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Historia de la industria farmacéutica

La historia de la ciencia se remonta a un período comprendido entre 2- 3 milenios a. C.


Desde la antigüedad las ciencias médicas, medicina, cirugía y farmacia han estado unidas y
sólo en una fecha reciente (desde el punto de vista histórico) se han separado. Las
siguientes consideraciones históricas se basan en los escritos de Cowen, D. & Helfand, W.
(1994) y Folch Jou, G. (1986), así como en otras aportaciones.

La industria farmacéutica surgió a partir de una serie de


actividades diversas relacionadas con la obtención de
sustancias utilizadas en medicina, cuyo pionero fue Galeno.
Pueden tenerse como precursoras de la fabricación a escala
industrial de medicamentos, las actividades de Carlos II 'el
hechizado', en la España del siglo XVII, en el laboratorio
de alquimia que había construido Felipe II junto al
monasterio de 'El Escorial', con la idea de obtener oro con
el que financiar sus campañas político-militares, A
principios del siglo XIX, los boticarios, químicos o los
propietarios de herbolarios obtenían partes secas de
diversas plantas, recogidas localmente o en otros
continentes. Estas últimas se compraban a los especieros,
que fundamentalmente importaban especias, pero como Ilustración 1; Grabado alemán de una
negocio secundario también comerciaban con productos farmacia. Año 1568.
utilizados con fines medicinales, entre ellos el opio de
Persia o la ipecacuana de Suramérica. Los productos químicos sencillos y los minerales se
adquirían a comerciantes de aceites y gomas.
Los boticarios y químicos fabricaban diversos preparados con estas sustancias, como
extractos, tinturas, mezclas, lociones, pomadas o píldoras. Algunos profesionales elaboraban
mayor cantidad de preparados de los que necesitaban para su propio uso y los vendían a
granel a sus compañeros.
Algunas medicinas, como las preparadas a partir de la quina, de la belladona, de la digitalina,
del centeno cornudo (Claviceps purpurea) o del opio (látex seco de la adormidera Papaver
somniferum), eran realmente útiles, pero su actividad presentaba variaciones considerables.
En 1820, el químico francés Joseph Pelleterier preparó el alcaloide activo de la corteza de la
quina y lo llamó quinina. Después de este éxito aisló diversos alcaloides más, entre ellos la
atropina (obtenida de la belladona) o la estricnina (obtenida de la nuez vómica).
Su trabajo y el de otros investigadores hizo posible normalizar diversas medicinas y extrajo
de forma comercial sus principios activos. Una de las primeras empresas que extrajo
alcaloides puros en cantidades comerciales fue la farmacia de T.H. Smith Ltd. en Edimburgo,
Escocia. Pronto los detalles de las pruebas químicas fueron difundidos en las farmacopeas,
lo cual obligó a los fabricantes a establecer sus propios laboratorios.
Historia del aerosol
Durante el siglo XIX
Durante el siglo XIX y principios del XX, los médicos y boticarios utilizaban ampollas de
metal o vidrio que contenían cloruro de etilo, para producir un spray que empleaban como
anestésico local. Las ampollas se calentaban en la mano para incrementar la presión. Luego
se les daba la vuelta y se rompía el extremo para dejar salir un chorro de líquido, que se
evaporaba rápidamente en la piel, produciendo una sensación de frío intenso. En Perú, en la
época del carnaval de primavera, se utilizaba un mecanismo de spray perfumado conocido
como “chisquete”. Consistía en un tubo de vidrio sellado con un tapón de goma que se
mantenía en su sitio mediante un muelle. Contenía cloruro de etilo y perfume
El futuro
Durante su larga historia, el aerosol ha disfrutado de un éxito significativo entre los
consumidores de todo el mundo. En 1998 se fabricaron más de 10000 millones de aerosoles
en el mundo, y a Europa le corresponde el 44% de la producción total. Europa ha liderado la
producción desde 1982. Hay miles de marcas en forma de aerosol que ofrecen una gama
ilimitada de productos en las áreas del cuidado personal, el hogar, la alimentación, y las áreas
farmacéutica e industrial.

