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Bourdieu propone explícitamente el habitus como concepto que sirve para superar la oposición entre "objetivismo" y

"subjetivismo". Las teorías "objetivistas" explicarían las prácticas sociales como determinadas por la estructura social: los
sujetos no tendrían aquí ningún papel: serían meros "soportes" de la estructura de relaciones en que se hallan. A su vez,
las teorías "subjetivistas" tomarían el camino contrario: explicarían las acciones sociales como agregación de las acciones
individuales.

Ambos tipos de teorías conducen a callejones sin salida. Las objetivistas, porque al reducir al sujeto a mero soporte de la
estructura, no pueden explicar el hecho de que sujetos en posiciones idénticas produzcan prácticas distintas. Las
subjetivistas, porque no pueden dar cuenta de las regularidades sociales -regularidades que se producen al margen de la
voluntad y la consciencia de los individuos-.

Ambas teorías están basadas en la dicotomía entre individuo y sociedad -privilegiando cada una uno de los dos términos-.
La teoría de Bourdieu pretende sustituir esta dicotomía, en la explicación de las prácticas sociales, por la relación
construida entre dos modos de existencia de lo social:

por un lado, las estructuras sociales externas, lo social hecho cosas: "campos" de posiciones sociales que se han
construido en dinámicas históricas -así, el sistema escolar, el campo económico, el campo político, etc.-

- por otro lado, las estructuras sociales internalizadas, incorporadas al agente en forma de esquemas de percepción,
pensamiento y acción: los habitus.

El concepto de habitus servirá, así, para superar la dicotomía entre determinismo objetivista y subjetivismo voluntarista:

- Frente al determinismo de las estructuras, supone que hay que tomar en cuenta, en la explicación de las prácticas, a los
sujetos: no como sujetos libres y autónomos, sino como sujetos socialmente producidos en estados anteriores del sistema
de relaciones sociales -no reductibles, por tanto, a su posición actual, a meros soportes de la estructura-.

- Frente al subjetivismo voluntarista, supone que los sujetos no actúan libremente: sus prácticas están condicionadas por
toda la historia anterior que ha sido incorporada en forma de habitus. También supone que no se puede hablar de sujetos
en abstracto: hay una producción diferencial de los sujetos sociales -de sus esquemas de acción, percepción y
apreciación- en función de las condiciones sociales diferenciales en que han sido producidos.

Habitus: definición

Por habitus Bourdieu entiende el conjunto de esquemas generativos a partir de los cuales los sujetos perciben el mundo y
actúan en él. Estos esquemas generativos están socialmente estructurados: han sido conformados a lo largo de la historia
de cada sujeto y suponen la interiorización de la estructura social, del campo concreto de relaciones sociales en el que el
agente social se ha conformado como tal. Pero al mismo tiempo son estructurantes: son las estructuras a partir de las
cuales se producen los pensamientos, percepciones y acciones del agente:

"El habitus se define como un sistema de disposiciones durables y transferibles -estructuras estructuradas predispuestas a
funcionar como estructuras estructurantes- que integran todas las experiencias pasadas y funciona en cada momento
como matriz estructurante de las percepciones, las apreciaciones y las acciones de los agentes cara a una coyuntura o
acontecimiento y que él contribuye a producir"

será a partir del habitus que los sujetos producirán sus prácticas. El habitus, interiorización de las
estructuras a partir de las cuales el grupo social en el que se ha sido educado produce sus
pensamientos y sus prácticas, formará un conjunto de esquemas prácticos de percepción -división del
mundo en categorías-, apreciación -distinción entre lo bello y lo feo, lo adecuado y lo inadecuado, lo
que vale la pena y lo que no vale la pena- y evaluación -distinción entre lo bueno y lo malo- a partir de
los cuales se generarán las prácticas -las "elecciones"- de los agentes sociales. De esta manera, ni
los sujetos son libres en sus elecciones -el habitus es el principio no elegido de todas las elecciones-,
ni están simplemente determinados -el habitus es una disposición, que se puede reactivar en
conjuntos de relaciones distintos y dar lugar a un abánico de prácticas distintas-.

De esta manera, para explicar las prácticas de los agentes sociales, no basta con remitirlas a su situación presente: el
habitus reintroduce la dimensión histórica en el análisis de la acción de los agentes mediante esta estructura generativa
que asegura la actuación del pasado en el presente:
"Producto de la historia, el habitus produce prácticas (..) conformes a los esquemas engendrados por la historia; asegura
la presencia activa de las experiencias pasadas que, depositadas en cada organismo bajo la forma de esquemas de
percepción, de pensamiento y de acción, tienden a garantizar la confomidad de las prácticas y su constancia
en el tiempo."

