a un banco? ¿Con una
mujer que está siendo violada? ¿Con una revuelta por mo-
tivos raciales? ¿Con un concierto de rock o con un juego
de bingo en una iglesia?
3. Si compara su vida espiritual con las habitaciones de una
casa, ¿qué habitación, piensa usted, le gustaría limpiar
más a Jesús? ¿Su comedor (lo que come)? ¿Su sala de re-
creación? ¿Su lugar de estar (sus relaciones íntimas)? ¿Su
dormitorio? ¿Su pieza de trabajo (el uso de sus talentos,
etc.)? ¿Estaría usted feliz con esa limpieza o la resistiría
en este momento?
4. Originalmente, los vendedores del templo fueron coloca-
dos allí como un servicio para ayudar a los judíos que ve-
nían de lejos. ¿Cómo es que algunas prácticas útiles dege-
neran en alborotos? ¿Hay áreas en su vida y/o en la iglesia
que se han deteriorado o necesitan re-pensarse? ¿Está su
vida y/o la iglesia llena de confusión con actividades que
han sobrepasado ya su utilidad o incluso que se han vuelto
perjudiciales para su vida espiritual?
5. ¿Hasta qué punto es posible para los cristianos hoy tener
el tipo de discernimiento de los pensamientos, las motiva-
ciones y los sentim ientos de los demás que tenía Jesús?
¿Puede pensar en formas en las que puede desarrollar su
habilidad para reconocer la dirección de Dios y lo que él
112 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
■ Investiguemos la Palabra
1. Utilizando las herramientas disponibles en el C o m e n ta rio
b íblico a d v e n tis ta y en el D ic c io n a rio bíblico a d v e n tis ta , averi-
güe todo lo que pueda acerca del templo, su construcción,
su historia y su disposición arquitectónica. Con la ayuda
de una concordancia, encuentre todas las descripciones
bíblicas de te m p lo , ta b e r n á c u lo , s a n tu a r io , etc. Anote todo
lo que aprenda que de alguna manera afecte su compren-
sión de este pasaje.
2. Busque en una concordancia todas las palabras en el N ue-
vo Testamento que estén relacionadas con f e y creer. Ob-
serve cómo funciona cada una como sustantivo o verbo.
Trate de agrupar estos distintos usos en categorías. Escri-
ba las nuevas ideas que se le ocurran acerca de la impor-
tancia que tiene creer en el Evangelio de Juan.
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 4
Lea por favor Juan 4 por lo menos dos veces, y luego res-
ponda las siguientes preguntas:
■ Exploremos la Palabra
E l Pasaje en Detalle
Juan 4:4 dice que a Jesús “le era necesario pasar por Samaria”,
aunque no se trataba de una necesidad geográfica. Aunque el camino
más corto de Judea a Galilea pasaba por Samaria, los judíos gene-
raímente elegían otras rutas. En este caso, la necesidad radicaba en el
plan de Dios (véase 3:14, el Hijo del hombre debe ser “levantado”).
Su encuentro con la mujer junto al pozo fue ordenado por Dios.
El encuentro ocurrió alrededor de la hora sexta, al mediodía, la
misma hora de su posterior condenación en la cruz, donde tam-
bién expresó sed (19.14, 28). N o era la hora usual de ir a buscar
agua al pozo en Palestina. Las mujeres preferían las horas más
frescas tras la salida del sol o antes de la puesta del sol. La hora,
por lo tanto, indica que la mujer estaba proscripta en su pueblo
por su estado matrimonial (vers. 17, 18).
Desde el comienzo mismo, había tres cosas que obraban en
contra de esa mujer y que atentaban contra su posibilidad de desa-
rrollar una relación con Jesús. Era una mujer en un lugar público,
era miembro de una raza odiada, y estaba viviendo en pecado.
Ningún hombre judío respetable se hubiera permitido ser encon-
trado hablando con ella. Pero Jesús corrió el riesgo de cruzar todas
esas barreras para darle el agua de vida que había venido a dar a
todo aquel que estaba dispuesto a creer.
Elena de W hite observa que aunque la mujer estaba sn la pre-
sencia personal del Mesías, no vio más que a un viajero sediento,
cansado y cubierto de polvo (White, El Deseado de todas las gentes,
156). Aunque formaba parte de la primera generación de cristia-
nos, no obtuvo nada especial de su relación con Jesús en la carne.
Su ignorancia, como la de tantos otros que tuvieron un encuentro
con Jesús según el Evangelio, anima a los lectores que no han teni-
do ese contacto físico y que, por lo tanto, luchan por creer. La pa-
labra de Jesús fue la que convenció a la mujer de que él era el Me-
sías. Su palabra era para la segunda generación tan buena como su
H LOS FORASTEROS SE CO N V IERTEN 121
toque físico.
El encuentro tuvo lugar junto a un pozo. El agua es. por su-
puesto, más apreciada cuando más escasea, y era relativamente es-
casa en Palestina (vers. 7). Hablar de “agua viva” junto al pozo de
Jacob era muy apropiado. “Agua viva” era una forma de hablar del
agua que permanece fresca porque corre. En dos lugares del Anti-
guo Testamento se asocian claramente el agua y el Espíritu (Isa.
44:3; Eze. 36:25, 26). Los rabinos a menudo repetían esta asocia-
ción (Barclay, 1:154), por lo que sería natural para los lectores del
Evangelio entender que Jesús estaba aquí haciendo referencia al
Espíritu, aunque no se utiliza la palabra Espíritu.
La razón por la cual las personas que reciben el agua viva d e je -
sús no tendrán más sed es que llevarán la fuente de aprovisiona-
miento con ellos en la persona del Espíritu Santo. Por medio de la
permanencia del Espíritu Santo en el interior de la persona, Jesús
provee el secreto de la energía y satisfacción duraderas en esta vida
(Jamieson, Fausset y Brown, 1033). El que tiene al Espíritu no está
sujeto a las limitaciones espirituales de la vida que vivía antes, pues
ha participado de las aguas de la vida venidera.
Jesús utiliza el interés expresado por la mujer samaritana en el
agua viva (vers. 15) para enfrentarla con las realidades de su vida
sórdida (vers. 16-18). Esta escena es una buena ilustración de los
temas que exploramos en el capítulo anterior de este libro. Jesús
sabe todo acerca de ella (2:23-25) y expone sus malas acciones
(3:20). Su conocimiento íntimo de lo que está dentro de los demás
es a menudo el testimonio más convincente acerca de quién es
(1:47-49; Talbert, Reading John, 114).
Para la mujer junto al pozo de Jacob, éste fue un momento cru-
cial de juicio (compare con 3:18-21). ¿Cómo respondería? ¿Confe-
saría sus pecados y lo recibiría, o retrocedería hacia la oscuridad de
la cual había venido? Trató de hacer tiempo para pensar cambiando
de tema (4:19, 20), pero pronto confesó su fe y aceptó a Jesús
(vers. 29, 42).
De acuerdo con la ley, los judíos estaban limitados a tres matri-
monios durante su vida. ¡Ella se había casado más de cinco veces!
Esta historia puede reflejar una sutil crítica judía a la historia y la
122 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
Parábolas representadas
Aunque el Evangelio de Juan está esencialmente desprovisto de
parábolas, su autor usa las historias de su Evangelio como parábolas
representadas acerca de verdades más profundas. Los personajes,
por lo tanto, a menudo se convierten en representantes de comuni-
dades mayores. El Bautista representa a su movimiento, que debe
declinar en vista de la misión mayor de Jesús. Nicodemo represen-
ta a los fariseos: muy fervientes, muy educados, pero carecientes
de lo más necesario.
La mujer samaritana, por su parte, no representa tanto a sus
compatriotas samaritanos como a todos los que creen verdadera-
mente en Jesús y lo aceptan. Al igual que Natanael y el ciego de
Juan 9, ella es una verdadera israelita (1:47).
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 4:43-54
Lea por favor Juan 4:43-54 por lo menos dos veces, y luego
responda las siguientes preguntas:
■ Exploremos la Palabra
Estructura del Pasaje
El relato del oficial del rey cuyo hijo está enfermo completa el
ciclo que comenzó con las bodas de Caná. Una vez más Jesús reali-
za una gran señal en Caná (vers. 46, 54). En los relatos paralelos de
esta historia (Mat. 8:5-13; Luc. 7:1-10), el hombre que viene a ver
a Jesús es gentil, pero las diferencias entre los relatos de Mateo y
Lucas y el de Juan son tan grandes que podrían corresponder a dos
incidentes completamente diferentes (véase W hite, El Deseado de
todas las gentes, 167-170, 282-287).
El oficial de Juan 4 probablemente está al servicio de Herodes.
Si es gentil (pero véase White, El Deseado de todas las gentes, 167), la
historia también completa el “ciclo de todo aquel” que puede ob-
servarse tan notablemente cuando comparamos y contrastamos las
entrevistas con Nicodemo y la mujer samaritana. U n fariseo (3:1-
21), una samaritana (4:7-42) y un gentil (4:46-54), todos vienen a
Jesús.
■ LOS FORASTEROS SE C O N V IER TEN 12 7
E l Pasaje en Detalle
Juan 4:43-45 es un pasaje extraño. Jesús se acerca a Galilea te-
niendo en mente el hecho de que un profeta no tiene honor en su
propia tierra (vers. 44). Sin embargo, la respuesta de los galileos es
darle la bienvenida (vers. 45). La solución al dilema está en la refe-
renda a lo que Jesús había hecho enjerusalén durante la fiesta de
la Pascua (vers. 45). Evidentemente, estos galileos son iguales a los
judíos que han desarrollado una fe superficial basada en señales.
Lo que Jesús enfatiza en su comentario del versículo 44 es que el
entusiasmo por él basado solamente en milagros no es un honor
para él. El único culto verdadero es el que se basa en el espíritu y la
verdad.
U n oficial del rey viene de Capernaum para ver a Jesús en Caná,
una distancia de unos quince kilómetros y medio. El desea q u eje-
sús sane a su hijo (en Mateo y Lucas, el enfermo es un siervo del
centurión en lugar de un hijo). Jesús lo enfrenta duramente: “Si no
viereis señales y prodigios, no creeréis” (vers. 48). Este comentario
confirma la impresión de 4:44 y 45. Jesús ve en los galileos un
pueblo que está asombrado por los milagros y obras espectaculares,
pero lento para creer en sus palabras. Al igual que en el caso de
Nicodemo, Jesús sabía que para romper los patrones de negación
de las personas, a veces es necesario hablar abiertamente.
El oficial se da cuenta de que su misión corre el peligro de iraca-
sar y le ruega a Jesús una vez más que se apure a ir a Capernaum
antes que su hijo muera (vers. 49). Todo lo que el hombre recibe de
Jesús es la respuesta: “Ve, tu hijo vive”. N o se le da otra seguridad
ni se realiza otra acción. ¿Aceptará la fe del hombre la palabra de
128 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JUA N H
■ Apliquemos la Palabra
Juan 4
■ Investiguemos la Palabra
1. Compare Juan 4:46-54 con sus paralelos en Mateo 8:5-13
y Lucas 7:1-10. Enumere las principales diferencias entre
los relatos. ¿Le parece que estas tres historias contienen
diferentes versiones de un mismo evento, o está la historia
de Juan basada en un incidente completamente diferente?
Explique su respuesta.
2. Busque con la ayuda de una concordancia todas las oca-
siones en que aparece la palabra a g u a en el N uevo Testa-
mentó. Haga una lista de todos los textos en que se la usa
simbólicamente, incluyendo historias como la de Jesús
calmando la tempestad, donde el agua literal puede adop-
tar un significado simbólico. Agrupe estos textos en cate-
gorías de acuerdo con la forma en que se usó el agua sim-
bólicamente. Luego, pase algún tiempo con cada grupo,
reflexionando en las lecciones espirituales que pueden ex-
traerse de ese uso del agua.
Vida al Paralítico
Juan 5
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 5
Lea por favor Juan 5 por lo menos dos veces, y luego res-
ponda las siguientes preguntas:
H Exploremos la Palabra
dad (10:10).
Juan 5 se divide en tres partes. La primera (vers. 1-18) cuenta la
historia de la curación del paralítico junto al estanque de Betesda
(vers. 1-9), la reacción de los judíos a la curación (vers. 9-18) v la
breve respuesta de Jesús (vers. 17). Las dos últimas partes del capí-
mío (vers. 19-30, 31-47) están escritas como un monólogo de Jesús
en respuesta a las acusaciones de las autoridades judías. En la se-
gunda parte del capítulo (vers. 19-30), Jesús afirma las prerrogati-
vas de la Trinidad. El es igual a Dios (vers. 23; véase también los
vers. 17, 18), es capaz de dar vida eterna (vers. 21, 24), es fuente de
vida (vers. 26) y el autor del juicio (vers. 22, 27, 30). Los judíos no
estaban satisfechos con el testimonio de Jesús acerca de sí mismo,
así que en la última parte del capítulo (vers. 31-47), Jesús recita
una lista de otros testigos que lo apoyan en sus declaraciones. Es-
tos incluyen a Juan el Bautista (vers. 33-35), sus obras (vers. 36), el
Padre (vers. 37, 38), las Escrituras (vers. 39, 40) y Moisés (vers.
45-47).
E l Pasaje en Detalle
N o hay acuerdo entre los primeros manuscritos del Evangelio
de Juan en un par de puntos importantes relacionados con el es-
tanque de Betesda. Primero, el nombre del estanque es incierto
(Brown, 1:206-207; Beasley-Murray, John, 70). El nombre más
común entre los primeros manuscritos es Betsaida, pero probable-
mente eso resultó de una confusión con la ciudad galilea del mis-
mo nombre (1:44). Las otras dos opciones son intentos evidentes
de traducir nombres árameos o hebreos difíciles al griego. Los
eruditos se inclinan por Betesda (“casa de misericordia”), que pue-
de haber sido la elección de Juan por su significado simbólico: Je-
sús muestra misericordia a un hombre que la buscaba en la “casa
de la misericordia”. El nombre entonces apoyaría el tema del
U VIDA AL PARALITICO 139
del evangelio. Pero llegará el día en que su voz penetrará las tum-
bas de los que alguna vez vivieron, tanto malos como buenos
(vers. 29). La seguridad aquí se encuentra en que si los muertos li-
terales y físicos pueden responder cuando Jesús llama, ¡cuánto más
los espiritualmente muertos en respuesta al evangelio! “El que
abre su corazón al Espíritu de Cristo llega a participar de ese gran
poder que sacará su cuerpo de la tumba” (White, El Deseado de to-
das las gentes, 180).
Es llamativa la noción de que habrá una resurrección universal
de los muertos, incluyendo tanto a los impíos como a los justos.
Juan 5:29 alude a la profecía apocalíptica de Daniel 12:2, donde se
articula por primera vez la esperanza de una resurrección univer-
sal. Pablo afirmó delante del gobernador romano Félix (Hech.
24:15) que el concepto de resurrección universal formaba parte
del judaismo normativo. Es evidente que quienes creen en Jesús
serán un día resucitados para participar de la experiencia de la vida
eterna, mientras que quienes lo rechazan serán resucitados para
enfrentar la sentencia de Dios y para reconocer que ella es justa
(Eil. 2:9-11).
Hay una seria advertencia en esta declaración. Muchos creen
que pueden ignorar los derechos de Dios en esta vida y finalmente
retirarse al silencio del lugar final de descanso. Pero Jesús no per-
mite que los incrédulos piensen que la muerte es el final de todo.
Más allá de la muerte está el juicio, donde se debe rendir cuenta de
todas las acciones que se han llevado a cabo en esta vida, con la
asignación de una recompensa apropiada (véase 2 Cor. 5:10; Apoc.
11:18; 20:7-15; 22:12). Los pecadores se levantan “de muerte para
muerte” (Jamieson, Fausset y Brown, 1037).