Evolución de la industria farmacéutica


La elaboración de medicamentos sobre una base industrial empezó a gestarse en las primeras
décadas del siglo XIX, cuando los químicos y farmacéuticos comenzaron a producir
principios activos en cantidades excedentes para su comercialización. A partir de la síntesis
de la urea por parte del alemán Friedrich Wohler en 1828, se inició una denodada
investigación para sintetizar sustancias orgánicas de efectos terapéuticos.
La industria farmacéutica es uno de los sectores más importantes a escala mundial. el
volumen de beneficios y ganancias permiten gozar de excelentes cuotas de poder.
El desarrollo de la farmacia ha evolucionado de manera abismal. La farmacia se ha
consagrado como una de las áreas más importantes (e imprescindibles) de las ciencias de la
salud. En el siglo XIX es cuando se presencia su aparición. La coordinación, investigación y
formulación de medicamentos. Esta disciplina surgió con pequeños equipos y científicos.
Con el desarrollo y la evolución de esta ciencia empezaron a nacer las grandes corporaciones
y laboratorios farmacéuticos, permitiendo colaborar científicos y especialistas de diversas
áreas (químicos, biólogos…) para elaborar y lanzar remedios para diversos males.
La industria farmacéutica ha hecho un recorrido abismal en estos últimos siglos. En esta área
se conglomeran varios componentes esenciales: uso, efectos sobre el organismo,
propiedades, etc. La creación de un fármaco es un proceso largo y caro. El consumo en
España supera el 30% del gasto público sanitario y se prevé una tendencia en alza (en
ocasiones por necesidad y otras por excesivo abuso).
Las farmacias se han modernizado y adaptado a las necesidades y conceptos actuales. Esto
se presencia en la gestión, en las fórmulas de distribución (por ejemplo por la red) y en el
marketing con tal aumentar la rentabilidad del sector. Basándose en los hábitos y en las
conductas de la sociedad y teniendo en cuenta las nuevas tecnologías, la industria
farmacéutica ha evolucionado a gran escala, haciendo que cada vez haya más parafarmacias
o farmacias online.
Un claro ejemplo en el que se evidencia la transformación del sector farmacéutico es la
creación de farmacias online para facilitar a los usuarios la venta y comercialización de
diversidad de productos sin la necesidad de desplazarse presencialmente (aunque en este caso
tan solo se venden medicamentos que no requieren receta).
Ante la aparición de farmacias online debemos considerar dos elementos de gran relevancia:
el mercado y el producto. Tener un buen conocimiento del mercado actual así como las
necesidades de la sociedad son factores que intervienen en la creación de una tienda online.
Comprar en línea supone grandes beneficios tanto para los vendedores como para los
compradores. Se trata de un establecimiento abierta todos los días durante las 24 horas del
día. No tienes que hacer largas colas ni desplazamientos, en tan solo unos clicks puedes
realizar una o varias compras y te lo envían a casa. Además, en las tiendas online
(generalmente) los productos son más económicos que en un establecimiento físico.
El único problema de las farmacias online es la restricción, por parte de las autoridades
gubernamentales, de la comercialización de ciertos medicamentos. El Consejo de Ministros
estableció que se pueden vender medicamentos por la red que no requieran receta médica.
Ello significa que se pueden comprar calmantes, antiinflamatorios y jarabes. Esta limitación
genera bastante polémica tanto a profesionales farmacéuticos como a consumidores.
Tan solo con el tiempo podremos comprobar si las leyes permiten la comercialización de
todo tipo de medicamentos (de forma regulada, controlada y segura para evitar malos usos)
como en otros países, por ejemplo en Estados Unidos. Las regulaciones farmacéuticas, por
tanto, deben basarse en la unificación y cooperación de organismos y adaptarse a las
necesidades de la sociedad actual.

