Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El desarrollo de este tema implica necesariamente retomar algunas cuestiones que pueden
ser consideradas como obvias y/o reiterativas, sin embargo su no enunciaciòn puede dar por
supuesto que la pràctica se autoreferencia asì misma. Por ello debemos partir diciendo que
la pràctica profesional y, en este caso la del trabajo social se insertan en un contexto lleno
de tensiones que hacen de dicha pràctica profesional un campo en cuestiòn pero, al
mismo tiempo, su implicancia en dicho contexto la limita y/o facilita. Conviene aclarar que
esa implicancia no es de externalidad, por el contrario es una relaciòn significativa que
abarca dos condiciones: una, referida a nuestras propias condiciones que como
trabajadores nos enfrentamos en el marco de las transformaciones del mundo del trabajo y,
otra con las condiciones no sòlo materiales si no tambièn humanas de los sujetos con los
cuales trabajamos. Sumado a ello como agentes profesionales que se supone tienen un
dominio sobre su campo profesional. En esta direcciòn es necesario partir de algunas
premisas que orientan el desarrollo de nuestra exposición.
1. Las consecuencias que hoy vivimos después de la dècada de los 90 y que se ha revertido
parcialmente, respecto a la precarizaciòn laboral de una gran mayorìa de los trabajadores
entre ello los trabajadores sociales sigue siendo uno de los aspectos que necesariamente
condicionan la pràctica profesional. en el carácter y tipo de vínculos que se establece entre
trabajadores y empleados, este aspecto fue desde el punto de vista del empleo el rasgo
característico de la década del 90 ( Danani:2003, pág 264). Que considero ello no ha
cambiado y por el contrario se ha complejizado dichos vìnculos y referencias o en todo
caso podemos enunciar que estàn desdibujadas, una expresión de este proceso es el nivel
precarizaciòn laboral a la que estamos sometidos.
Por lo tanto la pràctica profesional debe alcanzar cada vez màs un nivel de
profesionalización acorde con la complejidad social del siglo XXI cuya expresión màs
significativa es la crisis polìtico-institucional que tiene sus efectos en la incapacidad para
mejorar los criterios y mecanismos de distribución de los bienes y servicios que genera la
sociedad. Por ello, la profesionalzación como totalidad que implica diversos aspectos
(producción de conocimiento, formación de grado, postgrado, definición argumentada del
campo para la formación y la intervención) debería conjugarse en la construcción de un
sentido de profesiòn que aceite las competencias teóricas y técnicas, para afianzar su
campo. Dicho de otro modo, debe desarrollar la capacidad de emitir opinión profesional,
es decir la capacidad de hablar y actuar legítimamente y con autoridad sobre un
determinado área de conocimiento
Todos compartimos que el Trabajo Social es una disciplina de las ciencias sociales, de
naturaleza interventiva. Se constituye como profesión en el proceso de división social y
técnica del trabajo. Su naturaleza interventiva deviene de la atención a los sujetos
individuales y colectivos que presentan limitaciones para la satisfacción de sus necesidades
básicas derivadas de la cuestión social, en ese sentido se establece una relación mediada
entre la acción social del Estado y la complejidad social en las que se inscriben dichas
limitaciones, no sólo en el acceso a los recursos que se efectivizan en los denominados
servicios sociales sino también en la calidad de los mismos. Por lo tanto, su campo de
intervención se desarrolla a partir de un conjunto de demandas sociales que expresan el
grado de conflictividad de la "cuestión social", vinculada fundamentalmente a la relación
sujeto-necesidad. A mi juicio esta es la definición que permite compartir una visión de
profesión. Al mismo tiempo esta concepción de trabajo social no puede ser interpretada al
margen de las relaciones económicas, sociales, políticas y culturales que se articulan en la
sociedad denominada de manera general capitalista. Podemos también definir que una
profesión está
constituida por un conjunto de personas que logran tener un conocimiento específico que
es producto del desarrollo de una competencia intelectual, un conocimiento técnico-
operativo que los habilita a cumplir sus objetivos En consecuencia asumen una
responsabilidad respecto al manejo de esas competencias profesionales y a los actos que
realizan. El nivel de profesionalización permite, en cierto sentido, que se alcance niveles
de autonomía lo cual implica, según Emilio Tenti Fanfani y Víctor Manuel Gómez,1 los
siguientes atributos:
En ese sentido la pràctica profesional deberìa estar regulada por un còdigo de ètica que
no sòlo delimite sus funciones y valores sobre los que se desarrolla el ejercicio profesional,
si no tambièn las sanciones que de ella derivan respecto a las responsabilidades que tiene el
agente profesional. De ninguna manera estoy tratando de pensar esta relaciòn como una
hecho coercitivo, simplemente estoy planteando niveles de regulación del ejercicio
profesional que son necesarios en tèrminos del fortalecimiento del campo profesional.