La inevitabilidad del juicio es tanto una buena noticia como
una mala noticia. Es una mala noticia para los que desean burlarse
de las pretensiones de Cristo y comportarse como se les da la gana
sin tener que dar nunca cuenta de sus acciones. Pero el juicio tam-
bién es una buena noticia. Indica que cada acción de la vida tiene
significado. Nada es pasado por alto. Los pequeños actos de bon-
dad, las obras de misericordia olvidadas, todas son registradas en la
eternidad como significativas; no son olvidadas en el esquema final
■ VIDA AL PARALITICO 143
La escatología de Juan
El Evangelio de Juan parece tener poco interés en el futuro fin
del mundo. En lugar de ello, afirma que lo que otros ven como
una realidad futura ha llegado a ser una realidad presente en la
■ VIDA AL PARALÍTICO 145
verdad también acerca del juicio final, que llega a ser real en la
persona de Jesús y en la predicación del evangelio (3:18-21; 5:24,
25). La resurrección también se convierte en una realidad presente
en las palabras de Jesús (5:24, 25) y es ilustrada poderosamente en
la resurrección de Lázaro de entre los muertos (11:1-44). En Cris-
to no sólo es restaurada plenamente la comunión con Dios
(14:21-23, sino que al descender la Palabra (1:1-5, 14) ofrece un
conocimiento pleno de Dios que estaba prometido para el fin
(1:18; 14:9). Y cuando Jesús fuera levantado, la plenitud del Espíri-
tu Santo sería derramado sobre los que creyeran en Jesús (7:39).
En el Evangelio de Juan, por lo tanto, el lenguaje de la expecta-
tiva del fin es usado reiteradamente para describir las realidades
del reino de Dios que son traídas por Cristo. Citando a Raymond
Brown (Lcxvii): "Si uno señala los pasajes del AT que parecen su-
gerir la venida de Dios en gloria, el prólogo (1:14) responde: ‘He-
mos visto su gloria’. Si uno pregunta dónde está el juicio que seña-
la la intervención final de Dios, Juan 3:19 responde: ‘Esta es la
condenación: que la luz vino al mundo’ ”. La expectativa futura
del judaismo se ha vuelto una realidad presente en Cristo.
Esto no quiere decir, como han afirmado algunos eruditos, que
Juan no se ocupa en absoluto de una escatología futura. En Juan
5:28 y 29 habla directamente de la resurrección y el juicio futuros.
En Juan 14:1-3, Jesús habla a sus discípulos de su regreso futuro
luego de una permanencia en el cielo. Y en una cantidad de lugares
usa la frase “día postrero” como una clara referencia a las realida-
des que aún están en el futuro desde la perspectiva cristiana (6:39,
40, 44, 54; 12:48).
Es así que mientras Juan está bastante cómodo tanto con el
presente como con el futuro en la escatología del Nuevo Testa-
mentó, ha elegido colocar en su Evangelio el énfasis fundamental
en el presente o escatología realizada en Cristo y en el evangelio.
El juicio es ahora
Los adventistas del séptimo día tienden a pensar en el juicio fi-
nal como un evento exclusivo del fin del tiempo, pero en el Evan-
gelio de Juan, el juicio es mucho más amplio que eso. Tiene tres
■ VIDA AL PARALÍTICO 147
a tomar conciencia del juicio que tuvo lugar en la cruz sin que se
dé cuenta de que debe responder a ese juicio de una forana 11 otra.
Eligen identificarse o con la humanidad pecadora que fue destruí-
da en la cruz o con la humanidad pecadora que fue levantada en la
resurrección. Y al pronunciar juicio sobre Cristo, pronuncias inri-
ció sobre sí mismos. Eligen la vida o la muerte, la luz o la osonri-
dad. Sería mejor no predicar antes que meramente moralizar o ser
impertinentes cuando la salvación de las personas está en juego.
Pero el juicio en la predicación del evangelio no es el final del
asunto para Juan. También hay un juicio en el fin (5:27-30; 12:48).
Ese juicio no se desvía, sin embargo, de las dos fases anteriores del
juicio, sino que las afirma y valida. Al final, no seremos juzgados de
una manera distinta al veredicto que hemos pronunciado sobre
nosotros mismos en respuesta a la predicación del evangelio
(12:48). Las palabras de vida que hemos rechazado volverán en-
tonces a rondarnos (5:45). Las palabras de vida que hemos abra-
zado ahora volverán para hacernos participar de una vida abun-
dante y eterna (vers. 29). El juicio final no debe ser temido por los
que están en Cristo ahora. La cruz es suficiente para expiar el pe-
cado y obtener la vida eterna. Los que se encuentran en Cristo
ahora y permanecen en él, también estarán en él en el día postrero.
■ Apliquemos la Palabra
Juan 5
■ Investiguemos la Palabra
1. Busque en una concordancia exhaustiva todas las veces
que se utilizan en el Nuevo Testamento palabras tales co-
mo ju ic io , j u z g a r γ j u e z . ¿Cuáles de éstas se refieren al jui-
ció del tiempo final? ¿Cuáles parecen tener un significado
presente o continuo en todas las épocas? ¿Cuáles están
asociadas con la cruz? ¿Qué aprende acerca de Evangefio
de Juan a partir de este proceso?
2. Averigüe todo lo que pueda acerca de los descubrimientos
recientes relacionados con el estanque de Betesda, usando
diccionarios bíblicos, enciclopedias y cualquier otro libro
o revista que encuentre de arqueología.
m VIDA AL PARALITICO 151
El Pan de Vida
Juan 6
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 6:1-15
■ Exploremos la Palabra
Antecedentes del Pasaje
Jesús está de vuelta en Galilea, lo cual es bastante poco usual en
el Evangelio de Juan. De hecho, sólo las bodas de Caná (2:1-11), la
curación del hijo del noble (4:46-54), los episodios del capítulo 21 y
los eventos de Juan 6 ocurren en Galilea. La mayor parte del
Evangelio, a diferencia de Mateo, Marcos y Lucas, se desarrolla en
Jerusalén y áreas vecinas.
Los eventos de Juan 6 ocurren en un momento cercano a la
fiesta de la Pascua judía (6:4). Es así que muchas personas están
viajando a Jerusalén, lo cual sin duda explica el tamaño de la multi-
tud en un sitio desierto (White, El Deseado de todas las gentes, 332).
En el Evangelio de Juan, siempre que se menciona la Pascua, hay
alusiones a la Cena del Señor o a la cruz (a veces a ambas, véase
W hite, El Deseado de todas las gentes, 352, 353). Hay naturalmente
una abundancia de imágenes del éxodo en el capítulo. Por ejem-
pío, el relato de la alimentación milagrosa de la multitud recuerda
al lector a Israel en el desierto. En Números 11, Moisés se enífen-
ta en el desierto con una gran multitud que se queja de la falta de
alimento. Así como Jesús hizo en Juan 6:5, Moisés pregunta cómo
será posible alimentar a todas estas personas (vers. 13). Esta es una
de las muchas alusiones que unen Juan 6 con los relatos del éxodo
en el Antiguo Testamento.
E l Pasaje en Detalle
La historia tiene lugar del otro lado del M ar de Galilea, frente a
154 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 6:16-21
■ Exploremos la Palabra
E l Pasaje en Detalle
El relato es bastante claro y no necesita demasiados comenta-
ríos detallados. Es interesante que Juan es el único que presenta el
detalle del movimiento surgido para hacer rey a Jesús como resul-
tado de la alimentación de los cinco mil (6:15). Por otro lado, Juan
deja fuera de su relato la orden de Jesús de que sus discípulos se
subieran al bote y se dirigieran mar adentro (Mat. 14:22; Mar.
6:45; compare con Juan 6:17, 18).
Los dos elementos parecen explicarse uno a otro. Sin duda, los
discípulos participaron de la emoción propia de la idea de la multi-
tud de hacer rey a Jesús. Para evitar tal evento, Jesús hace que sus
discípulos se vayan y dispersa a la multitud. Al poner juntos ambos
relatos, estos cobran sentido.
Aunque los discípulos tienen miedo durante la tormenta porque
él no está con ellos, no buscan ayuda en Jesús a pesar de las pode-
rosas obras que ha realizado. Cuando Jesús aparece, no están pre-
parados para su presencia y su ayuda. La fe es un estado de la men-
te que espera que Dios esté allí en cada aspecto de la vida. Es el
máximo antídoto para el temor. La segunda generación de cristia-
nos se sentirían alentados por esa historia para esperar la presencia
y la ayuda de Jesús aun cuando se sintieran solos y abandonados
por Dios. Las palabras de Jesús son tan buenas como su presencia.
158 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JUA N ■
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 6:22-59
■ Exploremos la Palabra
Estructura del Pasaje
Puesto que la ambientación de Juan 6 es la fiesta de la Pascua,
deberíamos esperar seguir oyendo ecos de la eucaristía y la cruz
junto con alusiones al éxodo. De hecho, algunos estudiosos creen
que en el sermón registrado aquí, Jesús está interpretando la litar-
gia pascual de la sinagoga de sus días (Brown, 1:277-280). En este
pasaje Jesús también se refiere al significado del milagro de la ali-
mentación registrada en los versículos 1 al 15. Va más allá del pan
físico para referirse al pan espiritual, así como avanzó del agua físi-
ca al agua espiritual en Juan 4.
Jesús se había unido a sus discípulos en el M ar de Galilea y na-
vegó con ellos hasta el otro lado del lago (vers. 16-21). La multitud
en la orilla opuesta buscó a Jesús, y ayudados por algunas personas
que habían partido de Tiberias, cruzaron el lago y lo encontraron
en la sinagoga de Capernaum, donde se desarrolla toda la predica-
ción y el diálogo del resto del capítulo (vers. 22-25, 59).
el día quince del segundo mes (Éxo. 16:1). Aunque la Pascua ocu-
rría en el día quince del primer mes, esta fecha del segundo mes
funcionaba como una “conmemoración adicional” de la Pascua. Se
animaba a los que por alguna razón no habían podido celebrar la
Pascua en el momento usual a celebrarla el día quince del segando
mes. La llegada del maná se asoció con la Pascua, aunque apare-
ció por primera vez un mes después que Israel saliera de Egipto.
El maná desapareció la víspera de una Pascua, justo antes de
que Israel entrara a la Tierra Prometida (Jos. 5:10-12). Por lo tan-
to, dentro del judaismo surgió la tradición de que el Mesías vendría
en una Pascua y que junto con su venida comenzaría nuevamente a
caer maná (Midrash Qoheleth 1:9). Es así que cuando Jesús ali-
mentó a la multitud justo antes de la Pascua, no es sorprendente
que la multitud comenzara a especular acerca de si él era el Mesías
y si estaba por realizar un milagro mayor: ¡alimentar a todos todo
el tiempo mediante la restauración del maná! Puesto que la Pascua
estaba cercana (Juan 6:4), estaban esperando que cayera maná en
cualquier momento. Es por ello que desafiaron a Jesús para que
realizara lo que ellos estaban esperando (vers. 30, 31, 34).
E l Pasaje en Detalle
Después de mucho buscar, la multitud que había sido alimentada
milagrosamente el día anterior encuentra a Jesús en la sinagoga de
Capernaum (vers. 22-25, 59). Pero su búsqueda no es de alimento
espiritual. Se relacionan con Jesús a un nivel material, torpe (vers.
26). N o están interesados en el significado del milagro. Sólo quie-
ren ver más milagros (vers. 2). Jesús trata de dirigir su vista hacia
las cosas espirituales, al alimento que perdura para vida eterna
(vers. 27). La multitud parece captar una vislumbre de aquello de lo
cual está hablando, porque preguntan por la manera apropiada de
realizar las obras que Dios requiere (vers. 28). H an avanzado un
poquitito más allá del nivel material, pero todavía no tienen una fe
genuina en Jesús.
Jesús va directamente al grano. La obra que Dios aprueba, la
única obra que realmente importa, es creer en Jesús (vers. 29;
164 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
del cielo. En el primer caso, las personas que comían el pan igual-
mente morían. Jesús ofrece el pan que lleva a la vida eterna (6:58).
Hay una cantidad de símbolos en el Evangelio de Juan extraídos
de la vida cotidiana, símbolos tales como el pan, el agua y la vida.
Todos estos símbolos se refieren a la realidad de la vida eterna, que
hace que el hambre y la sed naturales parezcan insignificantes en
comparación.
¿Ha estado alguna vez sumamente hambriento o sediento al
punto de la desesperación? ¿Recuerda lo que fue recibir una bebida
fresca o un pedazo de pan untado con su mermelada favorita en
ese momento? Jesús quería que recuerdos como ése despertaran
significados espirituales, quería enseñar lecciones acerca de la vida
superior que vino a ofrecer. El mensaje del sermón acerca del pan
de vida es que la necesidad humana de la vida espiritual que Jesús
ofrece es tan desesperada como el dolor resultante del hambre o
de la sed. Así como el cuerpo ansia comida, bebida y luz solar, el
espíritu anhela la presencia de Jesús, y si no se permite a Jesús estar
presente, los seres humanos llegarán hasta la ridiculez para encon-
trar algo que llene el vacío. Dentro de cada ser humano hay un
agujero del tamaño de Dios que sólo Jesús puede llenar.
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 6:60-71
■ Exploremos la Palabra
Estructura del Pasaje
Este pasaje presenta la reacción de los discípulos de Jesús al dis-
curso y los diálogos precedentes. En el proceso, Jesús enfrenta un
nuevo “éxodo”, un éxodo de seguidores y discípulos. Parece per-
derlos a todos menos a los Doce. El capítulo termina con una pro-
fecía según la cual uno de los Doce, Judas, lo traicionará.
E l Pasaje en Detalle
El pasaje se inicia con la queja de los discípulos de Jesús: “Dura
es esta palabra, ¿quién la puede oír?” (vers. 60). El término “pala-
bra”, lógos en griego, es el resumen de todo lo que ha dicho Jesús
en los versículos 35-59. Se dan cuenta de que las palabras de Jesús
son lo que a él le importa. N o tiene intención de ser fundamental-
mente un obrador de milagros. Ellos están buscando al Mesías que
está por venir, pero traen junto con su expectativa un bagaje políti-
co y material que Jesús no tiene intenciones de satisfacer. Jesús se
niega a conformarse a sus expectativas mesiánicas. Las preocupa-
ciones de Jesús son claramente espirituales y no materiales o políti-
cas. La gente está decepcionada. Sin embargo, hay muchas cosas
de Jesús que los impresionan. Se preguntan si sería mejor confor-
marse con lo que Jesús ofrece o buscar a otro.
En otras palabras, el versículo 63 funciona como un resumen de
la enseñanza de Jesús en todo el capítulo. Es el Espíritu el que da
vida. Sin el Espíritu, ni siquiera percibiríamos nuestra necesidad
de Jesús. Es bastante probable que Juan incluyera esta declaración
en el texto específicamente para oponerse a la idea de que la parti-
cipación en la Cena del Señor o en el culto cristiano pueden por sí
■ EL PAN D E VIDA 169
■ Apliquemos la Palabra
Juan 6
■ Investiguemos la Palabra
1. Compare Juan 6:1-15 con 2:1-11. ¿Le parece que la expe-
riencia de las bodas de Caná tiene algo que ver con la pre-
gunta que Jesús hizo a Felipe en 6:5 y 6? H ojee todo el
Evangelio y subraye o tenga en cuenta cada afirmación o
historia relacionada con la habilidad de Jesús para satisfa-
cer las necesidades físicas y espirituales. Escriba una breve
presentación de este tema del Evangelio en un lenguaje
EL PAN D E VIDA 171
Por conveniencia, este capítulo del libro será dividido en tres partes: el
172
■ EL AGUA Y LA LU Z D E LA VIDA 173
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 7
Lea Juan 7:1-52 por lo menos dos veces, y luego responda
las siguientes preguntas:
1. Enumere las diferencias de opinión y de acción entre Jesús
y sus hermanos en 7:1-12. U se una concordancia para
buscar todas las demás referencias a los hermanos de Jesús
que se encuentran en los Evangelios. Anote sus pensa-
mientos con respecto a cómo pudo haber afectado el mi-
nisterio de Jesús su relación con los miembros de su fami-
lia, tanto los aspectos positivos como los negativos.