“El habitus como sistema de disposiciones en vista de la práctica, constituye el


fundamento objetivo de conductas regulares y, por lo mismo, de la regularidad de
las conductas. Y podemos prever las prácticas [...] precisamente porque el habitus
es aquello que hace que los agentes dotados del mismo se comporten de cierta
manera en ciertas circunstancias.

LOS CAMPOS SOCIALES son, espacios constituidos con sus instituciones específicas
y sus leyes de funcionamiento propias, en donde los individuos son partícipes de
ellas y contribuyen a que se cumplan. Por tanto, son el espacio en donde cada
individuo pertenece, y en donde por su estructura diseñada por la sociedad y que
por sus leyes e instituciones proporcionan cierta forma de actuar de una persona.

Adentrándonos al concepto de campus, Bourdieu señala que es una red de


relaciones objetivas entre posiciones definidas por su situación actual y potencial
en la estructura social. Y para poder hablar de dicho concepto es necesario ver la
concepción de las sociedades de "Bourdieu, quien las describe así":

"todas las sociedades se presentan como espacios sociales, es decir estructuras de


diferencias que sólo cabe comprender verdaderamente si se elabora el principio
generador que fundamenta estas diferencias en la objetividad. Principio que no es
más que la estructura de la distribución de las formas de poder o de las especies de
capital eficientes en el universo social considerado —y que por lo tanto varían
según los lugares y los momentos. Esta estructura no es inmutable, y la topología
que describe un estado de las posiciones sociales permite fundamentar un análisis
dinámico de la conservación y de la transformación de la estructura de distribución
de las propiedades actuantes y, con ello, del espacio social. Es lo que pretendo
transmitir cuando describo el espacio social global como un campo, es decir, a la
vez como un campo de fuerzas, cuya necesidad se impone a los agentes que se han
adentrado en él, y como un campo de luchas dentro del cual los agentes se
enfrentan, con medios y fines diferenciados según su posición en la estructura del
campo de fuerzas, contribuyendo de este modo a conservar o a transformar su
estructura”.

El campus, hablando en sentido estricto, es un espacio social de acción y de


influencia en el que confluyen relaciones sociales determinadas."
Los campos sociales son de esta forma, espacios constituidos con sus instituciones
específicas y sus leyes de funcionamiento propias, en donde los individuos son
partícipes de ellas y contribuyen a que se cumplan. Por tanto, son el espacio en
donde cada individuo pertenece, y en donde por su estructura diseñada por la
sociedad y que por sus leyes e instituciones proporcionan cierta forma de actuar de
una persona. “Los campos son las distintas configuraciones de clases o relaciones
sociales, donde se unen para relacionarse”.3 Así cada campo, que en sí es diferente
y tiene variaciones según sus estructura, permiten relacionarse unos con otros, con
el fin de que estas relaciones con su razón de ser y también con su estatus social,
hace que se muestre de alguna manera con los demás.
El campus, hablando en sentido estricto, es un espacio social de acción y de
influencia en el que confluyen relaciones sociales determinadas. Estas relaciones
quedan definidas por la posesión o el estatus antes mencionado, o por la simple
producción de una forma específica de capital, propia del campus. Bourdieu señala
que cada campus es autónomo. El conjunto estructurado de los campus, que
incluye sus influencias recíprocas y las relaciones de dominación entre ellos define
así la estructura social.
Un campus es un sector determinado de la actividad social, por ejemplo; el arte, el
sistema educativo, los medios de comunicación de masas o el mercado de la
vivienda, etc., y en cada uno de estos sectores los individuos participantes
desarrollan actividades en las que ponen en juego los recursos (capital) de los que
disponen buscando obtener los bienes que sólo este campo específico puede
proveer. Así, la noción de campo está fundada sobre la teoría marxista de que la
sociedad está definida por la lucha de clases. Bourdieu conserva el principio de que
las divisiones sociales no son posiciones continuas sobre una gradación numérica
en que las personas ricas se diferenciarán de los pobres porque simplemente
poseen una mayor cantidad de recursos (dinero).
Respecto al concepto de capital Bourdieu señala que es la parte que nos hace
competir, ya que cada campo genera su propio capital. “Cada quien trata de
acrecentar sus capitales, usando las distintas estrategias, y es el capital lo que da
pie a las jerarquías y a las revoluciones dentro de una sociedad”. 4 Y es así que el
concepto “poder” aparece ya como un elemento que no podemos ignorar, y es que
al generar clases en la sociedad, según Bourdieu, se genera una lucha entre
individuos, ideologías, para conservar el mismo y acrecentar algún capital y su
poder. Por ello, el concepto de capital en Bourdieu señala esa gran diferencia que
hay entre clases y esa lucha que se da entre campos sociales.

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