Avanzando un poco màs en la reflexiòn que gustarìa platear las posibilidades y
limitaciones de la pràctica no solamente como una descripciòn de situaciones en las que se
inscriben esas pràcticas. Dicho de otro modo las pràcticas profesionales tienen sus
limitaciones y posibilidades en tanto ellas se inscriben en el marco de las limitaciones que
la realidad presenta, esto planteado en dos sentidos: una porque es necesario aprehender la
pràctica vivida de los sujetos en un contexto determinado y , otra porque nuestros
conocimientos que se construyen para esa pràctica tambièn està limitada por su
complejidad y, por ello mismo no existe simultaneidad entre la lògica del conocimiento y la
lògica de la pràctica. Claro està que ellas tienen relaciones pero esas relaciones no sòlo son
constataciones sino que responden a modos de pensar y actuar y tambièn posibilidades de
direccionarla dicha pràctica en uno u otro sentido. Estas relaciones van màs allà de la
pràctica especìfica e inmediata, en tanto nosotros somos parte de construcciones
discursivas que expresan esos modos de pensar y actuar.
Por ello me gustarìa detenerme en dos cuestiones: uno, referido a la relaciòn con la
institucionalidad social y, otra a la capacidad de agregar valor a la dimensiòn pùblica de lo
social. En cuanto a lo primero como señalaba anteriormente la crisis polìtico institucional
es la expresión màs clara de la fragmentaciòn de la vida social. Ello se expresa en la
ruptura de lazos entre representantes y representados, en la alteración de las funciones
institucionales no sòlo porque no cuentan con recursos y condiciones materiales si no
porque no logran comprender la complejidad de los problemas y en consecuencia la
capacidad de cambiar concepciones, modos y mecanismos que conjuguen acciones
innovadoras y propositivas. Como parte del engranaje institucional las pràcticas
profesionales se ven tambièn tensiondas por esta situación. La falta de motivaciones en la
pràctica profesional y en la pràctica de los sujetos ha llevado a vaciar de sentido las
acciones profesionales. Por otro lado, las transformaciones de las polìticas sociales y, sobre
todo la focalizaciòn anclada en una visiòn restringida de lo que es un problema social
influye obstruye la posibilidad de trabajar sobre otros criterios y visiones que en definitiva
son de carácter teòrico y polìtico.
En este marco quiero señalar que el dominio del campo que le da autoridad
profesional y en tanto muestre su utilidad social adquiere legitimidad pero dicha autoridad
se fortalece, se enriquece en tanto hay un intercambio con los otros campos de las ciencias
sociales evitando de este modo el endogenismo de los pares que paraliza o ratifica y/o
certifica lo que se supone que se sabe en cuanto a la profesiòn.
La relaciòn con otros agentes profesionales posibilita articular las miradas sobre la
complejidad social, al mismo tiempo recrear formas de intervención construyendo un
trayecto posibilitador y aumentar la pontencialidad del poder pensar y hacer frente a la
complejidad de una trama social a veces difícil de transitar y de descifrar.