2. Lea también Juan 8. M encione y categorice las diferentes
reacciones respecto de Jesús que aparecen en Juan 7 y 8.
¿Cómo explica el amplio espectro de reacciones?
3. Con la ayuda de una concordancia, busque todas las refe-
rencias a “los judíos” en el Evangelio de Juan. Agrupe es-
tos usos en las siguientes categorías: (1) líderes religiosos,
(2) judíos en general, y (3) un subgrupo de judíos distinto
de los líderes religiosos. Compare el uso que se hace de
esta expresión en Juan 7 con las referencias en el resto del
Evangelio de Juan. ¿Qué diferencias y semejanzas en-
cuentra?
■ Exploremos la Palabra
Antecedentes del Pasaje
El cbma de Palestina
El clima en Palestina se divide en dos grandes estaciones: la esta-
174 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
CLIMA DE PALESTINA
* **
ENERO M A R ZO -►S E P T IE M B R E DIC. ENERO M A R ZO -► S E P T IE M B R E DIC.
_______Estación lluviosa
_______ Sequía estival
* Fiesta de los Tabernáculos
* * Fiesta de la Pascua
E l Pasaje en Detalle
La expresión “los judíos” (7:1) se refiere claramente a las autori-
dades gobernantes de Jerusalén, antes que al pueblo como un todo
(vers. 26, 32, 45). Esto explica por qué encontramos en el Evange-
lio “judíos” que tienen temor de “los judíos” (vers. 13). Esto tam-
bién debería precaver a los lectores modernos de extraer inferen-
cías antisemíticas de las declaraciones que Juan hace acerca de los
judíos en su Evangelio. La expresión “los judíos” es utilizada por el
autor del Evangelio como una forma compacta de describir a la
clase gobernante conformada por los fariseos, los saduceos y los
doctores de la ley.
■ EL AGUA Y LA LU Z D E LA VIDA 1 77
Las cosas no han estado andando bien en Galilea (6 :6 0 7 1 )־. Los
hermanos de Jesús sugieren que si él hiciera sus milagros en Jadea,
podría alcanzar sus objetivos (vers. 2-4). Hay una doble ironía en
este consejo. En primer lugar, ¡sus hermanos han visto sus milagros
pero no creen en él (vers. 5)! Segundo, Jesús ha realizado estos un-
lagros para los galileos, ¡pero éstos lo han abandonado (6 :60-667
Jesús responde que el momento que ellos eligen para sus accio-
nes no importa demasiado porque es muy poco lo que depende de
esas acciones. Pero en cuanto a él, todo depende del momento
oportuno, lo cual escapa a la comprensión de ellos. Nadie tiene
conflictos con los hermanos de Jesús porque la vida y las enseñan-
zas de ellos no desafían a la sociedad. Pero un solo paso en falso
puede provocar el fin prematuro del ministerio de Jesús. Por eso,
una vez más se niega a permitir que su familia controle su agenda,
que ha sido establecida para él por Dios (vers. 6-9; compare con
2:3-5).
En otras palabras, Jesús está completamente sintonizado con la
voluntad de Dios para él. Como resultado de ello, en el versículo
10 lo encontramos dirigiéndose a Jerusalén. Aparentemente Dios le
ha revelado que ha llegado el “momento propicio” (vers. 8) para
hacerlo.
La fiesta de los Tabernáculos duraba ocho días; por lo tanto, “a la
mitad de la fiesta” (vers. 14) significa el cuarto o quinto día de la
festividad. Esta fue evidentemente la primera vez que Jesús intentó
enseñar abiertamente en el templo. Los judíos estaban sorprendidos
de que él tuviera un conocimiento tan claro de los temas centrales
de la vida, y sin embargo no abordara esos temas de la manera
usual, que consistía en enhebrar citas interminables de rabinos ante-
riores (vers. 15). En lugar de ello, él afirmaba que su Padre tenía
las mejores escuelas rabínicas (vers. 16). N o necesitaba verificar la
verdad de su enseñanza citando a “las autoridades”. Todo aquel que
se acerca a su enseñanza con el propósito sincero de agradar a Dios
en cada aspecto de la vida reconocerá rápidamente su origen divino
(vers. 17, 18). Los que están verdaderamente dispuestos a hacer la
voluntad de Dios, dondequiera que esta los guíe, sabrán intuitiva-
mente que Jesús está diciendo la verdad acerca de sí mismo.
178 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
El agua de vida
En la ceremonia del templo, las vasijas de los sacerdotes estaban
llenas durante un corto tiempo. Los que vienen a Jesús tienen agua
disponible en todo momento. Durante la fiesta de los Tabernácu-
los, la gente oraba pidiendo lluvia porque ella era en ese momento
una buena señal de una excelente temporada para el crecimiento
del grano. La declaración de Jesús en 7:37-39 indica que el pedido
de agua por parte de la gente había sido respondido dé una manera
inesperada (Jesús parece haber tenido en mente una cantidad de
pasajes del Antiguo Testamento cuando habló de las palabras re-
gistradas en 7:38: Isa. 44:3, 4; 58:11; Eze. 47:1-12; Joel 3:18; Zac.
14:8).
En 7:39, el Espíritu Santo es el agua viva que ofrece Jesús, y Je-
sús es la fuente del Espíritu Santo para los que vienen a él. En esta
afirmación. Jesús está reemplazando el templo, porque según las
expectativas del Antiguo Testamento, el templo era la fuente de
agua viva para refrescar la tierra (Eze. 47:1-12). El ya se ha declara-
do la fuente del agua viva en Juan 4:10-15. La nueva dirección que
toma Jesús en 7:38 es para declarar que los que vienen a él se con-
vertirán en fuente para que otros puedan extraer ese agua viva. El
creyente es capaz de comunicar el Espíritu a otros.
H Introduzcámonos en la Palabra
Juan 8:1-11
Lea Juan 8:1-11 por lo menos dos veces, y luego responda
las siguientes preguntas:
EL AGUA Y LA LU Z D E LA VIDA 181
■ Exploremos la Palabra
E l Pasaje en Detalle
El contraste entre los que se van a sus casas (7:53) y Jesús, que
parece no tener hogar (8:1), no es inusual en los otros Evangelios,
donde Jesús es presentado como quien no tiene dónde recostar su
cabeza (Mat. 8:20; Luc. 9:58).
El término adulterio (8:3, 4) sugiere que la mujer era casada y
que había sido sorprendida engañando a su marido. Al traer sólo a
la mujer, los oponentes de Jesús estaban violando la ley de Moisés,
que exigía en caso de adulterio que ambos infractores fueran ape-
dreados (Lev. 20:10; Deut. 22:22).
Puesto que Jesús estaba sentado cuando llegaron los acusadores
(vers. 2), le resultaba fácil inclinarse y escribir en el polvo con su
dedo (vers. 6). Es posible que se agachara por segunda vez a escribir
para dar oportunidad a los acusadores de que se fueran con toda la
dignidad posible (vers. 8, 9). Aunque el texto bíblico no lo dice, es
■ EL AGUA Y LA LU Z DE LA VIDA 183
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 8:12-59
■ Exploremos la Palabra
E l Pasaje en Detalle
El tema principal de 8:12-20, que sobrepasa el tema de k luz
(vers. 12) y del juicio (vers. 15, 16), es el testimonio, que nos re-
cuerda lo dicho en Juan 5:31-47. El Padre agrega su testimonio al
de Jesús, satisfaciendo los requerimientos mínimos de la lev (8:13-
18; compare con Deut. 19:15). Si los oponentes de Jesús hubieran
entrado verdaderamente en relación con él, habrían sabido quién
era su Padre y hubiesen sentido el poder del testimonio de ambos
combinado (vers. 19).
En 8:21-30 continúa el debate acerca de la identidad de Jesús v
su relación con su Padre. Jesús pronuncia un par de declaraciones
“YO SOY” significativas (vers. 24, 28). Los versículos 33 al 59 re-
cuerdan la denuncia de Jesús contra los fariseos en Mateo 23. Toda
la sección se mantiene unida mediante el tema de Abrahán (vers.
33, 37, 39-41, 52, 53, 56, 58). Tanto Jesús como sus oponentes
pretenden ejemplificar la herencia de Abrahán.
En los versículos 32 y 33, los judíos y Jesús enfrentan un mal-
entendido doble. Los judíos malinterpretan lo que Jesús quiere de-
cir al hablar de libertad, y entienden mal lo que significa ser si-
miente de Abrahán. La única libertad que le importa a Jesús es la
libertad del pecado. A menos que la verdad de Jesús permee la vida,
la esclavitud del pecado impedirá que las personas alcancen todo
su potencial, como es la intención de Dios. Los que están esclaviza-
dos por el pecado no están mejor que los gentiles, aunque sean
descendientes físicos de Abrahán (vers. 34-36). Necesitan la salva-
ción que Jesús ofrece tan urgentemente como los gentiles. Jesús
señala que el hecho de descender de Abrahán no se mide verdade-
ramente en términos físicos sino en términos de conducta (vers.
37-40). Se espera que un hijo judío se comporte como su padre.
Es por eso que los verdaderos hijos de Abrahán se comportan co-
mo Abrahán se comportó (vers. 39).
Cuando los oponentes de Jesús tratan de desviar el argumento
señalando a Dios como su verdadero Padre (vers. 41), Jesús se ade-
lanta para vencerlos retóricamente. Si fueran hijos de Dios, reco-
nocerían a Jesús como su hermano espiritual, puesto que él viene
186 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
■ Apliquemos la Palabra
Juan 7 y 8
■ Investiguem os la Palabra
1. Usando un atlas bíblico, el D ic c io n a r io b íb lico a d v e n tis ta ,
una enciclopedia o cualquier otro recurso disponible, trate
de ampliar su conocimiento del clima y el flujo de las esta-
ciones en Palestina. Examine Levítico 23 y N úmeros 28 y
29 prestando atención a lo que el C o m e n ta r io b íb lico a d -
v e n tis ta dice acerca de estos capítulos.
2. Compare los debates de Jesús con “los judíos” de Juan 7 y
8 con debates similares registrados en Marcos 2:1 a 3:6 y
11:27 a 12:40. N ote lo que el C o m e n ta r io b íb lico a d v e n tis ta
dice acerca de estos pasajes. Observe las similitudes y los
contrastes existentes entre los relatos de Juan y Marcos.
Enumérelos en columnas paralelas en su cuaderno. ¿Hay
más similitudes o contrastes entre los dos relatos? T o-
mando el ministerio de Jesús como un todo, ¿qué puede
aprender acerca de la forma en que Jesús trató con la opo-
sición? ¿Hasta qué punto es apropiada una respuesta simi-
lar por parte de los cristianos de la actualidad?
El Buen Pastor
Trae la Luz de la Vida
Juan 9:1-10:21
Cuando Jesús sale del complejo del templo, frustrando así los propósitos
homicidas de los dirigentes religiosos, se encuentra con un hombre ciego
de nacimiento (Juan 9:1). Después que el hombre es sanado para gloria de
Dios (vers. 2-7), el relato continúa de una manera sumamente humorís-
tica (vers. 8-34). Con audacia cómica, el hombre interactúa con sus veci-
nos y con los dirigentes religiosos defendiendo a Jesús hábilmente y con
mucho sarcasmo, casi como si fuera de manera casual.
Después que aquel hombre es excomulgado del sistema religioso (vers.
34), Jesús lo busca para confirmar su fe en desarrollo, a pesar de losfari-
seos que están observando (vers. 35-41). Jesús utiliza luego una serie de
ilustraciones para defender sus acciones en apoyo del hombre ciego (10:1-
18). Se presenta como el buen pastor que se preocupa por los proscriptos de
Israel.
El pasaje como un todo (9:1-10:21) es una unidad en la cual Jesús, la
luz del mundo (8:12; 9:5), pronunciajuicio sobre los líderes religiosos que
resisten el brillo de su luz sobre los corazones y las vidas de los que sirvie-
ron una vez al sistema.
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 9:1-41
Lea Juan 9:1-41 por lo menos dos veces, y luego responda
191
192 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
■ Exploremos la Palabra
cuando declaró: “Yo soy la luz del mundo” (8:12). Al sanar al hom-
bre ciego de nacimiento, Jesús le brinda en primer lugar acceso a la
luz literal; ahora el hombre puede ver (vers. 7, 11, 15). Al final del
capítulo, Jesús va más allá del milagro de la recuperación de la vista
física y da al hombre visión espiritual (vers. 35-39). Su poder para
dar visión física demuestra su capacidad y autoridad para dar visión
espiritual y vida espiritual.
El relato sigue desarrollando los temas de la fiesta de los Taber-
náculos de Juan 8 y 9. El tema del agua es continuado mediante la
participación de las aguas del estanque de Siloé (de la cual se ex-
traían las aguas ceremoniales de la fiesta) en el proceso de curación
(vers. 7; véase también 7:37-39). El tema de la luz es ilustrado en la
curación y es declarado explícitamente por Jesús (vers. 5; véase
también 8:12). Aunque los judíos de la época no sentían necesidad
de Jesús porque eran hijos de Abrahán (8:33), la historia de este
hombre, judío, hijo de Abrahán pero afligido desde su nacimiento,
representa la necesidad espiritual que sus compatriotas tienen de
Cristo. En los versículos 39 al 41 se extrae la principal lección del
relato de los versículos 1 al 38 en forma explícita. En la primera
mitad de Juan 10 se extraen otras lecciones de esta historia.
El relato de Juan 9 marca un agudo contraste entre el ciego sa-
nado y los fariseos. Este admite reiteradamente su ignorancia acer-
ca de quién lo sanó (vers. 12, 25, 36). Los fariseos, por otro lado,
se jactan confiadamente de que saben exactamente lo que está ocu-
rriendo (vers. 24, 29).
La fe del ciego crece continuamente, ya que primero habla a los
demás acerca del “hombre que se llama Jesús” (vers. 11), cree luego
que Jesús debe ser un profeta (vers. 17), desea ser entonces su disci-
pulo (vers. 27, note el “también vosotros”; Talbert, Reading John,
160), insiste luego en que debe venir de Dios (vers. 33), y final-
mente lo adora como Hijo del hombre (vers. 38). Por otro lado, la
ceguera de los fariseos crece continuamente a medida que el relato
progresa. Al principio aceptan el hecho de que la curación ocurrió
(vers. 15); luego parecen no estar seguros (vers. 16, 17). A medida
que continúa el debate se vuelven cada vez menos objetivos, hasta
que tratan de entrampar al hombre para que diga lo incorrecto
19 4 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
E l Pasaje en Detalle
En el capítulo 9:2, los discípulos expresan la teología de la época:
cuando preguntan quién es el culpable de la condición del hona-
bre, si él o sus padres. Estaban persuadidos de que toda enferme-
dad o discapacidad era el resultado directo de un pecado específico.
Jesús niega rápidamente esta teología (vers. 3), negando por lo
tanto todo el sistema judío de recompensas y castigos. Aunque es
cierto que muchas enfermedades son el resultado directo del pe-
cado o de hábitos perjudiciales para la salud, hay otras razones por
las cuales la gente se enferma o es discapacitada. Uno de los mensa-
jes de este pasaje es que la enfermedad o la discapacidad a veces
provee el marco en el cual la obra de Dios se puede volver singu-
larmente visible.
Luego de ungir los ojos del hombre con barro, Jesús lo envía al
estanque de Siloé, que estaba a unos 1.000 m de donde estaban pa-
rados, para lavarse el barro. Los ojos del hombre son abiertos en el
estanque, no al lado de Jesús, otra confirmación del tema de Juan
con respecto a que la palabra de Jesús es tan buena como su toque.
Después de que los vecinos entran en un divertido diálogo acer-
ca del hombre sanado (vers. 8, 12), éste es llevado delante de los
fariseos para ser interrogado (vers. 13). Puesto que el hombre había
nacido ciego, Jesús no debería haberlo curado justo en sábado (vers.