Problemáticas de la industria farmacéutica


1. El 90% de los ensayos clínicos publicados son patrocinados por la industria
farmacéutica:
Este es el principal motivo por el que todo el sistema de ensayos clínicos está alterado y por
el que se producen el resto de problemas.
2. Los resultados negativos se ocultan sistemáticamente a la sociedad:
En muchos casos las farmacéuticas se reservan el derecho de interrumpir un ensayo y si ven
que no da el resultado esperado, lo detienen. Asimismo, obligan a los científicos que
participan en estos estudios a mantener en secreto los resultados. Y esta práctica tiene de vez
en cuando consecuencias dramáticas.
En los años 90, por ejemplo, se realizó un ensayo con una sustancia creada contra las arritmias
cardíacas llamada Lorcainida. Se selección a 100 pacientes y la mitad de ellos tomó un
placebo. Entre quienes tomaron la sustancia hubo hasta 9 muertes (frente a 1 del otro grupo),
pero los resultados nunca se publicaron porque la farmacéutica detuvo el proceso.
Una década después, otra compañía tuvo la misma idea pero esta vez puso la Lorcainida en
circulación en el cual 100.000 personas murieron innecesariamente antes de que alguien se
diera cuenta de los efectos. Los investigadores que habían hecho el primero ensayo pidieron
perdón a la comunidad científica por no haber sacado a la luz los resultados.
3. Las farmacéuticas manipulan o maquillan los resultados de los ensayos:
En muchas ocasiones los propios ensayos están mal diseñados: se toma una muestra
demasiado pequeña, por ejemplo, se alteran los resultados o se comparan con productos que
no son beneficiosos para la salud. Se enumera multitud de pequeñas trampas que se realizan
de forma cotidiana para poner un medicamento en el mercado, como elegir los efectos de la
sustancia en un subgrupo cuando no se han obtenido los resultados esperados en el grupo que
se buscaba al comienzo.
4. Los resultados no son replicables:
Lo más preocupante es que en muchas ocasiones, no se puede replicar el resultado de los
estudios que se publican. "En el año 2012", escribe el investigador y científico Goldacre, un
grupo de investigadores informó en la revista Nature de su intento de replicar 53 estudios
para el tratamiento temprano del cáncer: 47 de los 53 no pudieron ser replicados.
5. Los comités de ética y los reguladores nos han fallado:
Las autoridades europeas y estadounidenses han tomado medidas ante las constantes
denuncias, pero la inoperancia ha convertido estas medidas en falsas soluciones. Los
reguladores se niegan a dar información a la sociedad con la excusa de que la gente fuera de
la agencia podría hacer un mal uso o malinterpretar los datos. La inoperancia lleva a
situaciones como la que ocurrió con el Rosiglitazone.
Hacia el año 2011 la OMS y la empresa GSK tuvieron noticia de la posible relación de este
medicamento y algunos problemas cardíacos, pero no lo hicieron público. En 2007 un
cardiólogo descubrió que incrementaba el riesgo de problemas cardiacos un 43% y no se sacó
del mercado hasta el 2010.
6. Se prescriben a niños medicamentos que solo tienen autorización para adultos:
Este fue el caso del antidepresivoParoxetine. La compañía GSK, supo de sus efectos adversos
en menores y permitió que se siguiera recetando al no incluir ninguna advertencia. La
empresa supo del aumento del número de suicidios entre los menores que la tomaban y no se
hizo un aviso a la comunidad médica hasta el año 2003.
7. Se realizan ensayos clínicos con los grupos más desfavorecidos:
A menudo se ha descubierto a las farmacéuticas usando a vagabundos o inmigrantes ilegales
para sus ensayos. Estamos creando una sociedad, donde los medicamentos solo se ensayan
en los pobres. En EEUU, por ejemplo, los latinos se ofrecen como voluntarios hasta siete
veces más para obtener cobertura médica y buena parte de los ensayos clínicos se están
desplazando a países como China o India donde sale más barato.
Un ensayo en EEUU cuesta 30.000 dólares por paciente, y en Rumanía sale por 3.000.
8. Se producen conflictos de intereses:
Muchos de los representantes de los pacientes pertenecen a organizaciones financiadas
generosamente por las farmacéuticas. Algunos de los directivos de las agencias reguladoras
terminan trabajando para las grandes farmacéuticas en una relación bastante oscura.
9. La industria distorsiona las creencias de los médicos y sustituyen las pruebas
por marketing:
Las farmacéuticas, se gastan cada año miles de millones para cambiar las decisiones que
toman los médicos a la hora de recetar un tratamiento. De hecho, las empresas gastan el doble
en marketing y publicidad que en investigación y desarrollo, una distorsión que pagamos en
el precio de las medicinas. Las tácticas van desde la conocida influencia de los visitadores
médicos (con las invitaciones a viajes, congresos y lujosos hoteles) a técnicas más sibilinas
como la publicación de ensayos clínicos cuyo único objetivo es dar a conocer el producto
entre muchos médicos que participan en el proceso. Muchas de las asociaciones de pacientes
que negocian en las instituciones para pedir regulaciones reciben generosas subvenciones de
determinadas empresas farmacéuticas.
10. Los criterios para aprobar medicamentos son un coladero:
Los reguladores deberían requerir que un medicamento sea mejor que el mejor tratamiento
disponible, pero lo que sucede, es que la mayoría de las veces basta con que la empresa
pruebe que es mejor que ningún tratamiento en absoluto. Un estudio de 2007 demostró que
solo la mitad de los medicamentos aprobados entre 1999 y 2005 fueron comparados con otros
medicamentos existentes. El mercado está inundado de medicamentos que no procuran
ningún beneficio o de versiones del mismo medicamento por otra compañía o versiones del
mismo laboratorio cuando prescribe la patente. En esta última categoría destaca el caso del
protector estomacal Omeprazol, de AstraZeneca, que sacó al mercado un producto con
efectos similares, Esomoprazol, pero diez veces más caro.

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