En este ítems parto de una hipótesis de trabajo: hay un retroceso en las políticas sociales y
una vuelta a las acciones de caridad y beneficencia que marcaron el antes de la política
social como conformación de lo “público estatal” en materia de respuestas a la cuestión
social. y, en este sentido los derechos, la justicia y la igualdad están socavados. Si
entendemos que las políticas sociales, son intervenciones específicas del Estado dirigidas a
mejorar las condiciones de vida para la reproducción de la vida de distintos sectores
sociales, en este sentido, podemos afirmar que las políticas sociales son fundamentales para
la construcción de una sociedad. Esta posibilidad hoy se encuentra obstaculizada, cabe
preguntarse entonces ¿ Qué aspectos se conjugararon para este retroceso?, por qué hoy las
políticas sociales dejan de vincular su función con la idea de derechos sociales?, en qué
medida esa desvinculación ha naturalizado la existencia de pobres ? ¿ por qué hoy sigue
creciendo el hambre?, por qué para muchos no existe un futuro? Y qué pasó con la
responsabilidad social?. Para intentar dar alguna respuesta a la complejidad de estas
interrogantes, quiero recordar que la primera configuración de las políticas sociales, se da
en la última década del siglo XIX con Otto Von Bismark con la creación del seguro social,
bajo el principio de seguridad social obligatoria que activara la protección contra todo tipo
de riesgos (control de las enfermedades, infortunios laborales y, posteriormente el
desempleo). Lo importante a destacar de esta experiencia es la creación de instituciones
modernas con una visión de responsabilidad social que superaron las acciones caritativas y
de beneficencia como matriz de respuesta a la problemática social, desarrollada
década de los años 90, se rompe este principio a través de las políticas de ajuste y reforma
del Estado, gestándose de este modo un nuevo trayecto de orientación de las políticas
sociales a través de la privatización de los servicios vía arancelamiento de los mismos, así
mismo se extiende la participación de capitales privados, y focalización en la asistencia a
la pobreza como compensación a las políticas de ajuste. Como diría Andrenaci (2001) se
genera un desplazamiento de las políticas sociales hacia los márgenes constituido por las
grandes mayorías pobres y empobecidas. Y las políticas del empleo reducidas a aquellos
sectores que aún conservan su condición de asalariados pero; que cada vez, son menos.
Subyase en estas medidas una concepción de que el Estado no está en condiciones de pagar
ni debe hacerlo para todos, sólo para aquellos que no pueden sostenerse asimismo. Es decir,
que la función de la política social se asistencializa perdiendo su inspiración inicial,
respecto a la protección social. Al mismo tiempo, que el Estado desplaza sus funciones a
diversas organizaciones privadas de la sociedad y apelando a la solidaridad de los
voluntarios. De este modo, se afianza una tendencia de disolución de la acción colectiva del
Estado para pasar a un proceso refilantropización o neofilatropización con apoyo y
financiamiento de las acciones asistenciales de grupos privados e instituciones motivados
por la buena voluntad. De esta forma, volvemos a las instituciones de caridad y
beneficencia que habían sido superadas por las instituciones modernas que posibilitaron la
responsabilidad social de los riesgos.
1. Los cambios generados en la región y el mundo, no son cambios coyunturales, son por el
contrario, transformaciones estructurales del régimen de acumulación capitalista, ello
implica mudanzas en el proceso de trabajo y la restricción del Estado Social. Ambos
Los cambios generados en el proceso de trabajo que en la sociedad industrial fue la base de
las políticas sociales o, dependían de la sociedad del trabajo, tienen como base de dichas
transformaciones, la necesidad de recuperar las ganancias del capital en el menor tiempo
posible, alcanzar niveles de e gran competitvidad, y apertura de los mercados sin ningún
tipo de restricciones. Para lo cual, el desarrollo de la tecnología y la informático han sido y
son sustanciales; al mismo tiempo, que generan desplazamientos de grandes contingentes
de mano de obra. Si bien todos sabemos de este proceso. Es necesario señalar que, la
intensificación de la competencia en todos los mercados del mundo a cualquier precio,
significó la disminución de los salarios reales, el desmantelamiento de las protecciones
sociales, el crecimiento sin límites del desempleo, la precarización de todos lo empleos y el
deterioro de las condiciones de trabajo. De este modo, se fue constituyendo la hegemonía
del capital financiera cuya lógica de funcionamiento rompe con formas rígidas de
producción para abrir un proceso de producción flexible que pone en tensión la relación
equilibrada entre capital, trabajo y Estado que funcionó en la última etapa del predominio
del capitalismo industrial. En este contexto, se modifica el proceso de trabajo sometiéndola
a la desestandarización, desmasificación y desburocratización como dice André Gorz. Las
leyes del mercado basadas en la rentabilidad del capital reorganizan el proceso productivo,
esta vez desligadas de las leyes que regulaban antaño un política económica, generando una
marcada autonomización entre la política y la economía. En este proceso de modificación
entran también los oficios profesionales y, entre ellos la del trabajo social profesional que
está sometido a un proceso de precarización laboral y se modifica la materialidad sobre la
cual interviene, es decir las políticas sociales.