14). Esto creó un serio dilema para los fariseos (vers. 15, 16). Por
un lado, la curación señala la obra de un hombre que algunos
creen que está acreditado por Dios. Otros sostienen que al tomar la
iniciativa de curar en sábado muestra que es un pecador, porque el
profeta que hace obras poderosas pero hace o enseña cosas contra-
rías a la ley de Dios es un falso profeta (Deut. 13:1-5). Al hacer es-
ta obra, Jesús está presionándolos para que razonen más allá de su
capacidad filosófica. ¡Y el riesgo es muy alto! Como señalará el
hombre sanado, si realizar un milagro indica que alguien es un
profeta, realizar un milagro sin precedentes en la historia humana
196 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JUA N ■
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 10:1-21
Lea Juan 10:1-21 por lo menos dos veces, y luego conteste
las siguientes preguntas:
1. Usando una concordancia, encuentre todos los versículos
del Evangelio de Juan que contengan la expresión “de
cierto, de cierto” (busque la palabra c ie rto ). Haga una lista
de todos estos versículos y escriba junto a cada uno un
breve resumen de cómo encaja en el contexto. ¿Introduce
un pensamiento nuevo o enfatiza uno anterior? ¿Aparece
al comienzo, al medio o al final de un discurso o una dis-
cusión?
2. Compare Juan 10:1-21 con Lucas 15 y Mateo 18. Escriba
en tres hojas de papel las similitudes y diferencias que en-
cuentra entre las tres versiones del relato de la oveja per-
dida.
3. ¿Qué representan las ovejas, el pastor, el extraño y los la-
drones? ¿De qué manera se relaciona este pasaje con Juan
9?
■ Exploremos la Palabra
Estructura del Pasaje
La primera parte de Juan 10 (vers. 1-21) está íntimamente reía-
200 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—JU A N ■
E l Pasaje en Detalle
El acertijo de Juan 10:1-5 destaca la relación que existe entre el
pastor y las ovejas. El siempre entra por la puerta, nunca por otra
parte, como lo haría un ladrón (vers. 1, 2). Las ovejas lo siguen
porque reconocen su voz y él las llama por nombre (vers. 3, 4). N o
seguirán a un extraño, porque no reconocen su voz (vers. 5).
Jesús explica luego la analogía o el enigma que acaba de com-
partir (vers. 6). El es la puerta de las ovejas, y todos los que vinie-
ron antes que él eran ladrones y salteadores (vers. 7-10), pero las
verdaderas ovejas no los escucharon (vers. 8). La puerta es la salva-
ción (vers. 9). La expresión “ladrones y salteadores” que vinieron
antes que él puede hacer referencia a los saduceos y principales sa-
cerdotes que habían dominado el sistema del templo desde co-
mienzos del tiempo de los macabeos (152 a.C.). De hecho, la pala-
bra “matar” que aparece en el versículo 10 se usa frecuentemente
para referirse al sacrificio de los animales que eran ofrecidos en el
templo. Aunque lograron dominar el sistema religioso, los sadu-
ceos y los principales sacerdotes nunca contaron con la confianza
de la gente común dentro del judaismo temprano.
En contraste con los ladrones y salteadores que roban, matan y
destruyen, Jesús proporciona una vida mucho más rica y plena que
■ EL BUEN PASTOR TRAE LA LU Z D E LA VIDA 203
■ Apliquemos la Palabra
Juan 9:1-10:21
■ Investiguemos la Palabra
1. U se una concordancia para buscar todos los textos donde
aparece la palabra p a s to r en el Antiguo Testamento. Haga
206 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 10:22-42
■ Exploremos la Palabra
(caps. 5-10).
E l Pasaje en Detalle
La fiesta de Dedicación normalmente se lleva a cabo en el mes
de diciembre, al comienzo del invierno (10:22). El clima en Palesti-
na en esa época es bastante similar al de noviembre en Europa y la
mitad norte de los Estados Unidos, frío y a menudo lluvioso. Fríos
vientos azotan Jerusalén desde el este gran parte del tiempo.
Jesús está caminando con sus discípulos en la parte del templo
llamada Pórtico de Salomón (vers. 23). Esto es apropiado para la
época, porque el pórtico de Salomón era un corredor cubierto sos-
tenido por columnas al lado de la muralla oriental del complejo
del templo. El pórtico proporcionaba abrigo del frío viento oriental
y en días soleados era calentado por el sol en la última parte del
día.
Los dirigentes religiosos se reúnen alrededor de Jesús y exigen
una respuesta clara a la pregunta: “Si tú eres el Cristo, dínoslo
abiertamente‘’ (vers. 24). En otras palabras: “¿Hasta cuándo nos
turbarás el alma?” Es posible que la pregunta haya sido intencio-
nalmente tramposa, como la del relato de la mujer sorprendida en
adulterio (8:3-6). La fiesta de la Dedicación celebraba la liberación
judía de la opresión extranjera, un acontecimiento ocurrido dos-
cientos años antes. Por lo tanto, la atmósfera anímica daba lugar a
la expectativa de que la liberación de Roma pudiera ocurrir duran-
te la fiesta. En tal circunstancia era lógico que los romanos estuvie-
ran más sensibles que lo normal a las pretensiones mesiánicas. En
resumen, aquella pregunta pudo haber tenido la intención de insti-
gar a los romanos contra Jesús.
■ EL MESÍAS TRAE VIDA DE LA M U ER TE 211
La deidad de Cristo
Parecería que lo que Jesús quiere decir en Juan 10:30 se com-
prende mejor por la reacción de los judíos registrada en los versícu-
los 31 al 33. Ellos entienden claramente que él reclama para sí la
igualdad con Dios. Y en lugar de refutar la acusación diciendo:
■ EL MESIAS TRAE VIDA DE LA M UERTE 213
“Por supuesto que no soy igual a Dios, ¿de adonde sacaron esa
idea tan absurda?”, Jesús ofrece la problemática respuesta de los
versículos 34 al 36, en los que dice básicamente: “A la luz de las
Escrituras, no hay nada incorrecto en lo que digo acerca de mí
mismo. Más aún, si ustedes estuvieran realmente prestando aten-
ción a las cosas que he estado haciendo, no cuestionarían lo que
digo acerca de mí mismo” (vers. 37, 38).
La controversia entre Jesús y los judíos comenzó con la cura-
ción en sábado, pero se intensificó rápidamente a partir de la decía-
ración en la que se igualó con Dios (5:16, 18). Los dirigentes reli-
giosos no esperaban que el Mesías fuera una figura divina. Por lo
tanto, cuando Jesús se declara uno en naturaleza con Dios y desafía
aparentemente las reglas relacionadas con el sábado, ellos se sien-
ten plenamente justificados para rechazarlo como Mesías.
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 11:1-44
■ Exploremos la Palabra
Estructura del Pasaje
La ambientación del relato se encuentra en la sección anterior.
Jesús se ha ganado la hostilidad imperecedera de los líderes reli-
giosos de Jerusalén por sostener que es igual a Dios (10:33). Se ha
retirado a unos pocos kilómetros de Jerusalén, para disminuir un
poco la tensión (vers. 40). Pero el lector siente que todo lo que ha-
ce falta para incitar a los dirigentes religiosos a terminar con Jesús
es un acto provocativo final. La escena, pues, está preparada para
que caiga la gota final en la tormentosa relación de Jesús con el
concilio gobernante judío.
La declaración clave del capítulo 11 parece encontrarse en el
versículo 4. El propósito de la enfermedad y la muerte de Lázaro,
de acuerdo con Jesús, es que tanto Dios como su Hijo sean glorifi-
cados. Esto tiene un doble y deliberado propósito. El carácter de
Jesús y el del Padre son glorificados por lo que el milagro dice
acerca de su poder para dar vida y para mostrar misericordia, pero
Jesús también es glorificado en el sentido de que el milagro de re-
sucitar a Lázaro es lo que precipita su sufrimiento y muerte (vers.
53). El propósito de la glorificación es que los discípulos y otros
puedan creer (vers. 15, 40).
E l Pasaje en Detalle
La mención del ungimiento de los pies de Jesús por parte de
María (vers. 2) parece un poco extraña, ya que el relato no se pre-
senta hasta el siguiente capítulo del Evangelio (12:1-8). Evidente-
mente el autor sabía que la historia era muy conocida entre la se-
gunda generación de cristianos que constituían su audiencia origi-
nal.
¿Por qué se demora Jesús dos días? La razón fundamental, por
supuesto, es que él no hace nada independientemente de la direc-
ción de Dios. Cuando sea el momento de ir, el Padre se lo mos-
trará de alguna manera (4:34; 7:1-9). U n ejemplo de tal conduc-
ción por parte de Dios puede verse en 12:20-24. De alguna manera
Jesús reconoce en el pedido de los griegos de verlo una indicación
de que ha llegado la hora de su sufrimiento y muerte, probable-
mente porque su muerte debe atraer a toda la creación a él (vers.
32).
216 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JUA N ■
Cuando Jesús indica que está listo para ir a ver a Lázaro, los dis-
cípulos protestan, recordándole el reciente intento de apedrearlo
en los alrededores del templo (10:31, 33). Los discípulos parecen
intuir que si Jesús vuelve a Jerusalén, será la última vez. La res-
puesta de Jesús les recuerda que él es la Luz del mundo (vers. 9,
10; véase también 9:4, 5; 1:4; 3:16-21). Así como no puede equivo-
carse cuando sigue la orientación de su Padre, los discípulos no
pueden equivocarse cuando están caminando en la luz de Jesús.
El pasaje que sigue (vers. 11-16) es una clara ilustración de la
analogía hebrea entre la muerte y el sueño. Una de las palabras
griegas usadas aquí para designar el sueño (hypnos) es la raíz de
nuestra palabra hipnotismo, que significa literalmente: “Poner a
dormir a las personas”. (¡No es, pues, de extrañarse que algunas
personas piensen que hay demasiado hipnotismo en las iglesias en
estos días!) Tomás no parece dudar en este pasaje. Si Jesús está por
morir, ¡Tomás está preparado para m orir con él! En realidad, el
que verdaderamente duda en el Evangelio de Juan es Felipe (6:5-7;
14:8-11).
El versículo 17 demuestra que Jesús no demoró deliberadamen-
te su llegada a Betania para que Lázaro estuviera muerto cuatro
días cuando llegara allá. Aparentemente no sabía el momento
exacto de la muerte de Lázaro, pero sí sabía que había ocurrido.
Jesús no entra inmediatamente en Betania, sino que permanece
fuera de la aldea y manda a decir que ha venido. Marta sale a red -
birlo, pero Alaría se queda en la casa (vers. 20). Quizá María tenía
una personalidad frágil y se sentía herida porque Jesús no había
venido inmediatamente cuando lo llamaron (vers. 3). Quizá no es-
taba segura de si a Jesús realmente le importaba la muerte de su
hermano, y tenía miedo de ir y encontrarse con él.
Marta no tenía esas dudas, y después de una suave expresión de
decepción, inmediatamente expresa su fe y confianza en Jesús
(vers. 21, 22, 24), extrayendo de él una de sus más conmovedoras
afirmaciones acerca de sí mismo (vers. 25, 26). En respuesta, Marta
ofrece una de las más profundas expresiones de fe de todo el Evan-
gelio (vers. 27), muy superior a la de Pedro (6:68, 69). Es la misma
expresión que el autor del Evangelio busca obtener de sus lectores
■ EL MESÍAS TRAE VIDA DE LA M UERTE 217
El significado de “vida”
La palabra vida es utilizada de muchas maneras en el Evangelio
de Juan. Es importante, siempre que resulta posible, distinguir el
matiz exacto que se le quiere dar. En Mateo, Marcos y Lucas, la
vida eterna está limitada al futuro, cuando Jesús vuelva en poder y
gloria y otorgue a los que creen en él una vida física que nunca
terminará (Mat. 19:29; 24:30, 31; 25:46; Mar. 10:30; 13:26, 27;
Luc. 18:29, 30). Pero en el Evangelio de Juan, la vida se centra es-
pecialmente en la realidad presente de lo que hace Jesús por los
que creen en él (3:15, 16, 36).
En el cuarto Evangelio resulta evidente que Jesús es el verdade-
ro dador de la vida (5:21, 26; 6:33; 11:25, 26; 14:6, etc.). Esa vida es
impartida por sus palabras (4:50; 5:8, 24; 6:63; 11:43), para que la
segunda generación no esté en desventajas. Esta tiene acceso a las
palabras de Jesús a través del evangelio (17:20). En el Evangelio de
220 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 11:45-57
■ Exploremos la Palabra
Estructura del Pasaje
La ocasión en que se reúne el Sanedrín es la resurrección de
Lázaro. Vemos en este contexto un fenómeno que es verdadero a
lo largo del Evangelio. Cada milagro que realiza Jesús tiene dos
resultados opuestos. Por un lado, aumenta la fe de los que ven el
verdadero significado de la señal (2:11 y 11:45, por ejemplo). Pero
el mismo milagro también aumenta la oposición y el odio hacia Je-
sús por parte de las autoridades religiosas que lo han resistido des-
de casi el mismo comienzo (5:16-18; 9:14-34; 11:45-53).
Esta relación de provocación que se va acelerando puede verse
claramente en el siguiente cuadro, donde los acontecimientos apa-
recen como en una escalera ascendente.
E l Pasaje en Detalle
Entre los llorones o plañideras profesionales que habían venido
a apiadarse con María por la muerte de su hermano hay una reac
222 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
ción dividida; algunos creen en Jesús, pero otros sienten que la ac-
ción de Jesús es una provocación que debe ser informada a las au-
toridades (vers. 45, 46). Virtualmente desesperadas, las autorida-
des convocan una reunión para considerar las implicaciones que
éste, el mayor milagro de Jesús, tiene para su influencia sobre el
pueblo (vers. 47). Temían dos cosas: en primer lugar, estaban preo-
cupados con respecto a su posición política. Temían que el pueblo
dejara de escucharlos y considerara a Jesús como su autoridad espi-
ritual básica. Su segundo temor era que los romanos quitaran al li-
derazgo judío del poder y disminuyeran la autonomía política de
la nación (vers. 48).
Aparentemente la reunión se convirtió en un balbuceo de espe-
culaciones temerosas, puesto que Caifás tuvo que dar pasos enérgi-
eos para obtener la atención de los concurrentes (vers. 49, 50). Pa-
ra él, el asunto era de tal gravedad que únicamente la muerte de
Jesús podía salvar posiblemente a la nación de la destrucción. Por
lo tanto, desde ese momento en adelante, el concilio resolvió des-
truir a Jesús (vers. 53).
Consciente de los planes del concilio, Jesús ya no se movía de
manera pública como para atraer sobre él la atención de los diri-
gentes religiosos, sino que se apartó con sus discípulos a un área
remota de Judea (vers. 54). Al acercarse la Pascua, las multitudes
comenzaron a especular acerca de si Jesús se atrevería a aparecer
en la fiesta (vers. 55, 56). El concilio gobernante aguardó, esperan-
do la oportunidad de arrestar a Jesús (vers. 57). Estos últimos cua-
tro versículos de Juan 11 marcan el final del ministerio público de
Jesús y proveen parte del puente literario para la narración de su
pasión.
■ Apliquemos la Palabra
Juan 10:22-11:57
■ Investiguemos la Palabra
1. Vea en un atlas bíblico los recintos del templo de Jerusalén
y ubique el pórtico de Salomón. ¿Podían Jesús y sus disci-
pulos ser escuchados desde los atrios interiores del tem -
pío? ¿Cuán lejos estaban de la fortaleza romana llamada
Antonia?
2. Con la ayuda de una concordancia y/o del D ic c io n a rio b íb li-
co a d v e n tis ta , encuentre y enumere las resurrecciones que
se mencionan en la Biblia. ¿Cuántas eras de la historia bi-
blia están representadas en esas resurrecciones? ¿En qué
se distingue la resurrección de Lázaro de todas las demás?
¿En qué es semejante?
221
228 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 12
Lea Juan 12 por lo menos dos veces, y luego responda las si-
guientes preguntas. Si fuera posible, lea el capítulo en más de
una versión y tome nota de las diferencias sutiles entre ellas.
1. Las acciones de María y de Judas podían ser malas o bene-
ficiosas según el contexto en el cual se daban. ¿Sobre qué
base se elogia a María y se condena a Judas en este relato?
Explique su respuesta.
2. Compare Juan 12:12-16 con Zacarías 9, que es el contexto
del cual se toma la cita del versículo 15. ¿Se relaciona con
algo del contexto de Zacarías 9:9 la llegada de los griegos
mencionada en Juan 12:20? ¿Qué quiere destacar Juan
acerca de la naturaleza del reino y acerca de la diferencia
entre su visión de ese reino de Jesús y la que tenía la muí-
titud en Juan 12:9-19? Explique su respuesta en un párrafo
o dos.
3. ¿Qué está pidiendo Jesús a sus discípulos en los versículos
25 y 26? ¿Dónde se encuentra a Jesús en el trajín de la vida
cotidiana? ¿Cómo lo sigue la gente en la práctica?
4. Sobre la base del contexto, ¿por qué parece Jesús estar
preocupado en el versículo 27? ¿Qué tienen que hacer los
griegos con la cruz?
5. Busque con ayuda de una concordancia todos los textos
que contengan las p a la b r a s ju ic io , j u z g a r y expresiones afi-
nes en Juan. D e acuerdo con Juan, ¿cuáles son los papeles
de Dios, Jesús, el Espíritu Santo, y de cada individuo en el
juicio? ¿Qué luz arrojan estos textos sobre 12:31 y 12:47 y
48? Resuma sus conclusiones en un párrafo o dos.
■ Exploremos la Palabra
Estructura del Pasaje
Una comparación de 12:1 y 13:1 sugiere una “semana” de acón-
U “LA HORA” D E DAR LA VIDA 229
E l Pasaje en Detalle
Seis días antes de la Pascua sería el sábado de noche de la última
semana antes de la crucifixión (12:1; de acuerdo con Juan, la Pascua
comenzaba ese año a la puesta del sol del viernes [13:1; 19:31, 35-
37]). Jesús llega nuevamente a Betania, el lugar donde viven María,
Marta y Lázaro (11:17, 18), a unos tres kilómetros de Jerusalén. Se
brinda una cena en honor a Jesús, y Lázaro, el hombre que ha sido
resucitado, está a su lado (12:2). Marta sirve, por supuesto, mien-
tras que María está ocupada a los pies de Jesús, como siempre
(vers. 2, 3; compare con Luc. 10:38-42). El nardo puro era un per-
fume fragante importado del oriente y sumamente costoso, por lo
que el hecho difícilmente podía pasar inadvertido para los presen-
tes en la fiesta (Juan 12:3).
El relato del ungimiento de los pies de Jesús por parte de María
está estratégicamente ubicado para contrastar su fe y amor para
con Jesús con las maquinaciones insensibles de Caifás (11:49, 50) y
Judas (12:4-6). El breve relato acerca de Judas es una de las grandes
piezas de humor irónico del Evangelio. Judas sostiene que el gasto
en perfume es un derroche (vers. 5), pero al traicionar a Jesús, es
responsable en gran medida de que sea necesario ese ungimiento
como anticipación de la muerte de éste. Judas expresa preocupa-
ción por los pobres pero roba de la bolsa, ¡con lo que demuestra
que la única persona pobre por la cual se preocupa es él mismo
(vers. 5, 6)! Más adelante, los discípulos piensan que Judas se va
del aposento alto para dar algo a los pobres (13:29), cuando en
realidad está saliendo para traicionar a Jesús (13:21, 26, 27, 30).
230 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
sús. Esa luz pronto les será quitada, y los que queden en tinieblas
no sabrán hacia dónde se dirigen (12:35, 36). Como si estuviera
representando esa amenaza final, Jesús desaparece de en medio de
ellos (vers. 36). Este momento señala el fin del relato del ministerio
público de Jesús. Luego de un breve resumen teológico (vers. 37-
50) de su ministerio público, se lo describe ministrando sólo a sus
discípulos de aquí en más (caps. 13-17, 20, 21).
La siguiente sección (vers. 37-43) fue comentada en relación
con el lenguaje teológico del relato de las bodas de Caná (2:1-11) y
en relación con la tensión entre predestinación y responsabilidad
humana que aparece en Juan 9:39-41. N o necesitamos, por lo tan-
to, comentarla en detalle aquí. Basta decir que esta sección explica
por qué tantas personas rehúsan creer en Jesús a pesar de las seña-
les que hizo en su presencia (vers. 37). Por un lado, su incredulidad
cumple la Escritura (vers. 38-41). Por el otro, fue un fracaso de la
voluntad. Prefirieron la alabanza y la adulación de los demás seres
humanos antes que la aceptación de Dios (vers. 42, 43). Esto impli-
ca que quienes buscan la aprobación de Dios más que la aproba-
ción humana reconocerán quién es Jesús y estarán dispuestos a se-
guirlo, aunque eso signifique sufrir y aun morir. Después de todo,
la alabanza de los demás es voluble y de corta duración, mientras
que la aceptación de Dios tiene significación eterna. Barclay ob-
serva que el discipulado secreto es una contradicción de términos.
“O el secreto anula la condición de discípulo o ésta anula el secre-
to ” (2:149). .
Juan 12:44-50 ofrece un breve resumen de los elementos claves
del mensaje de Jesús. Creer en Jesús es creer en el Padre que lo
envió (vers. 44). Ver a Jesús es ver al Padre que lo envió (vers. 45).
Jesús repite luego la idea de los versículos 35 y 36: ha venido al
mundo la luz, para que todos los que creen en él puedan escapar de
la oscuridad (vers. 46).
En los versículos 47 y 48 Jesús resume su teología del juicio. Ya
sea que el juicio sea pasado, presente o futuro, todo el juicio está
interrelacionado en Cristo. Estos dos versículos parecen reflejar de
cerca el último sermón de Moisés, registrado en el libro de Deute-
ronomio (18:18, 19; 31:19, 26; 32:45-47). Jesús no vino al mundo
236 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
■ Apliquemos la Palabra
Juan 12
■ Investiguemos la Palabra
1. Con la ayuda de una concordancia exhaustiva, anote todas
las referencias a la palabra “multitud” que aparecen en el
Evangelio de Juan. ¿Cómo se compara la actitud de la
multitud con la de “los judíos”? ¿Se observa un cambio en
la actitud de la multitud hacia Jesús? Compare la actitud
de la multitud en Juan 12 con la de 7:40-43 y 10:19-21.
2. Compare Juan 1:19 a 2:11 con los capítulos 12 al 19. ¿Qué
evidencia encuentra de que cada una de estas secciones
■ “LA HORA” D E DAR LA VIDA 239
Juan 13-17
CAPITULO DOCE
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 13:1-30
Lea por favor Juan 13:130 ־por lo menos dos veces, y luego
responda las siguientes preguntas:
■ Exploremos la Palabra
E l Pasaje en Detalle
Antes de la fiesta de la Pascua, que comenzará veinticuatro horas
después, de acuerdo con Juan (19:31-37; en Mateo, Marcos y Lu-
cas, la cena en el aposento alto es una comida pascual), los pensa-
mientos de Jesús se centran en su partida de este mundo y en el
efecto que ella tendrá sobre sus discípulos (vers. 1). Esta es una de-
claración realmente notable en tales circunstancias. A medida que
Jesús se acerca a la cruz, uno esperaría que estuviera pensando en sí
mismo y en la terrible experiencia que viviría al día siguiente. Pero
él está tan absorto en su amor para con sus discípulos, que le preo-
cupa cómo se las arreglarán sin él cuando vuelva al Padre. Mira
más allá de su sufrimiento inmediato para contemplar el sufrí-
miento futuro de ellos y prepararlos para eso.
Juan 13:1, por lo tanto, es una apretada síntesis de los capítulos
13 al 17, que registran el discurso de despedida con el cual Jesús
prepara a sus discípulos para las realidades de un mundo que ten-
drán que enfrentar sin su presencia física. Para el autor de este
Evangelio, el sentimiento de pérdida y de incapacidad que experi-
mentan los discípulos cuando se dan cuenta de que están por per-
der a Jesús se asemeja a la vivencia de la segunda generación de
cristianos que están por perder a Juan, su último lazo vivo con el
Jesús terrenal.
El lavamiento de pies no es un acto común. Jesús sabe quién es
(vers. 3) y conoce el carácter de aquellos a quienes está ministrando
(vers. 2). Es un acto debberado de servicio de parte de la divinidad
en favor de la humanidad pecadora, no regenerada. Pedro, por su-
puesto, responde con su brusquedad característica. En griego, Pe-
dro dice en el lenguaje más fuerte posible que él no permitirá de
ninguna manera (una doble negación) que Jesús le lave los pies, no
importa cuánto tiempo tenga que pensarlo (vers. 8). El griego del
versículo 8 podría traducirse así al castellano: “¡De ninguna mane-
ra jamás!” Pedro está totalmente consternado ante la posibilidad
de que Jesús le lave los pies.
Pensó sin duda que así estaba protegiendo a Jesús de la humilla-
ción. Pero la respuesta de Jesús (vers. 8) aclara que Pedro en reali
■ LOS DISCÍPULOS REEMPLAZAN A JESÚS 241
Interpretación profética
Aunque no es un tema central del pasaje, la declaración de Jesús
que aparecen en Juan 13:19 tiene implicaciones profundas. Jesús
declara que describe cosas (como la traición de Judas y la venida
del Espíritu, 14:29) antes que ocurran para que cuando ocurran, los
discípulos crean. Este texto reafirma lo que hemos descubierto ya
en otras partes (7:39; 12:16). Los discípulos no creían realmente
en el sentido más pleno hasta después que Jesús los dejó para volver
junto al Padre. Nunca se dieron cuenta de las cosas por adelantado.
Creo que este versículo tiene implicaciones útiles para entender
la profecía bíblica. Aunque Dios bosqueja sus planes para el futuro
en la Biblia, estos bosquejos nunca son tan definidos como para li-
mitar su acción futura, ni tan explícitos como para poder describir
sus acciones futuras con lujo de detalles. El propósito de la profecía
es doble. Debería afectar la forma en que vivimos, y debería señalar
claramente la acción de Dios en la historia después que esas acciones
han tenido lugar. Nunca debiéramos albergar la expectativa de te-
ner todo resuelto antes de tiempo. Aluchos “judíos apocalípticos”
pensaron que tenían las cosas resueltas por adelantado, pero la
misma exactitud de sus cálculos hizo que perdieran de vista el ver-
dadero cumplimiento cuando se produjo.
250 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 13:31-14:31
1. ¿Por qué espera Jesús hasta que Judas se vaya para com-
partir con los otros discípulos el material de esta sección?
¿Qué evidencia del pasaje apoya su respuesta?
2. Enumere las evidencias que Jesús ofrece en 14:9-14 al
sostener que es uno con el Padre. ¿Puede pensar en evi-
dencias adicionales ofrecidas en las enseñanzas de Jesús
en los primeros doce capítulos del Evangelio? (Sugeren-
cia: los capítulos 3, 5 y 8 son especialmente útiles; utilice
una concordancia.)
3. ¿Qué quiso decir Jesús cuando afirmó que sus seguidores
h a r ía n o b r a s m a y o r e s ( 1 4 : 1 2 ) q u e la s s u y a s ¿ ?׳M a y o r e s e n
qué sentido? Escriba su respuesta.
4. M encione todo lo relacionado con la palabra a m o r en este
pasaje.
■ Exploremos la Palabra
E l Pasaje en Detalle
La partida de Judas parece ser un punto decisivo de cambio en
esta sección del Evangelio (13:31; “entonces, cuando hubo sali-
do”). La partida de aquél permite a Jesús hablar libremente a sus
discípulos por primera vez (Jamieson, Faussety Brown, 1059). En
13:31-35 hay cinco referencias a la “gloria” (vers. 31, 32) y cuatro
al “amor” (vers. 34, 35) intercaladas en la introducción de Jesús al
tema que es una constante en su discurso de despedida: él se irá
pronto y no lo podrán encontrar (vers. 33; véase 7:33-36; 8:21,
22). La gloria de Jesús (13:31, 32) es su muerte, resurrección y as-
censión (12:27-32, 38-40; 17:1-5). La misión de su vida (gloria) es
revelar el carácter amoroso de Dios a sus discípulos (1:14-18).
La misión de los discípulos al mundo, por otro lado, no es des-
crita en términos de gloria, sino en términos de amor (13:34, 35).
Así como Jesús los amó al lavarles los pies y al morir en la cruz,
ellos deben amarse unos a otros. Los discípulos de aquél que dio su
vida por el mundo serán reconocidos como tales cuando se com-
porten como su Alaestro. El amor del que Jesús habla aquí tras
cenderá claramente al amor secular. La gente normalmente no
ayuda a los demás cuando no es conveniente, no da cuando duele
ni enfrenta el ridículo y las acusaciones sin pelear. Por lo tanto, to-
dos sabrán que algo especial ha ocurrido cuando sean testigos del
amor de sus discípulos.
El mandamiento de Jesús es “nuevo” en el sentido de que ob-
tiene su poder del modelo de amor demostrado en la cruz. La cruz
no modifica los mandamientos ya conocidos, sino que los presenta
en forma más clara (1 Juan 2:7; Mar. 12:28-33). A medida que la
252 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—JU A N ■
(vers. 11, 12) habilitados por el Espíritu Santo (vers. 16, 17) me-
diante la oración (vers. 13, 14) darían a la obra del Maestro un al-
canee que antes era imposible. La esencia de esa obra mayor fue,
por supuesto, la reunión de la segunda generación de cristianos.
Por lo tanto, Jesús resalta una vez m is la importancia que tiene pa-
ra él esa segunda generación. Sería y es el foco de su atención en la
casa de su Padre.
Los discípulos de Jesús no sólo deben comportarse como él se
comportó (en amor y obras poderosas), sino también obedecer
constantemente sus palabras (vers. 15, 21) merced a la habilitación
del Espíritu (vers. 16, 17). Jesús subraya esta idea: Amarlo es obe-
decer sus enseñanzas, y esa obediencia dará como resultado la pre-
sencia misma del Padre morando en sus discípulos (vers. 23, 24). El
Padre se manifestará a los obedientes, y así los discípulos extende-
rán la presencia del Padre alrededor del mundo. El amor es más
que palabras bellas. Implica compromiso y conducta (Barton,
1912).
Las palabras finales de Juan 14 son el único llamado de Jesús a
levantarse y abandonar la habitación. Parecería que los capítulos
15 al 17 tienen lugar mientras Jesús y sus discípulos se levantan
para retirarse. Como muchas despedidas, nadie está apurado por
salir del lugar santificado por las últimas palabras. Quizá las pala-
bras “levantaos, vamos de aquí” insinúan las ansias que tiene Jesús
de trabarse en la batalla final con Satanás (vers. 30). Desde este
punto en adelante, los discípulos tienen poco que decir. La discu-
sión se transforma en sermón.
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 15:1-16:33
Lea Juan 15:1 al 16:33 por lo menos dos veces, y luego res-
ponda las siguientes preguntas:
■ Exploremos la Palabra
E l Pasaje en Detalle
Juan 15:1-10 contiene la lección objetiva tan conocida de la vid y
los pámpanos. Está basada en la frecuente comparación que se hace
en el Antiguo Testamento de Israel con una viña (Isa. 5:1-7; Jer.
2:21; Eze. 15:1-8). La mayoría de los cristianos se identifican con
los pámpanos del pasaje y ven esta “parábola” como un recordativo
de la importancia de mantener una relación personal con Jesús.
Tal lectura ha sido bastante provechosa a lo largo de los siglos.
Sin embargo, en el relato inicial de esta figura del lenguaje la
vid representaba a Jesús, los pámpanos simbolizaban a los discípu-
los a quienes estaba hablando, y los frutos que llevaban esos pám-
panos representaban a todos los que llegarían a creer, no por el
ministerio directo de Jesús, sino por el ministerio de los discípu-
los; en otras palabras, los frutos eran la segunda generación de ere-
yentes (Elena de W hite usa el texto de ambas maneras en El Desea-
do de todas las gentes, 630, 631). Todos los que han llegado a la fe
desde la época de esa primera generación están resumidos en el
fruto que crece en las ramas conectadas a la vid. Es por medio de
las palabras y las acciones de los discípulos como la segunda gene-
ración llega a la fe. La vid, por lo tanto, es una analogía de toda la
iglesia, que incluye tanto a la primera y segunda generaciones co-
mo a todas las posteriores.
Jesús extrae una cantidad de implicaciones de esta analogía.
Una vid sólo tiene dos usos posibles: produce alimento y bebida o
■ LOS DISCÍPULOS REEMPLAZAN A JESÚS 257
debe ser cortada para servir como combustible (Eze. 15:1-5: Isa.
5:1-7; Jer. 2:21). Lo positivo es que el Padre es el labrador que
atiende todas las partes del proceso (Juan 15:1). La relación con
Jesús no es diferente de la relación con el Padre. Cuando se man-
tiene la relación con la vid y con el labrador, los frutos serán el re-
sultado inevitable.
Por el lado negativo, se advierte a los discípulos que las ramas
que no llevan fruto serán cortadas (vers. 2). Así como las palabras
de Jesús son la base para que las ramas puedan mantener una reía-
ción vivificante con la “vid” (vers. 7), también son el medio para
cortarlas (vers. 3). Las palabras de Jesús nutrieron a los discípulos,
pero cortaron a Judas de la “vid” (13:18-30). Para la segunda gene-
ración, la presencia física de Jesús es reemplazada por sus palabras
suministradas por los escritos de los discípulos. Atender las pala-
bras de Jesús unificará a la iglesia y eliminará al mismo tiempo a
los que no están en armonía con sus instrucciones (15:3-6). Alien-
tras los discípulos permanezcan en la vid, la iglesia crecerá en res-
puesta a sus oraciones (llevarán fruto, vers. 7, 8).
En Juan 15:9-17, Jesús amplía la lección de la vid desarrollando
aún más lo que significa “permanecer” en la vid. “Permanecer” en
la vid significa permanecer en Jesús por medio de dos principios
relacionados: el amor y la obediencia. Como él mencionó ante-
riormente, el amor hará que los discípulos vivan y amen como Je-
sús los ha amado (vers. 9, 12, 13; 13:34, 35) y que obedezcan sus
mandamientos (15:10, 14; 14:15, 21-24). Jesús ya ha ejemplificado
ambos principios en su relación con su Padre (15:10). En conse-
cuencia, los discípulos, deben caracterizarse tanto por hacer lo que
Jesús hizo como por obedecer lo que Jesús dijo. Esa permanencia
en Jesús fructificará, porque las oraciones de los discípulos estarán
naturalmente de acuerdo con la voluntad de Dios (15:7, 14-16;
14:12-14).
En Juan 15:18-21, Jesús desarrolla las consecuencias de la reía-
ción con él en base a la declaración que hizo durante el lavamiento
de los pies: “El siervo no es mayor que su señor” (15:20; 13:16).
Los que están en relación íntima con Jesús debieran esperar de
parte del “mundo” la misma oposición que él experimentó durante
258 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
que les dijo. Jesús tiene que consolarse con el hecho de que hay
Alguien que no lo abandonará (vers. 32). En sus últimas horas so-
bre la tierra se verá forzado a vivir sin el consuelo de la simpatía
humana (véase Sal. 69:20). Pero gracias a la cruz, los discípulos
aprenderán un día a tener paz sobre la misma base que él: su reía-
ción con Dios (vers. 33; 14:27).
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 17:1-26
Lea Juan 17:1-26 por lo menos dos veces, y luego responda
las siguientes preguntas:
■ Exploremos la Palabra
E l Pasaje en Detalle
Jesús comienza su oración con un pedido de ayuda para com-
pletar la tarea de glorificar al Padre, primero por medio de la ter-
minación de su obra en la tierra, y luego mediante su exaltación,
cuando recupere la gloria celestial que tenía desde el principio
(17:1-5; compare con 1:1-5). Jesús quiere ser glorificado para que
el Padre también sea glorificado (17:1). Y la glorificación de Jesús
proviene del carácter perfecto de la obra que ha realizado en la tie-
rra, especialmente su obra en la cruz (vers. 4; 12:23, 24). Es en la
cruz donde se ve más claramente el carácter de Dios. El resultado
de esta glorificación es que la vida eterna llega a estar disponible
para los que están en relación con Jesús (17:2, 3).
Jesús dirige luego su atención a los discípulos, que son los bene-
ficiarios de su revelación de la gloria del Padre (vers. 6; véase tam-
bién 14:6-11). Los discípulos ahora saben que Jesús ha venido a la
tierra desde el Padre y, por lo tanto, que Jesús es la revelación del
carácter del Padre (17:7, 8). Jesús no ora por el mundo. Los benefi-
cios de su oración son sólo para los que han renunciado al mundo
(vers. 9). La mayor parte de su oración es en favor de los discípulos,
puesto que ellos tendrán que permanecer en el mundo cuando él
vuelva al Padre (vers. 11).
Jesús ora por tres cosas. Por un lado para que los discípulos
sean protegidos del odio del mundo y del malo (vers. 12, 14, 15).
Por el lado positivo, ora para que los discípulos experimenten la
plenitud de su gozo a pesar de su partida (vers. 13) y sean santifica-
dos por la verdad de la palabra del Padre (vers. 17, 19). Esta santifi-
cación no sólo los apartará para la tarea de representarlo en el
■ LOS DISCÍPULOS REEMPLAZAN A JESÚS 263
mundo, sino que también los equipará con las cualidades mentales
y de carácter necesarias para la tarea (Barclay, 2:240).
En el versículo 20 Jesús se vuelve a la segunda generación, los
que llegarían a creer por el testimonio de los discípulos. En el sen-
tido más pleno, esto incluye a todos los cristianos que no tuvieron
un encuentro personal con el Jesús encarnado. Esta sección tiene
que ver tanto con la tragedia como con la oportunidad de la iglesia.
Cuando el amor por el cual ora Jesús produzca unidad en la iglesia,
el mundo sabrá que Jesús es verdaderamente Aquel que representa
el carácter del Padre en la tierra (veis. 21, 23; 13:34, 35; compare
con Efe. 1:9, 10). La oración de Jesús es contestada cada vez que
una iglesia atrae con su amor y unidad a nuevos creyentes del
mundo. Por contraste, el mundo nunca creerá en Jesús por medio
de una iglesia que está amargamente dividida.
Los discípulos llegaron a conocer al Padre a través del ministe-
rio terrenal de Jesús. Por medio de la venida del Espíritu. Jesús
continuará haciendo conocer al Padre entre los miembros de la se-
gunda generación de cristianos (vers. 261.
Conclusión
En el discurso de despedida. Jesús anima a sus discípulos dicién-
doles que su partida no será el fin de su ministerio. Habrá dos sus-
titutos para el ministerio de Jesús. Por medio del Espíritu Santo,
Jesús continuará manifestándose a sí mismo y manifestando al Pa-
dre. Por medio del Espíritu, todos los beneficios del ministerio de
Jesús continuarán siendo suyos. Pero eso no es todo. Como ramas
conectadas a la Vid mediante el Espíritu, los discípulos mismos
reemplazarán a Jesús en un sentido real. Harán por medio de su
palabra y escritos que Jesús sea real para una nueva generación.
Mientras son ministrados por el Espíritu, ellos también ministrarán
al mundo por medio del Espíritu y crearán de ese modo una nueva
generación de creyentes para los cuales la palabra de Jesús demos-
trará ser verdaderamente tan buena como su toque físico.
264 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
■ Apliquemos la Palabra
Juan 13-17
■ Investiguem os la Palabra
1. Repase algunos de los grandes discursos de despedida que
hay en la Biblia fuera de este Evangelio (véase la sección
Estructura y Antecedentes de 13:31 a 14:31 para observar
algunos ejemplos). Trate de desarrollar una lista de ele-
m entos comunes que se encuentran en todos estos dis-
cursos. ¿Hasta qué punto sigue Jesús un modelo literario
común? ¿Cómo se desvía de los ejemplos anteriores? Si
usted tuviera que dar un discurso de despedida a su familia
y amigos que se basara en el modelo bíblico, ¿qué diría?
2. U se una concordancia para encontrar todos los textos del
N uevo Testam ento que hablan de los mandamientos de
D ios en el contexto del amor. Repase todos estos textos
buscando especialmente la relación entre el amor y la ob-
servancia de los mandamientos. ¿Qué significa guardar los
mandamientos por amor? ¿Cómo pueden saber los cris-
tianos si están guardando los mandamientos por amor?
¿Qué ocurre cuando guardamos (o tratamos de guardar)
los mandamientos por alguna otra motivación?
El Espíritu Santo
Reemplaza a Jesús
Juan 14-16
Estructura
Hay once pasajes en el cuarto Evangelio que hacen referencia
directa o indirectamente a la naturaleza y a la obra del Espíritu
Santo. Cinco de estos pasajes se encuentran en las secciones narra-
tivas de la primera mitad del libro (1:32, 33; 3:5-8, 34; 4:23, 24;
6:63; 7:37-39). Cinco más se encuentran en el discurso de despedí-
da de Jesús a sus discípulos mientras están reunidos en el aposento
alto (14:16, 17; 14:26; 15:26; 16:7-11; 16:13-15). El undécimo es
una breve mención en 20:22. Existen otras tres menciones de la
palabra espíritu en el Evangelio (11:33; 13:21; 19:30), pero parecen
referirse a un estado emocional interior de Jesús o a su aliento físi-
co.
Los cinco pasajes de la primera mitad del Evangelio mencionan
al Espíritu casi como entre paréntesis, y a menudo despiertan más
266
■ EL ESPÍRITU SANTO REEMPLAZA A JESÚS 26 7
Antecedentes
Transferencia de autoridad
Hay en la Biblia por lo menos otros tres casos de una transieren-
cia de autoridad similar a la que se da entre Jesús y el Espíritu San-
to. En cada caso, una figura importante muere o se aleja del esce-
nario dejando que otra tome su lugar, continúe su obra e interprete
su mensaje. La segunda persona juega un papel muy similar al de la
primera, y se menciona al Espíritu en el momento del cambio.
Por ejemplo, cuando Moisés puso las manos sobre Josué, éste
fue lleno de “espíritu de sabiduría” (Deut. 34:9). A causa de esto,
los israelitas lo aceptaron como su líder y maestro, y fue capaz de
lograr lo que Moisés no pudo hacer: llevar a los israelitas a la Tie-
rra Prometida (32:48-52; 34:4; Jos. 1-12). El tema de Jesús como
sucesor y maestro de Moisés, el “nuevo Josué” (Jesús es el equiva-
lente griego del nombre hebreo Josué), forma parte de la compren-
sión que tiene Juan de la misión de Jesús (1:17; 3:14; 5:45-47;
6:30-35).
Cuando Elias ascendió al cielo, dejó una doble porción del Espí-
ritu a su sucesor Elíseo (2 Rey. 2:1-15). Como en el caso anterior,
la transferencia tuvo lugar cerca del río Jordán (los nombres Josué y
Elíseo están íntimamente relacionados en hebreo).
Las transferencias de autoridad de Moisés a Josué y de Elias a
Elíseo parecen haber establecido el patrón para el bautismo d e je -
sus por parte de Juan (Juan 1:17; Luc. 1:17). Allí en el Jordán,
acompañados por el Espíritu (Juan 1:32, 33; Mat. 3:16), Juan le
268 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
Significado de “Consolador”
En el Evangelio de Juan, Jesús utiliza una forma poco común de
llamar al Espíritu Santo. Usa un término griego que puede ser
■ EL ESPÍR ITU SANTO REEMPLAZA A JESÚS 269
■ Introduzcámonos en la Palabra
Lea Juan 1:29-36; 3:1-21, 31-36; 4:7-29; 6:60-71; 7:37-39
y 20:19-23 por lo menos dos veces, y luego haga los siguientes
ejercicios de aplicación:
1. Escriba un párrafo que describa lo que cada pasaje dice
acerca del Espíritu Santo. Algunos de los pasajes pueden
brindar mucha más información que otros. ¿Hay un hilo
común que corre a lo largo de todos ellos?
2. Escriba un párrafo o dos por cada pasaje describiendo el
270 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
■ Exploremos la Palabra
En Juan 1, el Espíritu que desciende del cielo y se posa sobre
Jesús es quien abre los ojos del Bautista a la realidad de que Jesús es
el Mesías que ha estado buscando (vers. 32). Dios había revelado
anteriormente al Bautista que tal evento le señalaría la identidad
del Mesías para que pudiera indicárselo a la gente (vers. 33). En
efecto, el Espíritu es para el Bautista un testigo divino que le dice
exactamente quién es Jesús. En Juan 1, el Espíritu comienza a testi-
ficar acerca de Jesús (véase también 15:26; 16:13, 14). Jesús será
entonces el instrumento que multiplica la obra del Espíritu en la
tierra (1:33; Joel 2:28-32; Hech. 2).
En Juan 3, Jesús no utiliza el término paracleto ni el adjetivo san-
to con referencia al Espíritu; sin embargo, resulta claro a quién está
refiriéndose (vers. 5-8). El bautismo en el Espíritu es un prerre-
quisito esencial para entrar en el reino de Dios (vers. 5). Aunque es
imposible comprender cómo obra el Espíritu, la obra del Espíritu
es suficientemente real como para que puedan verse claramente
sus efectos en la vida de las personas (vers. 8).
También se alude al Espíritu en el relato de la mujer junto al
pozo. El agua viva que surge desde el interior y conduce a la vida
eterna recuerda al lector algunas referencias hechas al Espíritu en
el Antiguo Testamento griego (Juan 4:10-15; Isa. 44:3; Eze. 36:25,
26). Las personas que reciben el agua viva de Jesús nunca volverán
a tener sed porque llevan en sí la fuente proveedora en la persona
del Espíritu Santo.
Aunque es un poco difícil de entender, la mención del Espíritu
en Juan 4:23 y 24 confirma la referencia anterior que se hace al
Espíritu en el mismo capítulo. En la era del Espíritu, la adoración
■ EL ESPÍR ITU SANTO REEMPLAZA A JESÚS 271
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 13-16
■ Exploremos la Palabra
Estructura
El último discurso de Jesús a sus discípulos (Juan 13-17) contie-
ne cinco pasajes relativos a la obra del Consolador, el Espíritu
Santo (14:16, 17; 14:26; 15:26; 16:7-11; 16:13-15). Lo interesante
es que el discurso de despedida es coherente y tiene sentido si se
lee sin estos pasajes, como hemos hecho en el capítulo anterior de
este libro. Sin embargo, los pasajes acerca del Consolador encajan
bastante bien en el resto del discurso. Esto hace que sea interesan-
te estudiarlos como una unidad, como lo hacemos aquí. Al mismo
tiempo, es importante no tratarlos nunca en forma totalmente ais-
lada de su contexto. Comenzaremos estudiando los cinco pasajes,
para considerar luego su contribución al discurso de despedida y
al Evangelio como un todo.
■ EL ESPÍR ITU SANTO REEMPLAZA A JESÚS 275
■ Introduzcámonos en la Palabra
Antes de leer el siguiente material, escriba un breve ensayo
acerca del papel del Espíritu Santo según lo describe el Evangelio
de Juan. Trate de utilizar toda la información que ha descubierto
hasta el momento. Siempre que sea posible, mencione los textos
que fundamentan sus aseveraciones acerca del Espíritu.
■ Exploremos la Palabra
Hay dos aspectos básicos de la obra del Espíritu Santo destaca-
dos en el Evangelio de Juan. Funcionan como dos lados de una
moneda. U n lado está relacionado con los que creen en Jesús,
mientras que el otro tiene que ver con el mundo no creyente.
Para los discípulos, el Espíritu Santo viene a ocupar el lugar de
Jesús y a hacer por ellos lo que Jesús haría si estuviera presente
personalmente. Es por eso que el carácter y la actividad del Espíri-
tu se asemeja mucho al carácter y la actividad de Jesús en el Evan-
gelio. El Espíritu Santo viene a los discípulos como “otro Consola-
dor” (14:16), un Consejero como Jesús. Jesús es el Ayudador de los
discípulos, su Consolador, su Abogado y Amigo. Jesús es su primer
Consolador; el Espíritu Santo es el segundo.
Por la estrecha relación existente entre la obra del Espíritu y la
de Jesús, hay muchos paralelismos entre ellos en el Evangelio,
donde es presentado Jesús no sólo como quien está lleno de verdad
(1:14), sino como quien es la verdad (14:6), la misma fuente de ella
■ EL ESPÍRITU SANTO REEMPLAZA A JESÚS 277
■ Apliquemos la Palabra
Juan 14-16
■ Investiguem os la Palabra
1. Con ayuda de una concordancia exhaustiva, encuentre to-
dos los textos bíblicos que contienen la palabra e s p ír itu .
Elimine rápidamente todas las referencias a cosas tales
como el espíritu humano, la respiración y el viento. Elimi-
ne además los pasajes ambiguos (por ejemplo, si no puede
determinar si la referencia tiene que ver con el viento o
con el Espíritu, o si la referencia es a la naturaleza inte-
rior de una persona en oposición a lo que el Espíritu de
D ios hace en una persona). Cuando haya reunido todas
las referencias inequívocas a la tercera persona de la Trini-
dad, busque esos pasajes en el C o m e n ta r io b íb lico a d v e n tis -
ta . Busque además los términos claves en el D ic c io n a r io
b íb lico a d v e n tis ta .
2. Sobre la base del estudio anterior, trate de responder las
siguientes preguntas: ¿Cómo demostraría a partir de las
Escrituras que el Espíritu Santo es verdaderamente una
persona y no sólo una fuerza impersonal? ¿Cómo demos-
traría que el Espíritu Santo es plenamente Dios? ¿Qué luz
aportan al respecto la cruz, la resurrección y el Pentecos-
tés? ¿En qué sentido es diferente la actuación del Espíritu
a partir del N uevo Testamento? ¿Cuál es la contribución
singular del Evangelio de Juan a la información bíblica
acerca del Espíritu? ¿Qué temas tiene Juan en común con
pasajes paulinos tales como Romanos 12, 1 Corintios 12
al 14 y Efesios 4:1-16?
282 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
—
286 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 18:1-27
Lea Juan 18:1-27 por lo menos dos veces, y luego realice
los siguientes ejercicios de aplicación:
■ Exploremos la Palabra
E l Pasaje en Detalle
Luego del discurso de despedida, Jesús sale dejerusalén con sus
discípulos y atraviesa el valle de Cedrón hasta una arboleda de oli-
vos (el original dice simplemente “un huerto”). Allí se encuentran
con Judas, que aparece con un gran destacamento de soldados y
oficiales religiosos (18:1-3). Jesús avanza valientemente y se identi-
fica, para consternación de los que quieren arrestarlo (vers. 4-6).
Cuando recuperan su compostura, los invita a que lo lleven pero
les pide que dejen ir a sus discípulos (vers. 7-9). Cuando Pedro
trata de defender a Jesús, él lo reprende (vers. 10, 11).
Una comparación de este pasaje (vers. 1-11) con Mateo, M ar-
eos y Lucas arroja información fascinante. Sólo Juan menciona
que el lugar es un huerto (vers. 1). Mateo (26:36) y Marcos (14:32)
hablan de un “lugar que se llama Getsemaní”. Lucas dice sólo que
fueron al M onte de los Olivos (22:39). Juan menciona que iban a
allí “muchas veces” y que Judas conocía el lugar (vers. 2). También
es exclusiva de Juan la mención del destacamento de soldados que
acompañaba a la multitud y la presencia de fariseos (vers. 3). La
agonía de Jesús en el Getsemaní está llamativamente ausente en
este punto (pero note 12:27).
Una cantidad de otros elementos son únicos en Juan. Jesús
avanza para encontrarse con la turba en lugar de esperar su llegada
(vers. 4), pregunta: “¿A quién buscáis?”, y ellos caen al suelo cuan-
do él utiliza nuevamente las poderosas palabras “Yo soy” (vers. 4-6;
véase también 8:58). N o hay beso por parte de Judas. Pedro y
288 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
15:10).
Después de su arresto, Jesús es llevado ante Anás para una entre-
vista preliminar, no oficial. Como se mencionó anteriormente,
Anás desempeña un papel en el juicio de Jesús sólo en el cuarto
Evangelio (18:12-14, 19-24). Anás es el suegro de Caifás, el sumo
sacerdote en ejercicio (11:49, 51), y había servido como sumo sa-
cerdote antes que éste. Es interesante que Anás es llamado “el su-
mo sacerdote” también en el Evangelio de Juan, aunque ya no está
más en ejercicio (18:19, 22). Es así que tenemos la fascinante decía-
ración de que el sumo sacerdote Anás envía a Jesús a Caifás, el su-
mo sacerdote (vers. 24).
De acuerdo con el Antiguo Testamento, el sumo sacerdote debía
desempeñar su cargo de por vida. N o cabe duda de que al menos
los judíos conservadores consideraban todavía a Anás como el ver-
dadero sumo sacerdote y habrían de llamarlo por ese título mien-
tras viviera (Brown, 2:820). Esta era una forma en la que la gente
expresaba quedamente su desaprobación hacia la autoridad de Ro-
ma, que había asumido el derecho de entronizar o deponer a los
sumos sacerdotes de la fe judía. Pero les gustara o no, Caifás tenía
la autoridad delegada por Roma para tomar las decisiones finales.
Anás, a pesar de toda su autoridad espiritual, sólo podía aconsejar y
persuadir.
Esta parte del Evangelio tiene lugar sobre un “escenario doble”.
Mientras Jesús es entrevistado por Anás, Pedro está siendo entre-
vistado por los siervos del sumo sacerdote en el patio (vers. 15-18,
25-27). Pedro y “otro discípulo”, presumiblemente Juan, siguen a
Jesús y a los que lo arrestaron hasta la residencia del sumo sacerdo-
te (vers. 15). El otro discípulo era evidentemente conocido del su-
mo sacerdote y por eso pudo entrar con Pedro al menos hasta el
patio (vers. 15, 16). Es probable que la muchacha que estaba a la
puerta sabía que Juan era uno de los discípulos de Jesús pero no lo
desafió porque tenía acceso privilegiado. Pedro no tuvo tanta suer-
te (vers. 17, 25-27).
Muchos de los detalles de la historia de Pedro en el patio apare-
cen únicamente en el Evangelio de Juan. Entre estos está la partid-
pación del “otro discípulo”, que entra con Jesús porque es conocí-
290 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 18:28-19:16a
■ Exploremos la Palabra
E l Pasaje en Detalle
En la mañana, Jesús es llevado de la casa del sumo sacerdote al
palacio del gobernador romano, donde los líderes religiosos judíos
esperan afuera por temor a contaminarse (18:28). El material de
los versículos 28b al 32 se encuentra solamente en el Evangelio de
Juan. Pilato formula la pregunta legal básica: “¿Qué acusación
traéis contra este hombre?” (vers. 29). A menos que Pilato tuviera
la costumbre de respaldar con su autoridad las decisiones del conci-
lio religioso judío, y aparentemente no era así, la declaración del
versículo 30 por parte de los líderes religiosos es un poco insolente.
Pilato, sin embargo, insiste en el procedimiento correcto: “Si usté-
des quieren controlar este asunto, manéjenlo ustedes” (véase el
vers. 31). Pero la ley romana impedía a los judíos crucificar a Jesús,
por lo que el autor del Evangelio destaca que la exactitud legal de
la situación resultó en el cumplimiento de la predicción de Jesús
con respecto a la forma de su muerte (vers. 31, 32; véase también
12:32,33).
En Juan 18:28-32 notamos que el autor tiene dos intereses espe-
cíales. En primer lugar, Juan señala que se está acercando la hora
de la comida de la Pascua (vers. 28), lo cual significa que Jesús mu-
rió a la misma hora que se sacrificaban los corderos pascuales por
toda Jerusalén, un cumplimiento notable del simbolismo mesiánico
de aquella celebración (19:35, 36). También notamos que Juan da
muchos más detalles acerca de la exactitud legal que afectó las inte-
racciones entre los romanos y los judíos. Estos podían juzgar a las
personas en muchas áreas, pero Roma retenía el derecho de decidir
en los casos en que se consideraba la pena capital.
En 18:33 al 38a, Pilato tiene su primera entrevista con Jesús.
Todo el material de este pasaje es único en Juan excepto la pregun-
ta: “¿Eres tú el Rey de los judíos?” (vers. 33). Aunque no se men-
294 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JUA N ■
(vers. 12). Él podía, por supuesto, liberar a Jesús por su propia au-
toridad (vers. 10), pero es demasiado vulnerable políticamente pa-
ra hacerlo sin el consentimiento de los dirigentes religiosos.
Los líderes religiosos presionan triunfalmente a Pilato valién-
dose de su posición política ventajosa. Afirman que César se pon-
drá del lado de ellos si Pilato libera a un hombre que se considera
un rey rival (vers. 12). Pilato se da cuenta en ese momento de que
su indecisión es debilidad, que no puede salvarse a sí mismo y a
Jesús. Decide salvarse a sí mismo. Tras tomar su decisión, el gober-
nador toma el control de la situación. Accederá al pedido de los
dirigentes religiosos, pero pagarán un alto precio por ello. Nue-
vamente Pilato se hace eco del Bautista: “¡He aquí vuestro Rey!”
(vers. 14; véase también 19:5; 1:29, 36).
Los dirigentes religiosos no se dan cuenta de que ya han vencido.
Temerosos de que Pilato esté probando alguna nueva táctica para
convencerlos gritan frenéticamente: “¡Fuera, fuera, crucifícale!”
(vers. 15). Pilato se adelanta para dar la estocada final: “¿A vuestro
rey he de crucificar?” Entonces los principales sacerdotes respon-
dieron: “N o tenemos más rey que César”. Pilato tiene ahora su re-
compensa por crucificar a Jesús (vers. 16). Estarán en deuda con él.
Han reconocido públicamente su obligación de servir a César.
Anteriormente (11:48-52), Caifás había insistido en que un
hombre debía ser sacrificado para que la nación no fuera destruida.
Ahora está dispuesto a sacrificar a la nación para poder destruir a
un hombre (White, El Deseado de todas las gentes, 694). Los diri-
gentes religiosos rechazan la realeza de Jesús con tal pasión que
ahora se regocijan de tener como rey a quien siempre han odiado.
Pilato tiene la intención de hacerles cumplir ese voto en el futuro.
N o tendrán más poder sobre él. Desde este punto del relato en
adelante, Pilato es inflexible.
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 19:16b-42
■ Exploremos la Palabra
E l Pasaje en Detalle
En los versículos 19 al 22, el “nuevo” Pilato golpea de nuevo.
Todos los Evangelios mencionan la inscripción colocada sobre la
cruz de Jesús, pero sólo Juan menciona la controversia entre Pilato
y los judíos con respecto a ella. Sólo Juan observa que la inscrip-
ción fue preparada por Pilato mismo en los tres grandes idiomas
del imperio: arameo (el idioma más común del oriente, incluida
Palestina), griego (el idioma más común especialmente en occi-
dente) y latín (el idioma del oficial del Imperio Romano).
Las palabras elegidas por Pilato, combinadas con la vergüenza y
la desgracia del método de ejecución, hicieron que la crucifixión
de Jesús simbolizara el dominio de Roma sobre Palestina y el ju-
daísmo. Por su elección de idiomas, Pilato convierte la escena en
un espectáculo público pensado como un duro golpe para el prestí-
gio de los judíos y de sus dirigentes religiosos. La protesta de los
principales sacerdotes fue descartada prontamente. N o tienen más
poder sobre Pilato. Se ha vuelto inflexible.
En los versículos 23 y 24, el foco se vuelve al hecho de que la
cruz es el cumplimiento de la profecía. Con Pilato actuando ahora
como si estuviera en completo control de la situación, se le re-
cuerda al lector que el control supremo permanece en manos del
Dios de la Escritura. Juan no está interesado en describir detalles
tales como la oscuridad que cubrió la escena (Mat. 27:45; Mar.
15:33; Luc. 23:44, 45) o las burlas hacia Jesús en la cruz (Mat.
27:39-44, 47-49; Mar. 15:29-32, 35, 36; Luc. 23:35-37, 39). Quizá
300 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
H Apliquemos la Palabra
Juan 18 y 19
■ Investiguemos la Palabra
1. Haga un bosquejo del arresto y el juicio de Jesús basán-
dose en los cuatro Evangelios. Trate de ordenar cronológi
304 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
La Resurrección y Reaparición
de Jesús
Juan 20
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 20
rio que la piedra fuera quitada para que Jesús pudiera salir
de la tumba? Si no es así, ¿por qué supone que la piedra
fue quitada? Escriba su respuesta.
3. Al hablar con María, ¿qué término utiliza Jesús para des-
cribir a sus discípulos? Vuelva a leer Juan 13 al 20. Enume-
re todos los términos que Jesús usa para dirigirse a sus
discípulos. ¿Observa alguna progresión en intimidad?
¿Hay algún punto decisivo que hace que Jesús considere
a sus discípulos en forma diferente? Describa en un párra-
fo o dos las distintas maneras en que cambia la relación de
Jesús con sus discípulos desde este punto en adelante.
4. ¿Qué frase usa Jesús en forma repetida para dirigirse a sus
discípulos cuando vuelve al aposento alto? Explique en un
párrafo o dos cuál pudo ser la razón de que Jesús eligiera
esta forma particular de saludo.
5. Registre todas las palabras e ideas semejantes existentes
entre el incidente de Tomás (vers. 24-29) y la declaración
de propósito que aparece en los versículos 30 y 31. ¿Cómo
incide en nuestra comprensión del propósito del Evangelio
el hecho de que leamos esa declaración final a la luz de su
contexto (todo el cap. 20)?
■ Exploremos la Palabra
E l Pasaje en Detalle
Antes del amanecer del primer día de la semana, María Magda
310 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
ra: “Paz a vosotros” (vers. 19, 21). Luego sopla sobre ellos como
un recordatorio de la creación original (Gén. 2:7) y un traspaso
simbólico del Espíritu Santo: anticipo quizá de la experiencia del
Pentecostés que vendrá cincuenta días después (Juan 20:22).
El temor de los discípulos en esta ocasión reitera una vez más
que la presencia física de Jesús en la tierra no escuda a los discípu-
los de la duda y la perplejidad. Por otro lado, la presencia del Espí-
ritu elevaría a los discípulos al lugar de Jesús y los haría partícipes
de su ministerio de perdonar al mundo (vers. 23). El versículo no
implica que los discípulos tendrán el poder de perdonar o negar el
perdón a voluntad, sino que, como en el caso de Jesús, su procla-
mación del evangelio traería tanto luz como tinieblas, vida y muer-
te, perdón y juicio (véase 3:16-21; 2 Cor. 2:15, 16).
Tomás no está con los otros discípulos la noche de la resurrec-
ción (vers. 24). Nada indica en este pasaje que Tomás se ausentara
intencionalmente debido a su desánimo. Puede haber estado ocu-
pado en alguna otra cosa. Pero era claramente renuente a aceptar la
realidad de la resurrección sobre la base exclusiva del testimonio
de los discípulos. En el pasaje que tenemos delante, la combina-
ción de la expresión “si no viere...” con la fuerte doble negación
(en griego), “no lo creeré en absoluto” (mi traducción) indica una
incredulidad sumamente firme (vers. 25).
Una semana más tarde, las circunstancias se repiten, pero esta
vez Tomás está presente. Una vez más las puertas están cerradas
con llave; una vez más Jesús aparece y anuncia: “Paz a vosotros”
(vers. 26). Luego se vuelve hacia Tomás y repite en gran medida
las palabras de ,Ibmás registradas en el versículo 25, desafiándolo a
satisfacer sus dudas examinando su cuerpo (vers. 27).
Los alardes de Tomás se desvanecieron. N o tiene que meter su
dedo en las marcas de los clavos ni tocar la cicatriz en el costado de
Jesús. Verlo meramente es suficiente para provocar una de las afir-
maciones más sublimes de la deidad de Jesús en todo el Nuevo
Testamento: “¡Señor mío, y Dios mío!” (vers. 28). Esta frase ofrece
una contrapartida apropiada al prólogo del Evangelio, donde la
Palabra existe desde la eternidad como Dios y con Dios, aunque
condesciende en convertirse en carne (1:1,2, 14).
■ LA RESURRECCIÓN Y REAPARICIÓN D E JESÚS 313
■ Apliquemos la Palabra
Juan 20
■ Investiguemos la Palabra
1. Compare cuidadosamente este capítulo con M ateo 28,
Marcos 16, Lucas 24, Juan 21, Hechos 1 y 1 Corintios 15.
M encione todas las apariciones de Jesús posteriores a su
resurrección y registradas en el N uevo Testamento. ¿De
qué manera concuerda el relato de Juan 20 con los relatos
de otros libros del N uevo Testamento? ¿En qué se dife-
rencia de ellos? ¿Qué información puede agregar usted a
los comentarios hechos en este capítulo?
2. Con la ayuda de una concordancia, busque todos los textos
donde aparezca la palabra resu rrecció n fuera de los Evange-
lios. Haga fistas separadas para los que hacen referencia a
la resurrección de Cristo y los que se refieren a la resu-
rrección de los creyentes en ocasión de la segunda veni-
da. Repase sus listas buscando cada texto en su contexto y
responda las siguientes dos preguntas: ¿Qué significado
teológico da el Nuevo Testamento a la resurrección d e je -
sús. ¿Qué relación existe entre su resurrección y la de los
creyentes en ocasión de la segunda venida? Finalmente,
escriba una página o dos acerca de lo que significa para
usted la resurrección de Jesús.
■ LA RESURRECCIÓN Y REAPARICIÓN D E JESÚS 3Π
■ Introduzcámonos en la Palabra
Juan 21
■ Exploremos la Palabra
Estructura y Antecedentes del Pasaje
Juan 21 cuenta cómo los discípulos se encontraron con Jesús en
Galilea después de su resurrección. Luego de una larga e infruc-
■ LOS DISCIPULOS DAN SU VIDA 523
E l Pasaje en Detalle
Siete de los discípulos de Jesús, incluyendo a Pedro y a los hijos
de Zebedeo, deciden salir a pescar en el M ar de Tiberias, otro
nombre para el M ar de Galilea (vers. 1-3). Uno ellos es el “discípu-
lo a quien Jesús amaba” (vers. 7, 20, 24). Pero el relato no dice que
él sea uno de los hijos de Zebedeo, puesto que se incluyen en el
grupo otros dos discípulos no identificados (vers. 2).
Los discípulos pasan afuera toda la noche (vers. 3), pero no pes-
can nada. ¿Por qué estaban pescando de noche? Hay dos tipos
principales de pesca: la pesca con redes y la pesca con anzuelos. En
las aguas claras del día, el método preferido es la pesca con anzuelo,
en el cual el pez es atraído por algún objeto brillante o que parece
apetitoso; lo muerde y queda atrapado. Aunque la pesca con red
permite atrapar una gran cantidad de peces al mismo tiempo, gene-
raímente no funciona en aguas claras a la luz del día, porque los
peces ven la red y la eluden. La pesca con redes tiene más éxito de
noche, cuando se puede sorprender a los peces.
524 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
que los discípulos han pescado bajo su dirección (vers. 10, 11), y el
autor del Evangelio observa que la red no se ha roto a pesar de la
gran pesca (vers. 11).
A esto sigue un desayuno más bien silencioso, durante el cual
los discípulos comen el alimento que Jesús ofrece (vers. 12, 13).
¿Por qué guardan silencio los discípulos? ¿Estaban acaso insegu-
ros de que éste fuera realmente Jesús? ¿Estaban confundidos acerca
de la relación de las apariciones de Jesús posteriores a su resurrec-
ción con el discurso de despedida que pronunció antes de su cruci-
fixión? De cualquier manera, compartían las mismas incertidum-
bres que sentiría la segunda generación ante la muerte del discípu-
lo amado. La presencia física de Jesús no daba ventajas a los disci-
pulos. Sólo la partida de Jesús y la llegada del Espíritu les propor-
donaría una seguridad sólida, y esa realidad era la misma tanto pa-
ra la primera como para la segunda generación de cristianos.
Es interesante notar que el desayuno es descrito en el lenguaje
de la Cena del Señor y de la abmentación de los cinco mil, utilizan-
do en el versículo 13 las mismas palabras que se encuentran en
Juan 6:11: “Jesús... tomó el pan y les dio”. Estas palabras nos re-
cuerdan los relatos de la Cena del Señor en Mateo 26:26, Marcos
14:22 y Lucas 22:19 (véase también 1 Cor. 11:23). Aunque el
Evangelio de Juan no contiene ningún relato de la Cena del Señor,
este incidente, combinado con el relato del capítulo 6, tiene el in-
confundible sabor del servicio de comunión.
Después del desayuno, de acuerdo con el versículo 15, Jesús in-
terroga a Pedro tres veces con respecto a la profundidad y la since-
ridad de su. relación con él, sin duda en respuesta intencional a la
triple negación que Pedro hizo de Jesús en Juan 18:15-18 y 25-27.
Jesús pregunta tres veces, Pedro responde y Jesús replica a esa res-
puesta (vers. 15, 16, 17). Jesús pregunta cada vez: “Simón, hijo de
Jonás, ¿me amas?” Pedro responde todas las veces: “T ú sabes que
te amo”. Cada vez Jesús responde diciendo algo como: “Apacienta-
/pastorea mis corderos/ovejas”.
La primera vez, Jesús agrega una frase. “Simón, hijo de Jonás,
¿me amas más que éstos}” (vers. 15). ¿Lo ama Pedro más que los
otros discípulos? Jesús quería sin duda dirigir la atención de Pedro
326 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
hacia este punto, puesto que anteriormente había sido muy rápido
en jactarse de que su lealtad superaba la de los demás (Mat. 26:33).
Pero cuando Pedro se niega a responder esta parte de la pregunta
(Juan 21:15), Jesús acepta su silencio como una confesión y no lo
vuelve a presionar acerca de eso (vers. 16, 17). Parecería, al menos
hasta los versículos 20 al 23, que Pedro ha aprendido algo acerca de
cuán insensato es que las personas se comparen espiritualmente
unas con otras. Lo que vale es la profundidad de la relación que
uno tiene con Jesús, no cómo se compara esa profundidad con la de
los demás.
A lo largo de los siglos, los eruditos y los predicadores han dado
gran importancia al hecho de que en este pasaje se usen dos pala-
bras griegas diferentes para referirse al “amor”. También les ha lia-
mado la atención al hecho de que haya leves variaciones en las res-
puestas que Jesús da a Pedro. Cuidadosas investigaciones recien-
tes indican, sin embargo, que Juan acostumbraba utilizar sinóni-
mos sin la intención de que sus lectores dedujeran algún significado
especial de las variaciones del significado básico (Beasley-Murray,
John, 394; Talbert, Reading John, 261). Las dos palabras griegas pa-
ra “amor” (agápe y filéo) son utilizadas claramente como sinónimos
en el resto del cuarto Evangelio. Ambas pueden servir para refe-
rirse al amor de Dios para con la humanidad (3:16; 16:27), al amor
del Padre para con su Hijo (3:35; 5:20), al amor de Jesús para con
nosotros (11:5, 3 ) o a nuestro amor para con él (8:42; 16:27). ¡Pare-
ce que Juan no estaba preocupado por el uso preciso de las palabras
como muchos de sus intérpretes (Brown, 2:1102, 1103)!
Lo que tenemos en los versículos 15 al 17, por lo tanto, es esen-
cialmente una repetición triple del esquema: pregunta de Jesús,
contestación de Pedro y respuesta de Jesús. Esto es inesperado y
podría parecer ofensivo por parte de Jesús. Ese interrogatorio pe-
netra hasta las profundidades del ser de Pedro a costa de un gran
dolor (vers. 17; véase Beasley-Murray, John, 405). La confianza de
Pedro en sí mismo y su dogmatismo van haciéndose pedazos hasta
que lo único que le queda es la certeza de que Jesús conoce su cora-
zón y que será justo en sus juicios.
Los que procuran desarrollar todo el potencial físico del cuerpo
u LOS DISCÍPULOS DAN SU VIDA 527
humano saben que nada se logra sin esfuerzo. Ese principio parece
ser también una ley del crecimiento espiritual. Quienes han pro-
gresado mucho en su vida espiritual generalmente han sufrido mu-
cho. Esta es quizás una de las principales razones por las que habrá
pocas personas ricas en el reino de Dios. El dolor, las pérdidas, la
pobreza y la angustia emocional suelen colocar a las personas don-
de es posible el mayor desarrollo espiritual. Y a veces, como ocu-
rrió en el caso de Pedro, el autor del dolor es Jesús mismo, quien,
como un cirujano amante, hiere para poder curar. Jesús no se con-
tenta con respuestas rápidas o superficiales. Insiste en llegar hasta
los verdaderos sentimientos y motivaciones de aquellos a quienes
ama. Sin embargo, el proceso tiene generalmente un precio.
En el texto, el triple diálogo parece tener lugar en presencia de
los otros discípulos en el lugar del desayuno. Pero el versículo 20
sugiere que Jesús y Pedro estaban caminando por la playa. Elena de
W hite sugiere que Jesús y Pedro se pusieron de pie y entablaron
una conversación privada mientras caminaban (El Deseado de todas
las gentes, 753). Sin embargo, también sugiere que la confesión de-
bió ser hecha ante los otros discípulos para que Pedro pudiera así
recuperar la confianza de ellos luego de su terrible traición en el
atrio del sumo sacerdote (18:15-18, 25-27; W hite, El Deseado de to-
das las gentes, 751).
Después de la confesión de Pedro, Jesús le asegura que será uno
de sus seguidores más aceptados y fieles hasta la muerte (vers. 18,
19). “¿Podemos decir (junto con muchos) que Pedro fue aquí
puesto nuevamente en su cargo? N o exactamente, puesto que
nunca fue excluido de él. Pero después de una conducta como la
suya, de la profunda herida que recibió el honor de Cristo, de la
mancha que trajo sobre su investidura, del daño producido a la re-
putación que tenía entre sus hermanos, así como para su propio
consuelo y en vista de la gran obra que tenía por delante, se necesi-
taba una renovación tal de su llamado para el restablecimiento de
su posición como discípulo” (Jamieson, Fausset y Brown, 1078).
La tarea suprema de la vida de Pedro es “seguir” a Jesús (vers.
19). Debe hacer las cosas que hizo Jesús. Debe tomar el lugar de
Jesús a lo largo de su vida sobre la tierra. Su papel, como el de to-
328 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JU A N ■
lando por las iglesias de que Juan viviría para ver la venida de Jesús.
La conclusión, sin duda por la edad avanzada de Juan, era que el
regreso de Jesús era inminente a fines del primer siglo. Pero como
todos los otros intentos dirigidos a calcular la generación durante la
cual vendría Jesús, este rumor era extremadamente peligroso (el
autor hace un examen extenso de los peligros latentes en el estable-
cimiento de fechas en su libro What the Bible Says About the End-Ti-
me).
La muerte de Juan resultaría devastadora para una iglesia que
creía que Jesús había predicho su regreso dentro del lapso de la vi-
da del discípulo amado.
El autor del Evangelio aclara que el comentario de Jesús con
respecto al discípulo amado ha sido mal entendido. Jesús no dice
que Juan vivirá hasta verlo venir, sino más bien que el futuro de
Juan, aun cuando sea notable, no es asunto de Pedro. Una inferen-
cía de este incidente es que ninguna declaración humana, ni si-
quiera una inspirada o una que provenga de los labios del Señor
mismo, está totalmente inmune a ser mal entendida. Mientras dure
la vida, tendremos que esforzarnos continuamente por expresar y
comunicar con claridad a los demás las cosas buenas que Dios nos
ha revelado. Ese pensamiento debiera humillarnos al hacernos
pensar en cuán a menudo hemos supuesto cosas acerca de personas
o ideas basándonos en una mala interpretación de algún comenta-
rio hecho al pasar. Nuestra comprensión de Dios y de otros es dé-
bil y defectuosa en el mejor de los casos (Jer. 17:9).
La pesca y la iglesia
El relato de la gran pesca parece tener fuertes visos simbólicos
para el autor del Evangelio. A la luz de los capítulos 17 al 20 y de
los relatos de los milagros registrados en el Evangelio, hemos ob-
servado la preocupación del evangelista por la segunda generación
de cristianos, que pronto tendrían que enfrentar la vida sin la direc-
ción de alguien que hubiera caminado con Jesús en la carne.
33 0 LA BIBLIA AMPLIFICADA—JUA N ■
Seguir a Jesús
Jesús dice a Pedro “sígueme” dos veces (vers. 19, 22). Puesto
que es el único discípulo llamado así en Juan 21, Pedro es el re-
presentante de todos los discípulos. Jesús indica en los versículos
18 y 19 que seguirlo es una tarea de toda la vida, y que llevará en
algunos casos a la tortura y a la muerte. Es significativo que la
muerte de Pedro sea descrita en términos que recuerdan al lector la
muerte de Jesús mediante la crucifixión. La muerte de Pedro sería
como la muerte de Jesús. Así como la muerte de Jesús trajo gloria a
Dios (7:39; 12:23; 17:4, 5), la muerte de Pedro y de los discípulos
traería gloria a Dios (vers. 19).
U n tema importante del Evangelio es que la muerte de Jesús es
el medio por el cual él trae vida a una nueva generación. El dio su
vida para que los que lo siguen puedan tener vida (véase especial-
mente 10:11-18). Ahora llama a Pedro y por extensión a los otros
discípulos a dar sus vidas por las ovejas, aun hasta la muerte. Deben
llegar a ser subpastores del buen Pastor y a manifestar la misma
preocupación que éste por el bienestar del rebaño (21:16 dice lite-
raímente en el original: “Pastorea mis ovejas”).
La vida, la muerte, las palabras y los escritos de los discípulos
de Jesús se convirtieron en un puente por medio del cual la según-
da generación entró en relación con Jesús. También son el puente
por medio del cual cada uno de nosotros ha venido a Cristo. Por
medio de la habilitación del Espíritu, los discípulos, aunque eran
débiles y testigos defectuosos, superaron ampliamente cualquier
expectativa razonable. La palabra de Jesús ha salido con poder a
través de ellos. Al igual que Jesús, no dieron sus vidas en vano.
■ Apliquemos la Palabra
Juan 21
■ Investiguemos la Palabra
1. Compare cuidadosamente Lucas 5:1-11 con Juan 21:1-14,
tomando nota de todas las palabras en común y de las dife-
rencias significativas. Compare los contextos de ambas
historias. Con la ayuda del C o m e n ta rio b íb lico a d v e n tis ta y
de la serie Biblia Amplificada, trate de desarrollar un ser-
m ón o un ensayo en el que compare y contraste ambas
historias extrayendo las lecciones apropiadas en cada ca-
so. ¿Qué otros relatos de pesca encuentra en los Evange-
líos? ¿Qué luz arrojan sobre Lucas 5 y Juan 21?
2. Busque todo lo que dice el Nuevo Testamento acerca del
perdón. Estudie estos pasajes cuidadosamente y formúlese
luego la siguiente pregunta: ¿Se habría perdido Pedro si
hubiera muerto entre el momento en que negó a Jesús y el
m om ento en que Jesús lo restableció como uno de sus
discípulos?
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